ENTREVISTA CON EL COMUNICÓLOGO ESPAÑOL VÍCTOR
SAMPEDRO
“INTERNET ESTÁ POSIBILITADO UN CUARTO PODER EN
RED EN EL QUE LOS CIUDADANOS PUEDEN LIBERAR, GENERAR Y PROCESAR INFORMACIÓN”
POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ
Quito
El desarrollo de Internet ha generado un
nuevo paradigma en el periodismo por los cambios que se han dado en los flujos
informativos y las interacciones sociales. El punto determinante de esta
realidad fue en 2010, con la filtración de información gubernamental a través
de los cables que la red WikiLeaks develó al mundo y que permitió a la vez
demostrar las falencias de los medios de comunicación.
Internet,
además, ha permitido que los nativos digitales protagonicen una revolución.
“Hackean el periodismo para convertirlo en un flujo de contrapoder mancomunado.
Libre de ser reutilizado, modificado y difundido, abierto a ser contrastado y
contestado, fruto de la colaboración entre los periodistas y las comunidades a
las que sirven”. Esta visión sobre los nuevos retos de la comunicación y la
información ante los avances vertiginosos de las tecnologías, están recogidas
en un provocador libro titulado El cuarto poder en red. Por un periodismo (de
código) libre. Su autor es Víctor Sampedro, un científico social español,
docente e investigador universitario, con una acumulada producción
bibliográfica.
Sampedro
presentó su libro que invita al debate y suscita inquietudes respecto del nuevo
rol del periodismo, en desarrollo del Congreso Internacional Comunicación e Integración
Latinoamericana desde y para el Sur, que organizó el Centro Internacional de
Estudios Superiores de Comunicación para América Latina (CIESPAL), con sede en
Quito, Ecuador, entre el 22 y 23 de julio, con motivo del décimo aniversario
del canal interestatal Telesur.
Temas como la nueva arquitectura comunicacional, el rol de los hackers, el código abierto y libre en los procesos comunicacionales, las actuales necesidades mediáticas, las ciberguerras, el control de la red, las cibermultitudes, entre otros, son tratados de manera didáctica y provocativa por este autor, doctorado en Ciencias de la Información, con posdoctorado en Ciencias Sociales Avanzadas. Se desempeña actualmente como catedrático de Opinión Pública y Comunicación Política.
Además de su labor
académica, colabora con proyectos sociales de intervención y empoderamiento
comunicativos. Ha escrito más de una decena de libros sobre campañas y
elecciones, nuevas tecnologías de la comunicación, movilización social y
electoral, identidades colectivas y medios, y nuevos géneros de información
política, además de numerosos artículos. Varias de sus producciones están publicadas
en: http://blogs.publico.es/el-cuarto-poder-en-red/; http://propolis-colmena.blogspot.com/; http://www.victorsampedro.com/; http://www.ciberdemocracia.net/.
Para hablar
sobre la temática de El cuatro poder en red, mantuvimos en la capital
ecuatoriana el siguiente diálogo con Víctor Sampedro.
WIKILEAKS, LA METÁFORA DE UN ROMPEHIELOS
-
En tu último
libro señalas que prácticamente WikiLeaks rompió la estructura del periodismo
mundial y que en consecuencia se vislumbra a partir de las filtraciones de
Julian Assange un nuevo rumbo en el ámbito de la información y la comunicación.
¿Por qué?
- Porque WikiLeaks evidencia la posibilidad, hace real
en una dimensión muy radical, muy llevada a sus últimas consecuencias, la
propuesta del libro que es que la sociedad civil puede ejercer el Cuarto Poder
en la red. Si se enreda suficientemente,
si actúa de manera inteligente y de manera consecuente con su condición de
ciudadanía digital puede fiscalizar a los poderes y puede llegar a ejercer
sanción política en tiempo real. Quiero decir, puede autoconvocarse, lo estamos
viendo, yo no intento ser ningún tipo de político del deseo ni de utopía
digital. Lo estamos viendo desde hace cinco años: en 2010 con la Primavera Árabe,
con las multitudes, las cibermultitudes se autoconvocan exigiendo la
participación y la transparencia, empezaron en Madrid, continúan sin cesar
hasta Honduras, con el 11M español de por medio. Entonces, ¿qué es lo que hace WikiLeaks?
WikiLeaks dice, miren trabajadores y trabajadoras del capitalismo cognitivo, o
sea todos y cada uno de nosotros que contamos con inmensas cantidades de bases
de datos, porque no las gestionamos, con lo cual lograremos desligar al poder con
la mediación de unos periodistas responsables, lo cual constituye una propuesta
noble. Al respecto recomiendo la película el Cuarto ciudadano (Citizenfour) que es apasionante.
Edward Snowden les dice a Glenn Greenwald y a los otros periodistas de The
Guardian, yo no voy a lanzar esto (documentos clasificados como alto secreto
sobre varios programas de la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense –NSA-)
así sin más a la red, no, yo confío en ustedes y en su criterio para ver qué
hacemos público, cómo lo hacemos y en qué momentos. Ustedes son los que
deciden. Aquí tienen los datos. En el
fondo Assange, sus colaboradores y otros
hackers visibles del mundo perfilan ahora cómo se definen como comunicadores,
como periodistas, lo que están es asumiendo una ética periodística y unos
protocolos periodísticos. WikiLeaks, entonces, es la metáfora de un rompehielos
como lo explicamos en el libro. O sea, rompe y traza nuevas vías en un mundo
que estaba congelado. El periodismo tradicional estaba congelado, congelado
como contrapoder, no era contrapoder, es uno más de los poderes.
-
¿Es una
extensión del poder económico transnacional?
-
Totalmente. Y además sirve para despolitizar de
manera continua situaciones conflictivas; sirve para vincular ansias y
protagonismos sociales única y simplemente por la vía del consumo; sirve para
promocionar la información convencional más degradada; es pura mercancía que
atrae atención del público para venderla a los publicitarios o al líder político
de turno. Esto es un cambalache, no hay servicio al público sino instrumentalización
del público. No hay trabajo en interés del público sino captación del interés
del público para vendérselo directamente a los centros de poder existentes,
disfrazando además lo que es verdaderamente propaganda y publicidad, propaganda
política, propaganda administrativa, propaganda partidaria, propaganda
electoral como información y lo que es publicidad corporativa como noticias o
reportajes, eso es el 75% u 80% del contenido de un telediario convencional o
de un periódico convencional. Esto es lo que es, realmente, seamos sinceros. Bueno,
la propuesta hacker, la de Assange y de otras muchísimas personas, algunas de
ellas con carné de periodistas es: nosotros somos una plataforma de expresión
de la sociedad civil que ya esta empoderada tecnológicamente y que como no le
hagamos caso va a pasar por nosotros, nos va a ignorar, es decir, no va a
comprar nuestros periódicos, que es lo que está ocurriendo, no va a encender
nuestras pantallas, que es lo que está ocurriendo.
-
Eduardo
Galeano decía que la utopía sirve para caminar y una frase de tu libro afirma
que “este ensayo aunque no parezca es una encendida defensa del periodismo, no
del que ahora existe, sino del que viene”. ¿No es un poco utópico pensar en un
Cuarto Poder en Red aplicando códigos digitales nos va a asegurar a los
ciudadanos autonomía?
-
Yo les suelo decir a mis alumnos que mi
discurso nunca es utópico, en todo caso, porque se suele hablar de la utopía
como aquel ideal y lo puedes presentar de dos formas: el ideal al que nunca vas
a alcanzar por lo cual degradas la realidad, degradas tus esfuerzos, en fin,
los vacías de contenido porque nunca lo vas a alcanzar, o lo puedes pensar como
una utopía positiva. Y una utopía positiva es concebir la democracia como un
punto de partida, nunca de llegada, igual que se concibe el amor realmente o la
amistad verdadera, las relaciones verdaderas afectivas: hoy te quiero más que
ayer pero menos que mañana. Bueno, esa es la utopía en la que yo creo, ese es el
periodismo en que yo creo.
-
El periodismo
que viene…
-
Sí, el periodismo que viene es el que vuelve a sus
orígenes. Hay que refundar los medios para que recobren sus fines. Porque se
trata de eso: que retomen los objetivos que dieron legitimidad democrática a
esta profesión. La prensa de un Cuarto Poder en red consiste en una plataforma
de encuentro para ciudadanos que liberen, generen y procesen información. Hay
algunos ejemplos, sé de periodismo latinoamericano que reseño en el libro. Estuve
en contacto con varios, sobre todo de periodismo digital. Voy a poner otros
ejemplos de mi país, prensa que nació después
del 15 de mayo de 2011 (15M) que marca los cambios políticos en España, como el
diario.es (www.eldiario.es),
Público.es (www.publico.es), La marea
(www.lamarea.com) , Diagonal
(www.diagonalperiodico.net), que también obedece a otros intereses, no nos
engañemos. Todo periodismo es interesado, no pasa nada por reconocerlo, lo
único que tienes es que ser transparente y decir quién está detrás de ti. La
transparencia es la garantía de defensa del público. Si yo sé quién te paga, sé
que sesgos puedes tener, punto, no hay nada más. Creo que estamos frente a un periodismo que
está en ciernes y que poco a poco va ir teniendo sentido. Por mis estudios de
tecnopolítica a mí me preguntan cómo va a ser el partido político del siglo XXI
y lo que puedo contar es que es un movimiento como Podemos que irrumpió en
España en 2014, estructuralmente como
organización no tiene nada que ver con lo que son el PSOE y el PP. Utiliza otro
tipo de comunicación, cuenta con otro tipo de organización y otro tipo de
planteamiento. Que tiene cosas del pasado, claro, todo es un mezcal, lo nuevo y
lo viejo convive actualmente. Su esquema comunicacional ha sido muy exitoso. Si
no hubiese sido por el programa de televisión
La Tuerka (que dirige Pablo Iglesias Turrión, el líder de Podemos) que
en América Latina y en buena parte del mundo se ve por internet, no se hubiera
conocido a sus líderes y al movimiento. Fíjate, utilizan no solo el internet
sino el vídeo, las redes sociales que
viralizan, etcétera, y luego lo utilizan también para mantener deliberaciones,
la plataforma de debate ciudadano lo
cual ha tenido un éxito de convocatoria con unos criterios de deliberación
apabullantes. Nunca se había usado esa plataforma con tanta intensidad en
ningún caso. Estamos hablando de nuevas formas de redes políticas que han roto
el mapa electoral anterior. Sin embargo, insisto: en el momento actual lo nuevo
y lo viejo conviven y es muy importante ser consciente de ello porque muy
probablemente las fórmulas de éxito sean aquellas que combinan las dos cosas.
-
Durante tu
intervención en el Congreso Internacional de CIESPAL con motivo del décimo
aniversario de Telesur hablaste de la nueva arquitectura de la comunicación y
de la información. En ese sentido,
¿explícanos qué es el periodismo de código abierto y libre?
-
Estos son términos prestados de la informática.
Claro, es un código de nuestro siglo, no podemos obviar que ahora todo se
comunica con ceros y que además se graba en soportes magnéticos, que el coste de multiplicación es
mínimo y que casi se puede hacer en tiempo real y alcance global. Esto es una
realidad de las propiedades de la tecnología digital. Curiosísimo que los
utilizamos y que no seamos conscientes de sus consecuencias. Una de las dos
consecuencias que son obvias y que es la que más nos importa a nosotros es sí o sí van a liberar el contenido. Sí o si nuestro contenido va a ser liberado. Podemos
poner un muro y decir usted me tiene que pagar si quiere leer esto sin
publicidad. O ustedes me tiene que pagar si quiere ser el primero en leerlo
porque el resto lo va a leer ocho horas más tarde o veinte horas más tarde o
dos días más tarde. Pero va a ser temporal, o sea tu discurso ya sea escrito,
visual, audiovisual o transmedia va a ser liberado, quiere decir que va a ser
reproducido. Eso es código libre. Quiere decir que puede ser reutilizado y
usado por cualquiera e incluso opuesto a lo que tú quieres. Además lo que nos
ha enseñado Snowden es que todos y cada uno de tus movimientos, todos y cada
uno de tus comunicaciones están almacenadas y pueden ser interceptadas, pueden
ser filtradas y ser obviamente usadas en tu contra en un futuro. Entonces el
periodismo del siglo XXI va a tener código libre, convenzámonos ya de ello. Lo
segundo es abierto. Cuando el código se abre se está permitiendo que la gente
entre a ver cómo es, lo mejore, lo ajuste a sus necesidades, por lo tanto el
periodista tiene que poner los links a los bancos de datos que avalan su
información, los vídeos y los audios enteros de la entrevista que se ha
realizado, si no lo hace es sospechoso. Así como el amor tiene que ser fiel y
comprometido, el periodismo tiene que ser de código libre y abierto.
-
En ese
sentido, ¿qué implica la comunicación como bien común?
-
Esto es muy importante porque además es el mundo
digital y la esfera digital la que reactualiza, la que pone de nuevo un valor a
los bienes comunes como el lago, el río, el monte que se cuidan comunalmente,
que son competencia de la comunidad y que no se pueden enajenar nunca, no se
pueden privatizar. La economía del bien común no es opuesta a la iniciativa
privada, simple y llanamente obliga a que la iniciativa privada colabore y revierta
en beneficio comunitario. No es tampoco opuesta a la planificación estatal, hablar
de la economía del bien común es también exigir con autoridad que mediante determinadas
legislaciones se autorice explotar un bien común. Entonces, ¿qué es la
información como bien común?, pues aquello que la comunidad y su representante
periodístico gestionan juntos en beneficio de esa comunidad. Yo lo único que
quiero es evidenciar que cuando nosotros hablamos de libertad de expresión estamos
refiriéndonos a responsabilidad comunitaria. Porque el ejercicio de la libertad
de expresión sin ningún tipo de responsabilidad equivale a que no hay una responsabilidad
con los hechos, ni con las vidas de las personas, ni con la supervivencia ni la
calidad de la comunidad. A mí no me interesa ese tipo de información, es
malísima, hace daño. Yo lo único que
estoy diciendo es que la información es un bien común que es gestionado por
profesionales de la comunicación en representación de los intereses y con la
colaboración constante de unos públicos que en muchos casos saben bastante más
que el periodista. Organizaciones que tienen mayor competencia que el periodista
para hablar y hay que dejarlas hablar y hay que nutrirse de ellas. Es el modelo
de las redacciones expandidas.
-
Pero
entonces si es un bien común, ¿la información también se puede asimilar como un
servicio público?
-
Sí, estamos hablando de lo mismo. Sabes por qué
no empleamos ahora la cuestión del servicio público, porque hemos visto tantas
veces los medios públicos ser puros medios gubernamentales, es decir, de las
autoridades políticas de la administración que los financian o de cuotas
particulares de los funcionarios que se eternizan, se encastillan ahí y se funcionariza
un servicio público que parece más responder a las necesidades de esa
organización que de la comunidad a la que sirve, pero obviamente no es tanto
servicio público sino servicio al público y con el público. Porque ahora
tenemos no audiencias sino gente que simplemente está oyendo, que habla, gente
que debate, gente que remezcla, que cuestiona, que da la vuelta a los discursos.
Ahora lo que tenemos es públicos activos y la fortaleza del periodista debe
caracterizarse por la independencia y la autonomía frente a esas comunidades.
Un periodista tiene el valor que tienen sus fuentes, su agenda de fuentes. Es
que ahora lo que tiene no son solo fuentes, tiene es creadores de discurso. Gente que está hablando, que está debatiendo,
gente que está generado comunicación.
-
Uno de los
retos del periodismo es descubrir significados y sentidos. Sin embargo,
hojeando el libro me encontré con una anécdota según la cual tus estudiantes ya
no leen periódico sino que los diarios impresos que llegan a la universidad
donde dictas clases simplemente están destinados al reciclaje. ¿Qué debe hacer
el periodista en cuanto a su preparación, en cuanto a su investigación? ¿Remitirse
básicamente a otras fuentes, a otro tipo de información?
-
Yo no digo que el periódico vaya a desaparecer
y muchísimo menos que los periodistas sean prescindibles, al contrario, el
periódico se va a reformular. Se va a
reformular en qué. En un proveedor de flujos de información constante, porque estamos
todo el día, 24 horas al día, siete días a la semana conectados con nuestros
móviles a una información, a un flujo de información. Entonces se acabaron los
dispositivos estáticos excepto para guardar en casa, el fin de semana cuando se
vaya la luz y leer en cama tranquilamente la colección de reportajes que más te
ha gustado a lo largo de unos meses y que quieres releer y que quieres
subrayar, en fin, pero quiero decir, no va a desaparecer el papel. Esto tiene
que ver con es otra cuestión y es cuál es el modelo de negocio para periodismo. Estamos hablando de
la función. La función ahora del periodista es ser un hacker, un militante de
la transparencia, de la
participación.
-
¿Desde ese
punto de vista tú reivindicas la figura del hacker?
-
Sí, pero además el periodista hace más cosas
que el hacker, es el que crea el significado social. ¿Cómo? Ordenando una
arquitectura descentralizada de flujos de comunicación; ordenando el debate;
calificando los términos del debate; eliminando a los participantes ignorantes,
fraudulentos, corruptos, de la esfera pública; largándolos fuera. Eso es lo que
hace el periodismo de investigación, si yo no estoy inventando nada. Lo único
que estoy intentando es conceptualizar un mundo de cambios muy drásticos que en
vez de meter miedo deberían de dar esperanza, porque el periodista es más
necesario que nunca, por cuanto nunca hubo tantísimo flujo de información y la
peor censura es la mentira, la confusión, la verdad dada la vuelta, y es ahí
donde nos quieren, es ahí donde el poder nos quiere.
-
Cuando la
economía del mundo está corporativizada y la concentración mediática es infame,
¿cómo se puede vislumbrar un periodismo más democrático que coadyuve al Cuarto
Poder en red, en medio de una sociedad consumista en la que el capitalismo criminal
impera?
-
Yo no puedo pronosticar el futuro, nuca pensé
que iba a habar un 15-M, tampoco imaginé que Podemos iba a estar donde está
ahora. Creo que lo que viene está ocurriendo ya, que lo que viene está pasando,
que solo tenemos que abrir bien los ojos a los discursos más emancipatorios que
están, estén en los medios o no. La imprenta se inventó a mediados del siglo XV
y tuvimos que esperar 120 años para que surgiera un periódico. En contraste
llevamos dos décadas utilizando protocolos de internet, los cuales se han popularizado
hace muy poco. Cómo voy a saber yo cómo
va a ser el periodismo orientado para ser leído por las nuevas generaciones en
dispositivos móviles. Lo que si sé es que van a convivir distintos tipos de
periodismos, por distintos sectores, porque además es más fácil ahora
identificar tendencias y por tanto intentar satisfacerlas y más fácil también rentabilizarlas
ahora porque el internet permite sobrevivir con un circulo suficientemente
amplio y costos bajos. Yo jugaría al ejercicio intelectual de ver con perspectiva
lo que no existía hace cinco años en mi país para darse cuenta de que
dependiendo del nivel de penetración de internet, y de la capacitación
tecnológica de los periodistas, de sus códigos éticos y de su formación
intelectual, etcétera, los resultados son diferentes. Entonces las cosas están
cambiando y creo que nuestra mirada está demasiado teñida de lo viejo, no
tenemos ni conceptos y nos tenemos que inventar terminologías para las cosas
que están, pero también es cierto que el periodismo que vaya a triunfar, el
periodismo de verdad, será el periodismo de siempre, curioso y con coraje.
Quito, Ecuador.
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