“AMÉRICA LATINA CUENTA CON UNA EXPERIENCIA MUY RICA EN CÓMO
SUPERAR CONFLICTOS ARMADOS Y CÓMO LOGRAR TRANSICIONES DE DICTADURAS A
DEMOCRACIAS”
POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ
Una interesante agenda circunscrita a temas medioambientales, paz, democracia, participación ciudadana, derechos humanos, justicia e igualdad de género, impulsa en varios países de América Latina la Fundación Heinrich Böll, un centro de pensamiento cercano a las ideas del Partido Verde alemán.
Florian Huber, un investigador social con estudios en Derecho tanto de la Universidad de Munich (Alemania) como de Salamanca (España), con maestría en Derecho Internacional de los Derechos Humanos de la Universidad de Essex (Inglaterra), es el director de la oficina de esta fundación en Colombia (https://co.boell.org/), la cual viene funcionando desde 2016.
Para abordar los objetivos de este centro de pensamiento alemán en América Latina, pero particularmente en Colombia, lo invitamos a conversar con el Observatorio Sociopolítico Latinoamericano www.cronicon.net.
Empecemos este diálogo explicando qué es la Fundación Heinrich Böll…
La Fundación Heinrich Böll es una institución política alemana. Somos una de seis fundaciones políticas alemanas y nos caracterizamos por ser cercanos a la ideología verde y sus propuestas.
Las fundaciones políticas alemanas tienen sus raíces en las experiencias de la República de Weimar, del Nacional Socialismo y de la Segunda Guerra Mundial, porque en ese tiempo no se logró en Alemania convencer a los ciudadanos de los beneficios y las ventajas de una democracia plural, basada en los debates entre los partidos políticos. Durante el Nacional Socialismo se unieron todos los partidos bajo uno solo: el Nacional Socialista, pues se perdió la pluralidad democrática.
Cuando Alemania volvió a la democracia en 1945 el Estado dijo que primero era importante volver a un pluralismo basado en el debate entre los partidos políticos, pero segundo, los debates no pueden solamente realizarse entre éstos sino que debe haber espacios en la sociedad, en la ciudadanía alemana, para proponer y discutir diferentes ideas.
También el Estado alemán determinó que era importante que eso no sea una función solamente de instituciones estatales. Entonces bajo esas circunstancias se empiezan a apoyar con recursos públicos del Estado alemán a las fundaciones políticas que justamente asumen esa tarea de contribuir a la educación, a la formación y a la discusión política de las propuestas desde diferentes perspectivas ideológicas.
En ese sentido la Heinrich Böll es una Fundación política cercana al movimiento verde que busca brindar espacios de discusión política sobre las agendas verdes.
Nuestra fundación se creó en 1997 y se dedica a la promoción de espacios de discusión sobre las políticas ambientales, temas de cambio climático, democracia, participación ciudadana, derechos humanos, justicia y democracia de género.
Apoyando estos temas fue como surgió el movimiento verde en Alemania. Además, surge también en medio de la confrontación entre la derecha y la izquierda e irrumpe igualmente como un movimiento pacifista con gran capacidad de acción en las décadas de los años 60, 70, 80. En tercer lugar, el movimiento se puede describir como feminista en el sentido que sus políticas han buscado garantizar la igualdad y la democracia de género.
En pocas palabras, nuestra ideología o nuestro contexto político es la promoción de la ecología, de la igualdad de género y la solución pacífica de los conflictos.
Si bien somos cercanos al Partido Verde, actuamos con independencia y autonomía. Eso siempre es importante aclarar. Las fundaciones alemanas no son parte de los partidos políticos, en términos legales, financieros y organizativos somos independientes. La Constitución alemana y la jurisprudencia de la Corte Constitucional establecen que las fundaciones políticas no pueden convertirse en organizaciones de lobby político para los partidos. Porque los partidos compiten por los votos en las elecciones e intentan convencer a los ciudadanos, mientras que las fundaciones políticas promueven espacios de discusión política en los temas con los cuales tenemos afinidad.
¿Cómo se tramita esa relación interinstitucional entre partido y fundación?
Nosotros siempre nos movemos en una relación entre cercanía y distancia. Tenemos la aproximación en el sentido de que, para cada corriente política representada en el parlamento puede haber una fundación política cercana que recibe financiación pública del Estado alemán. Los recursos que recibimos vienen de un fondo del presupuesto nacional alemán y su distribución depende del porcentaje de votos ganados por los partidos en las últimas elecciones.
Si un partido sale dos veces del parlamento alemán, es decir, si no logra entrar al parlamento en dos elecciones seguidas, en ese caso termina la financiación pública que el Estado alemán ofrece a las fundaciones políticas.
El Partido Verde en Alemania lleva muchos años con representación parlamentaria; en este momento está en oposición al Gobierno de Angela Merkel; ¿tiene una buena representación en el Bundestag?
El Partido Verde, tradicionalmente en el parlamento alemán siempre ha tenido entre un 9% y un 13% de votos, mientras que los dos partidos grandes, el Partido Conservador y el Partido Social Demócrata, en promedio tienen entre 30% y 35%. Actualmente el Partido Social Demócrata en los sondeos tiene menos votos, y eso también se traduce en la financiación para las fundaciones. La Fundación Heinrich Böll, por lo tanto, como institución cercana al Partido Verde, cuenta con menos recursos, por eso trabajamos mucho con oficinas regionales. En ese sentido, nosotros tenemos nuestras propias agendas, no estamos subordinados a las del partido y funcionamos como centro de pensamiento político no solamente en términos académicos sino en la búsqueda de una incidencia en los debates públicos.
Somos parte, además, de una red internacional de movimientos verdes y trabajamos en convenios de cooperación con organizaciones de la sociedad civil que es nuestro enfoque principal. Trabajamos en pequeños proyectos de cooperación; buscamos aliados con los cuales podamos tener una alianza política para discutir los temas. Tenemos nuestras oficinas principales en Alemania pero también contamos con oficinas en diferentes países.
¿Por qué el interés de la Fundación Heinrich Böll de abrir oficinas en América Latina? Tengo entendido que tienen en México, Salvador, Brasil, Chile y Colombia. ¿Hacia dónde va dirigida la acción de ustedes en estos países de América Latina?
Nosotros abrimos nuestra primera oficina hace aproximadamente 20 años en El Salvador, en el contexto de los procesos de paz en Centroamérica. La fundación con sus actividades también busca justamente contribuir al fortalecimiento de la democracia, de la paz, de los derechos humanos, a nivel global. Porque son temas no solamente nacionales para Alemania, sino que son hoy en día temas globales.
La Fundación Heinrich Böll, hasta 2016 no tenía oficinas ni en Colombia, ni en la Región Andina. Los debates sobre el proceso de paz en Colombia y temas de las agendas relacionados con aspectos socioambientales llevaron a la fundación a tomar la decisión de abrir una nueva oficina en este país.
Colombia está en un proceso de posconflicto, pero con un fenómeno de conflictos sociales, medioambientales, que lo hace a este país muy particular. ¿En torno a qué temas están íntimamente vinculados con el posconflicto?
Nosotros trabajamos sobre todo dos temas grandes que son el ecológico y el de desarrollo sustentable, y, por otro lado, el fortalecimiento de la democracia y de los derechos humanos.
Frente a ese segundo componente, democracia y derechos humanos, tenemos dos temas que nos interesan mucho; el primero es contribuir a una discusión sobre paz y medio ambiente, hacemos ese enfoque justamente por nuestro carácter de fundación verde. En este aspecto nos interesa la construcción de paz y la contribución a los debates sobre reparación integral desde un enfoque socioambiental; y por otro lado, cómo contribuir a la protección de líderes de derechos humanos y de personas que trabajan en temas de medio ambiente.
Nos interesa también el fortalecimiento de organizaciones de mujeres y personas de la comunidad LGBTI, en espacios de toma de decisiones políticas y también ante los medios de comunicación para que puedan contribuir a la construcción de la paz. Ahí tenemos un fuerte énfasis en temas de género, porque ese también es uno de los pilares del trabajo de la Fundación Heinrich Böll.
Entendemos el proceso en Colombia no solamente como una transición de la confrontación armada a la paz, sino también como una transición de conflictos armados hacia nuevos conflictos socio ambiéntales, sin que eso implique que no haya un conflicto armado actualmente. Y sin decir que antes no hayan existido conflictos socio ambiéntales, pero la lectura general es que ahí hay, yo creo, una transición hacia nuevos retos.
Por eso el segundo componente de ecología y desarrollo sustentable, también es un tema central para el trabajo en Colombia y para nuestra agenda internacional. Por un lado, contribuir al fortalecimiento de espacios de participación y de incidencias de organizaciones de la sociedad civil en debates sobre el ordenamiento territorial, por eso apoyamos iniciativas como la Alianza Colombia libre de Fracking o el Movimiento Nacional Ambiental que es una red de organizaciones como los comités ambientales que promueven las consultas populares, y por otro lado, como centro de pensamiento político queremos contribuir a la discusión sobre cuáles pueden ser los modelos de desarrollo alternativo frente a la política extractivista. Ese es el panorama del trabajo de la fundación actualmente en Colombia.
Llama la atención de que las distintas fundaciones afines a los partidos políticos alemanes tengan hace muchos años presencia en América Latina y particularmente en Colombia. ¿Por qué América Latina es importante para Europa o para un país de relieve en la Unión Europea como Alemania, que lleva el liderazgo?
Nosotros justamente decidimos abrir una oficina aquí en Colombia por la importancia que para el trabajo de la Fundación Heinrich Böll tiene América Latina.
Nuestra oficina en El Salvador fue una de las primeras que abrimos justamente para contribuir al proceso de paz. Creo que los procesos de paz en América Latina hoy en día son ejemplos respecto de cuáles pueden ser las posibilidades, los retos y las dificultades en circunstancias similares en otros países.
Si bien a veces la atención mundial está dirigida más a otros continentes, no sé, a Asia, a África, yo creo que el continente de América Latina tiene como una experiencia muy rica en cómo superar los conflictos armados y cómo lograr transiciones de dictaduras a democracias.En ese sentido, creo, la experiencia e intercambio entre Europa y América Latina o incluso también el intercambio entre América Latina y otros continentes, es muy importante y en el futuro va a tener más importancia.
Cuando se trabaja, como nosotros, en temas socioambientales, este continente tiene una importancia muy grande porque hay una biodiversidad muy rica. Las regiones de América Latina son de mucha importantes para debates sobre el cambio climático, el calentamiento global, la pregunta qué pasa con el pulmón del mundo, el Amazonas, qué pasa con los retos para la protección de esas regiones en términos de los modelos del extractivismo, del fortalecimiento o construcción de nueva infraestructuras. Además, América Latina también es una región muy rica en su diversidad cultural, con los pueblos indígenas, con las comunidades afrodescendientes, como por ejemplo en Colombia.
A nosotros como fundación nos interesa mucho también ese enfoque multicultural. Por todo eso consideramos que el continente latinoamericano es un actor muy importante para la política global.
En consecuencia, vemos a América Latina como un continente, en el que en términos de discusión, de formación, educación política podemos contribuir no solo nosotros como la Fundación Heinrich Böll, institución verde, sino en el conjunto también con las otras fundaciones alemanas.
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