BAJA PRODUCTIVIDAD,
MEDIOCRE CALIDAD DE EMPLEO E INEQUIDAD TRIBUTARIA, CONFIGURAN EL MODELO
ECONÓMICO DE COLOMBIA: EDUARDO SARMIENTO
POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ
Según el
reputado analista Eduardo Sarmiento Palacio, el dogma neoliberal de los gobiernos
de derecha en Colombia del último cuarto de siglo ha llevado a que la economía en este país tenga su sustento
en la actual coyuntura en la minería, la construcción y el abaratamiento de las
importaciones que, a su turno, arrastran los servicios y repelen la industria y
la agricultura, sectores estos que podrían jalonar el desarrollo social pero
que infortunadamente se encuentran rezagados.
Durante la primera Jornada
Programática organizada por el partido izquierdista Polo Democrático Alternativo,
el analista económico Sarmiento Palacio hizo una detallada radiografía de la
realidad socioeconómica del país, planteando la necesidad prioritaria de cambio
del modelo neoliberal que ha llevado a
Colombia a una crítica situación de inequidad social y a una baja productividad
con pésima calidad en el empleo.
BALANCE TOTALMENTE DESAFORTUNADO
Sarmiento hizo un breve recuento
histórico de lo que ha significado para Colombia la adopción del modelo
aperturista de mercados, conocido como neoliberal, hace ya un cuarto de siglo.
El balance de la aplicación del esquema neoliberal en el país desde los años 90
es totalmente desafortunado y si se quiere, apocalíptico, pues según Sarmiento,
"la apertura, las privatizaciones, la especulación financiera y la represión
monetaria configuraron en Colombia una de las sociedades más desiguales del
mundo". Y no es para menos, con cifras en la mano se demuestra en forma
tajante que en este periodo esta nación decreció por primera vez en 70 años;
las 700 mil toneladas de importaciones de los años 80 son ahora alrededor de 8
millones; la calidad del empleo se ha reducido ostensiblemente, los pobres del
campo y los trabajadores informales aumentaron en forma considerable; las
privatizaciones no mejoraron los servicios públicos pero aumentaron en más del
cien por cien las tarifas; las exportaciones con los tratados de libre comercio
no crecieron lo que se esperaba; y las deserciones escolares y universitarias
alcanzaron niveles sin precedentes en la historia.
LOS HECHOS HAN CONTROVERTIDO LOS DOGMAS NEOLIBERALES
Este ingeniero civil de la
Universidad Nacional de Colombia y economista, con un Ph. D, en la Universidad
de Minnesota, miembro del board de la Sociedad Econométrica para América
Latina, se ha desempeñado como subdirector del Departamento Nacional de
Planeación, presidente de la Academia Colombiana de Ciencias Económicas,
consultor de organismos internacionales y docente universitario. Sus actividades
de investigador y catedrático las alterna con sus labores de asesor privado y
de escritor. Mantiene una columna de opinión dominical en el periódico El
Espectador de Bogotá, en la que hace análisis y predicciones económicas.
Actualmente es director del Centro de Estudios Económicos de la Escuela
Colombiana de Ingeniería y es un reputado conferencista nacional e
internacional, así como autor de varios libros.
En uno de sus últimos trabajos
bibliográficos, "La recesión mundial. Colapso del modelo único"
(ediciones Aurora y Escuela Colombiana de Ingeniería, 2009), Sarmiento Palacio
señala que en las dos últimas décadas ha demostrado "cómo los hechos han
controvertido los dogmas y los paradigmas dominantes, y cómo la evidencia se ha
ignorado o deformado. La teoría de la neutralidad del dinero, la teoría de la
ventaja comparativa, la teoría de las exportaciones como motor de crecimiento y
la teoría del vínculo directo entre el crecimiento y la distribución del
ingreso no corresponden a la realidad y cómo su aplicación ha resultado
contraria al interés público".
No obstante el fracaso de las
teorías económicas del pensamiento dominante, la idea fuerza del gobierno de
Juan Manuel Santos es apostarle al extractivismo y la construcción. Su plan de
desarrollo gira en torno a las locomotoras de la minería, la construcción, la
agricultura, la innovación y el medio ambiente. En la práctica, señala
Sarmiento, sólo han operado las dos primeras. En consecuencia, la economía colombiana
tiene su sustento en la minería, la construcción y el abaratamiento de las
importaciones que, a su turno, arrastran los servicios y repelen la industria y
la agricultura, sectores estos que podrían jalonar el desarrollo social pero
que infortunadamente se encuentran rezagados.
Este perfil económico se refleja
en la baja productividad, la precarización del trabajo y la enorme
vulnerabilidad. De esta manera, explica Sarmiento, la mayor parte de los
ingresos provienen del abaratamiento de las importaciones; los salarios crecen
muy por debajo del ingreso per cápita; y cae la participación de los ingresos
laborales en el producto interno bruto.
REVALUACIÓN, TLCS E INEQUIDAD TRIBUTARIA
Esta situación ha llevado a que la
revaluación esté en niveles nunca imaginados. Ello anclado a los tratados de
libre comercio (TLC) ha terminado por desproteger totalmente al país.
“Los costos de los productos
industriales y agrícolas superan los precios internacionales. La industria y la
agricultura se diluyen y sus exportaciones se desploman. Ni siquiera pueden
sobrevivir las actividades mineras y petroleras. El balance comercial, que era
de US$6.000 millones hace dos años, en el presente será deficitario en US$1.500
millones. El déficit en cuenta asciende a 4% del PIB, el más alto de América
Latina y uno de los mayores del mundo”, explica Sarmiento Palacio al sustentar
las cifras.
En materia fiscal y tributaria el
panorama también es sombrío por cuanto se privilegia al capital en detrimento
del trabajo afectando gravemente la equidad social.
En efecto, este acucioso analista
económico recuerda que la última reforma tributaria bajó los gravámenes al
capital y subió los del trabajo, al tiempo que incrementó los impuestos
indirectos con respecto a los directos. Asimismo, el presupuesto nacional está
dominado por el gasto militar, las pensiones y la infraestructura física. El
gasto público no llega ni en la mitad al 50% más pobre. Es decir, tanto a ricos
como a pobres, les llega prácticamente lo mismo en cuanto a distribución del
presupuesto nacional. Y para completar el panorama, Sarmiento anota que las
privatizaciones de las principales empresas del Estado que se han venido
haciendo desde el gobierno de César Gaviria han ocasionado un serio retroceso
institucional y prestacional en salud, educación, pensiones e infraestructura
vial. El resultado es que el sector privado está en capacidad de obtener
grandes ganancias entregando servicios inferiores a los aportes de los
ciudadanos y la sociedad.
ECONOMÍA AVANZA IMPULSADA POR LA REVALUACIÓN Y LAS RENTAS DEL CAPITAL
Los indicadores en materia de
desempleo y pobreza tampoco son halagadores aunque el gobierno de Santos busca
demostrar lo contrario. La reducción del desempleo, explica Sarmiento, se debe
por una parte al aumento de los inactivos que los sacaron de la estadística
laboral, y de otro lado, la relación entre empleo e informalidad no varió
significativamente. Así, los subsidios a la informalidad y al primer empleo, y
luego el desmonte de los parafiscales en la reforma tributaria, no funcionaron.
Los empleos generados en la economía en los últimos dos años son muy inferiores
al millón de puestos de trabajo ofrecidos como producto de las medidas fiscales
y laborales.
Si bien el índice de pobreza,
como ocurre en todas partes del mundo, ha descendido, ello se debe en buena
medida a que el crecimiento económico gotea a los estratos bajos; sin embargo,
agrega Sarmiento, la mitad de la reducción del índice obedece a cambios
metodológicos. Por eso no tiene mayor incidencia sobre el coeficiente Gini (medida
de la desigualdad ideada por el estadístico italiano Corrado Gini) de la
distribución del ingreso, que se mantiene entre los más altos del mundo. El
ingreso de los pobres aumenta, pero menos que el promedio y mucho menos que el
de los estratos altos.
¿POR QUÉ SE LLEGÓ A ESTO?
Colombia llegó a estos niveles de
inequidad y de atraso en su desarrollo social porque su clase gobernante y sus
élites económicas han sido totalmente obsecuentes con el Consenso de Washington
(que tiene más de Washington que de Consenso), que no es más que el recetario
neoliberal, que buena parte del mundo ha seguido como dogma y que terminó
generando la crisis económica de 2008 de la cual Estados Unido ni Europa han
podido salir aún.
Sarmiento Palacio explica que
este recetario neoliberal que lo han querido vender con eufemismos como
“globalización” y que privilegia la especulación financiera y el
fortalecimiento del capital, arrasando con los salarios y el empleo, constituye
una confrontación tremenda. Estamos entonces “en un mundo en donde no todos
caben”, señala.
En consecuencia, agrega, el
comercio internacional no es un mecanismo para vender en forma fácil por cuanto
es restrictivo y además no es un intercambio entre iguales. En otras palabras,
es darwinista, sobrevive el más fuerte.
En este escenario, América Latina
no cabe en el escenario del comercio internacional y la globalización porque
tiene que sobrevivir a costa de la revaluación, la exportación de materias
primas con el vaivén de sus precios, relegando su industria y su agricultura, y
debiendo enfrentar la enfermedad holandesa (fenómeno producido por las consecuencias
dañinas provocadas por un aumento significativo en los ingresos en divisas de
un país).
EN COLOMBIA SE HA DEMORADO LA DESTORCIDA
Respecto al caso colombiano,
Sarmiento advierte que aún este país ha logrado mantenerse porque se ha
demorado la destorcida, habida cuenta que la inversión extranjera y el manejo
de la tasa de cambio le han permitido al gobierno aplazar la crisis. Sin embargo
las cifras son a todas luces preocupantes: los TLCs han producido un déficit de
1.500 millones de dólares; las exportaciones industriales caen al 15% y las
agrícolas al 10%, pero el daño más grande está en privilegiar las importaciones
a costa del empleo, cuyas cifras de recuperación son ficticias.
En síntesis, colige Sarmiento
Palacio, Colombia está montada sobre “una organización de baja productividad,
abaratamiento de los bienes industriales y agrícolas e inequidad fiscal. La
economía avanza impulsada por la revaluación y las rentas del capital, a cambio
de la vulnerabilidad externa y la ampliación de las desigualdades”, razón por
la cual es necesario cambiar el modelo económico, determinando claramente el
cómo, para generar equidad e inclusión social mediante la recuperación de
sectores como la industria, la agricultura, la innovación en el conocimiento y
la elevación en la calidad del empleo.
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