POSIBLE INSTALACIÓN DE
ARMAMENTO NUCLEAR EN COLOMBIA Y SU INGRESO A LA OTAN, CONSTITUYEN AMENAZAS PARA
LA PAZ Y LA INTEGRACIÓN REGIONAL: ATILIO BORON
POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ
Aunque el
gobierno neoliberal de Juan Manuel Santos se ufana en el ámbito interno de
impulsar un proceso de paz con la insurgencia de las Farc, su política
internacional (dictada desde Washington), en contraposición, apunta a
desestabilizar la armonía y la integración regional. Así lo dejó entrever
durante su charla magistral el pasado 8 de abril en Bogotá, el sociólogo y
politólogo argentino, Atilio Boron, en el marco de la Cumbre Mundial de Arte y
Cultura para la Paz, organizada por la Alcaldía Mayor de la capital colombiana.
Por un lado, Boron dijo que es un
contrasentido que mientras la irrupción de China en la geopolítica mundial está
desplazando el protagonismo del Atlántico hacia el continente asiático,
Colombia se empeña tozudamente en impulsar la Alianza del Pacífico, un invento
de Washington para contrarrestar la
presencia cada vez mayor de Beijing en América Latina y horadar el
proceso integracionista de la Patria Grande. De otra parte, agregó, el hecho de
que el gobierno de Santos en forma por demás disciplinada haya aceptado las
directrices del Pentágono para que Colombia ingrese a la Organización del
Tratado del Atlántico Norte (OTAN), y al mismo tiempo existan serios indicios
de que el Comando Sur haya instalado armamento nuclear en este país andino, da
una clara señal de amenaza para la paz de la región.
El analista argentino hizo
énfasis en señalar que la OTAN no es más que “la fuerza imperial de choque”,
desde la cual Washington lanza su estrategia de ofensiva militar hacia diversos
países o regiones del mundo, a los que determina o considera que constituyen
amenazas para sus intereses. En consecuencia, señaló, el ingreso de Colombia a
esta alianza militar extracontinental no aporta en absoluto a la paz.
Conflicto colombiano es pretexto para militarización de Estados Unidos
Durante su conferencia en el
Teatro Bogotá, Boron con su característica capacidad dialéctica y didáctica a
la vez, mostró cómo en Colombia se lleva a cabo un proceso de paz con un actor
armado como las Farc en medio de un mundo convulsionado por múltiples
conflictos, originados en buena medida por el declive del imperialismo
estadounidense.
“La paz en Colombia es la paz de
toda América Latina”, fue el título de la charla del reputado analista político
y catedrático universitario, actualmente director del Programa Latinoamericano
de Educación a Distancia (PLED) del Centro Cultural de la Cooperación de Buenos
Aires.
En desarrollo de su exposición,
Boron demostró el rotundo fracaso de la intervención directa de Estados Unidos
en materia de combate al narcotráfico y a la insurgencia en Colombia, desde
hace ya varias décadas. Trajo a colación el ejemplo del denominado Plan
Colombia suscrito por el entonces mandatario conservador Andrés Pastrana con la
administración Clinton (toda una estrategia de entrega de soberanía a
Washington).
Dicho Plan que a los colombianos
se les vendió como una “ayuda” norteamericana, resultó un completo fiasco, pues
como lo graficó Boron en cifras tomadas de informes de Naciones Unidas, el
narcotráfico en vez de disminuir, aumentó. En efecto, hubo un incremento
exponencial de cultivos ilícitos tanto en México, Colombia y Afganistán, países
en donde coincidencialmente Estados Unidos interviene directamente.
Además, la intervención directa
del Pentágono, la CIA, la DEA y el Departamento de Estado en los asuntos
colombianos ha servido para el enriquecimiento de empresas de armamento
norteamericano y al mismo tiempo para la financiación de campañas de
congresistas estadounidenses (que hacen lobby en favor de los consorcios que se
benefician), así como para la presencia de Israel.
Es que de la guerra interna en
Colombia no solamente se favorece en grado superlativo Estados Unidos sino
también Israel, como bien lo anotó Boron. Desde 1960, el Mossad (servicio de
inteligencia) y organizaciones de espionaje israelitas que operan bajo la
fachada de seguridad hacen presencia en territorio colombiano asesorando grupos
paramilitares y redes mafiosas de narcotráfico.
Juan Manuel Santos tanto como
ministro de Defensa como ahora en
calidad de primer mandatario prohija y aplaude la presencia israelita en
Colombia porque como lo ha señalado en reiteradas ocasiones, sería “muy
positivo” que este país “sea el Israel de Suramérica”.
Por todo lo anterior, Boron dijo
que ojalá las negociaciones de paz que se desarrollan en La Habana entre el
gobierno de Santos y las Farc lleguen a buen puerto porque el conflicto
colombiano es el mejor pretexto para la militarización de Estados Unidos en la
región.
El contexto geopolítico
La coyuntura de la realidad
sociopolítica colombiana en medio de posibilidades ciertas de poner fin a un
conflicto interno de más de medio siglo pasa por el declive del imperio
estadounidense, el colapso europeo, y la irrupción, en consecuencia, de nuevos
actores en la escena de la geopolítica mundial.
Boron pone de manifiesto en el
actual escenario mundial el protagonismo de China e India, el retorno de Rusia,
la debacle de la Unión Europea, las alianzas regionales y la decadencia del
imperialismo estadounidense, factores todos estos que van a tener una incidencia
directa en el devenir político de América Latina.
Es enfático en llamar la atención
sobre el peligro que se cierne sobre el mundo y específicamente sobre la
región, el declive de Washington, pues sostiene que en la fase de
descomposición los imperios se tornan más represivos y sanguinarios y trae a
colación ejemplos históricos como la etapa final del imperio otomano con el
genocidio armenio (en 1915), o el caso británico con la brutal represión en la
India.
En el plano económico, el
politólogo argentino, demuestra cómo Estados Unidos se encuentra en la sin
salida: por un lado debe más de lo que produce; por otro, es cada vez más
progresivo el reemplazo del dólar en el comercio internacional. Y para
complementar, suministra un dato más: mientras en este año de 2015 China
construirá 15 mil kilómetros de vías férreas, en contraste, la nación
norteamericano no construirá ni uno solo, con lo cual su infraestructura vial
comienza a quedar rezagada.
A ello hay que sumar, dice Boron,
la creciente desigualdad que se viene presentando en Estados Unidos con su
consecuente quiebre respecto de su integración social. No obstante, es
desorbitado su gato militar, así como es evidente también su cada vez mayor
aislamiento internacional, lo cual queda reflejado, por ejemplo, en las últimas
derrotas que ha tenido que tragarse la Casa Blanca, precisamente, en su
principal zona de influencia, América Latina. En efecto, primero tuvo que
aguantarse que dos países latinoamericanos como Ecuador y Bolivia le pusieran
freno a su actitud sempiterna de injerencia en asuntos internos. El presidente
ecuatoriano Rafael Correa cerró la base militar de Manta; y el mandatario
boliviano Evo Morales expulsó a la misión diplomática estadounidense. Más
recientemente, en la OEA (el Ministerio de las Colonias como la denominó Fidel
Castro), el gobierno de Obama perdió por goleada cuando planteó su intervención
en Venezuela. Estos acontecimientos, agrega Boron, eran impensables apenas hace
unos años.
E.U. lanza feroz reconquista de América Latina para asegurar recursos
naturales
En medio del imparable
desmoronamiento del imperio estadounidense, Washington no se resiste en su
propósito injerencista en América Latina porque es la manera de asegurar
mediante artimañas y engaños (tratados de libre comercio, golpes blandos,
Alianza para el Pacífico, terrorismo económico, alianzas militares) el acceso
(vía el saqueo y el pillaje) a la rica biodiversidad que produce esta región
para poder seguir manteniendo su descomunal patrón capitalista de consumo.
Por esta razón, Washington
despliega su artillería militar en todo el continente, como bien lo esboza
Boron en su magistral libro, América Latina en la geopolítica del imperialismo,
que obtuvo el Premio Libertador al Pensamiento Crítico en 2013.
Estados Unidos, explica este
reputado analista internacional, ancla su estructura militar en América Latina
tanto en Colombia como en Honduras para lanzar sus aventuras. El mar Caribe
está totalmente controlado militarmente por el Pentágono, que además cuenta con
alrededor de 80 bases a lo largo y ancho del hemisferio. No es gratuito tampoco
que en 2008 el Comando Sur haya activado la IV Flota, coincidencialmente poco
después de que el entonces gobierno brasileño de Lula da Silva anunciara el
descubrimiento de un gran yacimiento petrolífero submarino en el litoral
paulista.
Obviamente que los pretextos para
esta descomunal militarización de Estados Unidos a lo largo y ancho del
continente son el narcotráfico, los populismos (como estigmatizan a los
gobiernos progresistas de la región), las calamidades naturales y la seguridad
continental. Falacias que ayudan a propalar los grandes oligopolios mediáticos
de propiedad de los sectores decadentes de la ultraderecha latinoamericana. Por
ello Boron exhorta a no confundirse: “el nombre de todo esto es petróleo”, y de
esta manera explica porque toda la estrategia de desestabilización y
satanización al gobierno de Venezuela del presidente Nicolás Maduro.
¿Si Venezuela, fuera productor de
tomates o de papas, Estados Unidos buscaría derribar al gobierno bolivariano con la activa colaboración de sus lacayos de la derecha
latinoamericana?, se interroga el politólogo argentino. No es gratuito por lo
tanto el feroz ataque emprendido por la Casa Blanca contra el proceso político
inaugurado por el comandante Hugo Chávez.
¿E.U. tiene armamento nuclear en Colombia?
Boron cerró su conferencia en
Bogotá, dejando un inquietante interrogante: “Colombia bien podría ser hoy un
país en el que Estados Unidos instaló armamento nuclear en abierta violación al
acuerdo internacional regional, mediante el cual nuestros países se
comprometieron a mantener América Latina como una nuclearizada zona de paz”.
Si bien, agrega, el tratado
suscrito entre Uribe Vélez y Obama que autorizaba la utilización de siete bases
militares fue declarado inexequible por la Corte Constitucional de Colombia,
“lo cierto que este tropiezo legal no ha impedido que Estados Unidos haya
proseguido operando militarmente en ese país”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario