sábado, 25 de mayo de 2019

CHINA

“EN INFRAESTRUCTURA, TECNOLOGÍA FINANCIERA, SERVICIOS, COMERCIO, INVERSIÓN Y CAPITAL, CHINA CONSTITUYE UNA ENORME OPORTUNIDAD PARA AMÉRICA LATINA”



POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ

Entrevista con Carlos Ronderos Torres, presidente de la Cámara Colombo-China de Inversión y Comercio.

El protagonismo geopolítico que viene teniendo China en el mundo y particularmente en América Latina va camino a modificar en el mediano plazo las relaciones comerciales y económicas en este hemisferio.
Para el economista y exministro de Comercio Exterior, Carlos Ronderos, “Estados Unidos está llegando un poco tarde a una situación en la que China ya domina los hilos de comercio en América Latina”.
En su opinión, Washington “descuidó a sus aliados estratégicos tradicionales y China no ha desaprovechado ninguna oportunidad para posicionarse en ellos”.
Conocedor ampliamente del proceso de ascenso económico y de la historia del gigante asiático, este profesor universitario, analista económico y columnista de prensa, resalta la vocación imperial de China desde sus orígenes y su interesante irrupción en Europa a través de la Ruta de la Seda.
En términos de la historia, dice, los chinos proyectan a largo plazo, y aunque todavía están detrás de Estados Unidos en términos de ingreso per cápita, esta nación oriental de más de 1.400 millones de habitantes, está llamada a ser la primera economía mundial en el siglo XXI.
En su calidad de fundador y presidente de la Cámara Colombo-China de inversión y Comercio, invitamos a Ronderos a dialogar con el Observatorio Sociopolítico Latinoamericano www.cronicon.net, para que nos diera su perspectiva respecto de la dinámica presencia geoestratégica del “dragón” asiático en la región.

El siglo XXI abrió toda una ruta hacia el Pacífico

¿Desde el punto de vista geopolítico, qué significa la erupción económica y comercial de China en el mundo y para América Latina, específicamente?
Significa una nueva alternativa de una realidad que no solo incluye a China sino a Asia en su conjunto.  América Latina y Colombia en particular habían estado durante todo el siglo XX y el XIX también, mirando hacia el Atlántico, sus relaciones eran con Europa y principalmente con la costa de Estados Unidos. Creo que el siglo XXI abrió toda una ruta hacia el Pacífico porque allí tenemos los países de mayor crecimiento económico: China, India, antes los tigres asiáticos; entonces toda esta nueva realidad empezó a darle una nueva alternativa al comercio de América Latina. Dejar de ser tan dependiente de dos mercados, que eran los de Estados Unidos y Europa. Hoy en día hay una mayor diversificación, no en todos los países, pero en una buena parte de ellos. Brasil, por ejemplo, ya tiene una diversificación muy importante en los mercados asiáticos; de hecho, China es hoy su principal socio comercial; otro tanto sucede con Uruguay, Chile, Perú, y Argentina. De manera que hay un cambio de una unipolaridad hacia una bipolaridad o multi, porque muchos de esos mercados asiáticos no son necesariamente China, son también asiáticos.
¿Como por ejemplo?
Para importación se han vuelto muy importantes India, Vietnam, Bangladés.
¿Las Coreas?
Desde luego las Coreas. Colombia ya tiene un mercado de libre comercio con Corea; México está negociando un tratado de libre comercio. Hay cada vez mayor incidencia y mayores productos que vienen de Indonesia, de Malasia, Singapur, Hong Kong.
¿Es conveniente para América Latina que China se encuentre en el primer lugar de la economía mundial?
Para América Latina que su gran fortaleza competitiva es la producción agropecuaria la posibilidad del mercado chino es infinita y eso es lo que se ha demostrado en la realidad de todos estos países.
Hay que ganar acceso, hay que saber entender la cultura y el mercado chinos que es un tema muy complejo y que no se ha logrado mucho, sobre todo en Colombia, en temas como accesos fitosanitarios, el tipo de bienes que consumen, como los cárnicos. El resultado de eso es que tenemos un potencial inmensamente grande de un mercado en crecimiento de los productos que nosotros estamos en capacidad de exportar.
China es un país que está sacando a cientos de personas al año de la pobreza, generando una clase media, la mitad del país es desértico y no tiene ninguna posibilidad de satisfacer sus demandas internas de comida.
En contraste, Estados Unidos que ha sido nuestro principal mercado es uno de los productores agrícolas más grandes del mundo y lo mismo lo son Canadá y Europa con niveles de ingresos muy altos. Su propensión al consumo de productos agrícolas es muy baja. Es decir, un producto que se pone de moda como el aguacate sube su demanda pero en términos generales los gringos ya no están dedicados a comer más sino a comer menos. Han cambiado su dieta, consumen más productos verdes que es un mercado que ha explotado mucho México.
“Estados Unidos descuidó a sus aliados estratégicos tradicionales y China no ha desaprovechado ninguna oportunidad para posicionarse en ellos”
En el caso de Colombia no se están aprovechando esas posibilidades…
Colombia en el último año ha hecho un esfuerzo por ganar acceso real con accesibilidad fitosanitaria para la carne de res. Eso venía avanzando hasta que vinieron los brotes de aftosa y quedó un poco empantanado. Lo mismo con la carne de cerdo, esos son los productos que tienen un enorme potencial. Y en ello está trabajando la Asociación de Porcicultores de Colombia a la que hemos acompañado desde la Cámara a varias misiones en China.
¿Culturalmente el chino consume carne de cerdo?
Sí, consume las partes que nosotros no consumimos, como por ejemplo los pulmones, eso es una delikatessen en China, la lengua, y todo lo que desechamos del cerdo no solo les gusta a los chinos, sino que pagan muy bien. Entonces es un mercado muy interesante.
Ya empezaron a entrar algo de flores. Colombia no ha sabido entrar con café de manera seria. Es increíble, toda la juventud china está empezando a tomar café y Starbucks tiene más de quinientas tiendas, en cambio nosotros no tenemos ninguna presencia, apenas Café Buendíaestá abriendo oficina ahora en China. Estamos empezando a darnos cuenta además que el transporte a China no es caro porque como trae tantas cosas a América Latina los buques tienen que regresar vacíos. Entonces, los costos logísticos a China no son tan altos, a pesar de la distancia.
¿La erupción de China en América Latina, genera el mismo círculo vicioso que hemos tenido con los Estados Unidos y con Europa, en el sentido en que estamos condenados en este hemisferio a seguir produciendo materias primas?
Creo que eso ha cambiado en el mundo porque hoy en día la producción de bienes industriales no es un deseable. Hoy en día la producción de bienes manufacturados es una cosa que se traslada a países del tercer mundo que quieran ser contaminados y que desean tener mano de obra barata. En el caso colombiano contamos con más de 5 millones de hectáreas cultivables, ese es un potencial que no hemos explotado. Además, tenemos el gran reto en los servicios, que es hoy en día lo que está moviendo la economía del mundo, y ahí las alianzas con China pueden ser muy interesantes. En la Cámara estamos trabajando estos temas con Fintech. China es un país muy avanzado en tecnologías financieras.

En plataformas digitales, software…
En China no se utiliza el dinero efectivo. La última vez que estuve, el año pasado, me quedé sin usar la tarjeta y la plata porque todo es con el WeChat que es el mismo sistema de WhatsApp pero en chino, ahí cargan sus cuentas. Todo se paga a través de ese sistema. Tienen un mercado financiero muy sofisticado y desarrollado. Gracias a esos avances uno encuentra que se pueden hacer alianzas en cuanto a ciudades inteligentes, como las que está haciendo Huawei en varios lugares. En infraestructura también, en servicios y por otro lado en inversión y capital.
En cuanto a bienes con la China estamos condenados a productos primarios y agrícolas, pero reitero, creo que tenemos un gran potencial en servicios, en capital, e inversión extranjera en América Latina y en Colombia, particularmente.
En infraestructura es notorio lo que ha hecho China con la denominada Ruta de la Seda en África, donde ha hechos unas enormes inversiones y también en algunos países de América Latina. A los chinos les quedó más fácil entrar en algunos países porque ellos no están acostumbrados a participar en licitaciones públicas sino de manera directa mediante el mecanismo Government to government.
Es lo que pasó con los casos de Ecuador, Argentina, Venezuela y Brasil que durante los mandatos de Correa, Kirchner, Chávez-Maduro y Lula se hacían acuerdos de gobierno a gobierno para hacer, por ejemplo, autopistas. Los chinos las financiaron y estos países garantizaban su pago, por ejemplo, con petróleo. En Colombia, en cambio, tienen que entrar a una licitación y los chinos no conocen esa dinámica.
¿La Ruta de la Seda es una oportunidad para América Latina, si se la sabe aprovechar?
Es una enorme oportunidad; en el caso de Colombia creo que estamos entrando tarde a la Ruta de la Seda que fue inicialmente un programa para unir a China con Europa por vía terrestre y por vía marítima, era la antigua ruta de Gengis Kan. Después dada su presencia tan fuerte en África, China la extendió a este continente y en la reunión de Celac el año pasado decidió promover la iniciativa en América Latina y casi todos sus países la han suscrito. Colombia no la ha hecho aún
¿La Alianza para el Pacífico es un mecanismo que tiene Washington para sacar a China del área hemisférica o es una oportunidad?
Es una oportunidad.  Mire que la Alianza del Pacífico tiene tres de los cuatro países que habían suscrito el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP). El TPP del cual no hacía parte China, se cayó.
Se cayó por Trump…
Estados Unidos renunció. Y eso ha provocado, desde Chile hasta Nueva Zelanda la conformación de un nuevo tratado que no ha tenido hasta ahora mucha atracción; porque el TPP era una estrategia contra China, para aliar a los países del Pacífico con Estados Unidos. Si eso era lo que quería Estados Unidos se derrumbó esa estrategia saliéndose y lo que se ha generado es la posibilidad de un nuevo TPP con China incluido, sin los Estados Unidos, que incluiría a los países de la Alianza del Pacífico. Desde luego el país que está más marginado de eso es Colombia.  ¿Por qué?, porque tanto México, Chile, como Perú pertenecen a APEC (Asia-Pacific Economic Cooperation), y Colombia no. Los tres habían suscrito el TPP, nosotros no lo hicimos. Entonces, yo no creo que la Alianza del Pacífico sea hoy por hoy una estrategia para neutralizar a China, por el contrario, es una estrategia para entrar a China.

“La guerra comercial de Trump contra China tiene más de propaganda interna para las elecciones de los Estados Unidos”
¿Qué significa que China desplace a Estados Unidos en el mundo en materia económica y comercial?
Pues es un gran reto para los Estados Unidos porque descuidó a sus aliados estratégicos tradicionales y China no ha desaprovechado ninguna oportunidad para posicionarse en ellos. Es que curiosamente todos los países que tienen todas estas negociaciones con China cuentan con superávit comercial, el único que tiene déficit es Colombia.
Brasil, Argentina, Uruguay, Chile, Perú tienen superávit con China. Estamos hablando de exportaciones en el caso de Chile de 25 o 30 mil millones. Es decir que lejos de ser una invasión, ha resultado ser un negocio muy atractivo para los países de América Latina y ha habido noticias de que se han dado presiones por parte de Estados Unidos contra el presidente Sebastián Piñera por la profundización que está haciendo en relación al protocolo con China.
Brasil que tiene un presidente muy pro norteamericano acaba de reafirmar su interés en profundizar las relaciones que tiene con China. Eso ya se volvió una realidad y Estados Unidos está llegando un poco tarde a una situación en la que China ya domina los hilos de comercio en América Latina.
Creo que el hecho de que Colombia no haya suscrito la Ruta de la Sede tiene mucho que ver con los compromisos de nuestro país con Estados Unidos. El otro país que no lo ha suscrito es Paraguay que no tiene relaciones diplomáticas con China sino con Taiwán.
¿Cómo analiza la guerra comercial de Estados Unidos contra China?
Esa es una guerra comercial que no le ayuda a nadie. Creo que esta guerra durará hasta octubre de este año. En octubre se acaba, porque esta es una guerra que tiene más de propaganda interna para las elecciones de los Estados Unidos. El presidente Trump tiene que llegar a las elecciones diciendo derroté a los chinos, yo gané, aquí está el primer presidente que derrota a los chinos y cosas similares. Esta guerra comercial no se puede negociar ahora porque cuando llegue el momento de la elección va a ser un tema viejo, entonces él tiene que prolongarla hasta octubre.  Esa es la visión de los sectores agrícolas con los que me he reunido en Estados Unidos. Sostienen además que ellos son los grandes damnificados, porque son los sectores agrícolas de Estados Unidos los mayores exportadores a China.  La carne de cerdo que comen los chinos, por ejemplo, es gringa. La empresa más grande de cerdo en Estados Unidos que se llama Smithfield es inversión china. Entonces esos son los grandes perjudicados que a su vez son la base electoral de Trump, pero ellos sienten que esta guerra es más una herramienta interna política.








jueves, 16 de mayo de 2019

LIBROS


JUSTICIA TRANSICIONAL EN SURAMÉRICA, UN ANÁLISIS COMPARADO


CRONICÓN.NET /
Publicado por la editorial colombiana Uniacademia Leyer, acaba de aparecer el trabajo bibliográfico Justicia Transicional, análisis comparado, cuyos autores, la abogada penalista Rosa Inés Salazar Solarte y el director del Observatorio Latinoamericano www.cronicon.netFernando Arellano Ortiz, realizan un ejercicio de parangón a partir del contexto histórico y la descripción de los diferentes mecanismos judiciales y extrajudiciales adoptados en los países suramericanos para tratar de enfrentar su traumático pretérito de violación de derechos humanos y del Derecho Internacional Humanitario.


Este libro escudriña la génesis de la historia traumática de Suramérica y aborda la estructuración y desarrollo de los esquemas de justicia, en los diversos países, suministrando insumos teóricos para un diseño judicial que sirve de guía para que otros procesos transicionales en el mundo puedan avanzar en situaciones de posconflicto.
Se describen los horrores y delitos de lesa humanidad a partir de una visión de la geopolítica codiciosa y rapaz por consolidar una hegemonía política-económica en el hemisferio dentro de la puja del enfrentamiento internacional durante el periodo de la Guerra Fría que va desde la terminación de la Segunda Guerra Mundial hasta el derribamiento del muro de Berlín, en 1989, que simboliza la caída de los regímenes comunistas. En este lapso histórico en América Latina se cometieron a nombre “del mantenimiento de la democracia y de la economía de mercado”innumerables crímenes y violaciones de los derechos humanos que avergüenzan a varios de sus Estados, los cuales adoptaron mecanismos de justicia transicional para obtener la verdad, tratar de recuperar la memoria y propender porque haya sanción a los victimarios y reparación a las víctimas.
También se hace un estudio de derecho comparado por países, teniendo en cuenta su realidad histórica y la implementación de mecanismos en las justicias transicionales, referenciando el periodo comprendido entre los años setenta y los noventa, caracterizado por fórmulas de justicia penal clásica con un acentuado enfoque de justicia retributiva, de utilización de mecanismos de perdón con figuras como la amnistía que se aplicaron de diversas maneras, con políticas de gobierno como el establecimiento de las comisiones de verdad en su gran mayoría creadas directamente por el poder ejecutivo mediante mecanismos legales y reformas constitucionales.
La obra estudia el caso colombiano, concretamente el modelo teórico diseñado a partir de los criterios interpretativos para la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP). Se seleccionaron algunas variables como la identificación de las fuentes del derecho convencional internacional y la recepción en el derecho nacional de principios universales, indagando por la posición jurídica asumida por el Estado colombiano y el desarrollo jurisprudencial elaborado por la Corte Constitucional respecto de esta temática. Para ello se analiza el alcance del derecho a la paz como principio orientador y conceptos como la justicia prospectiva, así como los deberes del Estado respecto al derecho internacional, de investigar, esclarecer, perseguir y sancionar; de respetar y garantizar los derechos humanos y las garantías de la verdad, justicia, reparación y no repetición. En segundo lugar, se estudia la caracterización de la JEP, su naturaleza y objeto, así como se reconoce el respeto por las funciones de la jurisdicción indígena; la centralidad de los derechos de las víctimas, su participación efectiva y las garantías en el caso específico de violencia sexual.
Se definen los principios que orientan los procedimientos de quienes comparezcan ante la JEP, como el de legalidad, defensa, gratuidad, debido proceso y seguridad jurídica, entre otros. El derecho aplicable en esta jurisdicción y las fuentes del derecho en materia procesal.
El propósito que se persigue en este detallado análisis es verificar si el modelo teórico colombiano de justicia transicional es compatible con el derecho internacional y si constituye o no un avance como diseño judicial, en tanto, ha sido calificado por expertos del Derecho Penal Internacional  como el jurista alemán Kai Ambos, de ser “la legislación más sofisticada en el tema de justicia de transición y procesos de paz”.
Imagen: Sofía Moncayo Salazar
Este texto ofrece una nueva visión de los contextos transicionales en Suramérica por medio del cual se pueda comprender la relevancia de los conflictos políticos prolongados, asumiendo una postura histórica. Los cambios recientes como el caso colombiano de una justicia penal transicional, con un diseño inédito sin precedentes en los procedimientos de investigación y enjuiciamiento es una oportunidad para reflexionar sobre el potencial de las disposiciones jurídicas que promueven una transformación normativa sustancial.



domingo, 12 de mayo de 2019

MÉXICO


“AUNQUE AMLO RECIBE UN MÉXICO VACIADO Y EN RUINAS, HA RECUPERADO LA ESPERANZA EN AMPLIOS SECTORES SOCIALES”: ANÁLISIS DE LA SOCIÓLOGA BEATRIZ STOLOWICZ



POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ


Dentro de un Estado saqueado, y por ende, quebrado por cerca de cuatro décadas de neoliberalismo, un curtido dirigente político de 65 años le ha devuelto la esperanza al pueblo mexicano. En medio de una crítica situación sociopolítica, el mandatario de México se propone llevar a cabo lo que ha denominado la Cuarta Transformación que conlleve un cambio profundo para la nación azteca.

Beatriz Stolowicz Weinberger, socióloga e investigadora mexicana de origen uruguayo hizo una detallada caracterización de los primeros cinco meses del gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), tras su triunfo electoral dentro de un contexto de regímenes de derecha en América Latina.
Durante su intervención en el Tercer Seminario Internacional Pensar Nuestra América: ¿nuevas derechas o lo nuevo de la derecha?, organizado por la Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional de Colombia, que tuvo lugar entre el 7 y 8 de mayo en Bogotá, Stolowicz analizó el contexto en que le corresponde gobernar a López Obrador y los desafíos que le esperan, en medio de circunstancias complejas de gobernabilidad, tras un largo periodo de vaciamiento del Estado por parte de sus antecesores que por sus acciones de piratería y saqueo ya tienen asegurado un lugar en el basurero de la historia.

Esta profesora del Departamento de Política y Cultura (Área Problemas de América Latina) de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Unidad Xochimilco, y autora de varios estudios sobre el impacto pernicioso de las políticas neoliberales en la región, observó que no obstante el hecho de que la izquierda mexicana es heterogénea y no está articulada, sus bases se volcaron a votar por AMLO, aunque puede ser un apoyo circunstancial.

“Sólo López Obrador pudo representar esa heterogeneidad popular que es destinataria de su ambicioso plan de extensión de derechos colectivos, de políticas sociales y aspiraciones universales”, explicó la catedrática universitaria.

La actitud de transparencia y las primeras acciones de gobierno le han granjeado una amplia simpatía interna, pues según los últimos sondeos de opinión cuenta con una popularidad del 80%, por lo que el Presidente mexicano se ha convertido en un referente de renovación y cambio para América Latina, continente martirizado desde la década de los 90 del siglo pasado por la aplicación de las directrices de libre mercado y privatización de sus activos públicos trazadas en el mal denominado Consenso de Washington, que más ha tenido de Washington que de consenso. Por ello es que el analista geopolítico mexicano Alfredo Jalife-Rahme al dimensionar el liderazgo de AMLO considera que si logra avanzar en sus reformas de amplio calado social se estaría transitando “del neoliberalismo al neolatinoamericanismo”.

Se reconoce el triunfo electoral tras una historia de fraudes

Al repasar el contexto político dentro del cual los sectores dominantes en México debieron reconocer el triunfo de AMLO, Stolowicz recordó que se debe tener en cuenta que su victoria el 1 de julio de 2018 se dio en medio de una historia de fraudes electorales comprobados: en 1988 a Cuauhtémoc Cárdenas; en 2006 y 2012 al propio López Obrador. En esta oportunidad los sectores de la derecha (el PRI y el PAN) no pudieron maniobrar para robarse las elecciones por el masivo apoyo que estuvo alrededor del 54% de los votos al hasta entonces candidato del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), y también por el tremendo desprestigio del gobierno de Enrique Peña Nieto, cuya herencia para los mexicanos es funesta en términos sociales y económicos.

Stolowicz explica que el desastre de los gobiernos del ultraconservador Partido de Acción Nacional (PAN) de Vicente Fox (2000-2006) y Felipe Calderón (2006-2012), así como del de Peña Nieto del PRI (2012-2018), generó que se consolidara un voto antineoliberal en México, en medio del fatalismo: 300 mil muertos en los últimos 12 años, sin conflicto armado; 40 mil desaparecidos registrados; 26 mil cadáveres en las morgues sin identificar. La mayor parte del territorio saqueado por la minería, la explotación del agua, la agricultura industrial transgénica, negocios inmobiliarios y los dos terremotos de septiembre de 2017.

“La firme decisión del Gobierno de respetar las libertades públicas y los derechos humanos ha hecho que la gente pierda el miedo y exige la reparación inmediata por los agravios cometidos por los gobiernos anteriores, lo que genera un cuadro de conflictividad muy peculiar. La gente siente que tiene un gobierno que escucha sus requerimientos”, observa la catedrática universitaria.

Cuarta Transformación

López Obrador durante su campaña electoral prometió promover un profundo cambio para lograr niveles de equidad social que llamó la Cuarta Transformación, pues su propósito es situar su sexenio dentro de tres momentos clave de la historia de México:

·         La Independencia: el movimiento armado para liberarse de los 300 años de dominio español y que tuvo lugar entre 1810 y 1821.

·         La Reforma: guerra entre liberales y conservadores que se prolongó de 1858 a 1861. Tras este conflicto surgieron las "Leyes de Reforma", entre las que destaca la separación de la Iglesia y el Estado. Benito Juárez, fue el protagonista central de este momento.

·         La Revolución: conflicto armado contra el régimen de Porfirio Díaz entre 1910 y 1917 que alcanza el periodo presidencial de Lázaro Cárdenas. Durante este periodo se promulgó la Constitución que rige actualmente en México.

La Cuarta Transformación de López Obrador se propone el rescate del campo y reducir las desigualdades, hasta tener una “auténtica democracia”, incorporando un mecanismo para juzgar al presidente en funciones por delitos de corrupción.

"Con base en lo logrado buscaremos emprender una transformación pacífica y ordenada, sí, pero no por ello menos profunda que la Independencia, la Reforma y la Revolución; no hemos hecho todo este esfuerzo para meros cambios cosméticos, por encimita, y mucho menos para quedarnos con más de lo mismo", ha explicado el propio AMLO.

En ese propósito se apunta a  transformar la conciencia del pueblo mexicano, luego de que una clase dominante corrupta ha destruido el país durante medio siglo.

Las primeras medidas de Gobierno


Stolowicz destaca las primeras medidas adoptadas por López Obrador con las cuales envió un claro mensaje de lucha contra la corrupción y la concepción neoliberal de entrega del Estado al gran capital.

“Las dos primeras acciones contundentes del Gobierno fueron la suspensión de la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) y el combate al robo de combustible. Esta última acción le aumentó la popularidad al mandatario en un 80%, no obstante que en varias zonas del país no hubo combustible durante una semana. Por cierto, el robo de combustible en grandes cantidades se utilizaba para exportar y esto puso en evidencia que esa práctica era una de las varias ramificaciones de la acción empresarial del llamado crimen organizado en contubernio con el Estado”.  

Por eso, subraya la socióloga, “es que el crimen organizado tiene amenazado al Presidente y aunque el Gobierno cuenta con una estrategia de largo plazo para ir quitándole influencia mediante la recomposición social, evidencia el problema de fuerza que ha puesto en primer plano el controversial tema de la Guardia Nacional”.

Explica que “estos primeros cinco meses de Gobierno han sido vertiginosos con un tremendo remezón sobre el Estado con el objetivo prioritario de su moralización y de la recuperación de las funciones públicas”.

“Las denuncias hechas por el Presidente y su equipo de Gobierno –agrega- nos permiten ver que todo era peor de lo que sabíamos, por donde se toca sale pus.  Exige que se separe el poder económico del poder político. En otras palabras, cuestiona el patrimonialismo estatal ejercido por el capital, lo que abre un juego interesante que se suma a las contradicciones existentes”.

Los señalamientos de corrupción que de manera constante hace López Obrador han generado una oposición violenta de los sectores conservadores, cuyos negociados con el Estado han quedado al descubierto.

Un freno para avanzar

La arquitectura institucional neoliberal, dice Stolowicz, constituye un freno para avanzar en las políticas progresistas que se propone el Gobierno y por eso López Obrador denuncia de manera permanente cómo sus distintos órganos (los verdaderos “candados internos de la jaula neoliberal”) han hecho escandalosas concesiones en petróleo, electricidad, telecomunicaciones. Igualmente denuncia el desastre en la salud y anuncia correctivos, así como la recentralización del pago de salarios de la educación pública que los gobiernos de los Estados dejaron de pagar por mucho tiempo.  

En cuanto a educación, ésta “tiene que ser universal, pública y gratuita desde preescolar al nivel de enseñanza superior. Esto lleva tiempo y recursos. Porque revertir toda la concepción neoliberal no es tan fácil”.

En el ámbito ideológico, la profesora de la UAM señala que en el Gobierno de AMLO “conviven posturas ortodoxas y posturas francamente de izquierda. No existe un movimiento popular articulado con suficiente capacidad contrahegemónica”. Ello, anota, tiene el riesgo de quedarse con una base electoral inestable y manipulable. El problema, por lo tanto, es la correlación de fuerzas, más aún cuando el Presidente ha propuesto su revocación del mandato al cumplir la mitad de su periodos, es decir a los tres años.


Organizarse para ir por más

Stolowicz se muestra optimista por la gestión de López Obrador, aunque es realista en cuanto a las dificultades: “recibe un país en ruinas, un Estado vaciado, con una deuda pública que equivale casi al 50% del PIB y una sociedad descompuesta”. Sin embargo, añade, se está recuperando la dignidad en cuanto a política exterior y afirma que “no es nada descabellada la prudencia en el manejo de las relaciones con Estados Unidos”.

Relieva la “recuperación de la esperanza” en muchos sectores sociales, a los cuales exhorta a “organizarse para ir por más”.
Concluyó su disertación en Bogotá afirmando que “esta historia que apenas comienza en México está por escribirse y con todo lo difícil que es, de verdad que vale la pena”.