ENTREVISTA CON PABEL MUÑOZ, SECRETARIO NACIONAL
DE PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO DEL ECUADOR
“EL GOBIERNO DE RAFAEL CORREA NO ESTÁ PARA
ADMINISTRAR UN SISTEMA SINO PARA TRANSFORMARLO, POR ESO AVANZA EN UNA POLÍTICA
DE JUSTICIA Y EQUIDAD SOCIAL”
POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ
Quito
El gobierno del presidente Rafael Correa
Delgado está dispuesto a continuar avanzando en la transformación
socioeconómica del Ecuador, no obstante los gritos de protesta y los intentos
de golpe blando de la derecha y su batería mediática, a la que le hace el juego
una ultraizquierda que perdió por completo su horizonte.
La
Revolución Ciudadana del presidente Correa se ha empeñado en disminuir las
inequidades sociales históricas de la gran mayoría de la población ecuatoriana
y por eso viene planteando la necesidad de legislar sobre la plusvalía y las
herencias del sector más adinerado del país. Este anuncio que hace parte de una
política pública para enfrentar la desigualdad y la pobreza ha generado una
reacción violenta por parte de la ultraderecha que a través de sus máximos
representantes, el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, un caracterizado violador
de derechos humanos en la época del gobierno neoliberal del ultraconservador
León Febres Cordero (1984-88); y el alcalde de Quito, Mauricio Rodas, quien no
ha podido justificar todavía sus estrechos nexos con el cartel narcotraficante
de Sinaloa, han convocado a sus huestes a salir a las calles para protestar por
estas medidas que consideran ellos atentan contra sus pingües patrimonios y
concentradas fortunas.
Si bien en
los ocho años de gobierno de la Revolución Ciudadana se ha logrado con éxito
reducir la pobreza en Ecuador, el fenómeno de la inequidad social es un flagelo
que se busca atacar mediante leyes de redistribución que afectarían, en caso de
llegarse a aprobar, tan solo al 1.5% de la población que concentra la riqueza
en este país andino.
La
concentración de la riqueza en Ecuador muestra cifras inmorales y por lo tanto
escandalosas que atentan contra un sistema que se dice democrático: el 2% de
las familias posee el 90% de las grandes empresas. El 10% más rico consume 12.6
veces más que el 10% más pobre. Una de cada cuatro personas todavía vive en la
pobreza. El país genera los recursos suficientes para eliminar la pobreza, pero
la inequidad en la distribución no permite erradicarla.
POR UNA POLÍTICA DE DISTRIBUCIÓN QUE POSIBILITE
LA DEMOCRATIZACIÓN DE LOS FACTORES PRODUCTIVOS
Con el
propósito de concretar acciones políticas y legislativas que permitan la disminución
de la pobreza vía una mejor redistribución de la riqueza, el gobierno del
presidente Correa ha convocado a la sociedad ecuatoriana a un ejercicio
participativo a través de un diálogo nacional por la equidad y la justicia
social.
Este proceso
de diálogo y debate viene siendo coordinado metodológicamente por la Secretaría
Nacional de Planificación y Desarrollo (Senplades), cuyo titular es el
sociólogo, filósofo y politólogo Pabel Muñoz.
Este alto
funcionario está vinculado a la Revolución Ciudadana desde que comenzó en 2007 haciendo
parte del gobierno en el diseño de diversas políticas públicas. Para ahondar
sobre los objetivos de este diálogo nacional, el Observatorio Sociopolítico Latinoamericano www.cronicon.net, dialogó
con él en su despacho.
-
Ecuador es
uno de los países que más ha disminuido pobreza en los últimos años y avanza de
manera contundente e inclusión social.
¿Por qué y para qué entonces el dialogo nacional para la equidad y la
justicia social que impulsa el gobierno del presidente Rafael Correa a través
de Senplades?
-
Porque nunca será suficiente lo que hagamos por
disminución de pobreza y aumento de la igualdad. En América Latina nuestros países
han sido signados por unas estructuras coloniales que todavía no logramos
romper. Si pensamos justamente en esa
época colonial, quienes estaban en la cúspide de la pirámide eran los
españoles, los criollos, y muy por debajo nuestras poblaciones indígenas y afrodesendientes,
y eso no ha cambiado. Hoy tenemos una estructura donde si bien en la mayoría de
nuestros países se han dado giros y avances importantes, tenemos una
desigualdad estructural, siguen siendo la base de la pirámide social las
poblaciones indígenas y afrodescendientes. En el Ecuador estamos muy contentos
de haber tenido los logros de política pública que hemos logrado, reduciendo la
pobreza en todas las formas de medición.
Si usted la mide por ingreso, por consumo, sea por necesidades básicas,
todas tienen unas caídas alrededor de 13, 14 puntos porcentuales. Somos el país
de América Latina que más ha logrado mejorar sus niveles de igualdad, es decir,
la equidad que hemos construido y que se puede medir en el coeficiente de Gini
(medida utilizada para calcular la desigualdad ideada por el estadístico
italiano Corrado Gini) es muy significativa. En los últimos ocho años el
Ecuador ha caído en ocho puntos este coeficiente y en ese mismo periodo
Latinoamérica solo ha caído dos puntos. Pero debería decir que los logros de
muchos de los países latinoamericanos y en este caso el Ecuador se enfrentan
con una realidad y es que América Latina y el Caribe es la región más
inequitativa del mundo. Así que los
grandes esfuerzos que hemos hecho en nuestros países lastimosamente, siendo
fundamentales, siguen siendo insuficientes.
-
¿Cuál es la
filosofía, la metodología, y hacia dónde
apunta este diálogo nacional?
-
La primera cosa que debo decir es que la
convocatoria tiene como propósito ampliar y profundizar el debate y el dialogo
teniendo como tema central la equidad y la justicia social. Por qué digo esto;
porque uno se podría quedar con la sensación de que estamos inaugurando el
dialogo, de que antes no lo ha habido y si uno sigue la historia del Ecuador en
sus últimos ocho años va a ver y a reconocer que avances en política pública de
construcción deliberativa, de construcción participativa, se ha dado también en
este periodo de gobierno y pongo dos o tres ejemplos. El primero es la Constitución
que se aprobó en su propia gestación. La Constitución fue planteada y aprobada
en 2008 de manera participativa. Permítame hacer una pequeña reseña en el caso
ecuatoriano. Nuestra Constitución anterior fue de 1998 y simbólicamente se la
hizo en un cuartel y no se aprobó con la votación popular. La actual Constitución,
que entró en vigencia diez años después a esa aprobada en un cuartel, repito,
en su forma y fondo es absolutamente distinta. Primero se le consultó a la
ciudadanía si quería una nueva carta política. Más del 80% contestó que sí. Después,
una vez que estuvo lista la nueva Constitución se le pregunto a la ciudadanía
si la aprobaba. Más del 60% aprobó esta Constitución. Así que respecto a esa
Constitución acuartelada en el 98, la de 2008 tuvo ya un gran canal y flujo de
participación. Segundo ejemplo, es la propia Constitución actual. Tiene un
artículo, el número 100, que promueve fuertemente la participación. El sistema
de planificación que se administra desde esta Secretaría tiene que ser por mandato
constitucional tanto territorial como participativa. Es decir, no se concibe la planificación nacional
sin la voz ciudadana. Y un tercer ejemplo es la Ley de Participación Ciudadana.
Se hizo en este gobierno posterior a la aprobación de la Constitución y esto ha
marcado que siempre tengamos un espíritu de diálogo y contacto con la
ciudadanía pero en el último mes y medio el Presidente ha hecho un llamado a
que todos los sectores sociales, económicos, políticos, académicos, puedan
sumarse al diálogo sobre un tema puntual: la equidad y la justicia social,
estructurándose a través de una metodología planteada por Senplades. Esta
metodología busca fundamentalmente dos cosas: permitir la participación de los
sectores que de alguna manera están organizados, aunque son pocos, algo más del
10%, pero que tienen una incidencia; los sindicatos, los gremios productivos,
las cámaras de producción, ciertos sectores asociados a la economía popular y
solidaria, colectivos de mujeres, colectivos de jóvenes y con ellos estamos
conversando desde una perspectiva si se quiere más asociativa, más agremiada. Pero
también tiene que permitir la participación de ese 90% que no esta asociado,
agremiado a nada, pero que igualmente tiene deseos de participar y ahí vamos a
poner en juego las tecnologías de información y de la comunicación. Para ello
estamos poniendo a disposición del público una página web con el propósito de que
el ciudadano que quiera acceder y dejar sus inquietudes, propuestas y
observaciones, participe abiertamente en este debate.
-
¿Al
finalizar este interesante ejercicio de participación ciudadana, de intercambio
de información, de debate, hacia dónde se proyecta la política de equidad y
justicia social del gobierno de la Revolución Ciudadana?
-
Yo creo que
a fortalecerla y a mejorarla, me parece que estas dos palabras pueden
describir cómo se puede orientar la política pública. Y diría fundamentalmente
que la mejora es la sustancial. Vamos un mes de diálogo. Hemos tenido 18 sesiones
de dialogo en este momento que ha significado más o menos cada dos días una
jornada de intercambio de opiniones y lo que podemos observar es que la gente
primero reconoce que los logros alcanzados en estos ocho años de gobierno son
fundamentales. Segundo, que por lo tanto cualquier cosa que se haga no puede
poner en riesgo esos logros de la sociedad ecuatoriana, ojo que no digo del
gobierno sino de la sociedad ecuatoriana. Y tercero, me parece que hay un
reconocimiento de que la oferta programática ha sido muy amplia, por lo tanto
es interesante que no necesariamente se pida más cosas sino que se solicite una
suerte de mejoramiento de lo existente. Planteándonos a nosotros ya no tanto la
elaboración de la política pública sino el mejoramiento de la gestión en la
política pública. A veces hacemos la política pública de manera muy técnica, la
gestionamos muy técnicamente, pero tal vez amerita que tengamos más atención en
una gestión de esa política. Darle más atención a elementos que pueden o
faciliten la conexión entre los beneficiarios y los ofertantes de la políticas
públicas, o permitiendo que se pula en algunos casos donde no fluye
adecuadamente. Y al final el producto que tendremos es una agenda por la
equidad y la justicia social. Una agenda que puede tener ene número de
elementos de política pública, ene número de elementos de política regulatoria
y ene número de elementos de política legislativa.
-
¿Dentro de
esta agenda que me acaba de mencionar se contempla volver a presentar el
proyecto de ley de herencias y plusvalías? ¿Y qué elementos destacaría de este
proyecto de ley que fue retirado momentáneamente por el presidente Correa?
-
Siendo justo con el proceso no debería
adelantar ninguna conclusión. Al final pueden ser esas como pueden ser otras
leyes porque el proceso está abierto para eso. Pero lo que sí quisiera anotar
es una cosa que me parece importante.
Quienes están en una posición de no participar en un proceso de dialogo
son los sectores que piden una suerte de “archivo definitivo de los proyectos
de ley” y digo entre comillas porque el archivo definitivo no cabe, las dos
leyes no están presentadas, vuelven a ser un proyecto, vuelven a ser una
iniciativa, por lo tanto los sectores fundamentalmente empresariales que planteaban
un archivo de la ley y que no es más que una consigna, me parece que están
equivocados. Es decir, no hay nada que
archivar.
-
Le ruego
hacerme una precisión. ¿Son dos proyectos de ley los que fueron retirados
temporalmente: uno de herencias y otro de plusvalías?
-
Sí, son dos, uno de herencia y otro de plusvalías,
entonces hay sectores que dicen que se archiven esos proyectos de ley y cometen
un error de enfoque. Los proyectos no están presentados a la Asamblea Nacional,
por lo tanto no cabe alguna apelación a la categoría de archivar. Estos vuelven
a estar, digamos, en discusión de la sociedad. Frente a ciertos sectores que
con alguna legitimidad plantean la no presentación de esas leyes hay también
otros sectores que con la misma legitimidad expresan que esas leyes sí vayan. Entonces
lo que sí creo es que hay que esperar a que termine el proceso de diálogo y
saber si la sociedad está a favor del reingreso de esos proyectos de ley. Lo
que sí está claro que es que seguramente van a tener algunas modificaciones
respecto de lo que salga del proceso de diálogo. Doy un ejemplo, el sector empresarial que está
en marcha, los negocios que están en marcha, tienen una preocupación de que si
fallece alguien que es dueño del negocio y le hereda a su hijo o a su familia,
el tema de tener que pagar ese impuesto puede de alguna manera frenar su
actividad económica. Frente a eso la decisión
que hemos tomado es que se mantendría la tabla actualmente vigente. Porque para
gente que no conoce el Ecuador, incluso para los ecuatorianos que no están bien
informados, esta no es una ley nueva, desde 1920 hay una ley de herencia. En
los años 80, en el gobierno del León Febres Cordero, representante de la
aristocracia ecuatoriana, se presentó una reforma también a esa ley pero con
una particularidad, flexibilizaba el pago a los segmentos altos de la sociedad
y fortalecía a los segmentos sociales bajos. En la reforma que nosotros hemos
planteado tiene de manera absoluta el enfoque contrario: busca fundamentalmente
que al final termine tocando los intereses del 1.5% más rico de la sociedad
ecuatoriana, no más. El 98 % no se ve afectado por esta ley, un 0.5% de alguna u
otra manera pagará un poquito más que lo que paga ahora, pero un 1.5% seguro va
a tener que pagar más. Y por qué. Porque hay un tema que lastimosamente ha
existido y algunos sectores se han hecho los de la vista gorda. Sectores
pudientes ni siquiera tienen registradas sus riquezas en el Ecuador, lo que
tiene son fideicomisos constituidos en otros países. Algunas autoridades
locales, el propio alcalde de Guayaquil, hace poco reconocía en una entrevista
en CNN que él es un hombre acomodado y que en consecuencia si le va a tocar esa
ley. Sin embargo su patrimonio está registrado en la ciudad de Panamá. Esto lo traigo nada más como un ejemplo para
señalar que en este gobierno tenemos la firme convicción de que no retiraremos
una herramienta legal que combata la evasión de impuestos. Eso no lo vamos a permitir.
-
Un gobierno
como el de Rafal Correa con probada legitimidad, con un respaldo y
favorabilidad superior al 65% según las últimas encuestas, con mayoría absoluta
en la Asamblea legislativa, tiene amplias posibilidades de hacer aprobar esta
política pública de justicia social. Obviamente que la jauría de la ultraderecha
con sus medios, su manipulación mediática, hace escándalo y saca a su gente a
protestar en las calles, pero esta propuesta es a todas luces defendible y
justificable. ¿Hay cierto resquemor sin embargo por parte del gobierno desde el punto de vista
político para retrasar la presentación y trámite de estas leyes?
-
No, porque un periodista extranjero como es su
caso, que viene al país se da cuenta de esto, nosotros nos estamos reconectando
con lo que siempre han sido nuestras principales confianzas. Yo creo que lo que
pasó en la última coyuntura fue que de una u otra manera los sectores de
oposición lograron descolocar un poquito el terreno y nos hicieron perder de
vista a nosotros mismos que tenemos ese nivel de apoyo y que además no estamos
aquí para la simple administración de un sistema, estamos aquí para la
transformación de un sistema y por eso es que esto también ha significado
lanzar este diálogo, fortaleciendo nuestras convicciones político-ideológicas
profundas. Porque lo que ha pasado en los dos últimos dos meses en el Ecuador
tiene un gran dosis del concepto clásico de la ideología y del funcionamiento
de lo que se llamaban los aparatos ideológicos de Estado de que hablaba Louis
Althusser, de hecho lo leí hace poco nuevamente. Es decir, la lógica de los
medios de comunicación operando en el sentido de creer que esto va a ser una
afectación profunda a todo el mundo, caló en ciertos sectores de la ciudadanía
y operó una forma de ideología. Sectores fundamentalmente de clase media terminaban
siendo la primera línea de fuerza de quienes monitoreaban las marchas de la oposición.
Seguramente tuvieron un punto donde generaron de alguna manera una inflexión,
un manejo en calles con determinadas características, un manejo y una asociación
determinada con medios de comunicación, haciendo ver que esto era una cosa
escandalosa, cuando incluso por fuera, en el escenario internacional, la gente
empezaba a valorar positivamente que en Ecuador no solamente hay una discusión
sobre distribución de ingresos sino que también de alguna u otra manera se
ponga en juego un nivel de distribución más grande que permita la
democratización de los factores productivos, que empecemos a tener un sistema
impositivo más progresivo. Insisto, en el proceso de diálogo todo puede pasar,
se pueden mejorar muchísimo esas iniciativas, al final habrá que ver si es que
hay las condiciones y si la gente apoya, pero creo que no hay que perder de
vista cosas como estas. Justamente qué es el fundamento del diálogo: uno se ha
avanzado en disminuir pobreza y en aumentar igualdad, cierto; pero seguimos
siendo el continente más inequitativo del mundo con lo cual esos esfuerzos
todavía son insuficientes, toca seguir apuntalando en ello. Dos, tenemos un
programa de gobierno que ha sido votado en diez ocasiones en las urnas y de ahí
el tema de erradicar la pobreza, de avanzar en una sociedad más equitativa e
igualitaria siguen siendo consignas por las que estamos aquí. No estamos aquí porque simplemente tengamos
un buen líder, que haya carisma de por medio, que tengamos una fuerza política
que ha sabido cómo presentarse en las elecciones. Estamos aquí porque
defendemos un proyecto político para el Ecuador que la gente apoya y lo ha
votado copiosamente, entonces nuestra obligación es seguir trabajando para que
este proyecto se afiance.
-
En Ecuador
ha habido dos hitos revolucionarios, el de la Revolución Liberal de Eloy Alfaro
al iniciar el siglo XX, y el de la Revolución Ciudadana del presidente Rafael Correa,
pasando por la Revolución Juliana de 1925 y la “dictablanda” de Guillermo
Rodríguez Lara (1972-76) que se caracterizó por algunas políticas progresistas.
El gobierno de Correa no solo le ha dado estabilidad política e institucional
al Ecuador sino que lo ha transformado en un país viable, reduciendo
inequidades sociales y ejecutando políticas públicas de gran envergadura en los
diversos sectores para hacer realidad el concepto filosófico del Sumak kawsay,
el Buen Vivir. Con estos antecedentes, ¿cuáles son los elementos más
importantes que usted destacaría respecto de lo logrado hasta ahora por esta
revolución?
-
La primera parte de su pregunta me parece que
es fundamental y yo diría que sin lugar a dudas la Revolución Ciudadana marca
un hito histórico en el Ecuador. Depende de donde se le planteé, yo lo voy hacer
desde el ámbito sociológico. Hace 8, 9, 10 años en la Sociología discutíamos si
el Estado ecuatoriano se había consolidado y la conclusión era que no lo había
logrado. Muchos apuntalaban a manera de hipótesis que nuestro país era un proyecto
fracasado, es decir, el Ecuador como Estado Nación era un proyecto claramente
inconcluso y algunos señalaban que era un proyecto claramente fracasado, que no
había posibilidades de pensar en la consolidación de ese Estado. Esto sobre todo a chicos les puede sonar una
discusión exagerada, no la pueden comprender, pero recordemos que cuando en 1999
se da esa gran crisis financiera-económica ciertos sectores planteaban la
separación del Ecuador, sobre todo una élite de la costa ecuatoriana exponían
esa posibilidad, tenían ese famosos proyecto que llamaban la “taiwanización del
Pacífico” y argumentaban una lógica de autonomía, no de descentralización, sino
de autonomía muy parecida a la que pasaba en la media luna boliviana, que
ciertos sectores proponían una ruptura del Estado Plurinacional Boliviano. Yo
creo que había un asocio de visión en el caso ecuatoriano y la Revolución
Ciudadana es un punto en la historia de Ecuador que permite avanzar en la
consolidación del Estado. En términos analíticos yo todavía dejaría la
pregunta, si ha sido consolidado y si ya está plenamente estructurado, pero
claramente ha colaborado en la construcción de este Estado. En este proceso advierto
sí los siguientes momentos históricos: García Moreno en el siglo XIX con un
enfoque totalmente conservador fue sin embargo el punto de consolidación de un
Estado clerical; la Revolución Liberal con Alfaro a la cabeza, creo que en
perspectiva política su legado y sus ideales son lo que nosotros perseguimos, por
eso nos consideramos alfaristas, este es un segundo gran momento que plantea el
laicismo del Estado, un enfoque más liberal, un enfoque más nacional, de mayor
justicia social y nosotros nos consideramos herederos de eso. La Revolución Juliana
es también un elemento. La dictadura militar a diferencia de las autocracias
militares en los países del Cono Sur, constituye un brote progresista en el
caso ecuatoriano. En esos dos momentos de dictadura (década de los años 70) se
hacen las dos reformas agrarias, los recursos que ingresaron del petróleo se
ponen al servicio de la modernización del país; y claramente la Revolución Ciudadana
que trabaja respaldada en una Constitución. Es un proyecto político que de
alguna u otra manera se expresa en el pacto social de los ecuatorianos que es
la Constitución y que además es claramente un punto de consolidación del Estado
ecuatoriano. Respecto a los logros de la Revolución Ciudadana diría que
nosotros hemos tenido en estos ocho años un crecimiento mayor que el promedio
latinoamericano, hemos crecido por encima del 4%, la región ha tenido un
desempeño alrededor del 3%. Este crecimiento se ha caracterizado por estar enfocado
a disminuir pobreza y a fomentar niveles de igualdad en la sociedad
ecuatoriana. La pobreza por consumos ha caído 12.5 puntos; la pobreza por ingreso 15 puntos, y la
pobreza por necesidades básicas 16 puntos. Este coeficiente de Gini es una
medida entre cero y uno. Si desea moverse a cero, es equidad perfecta, si vamos
hacia uno es inequidad o desigualdad perfecta.
Nosotros lo hemos ido descendiendo en 8 puntos de caída ese coeficiente
mientras que en América Latina no es superior a una caída de 2. Por primera vez en la historia hemos
universalizado la educación primaria, hemos hecho una renegociación de deuda
externa como nunca antes, nos dicen que es una de las más exitosos a nivel
mundial, con una auditoria que nos mostraba la ilegalidad y la clarísima
ilegitimidad de esa deuda. Eso permitió que liberemos recursos para pagar la
deuda social. Si antes de este gobierno destinábamos para pago de deuda social
5 mil millones de dólares, hoy destinamos 9 mil millones de dólares, entonces
hay un cambio de preferencias fundamental. La diferencia de ingreso entre el
10% más rico y el 10% más pobre pasó de 42 a 22 veces. Es decir, hemos achicado
las brechas sociales, las consultas en el sistema de salud pasaron de 16
millones cuando empezamos el gobierno a 42 millones anuales, con lo cual ha
habido una recuperación de confianza en los servicios públicos. En vialidad hemos
realizado una inversión como nunca antes en la historia nacional que llega a
los 8 mil millones de dólares durante este gobierno. El ecuatoriano es el
segundo sistema vial más importante después del chileno en la región que nos
permite dinamizar el sector productivo y el turismo. Estamos haciendo una
transformación de la matriz energética, a 2017 seremos un país que en más del
60% de su generación provendrá de fuentes limpias, esto significa más energía
renovable y más barata. Y permitirá además que los hogares que hoy cocinan con
gas licuado de petróleo subsidiado, lo hagan con electricidad, para lo cual
hemos impulsado un gran proyecto consistente en cambiarse a las cocinas de
inducción. Así que si usted me jala la lengua yo podría seguir enumerando una
gran cantidad de logros de esta revolución, pero estos me parecen los más
relevantes.
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