POSACUERDO SE DEBE
CONSTRUIR DESDE LOS TERRITORIOS CON JUSTICIA SOCIAL Y PLURALISMO DEMOCRÁTICO:
‘LUCHO’ GÓMEZ, EL HOMBRE DE LA PAZ EN LA GUAJIRA
POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ
“La paz tiene que traducirse en
desarrollo social”, afirma el médico y exviceministro de Salud, Luis Gómez
Pimienta, reconocido líder regional de La Guajira, luego de la suscripción de
los acuerdos de La Habana entre el Gobierno de Santos y las Farc.
El enfoque tanto étnico como
territorial que contempla el acuerdo final genera una serie de expectativas en
un departamento con tantas carencias pero a la vez con abundantes recursos
naturales como La Guajira, destaca ‘Lucho’ Gómez, tras la realización de tres
foros sobre los alcances de la paz que se realizaron en Riohacha, Villanueva y
Fonseca, entre el 25 y 26 de agosto, los cuales contaron con el auspicio de PAX
Holanda.
Estos foros convocados además por
la Plataforma de Juventud, la Alcaldía de Riohacha y la Universidad de La
Guajira, a los que asistieron delegados del Gobierno Nacional como la consejera
presidencial para los Derechos Humanos, Paula Gaviria, y los asesores Gerson
Arias y Myriam Méndez, de la Oficina del Alto Comisionado de Paz, no solo
constituyeron un buen ejercicio de pedagogía sobre lo pactado en la capital cubana
sino además, sirvieron para hacer una radiografía de la realidad socioeconómica
de esta importante región del país.
¿Qué viene ahora?
Gómez Pimienta, el hombre de la
paz en La Guajira, quien ha dedicado buena parte de su vida a contribuir a la
salida negociada del inveterado conflicto armado colombiano, explica que las
comunidades de su departamento miran con mucha expectativa lo que viene ahora
con la etapa denominada posconflicto.
Este es el momento, dice, de que
el Estado se concentre en atender las múltiples necesidades sociales por
décadas aplazadas de regiones con carencias graves como este departamento en
materia de derechos sociales, servicios públicos básicos e infraestructura vial.
Ambiente de tensión social
Para este dirigente social, el ambiente
que se vive en La Guajira es de permanente tensión por los múltiples problemas
que dificultan el normal transcurrir de la vida de sus habitantes. Este es un
departamento, se queja, en el que diariamente mueren niños de la comunidad
indígena wayúu por inanición sin que el Estado colombiano, no obstante los
múltiples requerimientos del poder judicial y de los órganos de control, haya
logrado atender de manera adecuada esta crisis humanitaria. A ello, agrega
Gómez Pimienta, se le suma todo el drama que constituye el contrabando de
combustible que ingresa por la frontera con Venezuela, el cual ha consolidado
mafias políticas y económicas que se han apoderado del departamento. Esta
comercialización ilegal de combustible que se extiende al sur del Cesar, los
Santanderes y algunos departamentos de la Costa, ha terminado por
“estratificar” el contrabando. Es decir, hay diferentes modalidades para
contrabandear, desde el método que maneja el gran negocio hasta el que practica el humilde pimpinero (el que
utiliza un receptáculo de combustible generalmente de plástico que en la
frontera colombo-venezolana se conoce con la denominación de pimpina).
Esta mafia es la que determina
los precios del combustible, genera en ciertas temporadas escasez ficticia para
subirlos, y tiene la capacidad de “secuestrar” políticamente a buena parte de
la región. Infortunadamente, señala Gómez Pimienta, las autoridades policiales
se limitan al pimpinero para hacer las actividades de control sin que se
preocupen por atacar de manera efectiva este complejo fenómeno del cual derivan
su sustento millares de familias en La Guajira.
Otros problemas que vienen
afectando a la comunidad guajira es el alto grado de corrupción, los abusos del
Estado que se evidencian, por ejemplo, en el cobro de peajes en trayectos
cortos en vías que no están en las mejores condiciones; o el decomiso de
vehículos de placas venezolanas de propiedad de residentes colombianos, sin el
debido proceso.
A lo anterior, hay que añadirle,
las reiteradas equivocaciones políticas del gobernador encargado por el
Gobierno Nacional, Jorge Enrique Vélez, ficha del partido Cambio Radical del
vicepresidente Vargas Lleras, quien por falta de tacto, ha ocasionado un amplio
descontento entre la ciudadanía.
Situación capitalizada políticamente por Uribe
Este complejo ambiente social y
político ha venido siendo capitalizado por el expresidente Álvaro Uribe Vélez,
quien precisamente hizo presencia en territorio guajiro durante los días de la
realización de los foros en Riohacha, Villanueva y Fonseca, para promover el No
en el plebiscito por la paz previsto para el próximo 2 de octubre.
Por eso la dirigencia de La
Guajira comprometida con la viabilidad de la paz, afirma ‘Lucho’ Gómez,
solicita al gobierno del presidente Santos mayor atención a los problemas de
este departamento, comenzando porque fije la fecha de convocatoria a la
elección del gobernador para acabar con la actual interinidad.
Encuentro regional por el SÍ
Para afianzar el proceso político
en apoyo al SÍ en el plebiscito por la paz, los diversos sectores sociales que
están jugados en este propósito, tienen previsto realizar un encuentro regional
en el corregimiento de Conejo del municipio de Fonseca, en el sur de La
Guajira, en el que participarán delegaciones de la Jagua del Pilar, El Molino,
Urumita, Distracción, San Juan del Cesar, Barrancas, Hato Nuevo y Albania.
En este foro regional se busca
articular acciones para impulsar positivamente el plebiscito y hacer pedagogía
respecto del acuerdo final de paz suscrito en La Habana con énfasis en lo
territorial y en lo étnico. Se abordarán las implicaciones que tendrá para este
departamento la instalación del campamento de normalización y transición de
insurgentes de las Farc en el corregimiento de Los Pondores en el municipio de
San Juan del Cesar, en el sur de La Guajira, así como los mecanismos que se han
acordado para monitorear el cumplimiento de los compromisos contemplados en el
pacto de paz, y los instrumentos de participación democrática para que las
comunidades sean partícipes de su destino en la fase del poscacuerdo.
Se trata, en definitiva, dice
‘Lucho’ Gómez, de construir la paz desde los territorios con enfoque de
justicia social y pluralismo democrático.
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