CORRUPCIÓN COMO LUBRICANTE DEL CRIMINAL
MODELO ECONÓMICO IMPERANTE EN EL MUNDO
POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ /
El tema de la
corrupción que está corroyendo a los Estados de buena parte de Occidente, y que
la pandemia del Covid-19 ha posibilitado develar en toda su dimensión,
particularmente en América Latina, por la manera como se ha asaltado por parte
de sectores privados con complicidad de algunos gobiernos a los sistemas
públicos de salud, viene horadando no solo las sociedades sino que está
afectando en grado superlativo la sustentación de la democracia.
Para no hablar
de las diversas causas que generan el fenómeno de la corrupción, baste decir
que, como quedó demostrado con la crisis económica de 2008 que comenzó con la
caída de la compañía global de servicios financieros de Estados Unidos, Lehman
Brothers, un modelo económico inicuo conocido bajo la denominación de
neoliberal que impera en el mundo, requiere de prácticas ilegales para poder
subsistir. Es decir, la corrupción es el lubricante de un modelo económico depredador
y criminal como el que actualmente padecemos y gracias al cual el capital
financiero internacional que se sustenta en la especulación y la rapacidad, ha
logrado consolidarse, obteniendo ganancias exorbitantes. De ahí la importancia
de detenerse a analizar los alcances de la estratagema lanzada por el Foro Económico Mundial que cada año, en la
última semana de enero, se reúne en la ciudad suiza de Davos y que para
2021 convocó una cumbre bautizada con el
nombre de El gran reinicio.
Para estos
acaparadores financieros se trata de reiniciar o ‘resetear’ el mundo, como cuando se paraliza un computador, de ahí
la alegoría, una vez las naciones superen la crisis sanitaria. De esta manera,
buscan pasar a la ofensiva y sentar las bases de lo que será el mundo
post-pandémico para continuar sus actividades de pillaje, ampliamente conocidas
y así perpetuar el despojo y el control global.
Secundado por del codicioso Fondo Monetario Internacional (FMI) y de organismos rapaces que congregan gánsteres económicos como el Club Bilderberg, la Fundación Soros, el Banco Mundial y la Fundación Rockefeller, el Foro Económico Mundial quiere reinventar el horizonte del capitalismo para, a través de una nueva agenda de acciones, continuar asaltando a la humanidad, como lo ha venido haciendo a través de los “Big Money”, entiéndase bancos, fondos de pensiones, entidades financieras e inversoras de alcance global, con la complicidad de los Estados que en su gran mayoría han adoptado el modelo neoliberal.
Las
pretensiones del Foro de Davos amerita un concienzudo análisis del contexto y
de la realidad geoeconómica que permita a los sectores progresistas del mundo,
los movimientos sociales y los escasos gobiernos comprometidos en enfrentar las
consecuencias de un sistema a todas luces injusto como el capitalista, generar
una contra-propuesta a la agenda que este foro de los principales magnates del
planeta viene impulsando para continuar solidificando las ganancias obscenas
del gran capital financiero internacional, responsable en buena medida de los
escándalos de corrupción que ha carcomido a nuestras sociedades, poniendo en
peligro además, la estabilidad democrática mundial.
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