lunes, 30 de octubre de 2017

“EL SUPUESTO ‘DESARROLLO’ HA GENERADO SOCIEDADES INCOMPLETAS Y DESIGUALES POR LO QUE SE REQUIERE DE UNA TRANSICIÓN CIVILIZATORIA”: ARTURO ESCOBAR


POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ

El modelo económico capitalista imperante y el Estado como se reconfiguró en Occidente se agotaron, además conceptos como “desarrollo” y “modernidad” han sido perversos porque han llevado a una crisis civilizatoria. Frente a ello, el antropólogo colombiano y catedrático universitario Arturo Escobar afirma que se requieren de luchas sociales y de “montonera” como dice el pueblo nasa en el departamento del Cauca, para interpelar al Estado y a la hegemonía del capital.

Durante la conferencia que brindó a instancias del Centro Interdisciplinario de Estudios sobre Desarrollo (Cider) de la Universidad de los Andes de Bogotá, el pasado 26 de octubre, este catedrático de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, referente teórico de la ecología política y la antropología del desarrollo, planteó la necesidad de avanzar hacia nuevas lógicas alternativas de vida, muy distintas a las liberales y capitalistas que han generado una debacle civilizatoria, comenzando por el calentamiento global.

Por eso, dijo, que es imperativo si la humanidad quiere seguir conservando el planeta, que la economía y la modernidad se subordinen al Buen Vivir.

El análisis de Escobar es singular porque ha problematizado la idea de desarrollo situando la emergencia de este concepto y sus implicaciones para el Sur global. Durante su disertación titulada “Paz, (post)desarrollo y pluriverso” aportó elementos a la discusión sobre el proceso de paz en Colombia y los verdaderos alcances que ha tenido el concepto capitalista de “desarrollo”. A partir de estas reflexiones promovió una idea para el debate: la posibilidad de pensar más allá del desarrollo y sus definiciones dominantes, explorando un tránsito que no se restringe a la idea de ir de la guerra a la paz, sino que incluye de igual manera una visión de transición civilizatoria que busca reconocer la diversidad que constituye el mundo actual, y por ende las alternativas políticas, sociales, culturales y económicas en un momento de crisis profunda del modelo impuesto por el Occidente hegemónico.

POSCONFLICTO EN COLOMBIA: “CONTINUACIÓN DE LA GUERRA POR OTROS MEDIOS”

Durante la primera parte de su intervención, Escobar se detuvo a analizar las circunstancias actuales del proceso de paz en Colombia. Parodiando la reconocida frase del estratega militar prusiano del siglo XIX, Carl von Clausewitz, dijo que el posconflicto “es la continuación de la guerra por otros medios” y debe servir, además, para asumir una “nueva conciencia de la historicidad del conflicto”.

Fue categórico es señalar que “es imposible construir el posconflicto con las herramientas que crearon el conflicto. Es decir, mediante conceptos como “desarrollo” y “modernidad” que han llevado a Colombia a ser uno de los países de mayor concentración de la riqueza y de más alta desigualdad en el mundo, y que equivocadamente ha puesto el futuro de su progreso material en manos del capital extranjero. Por eso desde una mirada crítica llamó la atención que el Estado haya entregado más de17 millones de hectáreas del territorio nacional a las multinacionales para explotación minera.

“A mayor extracción menos democracia y en consecuencia menos paz”, alertó este reconocido antropólogo. Adicionalmente, dijo que Colombia no requiere de crecimiento económico con base en la locomotora minero-energética que ha impulsado el gobierno del presidente Juan Manuel Santos.

Según su análisis, “extractivismo y desarrollo han generado además desigualdad e hiperexclusión porque se ha expulsado todo de las comunidades”. Al señalar que “la paz se crea en los territorios”, explicó que la sociedad colombiana tiene el reto de superar los elementos generadores del conflicto armado: patriarcado, capitalismo y modernidad.

Dentro de ese contexto, señaló que “el desarrollo es el problema mismo y el concepto de crecimiento económico hay que cuestionarlo”.

El concepto de desarrollo no ha sido más que un proceso de acumulación de capital y de progreso técnico y es un proyecto económico, capitalista, imperial y cultural que “surge de la experiencia particular de la modernidad europea y subordina a las demás culturas y conocimientos”, precisó Escobar, quien a través de sus investigaciones y trabajos bibliográficos ha hondado sobre el tema para develar esta noción fantasmática y omnipresente que los decadentes organismos hegemónicos de crédito internacional y sus centros de pensamiento han querido imponer a los países del llamado despectivamente tercer mundo, luego de la Segunda Guerra mundial.

Con base en la manipulación publicitaria por parte de los sectores hegemónicos, el término “desarrollo” se convirtió, explica este especialista, “en una certeza en el imaginario social”. Por eso es que se habla de planes de desarrollo de los gobiernos, estrategias para el desarrollo social, modelos de desarrollo económico y hasta se han erigido instituciones con dicha acepción como el funesto Banco Interamericano de Desarrollo que propala a los cuatro vientos la criminal doctrina neoliberal.

Lo cierto es que la concepción de desarrollo impuesta “privilegia el crecimiento económico, la explotación de recursos naturales, la lógica del mercado y la búsqueda de satisfacción material e individual por sobre cualquier otra meta”.

Escobar aludió a que el exceso de desarrollo (capitalista) es lo que está afectando negativamente a varias zonas colombianas en su tejido social porque conlleva a más destrucción, como es el caso del puerto de Buenaventura, típico de la “globalización del crimen”, que la literatura académica ha denominado “espacio sin gobierno”.

Esa concepción de “desarrollo” se puede constatar también en el modelo agrario puesto en marcha en Colombia hace más de 70 años, el cual es un completo fracaso porque está sustentado “en base de promover la gran empresa, el gran capital y cada vez es más cínico y más despojador como lo demuestran los escándalos de apropiación de baldíos, entre otras cuestiones”.

“Yo lo que veo definitivamente es un capitalismo salvaje. Por eso es digo que Colombia es un caso de prueba a nivel global de qué tanto se pueden exprimir los recursos, los pueblos y los territorios”, precisa el antropólogo.

Frente a ello, Escobar a través de sus investigaciones en el ámbito de la ecología política y la antropología busca plantear alternativas que posibiliten superar esa concepción de explotación y dominación capitalista y aporten a las transformaciones globales a partir del lugar, el medio ambiente y la articulación y fortalecimiento de los movimientos sociales.

MODERNIDAD Y ACADEMIA = SOCIEDADES DESIGUALES

Otro de los conceptos que cuestiona este científico social colombiano es el de la “modernidad”, pues según su opinión en América Latina siempre ha tenido un lado perverso.

“La implementación de la modernidad ha sido perversa e incompleta” porque tiene íntima relación con colonialidad. “Desde esa perspectiva ha habido intentos de implementar la modernidad pero han sido intentos parciales, fallidos, lo que se ha logrado es realmente crear sociedades incompletas, sociedades desiguales, sociedades que no responden a los imaginarios y los deseos y realidades de los mismos territorios y pueblos que existen en América Latina”.

Al mismo tiempo es un crítico del rol que cumple la academia en el actual proceso histórico. Deja entrever que falta mayor visión crítica y análisis que permitan superar las críticas condiciones de la sociedad a las que ha llevado la concepción socioeconómica predominante. Simplemente, agregó, la academia se limita a capacitar a los agentes que van a imponer el modelo económico.

“La academia se queda muy corta en hacerse las preguntas que hay que hacerse hoy en día para transformar el mundo de una forma más sostenida y exitosa, aunque cada vez es más difícil que pueda haber una transformación sostenida y exitosa. La gente que está pensando la necesidad de esta ‘gran transformación’ lo está pensando por fuera de la academia, y son diseñadoras, ecólogos, activistas de movimientos, activistas indígenas, campesinos y afrodescendientes, los jóvenes que reivindican la espiritualidad, tema tabú para la academia, gente trabajando el buen vivir, feministas; es decir, toda esta gente que anda por el mundo, en el espacio social, político y cultural, muchas veces con alguna relación con la academia pero por fuera de ella. Los académicos y académicas seguimos muy metidos en nuestros rollos auto referenciales, canónicos, y eurocéntricos así sea con las teorías críticas del último momento”.

TRANSICIÓN HACIA UN MODELO HUMANO


Para Escobar, la actual crisis de la hegemonía capitalista “es la de un mundo en particular. El mundo hegemónico que no quiere relacionarse con otros mundos, si no es en sus propios términos y condiciones”. En consecuencia, es preciso luchar por “una transición civilizatoria, sustentado en un modelo cuyo centro sea el ser humano.

Por eso su tesis del posdesarrollo cuestiona el crecimiento, el progreso en cuanto al consumo material y reivindica los buenos vivires urbanos y rurales, aboga por la recomunalización de la vida social, la relocalización de las actividades, las autonomías locales, la descolonización y la despatriarcalización de la sociedad. Se trata sí, enfatiza, de crecer en la garantía de los derechos y de los servicios sociales, de la liberación de la madre tierra y del pluriverso: “un mundo donde caben varios mundos”.

En efecto, “el pluriverso –explica- suena como una palabra nueva, difícil de entender y está dividida en dos partes. La primera es que el modelo dominante se basa en que todos vivimos en un mundo globalizado y que es un mundo en donde hay una forma verdadera de entender las cosas que, de nuevo, es la forma que tiene que ver con el mercado, con la racionalidad de las cosas, con el individuo, con la rentabilidad, y con la ganancia, con la eficiencia, etc.  Y que todos tenemos que acomodarnos a ese mundo. Pues no. Si pensamos desde los territorios indígenas, desde los territorios de afrodescendientes, desde los territorios campesinos, nos damos cuenta que el mundo no es así solamente, ese es el mundo dominante, pero hay muchos otros mundos, hay otras muchas formas de ver la vida, hay muchas otras cosmovisiones, cosmologías, cosmogonías, como quiera que se las llame. La mejor expresión del concepto de pluriverso la tienen los zapatistas, ellos hablan de un mundo en el que quepan muchos mundos. Esa es la definición de pluriverso, no queremos un solo mundo, el que nos trata de vender la globalización neoliberal, el Estado, las transnacionales, el discurso empresarial, queremos un mundo en el que quepan muchos mundos, un mundo realmente pluralista”.




COLOMBIA

“EN COLOMBIA LO QUE SE PRESENTA ES UNA GEOGRAFÍA RADICAL DE LA VIOLENCIA POR DISPUTA DE RECURSOS”: CONSUELO AHUMADA


POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ
Ciudad de Panamá

Las políticas neoliberales afectan negativamente la implementación de los acuerdos de paz en Colombia. Bajo la lógica de “lo que no es rentable no sirve”, el enfoque económico del gobierno de Juan Manuel Santos es dar prioridad a la promoción del capital especulativo transnacional, con lo que se ha financiarizado la economía. Por tal razón, el Estado no ha podido cumplirle a las Farc, los requerimientos mínimos para la reincorporación de sus exguerrilleros. A ello hay que sumar la oposición tenaz de unos sectores, particularmente de derecha, que se oponen al proceso, porque afecta sus intereses.

Esta lectura de las vicisitudes por las que atraviesa el periodo de reincorporación a la sociedad del movimiento exguerrillero de las Farc, hoy convertido en partido político, la hizo la analista y docente universitaria Consuelo Ahumada Beltrán, filósofa colombiana y politóloga de la Universidad de Nueva York, durante la charla que brindó en desarrollo del XI Congreso de Economistas de América Latina y el Caribe, que tuvo lugar en Ciudad de Panamá, entre el 18 y el 20 de octubre.

Durante su intervención que tituló “La economía colombiana entre al ajuste fiscal y los acuerdos de paz”, la analista explicó que se pactó la reincorporación de la guerrilla para lo cual se establecieron 25 zonas de concentración pero el Estado no ha cumplido con las condiciones mínimas de instalación de las mismas. “El Gobierno no se compromete como debería ser”, precisó.

Ahumada fue categórica al caracterizar la cruda realidad de su país. “En Colombia –dijo- lo que se presenta es una geografía radical de la violencia por la disputa de recursos, como en los casos de departamentos como Chocó, Cauca, Nariño, buena parte de la Costa Caribe, y varios municipios de frontera, donde las actividades de narcotráfico, trata de personas y tráfico de armas es el denominador común”.

En efecto, diversos estudios han logrado identificar patrones espaciales generados por el conflicto armado que permiten tener un panorama completo del territorio y de las dinámicas generadas. El conflicto interno se ha desarrollado de manera desigual en el territorio colombiano, ha desencadenado muertes en todos los segmentos de la población, secuestro, extorsión, discapacitados, reclutamiento forzado, narcotráfico, daños al medio ambiente, deterioro de las relaciones internas y externas.

Los patrones de violencia superan los límites departamentales y muestran los continuos y discontinuos espaciales generados por el conflicto, lo cual ha reconfigurado la realidad nacional y evidencian la necesidad de tener otras perspectivas de análisis territoriales.

Esa geografía de la guerra ha sido causada en buena medida por el abandono histórico del Estado de las zonas rurales y periféricas del país, lo cual ha generado no solo altos índices de pobreza sino además el incremento considerable en la concentración de la propiedad rural: 8.3 millones de hectáreas han sido despojadas o abandonadas por la fuerza (Atlas de la distribución de la propiedad rural en Colombia, 2012).

A lo anterior se agrega que el 82% de la población civil ha sido víctima del conflicto armado; el 63% de jóvenes menores de 25 años es impactado de manera dramática por el fenómeno del desplazamiento forzado; y varios pueblos indígenas se encuentran en vías de desaparición por el abandono del Estado.

Ese abandono secular ha forzado a los campesinos de varias regiones del país a cultivar coca porque el Estado no da alternativas.

Estos datos suministrados por la politóloga durante su conferencia, dan cuenta además que Colombia es uno de los países con mayor concentración de la riqueza no solo de América Latina sino del mundo (el coeficiente de Gini en este país se ubica en 0.90).

A ese complicado panorama, Ahumada agrega el hecho de que “la realidad colombiana está completamente permeada por una cultura retardataria, patriarcal, feudal, religiosa y antidemocrática”. Por ello es que en el relato dominante del conflicto se estigmatiza a la guerrilla, se sobredimensiona su accionar pero no se reconocen los horrores cometidos por los paramilitares que de lejos han cometido más acciones violentas que la insurgencia.

En ese contexto, la profesora universitaria explica que uno de los actores de la política colombiana, el cuestionado expresidente y hoy senador Álvaro Uribe Vélez, se opone frontalmente a que se investigue el despojo de tierras y la violación de derechos humanos por parte de agentes del Estado y de terceros con ocasión del conflicto interno, porque él, su gobierno (2002-2010), muchos de sus aliados y colaboradores seguramente saldrán salpicados y comprometidos. A ello, precisa Ahumada, se debe “la oposición de Uribe a la Justicia Especial para la Paz”, (justicia transicional).

PRIORIDAD A LA PROMOCIÓN DEL CAPITAL ESPECULATIVO TRANSNACIONAL

Al recabar que el modelo económico constituye un misil contra los acuerdos de paz porque limita al máximo la inversión social y la posibilidad de llevar desarrollo humano a las regiones periféricas del país, la politóloga explica que eso es debido a que la prioridad del gobierno es otorgarle el máximo de ventajas a la inversión extranjera.

El de Colombia, dijo, es un modelo económico que se sustenta en la regla fiscal, basada en el principio de sostenibilidad de las finanzas del Estado, herramienta que fue constitucionalizada a través de la aprobación de un acto legislativo en junio de 2011.

Los gobiernos del último cuarto de siglo se han destacado además por el ajuste fiscal que no es más que la reducción del gasto público en lo social. Ello se evidencia en la política tributaria ejecutada a través de las diversas reformas realizadas durante el prolongado periodo del modelo neoliberal en Colombia que muestra tendencias claras y perdurables que Ahumada precisa en las siguientes características: 1) preocupación por otorgar beneficios tributarios al gran capital y la inversión extranjera; 2) modificaciones del impuesto de la renta, en torno a su reducción, sumado a un aumento de las exenciones a las grandes empresas extranjeras y nacionales, mientras que se da un incremento en los impuestos a las rentas laborales, lo que afecta a la clase media directamente; 3) incremento de la tributación indirecta, representada por el Impuesto al Valor Agregado (IVA), gravamen al consumo de naturaleza regresiva, ya que afecta a toda la población sin importar la condición socioeconómica; 4) reducción importante de la financiación social por parte de los empresarios.

Esa es la explicación porque sectores como la agricultura y la industria están totalmente rezagados, pues al dar prioridad a la promoción del capital especulativo transnacional, se ha financiarizado la economía.

La prioridad del gobierno, precisa la analista política, “es cumplirle a los bancos, ese el paradigma, porque de lo contrario vienen las sanciones y las malas calificaciones de las agencias de riesgo, pero no se sanciona a un país como Colombia donde se deja morir a miles de niños por inanición y no se garantiza mínimamente el derecho a la salud”.

El capital y su rentabilidad especulativa, adicionalmente, tienen la protección de la institucionalidad. Por ejemplo, dijo Ahumada, “la Fiscalía General está comprometida con la protección de los grandes grupos económicos y de los líderes de los partidos políticos más corruptos, precisamente los enemigos del proceso de paz”.

Para el gobierno de Juan Manuel Santos y varios empresarios la paz no es más que una excelente oportunidad para hacer negocios muy rentables. Sin embargo, dijo la docente universitaria, “al campesinado colombiano no le interesan las grandes autopistas como las 4G que son para los meganegocios, lo que si son de su prioridad son las vías terciarias, ni siquiera las secundarias” para poder hacer rentable su economía agraria.

LOS RETOS PARA UNA VERDADERA IMPLEMENTACIÓN DE LOS ACUERDOS DE PAZ


En opinión de Ahumada Beltrán, para lograr una verdadera implementación de los acuerdos de paz y avanzar en la etapa del posconflicto, se requiere en primer lugar, fortalecer el papel redistributivo del Estado y de la inversión pública y social, para lo cual es imperativo la reformulación del modelo económico en Colombia. Ello tendría que ir acompañado de la refinanciación de la deuda externa, y de otra visión respecto del problema del narcotráfico. Porque en el caso colombiano, en este espinoso tema, Estados Unidos chantajea y presiona a Santos en materia de los denominados cultivos ilícitos y esa es la razón para que tenga que mostrarse como obsecuente aliado de Washington, asumiendo continuamente una actitud vergonzante de injerencia al pronunciarse contra el proceso político de Venezuela.

Para lograr lo anterior, precisa, se requiere enfrentar en las elecciones parlamentarias y presidenciales de 2018 a la alianza de la extrema derecha que apunta a torpedear los acuerdos de paz, haciéndolos “trizas” como ha sido su expresión, mediante una gran convergencia de los sectores alternativos, democráticos y de los que están comprometidos con el proceso para elegir un gobierno que garantice la viabilidad del posconflicto poniendo en marcha planes para reducir la pobreza, optimizar los servicios sociales básicos y contribuir en el plano regional a reimpulsar el modelo de integración. Como lo hicieron, puntualiza Ahumada, los gobiernos progresistas de Suramérica que lograron trazar alternativas de desarrollo social y de defensa de la soberanía.




ECONOMÍA

“NO HAY CONCEPTO MÁS BRUTO QUE PRETENDER HACER CREER QUE EL DESARROLLO DE UNA NACIÓN SE TRADUCE POR EL CRECIMIENTO DEL PIB”


POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ
Ciudad de Panamá

Buena parte de los problemas de los países latinoamericanos encuentran explicación en la dependencia económica. Pero también, "en la dependencia política, intelectual y económica”, fue una de las conclusiones de la conferencia que brindó el asesor internacional y profesor colombiano, Rubén Darío Utria, experto en planificación del desarrollo, en el marco del XI Congreso de Economistas de América Latina y el Caribe, que tuvo lugar en Ciudad de Panamá, entre el 18 y el 20 de octubre.

“Latinoamérica y el Caribe en la encrucijada”, fue el título de la exposición de Utria, quien hizo un análisis de las circunstancias políticas y socioeconómicas de la región en la actual etapa monopolista del capitalismo, caracterizada además por la hegemonía del pensamiento único que promueve el modelo neoliberal y que busca imponer en el imaginario colectivo entre otras falacias “que el desarrollo de una nación se traduce por el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), según la tasa anual de crecimiento, y no hay concepto más bruto que este para hace un análisis del proceso histórico de transformación de los pueblos”.

“El PIB –explicó el analista económico colombiano- no permite saber si la producción es conveniente o no para el país. No permite saber cómo se distribuyen los impactos en un plan social, ni en un plan territorial y tampoco en un ambiental, o sea, es un indicador que casi nada nos dice de lo que necesitamos saber, que es dónde impulsar el desarrollo y cómo hacerlo”.

Recalcó que el PIB como un mero indicador simplemente se puede asimilar a un termómetro que mide la temperatura de la fiebre, pero no explica porque la razón de la misma y cómo sanarla. Esa, agregó, es una de las primeras trampas tanto de la academia como de los economistas ortodoxos que hay que enfrentar.

HAY QUE TOMAR CONCIENCIA DEL FRACASO DE LAS POLÍTICAS NEOLIBERALES

Utria exhortó particularmente a la academia pero también a los diversos sectores de opinión a tomar conciencia sobre los impactos negativos y los fracasos rotundos que ha generado el modelo neoliberal en América Latina y el Caribe, porque durante los años que lleva en ejecución, desde la década de los 90 del siglo pasado, lo que ha causado es que los Estados se hayan vuelto “fallidos”, perdido por completo su soberanía y sometidos de manera vergonzante a los dictados de los organismos internacionales de crédito. Además, señaló, “con el neoliberalismo han irrumpido líderes y grupos políticos antidemocráticos”, como se ha visto en época reciente con el retorno de los gobiernos conservadores en buena parte de Suramérica.

En este contexto, expresó que los países del hemisferio no se encuentran preparados frente a la nueva realidad geopolítica mundial, con la irrupción protagónica de un gigante como la China que viene a alterar el esquema de poder surgido de la Segunda Guerra Mundial. Desde 2010 China extiende créditos a América Latina más que Estados Unidos y los organismos de crédito que están bajo su égida.

Luego del boom de los precios de las materias primas, debido a motivos externos, los países latinoamericanos no lo supieron aprovechar y ahora enfrentan una fase de recesión. Puso como ejemplo a Chile que logró ahorrar buena parte de las divisas provenientes de las importaciones de commodities pero cometió el error de entregarlas al comercio internacional.

“Esto significa que debido a la falta de comprensión, primero de la historia y también debido a la falta de conocimiento directo de lo que estaba pasando en China, hemos sido sorprendidos por un periodo de vacas flacas y ahora no sabemos qué hacer”, coligió Utria.

HACE FALTA UNA AGENDA REGIONAL

Tras la aceptación con obsecuencia del modelo neoliberal por parte de los gobiernos de las naciones de América Latina, “sin saber lo que estábamos comprando, ahora naturalmente estamos pagando las consecuencias”, porque la región “se encuentra desprevenida, sorprendida y desarmada, sin opción válida para actuar. Va a la deriva”, pues ello se puede evidenciar en el hecho de que la desestabilización política es generalizada, precisó el analista económico colombiano. Por esa razón, agregó, hace falta una agenda regional, previo un diagnóstico que posibilite un plan de acción. Pero al mismo tiempo, subrayó, se hace imperativo “la movilización societal, nacional y regional en busca de las transformaciones estructurales sociopolíticas y económicas”.

REIVINDICAR EL CONCEPTO DE DESARROLLO HUMANO


Tras señalar que la globalización económica es totalmente asimétrica, además de que omite la concepción de desarrollo humano porque subestima a la persona, Utria consideró que es preciso reivindicar el concepto de desarrollo. Al fin y al cabo, sostuvo, el capitalismo no incluye el desarrollo humano sino que, por el contrario, contempla la domesticación de la persona para la salvaguardia del sistema.

Reiteró que el desarrollo nacional no puede seguir siendo confundido con el incremento anual del PIB. “El crecimiento del PIB se convirtió en la máxima expresión del desarrollo”, se lamentó, puesto que el análisis muestra que el “modelo” neoliberal (entre comillas) de la globalización económica está diseñado para una realidad que no es la latinoamericana y caribeña y para satisfacer intereses que no son los de estas sociedades “sino para los sectores con más posesión y poder”. Por esa razón, es un imperativo comprender el verdadero alcance del concepto de desarrollo que tiene que sustentarse en “la movilización consciente, deliberada de un país, de una nación, para transformar sus estructuras y convertirlas cada vez más adecuadas para resolver los grandes retos de la realidad”. El camino para ello, explicó, es la concienciación y la movilización de la sociedad “a través de la educación, vía la política”. Esa es la forma como la conciencia se convierte en acción y logra así llevar a cabo el proceso de desarrollo, explicó el experto económico.

El desarrollo que constituye “un proceso absolutamente social y político”, afirmó Utria, tiene necesariamente que contribuir a “la construcción de una democracia verdadera, con sistemas integrados por sector y territorio, sistema de seguridad alimentaria, energética y ambiental, de perfeccionamiento progresivo y sostenible de la cadena de vida y de un nuevo sistema educacional con base en el desarrollo humano”.

LA ACADEMIA DE ESPALDA A LA REALIDAD LATINOAMERICANA

Finalmente, hizo un fuerte llamado de atención a la academia latinoamericana por cuanto considera que no está a la altura de las necesidades y pertinencias de las naciones. En ese sentido, Utria dijo que es lamentable que los gobiernos y la academia de la región, están ausentes, por ejemplo, frente a un fenómeno crucial para el planeta como es el cambio climático que va camino a desestabilizar la civilización.

“En la academia hay ausencia de un paradigma latinoamericano para el desarrollo”, se lamentó el profesor Utria.




NEOLIBERALISMO

“HAY QUE DERRUMBAR MITO DE LAS BONDADES DE LA INVERSIÓN EXTRANJERA QUE LO QUE GENERA ES RETROCESO EN DESARROLLO INDUSTRIAL Y CASUSA CONTAMINACIÓN AMBIENTAL”


POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ

El negativo proceso de globalización económica ha redimensionado a su mayor potencia la extracción de excedentes de la periferia, al tiempo que ha puesto en marcha un criminal proceso de “acumulación por desposesión”, para usar la ya conocida frase del geógrafo británico David Harvey.

Consecuentemente, en esta etapa de consolidación del modelo neoliberal, el capitalismo monopólico se impone la búsqueda acelerada de recursos, especialmente energéticos estratégicos como los hidrocarburos, pero también los minerales clave, así como alimentos, bosques, tierra y agua. A los países capitalistas centrales, el tema de los límites ambientales los inquieta, razón por la cual ven la necesidad imperiosa de controlar los recursos del Sur.

La politóloga colombiana Adriana Cadena Cancino, ha hecho una consistente y detallada investigación sobre la manera cómo vienen siendo apropiados y explotados por empresas multinacionales recursos minero energéticos en territorio suramericano, deteniéndose en un elemento como el litio, cuyas máximas reservas mundiales de este que es considerado el petróleo blanco del inmediato futuro, las ostentan Argentina, Bolivia y Chile.

“La explotación minera en los países suramericanos se hace principalmente a través de concesiones, -explica- por lo que se puede considerar que dichos minerales en lugar de ser de uso estratégico para los países, resultan ser de carácter ‘extratégico’, en el sentido de que son apropiados y explotados por multinacionales en territorio suramericano, cuyos doce países pueden ser señalados por la ausencia casi total, o la enclenque presencia, o déficit de soberanía nacional para proteger los recursos naturales no renovables, que por definición son propiedad del Estado en representación del pueblo o la nación”.

INVERSIÓN EXTRANJERA: EL PEOR NEGOCIO DE PARA LOS PAÍSES, EL MEJOR PARA LAS MULTINACIONALES

Aparejada al expolio de los recursos naturales por parte del capital transnacional en América Latina, está la denominada inversión extranjera directa, que la ortodoxa económica y los gobiernos neoliberales quieren hacer creer que constituye la “salvación” para los países subdesarrollados. Una herramienta eficaz del capital especulativo para perfeccionar la “acumulación por desposesión” son los leoninos Tratados de Libre Comercio (TLC) y sus respectivos capítulos de protección a las inversiones.

Cadena Cancino, tomando como referencia el caso de Colombia, desenmascara los verdaderos alcances de esos acuerdos impuestos por Estados Unidos y los organismos multilaterales de crédito que están bajo su directa orientación.

Las imposiciones del capital monopólico que a través de estos tratados busca salvaguardar sus intereses llegan hasta tal punto de obligar a los Estados que los suscriben a abandonar toda posibilidad de impulsar y promover la industria y la agricultura nacionales, echando por la borda aspectos esenciales como la soberanía alimentaria y la garantía al trabajo digno.

En efecto, hay disposiciones contempladas en los TLC denominados “requisitos de desempeño”, en virtud de los cuales el Estado tiene la posibilidad de exigir ciertas garantías a las empresas transnacionales o de origen del país con el cual se suscribe el tratado, para satisfacer algunas necesidades de tipo económico, laboral, industrial y/o tecnológico. Pues bien, en el caso colombiano, su gobierno en una actitud de total obsecuencia prohibió los requisitos de desempeño, otorgándoles el máximo de gabelas a las empresas extranjeras.

“Es que a través de los requisitos de desempeño, el gobierno pudo haber exigido contenido nacional en la producción extranjera; exigir que se empleara a colombianos; exigir que la inversión no se limite a la explotación minera; exigir la transformación de los recursos naturales que exploten las compañías multinacionales; exigir reinversión de las utilidades; exigir transferencia de tecnología; exigir joint venture entre extranjeros y nacionales; entre otras formas de mejoramiento de las condiciones de la economía nacional”, explica Cadena Cancino.

Pero hay más, agrega esta politóloga: “a partir del mecanismo de solución de controversia contemplado en dichos acuerdos de inversión, hoy Colombia tiene elevadísimas sumas de dinero en demandas internacionales, que a agosto de 2017 ascienden a más de US$23.000 millones, lo que equivale aproximadamente a 67 billones de pesos” ante organismos que fungen de árbitros como el CIADI del Banco Mundial y la Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional, más conocido como CNUDMI, que por lo general siempre fallan a favor de las transnacionales y en contra de los Estados

Lo anterior, agrega, “nos indica que el gobierno colombiano está llevando a cabo el peor negocio de la historia, pues es mucho más lo que está en disputa por concepto de demandas de las multinacionales contra el país, que lo que anualmente está ingresando por concepto de inversión extranjera directa, que por ejemplo en 2016 se ubicó en algo más de 13.000 millones de dólares”.

LA TRISTE REALIDAD DE AMÉRICA LATINA: RECURSOS NACIONALES EN BENEFICIO DE LOS CAPITALES EXTRANJEROS


Para abordar estos aspectos sobre el expolio del capital especulativo en América Latina invitamos a dialogar a Adriana Cadena Cancino, quien se ha dedicado a investigarlos desde la academia. 

Esta investigadora social es candidata a doctora en Procesos Políticos, Sociales y Económicos de América Latina, Magíster en Gobierno y asuntos públicos, especialista en Gerencia Financiera, profesional en Relaciones Económicas Internacionales, docente de la Universidad Autónoma y coordinadora de la Mesa Nacional de Pescadores Artesanales de Colombia.

Llama la atención de tu investigación la referencia que haces respecto de que los países suramericanos manejan no solamente el litio sino los recursos naturales desde dos puntos de vista: uno estratégicamente que sería lo ideal; y ahora en la globalización liberal, “extrategicamente” con x, y lo subrayas, ¿para indicar qué?

Sí, cuando hablamos de la estrategia o lo que significa la importancia que tiene la alta demanda de los recursos naturales para la producción mundial, se supone que tendríamos unas condiciones de negociación importantes. Sin embargo, observamos que los gobiernos no están tomando esos recursos como estratégicos para el desarrollo nacional sino que se están concesionando con grandes ventajas para su explotación a las multinacionales que son capitales extranjeros, por lo tanto esto es “extrategico”. Es decir, son recursos que les beneficia a los capitales extranjeros y no a los nacionales.

En las últimas décadas se ha hablado que en América Latina a partir del modelo neoliberal se ha vuelto a la primarización de las economías.  Pero lo que se observa es que América Latina no despegó en su proceso de industrialización. ¿Se puede señalar, en ese sentido, de que el continente no ha salido de su primarización, para no hablar de reprimarización?

Durante el modelo de industrialización por sustitución de importaciones, hubo un avance importante en materia de industria, aunque no hubo nunca un requisito real para las empresas que explotaban recursos naturales los industrializara. Entonces sí se puede decir que, en efecto, no salimos de la primarización, pero ahora acabamos con la industria, retrocedimos, entonces esto nos lleva a pensar que en algún sentido si ha habido un proceso de reprimarización de la economía.

En tu estudio también hablas de la importancia que tendría para Latinoamérica el impulso de una verdadera política para industrializar o darle valor agregado a la explotación de los recursos mineros, y señalas la necesidad de un regionalismo estratégico que estaría sustentado en las cadenas de valor.  ¿En qué consistiría ello; cuál es el significado de las cadenas de valor en el ámbito, por ejemplo,  minero-energético?

Si, más que cadena de valor yo hablaría de cadena de valor regional, es decir que si se unen, si cada uno de los países aportara un recurso o investigación para que los minerales fueran industrializados, pudiéramos manejar soberanamente los recursos naturales para apuntarle al desarrollo regional. Es eso lo que significa la cadena de minerales, cada uno pone un aporte, no dejar concesionar los minerales, no dejar que las multinacionales exploten per sé sin industrializar, sin trasladar tecnología.  

Por ejemplo, como hizo China, que cuando realizó su salto hacia la industrialización, digamos el modelo que implementó Deng Xiaoping, lo que empieza a hacer es un cambio de modelo perfecto, diciéndoles a los inversionistas que si quieren participar, en la explotación de minerales, primero que todo tienen que hacer un invento con una empresa local; segundo, deben industrializar; y tercero, tienen que transferir tecnología. De esta manera vamos adquiriendo de capital extranjero y al mismo tiempo vamos aprendiendo.

Los gobiernos tienen que hacer centros de investigación para ir avanzando en el desarrollo de un producto más elaborado, para ello se requiere del nivel regional. Si hay varios países que tienen el mismo recurso natural que cuenta con un fuerte porcentaje de oferta es posible controlar su mercado, pero es inaudito que en América del Sur, el control de los precios de los bienes estratégicos lo manejen las multinacionales mas no los Estados. La manera entonces de generar realmente una integración estratégica es entre los países involucrados.

En ese sentido, tú hablas de la necesidad de proyectar una relación Sur-Sur, ¿por qué?

Sí, porque tendríamos condiciones, por ejemplo, en cuanto a  los recursos naturales, de controlar los precios y la oferta, para lo cual se requiere un desarrollo mayor. Se requiere, además, cooperación entre los países Sur-Sur para que esto se pueda dar, porque no puede continuar que las naciones desarrolladas sean las que controlen todo.

En América Latina, los gobiernos de derecha fundamentalmente están arrodillados al capital transnacional y tal parece que nuestros pueblos estuviéramos condenados a otros “cien años de soledad”, ¿no te parece?

Sí, lamentablemente es así, la posición ideológica es fundamental en los procesos de integración y ahora con el retroceso que hubo de los gobierno progresistas en América del Sur pues se echaron para atrás los esfuerzos integracionistas y de complementación enmarcados en el desarrollo y no solamente en el tema de comercio.

¿En ese sentido, la integración sería un elemento fundamental para la segunda emancipación de nuestros pueblos?

Así es, la integración es necesaria porque cuando uno ve el mundo, este ya se comporta es en regiones. Los Estados siguen siendo la unidad más importante del sistema pero cuando se ve cómo está funcionando el comercio, las estrategias regionales, las cadenas globales de valor, todo eso tiene que ver con regionalismos o con la regionalización.

¿Con la conformación de bloques?

Sí, la conformación de bloques a través de procesos de regionalización. Entonces, no se puede actuar solo, eso ahora es imposible. Cuando uno negocia por ejemplo un TLC, Colombia versus Estados Unidos, la disparidad es muy grande, la asimetría es grandísima.

La Alianza del Pacífico, integrada por gobiernos neoliberales, no está mirando este tipo de temas, no es una integración sino es un acuerdo para favorecer el capital transnacional, ¿tú lo verías así?

Sí, es para favorecer el capital transnacional, aunque tiene algunos temas estratégicos que es mirar hacia el Pacífico para buscar comercio, pero eso es bilateral, también hay que traer importaciones, no solo exportaciones y el problema es el nivel de competitividad de nuestros países que están muy por debajo; pero sí, la Alianza del Pacífico no favorece el tema de desarrollo industrial porque se basa en plataformas de exportación, en la inversión extranjera directa, en la atracción de inversiones; por lo tanto, todas esas “buenas practicas” de la OCDE y esa intención de entrar a este organismo internacional solo tiene como fin que los capitales se inviertan seguros en estos países. Pero ni una cosa, ni la otra. La inversión extranjera que está viniendo, por lo menos a Colombia, no es la que se requiere para un desarrollo porque prácticamente está enfocada a temas de servicios, que tienen un aprendizaje con tendencia cero, servicios que son de hoteles, de restaurantes y demás.

En uno de sus libros, el profesor de la Universidad de Harvard, Dani Rodrik, demuestra que la inversión extranjera es un mito, en el sentido de que la misma no contribuye al desarrollo social o industrial de un país, como ocurre en Colombia, en donde las grandes plataformas de explotación de recursos de importantes operadas por transnacionales que están localizadas en diversas regiones, no se han revertido en progreso para las comunidades. ¿Ese discurso de que la inversión extranjera es una gran bendición, no termina siendo demagogia?

Claro que sí es demagogia porque la imposición en los acuerdos de comercio y de inversiones que obligan a que los países periféricos atraigan inversión extranjera pone más restricciones al desarrollo local, lo que está generando un retroceso en el nivel de desarrollo industrial y aparte de eso causando contaminación y otros problemas colaterales.

En los tratados de libre comercio o acuerdos de inversiones se contemplan los denominados requisitos de desempeño. Durante los últimos  dos gobiernos en Colombia (el de Uribe y el de Santos) se han prohibido expresamente esos requisitos de desempeño en los tratados comerciales que han suscrito. ¿Qué son, en qué consisten y cuáles son sus alcances?

El requisito de desempeño es un aporte que podría darse. En las negociaciones de inversión el gobierno puede negociar condiciones para favorecer el desarrollo local, regional, la industrialización, la transferencia de tecnología, a través de figuras como los joint venture (inversión conjunta), etcétera. Si vienen multinacionales, el gobierno les podría exigir este tipo de requisitos de desempeño, como también que su inversión tenga contenido local o regional para que una parte de la producción jalonara el desarrollo industrial. Sin embargo cuando se lee, por ejemplo, el capítulo de inversiones de los tratados de libre comercio (TLC) que suscribió Colombia con Corea, Estados Unidos, Canadá, y también el que se está negociando actualmente con Japón, explícitamente dice que se prohíbe algún requisito de desempeño. Es decir, es el propio gobierno colombiano el que  pone un requisito de este nivel para frenar y desfavorecer el desarrollo local y nacional.

Entonces, son gobiernos apátridas…

Apátridas absolutamente, genuflexos, sí vende patrias, claro que sí, porque estos requisitos de desempeño que servirían para el desarrollo en término de inversiones se están negando, se están prohibiendo por los propios gobiernos. Lo único que se permite, lo único que se exige al inversionista es que capacite a la gente, a sus trabajadores siempre y cuando no se transfiera un nuevo conocimiento, dice así claramente en los tratados de inversión. Ni siquiera se exige que los empleados que contrate la multinacional sean colombianos, ni siquiera eso.

¿Los tratados de libre comercio también llevan un capítulo referido a los acuerdos de inversión? ¿Cuáles son sus alcances?

Son leoninos porque lo que pretenden es dar seguridad jurídica a los capitales internacionales pero en su contenido no hay aspectos que realmente estén favoreciendo el desarrollo local y nacional. Aparte de eso hay otras cláusulas que prohíben los subsidios o estímulos para impulsar las exportaciones o temas de propiedad intelectual porque restringe la posibilidad de generar tecnología o transferencia de ésta. En síntesis, estos acuerdos lo que hacen es favorecer la política industrial de los países desarrollados. Y aparte de eso exigen que la solución de controversias esté a cargo de supuestos organismos de arbitraje como el CIADI que pertenece al Banco Mundial y la CNUDMI que es la Comisión de Naciones Unidas para el Desarrollo Mercantil Internacional.

Que son organismos creados para favorecer las necesidades e intereses de las transnacionales…

Absolutamente, esos organismos favorecen directamente a las multinacionales para que puedan reclamar ante cualquier modificación. Una cláusula que se contempla en estos tratados de inversión que medio se modifique o se cambie o que ellos sientan que se cambia es motivo de sanción. Y hay una cosa terrible que es el termino de inversión; cuando uno habla de la definición de inversiones es una algo supremamente amplio. Incluso, las perspectivas de ganancias así sean a 100 años constituye inversión. Entonces, cuando por ejemplo, hay una intención de darle una concesión minera de oro, como en el caso del páramo de Santurbán, ya tenemos una demanda internacional porque no ha habido claridad del Estado sobre cuáles son los límites para la concesión, por lo tanto y de acuerdo a su parecer, ahí ya hay retrasos y perjuicios. Ello evidencia que no hay un trato justo y equitativo, todo eso, todo ese clausulado tiene una cosa que implica una posibilidad de sanción para el  Estado.

¿Los países de América Latina gobernados por la derecha, su economía se sustenta en la financiarización, en la especulación del capital, por lo  que está muy lejos de proyectarse el fomento a la industria y la agricultura?

Sí, claro, porque para fomentar la industria necesariamente tiene que haber una política interna de apoyo a través de subsidios, con una legislación de respaldo a lo nacional frente a lo extranjero y con esos tratados de inversión y los TLC no se puede hacer, no hay posibilidades. Son acuerdos que limitan la posibilidad de generar una política de desarrollo nacional, porque de lo contrario, el país es objeto de sanciones y de demandas ante el CIADI.

¿Eso quiere decir que si no hay un cambio de modelo económico en América Latina, apague y vámonos?

Sí, porque no se está tomando la inversión como debe ser. Si hubiera esos requisitos de desempeño de verdad sería importante porque jalonaría el desarrollo con las inversiones extranjeras, pero cuando se prohíbe eso, cuando no se obliga a las inversiones, no se le da un condicionamiento mínimo para que venga a explotar, es prácticamente imposible lograr avances. Así no se puede, pues es como poner a competir a una multinacional con una pyme. Las pymes tienen una duración de 5 años. Uno a 3 años, las más grandecitas a los 5 años mueren, eso es lo que está estimado en Colombia y del 80% del empleo está supeditado a las mipymes.

¿A partir de todo este sombrío panorama lo que obliga es una nueva arquitectura financiera regional?

Más que una nueva arquitectura financiera yo diría que lo que hay es que renegociar esos tratados, un TLC se denuncia y en seis meces está listo, se va. Los de inversiones no, son más demorados, una vez que se denuncian dura entre 10 a 15 años, como lo hizo Evo Morales en 2007, pues Bolivia se salió del CIADI y ahora está tratando de sacarse esos tratados bilaterales de inversión y demás. El primer paso entonces es renegociarlos, tanto los acuerdos internacionales de inversión como los tratados de libre comercio. Renegociarlos o denunciarlos y acabarlos, pero con el modelo que tenemos hoy impuesto de afuera hacia adentro es muy difícil realmente que esto se dé. Tendría que haber un cambio total de ideología, de Estado, de gobierno.

El gobierno del presidente Juan Manuel Santos tiene un discurso muy bonito para “vender” la idea de que Colombia debe ingresar a la OCDE que es la organización publicitaria del neoliberalismo y que eufemísticamente la presentan como la de “las buenas practicas económicas”. ¿En tu concepto, qué significaría el ingreso de Colombia a la OCDE?

Que los presidentes colombianos vayan a un club fino a tomar buen whisky, no más.  Creo que para Colombia es un despropósito el ingreso a la OCDE.

¿Es la entrega total del país al capital transnacional?

Exactamente, hay que mirar los niveles de desarrollo de los países que hacen parte de ese organismo. No considero que lo que impone la OCDE sea lo que requiere este país.

AMÉRICA DEL SUR CON LAS MAYORES RESERVAS MUNDIALES DE LITIO


Ahora entremos en materia respecto de tu investigación. ¿Qué te motivó a hacer la investigación respecto de un recurso geoestratégico como es el litio?

Primero que todo el hecho de que América del Sur tiene las reservas más grandes de litio en el mundo, más o menos el 86% posee esta región entre Bolivia, Argentina y Chile. Otra cuestión es que no solamente en litio sino en otros recursos naturales tenemos una posición inmejorable como es, por ejemplo, la del niobio. Brasil tiene el 98% del niobio mundial

¿Y para qué sirve el niobio?

El niobio sirve para toda la industria aeroespacial, para cohetes, muy importante, necesaria entonces, por ejemplo para América del Sur, si realmente se uniera. Alí Rodríguez Araque cuando era secretario general de Unasur, planteaba hacer una especie de OPEP de recursos naturales y de minerales en América del Sur por las condiciones favorables que tenemos de controlar estos recursos estratégicos de altísima demanda mundial. Si bien América del Sur los está proveyendo no está ganando lo que debería porque estamos en el  inicio de la cadena de valor. Ante esta gran posibilidad que tiene la región me decidí a estudiar el litio porque es el petróleo blanco del futuro. Dentro de poco empezará el boom del litio. 

O sea, que posteriormente ya no va a ser Venezuela uno de los países acosados por las grandes potencias económicas sino serán otras naciones que tendrán la posibilidad de producir litio, como es el caso de Argentina, Chile, Bolivia, donde se va a concentrar la atención…

Sí, la atención ya está puesta en ellos, solamente que Chile y Argentina son amplios con la inversión extranjera y por lo tanto las multinacionales están dominando toda la exploración y explotación. 

¿Ya hay exploración y explotación?

Claro, y son empresas estadounidenses, de China, Japón y Corea del Sur que están dominando la explotación. Canadienses y australianas son las empresas importantes en materia de explotación del litio.

¿Y los términos de esos contratos son de expolio? O sea, como ha sido tradicional en América Latina, que las transnacionales vienen, saquean el recurso y dejan cualquier centavo al Estado. ¿Esos son los términos de los contratos de exploración y explotación de litio?

En Argentina de hecho les quitaron un impuesto que tenían para la explotación de recursos naturales, el presidente Macri lo acabó de derogar, por lo tanto, esto también da más apertura al capital. Su gobierno le ha dado mucha apertura al capital extranjero para que se quede con concesiones del litio. Diría que el 99% del litio argentino ya está concesionado a empresas multinacionales.

En Chile la cosa es más grave porque desde 1980 hicieron una alianza con una empresa estadounidense que se llamaba Futa Minerals y determinaron que no debía pagar impuestos. Esta empresa que era la encargada de generar el litio para las bombas de hidrógeno y tenía que ver con la bomba nuclear, fue comprada y reemplazada por otras y se ha quedado Estados Unidos finalmente con su propiedad. Entonces, desde 1980 la explotación de este mineral a través de esta empresa que ahora se llama Sociedad Chilena del Litio, no paga impuestos de renta ni de arrendamiento. Hay otra empresa que es SQM que tiene dineros chilenos y es del yerno de Pinochet. Ellos la tienen desde 1995 y pagaron impuestos de venta más o menos hasta el 2016 por 406 millones de dólares en la explotación y por arriendo más o menos unos 206 millones de dólares.

¿Y en el caso boliviano?

El caso boliviano es el único en el que por disposición del presidente Evo Morales el litio es totalmente del Estado. Desde el 2006 su gobierno dio la directriz de que la Comibol (Corporación Minera de Bolivia) sea la empresa que explote ese recurso. En consecuencia, es el único Estado que realmente está generando un proyecto estratégico para el desarrollo del país aunque van un poco atrasados los planes y proyectos de la explotación porque lo que quieren es generar baterías de ion líquido y para ello tuvieron que importar tecnología china. Están buscando alianzas estratégicas pero siempre y cuando la mayoría en la participación la tenga Bolivia.

Si bien el litio va a ser un elemento determinante en el ámbito de la energía, ¿existe la posibilidad de que vaya a sustituir un hidrocarburo como el petróleo?


Hay planteamientos que señalan que para el 2040 las reservas de petróleo van a disminuir en gran cantidad en el mundo, por eso hay un reemplazo y sería el litio.