ENTREVISTA CON PAOLA CABEZAS, DIRIGENTE DE ALIANZA PAÍS Y GOBERNADORA DE LA PROVINCIA ESMERALDAS EN
ECUADOR
“LA IZQUIERDA LATINOAMERICANA TIENE EL RETO DE GENERAR
CONCIENCIA SOCIAL E IDEOLOGIZACIÓN EN LOS CIUDADANOS”
POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ
Frente a la manipulación de la
derecha que a través de sus monopolios mediáticos y sus cuantiosos recursos
económicos no solo ejerce manipulación neurolingüística en las sociedades sino
guerra económica para desestabilizar a los gobiernos progresistas de la región,
en lo que en la actual coyuntura se conoce como el proceso de restauración
conservadora en Latinoamérica, la dirigente del movimiento Alianza País que
lidera el presidente de Ecuador, Rafael Correa Delgado, y gobernadora de la
provincia de Esmeraldas, Paola Cabezas Castillo, afirma que el reto de la izquierda es el “de generar un proceso
de casi evangelización” política y de conciencia social porque el ciudadano está
desideologizado.
La
gobernadora Cabezas Castillo participó como expositora en el seminario
internacional organizado por el Foro de Sao Paulo para analizar los avances del
proceso de paz en Colombia que se realizó recientemente en Bogotá y el Observatorio Sociopolítico Latinoamericano www.cronicon.net
la abordó para auscultar su opinión respecto de los avances del gobierno del
presidente Correa en Ecuador; la feroz ofensiva de la derecha ecuatoriana
aliada con sectores de ultraizquierda; y los efectos del conflicto armado
colombiano en su provincia, Esmeraldas, localizada en la costa noroccidental
ecuatoriana.
ALIANZA PAÍS FRENTE A LOS INTENTOS DE RESTAURACIÓN
NEOLIBERAL
- Se cumplen diez años de la
Revolución Ciudadana del presidente Rafael Correa con unos éxitos cuantitativos
y cualitativos evidentes, sin embargo arrecia la oposición desestabilizadora de
la derecha con la complicidad de la ultraizquierda. Teniendo en cuenta esos dos
factores: uno, el avance sustancial en Ecuador en el ámbito socioeconómico y
político; y dos, el proceso de desestabilización; ¿cuál podría ser el punto
medio que podrías hacer de estos 10 años del gobierno del presidente Correa?
- Creo
que los logros están a la vista y sobre todo en estos diez años se entendió que
gobernar era beneficiar a las mayorías, pero gobernar para las mayorías es tocar
intereses de las minorías que son los que manejan los capitales, la banca, los
medios de comunicación, y eso es lo que hoy configura el proceso de
desestabilización que no solamente vive Ecuador, que están viviendo gobiernos
progresistas que han entendido que la equidad y justicia social pasa también
por tomar decisiones que a veces son dolorosas, pero no dolorosas para el
pueblo, cuando el pueblo puede tener salud, educación, cuando puede contar con
un proceso político en el que se siente identificado, pues obviamente esto
marca la cancha. En este momento que vive el Ecuador frente a la restauración
conservadora, estamos hablando de toda la derecha identificada con los
gobiernos neoliberales que sepultaron al país. Estamos hablando del banquero Guillermo
Lasso, de Jaime Nebot, el eterno alcalde de Guayaquil, de Lucio Gutiérrez, que
fue presidente y que configuró un golpe de Estado para tomarse el poder, en
fin. Son figuras políticas reconocidas y que quieren darnos recetas de no sé
qué. Es bueno lo que está pasando en Ecuador, primero porque nos pone tareas
como movimiento político y como gobierno. Porque en esta década un niño que
tenía 8 años en el momento en que Rafael Correa llegó al poder, hoy tiene 18 y por
lo tanto no conoce lo que fue el país 30 años atrás. Ese niño se acostumbró a
este modelo de bienestar en donde su Estado le garantiza educación; donde su
Estado también si quiere estudiar en el exterior, le garantiza una beca; y le
da salud gratuita. Creo que hay cierto divorcio con la juventud que no milita y
por eso yo hablo de la necesidad que tiene la izquierda latinoamericana de generar
un proceso de casi evangelización porque el ciudadano está desideologizado, puesto
que cuando se llega al poder, llegas a ser el Presidente en el caso del Ecuador,
mucha gente dice a mi Correa me cae bien y yo lo voté porque es un gran líder y
dirigente político, pero no se ha entendido que aquí hay un gran proyecto que
tiene que ver con una ideología de izquierda progresista, de redistribuir la riqueza,
de quitarles las prebendas a las multinacionales, de renegociar los contratos
petroleros para poder hacer carreteras, hidroeléctricas, para prepararnos como
país dando un salto para que nuestra materia prima sea tecnificada. Eso ha
costado estos diez años. Y esta parte sí es importante que el ciudadano la
entienda y es allí que la derecha nos está disputando el espacio. Dice una consigna que
en la lucha del pueblo nadie se cansa. Y nosotros lo menos que estamos es
cansados, primero porque la derecha configura muy bien sus espacios de poder. Al
fin y al cabo maneja la prensa, los medios de comunicación, domina la banca y
por lo tanto cuenta con dinero y recursos para pagar lo que tenga que pagar con
el propósito de desestabilizar nuestro gobierno, y en eso nos estamos
preparando. Hay una transición que está viviendo nuestro país, porque si bien
Rafael Correa termina su periodo en el 2017 a las bases nos convoca primero que
todo sostener el proyecto con unos cuadros políticos que tenemos en el país. Creo
que es una de las cosas por las cuales se han preocupado la Revolución Ciudadana
y el presidente Correa como un estratega visionario de este proceso. Personas
como yo, Paola Cabezas, sin apellido, que viene de una región donde ser pobre,
mujer y ser negra, está completamente condenada a ser pobre, sin embargo el
Ecuador de la Revolución Ciudadana me garantizó una beca para estudiar, tengo
una maestría que cursé en Argentina y he vuelto no solo a devolverle a mi país
desde el servicio público sino también desde la militancia. Entonces son cosas
que hacen esperanzador el proceso ecuatoriano y que sobre todo las nuevas
generaciones, los jóvenes, estamos dispuestos a defenderlo como dice la
consigna: patria o muerte por el proceso ecuatoriano.
- Si bien hay una campaña feroz
desde la derecha ecuatoriana, de todas maneras es muy difícil que con sus
líderes caracterizados por sus estrechos vínculos y su directa responsabilidad con
“la triste y larga noche neoliberal”, tengan la posibilidad u opción de volver
a obtener el gobierno. Todos los estudios de opinión demuestran que hay una
solidez de Alianza País. ¿Ello se deberá a que en estos diez años del gobierno
del presidente Correa se ha podido generar sentido común o como diría Gramsci,
hegemonía política, o ha sido muy difícil?
- Nosotros
desde el movimiento estamos conscientes de muchas cosas que tenemos que replantear,
como por ejemplo, profundizar sobre todo la formación política ideológica. Te
voy a hablar de mí, de mi historia. Yo milito en la izquierda desde hace diez
años, desde los inicios del proyecto de la Revolución Ciudadana. Soy
comunicadora de profesión. He trabajado en medios desde los 15 años y llegó un
momento de mi vida en el que coincide con la llegada de un presidente que me
habla a mí, que me dice que no me puedo quedar sentada, que mi educación es
parte también de un modelo que se ha implementado a partir de la decisión
política de él. Yo que hago. ¿Sigo siendo periodista, servil a los medios
que son los que nos condenan a estar en este proceso de repetición absurda
donde nos disparamos a nosotros mismos, o salgo de mi espacio de confort a
defender lo logrado? Entonces esa es la conciencia social que hoy se debe generar
en Ecuador. Quizás mi preocupación y lo digo desde lo personal es que hay una
masa móvil no ideologizada que no entiendo que al volver la derecha se pierde
todo lo ganado en lo que se refiere a bienestar y avance social en el país. Por
ahí una legisladora de la derecha dijo que la papa no tiene ideología. Entonces, si es importante que la gente
entienda que hay modelos a seguir, que hay dos caminos, el que venimos labrando
hace diez años y el de la derecha que está apoyado directamente por el imperio,
por Estados Unidos, eso es una cosa completamente clara, que pretende abrir
nuestras fronteras para hacer y deshacer, debilitando la industria local, sobre
todo en Ecuador donde jugamos de alguna manera un partido en contra porque no
tenemos política monetaria por culpa de los gobiernos neoliberales que nos
dolarizaron. Por lo tanto hoy nos toca trabajar para fortalecer la dolarización
porque cuando tenemos a Colombia y a Perú con una política monetaria autónoma
que les permite tomar algunas decisiones en esa materia, nosotros tenemos que hacer
muchos artilugios si el término cabe, pero gracias a la política económica de nuestro
Presidente esta circunstancia nos ha afectado lo menos posible. Por el
contrario, qué hacía la derecha, que hacían los gobiernos neoliberales que
ahora pretender volver: imponían un paquetazo, subían el costo al agua, las
tarifas de la electricidad, los transportes, la gasolina, los combustibles. En
cambio en el gobierno de la Revolución Ciudadana a pesar de todos los vaivenes
económicos se ha diseñado una política que está encaminada a afectar lo menos
posible a los sectores más vulnerables a lo que se debe nuestro movimiento, al
pueblo, a la gente.
- A nivel regional, ¿cómo está
configurada la correlación de fuerzas políticas si se tiene en cuenta que Quito
y Guayaquil, las principales ciudades del Ecuador, están gobernadas por la
derecha?
- La
derecha ha logrado reconfigurar cosas muy interesantes y eso nos hace a
nosotros hacer una lectura cuidadosa de por qué ha vuelto a tomar un respiro. Ha
ganado las capitales de provincia, además de Quito y Guayaquil cuenta con Machala,
capital de Portoviejo. Sin embargo esta provincia tiene una dinámica de alianza
con el gobierno nacional. Parte de las provincias de la Amazonía como Orellana
y Sucumbíos, cuentan con prefecturas de partidos no alineados al proyecto y lo doloroso
es que algunas de ellas son de partidos de esa extrema izquierda que está
completamente aliada a la derecha por simple ambición de poder.
- Sí, pero esos sectores de
ultraizquierda liderados por traidores como los Alberto Acosta, los Enrique
Ayala Mora, no llegan al 2% en las encuestas…
- Entre
ellos dos no logran uno, aunque a esta gente que odia no hay que perderle la
pista, no hay enemigo pequeño, no hay que desestimarlos. Nosotros como
movimiento Alianza País estamos convencidos que tenemos que trabajar muy
fuertemente en nuestras conferencias ideológicas, ahora estamos planteando
construir nuestro plan de gobierno para el candidato que se elija en la
convención que todavía está por diseñarse si va a ser en junio, julio o agosto.
Estamos trabajando en eso, para que la Revolución Ciudadana que le devolvió al
ecuatoriano el sentido de pertenencia al Estado se consolide, que muestre con
hechos tangible que el Estado si puede hacer cosas buenas, porque siempre lo
privado era lo bueno, lo público no, era lo peor. Hemos institucionalizado el
país, hay un Estado fuerte, seguro, que le puede brindar bienestar a los
ecuatorianos y eso se ha podido hacer desde la política de nuestro gobierno,
pero también tenemos que ser conscientes de que en ese proceso de cambio
pudieron existir cosas que se nos quedaron pendientes, que no se ha hecho todo,
y por lo tanto debemos hacernos reflexiones profundas. Por ejemplo, una de las
cosas que está a la luz dentro de las conferencias ideológicas es la deuda que
aún tenemos con el sector agrícola, y lo hemos asumido teniendo en cuenta que
debemos avanzar en esto que está pendiente desde el poder, y por eso queremos
que los ciudadanos ecuatorianos sigan creyendo y pensando que la Revolución Ciudadana
es esta alternativa de cambio profunda que requiere no solamente Ecuador sino
que también somos una inspiración para países de la región en donde
definitivamente Rafael Correa se ha convertido en esa luz que irradia cambios
trascendentales en nuestro proyecto de patria grande.
- Tú eres gobernadora de la
provincia de Esmeraldas, limítrofe con Colombia. ¿Cómo afecta a esta provincia
ecuatoriana el conflicto colombiano?
- En
forma directa. Somos un país respetuoso de todos los tratados internacionales y
eso nos faculta que nuestra frontera esté abierta para que nuestros hermanos de
diferentes latitudes lleguen al Ecuador y a nuestra provincia que es
fronteriza. Primero hay que señalar que la frontera está viva. Puede haber selva, puede haber todas estas
cosas que aparentemente o imaginariamente para los Estados, en algún momento
para el Estado colombiano es como que allá no existe nadie. Ahí hay gente, hay
personas que son parte del Estado y para ellos también hay que delinear una
política pública porque más allá que están afectadas por el conflicto armado
son tres veces más vulnerables porque el Estado todavía no les atiende, pero
ahí de alguna manera llegamos nosotros como hermanos a cubrirlos y a apoyarlos.
La dinámica de la vida del ciudadano de frontera no está pensando en estas
cosas, la gente piensa cómo te ayudo y cómo te apoyo, que tengo yo y que tienes
tú para contribuir en este vivir, en este buen vivir. Hubo una iniciativa muy
interesante de nuestro gobierno para poder juntar la política de los países de
frontera en este caso de Perú y Colombia para poder trabajar en ello. Y ha
surtido efecto porque se ha avanzado en muchos acuerdos muy importantes que
permitan los pasos ilegales legalizarlos, se hizo una intervención económica de
parte de los gobiernos de Colombia y Ecuador para poder garantizar el paso de Rumichaca
en algunos aspectos interesantes. Está por concluirse el paso sobre el río
Mataje para que podamos unirnos pero debemos avanzar también en infraestructura
educativa, de salud, interconexión vía internet que son herramientas necesarias para construir
ciudadanía. A nosotros el conflicto de Colombia nos ha aislado. La paz de
Colombia es el sueño de Suramérica. Es decir, lo que le pase a Colombia le
afecta a toda América Latina y nosotros como un solo puño vamos a trabajar y a
influir en lo que sea necesario, en este aspecto nuestro presidente Rafael
Correa ha sido claro, estamos de frente apoyando el proceso de paz. Sabemos que
a la derecha no le conviene la paz y por eso arman todo este ruido pero
nosotros como ciudadanos progresistas de izquierda vamos a plantear una agenda
de trabajo en territorio.
- ¿Para el caso concreto de
Esmeraldas, cuántos colombianos atiende esta provincia a través de sus
servicios de salud, educación? ¿Ustedes tienen cuantificado eso?
- Nosotros
tenemos cuantificado que solamente en la provincia de Esmeraldas legalizados
como refugiados tenemos aproximadamente 8000 pero hay otra población móvil que no
está identificada y estamos hablando que supera los 30000 colombianos. Es que el
tema económico del país genera mayor movilidad y sí nuestra frontera es vulnerable
es porque tenemos tráfico de combustible, tráfico de gas licuado de petróleo,
el tema del narcotráfico, el tema de la trata de personas, que eso afecta
también a la población móvil de Colombia y en eso hay que trabajar mucho y eso
quizás es una de las cosas que como gobierno estamos tratando de sostener pero
lo que va lograr definitivamente que esto cambie es la firma de la paz y eso
sin lugar a dudas no beneficia solamente a Colombia sino a nosotros como país
vecino que vivimos muy de cerca todas las consecuencias que ha generado el
conflicto armado.
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