ENTREVISTA CON FERNANDA SAFORCADA, DIRECTORA ACADÉMICA DE CLACSO
“PARA LAS EXPERIENCIAS
PROGRESISTAS EN AMÉRICA LATINA HA SIDO COMPLEJO CONSTRUIR HEGEMONÍA POLÍTICA
POR ESO COBRAN IMPORTANCIA LOS LIDERAZGOS”
POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ
Ante la
arremetida de la ultraderecha que avanza a como dé lugar en el proceso de
restauración conservadora en Latinoamérica, los sectores progresistas no lograron
sopesar adecuadamente el alcance de los distintos poderes que han movido sus
hilos, no solamente el económico como es obvio, sino tanto el poder judicial como
el mediático, afirma la investigadora argentina y directora académica del
Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), Fernanda Saforcada, al
analizar la actual coyuntura política de la región, tras el golpe de Estado en
Brasil y el retorno del neoliberalismo en Argentina con la llegada de Mauricio
Macri a la Casa Rosada.
Por ello, agrega, los sectores
populares que disputan hegemonía con la
ultramontana ultraderecha latinoamericana tienen el reto de “generar
mayor capacidad creativa e imaginativa de construcción política”.
Ante las circunstancias complejas
y adversas que han tenido que afrontar los gobiernos progresistas en el
hemisferio para construir hegemonía política, Saforcada considera vital y de
trascendencia el rol de los liderazgos para la sostenibilidad y avance de los
procesos populares en Latinoamérica.
Tras la realización del XXXIV
Congreso de la Asociación de Estudios Latinoamericanos (LASA por sus siglas en
inglés), una red de investigadores, que nació en Estados Unidos, el cual tuvo
lugar en Nueva York entre el 27 y 30 de mayo, y en el que CLACSO tuvo destacada
participación, invitamos a dialogar a esta cientista social argentina, licenciada
en Ciencias de la Educación, con doctorado de la Universidad de Buenos Aires
(UBA) y magíster en Ciencias Sociales de la Facultad Latinoamericana de
Ciencias Sociales (FLACSO), sobre los alcances de este evento académico, el rol
político que cumple una institución de la trascendencia investigativa de
CLACSO, y claro, las perspectivas políticas de la región.
CLACSO con su actual secretario
ejecutivo, Pablo Gentili a la cabeza, se caracteriza por su compromiso en pro
de la lucha emancipatoria del
continente. Por tal razón, en la ciudad colombiana de Medellín, donde en
noviembre de 2015 este organismo académico realizó con rotundo éxito su VII
Conferencia Latinoamericana y Caribeña de Ciencias Sociales, Fernanda Saforcada
exhortó a seguir con el ímpetu y el compromiso intelectual con miras a que los “sueños
de solidaridad, de igualdad para nuestros pueblos, se hagan realidad”.
EL COMPROMISO POLÍTICO DE LOS INTELECTUALES CON LOS PROCESOS HISTÓRICOS
- ¿Cuál es la importancia de la Asociación de
Estudios Latinoamericanos” (LASA por sus siglas en inglés) y por qué la
vinculación de CLACSO a esta red de investigadores?
- LASA
es una red de investigadores que nació hace 50 años en Estados Unidos, vinculados
a universidades de ese país, aunque en la última década vienen participando de
varias instituciones latinoamericanas. Tiene un origen peculiar porque nace en
un contexto de preocupación cuasi-imperial por América Latina en el que el gobierno
norteamericano decide destinar fondos para producir conocimiento sobre este
hemisferio con el propósito de intervenir ahí. Lo paradójico de esta cuestión
es que las cosas no salen como se planifican y no obstante que este centro de
investigación es financiado por el gobierno de Washington termina integrándose
por latinoamericanos que viven en Estados Unidos e investigadores norteamericanos
que tenían una perspectiva de izquierda o progresista. De modo que una
iniciativa que nace para intervenir en América Latina con una visión
colonialista y de derecha se transforma en la oportunidad de producir
conocimiento a partir de la izquierda. Ese es el inicio de LASA y aunque ha
habido muchos avatares en su desarrollo, hoy conviven múltiples visiones,
posiciones y perspectivas respecto del contenido de las investigaciones. CLACSO
participa en esta Asociación por varios motivos. En primera instancia porque
muchos de los investigadores que integran nuestra red venían participando de
LASA y consideramos importante acompañar esa vinculación. Por otro lado, desde
que inició la gestión de Pablo Gentili hemos buscado profundizar las relaciones
con otros países del mundo en perspectiva sur y también con el norte para
generar experiencias de articulación desde una posición de horizontalidad. Pero
además porque así como somos latinoamericanos y hablamos sobre América Latina
también podemos hacerlo sobre el mundo. LASA nos da la posibilidad de acercar
la perspectiva latinoamericana a Estados Unidos y también al mundo.
- La delegación de investigadores de CLACSO
protagonizó una protesta en el marco del XXXIV Congreso de LASA por el golpe de
Estado en Brasil. En el vestíbulo del Hotel Hilton de Nueva York desplegaron a
través de camisetas y pancartas la inscripción: “La democracia está de luto en
Brasil”. ¿Qué reacción tuvo esa manifestación?, más aún cuando gracias a un
pronunciamiento de CLACSO, el expresidente neoliberal Fernando Henrique
Cardoso, instigador del golpe, tuvo que abstenerse de participar en este
congreso académico…
- Cuando
se dio a conocer que iba a estar Fernando Henrique Cardoso como conferencista
en una de las actividades de LASA junto con el expresidente chileno Ricardo
Lagos, hubo una declaración promovida por un grupo de jóvenes solicitando que
el exmandatario brasileño no hablara dado su implicación en el golpe de Estado
en Brasil. Si bien nosotros como CLACSO no suscribimos esa declaración porque
consideramos que no se puede prohibir el uso de la palabra a nadie en aras de
la pluralidad de opiniones, si convocamos a manifestarnos e íbamos a invitar a
todos lo que tenían previsto asistir a la conferencia de Cardoso a portar las
camisetas repudiando el golpe y el accionar de este personaje en el contexto
político brasilero. Como Cardoso decidió no ir pretextando motivos personales,
nosotros decidimos hacer un acto de rechazo al golpe de Estado durante el
cierre del Congreso de LASA, lo cual tuvo amplia repercusión mediática.
- ¿Esta actitud asumida por varios
investigadores tanto de CLACSO como de LASA se puede asimilar a la del
intelectual comprometido o del intelectual orgánico del que habla Gramsci?
- Sí, yo creo que necesariamente se asimila al
intelectual orgánico y comprometido en
el sentido de que como cientistas sociales no concebimos que haya una objetividad
apolítica, hay una objetividad en términos de rigurosidad, en el compromiso
respecto del tipo de análisis y de investigaciones que se llevan adelante. No
hay una objetividad política, siempre miramos desde ciertos parámetros y desde
algunas perspectivas. Siempre la investigación es funcional a algo, sirve para
determinados fines y no para otros, de tal manera que no hay modo de escaparse
por acción o por omisión al compromiso porque siempre hay algo que se juega en
lo político o en lo social, en lo que uno hace. Ahora, como cientistas sociales
tenemos que estar comprometidos con los procesos históricos en los que estamos
insertos, además es parte de cierta ética, si se quiere, como intelectual.
- ¿Si bien CLACSO es una institución de
investigación en las Ciencias Sociales tiene como propósito político y misional
la emancipación de América Latina?
- CLACSO
tiene un propósito político con la emancipación de América Latina, con la
democracia, con el respeto de los derechos humanos y con la construcción de sociedades
justas e igualitarias. Ese es el propósito del origen de CLACSO. Además en los
tiempos que corren este compromiso político adquiere renovada fuerza porque
casos como el golpe de Estado en Brasil o la situación en Argentina u Honduras
muestran que las medidas que se están tomando en estos países vienen a
profundizar las desigualdades, a generar condiciones más complejas y
problemáticas en términos de garantías de derechos. Hay muchos procesos que nos
preocupan tanto en América Latina como en Europa que configuran un escenario
mundial y regional muy complejo en el que hay que repensar el ciclo de
gobiernos progresistas y el concepto de construcción de hegemonía acudiendo a
Gramsci. Cuando creíamos que el máximo momento de esplendor de la hegemonía
neoliberal fue la década de los años 90 y que estábamos entrando en un nuevo
ciclo, ahora nos encontramos con una coyuntura en donde se presenta una nueva
disputa con el neoconservatismo en términos hegemónicos.
- Hablemos de los intentos de restauración
conservadora en Suramérica tras lo que ha pasado tanto en Argentina como en
Brasil. Los gobiernos impugnadores del neoliberalismo si bien lograron
construir un polo antagónico para enfrentar este criminal modelo no lograron
generar los mecanismos y las herramientas para derrotarlo. ¿Cuál es tu opinión?
- Yo
creo que por eso hay que volver a Antonio Gramsci porque considero que los
procesos de construcción de hegemonía son mucho más complejos de lo que
creímos. Estas experiencias progresistas y populares como las que hemos tenido
en América Latina obviamente que requieren de construcción de hegemonía que
permitan que se sostengan y que los años que tuvimos en el caso argentino
fueron pocos para pensar en estos términos. De modo que hay que pensar en
estrategias políticas que permitan, frente a la arremetida de los grandes
poderes, sostener esas experiencias populares. Me parece que una de las claves
tiene que ver con los liderazgos porque ante el déficit de construir hegemonía,
cobran más importancia de lo que creíamos. Además, no pudimos sopesar
adecuadamente los distintos poderes en juego porque no solo está el económico
como es obvio sino también el uso que se hace del poder judicial y del poder
mediático. A partir de estos elementos se hace necesario generar mayor
capacidad creativa e imaginativa de construcción política del poder popular.
- Estos gobiernos de derecha en Latinoamérica
no tienen un proyecto político sino un plan de negocios. ¿Lo consideras así?
- Yo
creo que son las dos cosas. No tengo duda de que tienen un plan de negocios que
los beneficia en lo personal y creo también que tienen un plan político. Hemos
tendido a señalar a estos personajes que lideran los gobiernos de derecha como
que no saben de política o que son tontos y no hay tal, tienen un plan político
que en alguna medida es cínico porque se sustenta en el beneficio personal y
además constituye su propia convicción. Es desembozado el nivel de interés de
estos gobiernos y cómo se benefician directamente con las propias medidas que
toman. Es tan escandaloso como lo que ocurrió en Brasil que aquellos que dan el
golpe de Estado vociferando contra la corrupción, son los que más causas por
corrupción tienen. Y si no es porque encuentran la complicidad judicial que les
da una aparente legitimidad legal y simbólica a través de los medios de
comunicación que ellos controlan, sería insostenible, en otro momento sería un
escándalo absoluto.
- Una pregunta respecto de tu ámbito de
investigación. ¿Cómo analizas en este contexto de restauración neoliberal el
horizonte de la educación en América Latina?
- Creo
que este tema está en un momento crucial. Como gran tendencia uno observa que
hubo en los últimos años en América Latina una expansión de la educación
secundaria y mayor inclusión, lo cual es muy bueno. Hubo una tendencia a
aumentar los recursos para educación, un el incremento del porcentaje en el PIB
en todos los países, estamos hablando de un 10% en Brasil; del 6.4% en Argentina;
del 4% en República Dominicana, para poner algunos ejemplos concretos. Además
hubo una expansión de la obligatoriedad que es un modo de garantía a la
educación como derecho social. Pero en otro sentido la cuestión es más compleja
porque las dos tendencias que desde mi punto de vista se pueden ver son, por un
lado, la profundización de la privatización de la educación que viene desde
hace varios años, la manera como se introducen modalidades de lo privado en el
ámbito de la educación pública. Un ejemplo de esto es la contratación de
servicios de empresas multinacionales para ser aplicados a la educación pública.
Y la otra tendencia es el peso cada vez mayor de las políticas de evaluación
estandarizada, en lo cual ha ido ganando nivel estratégico la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económicos (OCDE), que por el contrario, en vez de alentar procesos de
democratización y de expansión de la educación alientan a desarrollo de
prácticas competitivas y de estigmatización. La gran pregunta que se abre es
qué va a suceder en la educación y eso dependerá del desarrollo de los procesos
políticos de nuestros países.
Buenos Aires, junio de 2016.
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