lunes, 21 de marzo de 2011

GLOBALIZACIÓN


ENTREVISTA CON EL CIENTÍFICO SOCIAL ESPAÑOL JUAN CARLOS MONEDERO


ANTE LA CRISIS DEL MODELO DE ACUMULACIÓN, LA RESPUESTA DEL CAPITALISMO ES LA GUERRA


POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ


Para el politólogo y sociólogo español Juan Carlos Monedero, la coyuntura mundial está signada por una crisis del sistema capitalista que está llevando a ahondar los mecanismos de explotación de la gente con el fin de mantenr a como dé lugar este modelo de acumulación que ha generado un clima planetario de estallido social.


“En el momento actual -dice- no hay espacios para el optimismo: no hay sujeto, no hay teoría, en cambio sigue habiendo la voracidad extrema de un sistema que solamente funciona sobre la base de aquello que decía Marx, acumular, acumular, y con una perspectiva de un incremento fuerte de la represión”.


Monedero es licenciado en Ciencias Políticas y Sociología en la Universidad Complutense de Madrid. Hizo sus estudios de posgrado en la Universidad de Heidelberg (Alemania), y ha sido profesor invitado en el Instituto de Estudios Políticos de la Universidad Humboldt de Berlín, de la Universidad Nacional de Quilmes (Argentina), la Universidad Nacional de Medellín (Colombia), la Universidad Iberoamericana de Puebla (México), así como la Universidad Bolivariana y la Universidad Central de Venezuela. Su tesis doctoral sobre el hundimiento de la República Democrática Alemana recibió la calificación de sobresaliente cum laude.


Actualmente es profesor titular de Ciencia Política y de la Administración en la Universidad Complutense de Madrid. Es el coordinador de la Escuela Latinoamericana de Gobierno, Políticas Públicas y Ciudadanía y responsable de formación del Centro Internacional Miranda de Caracas (Venezuela). En este marco ha sido el responsable del Diploma de Gobierno y Poder Ciudadano de formación de cuadros técnicos y políticos, con vistas a aumentar la capacidad institucional y política de los servidores públicos en Venezuela y Ecuador.


Por una nueva definición de democracia


Para este científico social español es imperativo recrear el término democracia antela irrupción de nuevos conflictos en el mundo y la activación también de nuevos actores en la vida social y política de los pueblos que antaño estaban relegados o marginados.

En ese sentido, muy elocuentes fueron sus palabras durante el discurso que pronunció ante la ONU el 15 de septiembre de 2010 con motivo del Día Internacional de la Democracia. Algunos apartes son los siguientes:


“La academia tiene que revisar sus conceptos, y entender que el discurso sobre la modernización desarraigó a los pueblos del Sur y los sometió al modelo de valorización del Norte; que el discurso sobre las transiciones a la democracia se hizo sobre la ausencia de participación popular y la renuncia a las reparaciones (valga el ejemplo de la democracia española, presentada como ejemplar, y a la que no le importó llamarse así pese a asentarse sobre 150.000 cadáveres asesinados por la dictadura de Franco y que aún hoy, siguen en cunetas, campos y caminos; junto a cosas parecidas podíamos decir de Indonesia, Brasil, Chile, Guatemala, El Salvador, Colombia, etc.); debe la ciencia política entender que la gobernabilidad puso la sospecha en la arena popular en un momento donde la crisis de legitimidad ponía la responsabilidad en el lado de los gobiernos, al igual que la gobernanza, más cerca de la plutocracia que de la democracia, niega el conflicto en un momento de la humanidad en donde nunca las desigualdades fueron tan grandes”.


“La teoría política democrática tiene grandes retos ante sí. Una democracia que corriera con los tiempos podría atreverse a presentar el consumo que excede el propio territorio como una invasión de otros países, reservándole el mismo trato que el de una guerra de conquista. Si un país con el 5% de la población mundial es responsable del 25% de la emisión de CO2, ese exceso está poniendo una suerte de bota militar ecológica sobre otros países. La teoría democrática puede pensar en nuevos indicadores que incorporen nuevas miradas para salir de su parálisis. Recuperaría así una presencia social que hoy no tiene y sería más fácil ver a politólogos acompañando a movimientos sociales que asesorando a estructuras de decisión incapaces de generar cambios. ¿Se atreve el pensamiento social a devolver a la sociedad el esfuerzo que ésta hace para que nos dediquemos a nuestra labor?”


“En nombre de la democracia se estaría excluyendo, como hizo la Grecia clásica con los esclavos. Una nueva definición de democracia que entienda que hay un nuevo demos, un nuevo pueblo, debido a las migraciones: que explique que todo el que vive en un lugar debe ser considerado de ese lugar. Porque, de lo contrario, en nombre de la democracia se estaría excluyendo, como hizo la Grecia clásica con los esclavos, a parte importante de los que sostienen laboralmente a los países. E igualmente reflexionar que hay un demos en el futuro, con derechos pero sin deberes, que son las nuevas generaciones, lo que obliga a incorporar al nuevo demos a la naturaleza y hace de la idea de decrecimiento, especialmente en el Norte, una idea sin la cual ya no es posible pensar la democracia”.


Venezuela: proceso de transformación de largo aliento


Por su vinculación con el Centro Internacional Miranda, el tanque de pensamiento e investigación encargado de formular líneas de acción para el impulso del proceso revolucionario de Venezuela, Monedero asevera que las transformaciones que tiene que vivir este país latinoamericano son de largo aliento. “Es mentira que Venezuela quiera ser Cuba”, asegura.


Explica que el presidente Hugo Chávez ha planteado con estricta nitidez que el error del socialismo del siglo XX fue acabar con la propiedad privada.


“Hay una diferencia clara entre la propiedad privada, los medios de trabajo y los medios de producción”, explica.


“Hay bienes que son públicos: la electricidad, el agua, el alimento, la salud, una educación básica, la banca. Creo que esos son bienes públicos que no tienen que entenderse como mercancías. Es un disparate que sembró el capitalismo. El Estado tiene que regular los bienes públicos. El propio sentido común nos dice que el derecho a comer está por encima del derecho a la propiedad privada. Hemos entendido que la nacionalización de los medios de producción no garantiza la satisfacción de las necesidades públicas, tiene que ser la propia comunidad organizada la que se corresponsabilice, con la ayuda del Estado central”.


“Los bienes públicos tienen que suministrarse públicamente, que no estatalmente, porque una de las cosas que presenta esta reforma es la construcción de un sector público no estatal. Si sólo fuera estatal estaríamos ante un socialismo del siglo XX que fracasó”, señala.


Hay una crisis capitalista profunda, pero no hay modelo alternativo


En su último viaje a Colombia, el Observatorio Sociopolítico Latinoamericano www.cronicon.net realizó la siguiente entrevista con Juan Carlos Monedero.


- La crisis capitalista es sistémica, no obstante que los analistas consideran que no hay un sujeto político que jalone un cambio fundamental de modelo económico. ¿Está de acuerdo con esa visión?


- De las crisis económicas se han salido a través de un modelo de Estado. En los años 20 con el fordismo que sienta las bases de lo que fue después el keynesianismo; en la crisis de los años 70 con el neoliberalismo y el posfodismo; hoy hay una nueva crisis, evidente, profunda, pero no hay modelo alternativo. Falta el sujeto, la clase obrera no construye ese imaginario capaz de portar esa posibilidad de una nueva alternativa pero tampoco existe el marco teórico de cómo podría ser esa alternativa. Ello presenta un panorama gris porque en otros momentos históricos donde no ha habido una hegemonía mundial y hay intereses en conflicto la respuesta ha sido la guerra. Con esto no quiero ser en exceso pesimista, porque un pesimista es un idiota antipático, pero tampoco optimista, porque un optimista es un idiota simpático, y de alguna manera hay que sobreponerse a esos dos tipos de idiotez. Pero el panorama no es nada halagüeño. Yo creo que los elementos que permitieron rearmar un modelo en los años 70, eso que llamamos neoliberalismo, que fue un acuerdo general, que años después se le denominó también Consenso de Washington, se asentaba en cuatro grandes patas: una era el incremento del déficit público, es decir, diferir hacia las generaciones futuras la solución del problema; la segunda era insistir en la explotación de los países del sur, algo que hoy no es posible por la nuevas rearticulaciones como el G-20 o también la propia emergencia de gobiernos que hacen de la soberanía una bandera como el caso de América Latina; la tercera solución tiene que ver con la explotación de la naturaleza y ésta ya ha dicho basta. Queda el cuarto elemento, el más tradicional, que es el de incrementar los niveles de explotación a la clase obrera, pero eso genera a su vez un problema que se está agravando y que es una crisis de legitimidad, de confianza y de acumulación. Es decir, el ahondar en la explotación de la gente para solventar el modelo de acumulación capitalista va agravando paulatinamente el problema y va generando un clima de estallido social. Por eso digo que en el momento actual no hay espacios para el optimismo: no hay sujeto, no hay teoría, en cambio sigue habiendo la voracidad extrema de un sistema que solamente funciona sobre la base de aquello que decía Marx, acumular, acumular, y con una perspectiva de un incremento fuerte de la represión en el inmediato futuro.


- En el ámbito mundial, América Latina es donde se da una ebullición social permanente. ¿Qué le hace falta a la izquierda de los países latinoamericanos para generar ese sujeto y ese marco teórico a los cuales usted se refiere?


- El sujeto político de las transformaciones en América Latina no es el proletariado sino el “pobretariado”. Y el “pobretariado” tiene unas cualidades muy altas para terminar con la depredación neoliberal pero tiene muchas más dificultades para armar el modelo alternativo, sobre todo porque tiene que enfrentar con unos liderazgos fuertes, que son muy útiles para el modelo neoliberal que se apoyan en el Estado y sobre todo el ejército. Yo tengo mis dudas de que este sujeto sirva para consolidar una alternativa, porque está aún en una posición reactiva, eso no quita que sea lo más fecundo que hay ahora mismo en el mundo y es de donde están surgiendo propuestas que creo que van en la dirección correcta. En primer lugar, desconexión de los mecanismos financieros globales que son el corazón del mal; en segundo lugar, una relocalización de la economía, lo que implica desarrollos endógenos y dejar de seguir funcionando en un modelo exportador que deja desabastecidos los mercados internos; en tercer lugar y lo más esencial, construir una nueva globalización contrahegemónica. Es decir, que asuma y entienda que la globalización llegó para quedarse, porque es inimaginable ahora pensar en modelos de autarquía, que se cierren en sí mismo, sino que hay que buscar una globalización basada no en elementos de competitividad sino de complementación, como por ejemplo la Alianza Bolivariana para los Pueblos (ALBA).


- Desde el Centro Internacional Miranda se hizo un ejercicio tanto de evaluación como de prospectiva de la primera década de la Revolución Bolivariana en Venezuela y su exposición en ese sentido generó revuelo por sacar a relucir aspectos como el hiperliderazgo político, la mentalidad rentística de la población en ese país, entre otros. ¿Cuál es la lectura que hizo respecto del futuro del proceso político liderado por el presidente Hugo Chávez?


- Ahí lo que hicimos fue una evaluación de la primera década del proceso revolucionario en Venezuela y los elementos que requieren ser revisados. En un balance que yo hice de los fantasmas históricos de Venezuela donde están la mentalidad rentística, el militarismo, el centralismo, la corrupción, el clientelismo partidista, uno de los elementos que también mencioné fue el hiperliderazgo histórico que es muy propio de países que no han terminado de armar un Estado moderno y que tampoco ha articulado un sistema de partidos que dé respuestas a las diferentes sensibilidades populares. Ahí el papel del hiperliderazgo venezolano lo hemos equiparado a lo que llamaba Gramsci un cesarismo progresista. Es decir, hay un proceso de cambio, hay vacíos populares y el líder ocupa un lugar importante para seguir ayudando a que el proceso de emancipación siga su rumbo. Pero esto yo lo considero bueno, en los momentos de freno del modelo neoliberal, se requiere una pluralización para la consolidación, ese es uno de los ejes que nosotros planteamos. Los liderazgos en Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Cuba tienen que hacerse más colectivos porque sino caen en una suerte de facilitación popular y al final ese líder que va acumulando tanta responsabilidad tiene también una información que no la tiene nadie en el país y eso va dificultando las posibilidades objetivas de dialogar. En ese sentido creo que es un momento muy bueno para decir que este liderazgo tan útil y muy necesario como el de Chávez en Venezuela, tiene que abrirse a elementos más plurales que permitan esa consolidación. No es en absoluto una crítica al liderazgo de Chávez que lo consideramos todos los que asistimos a ese seminario como indispensable. Se trató de una llamada de atención para que ese liderazgo no se debilite al no tener la posibilidad de delegar funciones en un liderazgo más colectivo.


- ¿Como español, que elementos destacaría de este bicentenario de la emancipación de América Latina, cuando desde le península Ibérica ya no vienen con carabelas, espada, sífilis y con biblia sino que mediante grandes inversiones tratan de lograr una nueva recolonización?


- Es una pregunta difícil de responder, porque yo te contestaría que mi abuelo se quedó en España y los que vinieron son tus abuelos más que los míos. Yo creo que España se ha curado de esa mirada tan terrible del descubrimiento, todavía no se atreve ni hablar de conquistar ni de asumir con contundencia lo que significó aquel proceso pero también hay que ayudarla y ella tiene que ayudarse a sí misma a entender que un español del siglo XXI no tiene la responsabilidad de la conquista, en cambio si tiene la responsabilidad de que las empresas trasnacionales españolas no dificulten la posibilidad de desarrollo de este continente. En ese sentido creo que esta celebración del bicentenario debe servir para alertar sobre estos 500 años de soledad provocados por el imperio de aquel momento y después por imperios sucesivos. Y debe servir también para una toma de conciencia de reencuentro. Yo estoy más cerca de muchos latinoamericanos que de la derecha española…


- ¿Cuándo habla de la derecha española incluye al PSOE?

- No, no, las tesis de las dos orillas no son productivas intelectualmente, pero Obama no es igual que Bush, aunque estructuralmente vaya a repetir muchas políticas; Aznar no es igual que Zapatero, aunque los dos sostengan el modelo capitalista. Creo que para cada problema complejo hay una respuesta simple pero equivocada y es una misión de los que nos podemos permitir el lujo de dedicarnos a pensar, complejizar y no simplificar.


- Y hablando de José María Aznar, ¿está de acuerdo con que se lo juzgué internacionalmente como criminal de guerra por haber involucrado a España en la invasión a Irak?


- Sí, sí, además por razones muy personales porque él quiso encarcelarme a mí por oponerme a la invasión de Irak. Me encantaría que ahora confrontáramos quién era el criminal, si yo por haberme opuesto a esa agresión o él por haber colaborado activamente en esa masacre.


miércoles, 16 de marzo de 2011

COLOMBIA


SU DESIGNACIÓN ES UN TRIUNFO PARA LA DERECHA RETARDATARIA Y APÁTRIDA COLOMBIANA


MARÍA EMMA MEJÍA NO TIENE AUTORIDAD ÉTICA NI POLÍTICA PARA SER VOCERA DE UNASUR


POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ


Si bien es entendible que los cancilleres de los países de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) reunidos en Quito el pasado 11 de marzo hayan adoptado una decisión salomónica en el sentido de que la Secretaría Ejecutiva de este organismo la compartieran durante los próximos dos años Colombia y Venezuela, desde el punto de vista político es un gran retroceso.


En efecto, la presencia de la colombiana María Emma Mejía Vélez como vocera de UNASUR durante los próximos doce meses no solamente constituye una amenaza sino que contradice con el espíritu de esta organización de generar espacios autónomos en lo político y en lo económico para consolidar el proceso emancipatorio de la región.


Mejía Vélez, se ha caracterizado en Colombia por su oportunismo y su permanente cambio de bandería política. Además de carecer de una sólida formación académica ha sido funcional de todos los gobiernos, no tiene ideología definida y es servil al corrupto y apátrida establecimiento colombiano.


Su afán de figuración y su ambición desmedida la ha llevado a transitar por todas las corrientes políticas (desde la derecha hasta la izquierda, pasando por el centro) en busca de acceder a cargos de elección popular, sin ningún éxito.


Su glamour y cierto encanto femenino así como su procedencia familiar le han servido para escalar posiciones burocráticas importantes pero su desempeño ha sido opaco por no decir negativo.


Tras sus consecutivos fracasos electorales y luego de haber tratado de utilizar como catapulta política al único partido de izquierda y de oposición en Colombia, el Polo Democrático Alternativo, Mejía Vélez se refugió en el periodismo, aprovechando sus nexos de amistad con el potentado colombiano Julio Mario Santo Domingo, accionista mayoritario de Caracol televisión, haciéndose otorgar la conducción de un programa de entrevistas que se llama “Entérate con María Emma”, en el cual la mayoría de sus invitados son representantes de la derecha y del statu quo.


Igualmente y simulado un rol de altruismo, está al frente de la presidencia de la Fundación Pies Descalzos de la prestigiosa cantante Shakira, que le ha servido de punta de lanza para hacer excelentes relaciones públicas con las firmas transnacionales, con el propósito de promover falsas campañas de “responsabilidad social empresarial”, como denominan los neoliberales las causas de solidaridad pero con plata ajena.


Ahora funge de amiga personal y política del ultraderechista y furioso neoliberal Juan Manuel Santos Calderón, un cuestionado y oscuro personaje que quiere aparecer en su rol de mandatario de Colombia como un dirigente progresista y que le apuesta a la integración latinoamericana.


Santos Calderón, quien es un lobo con piel de oveja, y que además en reciente entrevista con un familiar suyo que se desempeña como director de una importante revista del establecimiento, se declaró "proestadounidense”, no ha cejado en su empeño de entregar en administración las bases militares colombianas al Comando Sur, como fue su deseo durante su paso por el Ministerio de Defensa en el cuestionado gobierno del tenebroso Álvaro Uribe Vélez, para atemorizar a Venezuela, como aconsejó el senador republicano Paul Coverdell, ponente del Plan Colombia en el Congreso norteamericano, en abril de 2002.


Santos, además, a comienzos de la década del 2000 se caracterizó desde su Fundación Buen Gobierno de montar una matriz de desprestigio y estigmatización del presidente Hugo Chávez Frías con respaldo de organizaciones ultraconservadoras de Estados Unidos y como titular de la cartera de Defensa en el gobierno de Uribe Vélez fue el artífice de la violación de soberanía en territorio ecuatoriano para ultimar al comandante guerrillero Raúl Reyes y puso en marcha, al mismo tiempo, una estrategia para satanizar al presidente Rafael Correa Delgado.


A escasos siete meses de haber comenzado su gobierno de tinte neoliberal, Santos un habilidoso y astuto estratega de la marrullería quiere hacer creer a los incautos que ha cambiado de estilo y de política, como si sus antecedentes y dudosa trayectoria pública no demostraran que la farsa, el engaño, la simulación y la hipocresía, son sus principales armas.


El gobierno de Santos Calderón no es más que una operación de cosmetología mediática para que el modelo elitista del gran capital continúe su hegemonía en Colombia, al tiempo que se esfuerza por lavar la fachada ensangrentada que ha acumulando este país en las últimas décadas.


Esta es la característica a grandes rasgos del gobierno que va a representar a Colombia en UNASUR, María Emma Mejía.


Con qué autoridad moral, ética y política Mejía Vélez puede hablar de integración latinoamericana, de respeto a los derechos humanos, de cooperación económica entre los países del sur del continente, cuando su Presidente en una actitud lacaya está entregando a Colombia al capital financiero especulativo transnacional, le apuesta al Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, y está seriamente involucrado en delitos como desaparición forzada en el caso que en Colombia se conoce como los “falsos positivos”, eufemismo usado militar y mediáticamente para denominar los crímenes de Estado contra pobres e indefensos colombianos.


Cómo podrá hablar doña María Emma en UNASUR de integración económica y de impulso a la equidad social de los pueblos cuando basta con darle una rápida mirada al Plan Nacional de Desarrollo del gobierno de Santos, actualmente en discusión en el Congreso de la República, para darse cuenta que constituye un engendro antisocial que consolida y profundiza el criminal modelo narcoparamilitar y neoliberal entronizado en Colombia desde hace varias décadas por su desvergonzada y retardataria clase dirigente tradicional.


Qué autoridad moral y política le cabe a Mejía Vélez para hablar de defensa del medio ambiente en UNASUR cuando en Colombia su gobierno se dispone a entregar más de siete millones de hectáreas a los poderosos inversionistas, banqueros, terratenientes, grandes comerciantes y al capital extranjero para fomentar el monocultivo de palma africana, biocombustibles e impulsar la megaminería, con los negativos efectos sociales, económicos y ambientales que ésta acarrrea.


Con qué cara puede hablarles a los cancilleres de Suramérica de hermandad cuando el gobierno de Santos a través de una medida apátrida y descarada busca que las empresas mercenarias, principalmente norteamericanas que operan en Colombia, terminen apropiándose de las bases militares de este país para desarrollar espionaje electrónico e inteligencia contra los países de la región. Para el efecto, el Plan de Desarrollo santista prevé en el corto y mediano plazo "enajenar o entregar en administración la infraestructura militar y policial estratégica", proceso que podrá regirse por el derecho privado.


Cómo podrá la señora Mejía Vélez hablar de desarrollo humano sostenible cuando en su país, el gobierno que representa en UNASUR ha anunciado que va a privatizar la educación pública y va a fortalecer al gran capital que convirtió en rentable negocio la salud y las pensiones de los colombianos.


La presencia de Mejía Vélez en UNASUR es un descrédito para la organización, habida cuenta que el gobierno al que representa está salpicado de sangre, corrupción, entrega de la soberanía y abyección a Washington y al capital financiero especulativo internacional.


Por eso la presidenta del Polo Democrático Alternativo, Clara López Obregón, se apresuró a emitir un comunicado público tan pronto como Mejía fue designada como secretaria ejecutiva de este organismo internacional, señalando enfáticamente que esta señora que militó en ese partido de izquierda, de ninguna manera lo representa.


Al fin de cuentas, Mejía Vélez pertenece a esa categoría de oportunistas que medran del poderoso de turno y que se pueden denominar politiqueros golondrina, al igual que los capitales que llegan a un determinado país por corto tiempo, aprovechan las altas tasas de rentabilidad y luego salen “volando”, cuando las circunstancias ya no les son favorables.


Para el gobierno de Santos y para sus corifeos mediáticos, la elección de Mejía en la Secretaría Ejecutiva de UNASUR constituye un triunfo diplomático, pero para las fuerzas progresistas que le apuestan a la consolidación del proceso emancipatorio y al entierro de la “larga y negra noche neoliberal” en Latinoamérica, es una amenaza al proceso de autodeterminación de los pueblos.


No hay que equivocarse, la Secretaría de UNASUR en manos del gobierno de Colombia a través de un títere como María Emma Mejía es un triunfo para la derecha retardataria, apátrida y lacaya auspiciada por Washington, que representan Santos y sus oscuros aliados en la región.


No queda más, en consecuencia, que tener una mirada vigilante y desconfiada, mientras pasan los doce meses del periodo de Mejía Vélez en UNASUR y la Secretaría Ejecutiva recobre la dignidad latinoamericana y patriota con Alí Rodríguez Araque.


sábado, 12 de marzo de 2011

CUBA


ENTREVISTA CON EL EX MINISTRO DE ECONOMÍA DE CUBA, JOSÉ LUIS RODRÍGUEZ


EN LA ACTUALIZACIÓN DEL MODELO ECONÓMICO CUBANO, PRIMA LA PLANIFICACIÓN Y NO EL MERCADO


POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ


La globalización neoliberal pretende convertir cada vez más a la fuerza de trabajo en un costo variable para el capital, lanzando a la calle miles de trabajadores en las fases de contracción económica; en estas condiciones el empleo formal se reduce y se ofrece como alternativa el empleo informal. Esta situación no ocurre en Cuba, como lo ha querido presentar la prensa internacional al señalar que se han lanzado 500 mil personas a la calle, afirma el ex ministro de de Economía y Planificación de Cuba y actualmente miembro del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial, José Luis Rodríguez García, quien participó en Bogotá en el VII Seminario Internacional Marx Vive, América Latina en disputa.


“Cuando Cuba tuvo que enfrentarse a la contracción del empleo en los años 90, las primeras medidas fueron para garantizar la adecuada protección de los trabajadores y no la llamada flexibilización del empleo”, señala.


“La reestructuración que necesariamente hubo que abordar se realizó gradual y ordenadamente, asegurando una reubicación de los trabajadores en la medida en que reactivó la economía y creció la demanda de trabajo. Con relación a la política laboral, se aplicaron conceptos que parten de que es posible encontrar un empleo útil para cada ciudadano y que es razonable y socialmente conveniente poner a estudiar a los jóvenes desvinculados del estudio y el trabajo, como una forma alternativa de empleo”.


En este tipo de cursos de superación integral estudian en Cuba más de 80 mil jóvenes, al tiempo que se generan nuevos empleos en la agricultura ecológica urbana y en los servicios sociales básicos.


El problema fundamental de Cuba está en el desbalance financiero externo, señala Rodríguez García: “El país ha debido enfrentar enormes dificultades y gastos, debido al bloqueo; el último cálculo arrojaba más de 70 mil millones de dólares desde principios de la década de los 60 hasta finales de los 90, y ese es un factor que constantemente está añadiendo desembolsos e impidiendo ingresos en nuestras relaciones económicas con el exterior”.


"Una segunda problemática es que la propia crisis financiera internacional provoca fluctuaciones, muchas veces contrarias a los intereses cubanos. Durante 2010 los precios de los combustibles aumentaron notablemente y los del azúcar han bajado de manera considerable. Eso es negativo para la economía, pues lo vendido es muy barato y lo comprado, más caro”.


PRIMA MÁS LA PLANIFICACIÓN QUE EL MERCADO


Rodríguez García afirma que en la nueva etapa económica de Cuba “se corresponderá con el principio de que sólo el socialismo es capaz de vencer las dificultades y preservar las conquistas de la Revolución, y que en la actualización del modelo económico, primará la planificación y no el mercado”.


“En la política económica que se propone –agrega- está presente que el socialismo es igualdad de derechos e igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos, no igualitarismo. El trabajo es a la vez un derecho y un deber, motivo de realización personal para cada ciudadano, y deberá ser remunerado conforme a su cantidad y calidad”.


A partir de las actuales condiciones y del escenario internacional previsible, la política económica cubana está dirigida a eliminar el déficit de la balanza de pagos, que potencien la generación de ingresos externos y la sustitución de importaciones y, a su vez, den respuesta a los problemas de mayor impacto inmediato en la eficiencia económica, la motivación por el trabajo y la distribución del ingreso, y creen las necesarias condiciones infraestructurales y productivas que permitan el tránsito a una etapa superior del desarrollo.


En el más largo plazo se trabajará por una autosuficiencia alimentaria y energética altas, un uso eficiente del potencial humano, una elevada competitividad en las producciones tradicionales, así como, el desarrollo de nuevas producciones de bienes y servicios de alto valor agregado.


PROCESO DE AJUSTE EN LA POLÍTICA DE EMPLEO


El ex ministro de Economía y Planificación de la isla socialista dialogó con el Observatorio Sociopolítico Latinoamericano www.cronicon.net.


- ¿Las reformas económicas en Cuba que han generado la salida de 500 mil empleados estatales, apuntan a una reforma del aparato productivo de su país?


- En primer lugar, es un proceso de ajuste de la política de empleo del país para que a través de los recursos de organización fundamentalmente, dado que no tenemos un fondo de inversiones significativo para incrementar la productividad, lograr un mejor aprovechamiento de la fuerza de trabajo. Eso implica movilizar recursos fuera del sector estatal hacia el sector cooperativo, en el cual hay espacios para ubicar una parte importante de esa fuerza de trabajo. Está la variante del trabajo privado: la pequeña empresa, el pequeño productor que debe absorber otra parte del subempleo que tenemos y también está la posibilidad de que tengan ubicación en otras áreas del propio sector estatal mediante un reacomodo. También existe la posibilidad de exportar especialistas en distintas áreas al exterior, como se hace hoy con la fuerza médica calificada. Ese proceso forma parte de un cambio que se quiere hacer de la capacidad productiva del país, manteniendo la protección social. Es decir, esas personas no quedan desamparadas, tienen un seguro de desempleo por un lapso de cinco o seis meses, además no se eliminan los servicios sociales gratuitos como la salud pública, la educación, la recreación. No es como se ha dicho en la prensa internacional que se han lanzado 500 mil personas a la calle o abrirse al capitalismo, no hay tal en ese sentido.


- ¿Si hoy Cuba tiene relaciones comerciales con buena parte de Europa, Asia y América Latina, porque sigue afectando para el proceso productivo de la isla el bloqueo económico norteamericano?


- Porque si bien esas relaciones se pueden mantener con muchos países, no podemos tenerlas con nadie que tenga intereses norteamericanos en sus empresas. Basta con que sea una empresa radicada en cualquier país que tenga intereses norteamericanos para que no se nos permita tener relación con ella. Además, no podemos usar el dólar como moneda, eso se desconoce. Cuba no puede operar con un dólar en ningún mercado del mundo, para exportar e importar tenemos que cambiar a una tercera moneda: un euro, un yen, un franco, y eso encarece notablemente.


- ¿Y en ese sentido, cómo es la política monetaria de Cuba?


- Bueno, es una política defensiva en ese sentido porque por ejemplo, el níquel se cotiza en dólares, pero no podemos cobrar un embarque de este producto en dólares sino en francos, entonces a donde vayamos a comprar no podemos comercializar en francos sino que tenemos que conseguir euros. Imagínese que usted tenga que trabajar eludiendo en todos los pasos los procesos de importación y exportación el dólar norteamericano y verá el problema que es, siendo una divisa mundial todavía.


- ¿Lo que se viene para Cuba es una refinación del modelo socialista?


- Sí, es un perfeccionamiento del modelo socialista como lo hemos denominado. No se trata de una reforma totalmente concluida porque se requieren todavía dar muchos pasos del orden jurídico y organizacional. Pero indudablemente estos primeros pasos de reacomodo de la política de empleo es un avance muy grande.


- ¿Podríamos decir que la economía cubana está en crisis?


- No. Nosotros estamos siendo afectados por la crisis económica internacional y sufrimos una crisis por el derrumbe del campo socialista hace veinte años, pero no es que el modelo en sí tenga una crisis. Que nos quiten el bloqueo norteamericano y se va a ver enseguida, o que no existiera la crisis y no tuviéramos la escasez de crédito que sufrimos hoy, por ejemplo. Es decir, esencialmente, el modelo se puede sostener, la prueba es que la economía ha seguido creciendo, desde el año 1994 Cuba no decrece. Es verdad que la tasa de crecimiento en 2009 fue de 1.4% y en 2010 llegó a 2.0%, pero el hecho es que no hay un retroceso a pesar de todos estos problemas.

miércoles, 9 de marzo de 2011

CIUDADANÍA


ENTREVISTA CON EL FILÓSOFO COLOMBIANO SERGIO DE ZUBIRÍA SAMPER


“UN NUEVO PROCESO EMANCIPATORIO PASA POR REDISTRIBUCIÓN, RECONOCIMIENTO Y JUSTICIA POLÍTICA”


POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ


Desde una óptica filosófica, Sergio de Zubiría Samper considera que para avanzar en el proceso emancipatorio se hace necesario tomar distancia de los conceptos tradicionales de libertad, ciudadanía e igualdad que pregona el liberalismo, porque según su criterio, este credo constituye “la negación de lo político”.


Sostiene que “en la concepción ético-política seguimos atados al liberalismo, frente a lo cual existe la necesidad de recuperar la tradición ética del marxismo”. Por ello citando al científico social argentino Atilio Boron clama “por el necesario y demorado regreso del marxismo”.


“En el liberalismo hay mucho de utilitarismo y transige con el libre mercado y el capitalismo”, por eso como lo señala la politóloga norteamericana Nancy Fraser, es necesario salir de él.


CRISIS CIVILIZATORIA


Para De Zubiría Samper, la crisis que vive la humanidad “no es sólo económica y social, como lo subrayan un conjunto cada vez mayor de investigadores. Mucho menos es una breve coyuntura del ‘desarrollo’ económico. Está acompañada de otras crisis que develan los límitesa de la lógica capitalista de acumulación. Paralelamente es una crisis ecológica, energética, alimentaria, e hídrica. Investigadores como Wallerstein, Meszáros, Vega, la sitúan como una crisis estructural civilizatoria”.


Entre las múltiples consecuencias de esta crisis, agrega, “hay un retorno al fascismo social que crece con la desocupación”, por ello es prioritario “seguir explorando senderos de una justicia política frente a la crisis global, Solo el pensamiento crítico, los partidos de izquierda y los movimientos sociales, construirán la contra-hegemonía que exige este mundo abismal”.


HACIA LA SEGUNDA INDEPENDENCIA


Su visión sobre el bicentenario de la emancipación de los pueblos de América del Sur es que “desde una perspectiva crítico-emancipatoria, nos obliga a elevar la profundidad de nuestros sueños y utopías. Tres horizontes de expectativas se ubican en esa agenda crítica de América Latina. El primer horizonte, es la emergencia de una nueva generación de derechos ecológico-políticos. La responsabilidad latinoamericana de amar nuestra biodiversidad y la soberanía sobre esa incomparable riqueza natural. Los pueblos americanos se alzan en la defensa soberana de los derechos de la madre tierra.


El segundo, la recreación del proyecto socialista latinoamericano para derrumbar el capitalismo. La posibilidad concreta de reformas no reformistas que conduzcan a revoluciones anticapitalistas. El tercer horizonte, la refundación de una teoría de la justicia social más allá del liberalismo. Una justicia social que atienda la redistribución de la tierra, el ingreso y la riqueza, pero también que escuche las peticiones del reconocimiento de la diversidad a través del poder político”.


Filósofo con estudios de Magíster en Hermenéutica y en Gestión de Políticas Culturales y Desarrollo. Profesor de filosofía e investigador de la Universidad de los Andes de Bogotá y director de la Fundación Walter Benjamin, De Zubiría participó como conferencista en el VII Seminario Internacional Marx Vive, América en Disputa, y dialogó con el Observatorio Sociopolítico Latinoamericano www.cronicon.net.


HACIA UN NUEVO CONCEPTO DE CIUDADANÍA


- Usted ha hablado de la necesidad de abordar desde una nueva óptica el concepto de “ciudadanización” del poder. ¿Por qué?


- Porque dentro de la modernidad el concepto único no era ciudadanía sino era una triada que mantenía relaciones un poco tensas que es la noción de subjetividad, la noción de emancipación y la de ciudadanía. El proyecto hegemónico actual quiere reducir todo a ser buenos ciudadanos, es decir una especie de panoptismo foucaultiano que está muy en las tradiciones de la ciudadanización de la política, y esas otras categorías centrales como emancipación y subjetividad se van empobreciendo o suprimiendo del discurso, y al lado de ello va otro elemento muy grave, y es que se va imponiendo un concepto de ciudadano liberal. Es decir, no un concepto republicano o comunitarista de ciudadanía sino un concepto totalmente liberal que se reduce a que ser ciudadano es: obedecer reglas, obedecer normas al estilo de ciertas políticas públicas, y es un estatus legal que no tiene nada que ver con políticas y con acción.


- ¿Pero en ese marco el ciudadano es un sujeto de derechos, o no?


- Sí, pero reducir el ciudadano a un sujeto de derechos es quitarle todas las otras dimensiones de otras tradiciones. Por ejemplo: el ciudadano es participación política permanente, educación política permanente, compromiso con proyectos colectivos, preocupación por virtudes y definiciones éticas, y se va volviendo simplemente una especie de estatus legal jurídico, es decir, la ciudadanía liberal.


- En ese sentido el discurso de izquierda en América Latina y particularmente en Colombia se queda en ello…


- A mi me parece que el discurso se ha dejado copar por el concepto de las agendas de los institutos internacionales que han aceptado ese concepto de ciudadanía como la clave pero al mismo tiempo va paralelamente una noción liberal, y la izquierda no ha dado una alternativa en el sentido concreto de su concepción de emancipación, ciudadanía y subjetividad.


- ¿Qué valoración hace de posturas asumidas por autores como John Holloway y Boaventura de Sousa que proclaman la posibilidad de “cambiar el mundo sin tomarse el poder” o “de reiventar el poder”?


- Yo creo que es una angustia a las críticas que se hicieron al poder unicéntrico, al poder condesado y estatalizado, entonces ante una crítica a esa concepción, empiezan hacer unos giros un poco retóricos, como por ejemplo, tomarse el poder pero ir más allá del poder. Me parece que esos giros debilitan la tradición clásica del poder grasmsciano, en el sentido de ser grados de correlaciones de fuerza en situaciones concretas, determinadas por lo internacional, por la lucha de clases, etc.


- ¿En ese sentido, la posición del politólogo argentino Atilio Boron de volver al criterio marxista-leninista está en la dirección correcta en su criterio?


- A mi me parece que es correcto volver a lo sustantivo de la tradición marxista-leninista, pero también aceptar, por ejemplo, algunas discusiones de Foucault sobre el carácter actual de las luchas transversales, ampliar la noción de poder no solamente a explotación sino también a sujeción, y a dominación. Es decir, ampliarla a otras formas del poder que operan prácticamente en ese sentido, no abandonando ese pilar de la tradición marxista, aceptar una extensión del concepto por vía más foucaultiana que por vía de Holloway y otros.


- ¿Frente a la crisis civilizatoria de la humanidad y a los coletazos que está dando el capitalismo, qué elementos caracterizaría de un nuevo proceso emancipador?


- La naturaleza de un nuevo proceso emancipatorio pasa necesariamente por discusiones muy profundas sobre justicia social alrededor de una idea trifronte que incluya temas de redistribución, reconocimiento y justicia política. Otro elemento que me parece importante es que no se pregunte sólo sobre quiénes son las subjetividades sino sobre qué tipo de emancipación es pertinente para la época. Hay también que aceptar ciertos elementos de la crítica a las ideas de progreso, sujeto consciente, a la idea de una racionalidad absolutamente desbordada. Algunos elementos del debate foucaultiano hay necesariamente que asimilarlos.


- ¿En ese sentido, tienen vigencia los conceptos de sujeto histórico y de sujeto político?


- Tienen vigencia completamente, pero no en la idea de subjetividad cartesina o kantiana, sino que tienen que incluir elementos freudianos, por ejemplo. Es decir, el sujeto no es el de Descartes que es una identidad consciente, unitaria, con claridad meridiana en todo lo que hace. Es un sujeto que tiene inconsciente, que tiene preconsciente; es un sujeto ya mediado por Freud, Marx, Foucault. Lo grave sería ciertas soluciones posmodernas y es que criticando el progreso del sujeto se abandona la categoría. Todo lo contrario, el desafío no es abandonar la categoría, ni progreso, ni razón, sino ver los límites de ella, las dificultades que enfrenta, las contradicciones que porta y no abandonarla.


jueves, 3 de marzo de 2011

COLOMBIA


GOBIERNO DE SANTOS BUSCA PRIVATIZAR BASES MILITARES, DENUNCIA SENADOR JORGE E. ROBLEDO


POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ


A través de una medida apátrida y descarada el gobierno de Juan Manuel Santos busca que las empresas mercenarias norteamericanas que operan en Colombia terminen apropiándose de las bases militares de este país, denunció el senador del Polo Democrático Alternativo (PDA), Jorge Enrique Robledo.


En una actitud entreguista peor que la del gobierno de Álvaro Uribe, Santos que en reciente entrevista con un familiar suyo que funge como director de una importante revista del establecimiento, se declaró “proestadounidense” y siendo consecuente con ello, ahora no sólo busca entregar a Washington las bases militares colombianas para su operación como trató de hacerlo cuando se desempeñó como Ministro de Defensa, sino que en su gobierno quiere vendérselas o darlas en administración a firmas mercenarias norteamericanas.


En efecto, el senador Robledo explicó que mediante un “mico”, oculto’ entre 170 artículos del Plan Nacional de Desarrollo, concretamente el artículo 112, en caso de ser aprobado por el Congreso de la República, se permitirá al gobierno de Santos “enajenar o entregar en administración la infraestructura militar y policial estratégica”, proceso que podrá regirse por el derecho privado.


De esta manera, dijo Robledo, se les entregarán a los negociantes privados, nacionales o extranjeros, nada menos que la administración de “la infraestructura militar y policial estratégica”.


Este es el camino que llevó a que muchas operaciones militares sean un gran negocio privado en Estados Unidos, negocio que opera con mercenarios, como lo ha denunciado la propia Organización de las Naciones Unidas (ONU), señaló.


Según el senador del Polo Democrático Alternativo, el caso colombiano se complica porque es inexorable la tendencia a que esa “infraestructura militar policial y estratégica” quede bajo el control de las empresas estadounidenses que monopolizan el negocio de los mercenarios a escala global, tales como DynCorp, que ya opera en este país andino con el pretexto del Plan Colombia, violando la soberanía nacional.


Es obvio, agregó Robledo, el gran poder que se les otorgará a los privados en las bases militares y policiales colombianas.


La actitud de Santos se asimila al gobierno de José Manuel Marroquín, que en el año de 1903 entregó Panamá a Estados Unidos, recibiendo su hijo Lorenzo una excelente compensación económica por haber armado la tramoya a favor de los intereses extranjeros.