“GRAN RETO EN CHILE ES SUPERAR ESTRUCTURA ECONÓMICA, FINANCIERA, PRODUCTIVA, POLÍTICA Y COMUNICACIONAL QUE AÚN ES PINOCHETISTA Y NEOLIBERAL”, AFIRMA DIRIGENTE MARCO ENRÍQUEZ-OMINAMI
POR FERNANDO
ARELLANO ORTIZ
“Yo aspiro a
hacer un gobierno con los verdaderos socialistas”, sostuvo en breve diálogo con
el Observatorio Sociopolítico
Latinoamericano www.cronicon.net,
el líder del Partido Progresista de Chile, Marco Enríquez-Ominami, en el marco
del II Encuentro Latinoamericano Progresista (ELAP) 2015, que se realizó en
Quito, Ecuador, entre el 28 y 30 del pasado mes de septiembre.
La afirmación la hizo el
dirigente político chileno ante el interrogante sobre por qué la actitud
vergonzante y pérfida de varios dirigentes del Partido Socialista, al que
perteneció el heroico y digno presidente Salvador Allende, quienes se han
reunido con los principales voceros del fascismo venezolano financiados por
Washington que protagonizan un agresivo ataque político-económico-mediático contra
gobierno del presidente Nicolás Maduro para
desestabilizarlo y derribarlo. Sobre el vergonzoso proceder de quienes aún
tienen el descaro de denominarse “socialistas” y sin ningún reparo se atreven a
reunirse con dirigentes de la ultraderecha venezolana que son de la misma
catadura de los genocidas pinochetistas que mataron en 1974 a su padre, el
médico Miguel Enríquez Espinosa, secretario General del Movimiento de Izquierda
Revolucionaria (MIR), Enríquez-Ominami dijo que hay que diferenciar entre las
bases y algunos “líderes” de esa colectividad.
“Hay un pueblo socialista
espectacular, que está en la lucha y que hay que apoyar; solamente son algunos
dirigentes del Partido Socialista los que asumen esas actitudes”, precisó el
heredero del referente del MIR, quien como él (repitiéndose la historia)
también renunció al Partido Socialista.
Su padre, Miguel Enríquez rompió
con los socialistas en marzo de 1963. Enríquez-Ominami, lo hizo en 2009 para
participar como candidato presidencial independiente. Posteriormente, en 210
fundó el Partido Progresista e igualmente se presentó a la contienda por llegar
al Palacio de la Moneda en 2013. Su infancia y parte de su juventud las pasó
exiliado ante la persecución de la feroz dictadura de Pinochet. Al retornar a
su país alternó su actividad de cineasta con la política. Entre 2006 y 2010 fue
diputado por el Partido Socialista y desde entonces está buscando llegar a la
Presidencia de la República. Actualmente lidera todas las encuestas y anuncia
que continuará en su propósito político ante la acogida que tienen sus
propuestas.
En Chile es uno de los
principales impulsores de la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente
que se encargue de expedir una nueva carta política que reemplace la neoliberal
y autoritaria expedida en tiempos del déspota y criminal Pinochet.
“Espero que esta iniciativa tome fuerza”, sostiene cuando se
le interroga sobre la posibilidad de una Constituye en su país.
EFECTOS DEL CRIMINAL
MODELO NEOLIBERAL
Sobre la pesada herencia
neoliberal del pinochetismo, Enríquez-Ominami explica que la sociedad chilena aún
no ha podido sacudirse. Los efectos socioeconómicos están a la vista: “Chile es
la Corea del Norte del capitalismo, está a la derecha de EEUU. Ninguna
universidad es gratuita, ni las públicas, el gasto medio en salud está por
debajo de la OCDE, el sistema previsional es individual, el transporte es
público-privado. Estamos fuera del sentido común. Bachelet 1 no tocó ninguna de
estas cosas. Bachelet 2, por su enorme ausencia de Chile durante muchos años,
improvisó en un tema como la educación, el más importante, en uno de los países
más desiguale de América Latina. No está pudiendo cumplir la principal promesa,
la educación como un derecho y no como bien de consumo”, se lamenta.
Además, agrega, “buena parte de
la estructura económica, financiera, productiva, política y comunicacional en
Chile es pinochetista y neoliberal. Es decir, la geometría es pinochetista”, y
lo peor, la presidenta Michelle Bachelet “se equivocó en los caminos”.
La realidad política en esta
noción del Cono Sur es muy compleja, habida cuenta que “aún el 25% de los
chilenos se define pinochetista y en
1999 vimos a los socialistas defendiendo a Pinochet en Londres, no es fácil. Yo
quiero cambiar esa geometría”, recalca.
CHILE VOLVIÓ A AMÉRICA LATINA POR LA PEOR PUERTA
Si bien el dirigente del Partido
Progresista sostiene que Chile retornó a América Latina y eso le gusta,
infortunadamente, “lo hizo por la peor puerta: desaceleración económica,
corrupción, narco. Malas puertas, pero me gusta que estemos en América Latina
porque los problema de Chile dependen mucho más de Argentina, Perú y Bolivia de
lo que piensa la élite chilena”.
Explicó que el proyecto político
que lidera está sustentado en “derribar el concepto neoliberal de la economía.
Entender que vivir juntos es el gran desafío de América Latina”. Sin embargo
agregó que hay que entender lo que implican los nuevos desafíos económicos y
geopolíticos.
En efecto, es preciso tener en
cuenta dijo Enríquez-Ominami, que en América Latina se acaba un ciclo de
crecimiento de cuatro puntos, control de inflación y reducción de la pobreza.
En contraste, el nuevo ciclo, refiere, “representa preguntas nuevas. La
respuesta de Chile está en Bolivia, en Argentina. Además hay un nuevo sujeto
latinoamericano en donde hay variedad de oportunidades”.
A pesar de que la economía en su
afán capitalista se comió el Derecho, sin embargo, aseguró, es en lo público
donde está la oportunidad de calidad en derechos como la educación, la salud,
el transporte. Fortalecer lo público y reducir el gasto bélico que en el
continente “es obsceno”, deben ser las prioridades de Latinoamérica para seguir
reduciendo la pobreza y sobre todo la desigualdad que aún es una tarea pendiente
porque la región es la más inequitativa del mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario