sábado, 31 de mayo de 2008

NEOLIBERALISMO


“LOS TLC NO SON LA SOLUCIÓN PARA EL DESEMPLEO”: ALBERT BERRY


POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ

Es muy difícil lograr generar empleo cuando se está creciendo en América Latina a niveles promedio del 5% del Producto Interno Bruto (PIB). Esta es la conclusión del economista y profesor canadiense Albert Berry, quien participó recientemente en Bogotá en un seminario organizado por la Secretaría de Gobierno de la capital colombiana, y en el que planteó algunas reflexiones para crear empleo decente.

Berry, profesor emérito y director de Investigaciones del Programa de América Latina y el Caribe en el Centro de Estudios Internacionales de la Universidad de Toronto (Canadá) y candidato a Premio Nobel de Economía, sostuvo que tampoco se obtendrá empleos de calidad mientras los países latinoamericanos solamente exporten materias primas. Como alternativa planteó la necesidad de apoyar financiera y tecnológicamente a las pequeñas y medianas empresas para lograr su expansión.

Este investigador se ha destacado por sus contribuciones académicas en temas relacionados con mercados de trabajo, la distribución de ingresos, la economía de la pequeña y mediana empresa y la estructura agraria con énfasis en América Latina. Ha colaborado con diversos organismos internacionales como consultor y es autor de varios ensayos económicos.

TELA PARA CORTAR lo entrevistó para ahondar en torno de su concepción sobre este tema de la expansión del mercado laboral.
Crecimiento sin empleo


- ¿Cómo se puede generar empleo de calidad en países de América Latina cuando aún impera el modelo neoliberal que produce la precarización del mercado laboral?

- Yo diría que uno de los obstáculos que hay que tener en cuenta en la generación de empleo en América Latina ha sido que el crecimiento ha sido lento en los últimos 25 años, con excepción de los últimos dos o tres. Pero fuera de eso, hemos visto crecimiento económico sin empleo que es bien preocupante, así como la presencia de lo que se ha denominado ‘enfermedad holandesa’, que no es otra cosa que el hecho de que un país exporta productos que no generan mucho empleo y las importaciones en contraste, quitan empleo en agricultura y manufactura, dejando un sector servicios sobrecargado con la responsabilidad de generarlo, es lo que hemos visto en el peor grado posible en Venezuela y en otros países. También hay otro factor y es que el empleo como objetivo de la política pública no ha recibido mucha atención en los últimos años, el supuesto ha sido que el crecimiento resuelve el problema, que con suerte ocurre así pero infrecuentemente y en América Latina muy pocas veces. Por lo tanto el desafío es fuerte, aunque los gobiernos no están lo suficientemente organizados, no cuentan con un Ministerio de Hacienda con responsabilidad clara para cierta función fiscal ni está en coordinación con el Ministerio de Trabajo y otras entidades gubernamentales cuyas políticas influyen, pero no se consideran como fundamentales en la generación de empleo. Los países que han tenido éxito han hecho el esfuerzo de organizarse institucionalmente, lo que ayuda a tener una política coherente con una serie de elementos consistentes entre sí.

- ¿Qué opinión tiene de las mal llamadas leyes de flexibilización laboral que han terminado influyendo en forma notable en el desmejoramiento de la seguridad social de los trabajadores?

- Han ocasionado el desmejoramiento de la calidad de vida de los trabajadores. Esta cuestión de manejar el empleo y la seguridad social es bien complicada y un país como Colombia debe mirar con mucho cuidado el sistema de las naciones industrializadas en las que la responsabilidad de la seguridad es socializada y no es estrictamente de la empresa. Creo que ahí está la solución pero no sé si es factible en cinco o veinte años, pero finalmente es hacia allá que tenemos que innovar para que la empresa no se perjudique por altos costos laborales, pero por otro lado el trabajador tampoco se vea afectado. Por lo tanto considero que el gobierno finalmente debe responsabilizarse directamente, sobre todo en cuanto al tema del desempleo porque la baja de la calidad de la seguridad social es muy dañino.

- ¿Usted como canadiense cómo evalúa el impacto que ha tenido el Tratado de Libre Comercio de su país con Estados Unidos y México (Nafta) en cuanto a aumento o disminución de empleo y en términos generales qué resultados pueden dar los TLC en esta materia?

- Respecto de la experiencia canadiense de este tratado se ha observado un incremento en las exportaciones y el comercio con los Estados Unidos, pero con muy poco efecto para el crecimiento económico del Canadá y casi nulo efecto para la generación de empleo neto, puesto que lo que ha originado es desplazamiento de trabajadores; lo mismo ha ocurrido en Estados Unidos y en México. A ello hay que agregar que si bien a este país se han desplazado fábricas de automóviles que han generado puestos de trabajo, las importaciones estadounidenses han quitado muchos empleos y en consecuencia, fue más la expectativa que se creó que los resultados efectivos.

- ¿En buena medida la marcha o retroceso de los TLC en materia laboral dependerá de las condiciones socioeconómicas de cada país?

- Efectivamente hay que estudiar el caso de cada país, pero creo que los TLC no son la solución general para el desempleo, porque lo que se observa es que se pierden puestos de trabajo mientras que se ganan otros, pero el efecto neto no es satisfactorio.

lunes, 12 de mayo de 2008

MANIPULACIÓN MEDIÁTICA


ANTE DICTADURA MEDIÁTICA ES IMPERIOSA LA NECESIDAD DE UNA PRENSA PÚBLICA EN AMÉRICA LATINA: EMIR SADER

POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ

Además del monopolio del dinero y de las armas, América Latina es víctima del “monopolio de la palabra”, ha dicho el sociólogo brasileño Emir Sader, quien actualmente se desempeña como Secretario Ejecutivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), ante la impúdica manipulación mediática de los grandes conglomerados de la comunicación que solo les interesa fabricar una opinión pública que les permita seguir manteniendo el criminal modelo económico del libre mercado y satanizar las alternativas y gobiernos progresistas que vienen irrumpiendo en el hemisferio.

Para Sader, la prensa privada latinoamericana constituye “un circuito cerrado que condiciona lo que se denomina opinión pública, porque es una opinión selectiva determinada por el mercado de las agencias de publicidad. Esta es, -agrega-, la dinámica de la prensa mercantil que se financia no por la compra de los lectores sino por dichas agencias. Lo que les interesa es la capacidad de compra de los lectores”.

Además, otra característica de la “gran prensa” en el continente que anota el sociólogo brasileño es su condición de monopolio, frecuentemente familiar y con estrechos vínculos tanto con el partido político hegemónico como con el establecimiento.

Por eso plantea la necesidad de buscar alternativas para que en los países de América Latina se abra paso una prensa pública que permita revertir la hegemonía neoliberal. En esta lucha por el posneoliberalismo que se viene dando en diversos países del continente, señala Sader, “un rol central es la construcción de una prensa pública que no debe ser solo de debate sino también de consolidación de nuevos valores, porque no hay otra forma de vida hoy día que dispute la hegemonía capitalista de la vida norteamericana. Ellos penetran en el mundo prácticamente sin defensa, sin resistencia fuerte, no hay otra forma de sociabilidad que se les oponga con fuerza a nivel global y bastante también a nivel local. Una prensa pública no debe sólo dedicarse a la información, al debate y a la construcción de valores, sino que debe dar una especial atención a los jóvenes pobres. Gran parte de nuestro futuro se está definiendo con esos jóvenes de la periferia de las grandes ciudades, que son la mayoría de la población y que no tienen futuro en el mercado capitalista, no son los consumidores de lujo del futuro, no son los obreros calificados del futuro, pero son la mayoría y hoy día están abandonados a la ideología dominante, a las alternativas que les presentan el consumo, el evangelismo, el narcotráfico, etc.”

De lo que se trata es de “desmercantilizar y llevar al ámbito de la solidaridad, de la complementariedad y del intercambio a la esfera pública”

La esencia entonces de generar una prensa pública no es solamente “incentivar el debate político, el debate formativo, es también dar espacios de construcción de identidades diversificadas, de identidades autónomas que, en gran medida, se orienten hacia los jóvenes porque son aquellos que tienen más disponibilidad ideológica. La mayor demostración de la hegemonía ideológica del modo de vida norteamericano es cuando los pobres, los más masacrados y víctimas de la globalización neoliberal, asumen valores y expectativas que son las exportadas por Estados Unidos. Un objetivo central de una prensa pública es apoyar la construcción de sociabilidades, identidades alternativas, consensos alternativos en el marco de la construcción de una hegemonía alternativa a la neoliberal”.

En diálogo con http://www.cronicon.net/, Emir Sader se refirió a lo que el denomina “el monopolio de la palabra” y al momento político de Latinoamérica.


- Usted ha señalado que América Latina marcha hacia el posneoliberalismo, sin embargo los países de la región siguen enfrentando el esquema del capitalismo salvaje de mercado. ¿Considera usted que se está avanzando hacia otro modelo económico?

- En la década los años 90 había una lucha popular de resistencia al neoliberalismo que era casi unánime en América Latina. A partir de la elección de algunos gobiernos que dan paso hacia la ruptura con el neoliberalismo ya se pueden ver algunos espacios desde los que se practican políticas alternativas. Hoy en día se sigue manteniendo hegemónicamente el modelo neoliberal en países tan grandes como México, Argentina, Brasil, Chile y Colombia, pero otros como Venezuela, Ecuador, Bolivia, están dando pasos importantes, incluso proyectos como el ALBA, en el cual participa Cuba, empieza a generar un espacio de comercio justo, de intercambios que no dependen de la ley del mercado. Entonces, pasamos de la etapa defensiva a una de construcción de alternativas.

- Otra de las reflexiones suyas es que en Latinoamérica enfrentamos además del monopolio económico y de las armas, el de la palabra. ¿Cómo combatir este fenómeno que está generando manipulación mediática y propagandística a favor de los sectores dominantes?

- Es prioritario buscar mecanismos que permitan romper el monopolio privado de los mass media que están imponiendo las pautas de instrucción y producción de las ideas que dominan la mente de las personas, para lo cual hay que democratizar los medios de comunicación. Sin democratización de los medios de comunicación difícilmente habrá democracia en América Latina, hay que construir medios alternativos, hay que diversificar las programaciones, hay que promover diversas y múltiples formas de la expresión popular y, sobre todo, formas pluralistas de medios de comunicación.

- ¿Qué opinión le merecen los medios de comunicación estatales que generalmente son satanizados por considerar que son canales propagandísticos de los gobiernos?

- Una prensa estatal es perfectamente posible, no es vergonzante, porque en caso contrario se coloca a la defensiva lo que se opone a la esfera mercantil, pretendiendo caracterizar que todo lo que es estatal es antidemocrático. Los gobiernos no se atreven a decir que tienen una prensa oficial, una prensa que da el punto de vista del gobierno, pero cuando son elegidos democráticamente tienen todo el derecho y la obligación de informar, sino quedan de rehenes de los espacios que da la prensa privada, de los espacios de la televisión, que a veces tienen derecho de reivindicar.

- Hablemos un poco de su país. ¿Cómo analiza la gestión del presidente Lula da Silva? ¿Se quedó aprisionado en los esquemas neoliberales?

- Mantiene el modelo económico que aunque flexibilizado es todavía el que heredó del gobierno de Cardozo, modelo neoliberal. Lo que sí hay es una política exterior que privilegia la integración regional, hay una política cultural muy democrática y una de educación que ha roto con los procesos de privatizaciones. Hay elementos en el gobierno brasileño de importantes alternativas, pero el marco general es de mantener el modelo económico, lo cual hace que sean posibles políticas sociales pero no suficientemente para cambiar la cara socioeconómica de Brasil. En consecuencia, se puede decir que es un gobierno contradictorio, porque tan importante como el modelo neoliberal es la política exterior. Los países que firman tratados de libre comercio están en la peor situación posible y hay algunos que aún mantienen el modelo como Brasil, Argentina y Uruguay que sin embargo privilegian la integración regional y eso es positivo.

- ¿Cómo visualiza usted el Socialismo del Siglo XXI en países como Venezuela, Ecuador y Bolivia, y otros que seguramente van a optar por modelos alternativos?

- Creo que lo fundamental hoy en día es combatir la mercantilización del mundo, combatir esa idea y esa práctica de que todo tiene precio, todo se vende, todo se compra, todo es mercancía. Democratizar es desmercantilizar, crear espacios públicos en que los derechos predominen sobre las mercancías y sobre la concurrencia, ese es el primer paso para empezar a crear una democracia que puede llegar a ser el Socialismo del Siglo XXI. Se trata de refundar el Estado alrededor de la esfera pública y desmercantilizar todo lo que sea posible en la sociedad para darle paso a la universalización de los derechos.

- ¿La concepción del Estado liberal hizo crisis?

- Sí, seguramente hizo crisis porque no logró ni retomar el desarrollo económico y menos todavía promover bienestar social, derechos. Y de lo que se trata ahora es de construir alternativas; luchar por otro mundo posible es avanzar en proyectos antineoliberales.

- En América Latina uno de los más firmes aliados a Washington es el gobierno de Álvaro Uribe en Colombia. ¿Cuál es su percepción en torno del proceso de derecha que ha impuesto Uribe en este país andino?

- Con enorme simpatía he observado el triunfo del Polo Democrático Alternativo en Bogotá con Samuel Moreno Rojas, que en el contexto colombiano aparece como una gran fuerza popular, democrática, antineoliberal, que se opone a Uribe y al tratado de libre comercio con Estados Unidos. En América Latina vemos con mucha esperanza el surgimiento y avance de una fuerza como el Polo que viene a ocupar un espacio que hasta hace poco estaba de alguna manera vacío y que ahora se ha constituido en una oposición democrática y popular de masas al gobierno derechista de Uribe.

sábado, 3 de mayo de 2008



AFIRMA MINISTRO DE MINAS Y PETRÓLEOS DE ECUADOR, GALO CHIRIBOGA


“LA INTEGRACIÓN ENERGÉTICA EN AMÉRICA LATINA ES UN HECHO”


POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ

Ecuador, como bien lo ha afirmado el presidente Rafael Correa, vive una época de cambio, en la que se vienen dando procesos de transformación en todos los niveles institucionales de este pequeño país suramericano en el empeño de mejorar las condiciones de vida de sus habitantes y, fundamentalmente, posibilitar una estructura socioeconómica más justa y equitativa.

Dentro de este contexto, la política energética ecuatoriana constituye un área vital y estratégica para el desarrollo social y de infraestructura del país. El gobierno de Correa le ha dado un nuevo enfoque a la gestión para el aprovechamiento de los recursos petroleros y mineros, la cual se caracteriza por ser soberana, responsable con el medio ambiente e incluyente en términos sociales, aportando a la vez posibilidades para la integración regional en cuanto a exploración y explotación.

Para abordar los elementos de la política de hidrocarburos en Ecuador, ELCORREAZO.COM dialogó con el ministro de Minas y Petróleos, Galo Chiriboga Zambrano, un experimentado abogado, con amplia trayectoria en el sector público.

Presidente de la Asociación Americana de Juristas, capítulo Ecuador, con magíster en Administración de la Universidad Eafit de Medellín, Colombia, y especialización en Derechos Humanos de la Universidad Robert Shuman de Stasbourg, Francia, Chiriboga Zambrano se ha desempeñado como ministro de Trabajo y de Gobierno, así como presidente de la estatal petrolera Petroecuador e intendente de la provincia de Pichincha. Su gestión durante el primer año en el Ministerio se ha caracterizado por darle un viraje al manejo de la política petrolera ecuatoriana.


- Con el aumento ostensible del precio del petróleo, ¿en qué medida la situación fiscal del Ecuador ha mejorado?

- El 2008 va a ser un buen año petrolero para el Ecuador gracias a los precios que nos benefician como país exportador, pero también hay que señalar que somos importadores de derivados de combustibles y, por lo tanto, ese componente afecta y tiene una repercusión. Creo que el precio del barril de más de cien dólares no se va a mantener y es una situación transitoria y especulativa, sin embargo la tendencia de los precios ha estado cercana entre los 87 y los 90 dólares y al parecer ese será el promedio en el que se mantendrá durante este año.

- ¿En el PIB ecuatoriano qué tanto pesan las exportaciones petroleras?

- Nuestro presupuesto se financia con alrededor del 32% de las exportaciones petroleras. En el 2007 el único que no creció fue el PIB petrolero, pero en contraste, todos los sectores crecieron.

- ¿Y cuál fue la razón para no crecer?

- Hubo varios problemas, pero fundamentalmente se debió a falta de inversión, a algunos problemas sociales que generaron paralización en los campos de producción.

- El Ecuador va a ingresar como miembro pleno de la Organización de Países Productores de Petróleo (OPEP)?

- Estamos como miembros plenos de la OPEP a partir de noviembre de 2007 y la primera ventaja que tenemos por hacer parte de esta organización es de tipo político. Para un país petrolero aunque marginal como es Ecuador al pertenecer a un foro como éste donde se discuten las políticas de precios, las políticas tecnológicas, las estrategias de mercado a nivel internacional, es sin duda muy beneficioso. Pero, adicionalmente, el reingreso de Ecuador fortalece a la OPEP, porque es un país latinoamericano que tiene una presencia internacional en materia petrolera y que junto a Venezuela son las únicas dos naciones de esta región en esta organización.

- ¿Cuál es su lectura de la política petrolera mundial en el corto y mediano plazo?

- La OPEP ha adoptado tres políticas bases para el inmediato futuro: abastecer adecuadamente al mercado; mantener la dinámica de la economía internacional; y tercero, producir en términos ambientales de la mejor manera posible.

- ¿Se están dando verdaderos pasos para una integración latinoamericana en el ámbito energético? ¿Cuál es la postura del gobierno del presidente Rafael Correa en esta materia?

- La política del gobierno del presidente Correa es de real integración energética en América Latina, no sólo en el discurso sino en hecho concretos. Nosotros tenemos una asociación con PDVSA, la empresa estatal de Venezuela, en virtud de la cual vamos a impulsar varios proyectos como la nueva refinería para Manabi que tendrá capacidad de aproximadamente 300 mil barriles diarios de crudo pesado y que ya se está ejecutando. Esta será una refinería para las Américas en la que no solo estarán Ecuador y Venezuela sino que haremos una promoción entre las demás empresas estatales latinoamericanas para que sean parte del proyecto. Con Colombia estamos trabajando en el proyecto de extender el gasoducto colombo-venezolano hasta Popayán y existe la oferta oficial de extenderlo hasta la frontera ecuatoriana. Con Perú, venimos hablando de la posibilidad de abastecernos de gas natural por la frontera sur. Con Chile vamos a concretar un proyecto de asociación que nos permita en conjunto hacer exploración de gas en el golfo de Guayaquil. Con ECOPETROL de Colombia tenemos una relación muy cercana de asesoramiento de utilización de gas natural, al tiempo que nos están apoyando en un proyecto vinculado a la utilización de GTP para el sector del transporte público. De esta manera estamos haciendo integración energética.

- Un cambio sustancial en su política petrolera sido la intervención para revertir la situación inicua en que las transnacionales concentraban el 80% de las ganancias del precio del crudo; ahora estas empresas deben pagar el al Estado ecuatoriano el 99% de la renta extraordinaria por sus ventas. ¿En qué va esta medida, ya se está cumpliendo?

- Sí, ya se está cumpliendo, hay empresas que ya están honrando esta obligación. Y esto hace referencia exclusivamente a las ganancias extraordinarias que las empresas petroleras han tenido por el valor del crudo en el mercado internacional que lamentablemente no estaba fijado en los contratos para determinar qué pasaba si el valor del precio referencial establecido se incrementaba.

- ¿Ha habido resistencia por parte de las transnacionales a la adopción de esta medida?

- Obviamente esto ha generado una oposición de las transnacionales en el sentido de que se sienten afectadas en sus intereses, pero ese es un tema que para nosotros está superado. Les estamos haciendo una propuesta a esas empresas en el sentido de que renegociemos los contratos petroleros y que salgamos del modelo de participación que rige actualmente a un modelo de contrato de prestación de servicios. ¿En qué radica la diferencia? En que en un contrato de prestación de servicios se ratifica el concepto de que el petróleo es de Ecuador y que nosotros solo contratamos a estas empresas para que hagan el trabajo de extracción bajo nuestro directo control.

- La explotación de cobre en Ecuador es muy prometedora. ¿El Ministerio a su cargo que política tiene al respecto?

- Nosotros tenemos una política de promover una industria minera responsable con el medio ambiente; responsable con las comunidades a las cuales se vincula; promover una participación activa del Estado en la obtención de recursos. Nosotros no queremos que el recurso minero solo favorezca a las empresas que lo explotan sino que en esa explotación el Estado ecuatoriano tenga una participación directa no sólo en los controles ambientales y legales sino en las utilidades que lamentablemente hoy no la tenemos.

- El presidente Correa ha propuesto que la comunidad internacional aporte al menos 350 millones de dólares anuales para evitar la explotación del campo petrolero Ishpingo Tambococha Tiputini (ITT) , que se encuentra en el Parque Nacional Yasuní, un bosque amazónico que concentra una alta biodiversidad. ¿En qué va este proyecto?

- Este es una propuesta que avanza y en la que el presidente Correa le ha planteado a la comunidad internacional que aporte con recursos al Ecuador para que el país sacrifique sus ingresos por la explotación petrolera en el Parque Yasuní a cambio de que se le compense. Se ha creado un equipo de promoción de este proyecto a cargo de la chancillería ecuatoriana y aspiramos a que en el corto plazo tengamos una respuesta ojalá positiva.

- ¿Qué efectos ha tenido el Plan Colombia en la exploración y explotación de campos petroleros en el oriente ecuatoriano?

- El Plan Colombia para nosotros viene generando problemas de tensión en la frontera y esto se expresan muchas veces en situaciones de conflicto con las comunidades y afectan en forma directa a la explotación petrolera. Por eso el presidente Correa hizo una contrarréplica al Plan Colombia que lo ha denominado Plan Ecuador que formula todo un concepto de desarrollo regional e inclusión social en toda nuestra franja limítrofe con Colombia.

- ¿Cómo se podría catalogar la política energética ecuatoriana respecto a los gobiernos anteriores?

- Se caracteriza fundamentalmente por ser una política soberana, responsable con el medio ambiente, inclusiva en términos sociales y que aporta a la integración regional en materia energética.


“PARA CONSTRUIR UNA NUEVA SOCIEDAD ES IMPRESCINDIBLE DESLEGITIMAR EL CAPITALISMO”: FRANCOIS HOUTART


POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ

La lucha por la defensa de los derechos humanos, la difusión de la Teología de la Liberación dado su condición de sacerdote católico y el activismo por las causas altermundialistas hacen de Francois Houtart, el sociólogo belga y directivo del Foro Mundial de Alternativas, un referente imprescindible en el proceso de emancipación de los pueblos en ésta época en la que la humanidad no tiene otra opción que enfrentarse a la amenaza criminal del neoliberalismo si quiere subsistir.

Profesor emérito de la Universidad Católica de Lovaina, director del Centro Tricontinental, secretario ejecutivo del Forum Mundial de Alternativas, miembro del Consejo Internacional del Forum Social Mundial de Porto Alegre, presidente de la Liga Internacional por el Derecho y la Libertad de los Pueblos y director de la Casa Editorial Ruth, Houtart es ante todo un sacerdote cálido con una sólida cultura que ha dedicado su vida a luchar contra las injusticias y a difundir en forma activa y denodada el pensamiento alternativo por un mundo mejor. Viajero incansable, aprovechamos una de sus frecuentes visitas a Colombia para dialogar con él.

- Usted ha venido hablado de unos factores para consolidar un proceso alternativo en América Latina. ¿Cuáles son esos factores?

- Los factores de los que vengo hablando hacen referencia a una voluntad política, ante todo, que permita avanzar en el proceso y a un apoyo popular que constituya un paso hacia el socialismo que para el siglo XXI debe ser un proyecto constructor, capaz de contradecir la barbaridad, consolidar un modelo económico post-capitalista, que propugne por la defensa de la dignidad humana y el amor al prójimo. Estos son pasos fundamentales, pero hay otros importantes que debemos tener en cuenta, como por ejemplo, la necesidad de una organización política, la concreción de unos métodos de trabajo para cumplir con las etapas necesarias, e igualmente, la ética porque la corrupción y el autoritarismo al interior de las organizaciones terminan destruyendo todo proceso.

- También ha hablado usted de la necesidad de deslegitimar el capitalismo y de volver por una ética del medio ambiente...

- Exactamente, la base de todo para la construcción de una nueva sociedad es deslegitimar el capitalismo, no solo condenar sus abusos y excesos sino su lógica misma, porque la lógica del capitalismo es lo que nos lleva a las catástrofes sociales de millones y millones de gentes que sufren de hambre o que viven en la miseria o la pobreza, pero por otra parte también, es prioritario enfrentar la destrucción del medio ambiente, lo que constituye la destrucción de la vida. Esa es la lógica del capitalismo cuyo objetivo a corto plazo es la ganancia y la acumulación sin preocuparse de los otros factores, o les pone atención a último momento cuando es demasiado tarde. El capitalismo solo cambia de orientación cuando hay una relación de fuerza que lo pone en desventaja, o cuando hay una revolución, o cuando hay cambios climáticos tan fuertes que pueden terminar por afectarlo. Por eso otra filosofía de simbiosis entre el ser humano y la naturaleza, no de explotación, es absolutamente necesaria.

- Según su percepción política, solamente en América Latina es donde se están dando procesos de resistencia y de transformación. ¿El resto del mundo está rezagado?

- Es un hecho que las fuerzas de transformación en otras partes del mundo no han logrado aún una real posibilidad de realizar cambios. En Asia todavía el neoliberalismo es el modelo predominante en los denominados tigres asiáticos, aún en la China, Vietnam, o la India, el capitalismo es visto como oportunidad y no como agresión por la mayoría de la gente, porque se piensa que va a permitir un cierto desarrollo. Sí hay un crecimiento espectacular pero solo del 20% de la población, pero no del resto. Al contrario, en América Latina el neoliberalismo se ha visto realmente como una agresión, talvez por la aproximación con Estados Unidos y por la brutalidad del proceso. En Europa, por ejemplo, la mayoría de la gente cree todavía que la economía de mercado va a ser la tabla de salvación y por eso no se quiere acabar con el sistema, lo que significa que el capitalismo ha tenido el éxito de mantener la hegemonía cultural, pese a que cada día hay más víctimas, más pobres y mayor vulnerabilidad de la clase media. A pesar de ello en el continente europeo no hay la irrupción de fuerzas que propendan por la transformación del sistema económico y cuando reaccionan lo hacen vinculándose con los partido de extrema derecha.

- ¿Y en África?

- En África lo que sucede es que como ha salido recientemente del colonialismo su problema es el de construir su identidad política y por eso ha habido menos atención a la agresión del neoliberalismo, no obstante que es el continente más explotado dentro del modelo de la globalización económica. Pese a ello, aún no hay experiencias reales de resistencia o de aparición de alternativas.

- Uno de los factores de poder en el mundo que ha contribuido a consolidar el pensamiento hegemónico del capitalismo es la Iglesia Católica. Sin embargo un hombre como usted, con un apostolado académico y participativo en las luchas sociales, ¿por qué optó por el sacerdocio?

- Ah bueno, es que yo desde muy joven quería ser misionero y por eso mantenía correspondencia con misioneros en la India y aunque no conocía la situación real del mundo, esa era mi vocación y mi deseo. Como no podía ingresar a una orden misionera porque mi padre que se casó de 40 años me pidió que me quedara en Bélgica cuidando la familia, dado que yo era el mayor de sus 14 hijos. Entonces no tuve otra alternativa que ingresar al clero diocesano en donde logré mucho contacto con los sacerdotes obreros en Francia, luego me enrolé en la resistencia guerrillera durante el último año de la Segunda Guerra Mundial y, finalmente, fui muy activo con el movimiento de la Juventud Obrera Católica, la JOC. De esta manera me involucré mucho con los problemas sociales y cuando terminé mis estudios de teología y una vez fui ordenado sacerdote solicité poder continuar los estudios sociales, por lo que pasé tres años en la Universidad de Lovaina y después obtuve una beca para la Universidad de Chicago, donde permanecí un año. Posteriormente y gracias a los vínculos que tenía con la JOC pude ir a recorrer América Latina, continente que siempre me interesó porque encontré bastantes latinoamericanos en Lovaina. Cuando retorné fui nombrado secretario en la curia arzobispal, lo que no me gustaba mucho, pero muy rápidamente logré constituir un centro de estudios socio-religiosos que trabajó sobre Bélgica en un principio y, luego, sobre América Latina, Asia y África. En desarrollo de estas actividades de investigación estuve muy comprometido en la lucha contra la guerra de Vietnam, donde descubrí todo lo relacionado con el aspecto del imperialismo capitalista y después en solidaridad con los movimientos de liberación africanos, todo esto me llevó al trabajo que he realizado en todos los últimos años.

- ¿Pero su postura política no le ha traído problemas con el Vaticano?

- Claro que sí. (Risas). Bueno, yo fui experto en el Concilio Vaticano II y gracias a ello he conocido muy bien al Vaticano en su interior. Igualmente he trabajado con los obispos latinoamericanos, especialmente estuve vinculado con don Hélder Cámara del Brasil. Pero después como profesor de la Universidad Católica de Lovaina en dos oportunidades la Santa Sede trató de echarme del centro académico.

- ¿Y cómo ha sido su relación con este pontífice que es un pastor alemán de ultraderecha?

- Lo conozco muy bien porque estuve con él durante el Concilio Vaticano II y gracias a que soy jubilado de la Universidad de Lovaina no me ha llamado la atención, porque supongo que piensa que yo ya no soy peligroso durante mucho tiempo... (Risas).

- ¿Usted que fue amigo y profesor del sacerdote guerrillero colombiano del ELN, Camilo Torres Restrepo, considera que en Colombia y en América Latina su pensamiento revolucionario sigue teniendo vigencia?

- Cómo no, claro, más que nunca, porque justamente ahora hay razones de esperanza ya que en algunos lugares del continente latinoamericano hay experiencias concretas de alternativas políticas, exactamente en la orientación de lo que Camilo pensaba.

- ¿Considera que la decisión de Camilo de irse a la lucha armada fue equivocada?

- El asunto no se puede juzgar en abstracto. El problema de la lucha armada como una forma de resistencia o de una vía para tomarse el poder se debe siempre juzgar en el entorno del momento. Cuando Camilo tomó su decisión el entorno social y político era muy diferente al de hoy, era un momento en el que estaba en pleno auge la revolución cubana, posteriormente se produjo la revolución sandinista, así entonces había ejemplos en los que la lucha armada se presentaba como la alternativa para lograr un cambio real. Y es en ese contexto en el que se movía Camilo. Hoy día la situación es muy diferente. Yo no veo que a través de la lucha armada se llegue a un resultado que permitiera en América Latina un cambio fundamental en beneficio de los intereses del pueblo, lo que no significa que esta salida sea excluida en principio, pero debemos juzgar las situaciones muy concretas dentro de las cuales estamos.

- ¿Y cuál es su percepción del conflicto armado en Colombia?

- En primer término quiero señalar que no descarto que en ciertas coyunturas la lucha armada sea legítima, lo digo por experiencia, por cuanto yo participé activamente en la resistencia armada de Bélgica durante la Segunda Guerra Mundial y nadie podrá discutir la legitimidad de nuestra causa. Lo importante no es caer en una acción puramente pacifista, ni tampoco en un fundamentalismo a favor de la lucha armada. En cuanto a su pregunta del conflicto en Colombia considero que en el actual entorno la resistencia armada no es la solución. Creo que la salida al problema colombiano es la organización del pueblo a través de la consolidación de una fuerza social con vocación política que luche contra el modelo neoliberal.


- Otra de sus propuestas interesantes es la de crear una Corte Penal Internacional contra el capitalismo. ¿En qué la sustenta?

- Es una propuesta de juristas internacionales que ya está caminando y es una consecuencia de varias sesiones de trabajo y debate del Tribunal Permanente de los Pueblos, en donde se ha acusado por ejemplo al Fondo Monetario Internacional, al Banco Mundial y a grandes multinacionales por diversos crímenes que han cometido contra la humanidad. Ya hay una proyecto bien elaborado y sustentado para constituir una Corte Penal Internacional que condene los crímenes económicos, claro que se va a tomar algún tiempo todavía para realizarlo, pero la idea ya está.

- En el mes de noviembre de 2007 usted presidió el Tribunal Internacional de Opinión que sesionó en Bogotá para abocar el problema del desplazamiento forzado en Colombia. Tras la investigación de campo y de escuchar una serie de testimonios, el tribunal consideró que el desplazamiento es un crimen de Estado en el caso colombiano. ¿Por qué?

- El tribunal que tuve el privilegio de presidir logró establecer el carácter dramático y masivo de esta situación que afecta a uno de ocho colombianos. Los testimonios provinieron en mayor parte de campesinos, comunidades indígenas y afrodescendientes. Si el conflicto armado interno explica en parte estas situaciones, de lejos la causa más frecuente es el proceso de concentración de tierras en manos de grandes terratenientes y de empresas nacionales y trasnacionales, como las mineras Anglogold Ashanti, las petroleras Repsol, BP y Petrocabada, y las compañías palmeras para los agrocombustibles como Urapalma, pero también la bananera Chiquita Brands. Eso se cumplió con la ayuda del ejército, de los paramilitares y de las sociedades privadas de seguridad, como en Irak. La violencia del proceso es tremenda. He podido verificarlo en el Chocó. A los campesinos que rechazaban entregar sus tierras se les decía :“si se niegan, negociaremos con sus viudas”, y muchas ejecuciones tuvieron lugar. Según el veredicto del tribunal, se trata de una crisis estructural. Desde medianos de los 80, los narcotraficantes decidieron traer sus divisas al país y lavarlas mediante la compra de grandes extensiones de las mejores tierras. Los carteles del narcotráfico junto con sectores de la oligarquía, de la clase política y las fuerzas militares crearon una nueva versión del paramilitarismo, bajo el pretexto de luchar contra la insurgencia. De esa manera se fraguó una alianza mediante la cual los paramilitares eliminaban a los miembros de los partidos políticos izquierdistas de oposición como la Unión Patriótica y a los movimientos cívicos que clamaban por mejores condiciones de vida. En cambio, el establecimiento colombiano les permitía continuar sus actividades ilícitas, las cuales a su vez financiaban el poder político. La apropiación ilícita de tierras promovió no sólo una fuerte concentración inequitativa, sino también una transformación del uso.

- A ello hay que agregar que el modelo neoliberal del cual el presidente Álvaro Uribe es uno de los abanderados en América Latina, también ha contribuido notablemente al desplazamiento forzado en Colombia...

- Efectivamente, los desplazamientos tuvieron un nuevo incremento durante la primera mitad de la década de los años 90 cuando entraron en auge las políticas neoliberales que facilitaban el paso de las inversiones trasnacionales. Grandes empresas requirieron un camino libre para avanzar en la apropiación de tierras donde se localizarían megaproyectos de inversión: agrícola, industrial, minero, portuario, turístico, vial. El Plan Colombia de 1997, estrategia militar financiada por Estados Unidos con el pretexto de contrarrestar el avance de las guerrillas, tenía en realidad el fin de controlar el poder político y económico en determinadas regiones del país. Bombardeos indiscriminados, capturas masivas, criminalización de los movimientos sociales, fuerte presencia militar en determinadas regiones explican el incremento. Si en los últimos años las cifras disminuyeron relativamente, es porque existen zonas despobladas disponibles e inmensas extensiones de tierras ya desposeídas. Al mismo tiempo, el gobierno colombiano está promoviendo una legislación que pretende legalizar los despojos y dejar en la impunidad los crímenes cometidos.