ENTREVISTA CON EL POLITÓLOGO Y FILÓSOFO COLOMBIANO LEOPOLDO
MÚNERA RUIZ
“EL ENFOQUE DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR PÚBLICA EN COLOMBIA
ESTÁ EN FUNCIÓN DE LAS NECESIDADES DEL CAPITAL Y NO DE LAS DEL PAÍS”
POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ
El panorama de la educación
superior pública en Colombia es desolador. La política del gobierno del
presidente Santos en este vital sector para el conocimiento de la sociedad está
dirigida fundamentalmente a satisfacer las necesidades del capital y de las
denominadas “locomotoras” que pueden jalonar lo que para los ortodoxos
neoliberales significa “desarrollo”. En ese sentido este reputado investigador
social y docente universitario apunta a señalar que el interés oficial se
enfoca a dar tratamiento de servicio a la educación y no de derecho fundamental
para los colombianos.
Una
educación de baja calidad que contribuya al desarrollo de maquilas, acorde con
los intereses del capital transnacionalizado mediante la reprimarización de la
economía colombiana que tiene que ver con la minería, los monocultivos, la
especulación financiera, que son las actuales formas expeditas de acumulación de capital.
Para analizar
en detalle la realidad de la educación en Colombia, el Observatorio
Sociopolítico Latinoamericano www.cronicon.net
dialogó con el politólogo, abogado y filósofo Leopoldo Múnera Ruiz, docente de
amplia trayectoria y exvicerrector de la Universidad Nacional.
Tópicos
como la autonomía universitaria, las reformas del gobierno que se propone
impulsar en el ámbito de la educación superior, los problemas de cobertura y
calidad son abordados por este abogado de la Universidad del Rosario con un
magister en Filosofía del Derecho de la Università degli Studi di Roma y
doctorado en Ciencias Políticas de la Universidad de Lovaina (Bélgica).
NUNCA HA EXISTIDO REAL AUTONOMÍA UNIVERSITARIA EN COLOMBIA
-
De
las intervenciones que usted ha hecho en los últimos meses se puede colegir que
la autonomía universitaria no está en peligro en Colombia, sino que está en
vías de extinción. ¿Por qué?
-
No es que esté en vías de
extinción sino que nunca ha existido una real autonomía universitaria en
Colombia. Colombia fue de los países que
tuvieron un mayor retraso en la adopción de esa autonomía universitaria que viene
de la Reforma de Córdoba (Argentina) de 1918. Llegó tarde, no fue un movimiento
dinámico dentro del país, fue un movimiento que tenía muy pocos representantes,
uno de ellos era Germán Arciniegas, y realmente nunca fue consagrada
institucionalmente hasta la Constitución de 1991. Sin embargo con la aprobación
de la Ley 30 de 1992 no se desarrolló jamás la autonomía plenamente. Cuando
digo plenamente, o por lo menos en sus cuestiones básicas, expreso que las
universidades obedezcan a la autodeterminación de las comunidades académicas,
eso no se dio. Que exista una real
autonomía presupuestal, que los Consejos Superiores no sean dominados por
autores externos, en fin, todos esos elementos jamás tuvieron una realización
en Colombia. Entonces hemos tenido una autonomía bastante recortada, una
autonomía a medias y en eso somos unos de los países de América del Sur más
atrasados. En ese sentido, la autonomía universitaria es un elemento importante
para el desarrollo de las democracias de esta región del mundo.
-
Y
con las últimas medidas de orden legislativo que está impulsando el gobierno
del presidente Santos vamos en mayor retroceso…
-
Vamos hacia atrás
evidentemente. Acaba de ser aprobada una ley creando una superintendencia en la
que no se considera realmente la educación superior como un derecho sino como
un servicio. En consecuencia, se va a controlar a la educación superior como un
servicio, se le dan algunas facultades para intervención previa al Ministerio
de Educación, y no se tiene en cuenta las comunidades en la resolución de los
problemas de las instituciones. La educación superior en Colombia tiene serios
problemas, entre otras cosas porque la cobertura se desarrolló a través de dos
caminos perversos: uno, la explosión de la matrícula privada de mediana y baja
calidad que fue lo que tuvimos muchos años. Entonces una gran cantidad de
instituciones que se llamaron jocosamente en Colombia de “garaje” pero que son
las que están atendiendo a una buena parte de la población estudiantil, y dos, una
hipertrofia del Servicio Nacional de
Aprendizaje (Sena), ofreciendo una educación técnica y tecnológica, que es muy
necesaria en el país, pero es una educación de baja calidad y de baja
inversión. Por lo tanto, estamos en un momento donde tenemos una gran cantidad
de instituciones que son el negocio de la educación superior, que no ha sido
debidamente controlado por ningún gobierno, y por otro lado tenemos un Sena que
está creciendo en forma descomunal pero sin un norte sobre cuál es el tipo de
educación técnica y tecnológica que está necesitando Colombia. No creo, en
consecuencia, que caminemos en la dirección adecuada para solucionar los problemas
de la educación superior colombiana.
-
¿En
síntesis se podría señalar que Colombia ha adoptado el modelo privatizador del Plan
Bolonia en Europa auspiciado por el Banco Mundial y el aparato propagandístico
del neoliberalismo, la denominada eufemísticamente Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)?
-
No, porque el Plan Bolonia es la propuesta para
las universidades europeas que tienen unas características muy específicas, con
problemas de movilidad estudiantil, con unas circunstancias muy diferentes, con
un nivel de desarrollo muy diferente al colombiano, con una educación pública
muy fuerte; entonces no podríamos decir que aquí se está siguiendo el Plan Bolonia.
-
Pero
el objetivo en últimas es privatizar la universidad europea…
-
Sí, sin embargo hay varios
objetivos porque uno es lograr garantizar la mayor movilidad interna en Europa, otro es estandarizar los programas en
términos de ese continente y la privatización es uno de los puntos pero es muy
débil con respecto a lo que existe en América Latina. Es que nosotros tenemos
en Colombia especialmente, y no en toda América Latina, una educación superior
privada que es muy fuerte, lo cual es absolutamente inexistente en Europa y en
algunos países latinoamericanos. En Argentina, por ejemplo, el eje de su
educación superior, es pública. En México la educación superior pública es muy
importante; en Chile se ha ido desarrollando una educación superior privada y
una pública pero esto es efecto también de la dictadura, lo mismo sucedió en
Brasil, pero realmente Colombia tiene ese modelo perverso donde ha habido una
explosión de instituciones privadas de muy mala calidad que jamás han tenido
control y con eso se ha aumentado la cobertura. Se ha aumentado mal, porque Colombia
no tiene una gran cobertura, comparada con América Latina, y se han inflado las
estadísticas en los últimos años con el Sena que es lo que estamos viendo.
-
¿Qué
consecuencias tendría en el ámbito educativo del país el ingreso de Colombia a
ese club de despliegue propagandístico del modelo neoliberal a nivel global que
es la OCDE, si es que lo admiten?
-
Realmente todo lo que se está
haciendo por parte del gobierno colombiano es para entrar en la OCDE. Es decir, uno de los requisitos es que hay
que aumentar la cobertura, que la cobertura en educación superior es muy baja y entonces se requiere elevarla. También
se quería liberar el mercado de la educación superior, eso no se logró con la
pasada reforma de la Ley 30 porque fue bloqueado en buena medida por la
movilización de los estudiantes de la MANE. Se quería abrir porque, en teoría
por lo menos, no puede ser un negocio,
no puede ser mercantil la educación superior. Digo en teoría porque muchas de
las instituciones privadas hacen negocio con la educación superior y han
encontrado la forma de burlar la prohibición de que sea mercantil.
-
Con
esta radiografía que usted nos ha hecho sintéticamente de la realidad de la educación
superior en Colombia, se podría concluir que ese estancamiento del sector es
consecuencia también de la hegemonía del poder político oligárquico que hay en este
país. Es decir, la hegemonía en términos gramscianos es el poder cultural del
grupo dominante y para el establecimiento colombiano es magnífico que no haya
mayores posibilidades de educación porque de lo contrario hay altos niveles de concientización
y culturización del pueblo. ¿No es ese el fin último de la clase dominante?
-
No, yo diría que es mucho más
complejo que eso, independientemente si comparte uno o no, para hacer este
análisis el concepto de hegemonía cultural de Gramsci. Yo diría que es más
complejo porque si usted observa en los últimos años ha existido una ampliación
de la cobertura de la educación superior en Colombia, y la meta para el 2034 es
que siga creciendo. Ahora, dónde vamos a ampliar la cobertura en educación
superior. No se va a ampliar la
cobertura en educación universitaria, en el plan que presenta el gobierno o la
propuesta de política pública, la educación universitaria, la matrícula en
educación universitaria o se mantiene estable o baja. En términos generales
baja un poquito o baja mucho. En los dos escenarios el intermedio es ideal,
entonces la ampliación de la matrícula sí va a ser en educación técnica y
tecnológica, lo cual estaría muy bien si fuera de alta calidad y con buena
financiación. Pero ese no es el caso en Colombia, entonces se va a hacer un
aumento de cobertura con educación técnica y tecnológica de baja financiación y
baja calidad. ¿Por qué?, porque lo que se necesita es una formación en un
capital cognitivo básico que es el de los operadores de la máquina de
funcionamiento. Por lo tanto es mucho
más complejo que dejar a la mayoría ignorante, yo creo que es formarla con un
cierto sentido y una cierta necesidad del desarrollo del capital.
-
¿Educación
técnica para maquila?
-
Educación técnica para maquila
y educación técnica para una nueva mano de obra que esté más formada en función
de las necesidades del capital y no de las necesidades del país.
-
¿Y
en materia de ciencias sociales y económicas qué se puede decir en cuanto a calidad?
-
Ese es uno de los problemas. Si
uno ve el plan y propuesta de política pública el desarrollo de las ciencias
sociales va a ser mínimo. Ya hay
problemas de calidad en ciencias sociales, entre otras cosas porque las
universidades públicas son las que se dedican a ellas o las que las desarrollan
en el país, hay algunas privadas que también pero las universidades públicas
están en una fuerte crisis de financiación.
Es decir, ha disminuido lo que es la inversión del Estado per cápita en
educación superior dramáticamente en los últimos 15 años, se ha reducido a la
mitad, en consecuencia no se está ofreciendo tampoco en la mayoría de las
instituciones públicas una buena educación en ciencias sociales.
-
Pero
esa lógica está acorde con el modelo neoliberal…
-
Está acorde con el modelo económico
y con la forma de acumulación de capital que yo creo que va más allá del
neoliberalismo. Hay una forma, hay una política de acumulación de capital en Colombia
que está centrada en ciertos sectores: reprimarización de la economía que tiene
que ver con la minería, con los monocultivos, en fin, usted tiene aquí un
reacomodo de las formas de acumulación y de la territorialización de la
acumulación de capital. Si se observan los nuevos programas aprobados en la Costa
Atlántica, por ejemplo en instituciones públicas, todos están dirigidos hacia
técnicos para los monocultivos o para la minería. El otro sector que se está desarrollando
mucho es el de servicios. No se está haciendo la pregunta sobre qué es lo que
necesita este país. Por el contrario se formula el interrogante en torno a qué
es lo que necesitan las locomotoras del denominado desarrollo. Y esa pregunta
sí se está tratando de responder. En Colombia no hay un neoliberalismo puro
sino que es un neoliberalismo mezclado con muchas formas de neoinstitucionalismo
por lo cual prefiero enfocarlo en cómo son las nuevas formas de acumulación de
capital.
-
Una
pregunta de coyuntura. Hoy el gobierno de Santos anuncia que quiere intervenir a
universidades privadas como la Cooperativa y la San Martín. ¿Qué quiere decir
con ello, que les quitaría el control de la propiedad porque son fundaciones?
-
Pero es que el problema de la
intervención es que el Estado debe garantizar el derecho a la educación. Y en
primer lugar lo que se debe garantizar es la calidad. Ahora eso puede hacerse
con la intervención directa del Estado o con una intervención indirecta. No es
necesariamente quitarle la propiedad de las universidades a quienes son los
dueños. Hacia dónde entonces va dirigida realmente la intervención del Estado,
a sanear las finanzas o a garantizar la calidad educativa, la accesibilidad, la
asequibilidad, todos los elementos del derecho.
No va dirigido hacia eso. El problema es que la intervención del Estado
va hacia sanear financieramente las universidades y que sigan funcionando como lo
vienen haciendo, que han sido de alguna manera útiles para el aumento de la
cobertura. Se trata es de tener unas
garantías públicas para que cumplan con el derecho a la educación, que es una
cosa bien diferente.
-
¿Tras
este panorama tan negativo que usted nos hace, se puede decir que en Colombia y
en la universidad no hay espacio para el pensamiento crítico? Ahí está el caso
palpable internacionalmente conocido del profesor Miguel Ángel Beltrán…
-
Sería una paradoja estar dando
esta entrevista y decir que no hay espacio para el pensamiento crítico. Yo creo
que hay restricciones y las hay en determinados aspectos y en determinadas
circunstancias para el pensamiento crítico. Pero mire, el problema colombiano
es este: en Colombia no se forma una opinión desde las columnas periodísticas
de opinión desde hace muchísimos años.
Las columnas de opinión son marginales, aunque ahí hay una marginalidad
importante digamos, quienes leen la columna de opinión en términos generales
son los empresarios, cuando leen, los intelectuales, los mandos medios, pero la
opinión se está formando a través de la información y de una información
redundante y es ahí en el terreno de la información donde el pensamiento
crítico tiene muy poca cabida. El escenario donde se restringe el pensamiento
crítico es en eso, es en la producción de la información, usted tiene una
información por los grandes medios de comunicación que es la que llega a todo
el país que es redundante y repetitiva así los hechos que estén informando sean
falsos. Entonces tampoco es tan sencillo
decir que no hay pensamiento crítico. Yo creo que hay espacios de pensamiento
crítico pero también considero que hay atentados permanentes en su contra, no
es solo el caso de Miguel Ángel, uno de los más recientes, también está el del
profesor Alfredo Correa de Andreis y una gran cantidad de casos de persecución
o el hecho de inhibir que los académicos podamos desarrollar nuestras funciones
como debe ser. Es decir, impedir que una persona que tiene la mayoría de los
votos en una la universidad, de toda la comunidad, sea rector, eso es una forma
de inhibir el pensamiento crítico y la capacidad crítica de la academia de los
colombianos.
-
¿El
hecho de que en este gobierno la primera Ministra de Educación haya sido cuota
directa del principal banquero del país y que ahora la titular de esa cartera
sea parte del cartel del puerto de Buenaventura, quiere decir que la ignorancia
ha terminado siendo una política de Estado?
-
Ojalá fuera la ignorancia,
sería menos grave. Yo creo que la política de Estado está en tener una concepción
netamente utilitaria, mercantil de la educación superior y creer que la
educación superior puede ser enfocada simplemente como un negocio o como un
instrumento para el desarrollo económico y simplemente económico. Yo no creo
que sea accidental a quiénes han nombrado independientemente de lo que usted
dice, es la vinculación con el mundo de la Cámara de Comercio en el primer caso,
y en el otro es una persona que no viene de la educación, pero que cumplió una
función específica dentro del Sena, dentro de este modelo que tienen para la
educación superior. Esto indica que es simbólico la poca importancia que le dan
los gobiernos en Colombia a un derecho como la educación superior a la que
simplemente la ven como un instrumento para el desarrollo y la acumulación
económica.
-
Terminemos
con una frase de ese gran latinoamericanista que sigue proyectándose en el
tiempo que es José Carlos Mariátegui: “No es posible democratizar la enseñanza
de un país sin democratizar su economía y sin democratizar, por ende, su
superestructura política”. ¿Qué opinión le merece?
-
Sí, yo creo que la frase
también se podría decir al revés: no es posible democratizar la estructura
política y económica de un país sin democratizar la educación. Creo que hay que
establecer unas relaciones de simultaneidad. Es decir, hacer las
transformaciones simultáneamente, lograr transformación en la educación pero
también en el sistema económico y en el sistema político. No es suficiente
desde luego hacer una transformación en la educación, hay que hacer y actuar en
diferentes campos simultáneamente.
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