lunes, 22 de agosto de 2016

COLOMBIA

PROCESO DE PAZ CON LAS FARC HA POSIBILITADO DISMINUIR EN UN 31% LA CONFLICTIVIDAD SOCIAL COLOMBIANA



POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ

Desde que la insurgencia de las Farc declaró el cese unilateral al fuego en julio de 2015, en buena parte de las regiones del país ha sido notoria la disminución de las presiones en términos de conflictividad. Inclusive la naturaleza y las condiciones de las protestas han empezado a cambiar en una sociedad como la colombiana caracterizada por el lastre que ha significado para la protesta social tan connatural en todas las comunidades, la secular lucha armada.

Esta mutación de la dinámica que está adoptando la protesta social en una país de regiones tan disímiles como Colombia, ha venido siendo percibida por el Observatorio de Conflictos Socio-Laborales (OCSL) del Ministerio del Trabajo, especialmente durante el semestre de enero a junio de este año, comparado con el mismo periodo de 2015.

Este Observatorio que constituye una importante herramienta de seguimiento y evaluación de las expresiones de inconformidad y de contradicción entre actores de la sociedad y/o con la institucionalidad, ha logrado identificar una nueva dimensión de la protesta social en Colombia caracterizada por el hecho de que ya la misma no está mediada por sectores armados al margen de la ley. Este fenómeno se ha comenzado a vislumbrar a partir de la disminución de los rigores del conflicto armado interno por efectos del proceso de paz que se realiza en La Habana.

LAS CIFRAS

En este nuevo contexto y no obstante las diversas expresiones de inconformidad y protestas registradas durante el último año, el OCSL a través de su metodología de seguimiento ha podido establecer que la conflictividad social se ha reducido entre el primer semestre de 2016 comparado con el de 2015, en un 31% en el ámbito nacional.

Por departamentos, es muy representativo el índice de disminución de la conflictividad en Amazonas (-100%); Casanare (-95%); Magdalena (-71%); Santander (-46%); e incluso el mismo Chocó (-60%), cuyos habitantes por estos días se encuentran protagonizando un paro cívico.

ELEMENTO PARA VIGORIZAR LA DEMOCRACIA

En una cultura como la colombiana imbuida históricamente por el discurso hegemónico que privilegia el unanimismo, no obstante las múltiples diferencias regionales e idiosincráticas, se ha pretendido infundir que el conflicto y la polarización constituyen fenómenos perturbadores en la construcción de democracia. Cuando es el conflicto el que da vigor y fortalecimiento al debate democrático. Al fin y al cabo como dijo el filósofo francés Michael Foucault, invirtiendo la manida frase del estratega militar prusiano del siglo XIX, Carl von Clausewitz, “la política es la continuación de la guerra (el conflicto es su máxima expresión) por otros medios”.

En efecto, la paz no es la ausencia de conflictos en una sociedad, por el contrario,  lo que determina la convivencia de un Estado es la existencia de instancias y canales regulares legítimos e idóneos que posibiliten tramitar y resolver las diferencias y disputas.

En este contexto, la ministra del Trabajo, Clara López Obregón, en reciente foro académico sobre el plebiscito de la paz, afirmó que el conflicto “cumple una función social” porque constituye un elemento esencial en la construcción de democracia, en la medida en que se tramite a través de las vías institucionales, y en el caso colombiano, proscribiendo para siempre los métodos violentos.

FORMAS DISTINTAS DE EXPRESIÓN SOCIAL

Al hacer un ejercicio de prospectiva, el OCSL prevé que una vez se concrete la paz con las Farc y en el eventual caso de que entre en el proceso el ELN, en Colombia se van a producir formas distintas en la expresión de la protesta social. Si bien no van a disminuir la conflictividad y la movilización ciudadanas, su accionar adoptará formas diferentes a las que tradicionalmente está acostumbrado el país. La desaparición del elemento armado va a configurar una nueva manera de tramitar las contradicciones, con lo cual, como lo señaló la titular de la cartera laboral, se contribuirá a vigorizar la democracia mediante el respeto por el otro, la elevación del debate político y la madurez en términos de considerar y aceptar la diferencia.



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