domingo, 26 de abril de 2009

SOCIALISMO SIGLO XXI


EL SIGNIFICADO DE LA NUEVA VICTORIA ELECTORAL DE RAFAEL CORREA

A PASO FIRME AVANZA LA REVOLUCIÓN CIUDADANA EN ECUADOR

POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ

Definitivamente, como el propio presidente Rafael Correa lo ha venido señalando desde que llegó al poder hace dos años y medio, el Ecuador está en plena “época de cambio”, en la que por fin se ha enterrado la mafiosa “partidocracia”, la negra noche neoliberal y los líderes de barro, para avanzar hacia un modelo político solidario, democrático e incluyente.

El nuevo triunfo electoral de Correa el pasado 26 de abril constituye un hito en el proceso político de este pequeño país andino de algo más de 12 millones de habitantes. Por primera vez después de 30 años de que en esta nación se reinstauró el juego democrático, un mandatario es elegido en la primera vuelta electoral. Y por primera vez, también, se inaugura un proceso político que está antecedido por un cambio sustancial tanto en lo institucional como en la correlación de fuerzas, gracias al impulso de una nueva Constitución liderado por el gobierno del Movimiento Alianza País.

Las últimas tres décadas para el Ecuador han sido de frustración y desesperanza, luego de que unos partidos corruptos de derecha utilizaron el poder como botín para saquear al Estado, consolidar unas camarillas lideradas por los banqueros, acabar con la soberanía monetaria, adoptando como moneda oficial el dólar, y mantener al país en permanente crisis institucional.

Proceso de transformación

El ascenso al poder de Correa ha significado para los ecuatorianos iniciar una etapa de transformación política y socioeconómica en su atormentado devenir histórico dado que es la primera vez, en décadas, que un mandatario cuenta con un verdadero proyecto de país, sustentado en equidad social, renovación institucional y soberanía nacional.

Este proyecto político comenzó a plasmarse hace dos años y medio cuando Correa llegó al Palacio de Carondelet a enfrentarse con la mafia “partidocrática” de derecha que dominaba todos los poderes públicos, los especuladores financieros que mantienen aún los grandes medios de comunicación y los sectores más pudientes de la sociedad ecuatoriana que se beneficiaron en grado superlativo del modelo neoliberal.

La lucha de este mandatario ha sido denodada. Inició haciendo realidad una de sus principales ofertas de campaña consistente en la convocatoria de una Asamblea Constituyente para lo cual debió enfrentarse con el Congreso Nacional que estaba dominado por los sectores tradicionales. Derribado ese primer obstáculo, convocó a elecciones para escoger a los miembros de dicha asamblea que redactarían el nuevo estatuto constitucional. Ese fue un primer avance considerable porque los aliados del gobierno obtuvieron un resultado exitoso. Y vino luego la consolidación del proceso transformador cuando en referendo fue aprobada la nueva Constitución por algo más del 64% de los electores.

Entierro de tercera

Con el nuevo marco constitucional se hizo necesario renovar todas las instancias de poder en el Ecuador y por eso se convocó a elecciones generales, en las cuales Correa no solo logró otro contundente triunfo y mayoría absoluta en la Asamblea Legislativa que le permitirá desarrollar sin traumatismos su programa de gobierno, sino que, además, se dio entierro de tercera a los cadáveres insepultos de la corrupta “partidocracia”.

En efecto, los ecuatorianos en forma abrumadora les dieron la espalda a los líderes responsables del desafortunado pasado de esa nación andina. El desprestigiado ex presidente Lucio Gutiérrez, quien fuera defenestrado por actos de corrupción y por haber traicionado a su electorado al haberse aliado con el gobierno norteamericano de Bush y con el ultraconservador mandatario colombiano Álvaro Uribe, manteniendo el modelo neoliberal y apoyando decididamente el malhadado Plan Colombia. El magnate bananero Álvaro Noboa Pontón, quien por cuatro veces consecutivas ha buscado llegar a la Presidencia para convertir al Ecuador en una “banana republic” y en un paraíso fiscal para beneficio de sus desmedidos intereses personales y empresariales. Martha Roldós Bucaram, sobrina tanto del excéntrico ex presidente Abdalá Bucaram como del ex dirigente político León Roldós, abogado de los inescrupulosos banqueros, quien posó de líder de izquierda, cuando todos en el país saben de la catadura ética de su clan familiar que tuvo un protagonismo nefasto en la política ecuatoriana del último medio siglo.

Hacia el Socialismo del Siglo XXI

Gracias al liderazgo de Correa, en el Ecuador se ha constituido una fuerza política que es el movimiento Alianza País, que a su vez, ha logrado generar una fuerza social con lo cual ha cambiado las correlaciones de poder en ese país.

De esta manera, el mandatario ecuatoriano en sus escasos dos años y medio de gobierno ha puesto a andar un nuevo proyecto de sociedad en el que se privilegia la supremacía del trabajo humano sobre el capital, la acción colectiva para el desarrollo, el papel preponderante del Estado en la vida socioeconómica de la nación, el respeto por el medio ambiente, los derechos humanos, la justicia social, y la búsqueda por la real integración latinoamericana. Principios, todos éstos, que hacen parte de lo que en América Latina se conoce como Socialismo del Siglo XXI, que es un proceso en construcción.


Lo anterior se ha traducido en un amplio paquete de ayudas económicas para que los menos favorecidos puedan tener acceso a la vivienda, a la compra de material escolar y uniformes. Así mismo el gobierno ecuatoriano ha impuesto la gratuidad de los servicios de salud y en sólo dos años ha multiplicado por ocho el gasto público. Igualmente, ha exigido a las compañías petroleras que paguen más impuestos y se negó a renovar la concesión al gobierno norteamericano para continuar con la base militar de Manta.

Los gobiernos progresistas de esta América mestiza como Venezuela, Bolivia y Ecuador a pesar de sus diferencias, tienen tres coincidencias fundamentales: la lucha por la igualdad social enterrando el criminal modelo neoliberal, la democratización política y la soberanía nacional.

Así como al amanecer del siglo XX un gran visionario y patriota como Eloy Alfaro fue el protagonista de la revolución liberal, ahora, cien años después, Rafael Correa Delgado, ha asumido el liderazgo para hacer realidad la que ha denominado “Revolución Ciudadana”.

martes, 21 de abril de 2009

SOCIALISMO SIGLO XXI


AFIRMA EL SOCIÓLOGO ARGENTINO ATILIO BORÓN

ES VITAL UN NUEVO SUJETO POLÍTICO, EMANCIPADOR Y REVOLUCIONARIO PARA ENFRENTAR AL CAPITALISMO

POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ

Las condiciones objetivas son extremadamente favorables en la actual coyuntura para derrotar al capitalismo y generar un proceso revolucionario, siempre y cuando se articule una gran instancia mundial que logre coordinar la lucha de los movimientos sociales y de los partidos políticos de izquierda”. Esta reflexión es del científico social argentino Atilio Borón en desarrollo de su teleconferencia en el marco del Coloquio Internacional postcolonialismo y utopía en el bicentenario, que se realizó en la Universidad Nacional de Colombia, entre el 15 y el 18 de abril.

Para Borón, el Foro Social Mundial es el llamado a avanzar en esa dirección, pues según dijo, “debe dejar de ser el gran escenario de debate y de la pluralidad de los sujetos para transformarse en la instancia articuladora de la lucha que hay quedar contra el capitalismo”.

“Así como el capitalismo está librando una lucha planetaria para enfrentar su crisis, los movimientos sociales y las fuerzas progresistas no pueden dar una lucha local, parcial y parroquial, sino que es necesario concretar una coordinación mundial de todas las resistencias a lo largo y ancho de todos los continentes. Este es el gran desafío de los actores populares”.

Sin embargo, el politólogo y actual director del Programa Latinoamericano de Educación a Distancia en Ciencias Sociales (PLED) de Buenos Aires, considero que esta crisis sistémica del capitalismo llega en un momento en que “hay un retraso en las condiciones subjetivas que tienen que ver con la conciencia y la organización de los sujetos sociales”.

SE REQUIERE FUERZA QUE HAGA CAER AL CAPITALISMO

Por ello recalcó la necesidad de potencializar los movimientos de masas y los partidos de izquierda. “Todo depende de su articulación, de su clarividencia, de su audacia y capacidad para forjar alianzas que posibiliten avanzar en la dirección de hacer caer el capitalismo”.

“El capitalismo –explicó- no se va a caer solo, se necesita de una fuerza que lo haga caer” y en el caso de Estados Unidos que es el bastión hegemónico por ahora irremplazable, no ha aparecido ni se ha formado el sujeto político que sea determinante y protagonista activo para que produzca el colapso final.

Ante esta circunstancia, dijo Borón, es de suma trascendencia que surja “un nuevo sujeto político, popular, emancipador y revolucionario y con él una nueva alternativa superadora, porque de lo contrario, el capitalismo saldrá de esta crisis gracias a los diversos mecanismos con que cuenta”.

El sustento del capitalismo radica en el poderío militar de los Estados Unidos que cuenta con un enorme dispositivo de controles satelitales e informáticos, así como con 700 bases militares distribuidas en todo el mundo. Es un hecho, entonces, señaló el politólogo argentino, que “no va a ceder en sus posiciones a no ser que haya una gran fuerza planetaria de presión”.

Lo que sí es claro de esta crisis sistémica es que en el capitalismo no se va a encontrar la solución. “Parte de la solución está en recortar las prerrogativas al capital, propender por la autogestión de la economía, desmercantilizar la salud, la educación, recuperar por parte del Estado el manejo de los servicios públicos esenciales”, sostuvo Borón.

Dentro de su análisis, consideró que en la actual coyuntura socioeconómica del mundo no ve la posibilidad de que irrumpa un capitalismo tipo keynesiano como el que surgió después de la Segunda Guerra Mundial y que permitió el fortalecimiento del movimiento obrero, los sectores sociales y los partidos progresistas que salieron legitimados de la lucha antifascista.

Si bien, agregó, China puede jugar un papel en la actual crisis por ser una potencia económica, su debilidad está en que no tiene la fortaleza militar de los Estados Unidos. No obstante, fue categórico en afirmar que el capitalismo enfrenta “insolubles contradicciones” que hacen que “su ocaso vaya a ser muy prolongado”.

Criticó lo que denominó “la claudicación de la izquierda europea que se ha convertido en una socialdemocracia que no está aprovechando políticamente las condiciones críticas del capitalismo en este momento”.

En contraste, se refirió al “horizonte socialista” que se puede otear desde América Latina, poniendo como ejemplo los casos de Cuba, Venezuela, Bolivia y Ecuador.

LA ALTERNATIVA ES EL SOCIALISMO

Finalmente, Borón dijo que esta crisis que no es solamente económica sino ecológica, energética, alimentaria y política, no tiene más alternativa que una salida socialista.

Puso como ejemplo la crisis ecológica, la cual, señaló, fue causada en forma directa y depredadora por el sistema capitalista “que utiliza la naturaleza como fuente de enriquecimiento” y, claro, parte de su solución pasa también por su desmercantilización.

Para develar los fines protervos del capitalismo, Borón hizo énfasis en el rol que deben cumplir los intelectuales de izquierda, al señalar que su compromiso es denunciar las mentiras e influir con su pensamiento alternativo en los movimientos sociales y partidos progresistas para enfrentar la manipulación mediática de los grandes oligopolios planetarios que comercializan con la información.

Lo bueno de esta crisis, concluyó, “es que va a enseñar mucho tanto a los movimientos sociales como a los partidos de izquierda”.

SOCIALISMO SIGLO XXI


JAIME CAYCEDO, ORGANIZADOR DEL COLOQUIO POSTOCOLONIALISMO Y UTOPÍA

BICENTENARIO DE LA EMANCIPACIÓN LATINOAMERICANA ES MOTIVO PARA EMPUJAR LAS REBELDÍAS SOCIALES

POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ

La crisis del capitalismo actual en su forma imperialista y mundializada, empuja las rebeldías sociales en dirección a búsquedas más profundas de emancipación”, sostuvo el antropólogo y actual concejal de Bogotá por el Polo Democrático Alternativo (PDA), Jaime Caycedo Turriago, coordinador del Observatorio Sociocultural de la Mundialización de la Universidad Nacional de Colombia, uno de los organizadores del Coloquio internacional postcolonialismo y utopía en el bicentenario, realizado entre el 15 y el 18 de abril en la capital colombiana.

Caycedo Turriago explicó que las reflexiones de este evento académico estuvieron dirigidas a que la celebración del bicentenario de independencia de las naciones latinoamericanas del yugo español, no termine en una acción puramente retórica y ritual que mine el verdadero significado que un acontecimiento de este calado debe tener.

Para este catedrático universitario, dicha efemérides “no puede quedar limitada a la simple rememoración ritual, o aún peor, al ajuste pragmático de los planes de los Estados a los Objetos del Milenio para la superación de la pobreza extrema, bajo el auspicio del Banco Mundial, o en el caso colombiano, a los proyectos de terminación sangrienta del conflicto armado interno de carácter prolongado”.

“Los hechos indican que, en la América Latina del bicentenario, no se marcha, inevitablemente, hacia un nuevo colonialismo. Por el contrario, se advierte un espíritu de cambios y ensayos de nuevos rumbos que parecen inscribirse en una idea de emancipación. En tal enfoque pueden situarse las experiencias diferentes que tienen lugar en Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, por una parte; Brasil, Argentina y Uruguay, por otra”.

HERENCIA DE REBELDÍA

Para Caycedo Turriago los 200 años de la independencia americana constituyen “una herencia de rebeldía frente a la injusticia, a la desigualdad, los privilegios y la exclusión. La idea de que nada de eso es aceptable, ni entonces ni ahora bajo el capitalismo globalizado, representa un legado irrenunciable de los pueblos del continente”.

Las sociedades y los seres humanos, agrega, “no están sujetos irremediablemente al pasado, ni a la explotación inhumana, ni a la violación sistemática de los derechos fundamentales, por el contrario, hay posibilidades de formas de sociedad liberadoras de esas cadenas, lo cual resume el gesto y la voluntad de lo que pudiéramos llamar emancipación”.

Al mismo tiempo, este antropólogo sostiene que América Latina es heredera del anticolonialismo. “Por lo menos, -explica- de un anticolonialismo que permitió el florecimiento de repúblicas como semilleros de un capitalismo nacional, en el contexto del mundo capitalista y de modalidades imperialistas y neocoloniales. El postcolonialismo, entre tanto, ha mostrado que el mundo periférico no logró, por el hecho de haberse librado de los lazos coloniales, alcanzar mejores condiciones de igualdad y de satisfacción de expectativas. Infortunadamente la colonialidad, como ha denunciado y escrito Aníbal Quijano, hace parte, en buena medida, de nuestra conciencia social, en las formas del racismo, del machismo, de los prejuicios. La propia ciencia social latinoamericana se muestra afectada por una especie de complejo de inferioridad frente al conocimiento del mundo desarrollado. La noción de identidad, de pensamiento propio, de proyectos alternativos con el sello de lo nuestro, se mira con desconfianza. El poder imperial ha querido enclaustrar en los límites del terrorismo las expresiones de resistencia y los ensayos de cambio en América Latina y el Caribe”.

LATINOAMÉRICA VIVE PROCESOS NUEVOS

En los últimos dos siglos, afirma Caycedo, ha habido varias revoluciones en el hemisferio latinoamericano y otros tantos procedeos avanzados, no sólo al comienzo de las movimientos de liberación anticolonialista.

“Hoy mismo existe una revolución socialista en Cuba que tiene una identidad propia. En sus primeros 50 años, que se conmemoran actualmente, nos enseña mucho sobre las potencialidades que encierran las luchas populares, independientemente de sus formas. Las revoluciones mexicana de 1910 y boliviana de 1952 tuvieron frenos, límites y reversazos. Desde finales del siglo XX América Latina vive procesos nuevos, que están en franco desenvolvimiento que en varios casos podrían desembocar en auténticas revoluciones, si los guía un ideario transformador y si las fuerzas motoras, con sus instrumentos políticos, logran atravesar unidos los complejos momentos de contradicción”.