sábado, 13 de junio de 2015

COLOMBIA

OBSTÁCULOS Y PERSPECTIVAS DEL PROCESO DE PAZ EN COLOMBIA




POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ / TIEMPO ARGENTINO

Pese a los palos en la rueda que la derecha colombiana liderada por el cuestionado expresidente Álvaro Uribe pone en forma continua, y la falta de voluntad política del propio gobierno de Juan Manuel Santos por impulsar reformas a la inicua estructura socioeconómica colombiana, el proceso de negociaciones de paz con la insurgencia de las Farc que desde hace dos años y ocho meses se viene desarrollando en La Habana, marcha a un paso razonable. El balance hasta ahora es positivo, no obstante varias interferencias, si se tiene en cuenta que en la historia de Colombia, este es, entre los varios procesos que ha habido con esta guerrilla, el que más ha avanzado. De entrada hay que señalar que en este lapso se han logrado concretar acuerdos parciales sobre tres puntos de la agenda: desarrollo agrario integral, participación política, y nuevo enfoque en la estrategia antidrogas.

En contraposición, las discrepancias que no dejan fluir el proceso de negociación se suscriben fundamentalmente a temas complejos como justicia transicional, cese bilateral del fuego para avanzar las conversaciones sin mayores sobresaltos, mecanismos para reparar a las víctimas del ya inveterado conflicto y la vía para refrendar el acuerdo final a que se llegue.

LA MANO DE WASHINGTON

Hay que tener en claro que el inicio del proceso de paz con las Farc no fue una decisión autónoma de Santos, sino una determinación de Washington que, como se sabe, convirtió a Colombia en su principal base militar en el hemisferio y en una plataforma para el auge del capital especulativo transnacional. Tanto la Casa Blanca como el mandatario colombiano ven en la culminación del conflicto armado un “buen negocio” habida cuenta que como lo señalan investigadores estadounidenses funcionales al Departamento de Estado, es hora de que Washington deje de intervenir en este tipo de guerra contrainsurgente por la cantidad de recursos que desperdicia.

PERSPECTIVAS DE LA NEGOCIACIÓN

Para que el proceso avance se requieren definiciones en aspectos cruciales como los ya mencionados. Las Farc han señalado en todos los tonos que no acepta los marcos de la ley de justicia transicional por cuanto ninguna fuerza insurgente pacta la paz para que sus integrantes terminen en la cárcel. Mientras tanto, el gobierno de Santos hace aprobar una ley ampliando el fuero para los militares con el fin de blindarlos en el futuro. Igualmente, hay que destrabar el asunto de la refrendación de los acuerdos. Mientras el gobierno es partidario de una refrendación popular de los mismos, la insurgencia plantea la necesidad de la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente para sentar las bases de un nuevo contrato social. Queda por definir la posibilidad de concretar un cese bilateral del fuego que el gobierno es reacio a acordarlo porque considera erróneamente que la guerrilla está derrotada y, en su concepto, no puede darle una ventaja en el campo de batalla.

En medio de esta disputa en la mesa de negociaciones se anuncia la integración de una Comisión de la Verdad que constituye un positivo mecanismo para desempantanar aspectos como la responsabilidad en la degradación del conflicto tanto del Estado como de la guerrilla, los mecanismos efectivos para reparar a las víctimas y las garantías para poner fin al conflicto. Temas obviamente muy complejos de resolver que dejan entrever que las negociaciones en La Habana tomarán mucho más tiempo y que el proceso de paz será incompleto si no se vincula al Ejército de Liberación Nacional (ELN).


Tiempo Argentino, Buenos Aires, 13 de junio de 2015.




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