ENTREVISTA CON EDUARDO RINESSI, DIRECTOR DE LA
AFSCA DE ARGENTINA
“LA GARANTÍA DEL DERECHO A LA COMUNICACIÓN TOCA
CON EL PROBLEMA DE LA DESCONCENTRACIÓN DE LOS MEDIOS”
POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ
Medellín
La consolidación democrática de un país
pasa hoy por la garantía efectiva de los derechos de educación, comunicación y
cultura, subrayó durante una de sus intervenciones en desarrollo de la VII
Conferencia Latinoamericana y Caribeña de Ciencias organizada por CLACSO entre
el 9 y el 13 de noviembre en Medellín, el politólogo y filósofo argentino,
Eduardo Rinessi.
Explicó que la
cuestión de las libertades, de los derechos fundamentales, del rol del Estado
en la garantía de los mismos deben ser aspectos centrales de los procesos de
democratización en marcha.
Rinessi,
quien actualmente es el director de la Autoridad Federal de Servicios de
Comunicación Audiovisual (AFSCA) en la Argentina, institución que se encarga de
la aplicación de la ley del ramo, habló en diálogo con el Observatorio Sociopolítico Latinoamericano www.cronicon.net, de las
bondades de la misma y de las dificultades que ha tenido para su aplicación por
los intereses corporativos principalmente del concentrado Grupo Clarín que ha
puestos múltiples palos en la rueda.
Este
investigador social, con amplia trayectoria como educador, fue rector de la
Universidad Nacional General Sarmiento de Buenos Aires entre 2010 y 2014, donde
dirigió además el Instituto de Desarrollo Humano. Alterna su función de directivo
de la AFSCA con una cátedra de Sociología.
LA BATALLA COMUNICACIONAL Y CULTURAL EN AMÉRICA
LATINA
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En una de
sus intervenciones en el marco de la Conferencia de CLACSO en Medellín fue
categórico en señalar que hoy la consolidación de una democracia pasa por
garantizar tres derechos: educación, cultura y comunicación. ¿En lo que
respecta al ámbito comunicacional, América Latina está en déficit democrático
frente a ese derecho?
-
Creo que estamos haciendo un camino
interesante, es un camino difícil, hay que trabajar mucho, me parece que en los
distintos países de la región van apareciendo algunos cambios normativos,
legales, en la Argentina que puedo decir que es el país que conozco mejor de la
región, tenemos desde hace ya seis años una Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual
que es muy importante para la democracia, reclamada por muchos sectores del
mundo de la cultura, del mundo de la comunicación, de la producción de medios
que rige la actividad en relación con los medios de comunicación audiovisuales.
Es una ley que está plenamente vigente, que se está aplicando y que ha servido
para democratizar mucho la comunicación, lo cual es una tarea permanente y no
una tarea que pueda considerarse conquistada de una vez y para siempre, hay
allí muchas dimensiones de lo que llamamos el derecho a la comunicación; una es
por supuesto el principio, diría yo, liberal más clásico de la absoluta e
irrestricta libertad de todo el mundo a expresarse sin temor a ningún tipo de
censura ni estatal, ni empresarial, ni la que resulta en los hechos, más allá
de que se la nombre como censura o no de situaciones de organización del
mercado de medios que a veces es fuertemente oligopólico o monopólico y de
hecho produce fuertes dificultades para que haya una variedad, una diversidad,
una pluralidad de voces en el espacio mediático. De modo que por muchas razones
la garantía del derecho a la comunicación se toca con el problema de la
concentración de los medios, que es un problema muy serio en toda la región y
que es uno de los asuntos que las normas que se vienen sancionando en distintos
países o que están en tratamiento tiene por delante como un aspecto fundamental.
En Argentina eso nos está dando trabajo, es un trabajo importante, vital, me
parece a mí para la democracia. En general en toda la región estamos protagonizando
procesos que podríamos llamar de democratización en el sentido de procesos de
ampliación, de profundización, de universalización de una cantidad de derechos. Respecto de los
derechos que mencionó usted en su pregunta deben ser profundizados. El derecho
a la educación tiene que garantizarse en todos sus niveles; me parece muy
importante que empezamos a pensar con seriedad en América Latina, el derecho a
la comunicación; y también sobre esa cosa equívoca, compleja y diversa que podemos
llamar derecho a la cultura, es necesario avanzar, es necesario legislar, es
necesario tener Estados en condiciones de garantizar la vigencia efectiva de estos
derechos. Y una novedad interesante de lo que pasa en América Latina de un
tiempo a esta parte es que ya no lo ponemos el Estado del lado de las cosas
malas de la historia y de la vida. Esto se explica porque cuando son Estados
gobernados por sectores democráticos permiten garantizar y promover libertades
y derechos. Yo celebro mucho que en esta extraordinaria Conferencia de CLACSO
que ha sido un evento que me parece desbordó las expectativas de todo el mundo,
se estén pudiendo discutir estos temas. Creo que la cuestión de las libertades,
de los derechos, del Estado, de los procesos de democratización en marcha son
cuestiones interesantes para pensar y que nuestras Ciencias Sociales tienen allí
un desafío de lo más relevante.
-
Si bien los
Estados gobernados por sectores progresistas en la región tienen hoy una capacidad mayor después de “la
larga y triste noche neoliberal” como diría el presidente Rafael Correa, sin
embargo uno puede observar que los grandes pulpos mediáticos en el caso de su
país, el Grupo Clarín y La Nación, han generado una hegemonía hasta tal punto que
hoy prácticamente esta ad portas de la Casa Rosada un hombre de las calidades
funestas y de catadura fascista como Mauricio Macri. Eso quiere decir que hay
mucho por hacer para enfrentar la manipulación mediática que en últimas genera
sentido común. ¿Cómo lograr el empoderamiento ciudadano para enfrentar
semejante amenaza de alienación comunicacional?
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Yo distinguiría dos cosas. Creo que hay en
efecto en nuestra región una batalla cultural, lo podemos llamar con ese
nombre, lo podemos llamar con otro nombre que el viejo y querido Gramsci solía
decir, lucha hegemónica, es decir lucha argumental, lucha de valores, lucha de
ideas y si la palabra lucha resulta demasiado fuerte yo diría discusión por
generar consensos amplios sobre el sentido mismo de la vida pública. Esa es una
discusión fundamental y es una tarea política, una tarea militante, que tiene
que ver con la organización de la sociedad, de grupos, de partidos, de
movimientos que tiene legítimamente distintos objetivos, distintos proyectos de
país. En segundo lugar, hoy en la Argentina, puesto que usted lo menciona, se
enfrentan ciertamente dos modelos de país, uno que expresa un proyecto de ampliación
de derechos y de libertades, de fortalecimiento del Estado y de las políticas
al servicio del desarrollo del mercado interno que representa el sector que ha
gobernado durante los últimos doce años; y el otro, que es un proyecto que para
decirlo rápido los calificaría de neoliberal, en el sentido de que esta palabra
ha definido una orientación muy marcado de limitación de las capacidades y de
los poderes del Estado.
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En su
calidad de funcionario de la AFSCA y de testigo de excepción, ¿cómo enfrentan
la guerra a muerte que les ha declarado el oligopolio Clarín que por todos los
medios habidos y por haber, legales y extralegales, está buscando no someterse
a la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, generando un cuasi Estado
dentro del Estado?
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Ahí tenemos un problema serio. El Grupo Clarín
durante mucho tiempo protestó la ley haciendo presentaciones judiciales y
postulando la idea de que era anticonstitucional. Eso dificultó la aplicación
plena de la ley hasta que la cosa llegó a la instancia máxima que es la Corte
Suprema de Justicia de la Nación, que en un fallo ejemplar y además unánime
estableció que la Ley de Servicio de Comunicación Audiovisual es constitucional de punta a punta, debe ser
aplicada y rige plenamente en la Argentina. Desde entonces lo que ha hecho en
general el grupo Clarín es no impugnar la constitucionalidad de la ley, porque
ya no podría hacerlo, sino mas bien la legalidad de algunos actos administrativos
producidos por la AFSCA, y eso nos tiene en efecto en una situación de idas y
venidas en el campo de la justicia que está provocando una demora, yo diría
lamentable y además innecesaria en la aplicación de la ley.
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No obstante
esos grandes problemas, esos grandes desafíos institucionales de la AFSCA, ¿cómo
ve el panorama mediático de democratización y acceso a medios de comunicación
en Argentina?
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Con mucho optimismo, creo que con respecto de la
vigencia de la ley, es importante que
árbol no nos tape el bosque. Las dificultades que estamos teniendo en ese campo
no debe impedirnos ver todas las muchísimas cosas muy importantes en términos
de democratización de comunicación en mi país que nos ha permitido la plena
vigencia de la ley. Nosotros ya estamos avanzando mucho en el plan de
digitalización de la televisión, lo cual permite un uso mucho más eficiente del
espectro y la asignación y la utilización de estas señales a una gran cantidad
de actores que antes no intervenían en el mundo de la comunicación audiovisual.
Se van presentando y aprobando a través de las reuniones de directorio de la AFSCA,
planes técnicos de frecuencia para distintas localidades del país que permiten
la asignación por vías de autorizaciones o por vía de concursos de una gran
cantidad de señales del espectro radioeléctrico ahora digitalizado, permitiendo
que por ejemplo los gobiernos nacionales, provinciales, municipales, la iglesia
católica, los pueblos originales, las universidades estén teniendo sus señales
de radio y televisión y emitiendo, lo cual posibilita una polifonía de voces extraordinaria
y ha producido ya, yo me atrevo a decir, una democratización significativa del
sistema de medios en Argentina y hemos ido avanzando en esa dirección. Es
necesario seguir garantizando todos los concursos que se puedan, es necesario
avanzar en un aspecto que la ley establece y que es muy importante que es la
reserva del 33% del espectro para las organizaciones de lo que se llama el
tercer sector, las organizaciones sociales, sin fines de lucro, para que puedan
hacer oír su voz en el sistema de radio, en el sistema de televisión, estamos
avanzando en esa dirección. De modo que es muy importante lo que la vigencia
plena de la ley ya ha permitido en términos de democratización de las
comunicaciones en mi país.
EL DERECHO A LA UNIVERSIDAD
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Una de sus
conferencias que pronunció aquí en Medellín llevaba por título: “el derecho a
la universidad”. ¿Qué elementos nos puede concretar de ese derecho?
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Lo que decía en esa conferencia es que me daba
mucho gusto poder desarrollarla aquí en Colombia porque fue en este país, más
exactamente en Cartagena de Indias en donde en el año 2008, la Conferencia
Regional de Educación Superior de la Unesco produjo una declaración final extraordinariamente
importante que postulaba la idea de la universidad como un derecho humano universal
y una responsabilidad de los Estados. Esa declaración, por supuesto que no
tiene ningún sentido práctico con respecto a que no es operativa en la medida
en que no la toman las legislaciones nacionales, sin embargo marcó el inicio de
un camino que hoy se va concretando. Hace pocos días en mi país, en Argentina,
una reforma de la ley de educación superior que era de los años 90, del
gobierno de Menem, de fuerte entonación neoliberal, y que regía todavía la vida
de las universidades argentinas y sobre la cual desde hace mucho tiempo se reclamaba
que debía ser cambiada, fue en efecto modificada y hoy la ley de educación
superior dice que la universidad es un derecho universal. Eso es muy
importante. Por supuesto no es soplar y hacer botellas, también es cierto que
la Constitución argentina y de casi todos los países señalan que tener una
vivienda digna es un derecho universal y hay muchos conciudadanos que carecen
de ella. Quiero decir, la mera enunciación en una ley de un derecho no
garantiza inmediatamente su vigencia efectiva pero marca un rumbo y creo que
debemos de caminar hacia ese rumbo, entender que la universidad es un derecho
de los individuos y de los pueblos y que el Estado tiene que hacer los
esfuerzos, de todo tipo, presupuestarios, edilicios, pedagógicos, de
transformación de las representaciones que tenemos sobre el problema de la
educación, de revisar aquel prejuicio según el cual en materia educativa
siempre tenemos que andar eligiendo entre la cantidad y la calidad, lo cual es
un prejuicio reaccionario y perezoso, no es verdad que los más no puedan
aprender en el mismo nivel de calidad, en el mismo que los menos y es un desafío
para seguir democratizando nuestras universidades. Ahí se abre una lindísima
tarea para nuestros países, para nuestros pueblos, para nuestros gobiernos, y
me parece que, como siempre en estos casos, vamos más despacio de lo que
querríamos porque uno siempre es así, quiere ver los derechos realizados ya,
pero considero que vamos por el buen camino.
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