INFLUYENTE EMPRESARIO HERNÁN ECHAVARRÍA OLÓZOGA, PATROCINADOR DE PARAMILITARES, FUE QUIEN MANDÓ A SECUESTRAR A PIEDAD CÓRDOBA
POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ
Aunque en
Colombia, un país ultraconservador, los círculos políticos, económicos y
mediáticos lo saben, tratan de ocultar el fenómeno de la “paraeconomía”, que no
es más que el patrocinio financiero y logístico por parte de influyentes y
conocidos hombres de empresa a las criminales bandas de paramilitares, que
comenzaron a desarrollar sus mortíferas acciones en la década de los años 80 y
tuvieron su auge durante la tiranía de Álvaro Uribe Vélez (2002-2010).
Paulatinamente se han ido
conociendo los nombres de quiénes han sido los financiadores del
paramilitarismo en Colombia que en coordinación con las fuerzas del Estado han
generado centenares de genocidios y, sobre todo, han segado la vida de millares
de dirigentes políticos de izquierda y de organizaciones sociales por el “grave
delito” de pensar diferente.
Gracias a las declaraciones ante
funcionarios judiciales de varios de los jefes paramilitares se ha venido a
conocer, por ejemplo, que el exministro de Estado e influyente empresario
antioqueño Hernán Echavarría Olózoga fue quien urdió y financió a la
organización Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) que comandaba su máximo
dirigente Carlos Castaño Gil para que secuestrara y asesinara a la dirigente
política y activista de derechos humanos, Piedad Córdoba Ruiz.
El secuestro de la entonces
senadora Córdoba se llevó a cabo en la ciudad de Medellín el 21 de mayo de
1999, cumpliendo a cabalidad las instrucciones de “don Hernán”, como se lo
conocía a este gángster en potencia que tenía aspecto de patriarca, aliado de
los Estados Unidos y promotor de los sectores de ultraderecha y más
recalcitrantes en Colombia.
La propia Piedad Córdoba en
declaraciones periodísticas al Observatorio
Sociopolítico Latinoamericano www.cronicon.net, en Quito, en el
marco del Encuentro Latinoamericano Progresista (ELAP) 2015, reveló que varios
de los lugartenientes de Castaño Gil se lo han manifestado personalmente o han
declarado ante los tribunales de justicia, que Echavarría Olózaga fue el autor
intelectual de su secuestro.
Jefes paramilitares como
Salvatore Mancuso, Diego Fernando Murillo Bejarano, alias “Don Berna”, Fredy
Rendón Herrera, alias “El Alemán”, Iván Roberto Duque, alias “Ernesto Báez”,
han confirmado la participación de Echavarría como autor de esta empresa
criminal, sostuvo Córdoba Ruiz.
La dirigente política explicó que
en Colombia se sabe del rol que han jugado notables hombres de negocios “pero
como se trata de empresarios fuertes, de poder, con influencia, no se divulga”.
En este país, agregó Córdoba, “hay
muchas cosas por conocer, que están ocultas y la verdad debe ser la piedra
angular del proceso de paz”, cuyas negociaciones actualmente se desarrollan en
La Habana.
Dijo además que Mancuso, alias
Don Berna y alias El Alemán, han declarado que el propio Echavarría Olózaga les
reclamó mediante una comunicación por qué no la habían matado, y además les
reprochó por haberla dejado libre.
En efecto, en un correo enviado
en mayo de 1999 que Carlos Castaño leyó ante varios de sus lugartenientes, el
empresario expresaba al final: “Si usted llega a tomar la decisión de liberar
viva a la señora Piedad Córdoba Ruiz, el país no se lo perdona. Liberar a esta
señora con vida es un acto de irresponsabilidad contra la patria. Atentamente
Hernán Echavarría Olózaga”.
Ante la presión nacional e
internacional, la dirigencia paramilitar determinó dejar en libertad a Córdoba
el 3 de junio de 1999 en la población de Necoclí, Antioquia.
IDEÓLOGO DE LA “MANO NEGRA” Y BENEFACTOR DE URIBE VÉLEZ
Echavarría Olózoga fue un
economista, industrial, político y escritor que murió en Bogotá en febrero de
2006 a la edad de 94 años que tuvo gran influencia en Colombia gracias a la
fortuna heredada de sus antepasados y una ominosa trayectoria pública
caracterizada por financiar operaciones para acallar a los sectores
progresistas y de izquierda en este país.
Fue un acérrimo defensor del
antidemocrático experimento del Frente Nacional (1958-1974), consistente en que
por virtud de una reforma constitucional acordada desde la élite liberal-conservadora
se repartía exclusiva y monopólicamente el botín del Estado (en sus tres ramas
del poder público) entre estos partidos tradicionales. Como ministro del primer
gobierno de está inicuo sistema bipartidista que presidió Alberto Lleras
Camargo, un cipayo de Washington, Echavarría Olózaga se convirtió en efectivo
censor de prensa al poner en marcha una estrategia que se conoció con la
denominación de “Mano Negra”, parodiando un ardid utilizado en Italia que
buscaba ejercer una especie de macartismo.
Mediante esta operación de
censura ordenó a las grandes empresas nacionales y transnacionales suspender la
pauta publicitaria a todos los medios de comunicación de aquellos sectores de
oposición al régimen cerrado y corrupto del Frente Nacional. La orden iba
dirigida a perseguir y a acallar publicaciones de movimientos de signo
progresista como el MRL de Alfonso López Michelsen; el Frente Unido del
sacerdote Camilo Torres Restrepo; la Nueva Prensa de Alberto Zalamea, entre
otras.
BENEFACTOR DE CENTROS DE PENSAMIENTO DE ULTRADERECHA
Este industrial de la
porcelanería que con su familia consolidó el emporio empresarial conocido como
Organización Corona que hoy es accionista principal de Homecenter, participó
como benefactor en la fundación de más de diez centros universitarios para
difundir y promocionar el pensamiento neoliberal en Colombia. Se destacan entre
ellos la Universidad de los Andes, la Universidad EAFIT, ICESI, la Universidad
del Norte y el CESA.
Además promovió la fundación del Instituto
de Ciencia Política que lleva su nombre que tiene como objetivo promover la
criminal doctrina neoliberal, al tiempo que adversa y desprestigia a los
gobiernos de signo progresista en América Latina.
A través de su emporio
empresarial financió e impulsó en 2002 la candidatura presidencial del
cuestionado Álvaro Uribe Vélez, así como también benefició con su mano “generosa”
a Juan Manuel Santos, hoy primer mandatario colombiano, para consolidar su
fundación Buen Gobierno, que al iniciar labores tenía como fin esencial hacer
parte de la batería mediática y política para desestabilizar el gobierno del
presidente venezolano Hugo Chávez.
Los corifeos de Echavarría
Olózaga han seguido al pie de la letra su legado político de tinte fascista,
como el cuestionado expresidente Uribe Vélez y el actual Procurador General de
la Nación, Alejandro Ordóñez, líderes de la caverna en Colombia.
Por eso no es gratuito que la
Procuraduría en manos de Ordóñez haya estigmatizado y condenado la acción de
facilitación humanitaria que ha venido cumpliendo Piedad Córdoba con la
insurgencia de las Farc, inhabilitándola por 18 años para ejercer cargos
públicos, incluidos los de elección popular.
No obstante, la oscura
trayectoria de Echavarría Olózaga, en Colombia su decadente oligarquía, su
corrupta clase dirigente, gremial y empresarial con sus medios de comunicación
hegemónicos, siguen venerando su figura y legado, ocultando a como dé lugar su
catadura fascista y criminal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario