jueves, 22 de noviembre de 2007

Colombia


AFIRMA EL “COLOMBIANÓLOGO” ADAM ISACSON

“OTRA REELECCIÓN DE URIBE SERÍA UNA HECATOMBE PARA LAS RELACIONES DE COLOMBIA CON ESTADOS UNIDOS ”

POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ

Definitivamente el gobierno de Álvaro Uribe Vélez viene perdiendo espacio paulatinamente en Washington, su principal apoyo a su gestión autoritaria y de acentuado cariz neoliberal, luego de que los demócratas lograron el control del Congreso norteamericano. Al tiempo que la imagen de su protector, el presidente Bush se hunde y su capacidad de maniobra se reduce ante el nuevo espectro político estadounidense, Uribe Vélez comienza a sentir los rigores del retroceso republicano. En efecto, primero el ex vicepresidente Al Gore, ahora Premio Nobel de la Paz, le hizo un desplante al negarse a participar con él por sus nexos con el narcoparamilitarismo en un foro sobre ecología en Miami; posteriormente The New York Times pidió bloquear el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Colombia; en el mismo sentido se pronunció la aspirante presidencial Hillary Clinton; y a comienzos de noviembre, once congresistas demócratas encabezados por el también precandidato a la Casa Blanca, Barack Obama, John Kerry, Edward Kennedy y Patrick Leahy, entre otros, le enviaron una diciente misiva “jalándole las orejas” por sus descomedidas declaraciones y reiterados ataques contra las autoridades judiciales, periodistas, sindicalistas, defensores de derechos humanos y dirigentes de la oposición colombiana.

En la carta los congresistas demócratas le manifiestan a Uribe su preocupación porque sus ataques “no solo son inapropiados, sino que, en el contexto del conflicto interno colombiano donde muchas de estas personas están amenazadas de muerte, los podría colocar en riesgo físico”.

A ello hay que agregar un artículo que publicó en la última edición de la revista de análisis político del establecimiento norteamericano, Foreign Affairs, Cynthia J. Arnson, directora del Programa Latinoamericano del Woodrow Wilson International Center for Scholars en Washington, una entidad que hace parte del gobierno norteamericano, titulado “La agonía de Álvaro Uribe”, en el que señala en forma contundente las dificultades que viene teniendo el mandatario colombiano con los demócratas y el fracaso del Plan Colombia en el componente antidrogas, lo cual le reduce ostensiblemente su capacidad de maniobra.

En el plano interno, las cosas para Uribe tampoco se le están dando. Pese a toda la guerra sucia que desplegó y las artimañas que utilizó para imponer a como dé lugar a su candidato a la Alcaldía de Bogotá, el neoliberal Enrique Peñalosa, el Polo Democrático Alternativo con Samuel Moreno Rojas le propinó una aplastante derrota, pues logró sacarle más de 345 mil votos de ventaja en los últimos comicios regionales.

Y claro, sigue teniendo nuevos desarrollos el proceso judicial de la denominada parapolítica en el que 45 congresistas de la bancada uribista están seriamente implicados en sus nexos con el narcotráfico y el paramilitarismo, lo cual salpica directamente al propio Uribe Vélez.

Para completar el panorama, el tema del acuerdo humanitario entre el gobierno y las FARC acaba de tener un nuevo traspié, luego de que el propio Uribe determinó cancelar los buenos oficios que venía cumpliendo el presidente de Venezuela, Hugo Chávez.

COMPLICADA UNA NUEVA REELECCIÓN DE URIBE

Con el propósito de analizar las nuevas implicaciones políticas estadounidenses y su repercusión en Colombia, CRONICÓN.NET dialogó con Adam Isacson, director de programas del Center for International Policy con sede en Washington y quien por su trabajo, hace un seguimiento exhaustivo de las relaciones colombo-norteamericanas.


- ¿Cómo ha caído en Washington la noticia de que Álvaro Uribe buscaría una nueva reelección para quedarse en el poder hasta el 2014?

- Si Álvaro Uribe busca una nueva reelección perjudicaría notablemente las relaciones de Colombia con Washington. No solamente sería mal visto por parte de los demócratas, sino también por los republicanos. Quienes defienden a Uribe en Estados Unidos lo hacen porque los ven como un defensor de la democracia y si va tras una nueva reelección, los dejaría sin argumentos, puesto que actualmente en Washington se critica la reelección presidencial indefinida para atacar a Hugo Chávez en Venezuela. Además, las reelecciones en América Latina tienen pésimos antecedentes como la de Fujimori cuyo gobierno terminó en dictadura. En el caso colombiano un tercer periodo de Uribe constituiría un elemento determinante para enterrar el TLC.

- Recientemente Cynthia J. Arnson del Wilson Intenational Center for Scholars publicó artículo en Foreign Affairs en el que hace un crudo análisis de la realidad política del gobierno de Uribe Vélez. ¿Cuál es su opinión?

- La embajada de Colombia en Washington debe tener pánico por el artículo escrito por Cynthia J. Arnson, aparecido en la revista Foreign Affairs bajo el título “La agonía de Álvaro Uribe”. Y digo que debe tener pánico porque por una lado Cynthia es una voz moderada, no es radical en sus apreciaciones y lo que hace en su escrito es una observación sin apasionamientos sobre la situación de Uribe en el contexto de sus relaciones con Washington; y por otro, porque el Woodrow Wilson International Center for Scholars es parte del gobierno estadounidense, aunque es una entidad autónoma.

- ¿Qué le espera a Colombia si los demócratas ganan las elecciones presidenciales en Estados Unidos el próximo año?

- Si como parece los demócratas ganan las elecciones presidenciales en 2008, van a balancear los recursos del Plan Colombia porque hay una gran decepción por los resultados en la lucha contra las drogas. De hecho en el Congreso norteamericano ya se recortó en una cuarta parte los recursos destinados al componente militar y se está muy pendiente en cuanto si Colombia muestra avances en cuanto a respeto a derechos humanos.

- ¿Cómo ha afectado el tema de la parapolítica en las relaciones Washington-Bogotá?

- Si no habría parapolítica ya se habría aprobado el TLC. La parapolítica puede generarle al gobierno de Uribe mayores problemas si se sigue afectando su círculo íntimo, porque eso es muy grave. Para Washington es importante que se avance en las investigaciones de las relaciones de la dirigencia política con el paramilitarismo y el narcotráfico y que lleguen a buen término, porque ello permitirá un cambio histórico en Colombia.

- ¿Qué busca la bancada demócrata en el Congreso norteamericano dilatándole el trámite del TLC al gobierno de Uribe Vélez?

- La aprobación del TLC constituye una arma política para los demócratas. Negar cualquier TLC, no solamente el que se tramita con Colombia, envía un mensaje negativo. No queda claro que quieren lograr del gobierno colombiano: condicionar cambios en materia de derechos humanos; renegociarlo; colocar nuevas cláusulas. Lo cierto es que es un riesgo político para Uribe dejar morir el TLC. El pronunciamiento de Hilary Clinton contra el TLC con Colombia debe entenderse dentro del contexto de la campaña electoral que se vive actualmente en los Estados Unidos. Ella hizo ese pronunciamiento porque el ala más progresista de los demócratas está contra el libre comercio y eso era lo que querían escuchar. Sin embargo su alusión no constituye un no rotundo, sino que es un no por ahora hasta que Colombia muestre resultados en cuanto a defensa de derechos humanos y respeto y protección a la vida de los dirigentes sindicales. Lo cierto es que la mitad de la bancada demócrata en el Congreso se opone al TLC con Colombia.

- Pero tanto el gobierno de Uribe como la dirigencia norteamericana quieren hacer ver que el TLC es benéfico para Colombia, cuando en realidad amplios sectores de opinión colombianos se oponen a él por los efectos nocivos que tendría...

- El TLC es malo para los intereses colombianos porque va afectar la situación de miles de trabajadores. Puede favorecer a algunos empresarios de las principales ciudades como Bogotá y Medellín y Cali, pero será nocivo para las regiones periféricas.

- ¿Por lo que se observa, se puede afirmar que al presidente Uribe cada vez se le cierra el espacio político en Washington?

- Si bien Uribe todavía tiene espacio para moverse en Washington dado el respaldo que tiene de los republicanos y de algunos demócratas moderados, el mismo se viene reduciendo por dos factores: uno, por el escándalo de la parapolítica; y dos por su forma de ser. Cada vez que va a Washington lanza duros ataques contra periodistas, jueces, opositores suyos y defensores de derechos humanos, lo cual es contraproducente y afecta en grado superlativo su imagen. Parece que no tuviera consejeros que le dijeran que moderara su lenguaje.

- ¿Contribuye a distensionar las relaciones de Uribe con la bancada demócrata el trabajo que realiza la embajada de Colombia en Washington?

- Se rescata el trabajo que hace la Embajada de Colombia, aunque Carolina Barco no tiene la frenética energía de Luis Alberto Moreno que prácticamente salía a diario en las secciones “light” y de farándula de los periódicos de Washington. Además, el dinero que han invertido en lobby contratando cuatro grandes firmas de relaciones públicas tiene su impacto.



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