SANTOS DARÁ
NACIONALIDAD COLOMBIANA A UN POLÍTICO ESPAÑOL APROVECHADOR, CAMALEÓNICO Y
TRAIDOR COMO FELIPE GONZÁLEZ
POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ
En lo que se
puede considerar en lenguaje coloquial un acto de “lagartería internacional”,
el presidente Juan Manuel Santos concederá la nacionalidad colombiana al
cuestionado expresidente del gobierno español, Felipe González Márquez,
caracterizado por haber traicionado la ideología socialista de su partido,
enriqueciéndose gracias a las privatizaciones que realizó durante su corrupta
administración de casi 14 años (1982-1996), y por desempeñarse actualmente como
cabildante del magante mexicano Carlos Slim.
Según el portal en internet
Confidencial Colombia, “la jugada de (Santos de) convertir a González en
ciudadano colombiano, estaría motivada por la necesidad de contar de manera más
cercana con su apoyo y vocería internacional, en respaldo a los diálogos de La
Habana”.
Como en la lógica neoliberal de
Santos la paz “es un buen negocio”, la “ayuda” del exmandatario ibérico será
importante para la aproximación con las transnacionales para que bajo el
supuesto de la atracción de la inversión extranjera en los tiempos del
posconflicto, sigan saqueando y expoliando a Colombia.
Constituye una vergüenza que Santos
dé la nacionalidad colombiana a un personaje oscuro de la catadura ética y
política de González Márquez, quien luego de su largo gobierno se dedicó a
“neoliberalizar” y por ende a derechizar a su Partido “Socialista Obrero”
Español y a la Internacional Socialista. Gracias a su activa participación,
dicho partido dejó de ser Socialista y Obrero, así como esa Internacional
desechó también su ideología matriz para abrazar el credo criminal del “libre
comercio”, convirtiendo a Europa en un continente que retorna al “fascismo
social”, alusión del intelectual y cineasta italiano Pier Paolo Pasolini,
retomada por el sociólogo portugués Boaventura de Sousa para significar el
vaciamiento de la democracia.
Traidor y negociante ante todo
Tras su controvertido paso por el
gobierno, muy poco o casi nada quedó del Felipe González que el mundo
democrático de Occidente conoció como el dirigente socialista que apostaba por
la democratización y modernización de España. Ahora se había derechizado e
igual que su homólogo de la caverna conservadora, José María Aznar, lo único
que le importaba era ponerse al servicio de las transnacionales, los magnates y
los grandes especuladores financieros para, de esta manera, llenar sus
alforjas.
Por eso se puso a las órdenes del
mexicano Carlos Slim y en América Latina cobra sustanciales “honorarios” para
“asesorar” a gobiernos neoliberales como el de Juan Manuel Santos, o a
candidatos presidenciales de rancia ideología fascista como el venezolano
Henrique Capriles Radonski.
González, tan pronto como llegó
al Palacio de La Moncloa en diciembre de 1982, comenzó a traicionar el legado
ideológico de Pablo Iglesias Possé fundador del Partido Socialista Obrero
Español (PSOE) en 1879.
En efecto, durante sus trece años
y medio de gobierno, González implemento medidas económicas de claro tinte
neoliberal: recortó las pensiones, implementó una reforma de flexibilización
laboral para favorecer a la gran empresa, y debilitó la industria nacional.
En política internacional fue
sintomática su actitud pérfida por cuanto que durante el gobierno de su
antecesor Leopoldo Calvo-Sotelo se opuso férreamente al ingreso de España a la
alianza europea de ofensiva militar, OTAN, pero una vez llegó a La Moncloa no
tuvo mayores reparos en retractarse. Convocó un referéndum en 1985 e hizo
campaña en favor de que su país hiciera parte de ese instrumento bélico que
está bajo las órdenes de Washington.
Aún se recuerda la censura que
ejerció González para que la canción protesta, antimilitarista Cuervo ingenuo
de Javier Krahe, no fuera transmitida en Televisión Española antes del
referendo sobre el ingreso de España a la OTAN.
En su afán de mostrarse
colaborador con la Casa Blanca, apoyó con el envío de tropas (incluyendo a
marineros de reemplazo), a las Fuerzas Aliadas en la primera Guerra del Golfo
de 1991 y puso a disposición los puertos y aeropuertos españoles para la cadena
logística de la preparación de esa aventura bélica estadounidense, así como
autorizó para que parte de los aviones B52 que bombardearon Irak despegaran desde
España.
Su gobierno también será
recordado por los escándalos de corrupción y el impulso secreto de bandas
paramilitares para que realizarán acciones de guerra sucia contra ETA.
González promovió agrupaciones
armadas parapoliciales que practicaron lo que se llama terrorismo de Estado a
través de los denominados Grupos armados de liberación (GAL), siendo
responsables de 23 asesinatos, incluyendo a víctimas sin relación con el
terrorismo.
A través del Ministerio del
Interior usó en forma irregular fondos reservados que entre los años 1987 y
1993, el Gobierno destinaba a la lucha antiterrorista y contra el narcotráfico.
Durante el juicio quedó probado que el dinero sustraído, unos 5 millones de
euros, fue utilizado para uso privado, pago de sobresueldos y gratificaciones a
funcionarios y altos cargos de Interior y, en algunos casos, en enriquecimiento
personal.
Su paso por el gobierno le deja a
González un inconmensurable aprovechamiento personal, por cuanto las
privatizaciones que realizó le han dado enormes réditos económicos. En 1994,
durante su última legislatura la empresa pública Enagás fue privatizada y en
consecuencia vendida a Gas Natural, fruto de la fusión entre Catalana de Gas y
Gas Madrid. El 16 de diciembre de 2010, dieciséis años después de esta
privatización, González fue contratado como consejero independiente de Gas
Natural Fenosa. Solo durante 2011, según informe publicado por dicha empresa,
cobró un mínimo de 126.500 euros brutos. Su nombramiento se hizo por tres años
y puede renovarse hasta alcanzar un máximo de doce años.
“Neoliberalización” de la Internacional Socialista
Si lo anterior fuera poco, este
expresidente astuto para los negocios, fue elegido en el XX Congreso de la
Internacional Socialista, celebrado en Nueva York en septiembre de 1996 para
liderar la creada Comisión Progreso Global, cuyo objetivo era “elaborar una
plataforma de ideas para renovar el pensamiento socialdemócrata”.
De esta manera, González adoptó
la doctrina neoliberal para la Internacional Socialista, haciendo suyos además
postulados de la denominada “Tercera Vía” del criminal de guerra británico Tony
Blair, la cual no es más que un disfraz de derecha para enmascarar la
conversión del Partido Laborista inglés.
Este es un breve perfil del
oscuro y camaleónico personaje político a quien Juan Manuel Santos otorgará la
nacionalidad colombiana, en acto protocolario que se realizará en el Palacio de
San Carlos, sede de la cancillería, y a la cual concurrirá lo más granado del
gran empresariado y de la oligarquía decadente bogotana.
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