domingo, 21 de diciembre de 2014

COLOMBIA

ENTREVISTA CON EL POLITÓLOGO Y FILÓSOFO COLOMBIANO LEOPOLDO MÚNERA RUIZ


“EL ENFOQUE DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR PÚBLICA EN COLOMBIA ESTÁ EN FUNCIÓN DE LAS NECESIDADES DEL CAPITAL Y NO DE LAS DEL PAÍS”





POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ


El panorama de la educación superior pública en Colombia es desolador. La política del gobierno del presidente Santos en este vital sector para el conocimiento de la sociedad está dirigida fundamentalmente a satisfacer las necesidades del capital y de las denominadas “locomotoras” que pueden jalonar lo que para los ortodoxos neoliberales significa “desarrollo”. En ese sentido este reputado investigador social y docente universitario apunta a señalar que el interés oficial se enfoca a dar tratamiento de servicio a la educación y no de derecho fundamental para los colombianos.


Una educación de baja calidad que contribuya al desarrollo de maquilas, acorde con los intereses del capital transnacionalizado mediante la reprimarización de la economía colombiana que tiene que ver con la minería, los monocultivos, la especulación financiera, que son las actuales formas expeditas de acumulación de capital.


Para analizar en detalle la realidad de la educación en Colombia,  el Observatorio Sociopolítico Latinoamericano www.cronicon.net dialogó con el politólogo, abogado y filósofo Leopoldo Múnera Ruiz, docente de amplia trayectoria y exvicerrector de la Universidad Nacional.


Tópicos como la autonomía universitaria, las reformas del gobierno que se propone impulsar en el ámbito de la educación superior, los problemas de cobertura y calidad son abordados por este abogado de la Universidad del Rosario con un magister en Filosofía del Derecho de la Università degli Studi di Roma y doctorado en Ciencias Políticas de la Universidad de Lovaina (Bélgica).


NUNCA HA EXISTIDO REAL AUTONOMÍA UNIVERSITARIA EN COLOMBIA


-          De las intervenciones que usted ha hecho en los últimos meses se puede colegir que la autonomía universitaria no está en peligro en Colombia, sino que está en vías de extinción. ¿Por qué?

-          No es que esté en vías de extinción sino que nunca ha existido una real autonomía universitaria en Colombia.  Colombia fue de los países que tuvieron un mayor retraso en la adopción de esa autonomía universitaria que viene de la Reforma de Córdoba (Argentina) de 1918. Llegó tarde, no fue un movimiento dinámico dentro del país, fue un movimiento que tenía muy pocos representantes, uno de ellos era Germán Arciniegas, y realmente nunca fue consagrada institucionalmente hasta la Constitución de 1991. Sin embargo con la aprobación de la Ley 30 de 1992 no se desarrolló jamás la autonomía plenamente. Cuando digo plenamente, o por lo menos en sus cuestiones básicas, expreso que las universidades obedezcan a la autodeterminación de las comunidades académicas, eso no se dio.  Que exista una real autonomía presupuestal, que los Consejos Superiores no sean dominados por autores externos, en fin, todos esos elementos jamás tuvieron una realización en Colombia. Entonces hemos tenido una autonomía bastante recortada, una autonomía a medias y en eso somos unos de los países de América del Sur más atrasados. En ese sentido, la autonomía universitaria es un elemento importante para el desarrollo de las democracias de esta región del mundo.

-          Y con las últimas medidas de orden legislativo que está impulsando el gobierno del presidente Santos vamos en mayor retroceso…

-          Vamos hacia atrás evidentemente. Acaba de ser aprobada una ley creando una superintendencia en la que no se considera realmente la educación superior como un derecho sino como un servicio. En consecuencia, se va a controlar a la educación superior como un servicio, se le dan algunas facultades para intervención previa al Ministerio de Educación, y no se tiene en cuenta las comunidades en la resolución de los problemas de las instituciones. La educación superior en Colombia tiene serios problemas, entre otras cosas porque la cobertura se desarrolló a través de dos caminos perversos: uno, la explosión de la matrícula privada de mediana y baja calidad que fue lo que tuvimos muchos años. Entonces una gran cantidad de instituciones que se llamaron jocosamente en Colombia de “garaje” pero que son las que están atendiendo a una buena parte de la población estudiantil, y dos, una hipertrofia del  Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena), ofreciendo una educación técnica y tecnológica, que es muy necesaria en el país, pero es una educación de baja calidad y de baja inversión. Por lo tanto, estamos en un momento donde tenemos una gran cantidad de instituciones que son el negocio de la educación superior, que no ha sido debidamente controlado por ningún gobierno, y por otro lado tenemos un Sena que está creciendo en forma descomunal pero sin un norte sobre cuál es el tipo de educación técnica y tecnológica que está necesitando Colombia. No creo, en consecuencia, que caminemos en la dirección adecuada para solucionar los problemas de la educación superior colombiana.

-          ¿En síntesis se podría señalar que Colombia ha adoptado el modelo privatizador del Plan Bolonia en Europa auspiciado por el Banco Mundial y el aparato propagandístico del neoliberalismo, la denominada eufemísticamente Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)?         


-           No, porque el Plan Bolonia es la propuesta para las universidades europeas que tienen unas características muy específicas, con problemas de movilidad estudiantil, con unas circunstancias muy diferentes, con un nivel de desarrollo muy diferente al colombiano, con una educación pública muy fuerte; entonces no podríamos decir que aquí se está siguiendo el Plan Bolonia.

-          Pero el objetivo en últimas es privatizar la universidad europea…


-          Sí, sin embargo hay varios objetivos porque uno es lograr garantizar la mayor movilidad interna en Europa,  otro es estandarizar los programas en términos de ese continente y la privatización es uno de los puntos pero es muy débil con respecto a lo que existe en América Latina. Es que nosotros tenemos en Colombia especialmente, y no en toda América Latina, una educación superior privada que es muy fuerte, lo cual es absolutamente inexistente en Europa y en algunos países latinoamericanos. En Argentina, por ejemplo, el eje de su educación superior, es pública. En México la educación superior pública es muy importante; en Chile se ha ido desarrollando una educación superior privada y una pública pero esto es efecto también de la dictadura, lo mismo sucedió en Brasil, pero realmente Colombia tiene ese modelo perverso donde ha habido una explosión de instituciones privadas de muy mala calidad que jamás han tenido control y con eso se ha aumentado la cobertura. Se ha aumentado mal, porque Colombia no tiene una gran cobertura, comparada con América Latina, y se han inflado las estadísticas en los últimos años con el Sena que es lo que estamos viendo.







-          ¿Qué consecuencias tendría en el ámbito educativo del país el ingreso de Colombia a ese club de despliegue propagandístico del modelo neoliberal a nivel global que es la OCDE, si es que lo admiten?

-          Realmente todo lo que se está haciendo por parte del gobierno colombiano es para entrar en la OCDE.  Es decir, uno de los requisitos es que hay que aumentar la cobertura, que la cobertura en educación superior es  muy baja y entonces se requiere elevarla. También se quería liberar el mercado de la educación superior, eso no se logró con la pasada reforma de la Ley 30 porque fue bloqueado en buena medida por la movilización de los estudiantes de la MANE. Se quería abrir porque, en teoría por lo menos, no puede ser  un negocio, no puede ser mercantil la educación superior. Digo en teoría porque muchas de las instituciones privadas hacen negocio con la educación superior y han encontrado la forma de burlar la prohibición de que sea mercantil.

-          Con esta radiografía que usted nos ha hecho sintéticamente de la realidad de la educación superior en Colombia, se podría concluir que ese estancamiento del sector es consecuencia también de la hegemonía del poder político oligárquico que hay en este país. Es decir, la hegemonía en términos gramscianos es el poder cultural del grupo dominante y para el establecimiento colombiano es magnífico que no haya mayores posibilidades de educación porque de lo contrario hay altos niveles de concientización y culturización del pueblo. ¿No es ese el fin último de la clase dominante?


-          No, yo diría que es mucho más complejo que eso, independientemente si comparte uno o no, para hacer este análisis el concepto de hegemonía cultural de Gramsci. Yo diría que es más complejo porque si usted observa en los últimos años ha existido una ampliación de la cobertura de la educación superior en Colombia, y la meta para el 2034 es que siga creciendo. Ahora, dónde vamos a ampliar la cobertura en educación superior.  No se va a ampliar la cobertura en educación universitaria, en el plan que presenta el gobierno o la propuesta de política pública, la educación universitaria, la matrícula en educación universitaria o se mantiene estable o baja. En términos generales baja un poquito o baja mucho. En los dos escenarios el intermedio es ideal, entonces la ampliación de la matrícula sí va a ser en educación técnica y tecnológica, lo cual estaría muy bien si fuera de alta calidad y con buena financiación. Pero ese no es el caso en Colombia, entonces se va a hacer un aumento de cobertura con educación técnica y tecnológica de baja financiación y baja calidad. ¿Por qué?, porque lo que se necesita es una formación en un capital cognitivo básico que es el de los operadores de la máquina de funcionamiento.  Por lo tanto es mucho más complejo que dejar a la mayoría ignorante, yo creo que es formarla con un cierto sentido y una cierta necesidad del desarrollo del capital.

-          ¿Educación técnica para maquila?


-          Educación técnica para maquila y educación técnica para una nueva mano de obra que esté más formada en función de las necesidades del capital y no de las necesidades del país.

-          ¿Y en materia de ciencias sociales y económicas qué se puede decir en cuanto a calidad?


-          Ese es uno de los problemas. Si uno ve el plan y propuesta de política pública el desarrollo de las ciencias sociales va a ser mínimo.  Ya hay problemas de calidad en ciencias sociales, entre otras cosas porque las universidades públicas son las que se dedican a ellas o las que las desarrollan en el país, hay algunas privadas que también pero las universidades públicas están en una fuerte crisis de financiación.  Es decir, ha disminuido lo que es la inversión del Estado per cápita en educación superior dramáticamente en los últimos 15 años, se ha reducido a la mitad, en consecuencia no se está ofreciendo tampoco en la mayoría de las instituciones públicas una buena educación en ciencias sociales.

-          Pero esa lógica está acorde con el modelo neoliberal…

-          Está acorde con el modelo económico y con la forma de acumulación de capital que yo creo que va más allá del neoliberalismo. Hay una forma, hay una política de acumulación de capital en Colombia que está centrada en ciertos sectores: reprimarización de la economía que tiene que ver con la minería, con los monocultivos, en fin, usted tiene aquí un reacomodo de las formas de acumulación y de la territorialización de la acumulación de capital. Si se observan los nuevos programas aprobados en la Costa Atlántica, por ejemplo en instituciones públicas, todos están dirigidos hacia técnicos para los monocultivos o para la minería.  El otro sector que se está desarrollando mucho es el de servicios. No se está haciendo la pregunta sobre qué es lo que necesita este país. Por el contrario se formula el interrogante en torno a qué es lo que necesitan las locomotoras del denominado desarrollo. Y esa pregunta sí se está tratando de responder. En Colombia no hay un neoliberalismo puro sino que es un neoliberalismo mezclado con muchas formas de neoinstitucionalismo por lo cual prefiero enfocarlo en cómo son las nuevas formas de acumulación de capital.

-          Una pregunta de coyuntura. Hoy el gobierno de Santos anuncia que quiere intervenir a universidades privadas como la Cooperativa y la San Martín. ¿Qué quiere decir con ello, que les quitaría el control de la propiedad porque son fundaciones?

-          Pero es que el problema de la intervención es que el Estado debe garantizar el derecho a la educación. Y en primer lugar lo que se debe garantizar es la calidad. Ahora eso puede hacerse con la intervención directa del Estado o con una intervención indirecta. No es necesariamente quitarle la propiedad de las universidades a quienes son los dueños. Hacia dónde entonces va dirigida realmente la intervención del Estado, a sanear las finanzas o a garantizar la calidad educativa, la accesibilidad, la asequibilidad, todos los elementos del derecho.  No va dirigido hacia eso. El problema es que la intervención del Estado va hacia sanear financieramente las universidades y que sigan funcionando como lo vienen haciendo, que han sido de alguna manera útiles para el aumento de la cobertura.  Se trata es de tener unas garantías públicas para que cumplan con el derecho a la educación, que es una cosa bien diferente.


-          ¿Tras este panorama tan negativo que usted nos hace, se puede decir que en Colombia y en la universidad no hay espacio para el pensamiento crítico? Ahí está el caso palpable internacionalmente conocido del profesor Miguel Ángel Beltrán…

-          Sería una paradoja estar dando esta entrevista y decir que no hay espacio para el pensamiento crítico. Yo creo que hay restricciones y las hay en determinados aspectos y en determinadas circunstancias para el pensamiento crítico. Pero mire, el problema colombiano es este: en Colombia no se forma una opinión desde las columnas periodísticas de opinión desde hace muchísimos años.  Las columnas de opinión son marginales, aunque ahí hay una marginalidad importante digamos, quienes leen la columna de opinión en términos generales son los empresarios, cuando leen, los intelectuales, los mandos medios, pero la opinión se está formando a través de la información y de una información redundante y es ahí en el terreno de la información donde el pensamiento crítico tiene muy poca cabida. El escenario donde se restringe el pensamiento crítico es en eso, es en la producción de la información, usted tiene una información por los grandes medios de comunicación que es la que llega a todo el país que es redundante y repetitiva así los hechos que estén informando sean falsos.  Entonces tampoco es tan sencillo decir que no hay pensamiento crítico. Yo creo que hay espacios de pensamiento crítico pero también considero que hay atentados permanentes en su contra, no es solo el caso de Miguel Ángel, uno de los más recientes, también está el del profesor Alfredo Correa de Andreis y una gran cantidad de casos de persecución o el hecho de inhibir que los académicos podamos desarrollar nuestras funciones como debe ser. Es decir, impedir que una persona que tiene la mayoría de los votos en una la universidad, de toda la comunidad, sea rector, eso es una forma de inhibir el pensamiento crítico y la capacidad crítica de la academia de los colombianos.

-          ¿El hecho de que en este gobierno la primera Ministra de Educación haya sido cuota directa del principal banquero del país y que ahora la titular de esa cartera sea parte del cartel del puerto de Buenaventura, quiere decir que la ignorancia ha terminado siendo una política de Estado?

-          Ojalá fuera la ignorancia, sería menos grave. Yo creo que la política de Estado está en tener una concepción netamente utilitaria, mercantil de la educación superior y creer que la educación superior puede ser enfocada simplemente como un negocio o como un instrumento para el desarrollo económico y simplemente económico. Yo no creo que sea accidental a quiénes han nombrado independientemente de lo que usted dice, es la vinculación con el mundo de la Cámara de Comercio en el primer caso, y en el otro es una persona que no viene de la educación, pero que cumplió una función específica dentro del Sena, dentro de este modelo que tienen para la educación superior. Esto indica que es simbólico la poca importancia que le dan los gobiernos en Colombia a un derecho como la educación superior a la que simplemente la ven como un instrumento para el desarrollo y la acumulación económica.

-          Terminemos con una frase de ese gran latinoamericanista que sigue proyectándose en el tiempo que es José Carlos Mariátegui: “No es posible democratizar la enseñanza de un país sin democratizar su economía y sin democratizar, por ende, su superestructura política”. ¿Qué opinión le merece?


-          Sí, yo creo que la frase también se podría decir al revés: no es posible democratizar la estructura política y económica de un país sin democratizar la educación. Creo que hay que establecer unas relaciones de simultaneidad. Es decir, hacer las transformaciones simultáneamente, lograr transformación en la educación pero también en el sistema económico y en el sistema político. No es suficiente desde luego hacer una transformación en la educación, hay que hacer y actuar en diferentes campos simultáneamente.



lunes, 1 de diciembre de 2014

COLOMBIA

SANTOS DARÁ NACIONALIDAD COLOMBIANA A UN POLÍTICO ESPAÑOL APROVECHADOR, CAMALEÓNICO Y TRAIDOR COMO FELIPE GONZÁLEZ







POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ


En lo que se puede considerar en lenguaje coloquial un acto de “lagartería internacional”, el presidente Juan Manuel Santos concederá la nacionalidad colombiana al cuestionado expresidente del gobierno español, Felipe González Márquez, caracterizado por haber traicionado la ideología socialista de su partido, enriqueciéndose gracias a las privatizaciones que realizó durante su corrupta administración de casi 14 años (1982-1996), y por desempeñarse actualmente como cabildante del magante mexicano Carlos Slim.


Según el portal en internet Confidencial Colombia, “la jugada de (Santos de) convertir a González en ciudadano colombiano, estaría motivada por la necesidad de contar de manera más cercana con su apoyo y vocería internacional, en respaldo a los diálogos de La Habana”.


Como en la lógica neoliberal de Santos la paz “es un buen negocio”, la “ayuda” del exmandatario ibérico será importante para la aproximación con las transnacionales para que bajo el supuesto de la atracción de la inversión extranjera en los tiempos del posconflicto, sigan saqueando y expoliando a Colombia.


Constituye una vergüenza que Santos dé la nacionalidad colombiana a un personaje oscuro de la catadura ética y política de González Márquez, quien luego de su largo gobierno se dedicó a “neoliberalizar” y por ende a derechizar a su Partido “Socialista Obrero” Español y a la Internacional Socialista. Gracias a su activa participación, dicho partido dejó de ser Socialista y Obrero, así como esa Internacional desechó también su ideología matriz para abrazar el credo criminal del “libre comercio”, convirtiendo a Europa en un continente que retorna al “fascismo social”, alusión del intelectual y cineasta italiano Pier Paolo Pasolini, retomada por el sociólogo portugués Boaventura de Sousa para significar el vaciamiento de la democracia.


Traidor y negociante ante todo


Tras su controvertido paso por el gobierno, muy poco o casi nada quedó del Felipe González que el mundo democrático de Occidente conoció como el dirigente socialista que apostaba por la democratización y modernización de España. Ahora se había derechizado e igual que su homólogo de la caverna conservadora, José María Aznar, lo único que le importaba era ponerse al servicio de las transnacionales, los magnates y los grandes especuladores financieros para, de esta manera, llenar sus alforjas.


Por eso se puso a las órdenes del mexicano Carlos Slim y en América Latina cobra sustanciales “honorarios” para “asesorar” a gobiernos neoliberales como el de Juan Manuel Santos, o a candidatos presidenciales de rancia ideología fascista como el venezolano Henrique Capriles Radonski.


González, tan pronto como llegó al Palacio de La Moncloa en diciembre de 1982, comenzó a traicionar el legado ideológico de Pablo Iglesias Possé fundador del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en 1879.


En efecto, durante sus trece años y medio de gobierno, González implemento medidas económicas de claro tinte neoliberal: recortó las pensiones, implementó una reforma de flexibilización laboral para favorecer a la gran empresa, y debilitó la industria nacional.


En política internacional fue sintomática su actitud pérfida por cuanto que durante el gobierno de su antecesor Leopoldo Calvo-Sotelo se opuso férreamente al ingreso de España a la alianza europea de ofensiva militar, OTAN, pero una vez llegó a La Moncloa no tuvo mayores reparos en retractarse. Convocó un referéndum en 1985 e hizo campaña en favor de que su país hiciera parte de ese instrumento bélico que está bajo las órdenes de Washington.


Aún se recuerda la censura que ejerció González para que la canción protesta, antimilitarista Cuervo ingenuo de Javier Krahe, no fuera transmitida en Televisión Española antes del referendo sobre el ingreso de España a la OTAN.


En su afán de mostrarse colaborador con la Casa Blanca, apoyó con el envío de tropas (incluyendo a marineros de reemplazo), a las Fuerzas Aliadas en la primera Guerra del Golfo de 1991 y puso a disposición los puertos y aeropuertos españoles para la cadena logística de la preparación de esa aventura bélica estadounidense, así como autorizó para que parte de los aviones B52 que bombardearon Irak despegaran desde España.


Su gobierno también será recordado por los escándalos de corrupción y el impulso secreto de bandas paramilitares para que realizarán acciones de guerra sucia contra ETA.


González promovió agrupaciones armadas parapoliciales que practicaron lo que se llama terrorismo de Estado a través de los denominados Grupos armados de liberación (GAL), siendo responsables de 23 asesinatos, incluyendo a víctimas sin relación con el terrorismo.


A través del Ministerio del Interior usó en forma irregular fondos reservados que entre los años 1987 y 1993, el Gobierno destinaba a la lucha antiterrorista y contra el narcotráfico. Durante el juicio quedó probado que el dinero sustraído, unos 5 millones de euros, fue utilizado para uso privado, pago de sobresueldos y gratificaciones a funcionarios y altos cargos de Interior y, en algunos casos, en enriquecimiento personal.


Su paso por el gobierno le deja a González un inconmensurable aprovechamiento personal, por cuanto las privatizaciones que realizó le han dado enormes réditos económicos. En 1994, durante su última legislatura la empresa pública Enagás fue privatizada y en consecuencia vendida a Gas Natural, fruto de la fusión entre Catalana de Gas y Gas Madrid. El 16 de diciembre de 2010, dieciséis años después de esta privatización, González fue contratado como consejero independiente de Gas Natural Fenosa. Solo durante 2011, según informe publicado por dicha empresa, cobró un mínimo de 126.500 euros brutos. Su nombramiento se hizo por tres años y puede renovarse hasta alcanzar un máximo de doce años.


“Neoliberalización” de la Internacional Socialista


Si lo anterior fuera poco, este expresidente astuto para los negocios, fue elegido en el XX Congreso de la Internacional Socialista, celebrado en Nueva York en septiembre de 1996 para liderar la creada Comisión Progreso Global, cuyo objetivo era “elaborar una plataforma de ideas para renovar el pensamiento socialdemócrata”.


De esta manera, González adoptó la doctrina neoliberal para la Internacional Socialista, haciendo suyos además postulados de la denominada “Tercera Vía” del criminal de guerra británico Tony Blair, la cual no es más que un disfraz de derecha para enmascarar la conversión del Partido Laborista inglés.


Este es un breve perfil del oscuro y camaleónico personaje político a quien Juan Manuel Santos otorgará la nacionalidad colombiana, en acto protocolario que se realizará en el Palacio de San Carlos, sede de la cancillería, y a la cual concurrirá lo más granado del gran empresariado y de la oligarquía decadente bogotana.





sábado, 22 de noviembre de 2014

MANIPULACIÓN MEDIÁTICA

PARA RIPLEY: UN CRIMINAL DE GUERRA COMO COLIN POWELL, INVITADO A PRESIDIR FORO “COLOMBIA EN TIEMPOS DE PAZ”






POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ


Ciertamente Colombia es el país del realismo mágico y como en el ilustrativo título del libro de Eduardo Galeano, se confirma una vez más que este país está “patas arriba” y que constituye una auténtica “escuela del mundo al revés”. Ello se puede comprobar nuevamente con el anuncio muy publicitado por los medios del oligopólico grupo económico Santodomingo, diario El Espectador, Caracol Televisión y la emisora Blu Radio, invitando a un foro sobre paz este 1 de diciembre en Bogotá, cuyo principal expositor es nada menos que un criminal de guerra como el  general (r) y exsecretario de Estado norteamericano, Colin Powell, quien sustentó ante Naciones Unidas la reprochable invasión a Irak de 2003, con el infundio de que en ese país había un arsenal de armas químicas de destrucción masiva.


Mediante un anuncio publicitario que llama a la indignación a cualquier persona medianamente informada por su gran capacidad de manipulación y de engaño, estos medios de comunicación colombianos se atreven a presentar al exmilitar estadounidense que participó activamente en la guerra de Vietnam, la Operación del Desierto del Golfo Pérsico y las infames invasiones a Granada, Panamá e Irak, como “uno de los proveedores más fervientes del siglo 21 de los valores democráticos…,  (que) entiende el poder de la diplomacia y el ideal humano universal de la democracia para construir la confianza y transformar las regiones inestables en zonas donde las sociedades y culturas prosperan en PAZ”.


Esta presentación de Powell clasifica perfectamente para la casi ya centenaria columna periodística sobre temas curiosos y extraños sucedidos en el mundo, “Aunque usted no lo crea” de Robert Ripley. Con los antecedentes de este secretario de Estado norteamericano durante el gobierno ultraconservador de un presidente de la catadura fascista como George W. Bush, los medios del grupo económico Santodomingo, tienen el descaro de agregar en su convocatoria que Powell, “además, entiende que el poder de la persuasión, la razón y la construcción de confianza son inmensamente eficaces para lograr que los gobiernos cooperen para el bien común general de sus pueblos y el resto del mundo”.


Adicionalmente, la artificiosa publicidad señala que Powell realizará en Bogotá una “presentación convincente llena de humor y anécdotas de los años de servicio a los más altos niveles de los asuntos internacionales”, en la que describirá el delicado proceso de la creación de alianzas, con lo que la gente y los países entre sí promuevan “los ideales humanos universales de la democracia y la paz en todo el mundo”.


El costo de este foro, patrocinado entre otras empresas por Coca-Cola, para escuchar a un “paladín de la democracia y la paz” como Colin Powell es de 600 mil pesos, alrededor de 300 dólares, y muy seguramente el auditorio se llenará por la “connotada” dirigencia empresarial y política colombiana caracterizada por su ultraconservadurismo y su defensa a ultranza de la doctrina noeliberal.


Un pasado de horror, invasiones militares y crímenes de guerra


Colin Powell es de esos militares que en la historia de terror e infamia de un Estado canalla y terrorista como Estados Unidos tiene mucho de responsabilidad en la comisión de delitos de lesa humanidad en el último medio siglo. Su biografía así lo demuestra. Durante la guerra de Vietnam en los años 60 y 70 encubrió la masacre de My Lai y otras atrocidades realizadas por los soldados norteamericanos contra este pueblo valeroso.


La segunda vez que Powell estuvo en Vietnam (la primera se la pasó quemando pueblos en el valle de A Shau), fue a tapar las masacres y torturas de soldados de Estados Unidos. Powell fue el que investigó los cargos de una carta escrita por un joven soldado, Tom Glen, que expone atrocidades similares a las de My Lai.


Además entre sus “méritos” militares sobresalen haber dirigido la Guerra del Golfe Pérsico en 1990, en la que murieron más de 300 mil iraquíes. Participó en la dirección de la invasión contra Panamá de 1989 y en la financiación con dineros del narcotráfico a los Contras en Nicaragua, una fuerza paramilitar que asesinó a millares de campesinos.


En Nepal e India, colaboró estrechamente con los gobiernos títeres de Washington para reprimir brutalmente la irrupción popular y el movimiento revolucionario en esos países.


Fue consejero de Seguridad Nacional del entonces presidente conservador Ronald Reagan y del secretario de Defensa, Caspar Weinberger, a quien asesoró en la invasión de Granada de 1983 y el ataque aéreo de 1986 contra Libia.


Durante los preparativos de la invasión norteamericana de Irak, Powell, en su calidad de secretario de Estado, lideró frente al Departamento de Defensa la vía diplomática para justificar tal atropello ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.


Su intervención en el Consejo de Seguridad  estuvo llena de infundios e inventos,  pero la comprobación de que las denunciadas armas de destrucción masiva no existían lo dejó signado como mentiroso y con una mancha irremediable en su historial diplomático por tratar de justificar la invasión anglo-estadounidense a Irak.


La carencia de liderazgo mundial de la derecha


La invitación a Colombia de un personaje con el recorrido criminal de Colin Powell para que diserte sobre “paz y democracia”, es una muestra palpable de la carencia que tiene la derecha de líderes políticos en el ámbito internacional.


En este país, donde la información está secuestrada por tres monopolios comunicacionales de los principales grupos económicos, relacionados por supuesto con la oligarquía gobernante, es muy común que a sus foros, seminarios y conferencias, sean invitados personajes oscuros y con una trayectoria política lacrada como los expresidentes españoles José María Aznar y Felipe González, caracterizados por ser comisionistas de negocios para las transnacionales; el ex primer ministro británico Tony Blair, otro criminal de guerra; y el libidinoso expresidente estadounidense Bill Clinton, responsable del bombardeo de la OTAN sobre la antigua Yugoslavia.


Esa carencia de dirigentes presentables por parte de la derecha, hace que como en el caso colombiano, se muestre a través de artificios publicitarios y manipulación de prensa a malandrines, políticos mafiosos y criminales como líderes defensores de la democracia, los derechos humanos y la paz.








martes, 28 de octubre de 2014

INTEGRACIÓN LATINOAMERICANA

ENTREVISTA CON ALFREDO FORTI, DIRECTOR DEL CENTRO DE ESTUDIOS ESTRATÉGICOS DE DEFENSA DE UNASUR

“SI TRATADOS DE LIBRE COMERCIO NO CONTEMPLAN POLÍTICAS QUE PROPICIEN INCORPORACIÓN DE VALOR AGREGADO A RECURSOS ESTRATÉGICOS NACIONALES, ESTÁN ATENTANDO CONTRA SEGURIDAD REGIONAL”





POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ


Tras décadas de dictaduras cívico-militares en América Latina que abrieron el camino durante el final del siglo XX en el continente al malhadado modelo neoliberal para profundizar el expolio de los recursos naturales combinando represión a través de la doctrina de Seguridad Nacional y ajustes draconianos en lo económico que ahogaron a los pueblos en la desesperación y la desesperanza, hablar hoy en día en la región suramericana de un nuevo concepto de defensa, es un progreso sustancial que nadie habría podido imaginar hace apenas un par de lustros. El estar transitando hacia la concreción de una doctrina propia de defensa a partir de la integración política ha sido posible gracias a los avances que ha logrado en este sensible tema la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR).


A través de su Consejo de Defensa Suramericano que es una  instancia de consulta, asesoría, cooperación y coordinación, creado por los jefes de Estado de este instrumento de integración en Salvador de Bahía, Brasil, el 16 de diciembre de 2008, este subcontinente avanza a paso firme y en forma paulatina en la consolidación de una nueva institucionalidad de la defensa, más democrática, respetuosa de la soberanía y de los derechos humanos, y con un sentido plenamente regional.


Argentina, tan azotada por los regímenes de facto y el neoliberalismo que han ido de la mano, ha jugado un rol protagónico en la generación de un nuevo concepto de defensa en Suramérica, porque una vez creado este importante Consejo consultivo, planteó la necesidad de desarrollar en su interior un centro de pensamiento sobre la materia. Es así que desde el gobierno de este país se impulsó e implementó previa aprobación de los ministros del ramo de los doce países que integran UNASUR en marzo de 2009, el Centro de Estudios Estratégicos de Defensa.


Al frente de la dirección ejecutiva de este importante centro de pensamiento en asuntos de defensa que tiene su sede en Buenos Aires, se encuentra Alfredo Forti, un experimentado exfuncionario tanto de la Cancillería como del propio Ministerio de Defensa de Argentina.


Forti, es licenciado en Relaciones Internacionales de American University con un máster en Administración Pública de la Universidad de Harvard, y especializado en resolución de conflictos. Fue embajador de Argentina en Honduras y Viceministro de Defensa. Como diplomático en Tegucigalpa entre 2004 y 2007 tuvo la oportunidad de investigar cómo la dictadura argentina de 1976 exportó “la guerra sucia” a Centroamérica y a Bolivia dentro de la fatídica Operación Cóndor, auspiciada y secundada desde Washington, trabajo en el que para su desarrollo tuvo el respaldo personal del presidente Néstor Kirchner.


Además, el director del Centro de Estudios Estratégicos de Defensa fue víctima directa de la dictadura cívico-militar que encabezó el dictador José Rafael Videla. En efecto, cuando su familia se aprestaba a salir hacia el exilio, vino la tragedia y el dolor a causa del secuestro y desaparición de su señora madre en 1977.


Corría el 18 de febrero de ese año, Nélida y los cinco hijos varones subían a un avión de Aerolíneas Argentinas con destino a Caracas. Un grupo de tareas de la dictadura los sacó del avión. A los chicos los dejaron tirados en una plaza mientras que a Nélida le hacían correr el mismo destino que a miles de sus compatriotas y es, desde entonces, una detenida desaparecida. Alfredo Forti se fortaleció estudiando e investigando en centros universitarios de México y Estados Unidos. Cuando asumió como Viceministro de Defensa ante la presidente Cristina Fernández de Kirchner lo hizo por la Patria, por su madre y por los 30.000 desaparecidos que dejó la genocida dictadura encabezada por Videla y por sectores civiles reaccionarios de Argentina.   


Desde mayo de 2011 Forti está al frente de este centro de pensamiento coordinando y articulando acciones de integración regional y de cooperación para que UNASUR cuente con herramientas que le permitan al subcontinente salir del eje de Washington.


Precisamente en la sede de este Centro de Estudios Estratégicos de Defensa, localizado en la calle Carlos Pellegrini, adyacente a la emblemática Avenida 9 de Julio de la capital argentina, recibe al Observatorio Sociopolítico Latinoamericano www.cronicon.net para sostener un diálogo periodístico sobre el alcance misional del organismo que dirige y la integración suramericana.






LA DEFENSA COMO UNO DE LOS COMPONENTES DEL ESQUEMA INTEGRADOR

-       Comencemos haciendo un ejercicio pedagógico, explicando qué es el Consejo de Defensa Suramericano de Unasur y cuál es el rol que juega dentro de esta institución el Centro de Estudios de Defensa que usted dirige.

-       En primer lugar para poder explicar que es el Consejo de Defensa Suramericano tenemos que ponerlo en el contexto de ese órgano que lo engloba que es UNASUR. La Unión de Naciones Suramericanas es la primera y hasta ahora más exitosa iniciativa de integración política regional que nace entre los doce países que conforman Suramérica, a partir de un momento histórico muy particular de confluencia, afinidad política entre sus dirigencias nacionales. Lo más importante que tiene UNASUR, en mi opinión, es que a diferencia de todas las experiencias previas de integración, caracterizadas por proyectos de nivel subregional bajo la guía de lo económico y de lo comercial, caso Mercosur, Comunidad Unida de Naciones, caso Celac, Aladi, para no hablar de la región de Centroamérica y el Caribe con el Sica y Caricom, es que es un proyecto bajo el eje o el criterio ordenador de la integración de la política, no de la economía, ni del comercio, ni de otro aspecto. Es así que cuando se constituye UNASUR y los doce jefes de Estado acuerdan el denominado tratado constitutivo se evidencian los elementos políticos de la integración. Se habla por primera vez de conceptos como ciudadanía sudamericana; y de cómo buscar una integración de la infraestructura vial, marítima, comercial, comunicacional entre nuestros países. Se habla de un Banco del Sur, de proyectos como la homologación en muchos aspectos legislativos que permitan funcionar más como región, como unidad regional que como un grupo de países unidos por un proyecto.  Y habiendo caracterizado de esa forma a UNASUR, es la primera vez en nuestra historia de los diversos e intentos de iniciativas de carácter integracionista en que aparece la defensa como uno de los componentes de este esquema. Recordemos que todos los proyectos anteriores tanto de carácter subregional,  como regional, como de grupo de países más chicos o inclusive a nivel bilateral, cada vez que ha habido intentos de integración en nuestro pasado el sector de defensa siempre ha sido el más reacio en acompañarlos por una razón muy particular: nuestra formación militar y de política de defensa se caracterizó siempre por el hecho de que su diseño para una nación suramericana se hizo siempre, se planificó, a partir de hipótesis de conflicto de países vecinos y la seguridad nacional interna. Entonces, desde esa perspectiva, la defensa y su instrumento militar nunca vieron a la integración como instrumento positivo. ¿Por qué?, porque eso implicaba mostrar las cartas, transparentar políticas, cuando por definición lo que siempre hicieron fue precisamente lo contrario, esconder su capacidades militares, diferenciarse sistemáticamente en la adquisición de equipamiento y tipo de armamento para disminuir la vulnerabilidad, porque si yo soy el país A, vecino del país B con el cual tengo conflicto, y adquiero el mismo armamento del B y él sabe, muestro no solo todas mis capacidades sino también todas mis vulnerabilidades, por lo tanto eso nos llevó también a un estado de competencia, de carreras armamentistas en ciertos momentos y de aislamiento entre nosotros mismos, a tiempo que teníamos lazos de alianzas estratégicas con potencias extrarregionales que nos vendían el equipamiento, los armamentos. Igualmente, la doctrina que muchas veces fue un desastre para nuestras economías, nuestra historia y nuestras situaciones en materias de derechos humanos con la invasión que hubo por parte del estamento militar a la actividad política y de dirección de nuestros gobiernos en nombre de la seguridad nacional, en nombre de la mantención del “modelo republicano” entre comillas, definido por nuestras constituciones y que resultó lo que todos sabemos.  Es así que por primera vez, en un proyecto integracionista como UNASUR aparece por iniciativa de Brasil la idea de incorporar a su esquema el componente defensa en el año 2008 y en el año 2009 se presenta la iniciativa de crear un Consejo de Defensa Suramericano.

-       ¿Ese fue el primero de los Consejos de Unasur?

-       No, en términos cronológicos. El primer Consejo que se crea es el de Ministros de Relaciones Exteriores.  Después estaba pautado y establecido crear una serie de consejos  sectoriales que explica que este es un proyecto integracionista guiado por la política. Porque el conjunto de Consejos Sectoriales que conforman UNASUR hoy en día prácticamente reproduce un gabinete ministerial de cualquiera de nuestros gobiernos; donde están las áreas de política exterior, economía, educación, ciencia y tecnología, infraestructura, salud, educación, seguridad, etc. Tenemos prácticamente un gabinete. Volviendo al tema, lo más importante es ver que por primera vez la defensa empieza a entrar, con esa paradoja histórica de que este tema siempre fue el último en tener y mostrar interés y participación en proyectos integracionistas.  Los avances reales de orden político cualitativo que hemos tenido en los últimos diez años nos llevan a poder decir hoy con total propiedad que hemos tenido un avance cualitativo muy significativo a partir del establecimiento de este Consejo de Defensa Suramericano.


-       ¿Por qué?


-       Yo lo resumiría de la siguiente manera: primero, hemos ido superando sustancialmente la vieja elaboración de políticas de defensa a través de hipótesis de conflicto para ser reemplazado por elaboración de políticas de defensa en nuestros países a partir de escenarios de confluencia, de cooperación y de integración con nuestros vecinos. Segundo, el carácter  morfológico del Consejo de Defensa por definición expresa la prevalencia de otro principio que ha sido, de alguna manera, adoptado en mayor o menor grado, pero adoptado y consensuado por todos nuestros países como es el principio de la conducción política  de la defensa y del instrumento militar. Es por eso que el órgano superior del Consejo de Defensa Suramericano lo constituyen los doce ministros de Defensa, no los jefes militares de ninguna de las fuerzas de Estado mayores conjuntos.

-        ¿Usted como director de este Centro y el equipo del Consejo Suramericano de Defensa son consciente de que hay países en el área geográfica de UNASUR en los cuales las directrices militares las determinan aún el Pentágono y el Departamento de Estado? Porque lo que usted me acaba de decir en teoría es interesante, pero en la realidad dista mucho, ¿o no?


-       Yo lo que estoy diciendo es que desde el punto de vista fáctico la estructura del Consejo de Defensa tiene un órgano superior que es el Consejo de Ministros de Defensa y en todos nuestros países, estos ministros representan la conducción política e institucional de la defensa.
Mucha gente habla de la conducción civil de la defensa y es un principio que le puedo demostrar con hechos, que está en vigencia. Y bueno, en tercer lugar para terminar de hablar del Consejo de Defensa, yo lo podría definir como un foro de diálogo, concertación y cooperación en esta materia entre doce países que conforman este proyecto integracionista, que es la UNASUR, algo que también no tiene precio.  Cuando se inició el proceso de su concreción y con el fin de institucionalizar un poquito más este proyecto, desde el Ministerio de Defensa de Argentina planteamos la necesidad de que para seguir adelante con lo acordado y con carácter permanente, para tratar de continuar en la vida diaria los lineamientos y los consensos era pertinente crear un Centro de Estudios Estratégicos de Defensa que sea compuesto con representantes de todos los países, pero que tenga como misión y función trabajar al servicio del Consejo de Defensa de Ministros generando análisis, investigaciones, propuestas, ideas que vayan en la dirección del objetivo común que es y está definido así en nuestro propio estatuto como Centro, de trabajar para la generación, la articulación de un pensamiento geoestratégico netamente suramericano.

-       Es decir, que el Centro de Estudios sea el alma y nervio del Consejo Suramericano de Defensa…


-       Exacto. Nosotros trabajamos elaborando análisis, ideas, estudios y todo es en un esquema no de ejercicio académico, no de una instancia para formar gente, cuadros, personas, no como una instancia de divulgación, no como una instancia de producción de material didáctico, no.  Nosotros nos vemos más como una instancia de pensamiento de elaboración de estudios y análisis exclusivamente para este Consejo de Ministros generando insumos para la adopción de decisiones políticas.

-       Pero obviamente  los estudios son públicos…

-       Sí, se hacen a pedido del Consejo y en materias y áreas específicas que el Consejo lo pide aunque muchas veces también tenemos la posibilidad de plantear iniciativas, que si son aprobadas, nos dicen prosigan.  Pero estamos orientados a generar insumos para la toma de decisiones, no para un ejercicio académico.

HACIA UNA DOCTRINA REGIONAL EN MATERIA DE DEFENSA






-       ¿Eso quiere decir que UNASUR va camino de generar una doctrina de defensa propia?

-       Personalmente estoy convencido que este es el camino, esa es la tendencia que se está instalando actualmente y esa es la necesaria culminación de un proceso histórico, porque en los avances que hemos tenido hasta ahora yo diría que son muy importantes algunos conceptos y preceptos que poco a poco se están instalando para, en algún momento, convertirse en elementos constituyentes de una doctrina regional en materia de defensa.  Sin ir más lejos, lo que yo hablaba de que el principio de la conducción política de la defensa es un elemento central.  Aspectos y principios como por ejemplo la subordinación de lo militar a lo civil y al Estado democrático de Derecho, el respeto, vigencia y compromiso con los derechos humanos en el ámbito militar, la caracterización de algo que es muy importante como lo son las áreas específicas en las cuales  los doce países nos estamos poniendo de acuerdo para trabajar conjuntamente.  Ejemplo, todo lo que es ejercicios y adquisición de capacidades y principios doctrinarios en materia de mantenimiento de la paz bajo banderas de Naciones Unidas, que todos los países en mayor o menor grado participamos. Estamos llevando a cabo ejercicios anuales, ejercicios de gabinete por hora, para después pasar a ejercicios de terreno, donde estamos compartiendo nuestras doctrinas, nuestras experiencias con la idea de avanzar hacia la adopción de denominadores comunes y doctrinas comunes. También se está trabajando a través de ejercicios y actividades anuales en un tema como lo es el rol del instrumento militar en la atención de situaciones de catástrofes y desastres naturales, para combinar capacidades, equipamientos y atender conjunta o coordinadamente a situaciones que afecten a cualquiera de nuestros países hermanos.  Otra actividad que igualmente está dejando un precedente es un curso anual suramericano para civiles sobre defensa, para tratar de fortalecer las capacidades de los ministerios, de los funcionarios civiles en la materia. Otro ejercicio similar, ya más orientado hacia los militares, se realiza en Brasil desde hace cuatro años. Adicionalmente, se está trabajando con buenos pasos en el avance de estos preceptos de integración a partir de nuestros intereses nacionales en la búsqueda de mayores márgenes de autonomía no solo desde el punto de vista doctrinario sino también desde el punto de vista tecnológico, científico. En ese sentido estamos trabajando también en toda una fase exploratoria muy significativa de buscar actividades concretas que nos lleven hacia la futura articulación de una suerte de base industrial regional en materia de ciencia y tecnología, investigación y desarrollo asociado a la defensa.  Uno de los proyectos que tenemos en este momento en ejecución, que me enorgullece de haber sido en este caso quien planteó la iniciativa, es el actual proyecto de llevar a cabo el diseño y construcción en forma conjunta del primer avión suramericano de entrenamiento primario básico para todas nuestras fuerzas aéreas.

-       ¿Ya está en plana marcha el proyecto?


-       Está en plena marcha, ya hay un equipo que presentó la fase de los requerimientos consensuados. La fábrica está en Argentina y se encuentra en la fase de diseño y articulación de la arquitectura, llamémosle empresarial- industrial para posibilitar la fabricación, y qué es lo que va a aportar cada uno de los países.

El TIAR, INSTRUMENTO VIGENTE PERO DE OBSOLESCENCIA TOTAL


-       ¿Con todo este avance que usted ha esbozado en materia de defensa en Suramérica, se podría colegir entonces que el TIAR, el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca quedó para la historia, quedó corto y prácticamente es obsoleto?

-       Mire, yo le voy a dar una respuesta que es personal, solo como interesado en estos aspectos de política internacional, de seguridad y defensa.  Yo creo que el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, representa un instrumento vigente pero de una obsolescencia total, que demostró su falta de eficacia precisamente en el momento en que tendría que haber hecho eficaz su vigencia como fue en el caso de Malvinas. Yo creo sinceramente que existe un factor de obsolescencia, no solo del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca sino de otros órganos e instrumentos del denominado Sistema Interamericano de Defensa, que yo incorporaría junto al TIAR, a la Junta Interamericana de Defensa, el Colegio Interamericano de Defensa y las denominadas Conferencias de las Fuerzas Armadas como la CEA, la Conferencia de Ejércitos Americanos y sus similares  de la armada y la fuerza aérea. Todos esos son esquemas que vienen de la etapa de la guerra fría, actuaron en función del interés hegemónico de uno de los países miembros de este continente pero que hoy ya no nos sirven para nada, que no nos representan y que es necesario dar una vuelta de página para actualizar ese esquema, si es que hace falta, mantenerlo de manera tal que todos los países nos sintamos identificados y que sirva para un bien o beneficio colectivo y/o regional. Empezando porque ya se acabó el mundo bipolar, por lo tanto la doctrina de Seguridad Nacional que se basaba precisamente en esa dicotomía y bipolaridad ya no existe, en consecuencia es prácticamente imposible concebir que exista algo tan obsoleto, anticuado y a contramano de la historia.


-        Ese es un tema muy interesante. Yo si quisiera que me precise histórica y políticamente la posición de los países de la OEA frente al conflicto de las Malvinas, porque Colombia en el nefasto gobierno de Julio Cesar Turbay Ayala se alineó con los Estados Unidos arguyendo que no hubo agresión por parte de la Gran Bretaña hacia Argentina y por eso no apoyaba, la aplicación del TIAR.  ¿Histórica y políticamente cuál es la interpretación de Argentina por la no aplicación de TIAR en el caso Malvinas?


-       Lo que en su momento  invocó al TIAR  fue una situación en que una potencia extrarregional estaba invadiendo espacios que comprenden a lo que el propio tratado delimita como el hemisferio occidental, el continente americano sobre el cual ejerce su jurisdicción.  Ese Tratado de Asistencia Recíproca, ante el ataque de una potencia extrarregional fracasó totalmente.  Esto no habla de legitimar la acción de la dictadura argentina, de ninguna manera, lo que si habla es de que imposibilitó, que no se pudo preservar u observar el verdadero espíritu que planteaba el TIAR.  Es que ante una situación abierta de  hostilidades, que ese era el escenario real, con la presencia de una potencia extrarregional, no existió la más mínima coordinación, la más mínima respuesta prevista en un tratado del cual todos éramos parte. Ahora, las disquisiciones de orden  político, de principio de derecho internacional etcétera, cada país tendrá su posición y es normal y lo lógico. El punto nuestro es que no tuvo la menor vigencia de eficacia ese tratado.  ¿Por qué? Porque no fue un tratado pensado para situaciones como Malvinas. El TIAR,  convengamos, en los años 47 se da en el marco de la posguerra y en el inicio real de la guerra fría donde las únicas veces que se lo invocó fue en  situaciones de conflictos armados internos entre nuestros países o situaciones de conflictos bilaterales con una fortísima carga ideológica, donde se acusaba que el bloque oriental del comunismo bajo la Unión Soviética, a través de sus agentes en la región, tanto como países como ciudadanos nacionales internos, estaban involucrados en un ataque, en una agresión a nuestro sistema.  Para eso sirvió el TIAR. Pero no cuando estuvo en juego la soberanía territorial de un país como en el caso Malvinas. Ese es el punto.

-       O sea, la agresión a Malvinas es prácticamente desde que Gran Bretaña está en posesión de esos territorios…

-       Exactamente, y en violación de los principios de derechos internacionales, en violación de los innumerables resoluciones de la Asamblea General de Naciones Unidas y del derecho internacional.  De todos modos volviendo al tema, cuando hablamos del TIAR, del Sistema Interamericano, cuando hablamos del esquema de seguridad, la verdad es que hoy por hoy estamos, yo diría, en una fase de transición: por un lado los países de América Latina, no todos pero varios, seguimos siendo miembros de ese esquema interamericano y al mismo tiempo somos los miembros impulsores de estas nuevas iniciativas con mucha más energía, con mucho más futuro, con mucha más legitimidad y con mucha más representatividad que de lo que son nuestros países, nuestros pueblos y nuestra historia.

-       Pero eso es una contradicción…


-       Yo no sé si para usted es una contradicción.  Para mi define un proceso de transición, porque pretender que un grupo colectivo de naciones rompa al mismo tiempo, en el mismo momento es casi imposible, estamos hablando de procesos y como todo proceso lleva tiempo, fases, diferentes velocidades en los diferentes países, pero a mí lo que me interesa más que la disquisición de cuál es la proximidad del cambio y quién está dispuesto, es que la resultante final de todo este proceso que estamos viviendo hoy por hoy de transición, tiene una tendencia, tiene una direccionalidad, un sentido de dirección bastante claro y definido, eso es lo importante. El verdadero desafío no es la velocidad, la magnitud o la profundidad del cambio.  El verdadero desafío es si es o no irreversible y eso es lo que más nos interesa a nosotros.

LA AMENAZA DE LAS BASES MILITARES DE ESTADOS UNIDOS EN AMÉRICA LATINA






-       Escuchando sus reflexiones me asalta otro interrogante y es el siguiente: dos investigadores sociales argentinos como Telma Luzzani y Atilio Boron elaboraron respectivamente trabajos bibliográficos muy concienzudos, documentados, que son altamente interesantes, en los que dejan en claro y en evidencia que hasta 2013 Suramérica estaba rodeada de por lo menos 77 bases militares norteamericanas. Durante el gobierno de Bill Clinton, la secretaria de Estado, Madeleine Albrigth   preguntó ¿para qué sirven tantas bases militares?, altos funcionarios del Pentágono le contestaron: en algún momento las vamos a utilizar. Y para nadie es un secreto que las van a utilizar para aprovecharse básicamente de la gran biodiversidad y riqueza de recursos naturales que hay en América Latina. ¿Ustedes en el Consejo de Defensa de UNASUR son conscientes de esta grave amenaza?


-       Yo diría lo siguiente. Sin duda que si hay un país, si hay una nación que tiene claridad de objetivos estratégicos, que tiene coherencia entre sus políticas concretas y sus políticas de inversión, financiamiento, acompañando todo esto de proyección y defensa de carácter militar, ese es Estados Unidos.  Sin caer en la definición que si estamos o no de acuerdo hay que respetar que es un país con una claridad estratégica que le ha permitido literalmente estar donde está. Segundo punto, yo creo que lo de las 77 bases militares en Suramérica es una caracterización que tal vez resulta un poquito, yo diría desmedido, desde el punto de vista objetivo real.  Por lo que usted me dice, a ver dónde están esas bases. Cuando alude a la definición de base militar en un país se está hablando de la presencia en el terreno, en este caso de un país soberano, de un ejército o fuerzas militares de otro país con acceso o uso de su territorio y de las capacidades logísticas que le brinda en términos de solución de necesidades de energía, de alimentación, etc. Entonces, yo quiero que usted me indique cinco lugares, no 70, donde hoy en Suramérica hayan soldados, guarniciones y unidades militares norteamericanas en territorio nacional de los doce países de UNASUR.


-       Colombia y Perú. En Colombia, el Pentágono no manda soldados norteamericanos sino contratistas, en un proceso de privatización de la guerra que para saltarse su ley interna busca no comprometer al Estado norteamericano. En territorio colombiano bajo el pretexto de la lucha contra el narcotráfico y el “terrorismo” y según investigaciones muy conservadoras operan alrededor de tres mil mercenarios, porque además hacen presencia agentes del Mossad israelí y el MI6 británico. Además no solo funcionan de facto las siete u ocho bases militares que el gobierno de Uribe Vélez entregó al Comando Sur de los Estados Unidos. Realmente funcionan once bases que están bajo el mando castrense norteamericano. Y en el Perú una de las principales bases que operan los estadounidenses es la de Iquitos…

-       Le voy a contar un episodio para que usted vea cómo fue el debate y el tratamiento para la resolución de este tema en el marco de UNASUR. Cómo se creó el problema de la firma del gobierno de Colombia con Estados Unidos para brindar acceso a militares norteamericanos a las bases colombianas. Usted recordara muy bien el debate y el conflicto público que se armó particularmente con países vecinos de Colombia. En ese momento hubo una reunión especial que se llevó a cabo en la ciudad de Bariloche convocada por la actual presidenta de Argentina, donde fueron los doce presidentes de UNASUR, desde el presidente Chávez, Lula, hasta el presidente Uribe de Colombia.  En ese debate, los presidentes acordaron solicitar un estudio para determinar la búsqueda de una solución a este conflicto. Y a nosotros en el Consejo de Defensa y en el propio Centro de Estudios Estratégicos nos tocó canalizar esa situación, y yo diría que el resultado de ese proceso fue casi lo que podríamos describir como una verdadera doctrina en esta materia y fue lo siguiente: En primer lugar, todos los Estados y Gobiernos estuvieron de acuerdo en que a partir del respeto a la soberanía todo país tiene el soberano derecho de realizar acuerdos de cooperación con la contraparte que determine soberanamente. Número uno. Todos estuvimos de acuerdo, desde Colombia hasta Argentina. Número dos, al mismo tiempo acordamos que ningún país en ejercicio de esa soberanía de tener fuerzas militares extrarregionales en su territorio tiene el derecho a que el efecto, el impacto o la incidencia de esa presencia exceda la frontera de su país y afecte la seguridad y defensa de cualquier país vecino. Así fue que se logró neutralizar la creciente situación de conflicto y militarización que venía presentándose en una forma periódica. Es por eso que yo digo que lo de las bases, si analizamos este consenso hacia dentro de Suramérica, como gobiernos que tienen una limitación muy particular, muy seria y muy drástica en lo que es el efecto de extraterritorialidad constituye un acervo de mucha importancia, que ha sido dejado de lado como importante por muchos analistas. Eso no lo podemos perder de vista, al contrario hay que reforzarlo y consolidarlo para evitar situaciones de ejercicio ilegales de presencia o de proyección militar desde la denominada paz.  Entonces yo pienso que por ahí vamos, por esa dirección vamos construyendo institucionalidad y doctrina regional a partir de la autonomía y a partir de la defensa que nosotros denominamos aquí en este Centro el concepto del interés regional.


-       Y en ese sentido, ¿la gran riqueza en biodiversidad y en recursos naturales, constituye una amenaza para América Latina?


-       Mire usted, ha tocado un punto que es muy importante y permítame definirle, en primer lugar, qué es para nosotros el concepto de interés regional. El concepto de interés regional no es otra cosa que los elementos comunes y complementarios del interés nacional de cada uno de nuestros países.  Todos tenemos claridad de qué es el interés nacional. Pero cuando analizamos como región, todos aquellos elementos comunes del interés nacional dentro de nuestros países, eso pasa a conformar el interés regional  de un nivel superior.  No hay un ejemplo más paradigmático de un factor de interés regional como son los recursos estratégicos abundantes en nuestra región como el agua, los alimentos, la biodiversidad, la energía, los minerales, las riquezas piscícolas de nuestras plataformas continentales pero también la población y el territorio. Al determinar ese interés regional tan concreto se impone como decíamos, un nivel superior, que es lo que nosotros denominamos el nivel estratégico regional, por encima del nivel estratégico nacional. En ese nivel estratégico regional uno de los componentes de interés son los recursos, constituyen elementos que nos llevan, nos deben llevar a la articulación de una estrategia propia de defensa, protección de los mismos, a una estrategia de consensuar políticas de acceso y de su preservación, criterios de evitar la consolidación de la explotación primarizante y extractivista de esos recursos que se los llevan de acá limpios digamos, para después vendernos batería para los celulares, o autos, o cualquier otro tipo de elementos. Si nos ponemos de acuerdo y trabajamos conjuntamente deberíamos posibilitar y lograr fácilmente la adquisición no solo de inversiones sino de transferencia de tecnología que nos permita otorgar el valor agregado a esos productos en nuestros territorios.


LOS TRATADOS DE LIBRE COMERCIO, OTRA AMENAZA PARA LA SEGURIDAD DE  LA REGIÓN


-       ¿Desde ese punto de vista, entonces, los tratados de libre comercio atentan contra la seguridad regional, apuntando a su tesis?


-       En la medida en que los tratados de libre comercio no contemplen la defensa de políticas nacionales orientadas a propiciar la incorporación de valor agregado a los recursos estratégicos nacionales, sí atentan contra la seguridad regional.  Ahora yo no sé, porque no soy economista, si existe compatibilidad entre un tratado de libre comercio y una política nacional de propiciar la industrialización y la incorporación de tecnología y valor agregado en los mismos países. La experiencia dice que no y lo está demostrando.

JUSTICIA, REPARACIÓN, MEMORIA Y PERDÓN EN PROCESOS DE RECONCILIACIÓN






-       Finalmente, déjeme hacerle una pregunta de tipo personal. Actualmente en Colombia estamos en pleno proceso de paz con el grupo insurgente de las Farc, en el cual el centro de atención son las víctimas y se habla de elementos como verdad, justicia, reparación y memoria. Usted como víctima de la dictadura argentina que le desapareció un ser muy querido, ¿ya logró perdonar? ¿Y cómo concibe la reparación y el rescate de la memoria?

-       En primer lugar para perdonar es indefectiblemente necesario un reconocimiento de responsabilidad conjunta como diríamos en términos más religiosos. En Argentina no es posible perdonar porque aquellos que estuvieron involucrados directa e indirectamente como autores intelectuales y materiales de la gravísima violación de derechos humanos, nunca reconocieron su responsabilidad y nunca expresaron arrepentimiento.  Por lo tanto, perdonar en esas circunstancias es algo total y absolutamente descabellado, sin sentido, y al contrario, de ninguna manera una acción constructiva. Yo creo que la mejor forma de avanzar en esta materia es como alguna vez lo dijimos con otros colegas: los grandes pueblos de la historia no son aquellos que nunca vivieron periodos de barbarie, de muerte, de violencia. Los grandes pueblos de la historia son aquellos que habiendo sufrido etapas negras en su devenir supieron superarlas mirándose de frente y tomando las medidas necesarias para clarificar a través de la justicia, de la verdad, de la memoria y de la participación. Y solo con esos elementos se puede superar esas etapas y pasar a otras. De no darse esos elementos para superar etapas, el conflicto no termina, se mantiene y yo creo, que los casos entre comillas, “exitosos” de tratamiento a esas etapas negras de nuestras historias se han dado en gran medida a través de la decisión y voluntad política, consustanciada con las demandas de la sociedad y de los pueblos que han generado procesos particulares que responden a las características, a la idiosincrasia de cada uno de los países en particular.  Por lo tanto, no fue lo mismo el proceso de revisión del pasado en materia de violación a los derechos humanos en Guatemala después de la firma de los acuerdos de paz que solucionaron el conflicto armado interno. No fue lo mismo ese al caso de El Salvador donde se estableció una comisión de la verdad; no fue lo mismo ni en Guatemala, ni El Salvador, ni en Argentina donde hubo un primer inicio de una comisión de investigación del destino de desapariciones, pero después vino un proceso judicial; como no fue lo mismo en el caso de Suráfrica donde hubo todo un proceso, que fue una mezcla de aspectos jurídicos con aspectos idiosincráticos en los cuales el Estado obtuvo la facultad de perdonar a aquellos individuos que estuvieron involucrados en violaciones de derechos humanos, pero expresaron en primer lugar lo que sabían y reconocieron sus responsabilidades, porque eso ayudó al esclarecimiento y a cambio de eso hubo la facultad del Estado surafricano de perdonar. Cada país tendrá las particularidades de su metodología, de cómo implementar estos principios, pero los principios son claves: memoria, verdad, justicia y participación. Cada experiencia define las formas de reparación de diferentes maneras. En el caso de Argentina se han hecho a partir de diferentes medidas políticas, institucionales, reconocimiento de víctimas, indemnizaciones a familiares y deudos, programas de asistencia para educación, para vivienda, etc. Cada país y cada proceso tienen su forma en la medida en que es legítimo saber encontrar las fórmulas. No existe una formula enlatada pero si existen principios irrevocables que de no estar presentes, estas cosas no funcionan.