miércoles, 20 de abril de 2011

COLOMBIA, PAÍS PARA EL SAQUEO TRANSNACIONAL


ENTREVISTA CON EL IMPULSOR DEL SEMINARIO INTERNACIONAL MARX VIVE, JAIRO ESTRADA ÁLVAREZ


GOBIERNO DE SANTOS SE ESFUERZA POR LAVAR LA FACHADA ENSANGRENTADA QUE HA ACUMULANDO COLOMBIA EN LAS ÚLTIMAS DÉCADAS


POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ


Colombia asiste a una nueva dinámica de la acumulación capitalista para lo cual se ha producido un alistamiento violento del territorio como en épocas pretéritas, con modalidades específicas de desposesión. El análisis es del politólogo y profesor universitario Jairo Estrada Álvarez, impulsor y coordinador del Seminario Internacional Marx Vive, que en el mes de octubre de 2010 realizó en Bogotá su séptima versión.


En su concepto, lo nuevo de esta nueva etapa de acumulación en este país ha sido la estructuración mafiosa del proyecto actual, así como su fuerte imbricación con el Estado y los negocios capitalistas legales.


“Si la geografía del capital que arrojó la Violencia de los años 50 del siglo XX fue aquella de la urbanización forzada, de la vía prusiana del desarrollo capitalista en el agro, del mayor despliegue de la industrialización, así como del sentamiento de las bases para el desarrollo del sector financiero y para una organización de la propiedad capitalista en la forma de grupos económicos, el más reciente ciclo de violencia –con su paz mafiosa– ha dispuesto el territorio nacional para un estrategia de acumulación capitalista basada en los hidrocarburos, la minería, los agronegocios (especialmente agrocombustibles), y las plataformas para la exportación, que da paso igualmente a una creciente transnacionalización y desnacionalización de la economía, en el contexto de un régimen de acumulación flexible y de financiarización del capital a escala planetaria. El cierre oficial del más reciente ciclo de violencia que parece representar el gobierno de Santos no significa el fin de la violencia capitalista. De la misma forma que durante el Frente Nacional, se asiste ahora a otra normalización de la anormalidad. Se trata en todo caso de la continuidad del régimen de excepcionalidad permanente, con otras formas, que ha caracterizado un buen trecho de nuestra historia en el siglo XX”.


Politólogo, profesor del Departamento de Ciencia Política de la Universidad Nacional de Colombia, director del Grupo Interdisciplinario de Estudios Políticos y Sociales, Theseus, coordinador académico del Seminario Internacional Marx, director del Instituto Latinoamericano para una Sociedad Alternativo (ILSA), capítulo Colombia, Vive, y director de la revista virtual www.espaciocritico.com, Estrada Álvarez dialogó con el Observatorio Sociopolítico Latinoamericano www.cronicon.net.


REPRIMERIZACIÓN DE LA ECONOMÍA COLOMBIANA VA A GENERAR UNA SERIE DE CONFLICTIVIDADES


- ¿Con el gobierno de Juan Manuel Santos se profundiza el modelo neoliberal en Colombia?


- Efectivamente se profundiza el modelo neoliberal en Colombia, sobre eso no debe quedar la menor duda, talvez lo nuevo es que el gobierno de Santos se esfuerza por lavar la fachada ensangrentada que ha venido acumulando este país durante las últimas décadas pero particularmente durante los dos gobiernos del presidente Álvaro Uribe.


- Hay un proceso de reprimerización de la economía colombiana. ¿Qué consecuencias tendrá ello en el ámbito social?


- La reprimerización de la economía que es el modelo que se viene consolidando en el país, fundamentalmente a partir de una fuerte inversión transnacional en hidrocarburos y minería constituye el soporte económico a futuro, y es al mismo tiempo la que está generando y va a generar el surgimiento de toda una suerte de conflictividades nuevas en Colombia que involucrarán a poblaciones completas, porque esto está asociado de manera clara a lo que es todo el proceso de redefinición y lucha por el territorio.


- ¿Esos recursos provenientes de la inversión extranjera que en muchos casos producen “enfermedad holandesa” en los países, terminan en la economía especulativa o hacia dónde se dirigen fundamentalmente?


- En buena medida habría que decir que los recursos que están llegando a Colombia en buena medida retornan a los inversionistas, por cuanto hoy son mayores las remesas por concepto de utilidades que lo que entra por inversión extranjera, de tal suerte que al final lo que se expresa en sentido estricto no es una capitalización para el desarrollo del país sino una descapitalización que favorece en forma creciente a las empresas transnacionales. Si hablamos de transnacionales debemos aludir también a inversores en los mercados financieros internacionales, porque los mercados de hidrocarburos y de materias primas están fuertemente financiarizados y sometidos a las lógicas bursátiles y a los mercados de futuros.


- ¿El modelo extractivista que es el que está ahora en boga en Colombia, en qué medida jalona el desarrollo social y la generación de empleo digno?


- Un modelo como este genera muy poco trabajo, ese cuento de que la inversión extranjera aumenta el empleo no es cierto, en la medida en que la inversión minera en un alto porcentaje está dirigida a obtener alta tecnología, eso por una parte. Y de otra, esta inversión minera está llegando en muchos casos asociada al desarrollo de formas contractuales basadas en la intermediación y en contratistas, las cuales se soportan en una notoria precarización del trabajador mediante las empresas tercerizadoras. Pero hay que decir, adicionalmente, que uno de los mayores impactos que está generando y va a generar la inversión en minería es la consecuencia predatoria de la naturaleza, el impacto ambiental, y aquí se están poniendo en serio peligro no solo nuestros recursos de biodiversidad sino también las fuentes de agua como lo indican algunos proyectos de explotación en el departamento del Tolima como la mina de la Colosa en Cajamarca, o muy cerca de la ciudad de Bucaramanga, en que se pone en riesgo la vida de comunidades completas.


- ¿De esta manera Colombia se convirtió en un satélite de los Estados Unidos y del capital financiero internacional?


- Sin duda yo creo que sí. Lo que este proceso está haciendo es reforzar una relación histórica de dependencia, sólo que hoy está alcanzando unos niveles realmente gigantescos. Hoy es mucho más acentuada la desnacionalización y transnacionalización de la economía; hoy es mucho más claro el sometimiento del territorio nacional a toda una lógica transnacional de acumulación y a todo un favorecimiento a las corporaciones multinacionales que incluso ven protegidos sus intereses con el surgimiento de todo un ordenamiento jurídico que uno bien pudiera definir o caracterizar como una legislación de los derechos del capital.


- ¿Para Colombia, no hay solución a la vista?


- Desde luego que hay solución, hay que pensar en las posibilidades nuevas, interesantes, que se están generando en términos de formas de resistencia social popular y de construcción de proyectos alternativos. Todo este modelo económico regionalizando está ocasionando el surgimiento de nuevas conflictividades que incluso son más transversales, que terminan involucrando a grupos poblacionales completos, y en ese sentido pueden ser constitutivos de nuevos sujetos sociales que se unen a los viejos existentes para justamente poder confrontar esta estrategia que se encuentra en curso. Y hay procesos sobre todo regionales en Colombia muy interesantes que se han venido manifestando en algunos casos silenciosamente, en otros de manera más evidente, que indican que al menos se está en un trabajo organizacional y de acumulación de fuerzas que en cierta medida resultan esperanzadores, dadas las difíciles condiciones de las que estamos hablando.


NUEVO SUJETO POLÍTICO


AFIRMA EL ANALISTA ECONÓMICO ARGENTINO JULIO GAMBINA


“SI HAY UN LUGAR EN EL MUNDO QUE ESTÁ MOSTRANDO QUE EL CAMBIO POLÍTICO E INCLUSO REVOLUCIONARIO ES POSIBLE, ESE ES AMÉRICA LATINA”


POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ


Si bien es necesario cambiar el modelo productivo para reactivar la economía, ello no se pude hacer de cualquier manera porque termina siendo funcional a los intereses de las clases dominantes. El tema es para quién se crece, porque lo fundamental es terminar con la insatisfacción de necesidades populares, sostiene el economista argentino, catedrático universitario e investigador social, Julio Gambina.


El desafío entonces, afirma es "confrontar, enfrentar y derrotar el capitalismo". En ese sentido, afirmó durante su participación en el VII Seminario Internacional Marx Vive, América latina en disputa, los pueblos del sur deben apostar por una independencia de la economía mundial, tomando la propuesta del presidente venezolano, Hugo Chávez, de disolver el Fondo Monetario Internacional (FMI).


"Hay que reorganizar el sistema mundial y esa propuesta tiene que salir del Sur, pero no sale de una reunión de intelectuales, sino que tiene que ver con la construcción de una fuerza política que defina nuestro rumbo. Ya es hora de independizarnos del orden económico mundial", señaló.


“Hoy más que nunca se requieren de modificaciones sustanciales que aseguren soberanía alimentaria y de recursos naturales que vienen siendo explotados en forma creciente por las transnacionales. Es imperiosa la búsqueda de un nuevo orden mundial, lo que supone voluntades políticas nacionales para avanzar en cambios en sus respectivos países, al tiempo que articulen estrategias compartidas para la sustitución del modelo productivo actual”.


En su opinión, Estados Unidos que sigue manteniendo su hegemonía “resuelve las crisis con militarización y terrorismo global y por eso las invasiones territoriales y las agresiones a todos los pueblos que luchan por la emancipación”.


Gambina es economista, catedrático de la Universidad Nacional del Rosario, Presidente de la Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas (FISYP) de Argentina, miembro del Comité Ejecutivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) y columnista de diversos medios de comunicación de su país y de América Latina. En su paso por Bogotá, concedió la siguiente entrevista al Observatorio Sociopolítico Latinoamericano www.cronicon.net.



UN SUJETO DIVERSO ESTÁ PROTAGONIZANDO EL CAMBIO EN AMÉRICA LATINA


- ¿En este momento en que América Latina vive una etapa de cambio y de resistencia social, considera usted que hay una reconfiguración del sujeto político?


- Sí, de hecho. Si uno compara las luchas del siglo XX con las que se han dado en las últimas dos décadas hay una configuración sociopolítica distinta. Cuando uno piensa en la revolución bolivariana y en el sujeto de la misma, éste lo constituyen los sectores más empobrecidos de Venezuela. Cuando uno observa el proceso boliviano encuentra la presencia del movimiento indígena, de los sindicatos campesinos, es decir, hay una diversidad de sujetos un tanto distinta a la concepción clásica que teníamos en el siglo XX de trabajadores, y expresamente uno lo ve en los procesos de Ecuador, Bolivia, Venezuela con mucha más claridad, porque el capitalismo contemporáneo generó una ofensiva contra el trabajo muy fuerte, ocasionando una flexibilidad laboral muy grande, mandando a mucha gente al desempleo. Muchos de esos trabajadores desempleados desarrollan su actividad haciendo “changas” como lo denominamos en Argentina, para señalar que no se trata de un trabajador tradicional que percibe un salario y organiza en su territorio donde vive, a la comunidad, por reivindicaciones que tienen que ver con la vivienda, con la educación, con la salud, con las condiciones con la vida y también lucha por el empleo y la generación de ingresos. Esas son las luchas que emergen en el último tiempo y que muestras que hay un sujeto distinto. ¿Por qué distinto? Porque el capitalismo ha cambiado y ha generado una subordinación de los trabajadores diferenciada, afectando y combatiendo los sindicatos. Por ejemplo, en la Argentina sólo el 13% de las empresas privadas aceptan delegados sindicales, con lo cual el nivel de sindicalización ha bajado mucho, si uno compara los años 50, 60 y 70 en los países latinoamericanos era muy importante las organizaciones de los trabajadores, por lo cual el sujeto sindicalizado era parte importante de la resistencia. Los sindicatos han sido destruidos por el poder dictatorial de los 70, por el poder neoliberal de los 80 y los 90 con lo cual hay una reconfiguración de los sujetos, porque lo que importa es el sujeto que lucha, y los sujetos que están protagonizando procesos de de transformación social en América Latina son un sujeto diverso, que entre otras cosas incorpora una visibilidad que antes no tenía el movimiento indígena.


- En este proceso de transformación social que se viene dando en Latinoamérica usted ha hablado de la necesidad de una institucionalidad popular. ¿A qué se refiere?


- La institucionalidad popular tiene que ver con que los trabajadores se animen a ocupar fábricas, por ejemplo. Es un proceso que se desarrolló mucho en la Argentina durante la crisis del 201 y se ha proyectado en América Latina. No es que antes no había empresas recuperadas, hay mucha historia sobre este experimento en el mundo, pero el ejemplo argentino cundió en Latinoamérica y se asumió por parte de trabajadores del Uruguay, y ahora en Venezuela, en 2010, hay una práctica de expropiaciones y de ocupaciones de fábricas por parte de los trabajadores con apoyo del propio gobierno, entonces eso supone pensar una nueva institucionalidad popular aún dentro del capitalismo. Pero ello también supone las nuevas experiencias de reformas constitucionales que ha habido en la región, concretamente los casos de Ecuador y Bolivia, aunque también la de Venezuela, pero principalmente las de los dos primeros países andinos mencionados que incluyen categorías tan importantes como la del Buen Vivir, lo cual supone discutir el patrón de consumo de la sociedad. En sociedades como la colombiana, la argentina y la brasileña, entre otras, lo que prima es el patrón consumista, el patrón del desarrollo individual, mientras que la estrategia del Buen Vivir, que hay que discutirla en las condiciones del siglo XXI, supone satisfacer necesidades del colectivo de la sociedad, y por lo tanto hay que pensar en soberanía alimentaria, soberanía energética para la producción y soberanía financiera para solventar todo esto.


- Al hablar de soberanía hay que necesariamente aludir al tema de la integración regional como un paso para lograrla, ¿no le parece?


- A todos estos temas que están sobre el tapete en América Latina como empresas recuperadas, economía popular, reformas constitucionales, hay que añadirle precisamente las nuevas experiencias de integración como es el caso del ALBA. Es un proceso que plantea una integración diferenciada que ya incluso inicia la perspectiva de una moneda común como el caso del Sucre, que si bien aún no es una experiencia consolidada, muestra que hay una creatividad popular en la región que está desarrollada en parte por los gobiernos y en parte por los movimientos sociales que se vienen constituyendo como un sujeto para la transformación.


- Su paisano, el politólogo Atilio Boron, ha señalado que este proceso de reformas y de transformaciones económicas y políticas que se viene dando en varios países latinoamericanos, si se consolida, puede dar paso a una revolución social. ¿Usted coincide con ese planteamiento?


- Si se profundiza un proceso de transformación productiva con toma de decisiones por parte de los trabajadores aún en países capitalistas, si avanzan los procesos de reformas constitucional con estas categorías que mencionaba, más otras que hacen a la participación democrática, a la democracia comunitaria, más allá de la democracia representativa que suponen las elecciones, sí, eso es un cambio. Es más, yo diría coincidiendo con Boron, que si hay un lugar en el mundo que está mostrando que el cambio político e incluso revolucionario es posible, ese es América Latina, lo que no quiere decir que vaya a suceder. No va a suceder porque la historia empuje solo hacia ese lado, eso va a acontecer si los pueblos se constituyen como sujetos conscientes para esa transformación que se sugiere en esta nueva institucionalidad popular.


- Una de las amenazas que usted ha señalado para el proceso de emancipación y de resistencia social en América Latina es el miedo. ¿Se consolida el miedo en nuestros países como un mecanismo de dominación?


- Así es. Hay muchos mecanismos de dominación que imponen miedo en la población. La población tiene miedo al desempleo, se genera miedo a la inseguridad física y patrimonial. Son todos miedos gestados deliberadamente y el miedo es paralizante, por lo tanto una de las grandes tareas es desarrollar una cultura del cambio político para enfrentar todos esos temores. Se trata de restaurar una cultura de la solidaridad, de la cooperación, de la lucha compartida para el Buen Vivir, desarrollando mecanismos y formas asociativas y populares que históricamente han estado en la conformación del ser humano, pero que se trata de traerlas a la realidad de este comienzo del siglo XXI.


MORFOLOGÍA DEL TRABAJO


EN OPINIÓN DEL CIENTÍFICO SOCIAL BRASILEÑO RICARDO ANTUNES


“ES PRIORITARIO RESCATAR EL SENTIDO SOCIAL DE LA PRODUCCIÓN Y REPRODUCCIÓN DE LA VIDA HUMANA


POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ


En medio de la crisis estructural y sistémica del capitalismo se está dando una corrosión del trabajo con profundas repercusiones a escala global, afirma el científico social brasileño Ricardo Antunes, quien participó como conferencista en el VII Seminario Internacional Marx Vive, América Latina en disputa.


Debido al modelo neoliberal implantado en América Latina en la década de los años 90, Antunes explica que las conquistas obreras en materia de derechos sociales fueron sustituidas por diversas formas o modalidades de trabajo que ahora toman el nombre de “emprendedores”, “cooperativismo”, “trabajo voluntario”, “trabajo atípico”, formas que oscilan entre la superexplotación y la autoexploración del trabajador, siempre caminando en dirección a una precarización estructural de las fuerza de trabajo a escala global. Esto, sin hablar de la explosión del desempleo que alcanza enormes contingentes de personas.


La crisis sistémica del capitalismo y el empeño del gran capital por mantener sus ganancias ha hecho que “los empresarios presionen, en todas partes del mundo, para aumentar la flexibilidad en la legislación laboral, con la falacia de que así preservan los empleos”. En Estados Unidos, Inglaterra, España, Argentina y Colombia, para citar solo algunos ejemplos, “esa flexibilización fue intensa y el desempleo sólo ha venido aumentando”.


“La construcción de un modo de vida dotado de sentido replantea en este inicio del siglo XXI, la imperiosa necesidad de construcción de un nuevo sistema de metabolismo social, un nuevo modo de producción basado en actividad autodeterminada, en la acción de los individuos libremente asociados y en valores más allá del capital”, señala.


La morfología del trabajo ha cambiado en América Latina. La flexibilización laboral en el mercado de trabajo formal elimina las regulaciones jurídicas y contractuales sobre la relación trabajo-salario hacia un “resultado” individual por productividad.


Salario, tiempo de trabajo y demás condiciones laborales son precarizadas con la excusa ventajosa del desempleo; se elimina la negociación colectiva hacia una subordinada negociación individual de trabajador con el empresario; se terceriza la relación laboral a otras empresas, y el trabajador es obligado a constituirse como una empresa individual que vende sus servicios a la empresa capitalista.

El reto, entonces, está en “imaginar y pensar en otra forma de sociabilidad auténticamente socialista, capaz de rescatar el sentido social de la producción y reproducción de la vida humana”, afirma.


LA NUEVA MORFOLOGÍA DEL TRABAJO


Antunes en su investigación sobre la morfología del trabajo plantea cinco tesis contundentes: 1) nada permite concluir que el trabajo haya perdido centralidad; 2) tampoco puede comprobarse la extinción del trabajo social como creador de valores de uso; 3) aún reco­nociendo que el mundo del trabajo se haya vuelto más hete­rogéneo, complejo y fragmentado, la emancipación humana tiene al mundo del trabajo como su principal protagonista; 4) las nuevas características que está asumiendo el mundo del trabajo no apuntan a la extinción de la clase que vive del tra­bajo, ni hacen imposible su acción conjunta, y 5) frente a los que pregonan que los nuevos métodos de organización de la producción elimina el extrañamiento, la alineación, Antunes sostiene que éstas persisten y crecen.


Maestro en Ciencias Sociales de la Universidad Estatal de Campinas y doctor de la Universidad de São Paulo en la misma área. Hizo posdoctorado en University of Sussex y obtuvo el título de Livre docente1 de la Universidad Estatal de Campinas, donde es actualmente profesor. Es autor de “¿Adiós al trabajo? Ensayo sobre las metamorfosis y la centralidad en el mundo del trabajo” (São Paulo: Cortez, 2010), “Infoproletarios: degradación real del trabajo virtual” (São Paulo: Boitempo Editorial, 2009), entre otros títulos.


El Observatorio Sociopolítico Latinoamericano www.cronicon.net lo entrevistó a su paso por Bogotá.


- El mundo, ha dicho usted, está viviendo una nueva morfología del trabajo y de la realidad laboral. ¿Por qué?


- Porque hace veinte años en las ciencias sociales se tornó dominante y casi omnipresente una tesis equívoca y eurocéntrica que decía que el trabajo estaba desapareciendo, que la clase trabajadora desaparecería, que la técnica crearía un mundo nuevo, la cual tuve mucha fuerza en América Latina. Yo vengo señalando desde entonces que no es verdad dicha tesis porque tenemos que comprender que desde los años 70 el mundo del capital viene cambiando mucho las formas de producción de riquezas materiales e inmateriales, objetivas, concretas o simbólicas, y hay como yo lo he denominado una nueva morfología del trabajo. No es el fin del trabajo, en cierto sentido hay una ampliación del trabajo en call-center, en los telemarketing, en los hipermercados, en muchas otras áreas que en el pasado no existían. Hay que entender, entonces, cuáles son las formas de trabajo hoy en día, qué es la clase trabajadora y que hay una creciente tendencia en las últimas tres décadas a la precarización de la actividad laboral, a su informalización y hay un creciente desempleo estructural. Este es el escenario del mundo trabajo hoy y los retos de los sindicatos, los partidos de izquierda y los sectores sociales para cambiar esa realidad.


- ¿Frente a esa morfología del trabajo se requiere también una morfología de la lucha social?


- Sí, porque por ejemplo, es posible constatar en muchos países que una antigua fábrica con miles de trabajadores se cambió por una empresa horizontal con muchas pequeñas unidades productivas y con muy pocos operarios cada una, o se implementó el sistema de la tercerización, lo cual significa que la labor sindical no solo se dificulta sino tiende a reducirse notablemente.


- ¿En Brasil existe la tendencia de prohibir la tercerización como lo hizo Ecuador constitucionalmente?


- Lamentablemente estamos muy lejos de una política social y laboral que prohíba la tercerización, no obstante las luchas contundentes de buena parte de las organizaciones sindicales.


- ¿Y cómo se puede explicar ello cuando precisamente quien gobierna su país es el Partido de los Trabajadores?


- Cuando Luiz Inácio Lula da Silva llegó al gobierno preservó los fundamentos del modelo neoliberal. Su gobierno fue sólo un barniz socialdemócrata o mejor, social-liberal, porque la política económica fue la misma que la impulsada por Fernando Henrique Cardozo. Su gestión se caracterizó por favorecer a las dos puntas: los sectores dominantes que lograron enriquecerse aún más; y las capas populares más excluidas de la sociedad que se beneficiaron con la denominada Bolsa familia que es puro asistencialismo porque no tiene nada de estructural. Sin embargo eso ha permitido llegar a doce millones de familias pobres, aproximadamente unas 50 millones de personas. El mito de Lula se puede explicar por la capacidad de verbalizar con la masa, con la que se compenetra con mucha facilidad y por eso terminó con el 87% de popularidad.


- ¿Qué posibilidades ve de avanzar en un modelo no contaminado de fórmulas neoliberales en su país?


- Estamos lejos de superar el neoliberalismo en Brasil. Creo que en países como Venezuela y Bolivia se puede hablar de una etapa en que se está superando el neoliberalismo porque Hugo Chávez y Evo Morales son presidentes a quienes no se puede catalogar de social-liberales. En cambio los gobiernos de Lula y Dilma Rousseff son de ese tinte, es decir, una mezcla de esencia neoliberal y un barniz socialdemocrático.


EL SOCIALISMO EN CUBA


EXPLICA EL FILÓSOFO PABLO GUADARRAMA


EN CUBA HAY UN PROCESO DEMOCRÁTICO CON UNA FORMA DIFERENTE DE ELECCIÓN Y PARTICIPACIÓN



POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ


La manipulación de la prensa anticubana y de los latifundios mediáticos internacionales que adversan a la Revolución en la isla han generado una matriz de opinión según la cual lo que reina ahí es una “dictadura” por lo que no hay derecho al sufragio popular ni a participación ciudadana en proceso político añguno, además porque ahí impera solamente el Partido Comunista que es el que impone todos los cargos de responsabilidad política.


Pablo Guadarrama González, filósofo, profesor de la Universidad de Las Villas, en Santa Clara Cuba, quien participó como conferencista en el VII Seminario Internacional Marx Vive, América Latina en disputa y dialogó con el Observatorio Sociopolítico Latinoamericano www.cronicon.net, desmintió en forma tajante ese infundio.


Si bien en Cuba hay un solo partido, el comunista, éste no cumple una función electoral sino que su rol es de ser un motor de pensamiento ideológico. No propone candidatos ni desarrolla campañas electorales.


El de Cuba, “es un proceso democrático con una forma diferente de elección”, explica Guadarrama. “Como no hay presentación de candidatos por partido, los mismos que aspiran a diputados o a las Asambleas municipales, provinciales y nacional se seleccionan directamente de la población. No se hace esa selección por militancia política en un partido sino por ser la persona que tiene las condiciones más adecuadas para representar a esa circunscripción”.


En efecto, según la circunscripción cubana, ningún partido tiene derecho a postular candidatos, lo hacen directamente los propios electores en asambleas públicas. El Partido Comunista no es una organización electoral, y en consecuencia, ni se presenta a las elecciones ni puede proponer candidatos.


No obstante, la propaganda anticubana hace creer que los integrantes de la Asamblea Nacional y las asambleas municipales, provinciales pertenecen en su totalidad al Partido Comunista. Más de la mitad de los electos no son militantes del Partido Comunista cubano.


En Cuba cualquier persona puede proponerse a sí misma o proponer candidatos, esto se hace en reuniones de electores en cada barrio o circunscripción electoral. De ahí que no es exagerada la afirmación del presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Ricardo Alarcón de Quesada al señalar que, electoralmente, en Cuba hay tantos partidos políticos como ciudadanos.


Los miembros de las Fuerzas Armadas de la Revolución y de los demás institutos armados del país tienen derecho a votar, a elegir y a ser elegidos.


El voto es libre, igual y secreto. Es un derecho constitucional y un deber cívico que se ejerce de manera voluntaria.


El periodo de los diputados a la Asamblea Nacional y de los delegados a las Asambleas Provinciales es de cinco años. El periodo de los delegados a las asambleas municipales es de dos años y medio.


Los candidatos no pueden realizar ninguna actividad a favor de su aspiración, pues esta función es exclusiva de las comisiones electorales.


La campaña electoral posee un profundo contenido ético, cívico y educativo, sin preferencia de ningún tipo, durante su desarrollo se informa sobre la capacidad, los méritos y los valores éticos y morales de los ciudadanos de los candidatos.


PROTECCIÓN A LOS TRABAJADORES


Sobre otra mentira propalada por la propaganda anticubana en el sentido de que por culpa del ajuste económico que realiza en la actualidad el gobierno de Raúl Castro, alrededor de 500 mil trabajadores terminarán en la calle, Guadarrama sostiene en forma enfática que eso es también “totalmente falso”.


“En Cuba –dice- se van a implementar una serie de medidas para ir racionalizando la economía, pero en todo momento va a haber una protección a los trabajadores, a nadie se va a dejar en la calle, se van hacer ofertas para que tengan posibilidades laborales y se les garantiza un seguro de desempleo”.


Afirma que e él no le gusta hablar del modelo económico cubano. “Yo no pienso en modelos, creo que cada país edifica sus formas específicas de construcción socialista, en el caso de Cuba con una agresión norteamericana muy dura y con características que no pueden servir de modelo para nadie. Lo que estamos es reconstruyendo nuestra opción por el socialismo”.


Sobre el bloqueo criminal que ejerce Washington sobre Cuba sostiene: “El bloqueo de Estados Unidos nos afecta directamente en que no podemos acceder a medicinas, a tecnologías, a que buques que comercian con Cuba no puedan ingresar después a puertos norteamericanos, nos bloquean las cuentas bancarias, los accesos al comercio internacional, prácticamente a todo. 187 países del mundo se han opuesto a este bloqueo en la Asamblea General de la ONU”.


No obstante la agresión norteamericana, “la revolución cubana se solidifica en el siglo XXI y no da marcha atrás, es un ejemplo de lucha y dignidad”, sotiene,


CULTURA LATINOAMERICANA


También se refirió a la identidad cultural de América Latina y estas fueron sus reflexiones:


“La autenticidad de la cultura latinoamericana no es un anhelo, es un hecho, fácilmente comprobable desde distintas perspectivas investigativas. Pero tal condición no la inmuniza contra los peligros que una forzada manipulación ideológica tras las inevitables fórmulas de desigual intercambio cultural que se opera de manera creciente entre los distintos países y regiones del orbe.


En un mundo en que se derrumban muros y se levantan otros; en el que todo se observa y se comunica a través de omnipotentes satélites y no siempre con las mejores intenciones ; en el que seres humanos son desechados del mercado de trabajo por invasiones de robots, en tanto otros ven peligrar su propia identidad por las amenazas de la clonización cultural , –que no se limita a la condición biológica sino que trata de invadir el pensamiento y la espiritualidad–, en que algunos postulan tener las patentes exclusivas de verdadera cultura, educación, democracia, libertad, etc. así como las fórmulas superiores de la convivencia , la reflexión sobre el humanismo y la autenticidad cultural en Nuestra América parece hacerse más necesaria que nunca antes”.

COLOMBIA O LA PROFUNDIZACIÓN NEOLIBERAL


AFIRMA EL CONCEJAL DE BOGOTÁ POR EL PDA, JAIME CAYECEDO TURRIAGO


EN COLOMBIA ESTÁN IRRUMPIENDO NUEVAS SUBJETIVIDADES A PARTIR DE LA APARICIÓN DE NUEVAS EXPRESIONES SOCIALES


POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ



Para el concejal de Bogotá por el Polo Democrático Alternativo, Jaime Caycedo Turriago, la lucha de clases en Colombia está atravesada por fenómenos de polarización extrema, las posturas de la ultraderecha y su enorme peso en el poder para pretender aislar a los sectores que muestran opciones de desarrollo como fuerzas alternativas.


Esta estrategia se ha traducido en la política, la propaganda y la publicidad en torno a la defensa de una postura del régimen político, de concebir la guerra civil, la guerra entre colombianos, como un objetivo en donde no cabe nada distinto a la derrota del adversario.


Es decir, explica Caycedo Turriago, en el establecimiento colombiano “no cabe la idea de la democracia entendida como juego de opciones, de normas y de reglas; no cabe en la visión del régimen un visión de acuerdo, de negociación para abrir un espacio democrático mínimo. La oligarquía colombiana se cierra a eso y la posición de la ultraderecha ha ido cerrando todas las vías que podrían dar acceso a un proceso de ir readaptando, de ir abriendo, de ir desarrollando una especie de revolución pasiva del tipo que desarrolló modernamente Gramsci; algo parecido a lo que ocurrió entre 1930 y 1946, una modernización democrática y un alivio de las tensiones sociales más gruesas de la vida social”.


UN PAÍS CONSERVATIZADO


En consecuencia, “hay una generación que se ha ido modelando en un ambiente de condiciones de extrema restricción en las posibilidades de pensar, de establecer vínculos con luchas democráticas anteriores, ó posibilidades de un país que se insertara mucho más en el destino común con América Latina. Por consiguiente, la conclusión final es que el país se ha conservatizado, como lo han llamado algunos”.


Ello ha conllevado, agrega, a haya una influencia tremenda de una mentalidad de mucho temor, de miedo al cambio. “Más que una conservatización, lo que uno observa es que ese temor se ha ido generalizando como una especie de un gran chantaje, en el que cualquier cambio en la vida nacional, cualquier apertura, cualquier signo de tolerancia, no es que nos vaya a conducir a un abismo, sino que esa apertura, ese cambio, no se puede tolerar”.


EL SOCIALISMO ES UN OBJETIVO POSIBLE


Caycedo Turriago participó en el VII Seminario Internacional Marx Vive, América Latina en disputa y dialogó con el Observatorio Sociopolítico Latinoamericano www.cronicon.net.


Desde 1996 es el secretario general del Partido Comunista de Colombia, tendencia política que hace parte del Polo Democrático Alternativo, la única expresión de la unidad de la izquierda en este país. Es antropólogo con Ph.D. en Filosofía, profesor universitario, investigador y analista político de amplia trayectoria.


- Usted hablando de utopías, como lo refiere Eduardo Galeano en uno de sus textos, ha señalado la necesidad de soñar una Colombia justa, equitativa, democrática y progresista. ¿Es posible lograr esa utopía cuando se está consolidando el modelo neoliberal y represivo con el gobierno de Juan Manuel Santos?


- Sí, porque el modelo neoliberal no es sino una forma o modalidad del capitalismo en crisis con contradicciones garrafales, profundas e insondables en muchos casos. En contraste, el socialismo cuando se analiza con mirada estratégica no es una utopía, pasa de ser una utopía o un sueño a convertirse en un objetivo que es posible construir en un proceso de luchas complejas como las que están ocurriendo en América Latina y en Colombia en particular, pero que tienen un fin posible.


- Hablando de luchas, una de sus observaciones es que en Colombia se viene dando una nueva manifestación de protesta social en el sentido de que la misma ya no se da sólo a partir de las organizaciones sindicales. ¿Hay una irrupción de un nuevo sujeto político en ese sentido en el país?


- Yo creo que están en proceso de formarse como se suele decir, nuevas subjetividades a partir de la aparición de expresiones de la fuerza social, especialmente del proletariado a nivel de las grandes regiones del país, en el marco de los megaproyectos, de la superexplotación rural y minero-energética, y de la explotación también de la gran propiedad terrateniente que afecta en grado superlativo toda la estructura colombiana. Esas nuevas subjetividades se están desarrollando, sobre ellas influye el sujeto consciente, la tradición revolucionaria y democrática de las luchas populares dadas por las organizaciones sociales, incluido el sindicalismo, aun cuando no fluyan estas nuevas fuentes de resistencia social y lucha de clases por los medios o los mecanismos de las organizaciones tradicionales. Precisamente este fenómeno es un objeto de reflexión muy importante para la izquierda colombiana que representa el Polo Democrático Alternativo y para todas las fuerzas que estamos empeñadas en un gran cambio democrático con miras al socialismo en Colombia.


- Una de las autocríticas suyas al Polo Democrático Alternativo es que siendo el problema agrario una de las causas fundamentales del conflicto armado colombiano, este partido de izquierda no tiene una propuesta profunda y concreta al respecto. ¿A qué atribuye esta falencia?


- Bueno esa es una situación transitoria. No todo proceso que está en construcción como es el Polo, tiene todos los elementos de la culminación del punto de llegada hacia donde se quiere ir. Yo creo que esto es indudablemente una de las deficiencias que tenemos en el Polo sobre la cual habrá que reflexionar. Pero es una falencia que tiene alcance nacional porque corta la conexión de este proceso de unidad de la izquierda con esos nuevos contingentes que están naciendo y con una parte fundamental de ellos que es el movimiento agrario, el movimiento rural, y todo lo que esto influye sobre el corazón de una guerra civil interna que no ha sido resuelta en Colombia, y que indudablemente está cruzada por el tema de la propiedad agraria y la necesidad de una gran reforma sobre el particular en vista a la soberanía alimentaria, pero también a otras formas del desarrollo social y económico.


- Usted ha calificado al Polo Democrático Alternativo como una unidad de unidades porque en esta colectividad confluyen diversas tendencias y grupos políticos, así como variados movimientos sociales que mantienen sus estructuras internas. ¿Talvez la naturaleza de su composición ha dificultado la consolidación de un verdadero partido orgánico de izquierda?


- Yo no creo que ello sea un obstáculo. El Polo congrega diversidades, algunos le llaman tendencias, yo pienso que la idea de tendencia simplifica demasiado una cosa que es mucho más compleja y que tiene que ver con la composición y la base social de un proceso de unidad que tiene que apoyarse mucho en la fuerza popular y en la presencia plebeya si se quiere del proletariado, del campesinado, de las nuevas capas medias que están fluyendo en el país. Por eso me parece que el Polo es el núcleo de un proceso unitario que puede ser mucho más grande. Es decir, el verdadero sujeto de un gran proceso de transformaciones profundas y revolucionarias en la vida colombiana tiene que abarcar mucho más pueblo y mucha más capacidad de congregar fuerza, y en eso el programa del Polo, el programa agrario pero también el programa de desarrollo económico, el tema de la mujer, de la juventud, etnosocial, el de la diversidad sexual, de la ecología y defensa del medio ambiente son aspectos que tendrán que ser profundizados y desarrollados para que el Polo realmente congregue la diversidad que es el país.


EL IMPERIO


SOSTIENE STANLEY MALINOWITZ, PROFESOR NORTEAMERICANO DE ECONOMÍA


ESTADOS UNIDOS REQUIERE HACER CAMBIOS MÁS RADICALES DE LO QUE FUERON LAS POLÍTICAS KEYNESIANAS


POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ


El neoliberalismo ha sido un proyecto de restauración y consolidación del poder de la clase capitalista, liderada por las finanzas, y la clase dominante que en Estados Unidos está ejerciendo su enorme presión para preservar su poder y sus intereses. El gobierno de Obama no ha generado medidas audaces para superar la crisis, porque el obstáculo principal a este tipo de restructuración no es técnico sino político. Este análisis es del profesor norteamericano de economía Stanley Malinowitz, radicado en Colombia.


Al darle una mirada a la situación económica de su país, Malinowitz explica que “los sobrevivientes entre los grandes bancos han podido, con la ayuda del gobierno, comprar otras instituciones o sus activos a precios muy bajos, e incluso han podido comprar muchos bancos pequeños que no hacían malos préstamos y no estaban en problemas. A su enorme poder económico se agrega un gran poder político, no solamente por la participación directa de sus miembros en el gobierno sino por sus tremendas donaciones a los candidatos de ambos partidos principales. Sin estas donaciones es virtualmente imposible llegar a las cimas de la política; se llamaría corrupción si no fuera completamente legal, aceptada y arraigada en el sistema político. Con tal poder, pueden por ahora seguir exigiendo que los hogares deudores continúen pagando sus deudas mientras se rescate a los grandes acreedores, y que sean los trabajadores y la clase media que aprietan los cinturones y pagan la mayor parte de los costos de la crisis con mayor desempleo, menor remuneración y aún mayor “flexibilidad laboral”.


REVERTIR LA DISTRIBUCIÓN


Lo que requiere Estados Unidos, dice, es “revertir la redistribución hacia arriba de las últimas tres décadas y redistribuir hacia abajo. El gobierno podría seguir políticas de altos salarios e inversión y empleo públicos en una escala masiva. Lo más fundamental para que esto funcione es dejar de rescatar a los bancos y eliminar las deudas absurdas e impagables, para preservar las viviendas y permitir que la población pueda gastar sus ingresos reales. El sector financiero debe absorber la deflación de los activos, el estado debe dejar que las empresas financieras se quiebran cuando son insolventes (consistente con las leyes del mercado que celebran tanto en el discurso neoliberal, si no en la práctica) y las políticas deben poner las finanzas al servicio de la producción de riqueza real, algo que solamente hace cuando son fuertemente reguladas.Mejor aún sería nacionalizar los bancos para eliminar a los rentistas y canalizar el financiamiento según criterios sociales, pero eso por ahora es políticamente impensable en un país donde la nacionalización es asociada erróneamente con el socialismo, y el socialismo con el diablo. Ha habido algunas nacionalizaciones, principalmente de forma parcial y de propiedad en los bancos mientras el poder sobre las decisiones se queda en manos privadas, y cuando se habla de más nacionalizaciones siempre se asegura que serían temporales, para sanear las instituciones y después devolverlas al sector privado. Pero nacionalización en el sentido más profundo, como algo permanente y contraria a la lógica de las finanzas privadas, sigue siendo impensable por ahora”.


SE ESTÁN RECREANDO LAS BURBUJAS ESPECULATIVAS


Malinowitz es profesor de economía en la Universidad Nacional de Colombia, Ph.D. y con Maestrías en Economía de la Universidad de Massachusetts y en Psicología Educacional de la Universidad de Arizona. Participó en el VII Seminario Internacional Marx Vive, América Latina en disputa y dialogó sobre la realidad económica norteamericana con el Observatorio Sociopolítico Latinoamericano www.cronicxon.net.


- ¿La economía norteamericana está yendo en picada?


- La economía de Estados Unidos está en muy mal estado y ha habido una leve recuperación basada en un enorme estímulo fiscal y una enorme emisión monetaria que no es sostenible. Se están recreando las condiciones de la crisis y cuando digo que la economía va mal no quiere decir que no se vaya a recuperar. Por ahora no se están adoptando medidas para una recuperación real, se están recreando las burbujas especulativas, las redes de crédito. No sabemos hasta dónde un cambio de modelo puede funcionar, un nuevo modelo como se implementó en la posguerra, pero las de ahora son condiciones muy diferentes a la de aquella época.


- Pero Obama no es Roosevelt…


- Sí, Obama no es Roosevelt, pero Roosevelt no era Roosevelt hasta que llegó el momento histórico, porque fue muy ortodoxo en un principio. Sin embargo cuando los tiempos lo exigen se pueden dar modelos como el New Deal que se dio luego de varios intentos de resolver la crisis a través de medidas ortodoxas, aunque Roosevelt lo ensayó de manera temporal y luego cuando comenzó la recuperación se retractó.


- Bueno, pero Roosevelt tenía un Keynes y Obama no cuenta con un asesor como el economista británico…


- Yo no veo el Keynes de hoy, es decir, un miembro de las clases dominantes y de las altas élites que pueda regañar a los suyos. La idea de Keynes fue preservar privilegios de clase pero moderando la lógica del capitalismo. No hay que olvidar que Keynes en su libro defendió la desigualdad. Lo que se requiere ahora es hacer cambios radicales dentro del sistema capitalista, más radicales que lo que fueron las denominadas políticas keynesianas, pero no veo esto ahora. Me imagino que dentro de algunos años cuando se recrudezca la crisis va a llegar el momento de un cambio estructural, o puede venir un autoritarismo o un fascismo.


- ¿Un autoritarismo o un fascismo que se empieza a ver en Estados Unidos con la mayoría en la Cámara lograda en las últimas elecciones para Congreso?


- Sí, las elecciones al Congreso no ofrecieron una alternativa porque Obama es un continuismo de las políticas de Bush, las diferencias son muy mínimas, y lo que ha hecho hasta ahora es muy poco.


- ¿Usted coincide con el sociólogo neoyorkino Immanuel Wallestein en el sentido de que la hegemonía estadounidense está en declive?


- Está en declive en algunos sentidos porque el concepto de hegemonía equivale a dominación y en este sentido Estados Unidos aún domina mucho por la supremacía militar que es abrumadora, y ahí radica la dificultad para hacer una transición. Un país como China preferiría no tener al dólar como la moneda principal pero creo que tiene miedo de una transición del dólar. A nadie le conviene un colapso del dólar. Volviendo al tema de la hegemonía, creo que en lo económico el dominio estadounidense es menos que antes, tiene preponderancia pero ya no es líder.


- ¿Y frente a América Latina en donde Estados Unidos ha ido perdiendo influencia frente a la incursión de China y Europa también ve un declive?


- Un declive relativo, no se puede exagerar porque no se ha retirado de la región, mucho menos en Colombia donde ejerce una gran presencia. Estados Unidos tiene una gran influencia militar, política y económica, aunque ciertamente no tiene el dominio unilateral que antes. Incluso Brasil busca una mayor aproximación con China, pero este país asiático depende mucho de los mercados estadounidenses.


- La crisis del año 29 terminó con la Segunda Guerra Mundial y los Estados Unidos resuelve este tipo de situaciones con militarización y terrorismo global, dado su poderío bélico. ¿Como no se ve una solución a la crisis económica norteamericana, usted contempla esa probabilidad?


- No quiero creer eso… No veo que en este momento los conflictos bélicos puedan arreglar la economía de Estados Unidos, al contrario son una carga, porque en este momento está enfrentando dos guerras (Irak y Afganistán) que no van bien, y no creo que esté en capacidad de entrar en más confrontaciones sin salir de aquellas. La guerra en las actuales condiciones de Estados Unidos no es un estímulo para la economía.


- ¿Los gobiernos progresistas en América Latina encabezados por los de Brasil y Venezuela constituyen una piedra en el zapato para la hegemonía de Washington en la región?


- Podrían ser si se extiende el modelo. Venezuela es una piedra en el zapato hasta cierto punto, aunque le sigue vendiendo petróleo a Estados Unidos y en consecuencia se mantiene una relación comercial importante para ambos. Lo que sí es claro es que el gobierno de Hugo Chávez es un proyecto antiimperialista que si se extiende a la región puede llegar a ser de impacto importante para Estados Unidos.


- Noam Chomsky ha señalado que Estados Unidos no es un Estado democrático como se lo pinta dado que no tienen ninguna opción de poder los sectores populares y progresistas ante esa maquinaria política dominante y aplastante que son los dos partidos tradicionales: el republicano y el demócrata, que además son los representantes de las grandes transnacionales y el gran capital especulativo. ¿Usted coincide con esa apreciación?


- Primero tendríamos que tener una larga discusión sobre lo que quiere decir democracia, porque se define de muchas formas. Podría decir que desde el punto de vista liberal lo es, en términos de protagonismo y de participación de los sectores populares no lo es. Las grandes decisiones políticas, económicas, de relaciones internacionales, son adoptadas entre dos partidos, a veces hay diferencias reales y en la mayoría de los casos la divergencia es simplemente de detalles, pero el sistema político norteamericano no ofrece un cambio profundo, no es una democracia en ese sentido, y claro que estoy de acuerdo en ello con Chomsky.