MACRI PONE EN MARCHA
“PLAN BELGRANO”, UNA INICIATIVA DE E.U. PARA MILITARIZAR ARGENTINA Y APROPIARSE
DE RECURSOS NATURALES
POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ
El gobierno
de Mauricio Macri anuncia la puesta en marcha del denominado “Plan Belgrano”
que, en palabras del politólogo y analista internacional Atilio Boron, no es
más que “una operación del imperio estadounidense para impedir el desarrollo
sustentable, complementar la militarización de la región y garantizar el saqueo
de los recursos naturales de Argentina” y el sur del continente.
Además, afirmó Boron, este
proyecto servirá para consolidar la neoliberal Alianza del Pacifico y los
intereses geopolíticos norteamericanos.
El “Plan Belgrano” fue anunciado por
Macri durante la campaña electoral como un “programa de desarrollo social,
productivo y de infraestructura orientado al crecimiento y la igualdad de
condiciones y oportunidades para diez provincias del norte argentino”.
Sin embargo detrás de este plan
de injerencia estadounidense está el propósito de impedir el desarrollo real de
Argentina y garantizar los intereses corporativos de Estados Unidos.
Es evidente, dicen los analistas
internacionales, que en este proyecto están directamente involucrados sectores vinculados
a los intereses de las transnacionales norteamericanas.
Diversos medios periodísticos de
Buenos Aires han dado a conocer que tras un “relanzamiento de las relaciones
militares” entre Estados Unidos y Argentina, ahora bajo el control del gobierno
derechista de clara matriz neoliberal de Macri, el Pentágono prepara la
instalación de dos bases militares en territorio argentino: al norte del país,
en la Triple Frontera, que comparte con Brasil y Paraguay, y otra al sur, en la
ciudad de Ushuaia, capital de la provincia de Tierra del Fuego.
Por ello una delegación del Ministerio
de Defensa argentino viajó a mediados del pasado mes de mayo a Washington para
reunirse con funcionarios del Pentágono a fin de dar forma a los puntos en
materia de cooperación militar acordados por Macri y Barack Obama durante su reciente
visita oficial a Buenos Aires.
El gobierno de Macri se ha
manifestado satisfecho con este reimpulso de relaciones entre la Casa Rosada y
el Pentágono pues según ha señalado permitirá el “reequipamiento y promoción de
intereses compartidos en el campo de la defensa, y una apertura a grandes
posibilidades de trabajo conjunto”.
De este modo, se contempla la instalación
de una base militar logística en Ushuaia para la operación de buques y aviones
destinados a “estudios científicos” en el denominado Polo Logístico Antártico.
Lo cierto es que según analistas desde
esa zona cercana a la Antártida, pueden controlarse geoestratégicamente las
rutas de interconexión intercontinental entre África y América y los Océanos
Pacífico, Atlántico e Índico. Por tanto, el interés no es científico (esa es la
coartada) sino militar, con el aditamento de que esta área geográfica también
representa parte de la más grande reserva de agua congelada del planeta.
En definitiva, mediante el Plan
Belgrano, Washington además de compartir información meteorológica y satelital
con el Ministerio de Defensa de Argentina, contará con una infraestructura que
tiene características de un centro de movilidad estratégica para una eventual
movilización de tropas tanto aérea como marítima.
Atilio Boron vinculó este proyecto
con los intereses hegemónicos de Estados Unidos en Suramérica.
“El Plan Belgrano forma parte de
una iniciativa de Estados Unidos para apropiarse de una manera definitiva de
los recursos naturales de Suramérica y, especialmente, de esta parte del
continente. El noroeste es una región muy rica en litio, que para los
americanos es considerado uno de los recursos estratégicos del siglo XXI”,
explicó el politólogo argentino.
“Si el Plan Belgrano se
materializa va a haber una fuerte presencia militar y de agencias
norteamericanas en la región y, probablemente, se avance en la instalación de
una base militar en la Triple Frontera”, agregó.
Frente a esta nueva amenaza estadounidense,
sectores políticos y sociales en Argentina llamaron a formar un frente popular
para resistir el avance de este plan injerencista.
CERCO MILITAR EN EL SUR DEL HEMISFERIO
Con estas dos bases que instalará
el Pentágono en Argentina, Estados Unidos aumenta su presencia en Suramérica, donde
ya cuenta con otras tantas en Colombia, Perú y Paraguay, lo que obviamente reforzará
su hegemonía militar en el continente al sumar las instalaciones con las que dispone
en Centroamérica y el Caribe. Ya la Organización del Tratado del Atlántico
Norte (OTAN) que está bajo el mando de Washington tiene una base en las islas
Malvinas, donde el Reino Unido proyecta usar submarinos nucleares, lo que ha
generado gran polémica.
Con la base en la Triple
Frontera, la intención es tener bajo control el acuífero Guaraní, la reserva de
agua potable más significativa de la tierra. Activistas en contra de las bases
militares estadounidenses en Argentina han advertido que no se descarta que
insistan, con esta “nueva hermandad”, en retomar el proyecto de Chaco, con lo
que serían ya tres puntos de “cooperación militar” con posible presencia de
tropas y personal estadounidenses.
La base militar de Ushuaia solo
distará de una hora y 45 minutos de Puerto Williams, en Chile, cruzando el
Canal de Beagle a 30 millas náuticas, es decir, unos 55 kilómetros, reseñó el
portal Rosarionet, que indicó en la misma nota que se espera un pronunciamiento
del gobierno chileno al respecto.
En recientes declaraciones al
canal Telesur, Elsa Bruzzone, del Centro de Militantes para la Democracia
Argentina (CEMIDA), alertó que “la Antártida es la mayor reserva de agua dulce
congelada en el mundo. Justamente en ese sector es donde nos disputamos
soberanía Argentina, Chile y Gran Bretaña. En la península Antártica se
encuentran los mayores yacimientos de hidrocarburos de la región y hay
minerales altamente estratégicos que son indispensables para la industria
militar y la aeroespacial. El objetivo de Estados Unidos es obtener el control
de todos nuestros recursos naturales”.
Al fin y al cabo en menos de un
siglo el agua dulce será un recurso que se tornará cada vez más escaso a
consecuencia de la contaminación industrial y la crisis climática, razón por la
cual el gobierno de Estados Unidos se prepara desde ya para tener una muy buena
provisión del preciado líquido y por eso tiene puestos sus ojos en
Latinoamérica.
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