lunes, 30 de agosto de 2010

GLOBALIZACIÓN


ENTREVISTA CON EL INVESTIGADOR Y COMUNICÓLOGO JESÚS MARTÍN BARBERO

“IRRUPCIÓN DE INDÍGENAS Y MUJERES EN LA POLÍTICA ESTÁ REPLANTEANDO PAPEL DEL ESTADO EN AMÉRICA LATINA”

POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ

Los nuevos retos de la política en América Latina, la globalización como perversidad y como oportunidad para generar una contrahegemonía y la monopolización de los medios de comunicación como obstáculo en el proceso de construir ciudadanía, son algunos de los tópicos a los que se refirió en esta entrevista el investigador social y connotado comunicólogo ibero-colombiano Jesús Martín Barbero.


Crítico del modelo neoliberal que en su concepto “secuestró la política” y dinamizó el mercado, hasta el punto que fue sacralizado, tratando de “unificar” el mundo “no en el deseo de cooperación y solidaridad sino en el de competitividad”.


Martín Barbero es colombiano a pesar de haber nacido en la ciudad española de Ávila en el año de 1937. Aunque apenas en octubre de 2004 obtuvo esta nacionalidad, ya desde 1963 cuando llegó a Bogotá, inició su comprensión de un mundo nuevo de símbolos, mensajes y espacios que lo configurarían como un colombiano y como un verdadero latinoamericano que ha hecho de esta región su base de estudios y su referente para generar pensamiento.


Su arribo a Bogotá se puede catalogar como un abrupto contacto cultural que marcó su visión y su posterior trabajo investigativo en el ámbito de la cultura y la comunicación. Sus primeras impresiones de Colombia las relata así:

“Me asomé por primera vez a este país el 15 de octubre de 1963, desde la ventanilla de un avión, en medio de un aguacero que difuminaba el atardecer de la sabana y volvía imprecisos los contornos de las edificaciones y el paisaje. De la travesía por la ciudad hasta el hotel me queda sólo el recuerdo de las fugaces imágenes de gente guareciéndose de la lluvia bajo los aleros, la mayoría vestida con una prenda cuyo nombre aprendería al día siguiente: ruana. Y al día siguiente, en la cafetería del hotel, experimentaría también el primer extrañamiento justo allí donde mejor creía reconocerme, en el idioma. La chica que servía el desayuno me preguntó “¿Le provoca un perico?”, ante lo cual quedé físicamente sin habla, pues “provocar” en mi castellano de la vieja Castilla significaba “incitar a pelear” o —aún peor— “dar náuseas”, ¡y un perico era un loro! O sea, que junto a los parecidos y las semejanzas de la gente de acá con los de la madre patria, aprendí de una vez lo hondas y significativas que eran las diferencias, las que sin embargo no me impidieron sentir desde muy pronto una secreta empatía por el país; mientras la mayoría de los españoles que he conocido en Colombia se juntaban con mucha frecuencia entre ellos para compartir su mundo, yo jamás he experimentado esa necesidad, pues desde muy temprano me sentí en familia con los colombianos. A lo largo de mis 21 años en Cali, cada vez que visitaba al cónsul español para que me renovara el pasaporte, él me entregaba el carnet del club español y me regañaba por no verme nunca en él”.

Semiólogo, antropólogo y filósofo de la Universidades de Lovaina y París, Martín Barbero es un experto en comunicaciones y medios que ha producido importantes síntesis teóricas en Latinoamérica acerca de la posmodernidad. Aparte de ejercer docencia en Colombia y México ha sido profesor visitante de las universidades Complutense de Madrid, Autónoma de Barcelona, Stanford, Libre de Berlín, King's College de Londres, Puerto Rico, Buenos Aires, São Paulo, Lima, entre otras. Su análisis de la cultura como mediaciones, el estudio de la globalización desde la semiología, la función alienante de los medios locales y particularmente la función de las telenovelas en Latinoamérica son algunos de sus aportes. Ha sido una de las figuras centrales de la intelectualidad crítica contemporánea del continente junto a autores como Néstor García Canclini, Ángel Rama, Carlos Monsiváis, Tomás Moulián y Beatriz Sarlo.
En sus estudios, análisis y reflexiones, este científico social colombo-ibérico se propuso invertir el sentido de la idea de comunicación como proceso de dominación. Es decir ha trabajado el tema de la dominación como proceso social de comunicación y campo de batalla cultural.

El fenómeno de la comunicación lo ha analizado igualmente como proceso productor de significaciones y no de mera circulación de informaciones, buscando superar la visión instrumental y proponiendo la utilización social de la cultura.

Su obra más relevante es De los medios a las mediaciones (G. Gili, Barcelona, 1987), desde la cual mira el otro lado del proceso de la comunicación llamado recepción, conformado por las resistencias y las variadas formas de apropiación de los contenidos de los medios. La comunicación se hace así cuestión de cultura, que exige revisar toda la vorágine de la mass media con el objetivo de "leer adecuadamente- y de manera crítica- las imágenes que se imponen sobre el texto o lo acompañan."

LA POLÍTICA SECUESTRADA POR LA MACROECONOMÍA NEOLIBERAL

En desarrollo de su intervención en la Cátedra Orlando Fals Borda, Martín Barbero abordó con amplitud el tema de la comunicación y ciudadanía en tiempos de globalización y tuvo tiempo además para dialogar unos minutos con el Observatorio Sociopolítico Latinoamericano WWW.CRONICON.NET.

De entrada se fue lanza en ristre contra el neoliberalismo, modelo económico que generó atraso, pobreza y grandes desigualdades sociales en los países de Latinoamérica y que apenas algunos de ellos, gracias a la irrupción de gobierno progresistas, están pudiendo salir de él.

Para Martín Barbero, “debido a la implantación del modelo neoliberal la macroeconomía en América Latina sustituyó la política. Los organismos multilaterales de crédito como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional decidieron que la educación no era una inversión sino un gasto.

“El secuestro de la política por la macroeconomía ha contribuido también a la deslegitimación del Estado, convirtiéndolo en intermediario de los mandatos de esos organismos internacionales sobre una sociedad cada día más desigual y excluyente, con porcentajes crecientes de población por debajo de los niveles de pobreza y con millones de personas obligados a emigrar hacia Estados Unidos y Europa”.

Citando una frase del sociólogo catalán Manuel Castells señaló que “estamos en una sociedad en que terminó el trabajo para toda la vida y el trabajo de tiempo completo para la inmensa mayoría, lo que significa también que la sociedad industrial con su modelo de pleno empleo dejó de servirle al capitalismo”.


No obstante la perversidad del neoliberalismo, Martín Barbero señala que en la primera década del siglo XXI la política ha logrado retornar a la escena social gracias a tres elementos: “la entrada de los indígenas: desde los zapatistas en México hasta los mapuches en Chile, ahora son actores de construcción de la nación, es un fenómeno de primera magnitud; la presencia de las mujeres, que constituye la revolución de fondo en el siglo XX, y el surgimiento de los ‘neopopulismos’ que replantea el lugar del Estado”.

Para este científico social la connotación de populismo no es el que la dan los sectores de derecha para deslegitimar a los gobiernos progresistas y de izquierda que han irrumpido en América Latina, sino que, en su concepto, es la manifestación en virtud de la cual en este continente “las mayorías han logrado constituirse en sujetos históricos”.

Otra cosa es la deformación de populismo como los ocho años de gobierno de Álvaro Uribe Vélez en Colombia, “que fue de lo más bastardo”, dijo.

De esta manera, agregó, la política se ha oxigenado “ensanchando no solo la acción del pensamiento, que se ha visto seriamente asfixiado por la alianza entre pensamiento único y determinismo tecnológico”.

Resalta el rol que debe jugar el pensamiento crítico en una región de tanta ebullición social como Latinoamérica y afirma que el mismo “tiene que ser una táctica, puesto que en las condiciones actuales debemos luchar desde el terreno del adversario”.

DOS CARAS DE LA GLOBALIZACIÓN

Sobre ese fantasma que “recorre las ciencias sociales y se llama globalización”, Martín Barbero muestra sus dos caras: la de la perversidad y la de las oportunidades para los pueblos y para la construcción de una contrahegemonía.

“La globalización –sostiene- aparece a un mismo tiempo como perversidad y como posibilidad, una paradoja cuyo vértigo amenaza con paralizar tanto el pensamiento como la acción capaz de transformar su curso. Pues la globalización fabula el proceso avasallador del mercado, un proceso que uniforma el planeta pero profundizando las diferencias locales y por tanto desuniéndolo cada día más. De ahí la perversidad sistémica que implica y produce el aumento de la pobreza y la desigualdad, del desempleo tornado ya crónico, de enfermedades que, como el sida, se tornan epidemia devastadora en los continentes no más pobres sino más saqueados. Se ha llegado al punto en que si un país no puede competir, una transnacional perfectamente lo puede comprar”.

“Pero la globalización también representa un conjunto extraordinario de posibilidades, cambios ahora posibles que se apoyan en hechos radicalmente nuevos: la enorme y densa mezcla de pueblos, razas, culturas y gustos que se producen hoy -aunque con muchas diferencias y asimetrías- en todos los continentes, una mezcla posible sólo en la medida en que emergen con mucha fuerza otras filosofías poniendo en crisis la hegemonía del racionalismo occidental; también una fuerte reconfiguración de la relación entre poblaciones y territorios: la mayor parte de la población se aglomera en áreas cada día menores imprimiendo un dinamismo desconocido al mestizaje de culturas y filosofías pues las masas de que hablara Ortega y Gasset a comienzos del siglo XX cobran ahora una nueva cualidad en virtud de su aglomeración y diversificación; y el otro hecho profundamente nuevo, y sobre todo innovador, se halla en la apropiación creciente de las nuevas tecnologías por grupos de los sectores subalternos posibilitándoles una verdadera revancha sociocultural, esto es la construcción de una contrahegemonía a lo largo del mundo".

SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN, CONCEPTO AMBIGUO

Otro de los temas al que se refirió este prolífico investigador latinoamericano fue el de la sociedad de la información, cuyo concepto, dijo, es ambiguo habida cuenta que, por un lado alude a un hecho indudable que es la transformación radical de la idea de información en el sentido de que no se refiere a contenido noticioso sino al conocimiento incorporado a los productos; y de otra parte, a la gran brecha tecnológica entre los países desarrollados y en vía de desarrollo.

Por eso se interrogó: “¿América Latina puede hablar de sociedad del conocimiento cuando somos, primero que todo, sociedades del desconocimiento de saberes y conocimientos que nuestras universidades han sido incapaces de avalar y de legitimar? ¿Cómo hablar de sociedad del conocimiento en América Latina cuando hoy día están deslegitimados los saberes tradicionales, de los millones de desplazados que sobreviven en el continente con saberes que no provienen de la academia sino de la experiencia social, de su creatividad y de la imaginación social?”

EN COLOMBIA SE PASÓ DE LA SEGURIDAD SOCIAL A LA SEGURIDAD DEMOCRÁTICA

Sobre la realidad política y social de Colombia su análisis es contundente: “Después de ocho años de un gobierno agresivo, pendenciero y polarizador como el de Álvaro Uribe se minó la capacidad de los ciudadanos en este país. Eso se afectaba con las falsas encuestas. Colombia estaba hipnotizada y no era por el teflón de Uribe”.

Criticó el discurso de posesión presidencial de Juan Manuel Santos de “macondiano y contradictorio”, por cuanto “se pasó 20 minutos echándole piropos a Uribe y otros tantos hablando de la desigualdad y la pobreza en la que dejó a Colombia”.

“Uribe cambió la Seguridad Social de los colombianos que significaba salud pública y pensiones, por la Seguridad Democrática que es perversa”, argumentó.

LOS NOTICIEROS SON VENTRÍLOCUOS DE SUS AMOS

Sobre la monopolización de los medios de comunicación también fue muy crítico y explicó que “lo público es información y deliberación. Lo público es la diferencia entre la homogeneidad del Estado y la heterogeneidad social. Sin embargo, la información en Colombia está monopolizada. Los noticieros en este país son ventrílocuos de sus amos, sólo dos conglomerados económicos son los dueños de la información. Los colombianos se quedan con el país que le cuentan sólo dos canales de televisión que buscan una comunicación para consumidores y no para ciudadanos”.

Se lamentó de que los públicos de la política casi no tienen rostro, “y son cada vez más una estadística, ese es un cambio que no produce la televisión sino la sociedad, y que la televisión se limita a catalizar. La fragmentación de la ciudadanía es entonces tomada por el mercado que, mediante el rating, se ofrece a la política como su mediador”.

Pero además anota un nuevo fenómeno y es que los nuevos movimientos sociales y las minorías como las etnias y las razas, o las mujeres, los jóvenes y los homosexuales, “demandan no es tanto ser representados sino reconocidos: hacerse visibles socialmente en su diferencia. Lo que da lugar a un modo nuevo de ejercer políticamente sus derechos”.

NUEVOS ACTORES EN LA POLÍTICA DE AMÉRICA LATINA

- Usted plantea que lo político se pone en primer plano en este momento, en ese sentido, ¿cuáles son los retos para la política latinoamericana?

- Hay nuevos actores de la política. Han aparecido dos nuevos, de un lado los indígenas y de otro lado las mujeres, que están cambiando la agenda de lo que era hacer política. En términos latinoamericanos esto básicamente replantea ese Estado que ha sido incapaz de hacerse cargo de la diversidad sociocultural de los países. El reto que han hecho evidente los indígenas y las mujeres es el de la diversidad, de la diferencia, de que hay una enorme incapacidad del Estado para asumir no sólo que la sociedad es desigual en términos de economía, sino que es diversa en términos de cultura. Eso replantea lo que nosotros entendíamos como democracia. Lo estamos viendo con una Iglesia en América Latina que tuvo tiempos en los cuales estuvo cerca de la gente pobre, pero ha ido perdiendo eso, ya que es incapaz de entender esa diversidad, sexual, racial, porque le queda muy difícil ya que es un poder homogenizador y monoteísta.

- ¿Y cómo observa en ese sentido el contexto de la política colombiana?

- En términos colombianos, lo que ha pasado en los últimos meses nos muestra que hay, por un lado, una crisis de la representación muy grande, pero que a la vez hay montones de gente que están pidiendo ser actor de la política. Hay una cantidad de gente joven opinando, pensando el país, discutiendo. Yo diría que uno de los primeros retos es que empiezan a emerger como actores de la política, como ciudadanos. Lo otro que creo que es fundamental, tiene que ver con cómo empezamos a nivel local a ligar estos movimientos con la transformación de los partidos políticos. Si nosotros nos seguimos quedando a nivel de los movimientos sociales estamos haciendo un trabajo de fondo, pero la política sigue siendo asaltable, pervertible, por unos grupúsculos y personajes que no representan para nada el país. El tema de la representación es el salto de los movimientos a los partidos. Tenemos que buscar la forma de transformar la noción de partidos políticos de lo que es hoy, unas maquinarias electorales y de corrupción, a ser realmente los ámbitos de las diversas ideologías, de las diversas culturas políticas del país, donde puedan realmente discutir, deliberar y soñar otro país.

- Usted acuñó el término “massmediación”. ¿Desde esa perspectiva, pasamos de una democracia a una “mediocracia”?

- Yo diría que para mal y para bien. Lo que tenemos hoy es una hegemonía de los medios privados que le hacen el juego a los partidos pero no dan cabida a los ciudadanos. Hay elecciones y entonces tienen que dar unos tiempos mínimos a los diferentes partidos, es decir juegan a la democracia. Pero la ciudadanía no está ahí. Porque si fuera así la ciudadanía replantearía radicalmente lo que están haciendo los partidos. Esto es completamente negativo porque crea la sensación de que al menos por momentos si somos democráticos. Y digamos que al fin y al cabo esos nueve millones que recogió el actual Presidente los obtuvo por las vías legítimas de la “democracia”, pero los límites que esa mediocracia le pone a esa representación son enormes. Yo no creo que los medios privados vayan a cambiar, por el contrario, considero que lo que necesitamos es ir sembrando el país de medios públicos, medios barriales, locales, regionales, y medios que sean capaces de tener una cierta relación con el Estado para poder tener independencia. Los canales regionales hoy tienen muy poco de públicos, tienen algunos programas donde se asoman algunos actores diferentes, la mayoría del tiempo imitando mal y feo lo que hacen los canales privados.

- ¿Estamos ante el discurso de las imágenes y en consecuencia estamos informados de todo pero no nos enteramos de nada?

- Buena parte de esa frase es lo que nos está pasando, pero no por culpa de las imágenes sino por culpa de esa sobreinformación, para la cual la educación no está preparando a los niños. El problema es que para poder manejar esa cantidad de información hay que saber procesarla, lo que significa que los niños aprendan en la escuela que tan importante como leer libros es leer los noticieros de televisión para distinguir entre el noticiero ventrílocuo y el noticiero en el que hay algunas dimensiones del país que sí hacen parte de las necesidades y las esperanzas de los ciudadanos. Pero tenemos un sistema educativo para el que sólo se leen libros y no se aprende a leer la publicidad, no se aprende a leer la televisión, no se aprende a distinguir entre una telenovela turbia y sin ningún tipo de experimentación de lenguaje con una telenovela como la que se hacía cuando teníamos televisión mixta que metía las dimensiones del país y las metía rompiendo el lenguaje de la televisión, innovando. Ahí tenemos un reto muy grande porque el sistema educativo no está formando un ciudadano capaz de ser un público exigente, en todo lo que tiene que ver con conocimiento, con arte.

- ¿Por qué es fundamental el papel de la cultura en la construcción de ciudadanía?

- Porque la gente ve distinto, oye distinto, siente distinto, y si nosotros nos hacemos cargo de esas diversas formas de oír, de esas distintas formas de ver y de sentir no tendremos ninguna posibilidad de interpelarlos y por tanto de ponerlos en términos de ejercicio ciudadano. No sólo en términos de las culturas políticas, sino de las culturas en sus dimensiones estéticas, pero tomando la estética en términos de sensibilidades, de gustos, capacidades y vocaciones.

- ¿A qué hace referencia cuando señala que las tecnologías no son neutras?

- Porque siempre las tecnologías van a depender del uso social. Cuando hablan de brecha digital es como si la brecha la pusiera el sistema digital; no, la brecha la pone la sociedad desigual que es incapaz cada vez menos de hacer incluyente el uso de esa tecnología. Por ejemplo en el caso de Colombia, la manera como se creó Compartel (programa gubernamental de telecomunicaciones sociales), se sembró el país de aparatitos y resulta que a quien no dejaban usarlos era a los únicos que sabían usarlos, que era la gente joven, y entonces como la gente no iba, los políticos se los llevaron para sus casas. Además, acabó sirviendo como si fuera un teléfono para que los políticos hablaran con los políticos de Bogotá. Esto es todo lo contrario de lo que sería Internet, que sería la capacidad de que se pongan a trabajar juntos todos los municipios y hacer formulaciones de sus problemas, de sus demandas, de sus derechos, acá no se tuvo en cuenta para nada a los usuarios.

jueves, 26 de agosto de 2010

BOGOTÁ


EL DIRIGENTE DEL PARTIDO VERDE QUE OSA HABLAR MAL DEL POLO DEMOCRÁTICO

ENRIQUE PEÑALOSA DEFIENDE NEGOCIO PRIVADO EN PERJUICIO DE BOGOTÁ

POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ

Es entendible desde todo punto de vista que el ex alcalde Enrique Peñalosa Londoño, uno de los representantes más conspicuos y ortodoxos del modelo neoliberal en Colombia, busque torpedear por todos los medios a su alcance el megaproyecto del Metro para Bogotá que impulsa la administración distrital de Samuel Moreno Rojas, habida cuenta de que por medio están sus negocios e intereses personales.

Peñalosa, quien impulsó durante su alcaldía (1998-2000) el sistema de Transmilenio que en menos de un lustro de funcionamiento colapsó social y económicamente tanto para los usuarios como para la capital colombiana debido a su alto costo tarifario, de un lado, y de otro, por las onerosas erogaciones que ha tenido que asumir el Distrito por la reparación prácticamente de casi la totalidad de la primera fase que comprendió la Avenida Caracas y la autopista norte, ha sacado réditos, ¡y en qué forma!, de este que fue uno de sus proyectos bandera.

En efecto, el conspicuo ex alcalde neoliberal que durante su gestión al frente de la ciudad se caracterizó por haberla concebido como una gran mercancía, es un impulsor de ventas de la Volvo Car Corporation, una de las principales empresas proveedoras de los articulados de Transmilenio. Así se puede observar en uno de los videos promocionales de este conglomerado automotriz sueco.

Aunque en el mundo del gran capital transnacional nada es gratis y todo es recompensado, Peñalosa se ufana de disfrazar los intereses privados como si fuesen públicos y por eso ataca con vehemencia el proyecto del Metro para Bogotá, pues defiende un gran negocio privado como el del sistema Transmilenio que él impulsó, no obstante que como lo han señalado consultores económicos como Eduardo Sarmiento Palacio, el mismo ha constituido un fracaso porque su tarifa es una de las más caras de transporte público en América Latina que supera los 80 centavos de dólar. Y porque, además, el Distrito Capital ha tenido que reponer en casi su totalidad las losas de la Fase I a un costo de 120 mil millones de pesos, por efectos del relleno fluido proporcionado por la firma Cemex, con la cual Peñalosa también tiene excelentes nexos.

Lo curioso es que Peñalosa se rasga las vestiduras y como buen fariseo, habla de transparencia, de honestidad y con falacias trata de defender el negocio que dejó implementado en su administración y que tantos réditos les está dando a algunas empresas internacionales del sector automotriz y a un selecto grupo de de transportadores que monopolizan los corredores del sistema Transmilenio.


Sin embargo, no dice absolutamente nada respecto de que en su Plan de Desarrollo “Por la Bogotá que queremos”, se recomendaba la ejecución del Metro como parte fundamental para la solución del problema de movilidad de la ciudad.

LÍDER DE LA OPOSICIÓN AL POLO DEMOCRÁTICO

Peñalosa no pudo reponerse de la aplastante derrota que le propinó el entonces candidato a la Alcaldía de Bogotá por el Polo Democrático Alternativo (PDA), Samuel Moreno Rojas en los comicios de octubre de 2007, quien prácticamente lo dobló en votación.

Los bogotanos privilegiaron un proyecto con acento social y le apostaron a la construcción del Metro como parte de un plan integrado de transporte que fue lo que prometió Moreno Rojas y desecharon la concepción de ciudad rentística y especuladora de Peñalosa, pese a su prefabricada imagen mediática de “buen gerente urbanista”.


Esa concepción conservadurista en lo económico y autoritaria en lo político que se asemeja al talante uribista, hoy tan desprestigiado, fue categóricamente derrotada en las urnas.

Por eso es que este ex alcalde bogotano famoso por sus desaciertos como la implantación de los bolardos, el gasto estrafalario en moños navideños para la capital, y el relleno fluido en las losas de la troncal de Transmilenio por la avenida Caracas, se ha convertido en uno de los principales opositores al PDA. Y su inquina se acrecienta contra el partido de izquierda colombiano cuando ve que con la construcción del Metro puede ver afectado el gran negocio particular que dejó instalado con el sistema Transmilenio.


LO PÚBLICO PARA BENEFICIO DE LOS SECTORES PRIVADOS

Peñalosa desde que hace algo más de ocho años irrumpió con éxito el PDA en el escenario político colombiano siempre lo ha visto como una fuerza antagónica a los intereses que representa, por eso les manifestó a sus compañeros del Partido Verde, que él jamás se vería en una tarima junto a un dirigente de la colectividad amarilla.

Al fin y al cabo, este ex alcalde constituye la antípoda de la concepción de país que pregona el PDA, por cuanto es un defensor acérrimo del neoliberalismo y del capital financiero internacional, pues buena parte de su trayectoria profesional se ha destacado trabajando por sus intereses. Antes de llegar a la Alcaldía de la capital fue presidente del Instituto de Corporaciones de Ahorro y Vivienda (ICAVI) gracias al respaldo de Davivienda y Colpatria, desde donde defendió el leonino sistema UPAC que dejó sin vivienda a 480 mil colombianos, pero eso sí, su gestión es recordada por haber beneficiado a los intermediarios financieros para que no tuvieran pérdida neta en ninguna operación.

Posteriormente, fue director en Colombia de la firma de consultoría norteamericana Arthur De Little, y a partir de sus estrechos nexos con los negociantes financieros internacionales, ha buscado tener posiciones de poder en la esfera pública colombiana para consolidar los intereses tanto personales como de sus antiguos mandantes. Los conflictos de intereses los disfraza como enfrentamiento de principios.

EL OPORTUNISMO POLÍTICO, SU CARACTERÍSTICA

Peñalosa Londoño es un clásico yuppie tecnócrata que vio en la política un excelente camino para solidificar sus actividades comerciales, pues él proviene de una familia que ha combinado con éxito tanto lo público con lo privado. Su padre, el ex ministro de Agricultura, Enrique Peñalosa Camargo, (famoso a finales de la década de los sesenta por el escándalo Fadul y Peñalosa durante el gobierno de Carlos Lleras Restrepo), tenía un consorcio político-económico con Julio César Sánchez, el barón electoral de Cundinamarca. Junto con Alberto Peñaranda Cabal fueron socios de la programadora de televisión Punch y a instancias de esa llave, el hoy dirigente del Partido Verde logró entrar a las lides electorales, consolidando desde entonces una asociación de intereses con Gilma Jiménez, hoy senadora y con el también congresista Camilo Sánchez (hijo de Julio César) que le ha sido funcional para sus incursiones oportunistas en el Partido Liberal.

MODELO DE CIUDAD NEOLIBERAL


La gestión de la Alcaldía de Peñalosa se caracterizó por impulsar en Bogotá el denominado modelo de ciudad neoliberal consistente en “la revolución del cemento y del ladrillo” para convertir a la capital en el espacio de la especulación desaforada del territorio en todas sus manifestaciones con el fin de negociar la vida en la urbe a través de diversas modalidades rentísticas.


Ese modelo de ciudad del ladrillo, los bolardos, el sistema Transmilenio y el descalabro de las famosas losas de la troncal por la avenida Caracas, la privatización de colegios públicos a través de concesión, terminó colapsando. Andrés Camargo pariente de Peñalosa y su director en el Instituto de Desarrollo Urbano (IDU), debió entregarse a la justicia, luego de que la Fiscalía le dictara medida de aseguramiento por las múltiples irregularidades en el proceso de ejecución de la primera fase de Transmilenio. Peñalosa con el mayor cinismo en una columna en El Tiempo publicada el 19 de marzo de 2008 fue enfático en señalar: “Andrés Camargo no solamente fue un director del IDU absolutamente íntegro. Es el mejor director que ha tenido el IDU en su historia”.

LOS FANTASMAS DEL LUNA PARK

El autoritarismo y la intolerancia de Peñalosa con los sectores más marginados de la ciudad como los vendedores ambulantes a quienes persiguió, fueron nota predominante de su administración. El 25 de agosto del año 2000 para demostrar su “firmeza” obtuvo una flaca victoria en su propósito de recobrar el espacio público. Ese día el alcalde local de Antonio Nariño, Augusto Silgado Posada siguiendo instrucciones superiores dio la orden de derribar un muro que se había levantado hace 27 años en el vecindario de Luna Park, en el barrio Restrepo. Las protestas, los ruegos y los requerimientos para lograr un diálogo no fueron escuchados. Utilizando la represión policial, un buldózer echó a bajo el muro dejando como saldo doloroso dos personas muertas: Irma Prieto, quien protestó hasta último momento y William Villalobos, que al ver que solo había mujeres en el grupo, decidió meterse en la trifulca. “A las malas no, alcalde”, fueron sus últimas palabras.

LO QUE SE HEREDA…

Su arrogancia, su visión utilitarista y su concepción oligárquica le vienen de familia. Su padre, Enrique Peñalosa Camargo, quien protagonizó un escándalo en 1969 siendo ministro de Agricultura, similar, guardadas proporciones, al de Agro Ingreso Seguro durante el gobierno de Álvaro Uribe Vélez, junto con su socio Miguel Fadul, gerente del IFI, “tenían en sus manos la mayor suma de poder económico que los colombianos hubiéramos visto hasta entonces en el sector público”.(1) Ambos funcionarios eran titulares de una sociedad de consultoría junto con Ulises Martínez que obtenían millonarios contratos del Estado dada su influencia, pero que no tuvieron el cuidado de retirarse al ingresar al gobierno de Carlos Lleras Restrepo.

Desde el Incora y la cartera de Agricultura Peñalosa Camargo desvirtuó los alcances de la reforma agraria impulsada por la administración Lleras Restrepo, beneficiando a los terratenientes, al tiempo que, debido al debate parlamentario que se originó por sus negociados con Fadul, se resquebrajó la imagen del tercer gobierno del Frente Nacional. Enrique hijo tiene en común con su padre utilizar lo público para beneficio privado no importa las volteretas políticas que tenga que dar.

1. López Michelsen, Alfonso. Posdata a la Alternación, Editorial Revista Colombiana Ltda., Bogotá, 1970.

viernes, 20 de agosto de 2010

COLOMBIA


ENTREVISTA CON EL “COLOMBIANÓLOGO” MARC CHERNICK

“DIRIGENCIA POLÍTICA TRADICIONAL DE COLOMBIA HA MANIPULADO A E.U. PARA SUS PROPIOS INTERESES”

POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ

Si bien Estados Unidos es un actor directo en el conflicto interno de Colombia, los dirigentes del bipartidismo tradicional de este país “han manipulado a los gobiernos de Washington para favorecer sus propios intereses”, sostuvo el politólogo norteamericano y director académico del Centro de Estudios Latinoamericanos de Georgetown University, Marc Chernick, durante la presentación de un trabajo investigativo del decano de la Facultad de Economía de la Universidad Central, Diego Otero Prada.

Chernick, un investigador sobre la realidad social y política colombiana hace más de treinta años, autor del libro “Acuerdo posible” (ediciones Aurora, 2008), es enfático en señalar que “una paz negociada no es sólo posible sino indispensable. Es el sine qua non para dilucidar una Colombia en posconflicto, democrática y más justa”.

En desarrollo de la presentación del trabajo bibliográfico de Otero Prada en la Feria del Libro de Bogotá, el cual lleva por título “El papel de Estados Unidos en el conflicto armado colombiano. De la Doctrina Monroe a la cesión de siete bases militares” (ediciones Aurora, 2010), Chernick trajo a colación algunos ejemplos de cómo distintos gobiernos de Bogotá han manipulado para favorecer sus propios intereses al poder político de Washington.

El caso del gobierno de Laureano Gómez Castro (1950-51) es muy diciente de esa manipulación, sostuvo Chernick, al explicar que este mandatario conservador envió un batallón a la guerra de Corea (junio de 1950 a julio de 1953) fundamentalmente por dos razones: “primera porque se quería deshacer de varios oficiales militares liberales, y dos, porque buscaba comprar armas a Estados Unidos con el propósito de enfrentar el conflicto interno con al Partido Liberal”.

Este acercamiento del gobierno de Gómez Castro con Washington fue definitivo para que en 1952 se firmara el Tratado de Asistencia Militar que ha servido como marco jurídico y político para la injerencia de Estados Unidos en Colombia, explica este politólogo norteamericano.

NO EXISTE SOLUCIÓN MILITAR DEL CONFLICTO

Para este investigador con estrechos nexos familiares y profesionales con Colombia y quien además se ha dedicado a estudiar en profundidad la realidad social y política de este país a partir de la segunda mitad del siglo XX, “no existe solución militar al conflicto armado interno”, pues la realidad lo demuestra: “a pesar del sostenido incremento de la capacidad de las Fuerzas Armadas, iniciado en el periodo de César Gaviria, y acelerado durante los mandatos de Andrés Pastrana y Álvaro Uribe, el Estado sigue siendo incapaz de derrotar a la guerrilla”.

Para Chernick, “en Colombia la paz consiste, fundamentalmente, en la construcción de un régimen incluyente y participativo y de una presencia legítima, legal, respetuosa y proveedora del Estado a lo largo y ancho del territorio nacional. Esto no es posible determinarlo, –agrega- ni ahora ni en el futuro, en el campo de batalla. A pesar de muchas opiniones contrarias, la fortaleza militar no será decisiva para estructurar los acuerdos de paz. Se necesitan otras iniciativas y estrategias de negociación”.

No obstante que en su libro “Acuerdo posible” hace un pormenorizado análisis de los procesos de negociación que se han realizado con la guerrilla de las Farc, ninguno de los cuales ha llegado a buen puerto, este “colombianólogo” concluye que la única forma de alcanzar la paz es a través de una fórmula negociada.

POSIBLE AGENDA DE NEGOCIACIÓN

Entre los temas que Chernick considera obligados en una posible negociación futura entre Estado y guerrilla, destaca: reforma agraria, cese a la violación de los derechos humanos por parte de todos los actores, reorientación de las Fuerzas Armadas y la Policía para que garanticen la paz interna después del conflicto, incorporación de los guerrilleros a la arena electoral, acuerdos de política social y distribución de los recursos nacionales, y conformación de una comisión de verdad y reconciliación de posconflicto.

Lo más extravagante de esta guerra, dice, “es que ni ideológica ni políticamente las diferencias son insalvables”.

Sobre el efecto directo que tiene el narcotráfico en el conflicto colombiano, sostiene que éste no es la causa, sino una manera de financiación de los grupos armados y ve un doble discurso del gobierno colombiano cuando solicita la solidaridad de la comunidad internacional. “Uno es el conflicto regional en el que pide organizarse en contra del terrorismo y el narcotráfico en Colombia, pero cuando habla de salida negociada, no quiere que la comunidad internacional se meta, porque es un problema interno”, señala.

En su opinión, “los repetidos fracasos e interrupciones de los procesos de paz durante seis periodos presidenciales consecutivos demuestran, de manera convincente, que la paz es demasiado importante como para dejarla exclusivamente en manos de los combatientes o de las partes en conflicto. Por tales razones se requiere de observadores, mediadores o facilitadores ajenos al conflicto para que intervengan en un proceso de paz”.

¿QUÉ VA HACER E.U. CON LAS BASES?

Sobre la injerencia cada vez mayor de Estados Unidos en Colombia, Chernick, se preguntó qué va hacer ahora el gobierno de Washington tras la declaratoria de inexequibilidad por parte de la Corte Constitucional del acuerdo del 30 de octubre del 2009 que permitía al Comando Sur la utilización de por lo menos siete bases militares colombianas.

¿Será que Estados Unidos va a sacar a su personal que ya está instalado en esas bases mientras se negocia un nuevo tratado de asistencia militar?, se pregunta el politólogo, y a renglón seguido añade: ¿quién controla eso?

COLOMBIA, PRIMER LABORATORIO DE GUERRA IRREGULAR ANTES DE VIETNAM

Aprovechando su presencia en la Feria del Libro de Bogotá, el Observatorio Sociopolítico Latinoamericano WWW.CRONICON.NET, dialogó con este catedrático norteamericano, quien ha estado vinculado como profesor visitante a las Universidades de Los Andes y Nacional, así como al Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), liderando una investigación sobre alertas tempranas y prevención de conflicto.

- Usted sostiene que la dirigencia política tradicional colombiana en su afán por proteger sus propios intereses ha manipulado a los gobiernos estadounidenses. ¿En ese sentido, tanto la élite dominante colombiana como el poder político de Washington han sido funcionales mutuamente?

- Sí, ese es mi planteamiento y leyendo el libro de Diego Otero Prada, “El papel de Estados Unidos en el conflicto armado colombiano”, me di cuenta que siempre ha habido intereses de orden político para el mantenimiento del sistema por parte de la clase política tradicional. A mediados del siglo XX, en los años 40 y 50 por ejemplo, muy hábilmente algunos dirigentes conservadores aprovecharon la preocupación norteamericana por el comunismo para conseguir armas para la guerra contra los liberales. En los años 60, 70 y 80 la dirigencia colombiana aprovechó igualmente la Guerra Fría para hacer la guerra contrainsurgente. En las décadas del 90 y del 2000 han utilizado la preocupación de Estados Unidos por el tema del narcotráfico para lograr en el orden interno seguridad, y con la cuestión del terrorismo han hecho lo mismo, por eso Estados Unidos se ha metido mucho en este conflicto, pero nunca hubiera logrado tener tanta injerencia sin la astucia de la élite colombiana.

- Usted puso de ejemplo el caso concreto de Laureano Gómez, quien para conseguir armas en Estados Unidos con el propósito de confrontar a los liberales en los años 50 del siglo XX, en su gobierno envío un batallón a la guerra de Corea. Saltándonos en el tiempo, ¿un gobernante funcional como Álvaro Uribe a los intereses de Estados Unidos, como se benefició del poder político norteamericano?

- Como en Colombia ha habido una insurgencia con cauces sociales y económicos complejos, lo que hizo muy hábilmente el ex presidente Álvaro Uribe es haber adoptado todo el lenguaje del terrorismo y le dijo al gobierno de Estados Unidos: aquí tenemos una guerra contra los terroristas. De esta manera, Colombia se convirtió el único frente contraterrorista no musulmán en el mundo y para Washington eso es una prioridad. Entonces, el Plan Colombia que se concibió dentro del marco contra el narcotráfico se volvió una estrategia antiterrorista. Uribe manejó eso con mucha astucia como lo hicieron sus antecesores en otras épocas.

- Otro elemento de su análisis es que Colombia sirvió a Estados Unidos de laboratorio en la guerra antirregular, antes que Vietnam…

- Esto es fascinante desde el punto de vista investigativo, es una historia casi no escrita que hay que profundizar más. El profesor Diego Otero en su libro trae algunas referencias documentales, lo cierto es que gracias al Batallón Colombia que fue a Corea se suscribió el programa de asistencia militar estadounidense en 1952, en virtud del cual vinieron asesores norteamericanos y aquí se experimentaron varias tácticas contrainsurgentes. Este fue el primer laboratorio para Estados Unidos de la guerra irregular antes de Vietnam.

- Otra de sus afirmaciones es que los campesinos liberales que se organizaron en autodefensa en los años 50 y que posteriormente desembocaron en guerrilla no eran amenaza para la seguridad interna de Colombia ni para Estados Unidos en su empeño de enfrentar la Guerra Fría. ¿En que sustenta su apreciación?

- No, no eran amenaza, para nada. Esta idea de “repúblicas independientes” que salió del hijo de Laureano Gómez, Álvaro Gómez Hurtado, simplemente eran unas comunidades campesinas que, si se mira la historia, lo que buscaban era incorporarse al sistema, por eso no eran ni independientes ni constituían amenaza alguna. Pero la negativa del Estado a dialogar con ellos, a atender sus necesidades básicas, a invertir en el campo, condujo a que se organizaran bajo el influjo comunista y vino entonces la estigmatización al señalarlos como amenaza para Colombia y para el hemisferio occidental, y esto es un absurdo a mi manera de ver.

- ¿En estos momentos gobiernos progresistas como los de Venezuela, Bolivia, Ecuador son amenazas para la hegemonía de Estados Unidos en América Latina?

- No son amenazas de ninguna manera para Estados Unidos, lo que hay son nuevas fuerzas sociales y políticas que han logrado asumir el poder, las cuales tienen derecho a cometer errores.

- ¿Y entonces por qué el Comando Sur de Estados Unidos pretende utilizar siete bases militares colombianas?

- Porque Estados Unidos los mira como amenaza pero ello es un error, lo que hay en esos países latinoamericanos son nuevas corrientes. Sería mejor para Estados Unidos aceptar esas realidades sociales y políticas, y respetar la situación interna de cada país, teniendo relaciones abiertas con ellos. Hay voces norteamericanas que quieren hacer eso pero hasta ahora lo que se sigue imponiendo es casi una óptica de la Guerra Fría, en el sentido de privilegiar el discurso de amigos y enemigos, como si no estuviéramos en otra época. Cuba sigue siendo comunista pero no representa hoy en día ninguna amenaza para Estados Unidos.

- ¿Por qué el bloqueo entonces?

- Esa es la pregunta. En buena medida por la reacción y la miopía del pasado, y claro, por los intereses internos de sectores como la comunidad cubana en la Florida, algunos senadores, etc. Es decir, es anacrónica esta política, pero lo sorprendente es que sigue.

- Volvamos al tema de Colombia. ¿Después de ocho años de gobierno autoritario y militarista como el de Álvaro Uribe Vélez, lo que se abre para este país es una solución política al conflicto armado interno?

- Espero que sí, no voy a afirma eso, pero ojalá haya una reflexión en torno de que la política militar y la denominada Seguridad Democrática llegaron a sus límites, ha cambiado el campo de batalla sin duda, pero no se ha derrotado a la guerrilla y ha habido un gran costo en la consolidación del poder paramilitar. Espero que haya una oportunidad para la búsqueda de una salida política. El presidente Santos muy cautelosamente está dando indicaciones en el sentido de que está abierto siempre y cuando haya muestras de la guerrilla. Vamos a ver, ojalá que sí.

- Las soluciones militares por lo visto en Irán y en Afganistán están mandadas a recoger…

- Así es, en Afganistán no ha habido una salida y los Estados Unidos están comprometidos a salir en 2011, por lo que creo que en ese país va a darse una solución política.

martes, 10 de agosto de 2010

CONTRA LA IMPUNIDAD


PLATAFORMA JUICIO A ÁLVARO URIBE VÉLEZ
http://www.cronicon.net/paginas/juicioauribe/inicio.htm

POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ

Los delitos, los abusos de poder, la violación de derechos humanos y del Derecho Internacional Humanitario, las arbitrariedades, la insolencia, los múltiples desafueros, cometidos en el ejercicio del cargo de Presidente de la República de Colombia por Álvaro Uribe Vélez, no pueden quedar impunes, ni pueden pasar por alto en la frágil memoria de una sociedad adormecida y manipulada mediáticamente como la colombiana.

La característica del gobierno de Uribe Vélez fue el haber actuado siempre al borde del Código Penal. Por eso el abogado y periodista colombiano Felipe Zuleta Lleras ha considerado conducente denunciarlo ante la Corte Penal Internacional, porque en su opinión, casos criminales como los de Augusto Pinochet en Chile y Alberto Fujimori en Perú, quedan pequeños frente a las graves y múltiples violaciones a la ley cometidas por el autócrata colombiano.

El Observatorio Sociopolítico Latinoamericano WWW.CRONICON.NET ha considerado pertinente aportar su grano de arena a la iniciativa de Zuleta Lleras y de algunas organizaciones colombianas de derechos humanos que asumiendo un gran riesgo personal e institucional han resuelto trabajar por no dejar pasar olímpicamente tanto desafuero cometido por Uribe Vélez, y pone a disponibilidad esta Plataforma virtual con documentos, análisis periodísticos, videos, testimonios, etc., que posibiliten solidificar esta causa penal.

Se trata, en definitiva, de un empeño porque se haga justicia y no haya olvido. Pero al mismo tiempo, constituye un ejercicio de largo aliento que contribuirá a generar conciencia democrática en un país como Colombia en que se carece de ella y por eso irrumpen caudillos tropicales y de pacotilla que con ímpetu mesiánico terminan horadando lo poco que se ha consolidado de civilidad y respeto por los derechos humanos.

Correo electrónico: juicioauribe@gmail.com

PLATAFORMA JUICIO A URIBE
http://www.cronicon.net/paginas/juicioauribe/inicio.htm

sábado, 7 de agosto de 2010

DERECHOS HUMANOS


EN ABIERTA VIOLACIÓN A LA SOBERANÍA NACIONAL

“COLOMBIA ES UNA EXTENSIÓN MILITAR DE ESTADOS UNIDOS”: AFIRMAN ACTIVISTAS DEL OBSERVATORIO DE LA ESCUELA DE LAS AMÉRICAS

POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ

P
ara protestar por el alto grado de responsabilidad política que le cabe al gobierno estadounidense en violación de derechos humanos y en la crisis humanitaria que vive Colombia, una delegación del Observatorio de la Escuela de las Américas (http://www.soaw.org/), encabezada por su director, el sacerdote norteamericano Roy Bourgeois, bloqueó la semana pasada el ingreso a la base militar colombiana de Tolemaida.

Con un cartel de cuatro metros que decía: "Fuera los militares norteamericanos de Colombia", esta organización defensora de derechos humanos sentó su voz de rechazo ante la presencia de soldados y mercenarios a las órdenes del Comando Sur de los Estados Unidos, y la utilización de plataformas castrenses en este país andino.A la delegación norteamericana la acompañaron 65 activistas de organizaciones colombianas como Justicia y Paz, el Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado, las Madres de Soacha (que buscan justicia para sus hijos que fueron asesinados como parte de las desapariciones forzadas conocidas como "falsos positivos") y Sinaltrainal.

"El acuerdo sobre las bases opera desde la misma mentalidad fallida que dio origen a la Escuela de las Américas (SOA/ Whinsec en sus siglas en inglés) y tiene como propósito asegurar el control de los Estados Unidos sobre la región por medios militares", sostuvo Bourgeois.

En ese sentido, agregó, la facilitación de por lo menos siete bases militares para uso del Comando Sur, “convierte a Colombia en una extensión militar de los Estados Unidos”, y en una amenaza para la región, por cuanto que como quedó constatado en un documento de la Fuerza Aérea estadounidense, estas plataformas serán usadas en "un espectro completo de operaciones a lo largo de Sudamérica" contra gobiernos antinorteamericanos en la región.


La Escuela de las Américas ha entrenado a más de doce mil soldados colombianos en técnicas de contrainsurgencia, habilidades de francotirador, guerra de comando y psicológica, inteligencia militar, tácticas de interrogación, y en su oscuro historial está el de haber sido centro de operaciones para preparar y coordinar los golpes de Estado en América Latina, implementar la doctrina de Seguridad Nacional, eliminar todo intento de oposición mediante el asesinato y desaparecimiento forzado de miles de militantes de sectores progresistas y de izquierda, y haber sido el motor de la malhadada Operación Cóndor que asoló a sangre y fuego los países del cono sur.

ANTECEDENTES DE ESTA ESCUELA DEL TERROR

La Escuela de las Américas se fundó en 1946 en Panamá, por lo que un presidente de ese país, Jorge Illueca, la denominó como “la base gringa para la desestabilización de América Latina”.
En 1984 como resultado de los Tratados Torrijos-Carter para la devolución del canal de Panamá, esta institución de entrenamiento militar se instaló en Fort Benning en el estado sureño de Georgia. Cada año, miles de oficiales de las Fuerzas Armadas latinoamericanas van a recibir ahí prácticas y adoctrinamiento sobre la estrategia hegemónica norteamericana.

En la historia de violación de derechos humanos del continente, dicha escuela ha sido el centro de "entrenamiento" más nefasto que ha existido, por la estela de abusos y violaciones que han dejado sus "graduados" en sus propios países. En 1996, la opinión pública norteamericana conoció parte de los Manuales de Entrenamiento Militar que eran utilizados, los cuales en forma precisa aconsejaban "aplicar torturas, chantaje, extorsión y pago de recompensa por enemigos muertos", tal como ha ocurrido en Colombia con el escándalo de los mal llamados “falsos positivos”.

INSTRUMENTO DE PENETRACIÓN MILITAR

Joe Mulligan, uno de los activistas de la delegación norteamericana que participó en la acción pacífica de protesta en la base militar de Tolemaida en diálogo con CRONICÓN.NET, fue categórico en señalar que “La Escuela de las Américas es un instrumento eficaz del gobierno estadounidense para penetrar los ejércitos de América Latina”.

“No solo por los contactos y el conocimiento que logra con varios oficiales de las Fuerzas Militares latinoamericanas, sino que sirve para acceder a información privilegiada o preparar golpes de Estado”.

Mulligan señala que un buen número de soldados de los países de la región que han pasado por la Escuela de las Américas son acusados y procesados por violación de derechos humanos. Por eso su organización trabaja por persuadir a los gobiernos progresistas latinoamericanos a no enviar sus oficiales a ese centro de instrucción castrense.

Hasta el momento, explica, algunos países como Venezuela, Bolivia, Uruguay y Argentina se abstienen de hacerlo, además que la mayoría de los gobiernos debería seguir su ejemplo porque esta Escuela “forma aliados en inteligencia”, que en un momento dado pueden ser una amenaza para la seguridad interna de cada nación.

TOTAL HERMETISMO

Hasta el año de 1996 las organizaciones defensoras de derechos humanos de Estados Unidos tenían cierto acceso a información sobre el funcionamiento de la Escuela de las Américas. De ahí en adelante no hay posibilidad a ninguna información, dice Mulligan, porque sus directivas guardan total hermetismo.

Por eso no se sabe cuáles son las metodologías de entrenamiento militar que se están utilizando, se desconoce cuáles son sus manuales de enseñanza, los nombres de los oficiales que van de diversos países latinoamericanos a recibir instrucción y adoctrinamiento, si se prescribió en su plan los métodos de tortura y desaparecimiento de personas, como ocurría hasta la década de los años 90.

Para este activista del Observatorio de la Escuela de las Américas, al parecer “no ha cambiado nada”, y por lo tanto se continua el adoctrinamiento militar con base en los mismos elementos de eliminación del enemigo interno que se practicó durante el periodo de la guerra fría.


Por eso, esta organización norteamericana ha previsto realizar entre el 19 y 21 de noviembre de este año una gran jornada de protesta en la que cientos de personas se congregarán en las puertas de la SOA/ Whinsec en Fort Benning, Georgia, para reclamar el cierre de la misma y para expresar su solidaridad tanto con el pueblo colombiano como con el de América Latina.

domingo, 1 de agosto de 2010

NEOLIBERALISMO


ENTREVISTA CON EMIR SADER, SECRETARIO EJECUTIVO DE CLACSO

“EL POSNEOLIBERALISMO EN AMÉRICA LATINA PASA POR CONSOLIDAR UNA ALIANZA DE FUERZAS SOCIALES QUE CONSTRUYA NUEVAS FORMAS DE PODER POPULAR”

POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ

C
onvencido de que “la fisonomía de América Latina en la primera mitad del siglo XXI está sujeta al destino de los gobiernos progresistas actuales en el continente”, el sociólogo y filósofo brasileño, actual secretario del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), Emir Sader, es consciente también de que las grandes reformas pendientes dependen de la consolidación de una plataforma de alianza entre las fuerzas sociales antineoliberales.

Considera que el gran reto político de los sectores sociales progresistas de la región es derrotar completamente el modelo neoliberal, pues de esta manera se avanzará paulatinamente en un proceso anticapitalista.

“Superar el neoliberalismo supone no solo desarrollar un nuevo modelo económico sino un modelo político que democratice profundamente las estructuras del Estado y se adapte a las necesidades de plena democratización de nuestra sociedad: de la propiedad de la tierra, del capital financiero, de los medios de comunicación entre tantos otros aspectos”, explica.

“Significa también –agrega-, encarar la superación del liberalismo y del capitalismo, mediante la creación de un nuevo bloque social, político y cultural de fuerzas de nivel nacional que hegemonice el proceso de transformaciones antineoliberales, en una dinámica de construcción de nuevas formas de poder popular para alcanzar una sociedad humanista”.

Para Sader, un proyecto de reformas profundas de la sociedad por la base “sin que desemboque en la alteración de la relaciones de poder, no conduce a ningún proceso real de transformación de las sociedades latinoamericanas. Por el contrario, los movimientos sociales, como los bolivianos que transformaron su fuerza social en fuerza política, son los que protagonizan procesos reales de cambio en el mundo”.

Licenciado en filosofía por la Universidad de Sao Paulo, Master en Filosofía y Doctor en Ciencia Política, este científico social y periodista fue perseguido por la dictadura militar brasileña de los años 60 y 70 del siglo pasado, por lo que se vio obligado a vivir en la clandestinidad y en el exilio durante trece años.


Cuenta con una amplia trayectoria académica. Ha sido profesor en las Universidades de Sao Paulo, Chile, Paris VIII y Oxford. Fue asistente del sociólogo político greco-francés Nicos Poulantzas, y actualmente es profesor de la Universidad del Estado de Río de Janeiro, donde dirige el Laboratorio de Políticas Públicas. Ha dirigido la Asociación Latinoamericana de Sociología, el Programa de Estudios de América Latina y el Caribe de la Universidad del Estado de Río de Janeiro y ha sido miembro del Comité Directivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), del que es Secretario Ejecutivo. Fundador del Laboratorio de Políticas Públicas de Buenos Aires, y presidente de su Consejo Académico, es miembro además del Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico de Brasil. Dirige la Colección Paulicéia en la editorial Boitempo y organizó, junto con Ivana Jinkings, Carlos Eduardo Martins y Rodrigo Nobile, la vasta obra Enciclopedia contemporánea de América Latina y el Caribe, que obtuvo el Premio Jabuti.

Autor de varios libros y ensayos, colaborador de numerosas publicaciones, Sader está al frente de la Secretaría Ejecutiva de CLACSO hace cuatro años, la cual es una institución internacional no gubernamental de investigación y enseñanza en ciencias sociales, creada en 1967, que mantiene relaciones formales de consulta con la UNESCO y agrupa un total de 278 centros de investigación y programas de docencia de grado y posgrado en 25 países de América Latina y el Caribe, Estados Unidos y Europa.

EL NUEVO TOPO Y LA NUEVA AGENDA

En su último libro, El nuevo topo, los caminos de la izquierda latinoamericana (Siglo veintiuno editores, septiembre 2009), convoca a hacer una revisión de los procesos de lucha de los sectores progresistas de la región a partir de sus antecedentes históricos, y al mismo tiempo, a asumir el compromiso de lucha en la construcción de alternativas para enterrar la infame y criminal “noche neoliberal”.

Adicionalmente, analiza los momentos de cambio que se han venido dando en Latinoamérica en las últimas décadas, el papel de los movimientos sociales, los factores que han incidido en su fortaleza, los obstáculos y los avances. Retomando la metáfora de Karl Marx que usó al topo, ese animalito miope, enfermo, y frágil, pero dotado de una gran paciencia y obstinación, que cava túneles bajo la tierra, y cuando menos se espera, abre una brecha y sube a la superficie, este investigador social brasileño explora los procesos de transformación social de buena parte de los países de América Latina y rastrea las formas concretas que asume hoy la lucha anticapitalista.

Una de sus observaciones es que los gobiernos progresistas de la región se están valiendo del Estado “para regular la economía, para inducir el crecimiento económico, para desarrollar políticas sociales, entre otras funciones”. Mientras los gobiernos de derecha que privilegian el modelo neoliberal, “desdeñan al Estado y transforman sus funciones en mínimas, dejando espacio abierto para el mercado”.

Hoy, señala, “el pensamiento crítico latinoamericano que tiene una larga tradición de grandes interpretaciones y propuestas teóricas y políticas”, afronta nuevos desafíos en la agenda temática: el nuevo nacionalismo y los procesos de integración regional, los pueblos originarios y el nuevo modelo de acumulación, los procesos de socialización y desmercantilización, las nuevas formas que adoptará el Estado, las funciones y la naturaleza de la esfera pública, la hegemonía del capital financiero, el modelo de agronegocios, la dictadura de los medios de comunicación privados, el futuro político e histórico del continente, entre otros.

En países como Brasil, Venezuela, Ecuador y Bolivia, anota Sader, “se está dando un rico y renovado espacio y elaboración teórica sobre los procesos en curso”.

Sobre estos temas y la coyuntura social y económica del continente, el Observatorio Sociopolítico Latinoamericano WWW.CRONICON.NET dialogó con Emir Sader.

EL LIDERAZGO DE BRASIL

Uno de las observaciones que de entrada hace el secretario ejecutivo de CLACSO es que en el conjunto de América Latina, Estados Unidos perdió la iniciativa económica y el liderazgo geopolítico que han pasado a manos de Brasil y China.


“No se trata de que Estados Unidos ya no juegue ningún papel en la región, porque sigue siendo la potencia dominante, sino del nuevo papel que tienen ahora sus competidores. De la mano de la sólida alianza entre Argentina y Brasil, se está construyendo una nueva realidad regional, que se caracteriza por una mayor cohesión entre los 12 países sudamericanos que se han dotado de instrumentos económicos, políticos y militares para caminar hacia una completa integración”, explica.

Brasil, que con el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva ha ganado un fuerte liderazgo político y económico en Latinoamérica, constituye hoy el país más dinámico de la región, capaz de absorber porcentajes crecientes de la producción de sus vecinos. Hasta tal punto que el ministro de la Secretaría de Asuntos Estratégicos de la Presidencia brasileña, Samuel Pinheiro Guimaraes, acaba de lanzar una propuesta para que su país promueva una especie de Plan Marshall con miras a estimular y financiar la transformación económica de las naciones en desarrollo del continente, incluso abriendo sus mercados, sin exigir reciprocidad, e impulsando la construcción de infraestructura para lograr la interconexión continental.

Complementa su argumento señalando que “mediante alianzas con India, China, Suráfrica, Rusia e inclusive Irán y con la intensificación de los intercambios sur-sur, el continente puede adquirir una fuerzas considerable en una inserción distinta en el escenario mundial y en un mundo igualmente distinto”.

ENFRENTAR EL MONOPOLIO DE LA PALABRA

Entre los retos que los gobiernos progresistas de América Latina tienen que superar, dice Sader, está la lucha contra el “monopolio de la palabra”, controlado por sectores privados de comunicaciones, en los que se ampara la derecha.

No es posible, sostiene, continuar con la impúdica manipulación mediática de los grandes conglomerados de la comunicación que solo les interesa fabricar una opinión pública que les permita seguir manteniendo el criminal modelo económico del libre mercado y satanizar las alternativas y gobiernos progresistas que vienen irrumpiendo en el hemisferio.


En su concepto, la prensa privada latinoamericana constituye “un circuito cerrado que condiciona lo que se denomina opinión pública, porque es una opinión selectiva determinada por el mercado de las agencias de publicidad. Esta es, -agrega-, la dinámica de la prensa mercantil que se financia no por la compra de los lectores sino por dichas agencias. Lo que les interesa es la capacidad de compra de los lectores”.


Además, otra característica de la “gran prensa” en el continente “es su condición de monopolio, frecuentemente familiar y con estrechos vínculos tanto con el partido político hegemónico como con el establecimiento”.

ENTRE LA INTEGRACIÓN REGIONAL Y LOS TRATADOS DE LIBRE COMERCIO

- ¿El fracaso rotundo del neoliberalismo ha traído consigo la reconfiguración del sujeto político en América Latina?

- Todavía no, aunque abrió camino a un nuevo campo de fuerzas antineoliberales que tiene configuraciones distintas conforme cada país. Yo diría que la línea divisoria en América Latina no es entre izquierda buena e izquierda mala como sostiene la derecha, sino entre los que han firmado tratados de libre comercio y los que están por la integración regional; entre los que privilegian el ajuste fiscal y los que están por las políticas sociales. Este segundo campo es el antineoliberal. Unos en forma más radical y otros en forma más moderada pero ese es el nuevo espacio delimitado por el fracaso del neoliberalismo. Un conjunto de fuerzas que van de países como Argentina, Uruguay, Brasil, Paraguay, Salvador, hasta Venezuela, Ecuador y Bolivia que tienen en común la legitimación de las políticas sociales y el privilegio del proceso de integración regional, vía UNSAUR, Mercosur, Banco del Sur, el gasoducto continental, el Consejo Suramericano de Defensa, sin configurar aún nuevos sujetos claros.

- ¿Hay posibilidad de consolidar un sujeto político en estos países que usted menciona?

- Es difícil por la heterogeneidad que el neoliberalismo profundizó en América Latina que un sujeto pueda unificar u homogenizar salvo en casos particulares como en Bolivia con el movimiento indígena. En Ecuador se habla de movimiento ciudadano que es un conjunto de fuerzas diversas que son antineoliberales; El movimiento bolivariano en Venezuela nos remite a un sujeto específico. Yo creo que se va a unificar una plataforma de alianzas o un bloque de fuerzas antineoliberales en los que estarán fuerzas históricas como el movimiento sindical, el movimiento campesino y el movimiento indígena, pero la forma que asumirá y la autonomía organizacional va a depender de la configuración de cada formación social a nivel nacional.

- ¿Cómo analiza el proceso de integración en América Latina? ¿Es optimista al respecto?

- Es positivo en el sentido de que los gobiernos progresistas de América Latina buscan contribuir a edificar un mundo multipolar, resquebrajando la hegemonía imperial norteamericana. En segundo lugar, la crisis del capitalismo ha demostrado los beneficios que tiene para un país como Brasil, la integración regional, y otro como México que tiene un TLC con Estados Unidos, en virtud del cual su comercio internacional depende en un 90% de esta potencia, y por lo tanto se le viene una época prolongada de dificultades enormes. Brasil y otros países como Ecuador y Bolivia han podido salir de la crisis, primero por la diversificación del comercio internacional. El principal socio de Brasil es China, ya no es Estados Unidos; en segundo lugar, por la intensificación del comercio interregional. El papel de China en la reactivación económica está claro. Y en tercer lugar, por el aumento extraordinario del mercado interno del consumo popular. Aún durante la crisis, estos países con gobiernos progresistas no han disminuido las políticas sociales, se ha aumentado el poder adquisitivo de los salarios, y por primera vez en estas naciones no han sido los más pobres los que han terminado pagando el peso más duro de una crisis y han logrado salir de ella. Esto demuestra que la integración regional es un camino incluso pragmáticamente eficiente. En contraste, en países como Perú, Colombia y México siguen deteriorándose sus índices sociales y han pagado un precio más caro por la crisis que los países que apuestan por la integración.

- ¿No es un oportunismo que tras la debacle que generó el neoliberalismo en la crisis mundial del capitalismo, sus defensores hayan acudido al Estado para encontrar su salvación?

- Siempre ha sido así. En momentos de crisis usan el argumento de que el Estado tiene que intervenir, como si fuera una cirugía, pero después de que interviene, el organismo sigue funcionando igual. No es una idea de intervención dura, estructural, simplemente es coyuntural y episódica para que el mercado pueda volver a funcionar, aunque nunca será en las condiciones que propugnaban antes. La crisis es una oportunidad pero lo grave es que la usan para recomponerse y el sur del mundo no tiene un proyecto propio.

- La crisis del capitalismo es sistémica, pero no se ve una alternativa de modelo económico a la vista…

- El problema mayor de la humanidad hoy es que mientras el capitalismo evidencia sus contradicciones y sus límites, los factores de construcción del anticapitalismo y del socialismo también han sufrido un retroceso brutal. Entramos en un periodo de hegemonía unipolar en el que el socialismo desapareció de la agenda mundial con la caída del muro de Berlín, entonces no hay que creer que es posible una solución anticapitalista en lo inmediato. Las transformaciones introducidas por el neoliberalismo como la fragmentación social y el modelo norteamericano de vida dominante, representan obstáculos que sólo podrán ser vencidos en una larga y profunda lucha política e ideológica, para volver a colocar el socialismo a la orden del día. Lo que se abre es un periodo largo de inestabilidad, de disputa hegemónica, si bien es cierto que el modelo neoliberal está agotado. Hoy por hoy lo que se plantea es la superación del neoliberalismo, en la medida en que se logre con desmercantilización, con creación de espacios para recuperar los derechos sociales, se estará avanzando en un proceso anticapitalista.

EL DEBILITAMIENTO DE ESTADOS UNIDOS

- Hablemos de seguridad hemisférica. ¿Cuál es el trasfondo en su opinión para que el gobierno de Colombia haya posibilitado la utilización de al menos siete bases militares al Comando Sur de Estados Unidos?

- En primer término hay que decir que es un tema que va más allá del los problemas internos de Colombia. La presencia norteamericana en bases militares de este país obedece al debilitamiento político de Estados Unidos en América Latina en lo político, más allá del tema del conflicto colombiano. Esa presencia afecta no solo a Venezuela y Ecuador sino al conjunto de la región. Brasil ve con recelo esta situación porque tiene amplias reservas naturales particularmente en la Amazonía que son ambicionadas por Estados Unidos.

- ¿Cómo analiza la consolidación de los enclaves de la a derecha en América Latina como Colombia, México, Perú, Chile y Honduras?

- Creo que los gobiernos progresistas que se mantienen como en Uruguay, Bolivia, Ecuador, Venezuela, la sucesión de Lula que es muy probable que sea favorable a la izquierda en Brasil, van a configurar un poco la fisonomía de estos países en la mitad del siglo XXI y a la vez van a significar una derrota muy dura para la nueva generación de la derecha puesto que se abre un espacio de crecimiento y de avance en el proceso de romper el modelo. El sueño norteamericano siempre ha sido unir Brasil con Chile a través de una línea derechista y el gobierno de Piñera es un enclave que dificulta las alianzas en la región. Creo que la política norteamericana en América Latina está dirigida a quebrar la unidad de los gobiernos progresistas moderados y radicales. La fuerza del gobierno de Lula de alguna manera ayuda a dar músculo político a estos gobiernos de izquierda, por eso las elecciones más importantes de la región serán las del Brasil, porque lo que está en juego es la consolidación de una transformación continental posneoliberal. Mi impresión es que Dilma Roussef ganará gracias al apoyo de Lula, cuyo discurso desarma a la oposición. La derecha carece de un proyecto propio para Latinoamérica, pero tiene poder de veto por su hegemonía en el capital financiero y por el control de los medios de comunicación, además, tiene dificultades, no sabe con qué piezas va a contar.

COLOMBIA Y MÉXICO LOS MAYORES DESASTRES DE AMÉRICA LATINA

- ¿Pero no se puede subestimar la fortaleza de la derecha en Colombia y en México?

- Yo creo que Colombia y México son los mayores desastres de América Latina. En México la economía decrece y la situación social se deteriora. En Colombia y Perú no sé si es igual o peor, lo que se observa es que aunque en estos países la economía crece, la situación social se empeora.

- Una de los obstáculos para el pensamiento emancipador y los sectores de izquierda es la manipulación mediática, “el arma de la palabra”, como usted ha señalado. No ha sido posible democratizar los medios de comunicación en los países con gobiernos progresistas. Esa es una tarea pendiente…

- En el caso de Brasil que es el que conozco mejor hay tres temas pendientes: hegemonía del capital financiero, modelo de agronegocios y dictadura de los medios de comunicación privados. Sobre el tercer tema objeto de la pregunta, creo que es uno de los más graves porque no habrá democracia sin una opinión pública formada y la izquierda no tiene todavía un modelo. El tema, sin embargo está planteado, ya hay una ley en Argentina; en Brasil se convocó una conferencia sobre telecomunicaciones por primera vez; la división en América Latina es muy clara: la derecha está agrupada alrededor del monopolio de los medios de comunicación y el pueblo que vota por políticas sociales. Por eso en el caso brasileño un periodista cuando fueron derrotados él y el periódico donde trabajaba en las elecciones presidenciales de 2006, acuñó la siguiente la frase: “el pueblo derrotó a la opinión pública”. Probablemente el modelo va a ser uno que combine fortalecimiento de medios públicos con medios alternativos y comunitarios. Hay que quebrar ese derecho privado injustificado de algunas familias que se apropiaron de los medios para forjar opinión pública.