martes, 20 de septiembre de 2016

COLOMBIA

MINISTERIO DEL TRABAJO PROPENDE POR REDESCUBRIR VERDADES GEOGRÁFICAS QUE HA DEJADO EL CONFLICTO Y QUE SE TRADUCEN EN LAS HERIDAS EN LOS TERRITORIOS


POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ

Gloria Cuartas Montoya, la activista de derechos humanos y exalcaldesa de Apartadó en la región del Urabá antioqueño, hoy funge como asesora para las víctimas del despacho de la ministra del Trabajo, Clara López Obregón, quien le encomendó realizar una labor tendiente a contribuir a su reparación integral a partir de las verdades geográficas que ha dejado el inveterado conflicto armado colombiano.

“Con la ministra Clara López –explica Cuartas Montoya- estamos profundizando lo que significa el dolor de la tierra. Es que para las víctimas, los bombardeos, las fumigaciones, los asesinatos, la violación, el desplazamiento forzado, han dejado una herida en los lugares y éstos tienen memoria y con el proceso que estamos desarrollando hacemos énfasis en que la inversión del Ministerio no solo es para proyectos productivos sino que tiene que ver con la recuperación de la memoria para el Nunca más”.

Se trata, agrega, de “redescubrir una verdad geográfica identificando los espacios que habitaron las víctimas; los espacios que destruyó el conflicto; y los nuevos espacios de esperanza que ellas mismas producen a partir de la inversión de proyectos de emprendimiento como los de desarrollo rural”.

La dimensión sociopolítica del territorio

El territorio como el paisaje geográfico han sido factores determinantes en el desarrollo prolongado del conflicto armado colombiano, pues ha sido ahí donde se han protagonizado las disputas políticas, sociales y militares, así como los procesos de acumulación económica Ya lo decía el geógrafo brasileño Milton Santos (1947-2001): “El territorio no es sólo el resultado de la superposición de un conjunto de sistemas naturales y un conjunto de sistemas de cosas creadas por el hombre. El territorio es el piso más la población, esto es, una identidad, el hecho y el sentimiento de pertenecer a aquello que nos pertenece. El territorio es la base del trabajo, de la residencia, de los cambios materiales y espirituales y de la vida, sobre los cuales él influye”. (1)

El prolongado conflicto armado de Colombia ha propiciado un grave y doloroso fenómeno de desarraigo de millares de sus habitantes que se han visto obligados a dejar sus territorios para poder salvar sus vidas.

Son víctimas, explica la asesora de la Ministra del Trabajo, que vienen demandando programas de formación y de emprendimiento para lograr el restablecimiento de sus derechos económicos de acuerdo a sus capacidades.

Este Ministerio a través de su equipo de Equidad Laboral propende por redescubrir con la gente directamente afectada por tantos años de confrontación armada las verdades geográficas. Es decir, explica Cuartas Montoya,  las heridas en los territorios, el dolor de la tierra y la necesidad de una reparación integral a la sociedad y a la naturaleza.

Memorias, territorios y prácticas económicas

“Así como hay una memoria histórica, desde el Ministerio del Trabajo con el liderazgo de su titular, Clara López, estamos redescubriendo la verdad geográfica. A través de hombres y mujeres víctimas de desplazamiento que han tenido que migrar hacia las principales ciudades colombianas y no obstante su diversidad, tienen el común denominador de que llevan sus terruños con ellos”, explica Cuartas, y agrega que esta cartera ministerial ejecuta una política pública que apunta a su reparación integral teniendo como marco referencial una triada que comprende: las memorias, los territorios y las prácticas económicas.

Memorias, afirma, porque los hechos que les ocurrieron a las víctimas tienen que constituir un precedente para que nunca más vuelvan a ocurrir. Los territorios, agrega, porque son el eje central de identificación y de  producción social de espacios diversos: campesinos, indígenas, afros, urbanos, rurales, los cuales están impregnados de poder. “Porque cuando hablamos de territorio estamos  hablando de poder”. Y las prácticas económicas que se destruyeron en medio del conflicto muestran los daños al tejido social y a las organizaciones sociales como la sindical. “Por eso –añade la funcionaria- tenemos un proceso de reparación colectiva y recogemos elementos para diseñar el Plan Nacional de Economía Solidaria. En medio de la adversidad del conflicto varias de las víctimas han construido proyectos alternativos de resistencia económica en el campo para lograr su sobrevivencia”.

En esta labor, el Ministerio del Trabajo hace presencia en 9 departamentos y 32 municipios del país, donde adelanta acciones de paz que aspira a consolidar durante la etapa del posconflicto.

En el posconflicto Estado debe volcarse al campo

La ministra López Obregón viene haciendo énfasis en que durante la etapa del posconflicto “el Estado colombiano debe volcarse al campo” para sacarlo de su atraso histórico, ejecutando políticas de formalización laboral y prácticas de asociatividad productiva.
“La arquitectura institucional que el Gobierno nacional está proyectando para darle sustentabilidad a la etapa del posconflicto tiene como propósito fundamental llevar desarrollo social al campo colombiano y uno de sus componentes es coadyuvar para generar empleo decente en todas las zonas rurales del país”, ha señalado la jefa de la cartera laboral, pues las cifras oficiales muestran un grave estancamiento que se traduce en pobreza y atraso.

Un reciente trabajo de investigación realizado por la propia Gloria Cuartas y el profesor Ovidio Delgado, da cuenta que respecto al impacto del conflicto en términos del uso del suelo en Colombia, “las áreas utilizadas en ganadería superan 1,3 veces el potencial existente, mientras que en agricultura solo se utiliza el 24 % de las tierras aptas (Igac, 2012). Aunque la pobreza por ingresos y multidimensional se ha reducido en las zonas rurales, las brechas entre la población urbana y la rural se han acentuado”.

“Las principales brechas se encuentran en las condiciones de habitabilidad donde el déficit habitacional es de 59,0 % en lo rural contra 22,3 % en lo urbano. El 31,3 % de la población rural no tiene acceso a una fuente de agua mejorada, el 27,3 % no tiene un sistema sanitario, y el 85,7 % carece de servicio de alcantarillado o eliminación de excretas (Dane, 2015c). Adicionalmente, el 75,3 % de la población ocupada del área rural tiene un ingreso mensual inferior a un salario mínimo mensual legal vigente, mientras en el área urbana esta proporción es del 42,0%”. (2)

Las anteriores cifras demuestran el complejo desafío que tiene el Estado colombiano para construir tejido social en los territorios afectados por el conflicto y la reparación integral a las víctimas. Más si se tiene en cuenta como lo señala el geógrafo inglés David Harvey que el paisaje geográfico dentro del capitalismo está “configurado por una multitud de intereses de individuos y grupos que tratan de definir espacios y lugares en el entorno de los procesos macroeconómicos de desarrollo geográfico desigual, gobernados conjuntamente por las reglas de acumulación del capital y el poder estatal”. (3)

Notas:

1.- Santos, Milton. Por otra globalización. Del pensamiento único a la conciencia universal, Convenio Andrés Bello, Bogotá, diciembre de 2004.

2.- Rico Chavarro, Dídima, et al. Pedagogía sobre los acuerdos de paz en Colombia, Universidad Autónoma, Bogotá, septiembre de 2016.

3.- Harvey, David. Contradicciones y el fin del capitalismo, Editorial IAEN, Quito, Ecuador, 2015.




sábado, 17 de septiembre de 2016

COLOMBIA

INICIÓ X CONFERENCIA NACIONAL GUERRILLERA: EL FIN DE LAS FARC COMO INSURGENCIA Y EL COMIENZO COMO MOVIMIENTO POLÍTICO LEGAL



POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ

Tras 52 años de lucha insurgente, este sábado 17 de septiembre, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (Farc-EP) inician el proceso de convertirse en un movimiento político legal, al dar comienzo su último cónclave como organización armada. Desde 1965 se han realizado nueve conferencias nacionales guerrilleras, en las que salieron las directrices político-militares que orientaban su accionar a los múltiples frentes distribuidos por toda la geografía colombiana.

Este sábado comenzó la X Conferencia Nacional Guerrillera que se prolongará hasta el viernes 23 de septiembre y que tiene la particularidad de que no será clandestina como ocurrió con las nueve anteriores, y a la cual concurrirán alrededor de un mil personas entre insurgentes, periodistas tanto de medios nacionales como internacionales, artistas, e invitados especiales.

El encuentro que marca el momento final de las Farc como grupo insurgente y el comienzo de su transición hacia un movimiento político se lleva a cabo en lo más profundo de las sabanas del Yarí, entre el Meta y el Caquetá, en el suroriente colombiano. Durante seis días, representantes de todas las estructuras farianas, se calcula que entre 300 guerrilleros, elegidos democráticamente, se dedicarán a analizar los alcances de los acuerdos de paz suscritos en La Habana.

¿QUÉ ES LA CONFERENCIA NACIONAL GUERRILLERA?

Es la máxima instancia de las Farc en la que se estudia, se analiza y se debate sobre los fenómenos sociales, políticos y militares de la sociedad colombiana y se adopta un plan estratégico como guía de la organización insurgente.

Durante las nueve conferencias anteriores se elaboraban unas conclusiones en las que se recogían las directrices respecto de cómo desarrollar la estrategia militar, el accionar político y la preparación del escenario para avanzar en el proceso revolucionario.

Las Farc  durante su existencia como movimiento insurgente se rigieron por las conclusiones de las Conferencias Nacionales, el reglamento, los estatutos, las normas de comando y los lineamientos del plan estratégico. Este último se renovaba  y aprobaba en cada Conferencia.

Durante la Conferencia, es el Estado Mayor Central la instancia que define las políticas que seguirá la organización para alcanzar los objetivos planteados en un plazo determinado. Las conclusiones se adoptan bajo el principio de centralismo democrático que rige su actividad política y militar.

BREVE RECUENTO HISTÓRICO DE LAS CONFERENCIAS GUERRILLERAS

Cada una de las nueve Conferencias Nacionales Guerrilleras tuvieron características particulares por circunstancias de tiempo y lugar. La siguiente es una breve sinopsis de cada cónclave de esta organización insurgente.

·         PRIMERA CONFERENCIA - 1965

A finales de 1965 se realiza la Primera Conferencia Guerrillera de Marquetalia y de otros destacamentos guerrilleros. El movimiento adopta la denominación de “Bloque Sur”, por cuanto operaba entre los departamentos del Tolima y Huila en confluencia con Cauca y Valle. Participan en esa Conferencia representantes de las regiones de Marquetalia, Riochiquito, El Pato, Guayabero y 26 de Septiembre.

En este primer encuentro se realiza un balance de su accionar como movimiento armado con perspectivas de crecimiento. Se determinan en consecuencia los planes de acción en el campo militar y lo referente a propaganda política, educación y organización. Uno de los puntos esenciales fue consolidar la estructura del movimiento.

·         SEGUNDA CONFERENCIA - 1966

A finales de 1966 el Bloque Sur constituyó en la región de Duda en el departamento del Meta, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. Actuando como guerrillas móviles,  sus dirigentes deciden extenderse a otras zonas del país. En esta Conferencia quedan planteados los lineamientos que encauzaran al movimiento hacia una mayor organización de masas, educación, propaganda y finanzas. Igualmente, queda planteada la necesidad de crear una distribución de fuerzas en áreas determinadas. Se forman tres comandos: uno a cargo de Ciro Trujillo; otro de Joselo Lozada; y un tercero bajo la responsabilidad de Carmelo López.

Ciro Trujillo convocó a todos los destacamentos excepto los de Lozada y Manuel Marulanda Vélez para que concentraran todas sus fuerzas en el Quindío, pero fueron detectados por el Ejército que aplicó un artero golpe al descubrirlos. Perdieron varias vidas y el 70 por ciento del armamento.

Tras la realización de esta segunda conferencia, Marulanda Vélez y Jacobo Arenas se instalan en la zona de El Pato, en el departamento de Caquetá.

·         TERCERA CONFERENCIA -  ABRIL DE 1969

Se realizó entre el 14 y el 22 de abril de l969 en el río Guayabero. Una de sus principales determinaciones fue poner en marcha el  “IV Frente” en el área del Magdalena Medio, con influencia  en  el norte de Cundinamarca y con base en el Sindicato Agrario de Yacopi y sus organizaciones de autodefensas campesinas. Se  discutió la creación de “redes  secretas  de  contacto” en las ciudades para abastecer al grupo con implementos, equipos  y  municiones; y la necesidad de crear un organismo eficaz de contrainteligencia controlado y dirigido por el Estado Mayor Conjunto de la organización. En esta reunión también reafirmaron su táctica militar de guerra de guerrillas: emboscadas, asaltos,  golpes  de  mano  y  sabotaje, hasta tanto no tuvieran la fuerza suficiente para impulsar una guerra de movimiento o asedio.

·         CUARTA CONFERENCIA - 1971

Tuvo lugar en la región de El Pato, sur del Huila, entre el 20 y el 29 de abril de 1971. Al hacer un balance general de la evolución del movimiento insurgente se determinó realizar un reajuste del Estado Mayor y de todo el mando. Salen de este espacio nuevos planes militares como integrar un frente de guerra, el V, en Urabá, al noroccidente colombiano. También se debatió la posibilidad de unir su acción con las de otros grupos armados, y trazar la estrategia de un plan que comenzara a golpear el régimen imperante, que incluía dar golpes a la fuerza pública, a la infraestructura, sabotear el transporte y las comunicaciones. Dejaron de recibir golpes, pues el Ejército no sabía bien si seguían existiendo, qué hacían, ni dónde estaban.


·         QUINTA CONFERENCIA - 1974

Se realizó en el Meta, en 1974, y se propuso convertir la guerrilla en un ejército revolucionario. Estaban dadas las condiciones para crear un frente en Antioquia y otro que operara en los departamentos de Valle y Cauca. Además, se hace un balance a partir de condiciones nuevas. Era muy rica la experiencia acumulada lo cual instaba a continuar con la metodología aplicada hasta el momento, reforzando con un proyecto de elevación político que contribuiría a dar un salto de calidad al movimiento.

·         SEXTA CONFERENCIA – 1978

Se considera que esta conferencia fue una de las más pródigas y ricas para la organización insurgente. Se realizó entre el 18 y el 26 de enero de 1978. Cinco meses de arduos debates y análisis estudiaron los pasos a seguir. A partir de este cónclave surge la conformación de un ejército revolucionario y se concretan los proyectos de estatutos, reglamento de régimen disciplinario y las normas de comando que en adelante regirán la vida de las Farc. Igualmente, quedó constituido definitivamente el Secretariado de Estado Mayor Central, que venía funcionando desde enero de 1973.

·         SÉPTIMA CONFERENCIA – 1982

El movimiento se consolida como FARC-EP en su Séptima Conferencia que se lleva a cabo entre el 4 y el 14 de mayo de 1982 en la quebrada la Totuma,  Meta, en la región del Guayabero. Fueron delegados de 27 frentes guerrilleros y se calcula que tenían entonces unos 3.000 hombres. Es el momento del salto para las Farc. De ser una guerrilla casi clandestina, sin mayor impacto en el acontecer nacional, comenzó a mojar titulares de prensa. Se aprobó un ambicioso plan estratégico que bautizaron con el nombre de  Campaña Bolivariana por la Nueva Colombia, consistente en ampliar la fuerza a 28.000 hombres y mujeres armados y la creación de 48 nuevas cuadrillas militares. Esto implicaba reclutar personas que estuvieran entre los 15 y los 30 años de edad. En lo político se propusieron crear núcleos de sindicatos agrarios.

·         OCTAVA CONFERENCIA – 1993

Celebrada entre el 11 y el 18 de abril de 1993 en Guaviare, asistieron la mayoría de los jefes de frentes y de áreas urbanas que tenía la organización armada para entonces. Sus deliberaciones se dieron bajo la perspectiva de avanzar hacia una solución política posible al conflicto. En esta reunión se amplió el Estado Mayor Central a 25 miembros, y se decidió que éste sólo se reuniría en ocasiones muy especiales. Se determinó también la creación del bloque José María Córdova y el bloque Caribe con epicentro en los Montes de María.

·         NOVENA CONFERENCIA - 2007

Las Farc entraron de lleno en el siglo XXI y la realización de su Novena Conferencia en abril de 2007 se desarrolló por internet. Atrás habían quedado las reuniones de El Pato, el Rincón de los abuelos en el Sumapaz, y Casaverde, en La Uribe, que forman parte de la historia de esta organización guerrillera. Ante la imposibilidad de reunir al Estado Mayor por las operaciones militares en todo el país, el documento base de la conferencia fue analizado, discutido y aprobado a través de correos electrónicos. En él se contemplaba la continuación del desarrollo de los planes estratégicos, se profundizó la acción política clandestina y la resistencia a la presencia de tropas extranjeras en el conflicto interno en Colombia, al tiempo que se lanzó la consigna de lucha: ¡Por la Nueva Colombia, la Patria Grande y el Socialismo!

·         X CONFERENCIA - 2016

Esta conferencia a realizarse entre el 17 y el 23 de septiembre en los llanos del Yarí constituye el escenario de la presentación en sociedad de las Farc como nueva fuerza política legal, por lo cual decidieron invitar a representantes de medios tanto nacionales como internacionales. El evento empieza con el discurso de instalación del comandante Timoleón Jiménez y culminará el viernes 23, con la aprobación de los acuerdos de La Habana, la lectura de una declaración política  y un concierto al que están invitados artistas como Alerta Kamarada, Doctor Krápula, Totó la Momposina, Los Escamilla, Severa Matacera, Los Carrangueros de Ráquira, el Cholo Valderrama, Carlos Lugo, Sistema Sonoro Skartel, Los Reincidentes y Salsa Groove. Además a lo largo de la realización del encuentro se realizarán conferencias de prensa sobre determinados ejes temáticos: “Historia de las Farc-EP, 52 años de lucha por la paz; “Lucha por la tierra y la paz; “Lucha de las mujeres por la paz”; “Paz con el medio ambiente y los recursos naturales; “Paz es libertad: homenaje a Simón Trinidad”; y “Homenaje a los caídos”.


GOBIERNO Y FARC SE REÚNEN EN LA ANTESALA DE LA X CONFERENCIA

Dos días antes del inicio de la X Conferencia Guerrillera, el pasado 15 de septiembre, delegados del Gobierno nacional y de las Farc se reunieron en los llanos del Yarí y acordaron reducir de 22 a 20 las zonas de concentración de los insurgentes que se aprestan a desmovilizarse. Se mantuvo la decisión de sacar a Caloto, departamento del Cauca, por estar ubicada en medio de un resguardo indígena. Además se anunció que el 25 de septiembre, en Cartagena de Indias se volverán a reunir para finalizar la preparación logística de estas Zonas Veredales Transitorias de Normalización y del Mecanismo de Monitoreo y Verificación. El acto protocolar será presidido por el presidente Juan Manuel Santos y el comandante de las Farc, Timoleón Jiménez, el lunes 26.

También se dio a conocer que el 27 de septiembre la ONU iniciará el acompañamiento y verificación.



COLOMBIA

SIN CONFLICTO ARMADO, COLOMBIA DUPLICARÍA CADA 8.5 AÑOS SU ECONOMÍA INTERNA Y NO CADA 18.5 COMO OCURRE EN LA ACTUALIDAD


POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ

Medio siglo de confrontación armada ha retrasado en forma dramática el desarrollo social de Colombia. Son incontables las consecuencias que ha producido en la población: desplazados forzosos, pobreza, pérdidas humanas y sociales, negativo impacto medioambiental, destrucción del tejido social, además del cuantioso costo económico. En algo más de medio siglo, el país ha invertido aproximadamente 179 mil millones de dólares en el conflicto armado.
Cifras del Banco Mundial muestran a Colombia como el país de Latinoamérica de mayor gasto militar en proporción a su Producto Interno Bruto (PIB).

EL COSTO DE LA GUERRA

De acuerdo con reciente investigación realizada por el exviceministro de Minas y catedrático universitario, Diego Otero Prada, durante los últimos 52 años, el costo para financiar la guerra en Colombia se calcula en 179 mil millones de dólares, cantidad que lo ubica entre los 10 países del mundo que gasta en destrucción y muerte.

‘Gastos de guerra en Colombia’ como se denomina el trabajo investigativo de Otero Prada calcula lo invertido por parte del Estado entre 1964 (año en que irrumpen las Farc) a 2016. El exceso de gasto en el conflicto interno se mide tomando la inversión en seguridad y defensa promedio en Latinoamérica que oscila entre 1% y 1.5% del PIB. De esta manera se llega a cifras bastante elevadas entre 139.000 y 179.000 millones de dólares constantes de 2014, más de tres o cuatro veces lo que gastó Estados Unidos en el Plan Marshall para ayudar a reconstruir a la Europa devastada por la Segunda Guerra Mundial.

El gasto en defensa, seguridad y justicia dedicado al conflicto es uno de los más altos del PIB, situándose por encima de 3.0% después del decenio de los noventa. Estas impresionantes cifras en materia financiera sumadas a las que tienen relación con las muertes, desplazados, secuestrados, torturados, amenazados, los daños a la infraestructura y los delitos contra el patrimonio muestran que, definitivamente, el conflicto colombiano se tornó insostenible y tiene que terminar cuanto antes a través de una solución política.

Dicho estudio solamente calculó el dinero proveniente del Estado colombiano, sin contar el utilizado por otros actores del conflicto como la Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las bandas paramilitares.

En cuanto a los gastos en las Fuerzas Militares, la investigación muestra que la mayor inversión que tiene Colombia es el Ejército Nacional, el cual cuenta con 250 mil hombres en sus filas, ubicándose como el segundo más grande del continente, después de Brasil.

Durante la década de los 90, momento en que hubo un recrudecimiento del conflicto armado, se incrementaron los recursos destinados para la guerra.  Estos se elevaron nuevamente durante los gobiernos de Andrés Pastrana y Álvaro Uribe Vélez, y se han mantenido en desarrollo del mandato de Juan Manuel Santos.



COLOMBIA HA PERDIDO 4.4% DE SU PIB POR EFECTOS DEL CONFLICTO

Otro estudio elaborado por el Programa de la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac) muestra que el PIB se duplicaría cada 8,5 años sin conflicto y no cada 18,5 años, como ocurre actualmente en Colombia.
Por su parte, la investigación "Costos Económicos y Sociales del Conflicto en Colombia” de la Universidad de los Andes, obtuvo un escenario similar: el país ha tenido una pérdida en los últimos años del 4,4 por ciento de su PIB.

“Dado que la tasa de crecimiento anual de Colombia entre 2000 y 2009 ha estado alrededor de 3.8 por ciento, el conflicto armado le ha costado a Colombia más de 100 por ciento de su tasa de crecimiento anual promedio en este período”,  detalla el estudio.

CIFRAS ATERRADORAS

Retomando la investigación de Otero Prada, publicada el pasado mes de agosto por Uniciencia e Indepaz, se puede afirmar que sus conclusiones al tiempo que son aterradoras, son un indicador sobre la necesidad prioritaria que tiene Colombia de ponerle punto final a este conflicto interno de más de medio siglo.


Las cifras, según una síntesis realizada por Indepaz de este trabajo, muestran los rigores económicos del conflicto:

·         En seis décadas de conflicto armado interno el gasto estatal en guerra ha sido de $411 billones de pesos a precios de hoy.

·         Eso significa $26 billones de pesos promedio año y $72.000 millones de pesos por día en los últimos cinco años.

·         El aumento de gasto en guerra desde 2010 a 2016 ha sido de $51 billones de pesos a precios de hoy.
·         El costo total de la Jurisdicción de Paz acordada en La Habana, en los próximos 10 años equivale al gasto de un mes de guerra.

·         Todos los gastos de paz dedicados a excombatientes en los próximos 10 años  son inferiores a lo que se ha gastado en guerra cada seis meses.

·         El gobierno Santos elevó el gasto en guerra a la mayor cifra de la historia del conflicto de modo que sólo el aumento con respecto a la segunda administración Uribe equivale a US$14.000 millones (de 2014). Con esa cifra que equivale a $34 billones de pesos de 2016 se puede entregar vivienda a 400.000 familias campesinas.

·         Lo que se ha gastado por día en guerra la última década, con cargo al presupuesto público, es igual a lo que gastan diario 3.000.000 de familias pobres colombianas para comer.

Para descargar el libro ‘Costos de Guerra en Colombia. 1964-2016: 179.000 millones de dólares perdidos, de autoría de Diego Otero Prada, ingrese al siguiente enlace: http://bit.ly/2csXXzA



domingo, 4 de septiembre de 2016

COLOMBIA

“CHOCÓ REQUIERE DE UNA COMISIÓN INTERÉTNICA QUE SE ENCARGUE DE CONCRETAR ACUERDOS DE PAZ PARA ATENDER SUS NECESIDADES”



POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ

Las comunidades del Chocó que han vivido los rigores de la guerra ven con esperanza la concreción de los acuerdos de paz entre el Gobierno nacional y las Farc, pero al mismo tiempo tienen el temor de que otro actor armado se asiente en el territorio y reemplace a ese grupo insurgente que ahora se desmoviliza. En esta coyuntura histórica de Colombia infortunadamente “la paz corporativa” es la que quieren tanto el Gobierno como las transnacionales, pero es la auténtica “paz social” la que tiene que llegar en la etapa del posacuerdo. Así reflexiona Ariel Quinto Murillo, presidente de la Federación de Mineros del Chocó (Fedemichocó) frente a las expectativas que genera el pacto de paz definitivo suscrito en La Habana por el enfoque tanto étnico como territorial que contiene, el cual podría significar soluciones concretas al abandono proverbial de este departamento localizado en el noreste colombiano, en la región del Pacífico, que no obstante estar asentado en las selvas del Darién y atravesado por las cuencas de los ríos Atrato y San Juan, lo que significa todo un potencial hídrico y minero-energético, su historia no es más que una dolorosa crónica de saqueo, latrocinio, explotación, violencia y corrupción.

El Chocó, explica este dirigente gremial que se la ha jugado por la paz y las reivindicaciones sociales de su región, es un departamento donde se dan todas las contradicciones socioeconómicas, por eso es que fue invitado a participar en tres oportunidades de la mesa de negociaciones de La Habana. Su punto de vista ha sido importante para abocar la compleja problemática minera.

HAY QUE DESARROLLAR DERECHO DE COMUNIDADES A EXPLOTAR RECURSOS NATURALES

Para Quinto Murillo los acuerdos de paz en una región minera como la chocoana deben apuntar a que las comunidades ancestrales tengan el reconocimiento del Estado, “porque legalmente no existimos y en consecuencia no contamos con territorio para ejercer la minería”. Frente a esta desoladora declaración, la pregunta obvia es ¿por qué ese desconocimiento del Estado colombiano? Y la respuesta del dirigente gremial además de ser contundente es desilusionante: “Porque el Estado le hace el juego a las transnacionales para favorecer sus intereses, por eso declaró la ilegalidad de los mineros”.

Es más, dice, en concepto de la legislación colombiana, el 99% de los mineros no son formales. Si bien la minería es la actividad económica de siempre, las áreas donde se ejerce esta actividad son consideradas reservas forestales y por esa razón no se titulan. Sin embargo, su explotación de la que derivan su sustento miles de familias chocoanas, se sigue desarrollando como si fuera una actividad normal. Esta circunstancia ha servido para que los mineros sean objeto de extorsión.

“Los mineros estamos obligados a pagar para que nos dejen trabajar, tanto a los sectores ilegales como a la fuerza pública. Hasta el barequero (minero artesanal) tiene que pagar”, se lamenta Quinto Murillo.

De ahí, agrega, hay que aprovechar la oportunidad que se abre con los acuerdos de paz logrados en las negociaciones de La Habana para desarrollar el derecho de las comunidades a la explotación de los recursos naturales renovables y no renovables. Ello es lo que permitirá la consolidación de la convivencia en una zona tan compleja socialmente como el Chocó, aspiración de sus habitantes que tienen como principal actividad económica la minería que genera cinco mil empleos directos.

Fedemichocó, por su parte, agremia a 91 organizaciones de primer grado y es la federación con mayor capacidad de movilización social.

LA PAZ, OPORTUNIDAD PARA LAS REIVINDICACIONES SOCIALES

Tras la firma de los acuerdos de paz en La Habana, este dirigente social sostiene que su departamento tiene una excelente oportunidad para lograr las reivindicaciones sociales por las que tanto han luchado sus habitantes y que llevaron a protagonizar recientemente un paro cívico que duró varios días.

En efecto, explica, Chocó tiene que aprovechar el enfoque étnico y territorial de los acuerdos para lograr generar desarrollo y equidad social. Por ello, afirma, esta región del Pacífico colombiano, abandonada a su suerte por el poder central, requiere de “una comisión interétnica que se encargue de aterrizar los acuerdos en los territorios y de esta manera atender las necesidades de todos los municipios chocoanos”. Con este mecanismo, además, subraya Quinto Murillo, la gente se va a sentir partícipe en el diseño de su propio destino.

LOS TEMORES


 El acuerdo de paz “es una bendición porque va a mitigar tanta violencia” en una región como la chocoana tan afectada por los efectos del conflicto armado, afirma el presidente de Fedemichocó. Empero, a las comunidades aún les asalta el temor por la continuación del accionar de sectores paramilitares, narcotraficantes y del ELN. Por ejemplo, explica, en las zonas de los ríos San Juan y Baudó la situación de orden público es crítica por la disputa de los corredores para efectos del tráfico de estupefacientes y porque es paso obligado de los migrantes. Es paradójico, dice Quinto Murillo, pero las Farc generaban tranquilidad y ahora sigue la zozobra por saber cuál de los grupos ilegales tomará posesión de los territorios que deja esa organización insurgente que se desmoviliza.

Por eso es que la paz, puntualiza, tiene que servir para que el Estado colombiano haga presencia en todo el territorio pero no solo con fuerza pública sino llevando atención y soluciones concretas a los requerimientos sociales de las comunidades históricamente abandonadas, garantizándoles sus derechos básicos para una vida digna y con oportunidades.