BOGOTÁ, EL PARADIGMA DE CIUDAD NEOLIBERAL: “SE PRETENDE ALTERAR LA DINÁMICA DEMOGRÁFICA DE LA CIUDAD PARA FAVORECER LA ESPECULACIÓN INMOBILIARIA”
POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ /
Entrevista
con Carlos
Roberto Pombo Urdaneta, presidente tanto del Consejo Territorial de
Planeación Distrital de Bogotá como de la Sociedad de Mejoras y Ornato
de esta ciudad.
La
especulación inmobiliaria desaforada que busca aceleradamente proyectar tipos
específicos de urbanización y edificación para negociar de diferentes maneras
la vida de la ciudad, es uno de los rasgos característicos del modelo
neoliberal.
Bogotá, la
capital colombiana, gobernada actualmente por una élite conservadora que
privilegia lo “light” que se asocia con las imágenes de una falsa prosperidad
sustentada en la generación de posibilidades ciertas para los negocios del
capital especulativo, va camino de convertirse en uno de los paradigmas de
“ciudad neoliberal” en América Latina.
“Ciudad
neoliberal”, entendida como el espacio urbano para las megaobras y microobras
que corroen el tejido social y el paisaje circundante y cuyo único interés es
la búsqueda de nuevos negocios que beneficien el capital especulativo.
El
controvertido alcalde de la capital colombiana, Enrique
Peñalosa Londoño, defensor a ultranza del esquema neoliberal, antes
de finalizar su cuestionado mandato que va hasta este 31 de diciembre, busca
por todos los medios imponer un Plan
de Ordenamiento Territorial para Bogotá (POT), que le dé alas a la
especulación inmobiliaria para que el capital pueda hacer de las suyas.
El POT, de
acuerdo con los lineamientos de la legislación colombiana, es una construcción
social de la población con su territorio, el cual debe concretarse en un
instrumento técnico y normativo de planeación y gestión de largo plazo.
Un Plan sustentado sobre proyecciones falsas
Para
analizar los alcances de esta carta de navegación para los próximos 12 años, presentada
por el alcalde Peñalosa a consideración del Concejo de la capital colombiana,
invitamos a dialogar a Carlos Roberto Pombo Urdaneta, arquitecto de la
Universidad Javeriana con especializaciones en planeamiento urbano y regional,
y quien preside los organismos antes mencionados, desde los cuales viene dando
una lucha por concientizar a la ciudadanía bogotana de los perjuicios que
tendría para su urbe si se aprueba un POT como el que se pretende ejecutar.
Una de las primeras declaraciones que usted dio
a partir del estudio que realizó el Consejo Territorial de Planeación sobre el
POT, que presentó el alcalde Peñalosa, fue que ese plan está desestructurado. ¿Por qué?
Por muchas
razones. Lo primero es que un Plan de Ordenamiento Territorial lo que busca es
poder armonizar u optimizar la relación entre demanda del suelo urbano, con
oferta del suelo urbanizable. Si una de las dos premisas de la ecuación falla,
todo el plan falla.
La demanda
de suelo estimada a partir de unas proyecciones de población falsas, pues está
desestructurando todo el Plan. Las proyecciones son falsas porque no tuvieron
en cuenta los datos del Censo de 2018; se basaron en unas proyecciones elaboradas
varios años antes con base en el Censo de 2005 y eso daba que Bogotá tendría,
más o menos 8.200.000 habitantes en el año 2018, pero ya en noviembre de 2018,
el director del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE)
había dado los resultados preliminares del Censo y decía que Bogotá no tenía
sino 7.181.000. Eso es una diferencia muy
grande; no porque la cifra en sí tenga mayor discusión, que no la tiene porque
el DANE es la única autoridad en materia de estadística, sino que, si se
proyecta con ese error, al año 2031, nos va a resultar un error del tamaño de
Barranquilla.
Eso quiere
decir que el POT como está, está mal estructurado. Se plantean unas series de
expansión al norte, muy grandes, pero al mismo tiempo se proyectan unas zonas
de renovación al interior de la ciudad. Entonces se encuentra un conflicto
entre renovación y expansión.
Alguien dice
que no nos podemos meter en la dicotomía de renovación y expansión. Es que no se trata de esa dicotomía, sino de que
están mal proyectadas las cifras de población. Como están mal proyectadas las
cifras, se proyecta también mal la demanda de vivienda.
La
administración distrital habla de más o menos 900 mil viviendas al año 2031 y
nosotros con ejercicios que hemos hecho con el doctor Ernesto Rojas, que fue
director del DANE dos veces, y con el doctor Eduardo Pachón, nos da más o menos
230 mil; es una diferencia enorme y eso da como resultado una diferencia también
enorme en la demanda de suelo urbano. O
sea, por eso es que la ecuación está mal plateada.
Y en ese sentido el estudio con las
observaciones que hace el Consejo Territorial de Planeación ¿ha tenido eco? ¿Usted
considera que en el Concejo de Bogotá ese documento con las observaciones que
se hacen, puede tener asidero?
Yo creo que
el Consejo Territorial ha hecho un enorme esfuerzo por comunicar el concepto;
hemos hablado con muchos concejales; hemos dialogado con candidatos a la Alcaldía
de Bogotá. Lamentablemente, el concepto del Consejo Territorial no es
vinculante, sin embargo aprobar un POT, bien sea el acuerdo del Concejo o bien
sea un decreto con un concepto negativo del Consejo Territorial, eso es un
proyecto que ya queda con ciertos visos de ilegitimidad que es lo que me parece
que puede llegar a pasar con el POT, y ese sería un mal precedente para un Plan
que va a regir los destinos durante 12 años.
La comunidad
está en contra del POT, la participación fue muy baja, la votación del Consejo
Territorial de Planeación fue importante, ha habido movimientos en diferentes
barrios en contra del POT.
Ahora, el Concejo
de la ciudad si lo aprueba, lo hará en unas condiciones muy precarias, y hay
que agregarle que estamos en campaña, entonces los concejales no asisten, han
asistido a algunas reuniones con quórum precario, le ponen muy poco interés a
la discusión. Hay que resaltar sí que esta discusión del POT se ha vuelto un
debate público importante; la ciudadanía es consciente de su importancia; se ha
politizado el tema del ordenamiento territorial, cosa que es muy buena porque
es que esa es la esencia de la democracia local, ya que el POT es la única
disposición que requiere de la participación ciudadana.
La Ley 388
consagra en dos artículos la necesidad de la participación ciudadana para poder
promulgar un POT. Porque es que esa
norma atañe a la vida cotidiana de todos los ciudadanos.
Por eso es
que es tan importante, si pudiéramos darle mayor dimensión y discusión a las
normas que nos competen directamente, estaríamos revitalizando la democracia
local y eso sí que es importante porque es que es ahí donde realmente
reforzamos la democracia. Esto puede ser
una revolución silenciosa de enormes proporciones si sabemos manejarla con mucho
cuidado.
Usted habla de algo muy grave y es que, según
afirma, el Plan presentado por el gobierno de Peñalosa, está sustentado sobre
proyecciones falsas. Si es así, desde el
punto de vista jurídico se podría demandar…
Bueno, no es
lo mismo proyecciones falsas que falsas motivaciones. Sin embargo, yo insisto
en proyecciones falsas porque la única autoridad, y así lo dicen diferentes
normas, es el DANE la entidad que puede emitir concepto respecto de la
proyección del suelo de expansión para lo cual se requieren también de
proyecciones de población. Usted y yo podemos tener unas proyecciones de
población o usted, y afirmar que a nuestras casas no las censaron, pero con eso
no desvirtuamos la cifra del Censo. Es
que el censo es la operación estadística más grande que se hace en cualquier
país. En ese sentido, el DANE en noviembre de 2018, cuando no estaba radicado
el POT ya se había pronunciado.
Se busca alterar la dinámica demográfica de
Bogotá
Hay un fallo del Consejo de Estado en virtud
del cual se manda a que la ciudad debe ordenarse en torno del agua con base o
en concordancia con el saneamiento del río Bogotá. ¿Se cumple con ese mandato
del fallo en el POT?
Si bien el
POT incorpora la sentencia, propone al mismo tiempo lo que se llama Ciudad Río
que no deja sino 30 metros de la franja.
Entonces por un lado borra con el codo lo que hace con la mano. El
proyecto de Ciudad Río es muy discutible en término del tema ambiental, lo
mismo va a pasar con la Reserva
Van der Hammen. Más que el tema ambiental es el tema demográfico. ¿Si
no se necesita ese suelo, para qué se proyecta esa ciudad? No se puede ofertar
suelo por encima de las proyecciones demográficas, entonces no es viable la
proyección de Ciudad Río.
¿Esa Ciudad Río sería entorno del río Bogotá?
Sí, a lo
largo del río.
¿Y por qué no sería viable?
Porque la
administración distrital está hablando, repito, de cerca de 900 mil viviendas
durante la vigencia del POT con unas proyecciones equivocadas o falsas. Nosotros con las mismas proyecciones estamos
diciendo que solo se necesitarán 230 mil unidades de vivienda, si solo se
necesitan 230 mil unidades de vivienda no se necesita esa expansión. Es que
sobre ofertar suelo es muy grave, es tan grave que no solamente alteramos la
dinámica demográfica y la dinámica del mercado inmobiliario en la ciudad sino
incluso a nivel nacional.
¿Por qué?
Porque
estamos ofertando suelo en Bogotá, lo cual tendrá como consecuencia que
seguramente vendrán capitales foráneos y población foránea. Quién puede
absorber, quién tiene el musculo financiero para mantener una gran inversión a
muy largo plazo si es que con la vigencia del POT no va haber sino 230
mil. Es que es un tema de oferta y
demanda, es el tema de la oferta del suelo urbano versus la demanda de suelo
urbanizable, la demanda no da sino para 230 mil. Cálculos muy juiciosos que han
hecho los doctores Ernesto Rojas y el doctor Álvaro Pachón, demuestran que
Bogotá más o menos en 20 años dejará de crecer. El crecimiento de la ciudad va
a ser cero.
¿Por qué lo dice?
Por la
reducción de la tasa de natalidad que es muy importante; es tan importante que
ya Colombia y en eso hay varios análisis que lo demuestran, la tasa de
fecundidad de Bogotá está por debajo de 2.
Por debajo de 2 quiere decir que estamos por debajo de la población de
reemplazo. La tasa de mortalidad sube, entre otras razones no solo porque hay
nuevas enfermedades, sino porque nos estamos envejeciendo. La tasa de envejecimiento
de Bogotá es alta. Entonces vamos a tener un crecimiento vegetativo igual a
cero.
Pero por
otro lado, Bogotá está expulsando población.
Está expulsando población de esta dimensión: si el vegetativo fue cerca
de un millón de personas entre 2005 y 2018, pero el crecimiento real fue
solamente de 500 mil, quiere decir que Bogotá expulsó 500 mil. De Bogotá se están yendo 500 mil personas.
El mismo
censo dice que en el último año Bogotá perdió 60 mil. Mucha de esa población se
está yendo a municipios cercanos. Hay gente que se están yendo más lejos, se
están yendo a Villavicencio, al Eje cafetero, se a la Costa inclusive. No es posible reversar esa tendencia. No es posible que por un acto administrativo
que se llama POT se revierta una dinámica demográfica de esa magnitud, entre
otras cosas porque la vida en Bogotá es mucho más cara. Recientemente un
artículo periodístico daba cuenta que un arriendo en Bogotá es más o menos 35%
más caro que en Medellín y en Medellín más o menos 10% más caro que en Cali,
luego Bogotá está 35% más caro que en Cali, esas condiciones no se pueden
revertir.
Como no se
pueden revertir y tenemos un crecimiento vegetativo igual a cero y un saldo
migratorio negativo es posible que Bogotá en el año 2031 tenga menos de los 7.500.000
habitantes.
Fomentando la especulación inmobiliaria
Usted acaba de afirmar algo que es grave y es
el tema de la sobre oferta del suelo. ¿Si
está contemplada la sobreoferta del suelo en el POT de Peñalosa, eso quiere
decir que se está fomentando la especulación inmobiliaria?
Claro,
claro, no hay la menor duda. Estamos
llegando a unos niveles de sobreoferta descomunales. La diferencia entre 200
mil y 900 mil son 700 mil hogares. 700 mil hogares son igual a una ciudad como
Barranquilla. Es de una dimensión enorme el error que se está cometiendo. Enorme
y esto puede ser catastrófico.
Ahora, qué
quiere decir catastrófico. Quiere decir que vamos a tener una sobre oferta no
solamente en la zona norte sino en el mismo interior de la ciudad. Entonces al interior de la ciudad, hoy, ya el
mercado inmobiliario está muy resentido y si usted amplía una oferta de esa
magnitud vamos a tener viviendas sin arrendar muchos años, vamos a tener
desvalorizaciones, vamos a tener deterioro de la ciudad.
Es que el
Plan de Ordenamiento Territorial lo que busca es armonizar la demanda con la
oferta, pero si alteramos unos de los dos factores artificiosamente generamos
una situación caótica.
O sea que nosotros estamos a años luz de
conquistar aquel derecho que lo caracterizó un francés Henri
Lefevre y que lo retoma un británico, un geógrafo como David Harvey,
el derecho a la ciudad. ¿Nosotros
en Bogotá no tenemos derecho a la ciudad con base en lo que usted acaba de
señalar?
La teoría de
Lefevre, fantástico, pues es él quien introdujo el concepto de Sociología Urbana
y hablaba que era el proceso del tránsito de una ciudad, de un país rural a un
país urbano y construía las bases para un país urbano.
Discípulo de
Lefevre es Manuel Castells,
el catalán, quien habla del tema de las comunicaciones y la participación
ciudadana en la formación de ciudad. Sus dos últimos libros son
extraordinarios. Alude a la ciudad red y habla de una ciudad enredada, que es
construida con redes donde la ciudadanía participe activamente y tome sus
decisiones. No que le tomen las
decisiones arbitrariamente sobre lo que va a pasar con su propiedad.
Se están adoptando decisiones arbitrarias en
Bogotá
¿En Bogotá se están tomando decisiones
arbitrariamente?
Totalmente
arbitrarias. Y qué quiere decir arbitrarias, es al arbitrio de un funcionario
de turno para llevar a cabo sus caprichos. La única posibilidad, y eso lo dicen
también varios tratadistas como Jaime Orlando Santofimio, es no cometer
arbitrariedades. Una vez que se le han
dado poderes discrecionales a la administración local es que se sustente con
argumentos técnicos sumamente serios, y aquí los argumentos técnicos fueron
desconocidos de una manera flagrante, y ellos sabían que los estaban tomando
equivocadamente, porque conocían los datos del censo que fueron públicos.
En ultimas, como diría un pronunciamiento de la
Maestría de Urbanismo de la Universidad Nacional de Colombia, la gran síntesis
es que este POT contempla una búsqueda obsesiva por encontrar terrenos para el
desarrollo de nuevos negocios, a partir de un enfoque neoliberal. ¿Usted lo
considera así?
Claro, claro
y más grave todavía. Es la búsqueda de nuevos negocios en renovación urbana
donde hay seguramente pequeños inversionistas que podrían desarrollar
proyectos; pero grandes inversiones en terrenos de expansión no lo pueden hacer
sino grandes capitales.
Pero es gravísimo lo que me está diciendo
porque eso da juego para blanqueo de grandes capitales en un país como Colombia
que tiene una mercancía que ya sabemos hacia dónde viene y para dónde va. Si son
capitales muy grandes los que se requieren, entonces esto da pábulo para las
economías ilegales.
Sí u otro
tipo de economías por eso yo habla de economías foráneas. Es posible, por ejemplo, grandes fondos de
inversión europea.
Ah, especulación financiera…
Macro,
global con población local. Capitales internacionales jugando con población
local, población de muy bajos recursos.
El 82% de la ciudad es estrato 1, 2, 3. El Sisbén es para
eso y más o menos el 50% de la ciudad está en Sisben, el 83% de la ciudad en
estrato 1, 2 y 3. Entonces, especular para hacer 900 mil unidades de vivienda
cómo, dónde está el capital, dónde está esa demanda, dónde está la demanda
efectiva.
Mire, una
discusión grande que tuvimos fue sobre el impacto de la población venezolana. Aunque
no tenemos certeza de las cifras pero por diferentes estudios, como uno de la
Universidad Externado, es que es una población con muy bajos recursos, de menos
de 300 mil pesos mensuales. Cuál es la
demanda efectiva de vivienda y qué tipo de vivienda puede ocupar esta población.
Entonces, cuando hablamos de 900 mil viviendas de tamaño importante estamos
hablando para otra población.
Uno de los
argumentos que usa el Distrito es que, para los grandes proyectos inmobiliarios
en desarrollo, tratamiento de desarrollo hay que reservar suelo, no ceder,
reservar suelo; 20% para VIS (Vivienda de Interés Social), 20% para VIP
(vivienda para estrato alto). Eso qué quiere decir, que, si queremos reservar
suelo para 20% de VIS, necesitamos construir 60 mil viviendas no VIS para poder
cubrir las 20 mil viviendas que se construyen anualmente en la
informalidad. Si queremos contrarrestar
la informalidad con este mecanismo necesitaríamos desarrollar 60 mil no VIS, y dónde
está la demanda de 60 mil no VIS.
Bogotá crece informalmente
¿Y la ciudad sigue creciendo informalmente?...
La ciudad
crece de una manera impresionante informalmente. Hay datos de que casi está
creciendo alrededor de mitad y mitad, mitad formal y mitad informal. Hay otros datos propios de la Secretaria de Planeación
que se están generando 20 mil unidades anuales en vivienda informal. Pero eso no es lo grave, lo grave es que ya hay
fenómenos de invasión que no pasaba sino desde hace muchos años. En Usaquén,
hay una invasión famosa, existen los famosos tierreros y todavía funcionan. Eso
es absolutamente miserable que existan, porque el Estado no ha sido capaz de
enfrentar el tema de la informalidad, ni ha sido capaz de ofertar suelo para
población de muy bajos recursos.
Con lo que acaba de decir, la ciudad no está
produciendo vivienda requerida para población de bajos ingresos…
Claro que
no, la única posibilidad es vía VIS y VIP. Pero para poder producir VIS o VIP
se necesita desarrollar no VIS, vivienda para estratos medios y altos para
poder reservar suelos. Es que no es
ceder, los grandes urbanizadores no ceden, reservan suelo para VIS y VIP. Entonces,
una población que gana menos de 2 salarios mínimos no tiene acceso a VIS y a
VIP, por lo tanto no le queda más remedio sino la informalidad o irse.
¿En ese sentido entonces Bogotá es una ciudad
segregada?
RP:
Altamente segregada, preocupantemente segregada. La realidad de Bogotá es muy
grave.
La reserva forestal Van der Hammen
Pasemos a otro tema que también ha sido muy
controvertido y es: ¿se necesita zonificar la reserva forestal Tomas Van der
Hammen?
No, para
nada.
¿Por qué?
Porque no
hay necesidad, no se necesita más suelo porque la ciudad ya no va a crecer más,
porque esa enorme expansión que estaban planteando al norte no existe, esa
demanda es ficticia, no es real, no existe, no va a existir, nunca va a
existir. Por qué digo nunca. Porque si en el año 2039 Bogotá no va a
crecer nada, cero, de ahí en adelante cero. Es que lo raro es que no nos demos
cuenta que eso es verdad.
La tasa de
fecundidad de Bogotá está por debajo de 2, ya se lo dije y ese fenómeno está
pasando en muchas partes del mundo, las ciudades grandes no están creciendo,
las ciudades “grandes” entre comillas están experimentando el fenómeno que
llaman del vacío. Se están vaciando. Hoy
Bogotá tiene, según el censo, más o menos unas 130 mil viviendas
desocupadas. Para qué pensar en
expansión, cómo no pensar en utilizar de manera más racional, sobre todo para
los más pobres este tipo de vivienda.
Bogotá y la crisis climática
Hay otro tema también que es de suma
preocupación y es el POT frente a la vulnerabilidad de la ciudad en cuanto a la
crisis climática. ¿Este plan del alcalde Peñalosa contempla algunos mecanismos
para atenuar este fenómeno o no se avanza nada?
Me gusta que
diga la crisis climática más que el cambio. Por ejemplo, las zonas amenazadas
por inundación, o los mapas de amenazas por inundación o de riesgo por
inundación, se sustrajeron de unas áreas importantes de los mapas anteriores de
amenaza por inundación. Eso es peligroso. Las zonas de remoción en masa, si sigue
creciendo la informalidad, continuaremos teniendo población amenazada por
remoción en masa. Pero mire, hay un tema muy delicado, es la amenaza sísmica,
de eso no se ha hablado mucho hoy.
¿En Bogotá?
Sí, en Bogotá.
Ingeominas
está tratando de modificar el mapa de riesgos sísmicos o la zonificación sísmica.
Estas construcciones de la informalidad que se intensifican, construyen una
placa encima de la otra con un voladizo más, son escalonadas, tienen un riesgo
sísmico altísimo y Bogotá no le ha puesto atención a eso. Y son tres riesgos
muy, muy peligrosos. Es que lo que pasa
es que, si nos concientizáramos que Bogotá no va a crecer más podíamos pensar
en mejorar la calidad de vida de los que hoy estamos, sobre todo de los más
necesitados. Habría un vuelco enorme en
la planeación de la ciudad. Una concepción completamente diferente. No es una ciudad que crece, es una ciudad que
vamos a mejorar, pero mientras no nos cambiemos ese chip y entendamos que eso
es lo que pasa y eso es lo que va a pasar, digo pasa porque en el mundo está
pasando. Las ciudades grandes están dejando de crecer. Deberíamos estar
pensando en cómo mejorar todo eso, sobre todo la población más necesitada, es
que no podemos ser tan obtusos de seguir pensando en urbanizaciones fastuosas,
cuando tenemos una población viviendo en deplorables condiciones.
¿En el Consejo Territorial de Planeación del cual
usted es presidente y en la Sociedad de Ornato y de Mejoras de la ciudad son
conscientes de que hay que cambiar el modelo neoliberal y la concepción
urbanística de que el suelo de la ciudad no puede ser suelo para la
especulación financiera?
Imagínese si
no. Tanto en el Consejo Territorial como en la Sociedad de Ornato y Mejoras
veninmos trabajando el tema con con grandes especialistas como los doctores
Ernesto Rojas y Álvaro Pachón, entre muchos otros.
En el
Consejo Territorial hay consciencia clarísima sobre la necesidad de cambio: es
que la votación en su interior fue importante: 36 votos negativos al POT contra
19 abstenciones, no hubo ninguno afirmativo y había perfectamente quórum, todo
estaba en orden y es un concepto negativo.
El Concejo
de la ciudad no, porque el Concejo de la ciudad sí está cooptado por los
políticos. Por los intereses políticos que mencionábamos hace un momento.
Conurbanización
Otro tema
que es muy complejo y que de alguna manera algunas administraciones tanto de la
capital como del departamento han tratado de avanzar, pero por supuesto los
intereses financieros y políticos no dejan, es el conurbanismo de Bogotá, lo
que se ha denominado Ciudad-Región. ¿Es necesario el conurbanismo de la Sabana,
de los municipios circunvecinos de Bogotá? ¿El POT contempla algo al respecto?
El POT dice
que reconoce que hay unos hechos regionales. Reconocer que hay unos hechos
regionales y no reconocer es exactamente igual. Claro, la Sabana está
creciendo, la Sabana es el nicho ecológico más valioso, es que es el único, es
la única área del trópico frío a esas magnitudes a 2600 msnm, es una cosa valiosísima
y no hay conciencia sobre eso.
Es claro que
Bogotá está expulsando a la Sabana, pero no en las dimensiones que están
pensando. El crecimiento total de la
región, Bogotá más la Sabana incluyendo Facatativá más Fusagasugá está
creciendo a nivel de 80 mil viviendas año, que es lo que el POT cree que va a
crecer Bogotá. La verdad es que es toda la región, sólo crece 80 mil.
No hay una
autoridad de planeación regional. La CAR que es la
que podía por excelencia estar pensando en eso, está pensando en otro cuento;
porque a ella es la que le compete expedir los conceptos previos desde el punto
de vista ambiental de la formulación de los POT, no solo de Bogotá, sino de
toda la región.
Ahora, el
gobierno nacional debería estar muy preocupado por este tema y no está
entendiendo lo que está pasando. Tengo aquí un atlas que me llegó hace poco del
Departamento Nacional de Planeación: Atlas
de la aglomeración de Bogotá, y dice que la ciudad tiene en el año 2005, tiene
8.300.000 habitantes y el censo dice que tiene 7.180.000. Esto ya está totalmente desfasado. Porqué la
importancia de la población. Primero tenemos la población, luego tenemos
hogares, luego tenemos vivienda y luego tenemos suelo. Si nos equivocamos en la
base de la pirámide, la población, nos equivocamos en la demanda de suelo; y
qué es el ordenamiento territorial, es la organización del suelo, del
territorio y es por eso que el gobierno nacional tampoco se interesa por el
tema, lo cual es sumamente grave.
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