martes, 27 de enero de 2015

TOTALITARISMO

CALDERÓN, PIÑERA Y PASTRANA, OBSECUENTES CORIFEOS DE WASHINGTON, CÍNICAMENTE QUISIERON DAR “LECCIONES DE DEMOCRACIA” A VENEZUELA






POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ


La derecha internacional afronta una escasez de líderes, razón por la cual las operaciones mediáticas para generar matrices de opinión resultan un total fracaso, como el show que quisieron montar tres expresidentes de tan mala reputación como Felipe Calderón, Sebastián Piñera y Andrés Pastrana, quienes en forma cínica y en una actitud de injerencia en asuntos internos, fueron a Caracas, a dizque dar lecciones de “democracia” y respeto por los derechos humanos, ellos, precisamente, quienes tienen como impronta un pasado lleno de sangre y entrega descarada de la soberanía de sus respectivos países.


Esta operación mediática planificada, orquestada y coordinada conjuntamente con los medios de la “gran prensa” de Colombia no pasó de ser un burdo espectáculo en que tres exmandatarios que sobresalen por su desprestigio e impopularidad por haber sido impulsores en sus respectivos gobiernos de modelos fracasados políticamente y su entrega total a los intereses del imperio estadounidense y el capital especulativo internacional, tuvo como propósito darle “aire” a la mafiosa y golpista dirigencia de la ultraderecha venezolana, caracterizada por el saboteo sistemático a la marcha de la Revolución Bolivariana mediante tácticas como el golpe blando y la criminal guerra económica.

Lo que causa gracia es que sean personajes de la catadura de Calderón, Piñera y Pastrana, procedentes de países de la neoliberal Alianza del Pacífico, quienes como “cruzados” de la democracia se rasguen las vestiduras.


No es más que dar un repaso breve a sus oscuras trayectorias políticas y familiares para observar que estos “adalides de la defensa de los derechos humanos” son los menos indicados para dar lecciones de “democracia” a una nación como Venezuela que gracias al liderazgo del presidente Hugo Chávez se ha enfrentado al imperio por desmontar la esa sí antidemocrática arquitectura neoliberal instalada para beneficio personal por las oligarquías adecas y copeyanas.


Empezando por el empresario Sebastián Piñera, cuya fortuna y sus inicios en la política chilena se deben gracias a la dictadura del genocida Augusto Pinochet. Fue efectivamente gracias al auspicio del autócrata chileno y su entramado mafioso y criminal que un personaje oscuro y oportunista como Piñera logró llegar a la cumbre del poder, desde la cual reprimió a los sectores sociales y a  los indígenas mapuches, combatió al movimiento estudiantil y profundizó el nefasto modelo neoliberal.


Célebre es la frase de Piñera según la cual la educación para él es un “bien de consumo”, frente a lo cual ripostó la hoy diputada comunista Camila Vallejo al señalar que de ninguna manera, que se trata de un derecho fundamental.


El heredero de Pinochet, quien trabaja por su reelección debe afrontar en la actualidad un escándalo mayúsculo de corrupción de varios correligionarios suyos, dirigentes de uno de los partidos de la coalición de ultraderecha que le sirvió de soporte durante su gobierno, la Unión Demócrata Independiente (UDI), acusados por fraude tributario en la financiación de la última campaña electoral.


Además, en Chile, aún está vigente la Constitución impuesta por la dictadura de Pinochet, a la que Piñera defiende y se opone a que sea reformada. En contraste, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de 2000 se elaboró mediante un proceso ampliamente participativo y fue refrendada mayoritariamente por el pueblo.


Y qué decir del expresidente mexicano Felipe Calderón, líder del corrupto y fascistoide Partido de Acción Nacional (PAN) que llegó al poder en 2006 gracias al descarado fraude. Durante su oscura gestión se cometieron alrededor de cien mil asesinatos y se registraron 26 mil desaparecidos. En su sexenio de consolidó el Plan Mérida, un calco del Plan Colombia, con el cual México, como bien lo ha señalado el analista Alfredo Jalife Rahme, ha terminado siendo un apéndice de Estados Unidos.


Además, Calderón está acusado de crímenes de lesa humanidad y su herencia política es la de haber dejado un México incendiado, desinstitucionalizado y en manos de poderosos carteles del narcotráfico.


Para completar el trio, hay que referirse al inefable Andrés Pastrana Arango, caracterizado por su estulticia y frivolidad. Su supuesto “liderazgo” al interior del Partido Conservador colombiano se debe a que pertenece a una familia dinástica. Su padre, Misael Pastrana Borrero llegó al poder gracias a un escandaloso fraude electoral que propinó el bipartidismo liberal-conservador el 19 de abril de 1970. Su hijo Andrés fue el locutor y presentador del noticiero de su familia por varios años hasta que irrumpió en la política para seguir los pasos de su progenitor.


El de Pastrana Arango constituye uno de los peores y más corruptos gobiernos de la historia de Colombia, caracterizado por su total entrega a Washington y la profundización del criminal modelo neoliberal.


Durante su administración se gestó la entrega total de la soberanía económica y militar del país a los Estados Unidos, mediante el muy bien publicitado Plan Colombia, al cual le llamaron “ayuda” para combatir a las guerrillas y el narcotráfico. Solo es leer los documentados libros del periodista Germán Castro Caycedo, Nuestra guerra ajena (Planeta, 2014) y Con la manos en alto (Planeta, 2001), o los múltiples ensayos y denuncias del senador del Polo Democrático Alternativo, Jorge Enrique Robledo, para darse cuenta cómo a través de ese malhadado Plan no solo se enriquecieron diversas empresarias de mercenarios norteamericanos, se implementó la intervención directa del Comando Sur y se orientó la política militarista de Colombia, sino que se le impuso a este país un leonino Tratado de Libre Comercio que paulatinamente va arruinando tanto a su industria como a su agricultura.


Pastrana con el Plan Colombia desangró al país, causó millares de desplazados, ocasionó graves desastres ecológicos, y erosionó la institucionalidad y las relaciones con los países vecinos. Fue además quien le dio asilo diplomático en Bogotá al dictadorzuelo y empresario venezolano Pedro Carmona Estanga y su gobierno fue uno de los primeros en celebrar el golpe de Estado contra el comandante Hugo Chávez en abril de 2002.


Estos nefastos personajes de la derecha latinoamericana son los que se atreven a dar lecciones de buen gobierno y democracia. Quisieron ir a visitar en la cárcel al instigador de las denominadas “guarimbas” de 2014 que dejó 40 muertos en Venezuela sin solicitar permiso a las autoridades penitenciarias y armaron todo un espectáculo mediático, pero jamás se les ha escuchado protestar por el asesinato de los 42 normalistas de Ayotzinapa, o los tres mil casos de “falsos positivos” en Colombia.


Esta descarada intervención en asuntos internos de Venezuela por parte de estos desprestigiados e impresentables alfiles de la derecha latinoamericana hace parte del complot orquestado desde Washington por tratar de desestabilizar al gobierno del presidente Nicolás Maduro.


Toda esta andanada del imperio estadounidense y sus cipayos en Iberoamérica es por la importancia económica y geoestratégica que representa Venezuela como productor de recursos energéticos. Si la patria de Bolívar fuera el principal productor de tomates de seguro que no asistiríamos a este ataque frontal, pero como es generador de petróleo, entonces las cosas son a otro precio.