ENTREVISTA CON RICARDO FORSTER, SECRETARIO DE
COORDINACIÓN ESTRATÉGICA PARA EL PENSAMIENTO NACIONAL DE ARGENTINA
“EN AMÉRICA LATINA LA DISPUTA DE LOS SECTORES
ALTERNATIVOS CON EL NEOLIBERALISMO NO ES SOLAMENTE ECONÓMICA, SINO CULTURAL,
POR EL LENGUAJE Y POR EL SENTIDO COMÚN”
POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ
Quito
Los desafíos
que tienen los gobiernos y los sectores progresistas en América Latina ante lo
que califica como la “barbarie” neoliberal, es generar por un lado, capacidad
de distribuir mejor los bienes materiales y culturales; y por otro, disputarle
su criminal hegemonía a través de la cultura, el lenguaje, en definitiva, el
sentido común, sostiene el secretario de Coordinación Estratégica para el
Pensamiento Nacional del Ministerio de Cultura de la Argentina, Ricardo
Forster.
Para este
filósofo, ensayista y catedrático universitario, “el neoliberalismo no solo es
la financiarización del capitalismo, sino además una forma de devastar el
Estado de bienestar, creando de una cultura, un lenguaje, que ha atravesado a
nuestras sociedades”.
Explica que los cambios producidos en América Latina gracias
a gobiernos progresistas han permitido desarrollar una capacidad de invención
política y cultural. “Por ejemplo, en Argentina se avanzó en un debate
democrático que culminó con la aprobación por el Congreso de la Ley de
Servicios Audiovisuales, que fue un
momento de ampliación democrática en contra de la monopolización, como
Televisa en México, O Globo, en Brasil, y en el caso argentino, el Grupo
Clarín. Esa pelea no fue económica, y tenía que ver con la democratización de
la distribución de la información”.
Forster
remarca que el neoliberalismo es también una construcción cultural que ha
impregnado a toda la sociedad y en el caso de Suramérica, explica, si bien fue
un laboratorio para implementar este nefasto modelo en los últimos 20 años, al
mismo tiempo terminó siendo un acicate para lograr el retorno a la democracia. Por
eso es que algunos países van a contracorriente del sistema de acumulación que
impera a nivel planetario.
“El nivel de
barbarie en el mundo es creciente, sin embargo en América Latina se han
recuperado conceptos como el del Estado en el sentido de que debe servir de
herramienta para amparar a los débiles. Lo que está en juego es la disputa por
el sentido común. Interrumpir la barbarie que origina el capitalismo mediante
la ampliación de derechos y la conjunción de igualdad y libertad es la tarea de
los sectores alternativos”, precisa el filósofo argentino, quien participó como
panelista en el Encuentro Latinoamericano Progresista (ELAP) 2015, que tuvo
lugar en la capital ecuatoriana entre el 28 y 30 del pasado mes de septiembre.
Durante su
amplia trayectoria académica, Forster se ha destacado en su país por ser un
movilizador de ideas en el ámbito del pensamiento progresista, razón por la
cual con un grupo de intelectuales argentinos, fundó en 2008 una plataforma de
debate y discusión conocida como Carta Abierta, espacio desde el que además de
analizar la coyuntura nacional e internacional, asume posturas políticas.
Carta
Abierta, aunque se define como un espacio no partidario, se inspira en el
peronismo y por ello se ha caracterizado en sus pronunciamientos por respaldar
al gobierno de la presidenta Cristina Fernández.
Aprovechando
su presencia en este foro internacional de sectores progresistas de América
Latina auspiciado por el movimiento Alianza País de Ecuador, el Observatorio Sociopolítico Latinoamericano www.cronicon.net, dialogó
con Forster sobre el momento político que vive su país, Argentina, y también
sobre la coyuntura latinoamericana.
EL POPULISMO COMO REPARADOR DE INJUSTICIAS EN
LATINOAMÉRICA
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Ahora que
usted está al frente de la Secretaria de Coordinación Estratégica para el
Pensamiento Nacional del Ministerio de Cultura es preciso preguntarle ¿qué es
el peronismo? ¿Es un significante vacío como diría Ernesto Laclau habida cuenta
que en él caben diversas tendencias políticas como las que han liderado los Kirchner,
los expresidentes Eduardo Duhalde, Carlos Menem y ahora Daniel Scioli?
-
Es una categoría muy interesante de Ernesto,
quien el 6 de octubre hubiera cumplido 80 años. Fue un gran pensador
latinoamericano que trató de desentrañar y romper el prejuicio en el entorno
respecto de un concepto claro de nuestros países que es el de populismo, tan
mal entendido, o entendido de otra manera por ejemplo en Europa, en donde para
ellos el populismo era extrema derecha, los movimiento xenófobos; para nosotros,
en cambio, ha sido la irrupción de movimientos que han reparado las profundas
injusticias y le dieron a los sectores populares una visibilidad y una entidad
que no tenían. En cuanto al peronismo hay que señalar que es un complejo
movimiento que surgió en la década del cuarenta del siglo pasado y que
fundamentalmente instaló a los trabajadores y a los sectores subalternos en el centro de la escena política y social de
nuestro país. Hay una trama identitaria, hay una construcción de derechos, hay
una larga, larga genealogía que le dio forma al peronismo y también a sus tensiones,
contradicciones, porque como usted lo ha dicho, el peronismo ha tenido dentro
suyo corrientes que han buscado la transformación social, la ampliación
democrática, la igualdad y corrientes que han bebido de fuentes que hoy
identificaríamos claramente con sectores de derecha y conservadores. La experiencia de estos últimos 12 años con
Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner, ha sido la de volver a
rescatar las mejores banderas y las mejores tradiciones de ese peronismo que en
los años cuarenta luchó por la emancipación de los trabajadores y que en la
década del 70, en torno a una generación, luchó por la igualdad e incluso por el
socialismo y que fue reprimido por la dictadura del 76. Hoy el kirchnerismo es
el peronismo y también es la confluencia de muchas otras corrientes de
tradiciones progresistas de izquierda que han visto en este momento argentino
la posibilidad de avanzar en una transformación que rompa la hegemonía
neoliberal que en nuestro país comenzó fundamentalmente con la dictadura de
Videla y continuó en los años 90, paradójicamente impulsada por un sector del
peronismo que encabezó el expresidente Menem. Por lo tanto hoy la Argentina
como las otras experiencias suramericanas: Ecuador, Bolivia, Venezuela, el
Brasil de Lula sobre todo, han venido a plantear una alternativa muy fuerte a
la hegemonía neoliberal que es una hegemonía mundial.
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¿En qué
medida el candidato presidencial Daniel Scioli representa el proyecto
kirchnerista?, si se tiene en cuenta que él viene del menemismo y en
consecuencia hay cierto resquemor en diversos sectores, no obstante que Carlos
Zannini, su fórmula a la Vicepresidencia es de la esencia del kirchnerismo. ¿Cuál
es la lectura que se puede hacer de este ensamblaje político?
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Estos doce años de kirchnerismo, insisto, han
transformado profundamente las estructuras sociales y políticas argentinas y también han cambiado a
muchos hombres y mujeres que quizás en las vicisitudes de las últimas décadas
del siglo XX construyeron opciones que no eran las que incluso representaban la
mejor tradición del primer peronismo. En este caso, por ejemplo, sin duda Scioli
inicia su carrera política de la mano de Menem.
Pero inicia otro momento de su historia política de la mano, primero de
Néstor Kirchner y después fue, durante los dos periodos de Cristina, gobernador
de la principal provincia, en términos cuantitativos de la Argentina que es la de
Buenos Aires. Hoy Scioli sabe que la continuidad del proyecto está dado también
por la enorme conciencia social que se ha construido en estos años. Los trabajadores, el pueblo argentino ha
recuperado los derechos, se han construido nuevos derechos, tomado una fuerte
conciencia y un fuerte protagonismo. La Argentina de hoy no es la Argentina de
final de la década del 80 cuando una profunda crisis económica preparó al país
para convertirlo en uno de los mejores laboratorios del neoliberalismo. Hoy la
Argentina es una sociedad que en estos 12 años ha construido movilización
popular, reindustrialización, resindicalización y también ha discutido
profundamente sus tradiciones políticas. En un contexto como este del Encuentro
Latinoamericano Progresista (ELAP) que se realiza en Quito hay que discutir
sobre qué le pasó a los movimientos progresistas, nacional-populares y de
izquierda, por ejemplo en la década de los 90 no solo en Argentina sino en
Bolivia con el MIR de (Jaime) Paz Zamora
que se fue hacia el neoliberalismo; lo que quedó del APRA con Alán García que
parecía una opción progresista giró brutalmente hacia el neoliberalismo; inclusive
la transición del Socialismo chileno, lo que fue la Concertación de la
transición democrática no cambió los fundamentos del neoliberalismo. En cambio
me parece que los proyectos políticos que se vienen desarrollando en algunos de
nuestros países sí han hecho un esfuerzo muy grande. Scioli lo sabe. Creo
también que es importe el hecho de que durante mucho tiempo la izquierda
construyó un catecismo según el cual la historia iba hacia un rumbo y este
rumbo tarde o temprano iba a terminar realizando los grandes destinos de la
humanidad. Hoy sabemos que la barbarie
también ha hecho mella en el interior del camino de la humanidad, lo vemos en
el mundo, hoy el neoliberalismo es una ideología que no solamente transforma
económicamente sino que lo hace y mucho a nivel de las conciencias; construye
entre comillas “una cultura de la dominación” y también genera una maldad
gigantesca. Nosotros luchamos para cambiar eso en condiciones desiguales, la
garantía la marcan los pueblos y su capacidad de defenderse a sí mismos.
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Y la
irrupción de sólidos liderazgos políticos que han logrado sintonizarse con sus
pueblos…
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Los liderazgos no surgen de una probeta, ni son
el resultado del trabajo de publicistas, sociólogos, sino que emergen de algo
muy profundo que acontece en la sociedad, sobre todo en los sectores populares.
No hay liderazgos que se puedan desplegar ajenos a lo que suceda en el interior
del mundo social. Hugo Chávez, Rafael
Correa, Néstor Kirchner, Evo Morales, Cristina Fernández son el producto de las intensidades que atraviesan
nuestras sociedades, esa es su fortaleza y su debilidad. Sin duda la
imposibilidad de que esos líderes, por diferentes motivos, dejen de estar
plantea la pregunta, la perplejidad, de cómo seguir.
-
¿El kirchnerismo
en estos doce años de gobierno ha logrado generar hegemonía en Argentina en
términos gramscianos?
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Yo diría que logró contrarrestar lo que era una
construcción muy profunda dominante en la Argentina de una cultura, una
sensibilidad y un sentido común atravesados por el modelo de la
financiarización y del neoliberalismo.
Se ha avanzado mucho, se ha dado una profunda batalla por el sentido
común, por el lenguaje, por la cultura, una batalla por la memoria
histórica. Creo que ha sido decisivo,
pero de ninguna manera hemos triunfado, sigue siendo muy poderosa la maquinaria
mediática, los grandes medios de comunicación en nuestros países son la
vanguardia cultural ideológica del neoliberalismo, no sería posible el triunfo
de un sistema del individualismo atroz sin la capacidad de penetrar las
conciencias, el lenguaje, el sentido común.
Por eso la pelea es de todos los días, rescatar memoria, tradiciones,
sueños emancipatorios, disputas culturales, es la tarea de nuestros gobiernos y
es lo que nosotros humildemente tratamos de hacer desde la Secretaría a mi
cargo.
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Cuando hace
un año y medio el gobierno de Cristina Fernández lo designó a usted para ocupar
la Secretaría de Coordinación Estratégica para el Pensamiento Nacional de
Pensamiento, los diarios fascistas, La Nación y Clarín dijeron que se trataba
era de uniformar conceptualmente al país mediante la imposición de un
pensamiento único al estilo estalinista. ¿Por qué una Secretaría de Pensamiento
Nacional?
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La derecha en general construye la calumnia y
la injuria. Cualquiera que hubiese cliqueado en Google, que hubiera buscado mi
biografía académica e intelectual, se hubiera dado cuenta que entre el
estalinismo, todo ese imaginario que construyeron y mi propia trayectoria no
había ninguna relación. Nuestra Secretaría respondió con trabajo. Hace un año y
un par de meses que venimos trabajando, hicimos muchos foros; hay uno que
alcanzó una dimensión regional importante que fue el Foro de Emancipación e
Igualdad, al que vinieron hombres y mujeres de toda Suramérica, América del
Norte y Europa para discutir en absoluta libertad la actualidad civilizatoria,
los proyectos de emancipación, hombres como Noam Chomsky o Gianni Vattimo,
dirigentes como García Linera o Piedad Córdoba, gente que se juntó para debatir
la cuestión de la igualdad en el contexto de nuestro continente. Y hemos hecho también un trabajo fundamental
para demostrar que la cultura de izquierda, la cultura progresista, la cultura
nacional popular ha sido siempre la cultura de lo abierto. Y que en general han
sido las culturas de la derecha, de fascismo, las que han reprimido, las que
han cercenado, las que han censurado y las que han construido bajo formas
dictatoriales terrorismo contra la libertad de pensamiento. La respuesta es el trabajo que hicimos, lo
demás es pura retórica.
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