CONFERENCIA DEL POLITÓLOGO ATILIO BORON EN IAEN DE ECUADOR
GOBIERNOS LACAYOS DE ESTADOS UNIDOS EN LA REGIÓN SON CABALLO DE
TROYA PARA OBSTRUIR INTEGRACIÓN LATINOAMERICANA
POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ
Los procesos de integración
en América Latina que paulatinamente se vienen consolidando como la Unión de Naciones
Suramericanas (UNASUR) y la
Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC)
afrontan la permanente amenaza de gobiernos lacayos de la región como los de
México, Colombia y Chile, que intentan convertirse en caballo de Troya y de
esta manera ser funcionales a los intereses hegemónicos de Estados Unidos. Esta
fue una de las conclusiones de la conferencia que el reputado polItólogo y
sociólogo argentino Atilio Boron ofreció en el Instituto de Altos Estudios
Nacionales (IAEN) del Ecuador, el pasado 15 de febrero.
Boron durante su disertación en
Quito analizó en forma detallada el mapa geopolítico de América Latina y el
papel de la CELAC ,
e hizo énfasis sobre la vital importancia que tiene esta región para el imperio
norteamericano.
CUATRO TIPO DE REGÍMENES
Al hacer el mapeo sociopolítico
de Latinoamérica, el analista argentino caracterizó a los regímenes de Hugo Chávez
en Venezuela; Evo Morales en Bolivia; Rafael Correa en Ecuador; y Daniel Ortega
en Nicaragua como gobiernos reformistas radicales. Los de Uruguay, Brasil y Argentina, de centro
izquierda. Y una revolución consolidada como es el caso de Cuba, que es la
única en la región. Un cuarto tipo de régimen es el de la derecha neoliberal al
que pertenecen casi todos los países de Centroamérica, así como México,
Colombia, Perú y Chile, lo que denominó como el flanco del Pacífico
suramericano.
Este mosaico sociopolítico
claramente diferenciado plantea cómo se puede avanzar en un proceso de integración,
cuando hay diversos intereses y distintas ópticas de por medio.
LOS GOBIERNOS REFORMISTAS RADICALES
El rasgo distintivo de estos
gobiernos que hacen parte de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de nuestra
América (ALBA) es la permanente confrontación con las clases dominantes en los
respectivos países que defienden y/o representan los intereses de Estados
Unidos. Por ello estos regímenes deben soportar y hacerle frente a los
sistemáticos intentos de desestabilización política de los grupos fácticos de
poder que, en la mayoría de los casos, son propietario de los monopolios de
medios de comunicación, desde los cuales atizan la oposición y el desprestigio
de los gobiernos progresistas. Con el apoyo irrestricto de Washington en lo
financiero, logístico, militar y político, buscan por todos los medios deshacer
el camino andado por los gobernantes de izquierda que han consolidado un apoyo popular abrumador en las urnas.
GOBIERNOS DE CENTROIZQUIERDA DEL CONO SUR
El propósito de los gobiernos de
Dilma Rousseff en Brasil; Cristina Fernández de Kirchner en Argentina; y José
Mujica en Uruguay es, en opinión de Boron, fundar un capitalismo serio en
América Latina (algo así como un capitalismo con “rostro humano). Sin embargo,
sostiene en forma categórica que el capitalismo ha demostrado durante la
historia que no genera ningún tipo de bienestar, ni siquiera incluso en el
denominado “mundo desarrollado” que hoy está enfrentando los embates del
criminal modelo neoliberal como lo refleja la cruda y desesperante situación
social que están viviendo varios países europeos, o los propios Estados Unidos
que afronta la crisis de 47 millones de habitantes por debajo de la pobreza y
100 millones más que no tienen ningún acceso a servicios de salud.
Si bien estos gobiernos
catalogados de centroizquierda mantienen rezagos del modelo neoliberal, como el
hecho de que las empresas estratégicas del Estado mantienen una lógica
capitalista como por ejemplo, Petrobras que es mixta y cotiza en bolsa, Boron
resalta que durante el desarrollo de su gestión han implementado políticas
sociales que han mitigado la pobreza.
El rol de estos gobiernos ha sido
fundamental para apoyar los regímenes progresistas y de izquierda en la región,
pues mandatarios como Néstor Kirchner y
Luiz Inácio Lula da Silva fueron
fundamentales en la estrategia de Hugo Chávez aupada por Fidel Castro para
hundir en 2005 en Mar del Plata, durante la Cumbre de las Américas, la malhadada Alianza de
Libre Comercio de las Américas (ALCA), un proyecto económico neoliberal de
recolonización inspirado en Washington.
Boron no duda en calificar de
consolidada la Revolución Cubana ,
no obstante el criminal bloqueo estadounidense que ya lleva más de medio siglo,
caso singular por cuanto no hay antecedente en la historia universal de
acciones continuadas de lesa humanidad que atenten contra la sobrevivencia y
normal desarrollo de todo un pueblo. Pese a los avatares, las limitaciones
naturales y económicas, Cuba supera en indicadores de desarrollo humano tanto a
los países latinoamericanos como a varios de los llamados del primer mundo como
los propios Estados Unidos. En salud, mortalidad infantil, educación, deporte, la Revolución Cubana
tiene mucho que mostrar. Pero además, dice Boron, el fomento de la cultura y de
las artes ha consolidado la concientización social de esta revolución que es
caso único.
Destaca que Cuba acaba de ganarle
a la política del bloqueo económico de Estados Unidos, al asumir la presidencia
pro témpore de la CELAC ,
lo cual es un signo de que se acabó definitivamente el asilamiento que le ha
querido imponer infamemente Washington.
GOBIERNOS DE DERECHA CLÁSICA
Finalmente y dentro del espectro
de gobiernos latinoamericanos están los gobiernos de la derecha clásica, cuyos
tres baluartes para Washington son México, Colombia y Chile que junto con el
Perú han concretado la Alianza
del Pacífico para debilitar proyectos de integración como UNASUR, el Consejo
Suramericano de Defensa y la CELAC. Su
propósito, señala Boron, es el de convertirse en caballo de Troya para
debilitar la fuerza no solo de estos procesos de unidad latinoamericana sino
también y en consonancia con Washington, los gobiernos progresistas del
hemisferio.
El rasgo principal de estos
gobiernos es el uso de la represión para reprimir y criminalizar la protesta
social y la violación permanente de derechos humanos. El caso patético,
sostiene el politólogo argentino, es el de Colombia, cuyas estadísticas en
asesinatos de dirigentes sindicales, sociales y políticos de izquierda, de
fosas comunes, de los denominados “falsos positivos”, son abrumadoras.
Para Estados Unidos, Colombia
juega papel fundamental en la nueva geoestrategia de Latinoamérica, pues este
país andino en los designios de los estrategas del Pentágono y el Departamento
de Estado está llamado a convertirse en
el Israel de América del Sur. Es decir, la gran base desde la cual proyectar el
poderío militar estadounidense hacia el resto del continente.
Boron hace énfasis en que Estados
Unidos históricamente ha cuidado de manera prevalente a lo que despectivamente
han denominado su "patio de atrás". No es gratuito, afirma, que la
primera doctrina de política exterior que elaborara Washington haya sido sobre
América Latina: la famosa Doctrina Monroe de 1823. Casi un siglo después de
formulado el axioma: "América para los americanos", Estados Unidos
plantea una nueva doctrina internacional, esta vez presentada por el presidente
Woodrow Wilson en 1918 y tiene que ver con la paz de Europa como consecuencia
de la Primera Guerra
Mundial. No pasan 30 años y Washington retoma su interés geoestratégico en
América Latina. Esta vez en 1947, Estados Unidos suscribe el Tratado
Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) que se sustenta en todo un
esquema militar para la región. Este instrumento se concreta antes de la Organización del
Tratado del Atlántico Norte (OTAN) que se firmó en 1949. "Eso indica
-recaba Boron- la excepcional importancia de América Latina para Estados
Unidos".
Con cifras en la mano, el analista
político argentino muestra cómo esta región se consolida como la de mayor
importancia geoestratégica del planeta. En América del Sur, por ejemplo, se
encuentra entre el 30 y el 35% de la reserva de agua dulce, ello sin incluir el
Acuífero Guaraní (que comparten Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay) que
tiene una capacidad infinita de reproducción del valioso liquido.
De los diez países mineros más
importantes del mundo, siete están en Latinoamérica. El 80% del litio, un
potencial electroquímico de altísimo valor, se encuentra en esta región. Ello
para no hablar de las inmensas reservas de petróleo, gas, biodiversidad y el
pulmón ecológico que representa la cuenca amazónica.
Boron trae a cuento estos datos
para señalar que Estados Unidos requiere de al menos 40 minerales de los que
posee América Latina y de los cuales carece para poder mantener su modelo de
vida.
MILITARIZACIÓN
Lo anterior explica porque a
partir de la revolución sandinista de 1979 Estados Unidos se dio a la tarea de
expandir su estrategia de militarización a lo largo y ancho de Latinoamérica Pero
no solo ello, históricamente la región ha sido una prioridad para Washington,
no en vano durante el último siglo ha perpetrado 200 intervenciones militares
en América Latina.
Además, el Comando Sur fue el
primero de los diez que se han creado por parte del Pentágono para controlar
militarmente el mundo, y cuya jurisdicción comprende prácticamente toda la
región con excepción de Cuba y México.
La expansión de las bases
militares por parte de Washington también es sintomática. Antes de las década
de los 80 del siglo pasado, Estados Unidos solo contaba con dos bases
militares: Guantánamo en Cuba y Roosevelt en Puerto Rico. Hoy en día dispone de
76 bases, no obstante que América Latina es la región más pacífica del mundo.
Las operaciones militares que
Washington realiza a lo largo y ancho del hemisferio siempre están disfrazadas
de misiones humanitarias, pero lo cierto es que su propósito es ir tomando
posiciones para apoderarse de sus recursos naturales.
Como anécdota refiere Borón que
hace más de un año cuando comenzó a trabajar en su último libro “América Latina
en la Geopolítica
del Imperialismo” (Ediciones Luxemburg, Buenos Aires, 2012), en la región
existían 75 bases militares, y al
entregarlo para su edición y publicación, el Pentágono ya había
instalado una más, concretamente en la frontera peruana-ecuatoriana, en plena
zona amazónica.
No es coincidencia, sostiene, que
dichas bases militares estén ubicadas precisamente en aquellas áreas de
Latinoamérica en donde se encuentran concentradas las riquezas naturales. Las
mismas, advierte, "serán utilizadas cuando llegue el momento
oportuno". Y es que el Che Guevara lo dijo claramente: “América Latina es
la reserva estratégica de Estados Unidos”.
OFENSIVA MEDIÁTICA
Como América Latina tiene una
importancia fundamental desde el punto de vista geoestratégico, Washington se
empeña por todos los medios con la complicidad de los gobiernos lacayos de
derecha de la región, en debilitar y desestabilizar a los líderes progresistas
que buscan la definitiva emancipación. Para ello, una de las armas que utilizan
las oligarquías cipayas de los países latinoamericanos con el directo apoyo del
imperio del norte es la ofensiva mediática gracias a que el negocio de la
comunicación está concentrado en sus monopolios empresariales.
La canalla mediática ha sido
impulsora y cómplice de los golpes de Estado o intentonas de desestabilización
que se han dado desde principios de la última década hasta nuestros días en
Venezuela, Bolivia, Honduras, Ecuador y Paraguay.
Boron pone como ejemplo el papel
de manipulación y farsa que cumple el ultra conservador Grupo de Diarios de
América (GDA) fundado en 1991 y que tiene como objetivo su articulación
funcional, logística y periodística para desarrollar una bien planificada
ofensiva editorial contra los gobiernos progresistas del continente.
Del GDA hacen parte los diarios
de corte más retrógrado de la región como La Nación de Argentina, O Globo de Brasil, El
Mercurio de Chile, El Tiempo de Colombia, El Comercio de Ecuador, La Nación de Costa Rica, El
Universal de México, El Comercio de Perú, El Nuevo Día de Puerto Rico, El
Nacional de Venezuela, y El País de Uruguay. Todos ellos además agremiados en la Sociedad Interamericana
de Prensa (SIP) un cartel de propietarios de periódicos conservadores creado y
auspiciado por la CIA
para imponer una única línea editorial en América Latina.
INSTITUCIONALIZAR LA
CELAC
Boron considera prioritario si
los gobiernos progresistas de Latinoamérica profundizan su objetivo de
integración, la necesidad de institucionalizar un organismo como la CELAC , habida cuenta que no
puede ser un simple foro de encuentro y discusión de mandatarios. Por el
contrario, debe contar con una estructura funcional, con recursos, que genere
estudios, algo así como una CEPAL que en
los años 50 del siglo pasado creo una alternativa económica para la región.
VIDEO DE LA CONFERENCIA
La conferencia magistral de Atilio Borón en la sede del IAEN
en Quito, en el siguiente video: