miércoles, 20 de abril de 2011

MORFOLOGÍA DEL TRABAJO


EN OPINIÓN DEL CIENTÍFICO SOCIAL BRASILEÑO RICARDO ANTUNES


“ES PRIORITARIO RESCATAR EL SENTIDO SOCIAL DE LA PRODUCCIÓN Y REPRODUCCIÓN DE LA VIDA HUMANA


POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ


En medio de la crisis estructural y sistémica del capitalismo se está dando una corrosión del trabajo con profundas repercusiones a escala global, afirma el científico social brasileño Ricardo Antunes, quien participó como conferencista en el VII Seminario Internacional Marx Vive, América Latina en disputa.


Debido al modelo neoliberal implantado en América Latina en la década de los años 90, Antunes explica que las conquistas obreras en materia de derechos sociales fueron sustituidas por diversas formas o modalidades de trabajo que ahora toman el nombre de “emprendedores”, “cooperativismo”, “trabajo voluntario”, “trabajo atípico”, formas que oscilan entre la superexplotación y la autoexploración del trabajador, siempre caminando en dirección a una precarización estructural de las fuerza de trabajo a escala global. Esto, sin hablar de la explosión del desempleo que alcanza enormes contingentes de personas.


La crisis sistémica del capitalismo y el empeño del gran capital por mantener sus ganancias ha hecho que “los empresarios presionen, en todas partes del mundo, para aumentar la flexibilidad en la legislación laboral, con la falacia de que así preservan los empleos”. En Estados Unidos, Inglaterra, España, Argentina y Colombia, para citar solo algunos ejemplos, “esa flexibilización fue intensa y el desempleo sólo ha venido aumentando”.


“La construcción de un modo de vida dotado de sentido replantea en este inicio del siglo XXI, la imperiosa necesidad de construcción de un nuevo sistema de metabolismo social, un nuevo modo de producción basado en actividad autodeterminada, en la acción de los individuos libremente asociados y en valores más allá del capital”, señala.


La morfología del trabajo ha cambiado en América Latina. La flexibilización laboral en el mercado de trabajo formal elimina las regulaciones jurídicas y contractuales sobre la relación trabajo-salario hacia un “resultado” individual por productividad.


Salario, tiempo de trabajo y demás condiciones laborales son precarizadas con la excusa ventajosa del desempleo; se elimina la negociación colectiva hacia una subordinada negociación individual de trabajador con el empresario; se terceriza la relación laboral a otras empresas, y el trabajador es obligado a constituirse como una empresa individual que vende sus servicios a la empresa capitalista.

El reto, entonces, está en “imaginar y pensar en otra forma de sociabilidad auténticamente socialista, capaz de rescatar el sentido social de la producción y reproducción de la vida humana”, afirma.


LA NUEVA MORFOLOGÍA DEL TRABAJO


Antunes en su investigación sobre la morfología del trabajo plantea cinco tesis contundentes: 1) nada permite concluir que el trabajo haya perdido centralidad; 2) tampoco puede comprobarse la extinción del trabajo social como creador de valores de uso; 3) aún reco­nociendo que el mundo del trabajo se haya vuelto más hete­rogéneo, complejo y fragmentado, la emancipación humana tiene al mundo del trabajo como su principal protagonista; 4) las nuevas características que está asumiendo el mundo del trabajo no apuntan a la extinción de la clase que vive del tra­bajo, ni hacen imposible su acción conjunta, y 5) frente a los que pregonan que los nuevos métodos de organización de la producción elimina el extrañamiento, la alineación, Antunes sostiene que éstas persisten y crecen.


Maestro en Ciencias Sociales de la Universidad Estatal de Campinas y doctor de la Universidad de São Paulo en la misma área. Hizo posdoctorado en University of Sussex y obtuvo el título de Livre docente1 de la Universidad Estatal de Campinas, donde es actualmente profesor. Es autor de “¿Adiós al trabajo? Ensayo sobre las metamorfosis y la centralidad en el mundo del trabajo” (São Paulo: Cortez, 2010), “Infoproletarios: degradación real del trabajo virtual” (São Paulo: Boitempo Editorial, 2009), entre otros títulos.


El Observatorio Sociopolítico Latinoamericano www.cronicon.net lo entrevistó a su paso por Bogotá.


- El mundo, ha dicho usted, está viviendo una nueva morfología del trabajo y de la realidad laboral. ¿Por qué?


- Porque hace veinte años en las ciencias sociales se tornó dominante y casi omnipresente una tesis equívoca y eurocéntrica que decía que el trabajo estaba desapareciendo, que la clase trabajadora desaparecería, que la técnica crearía un mundo nuevo, la cual tuve mucha fuerza en América Latina. Yo vengo señalando desde entonces que no es verdad dicha tesis porque tenemos que comprender que desde los años 70 el mundo del capital viene cambiando mucho las formas de producción de riquezas materiales e inmateriales, objetivas, concretas o simbólicas, y hay como yo lo he denominado una nueva morfología del trabajo. No es el fin del trabajo, en cierto sentido hay una ampliación del trabajo en call-center, en los telemarketing, en los hipermercados, en muchas otras áreas que en el pasado no existían. Hay que entender, entonces, cuáles son las formas de trabajo hoy en día, qué es la clase trabajadora y que hay una creciente tendencia en las últimas tres décadas a la precarización de la actividad laboral, a su informalización y hay un creciente desempleo estructural. Este es el escenario del mundo trabajo hoy y los retos de los sindicatos, los partidos de izquierda y los sectores sociales para cambiar esa realidad.


- ¿Frente a esa morfología del trabajo se requiere también una morfología de la lucha social?


- Sí, porque por ejemplo, es posible constatar en muchos países que una antigua fábrica con miles de trabajadores se cambió por una empresa horizontal con muchas pequeñas unidades productivas y con muy pocos operarios cada una, o se implementó el sistema de la tercerización, lo cual significa que la labor sindical no solo se dificulta sino tiende a reducirse notablemente.


- ¿En Brasil existe la tendencia de prohibir la tercerización como lo hizo Ecuador constitucionalmente?


- Lamentablemente estamos muy lejos de una política social y laboral que prohíba la tercerización, no obstante las luchas contundentes de buena parte de las organizaciones sindicales.


- ¿Y cómo se puede explicar ello cuando precisamente quien gobierna su país es el Partido de los Trabajadores?


- Cuando Luiz Inácio Lula da Silva llegó al gobierno preservó los fundamentos del modelo neoliberal. Su gobierno fue sólo un barniz socialdemócrata o mejor, social-liberal, porque la política económica fue la misma que la impulsada por Fernando Henrique Cardozo. Su gestión se caracterizó por favorecer a las dos puntas: los sectores dominantes que lograron enriquecerse aún más; y las capas populares más excluidas de la sociedad que se beneficiaron con la denominada Bolsa familia que es puro asistencialismo porque no tiene nada de estructural. Sin embargo eso ha permitido llegar a doce millones de familias pobres, aproximadamente unas 50 millones de personas. El mito de Lula se puede explicar por la capacidad de verbalizar con la masa, con la que se compenetra con mucha facilidad y por eso terminó con el 87% de popularidad.


- ¿Qué posibilidades ve de avanzar en un modelo no contaminado de fórmulas neoliberales en su país?


- Estamos lejos de superar el neoliberalismo en Brasil. Creo que en países como Venezuela y Bolivia se puede hablar de una etapa en que se está superando el neoliberalismo porque Hugo Chávez y Evo Morales son presidentes a quienes no se puede catalogar de social-liberales. En cambio los gobiernos de Lula y Dilma Rousseff son de ese tinte, es decir, una mezcla de esencia neoliberal y un barniz socialdemocrático.


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