miércoles, 20 de agosto de 2008

MEDIOS


EL PERIODISMO DEBE CONTRIBUIR A LA EMANCIPACIÓN DE LOS PUEBLOS: CARLOS MONSIVÁIS


POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ

Provocador, incisivo, con una alta dosis de humor negro, Carlos Monsiváis, el escritor mexicano considera que pese a la “pesadilla del neoliberalismo”, América Latina hoy va por un sendero de unidad y es optimista por los procesos políticos que están viviendo pequeños países como Paraguay y Ecuador. En contrate, es desalentadora la visión que tiene de su país: “México –afirma-, vive una atmósfera sombría que tiene a su sociedad bajo una sensación de fragilidad síquica que no se merece”.

Monsiváis, periodista, investigador social, ensayista y narrador es reconocido internacionalmente por su amplia cultura, su curiosidad universal, su eficaz escritura y su capacidad de síntesis que le han permitido desentrañar los aspectos fundamentales del acontecer socioeconómico y político de México tanto del pasado como del presente.
En una charla ofrecida en Bogotá, en el Centro Cultural "Gabriel García Márquez" del Fondo de Cultura Económica (FCE), el intelectual mexicano habló ampliamente sobre la crónica en América Latina y aprovechó para lanzar unas cuantas puyas y algunos comentarios irónicos sobre la realidad política latinoamericana.


En ese sentido, dijo, hoy la metáfora ha sido convertida por algunos jefes de Estado en cifras y estadísticas.

"Ningún informe que yo haya oído tiene una metáfora. Todos creen que las metáforas son las cifras, las encuestas. Como el 90 por ciento de la opinión me apoya, entonces soy un mesías. Una cifra de pronto les parece el cómo de la poesía", subrayó.
Le parece un contrasentido que la derecha siga ganando elecciones cuando ha perdido todas sus causas y sus ideas están en desuso. “La derecha –explicó-no ha podido ganar ni una sola batalla cultural: ha perdido todas, desde su oposición a la minifalda hasta su reciente andanada contra el condón. Pero cómo puede ser que en las batallas culturales la derecha pierda y en la vida política, no. Este es uno de los enigmas que vivimos”.

Guerra incierta de los medios

Sobre la situación del periodismo y la coyuntura política latinoamericana, TELA PARA CORTAR dialogó con Monsiváis.

- ¿El periodismo que es un género literario puede contribuir a la emancipación de los pueblos concretamente en América Latina?

- Específicamente sí, ha contribuido y debe seguir contribuyendo, lo que ya no es un espacio literario en lo básico, sobre todo en el diarismo, ya son otros criterios absolutamente respetables, pero ya no literarios, pues esto se ha trasladado en parte a las revistas y a los libros. Pero si el periodismo escrito no contribuye no se que pasa, porque la televisión ciertamente no está contribuyendo.

- ¿Cuál es su análisis del periodismo latinoamericano en la actual coyuntura donde prima el factor tecnológico y la comunicación instantánea?

- Las publicaciones están en una guerra incierta con Internet y la televisión, por lo que ahora los periódicos quieren ser blogs, están hartos de su situación impresa y se sienten virtuales. Todos los directores de periódicos que conozco se sienten al frente de un blog y no de un diario.

- Los medios de comunicación se volvieron actores políticos y ello genera manipulación. ¿Cómo observa usted este fenómeno?

- Es una realidad tan abrumadora que ni siquiera tiene caso discutirla. Hay manipulación mediática.

- No obstante, hay ascenso de los denominados sectores progresistas en América Latina…

- Pero no en los medios electrónicos que siguen siendo controlados por el neoliberalismo.

- Usted se ha ocupado de analizar la evolución de la crónica en Latinoamérica. ¿Cuál es su percepción ahora al despuntar el siglo XXI?

- El género de la crónica requiere espacios y las publicaciones no lo tienen, lo mismo ocurre con el reportaje. Las crónicas se están yendo cada vez a las revistas y a los libros. Están pensadas para libros, no son resultado de la contingencia ni de la literatura bajo presión y en la actualidad tienen un alto componente político porque relata desgracias como el narcotráfico, nuevas costumbres, movimientos de liberación, entre otros temas.

- ¿Cómo observa el acontecer sociopolítico de América Latina?

- Es un hecho que estamos cada vez más unificados lo queramos o no, o lo percibamos desde nuestros orgullos nacionales o no. Creo que el neoliberalismo ha sido la peor pesadilla para América Latina y aquí incluyo al narcotráfico que en sus procedimientos es igual.

- ¿Y que opina de la irrupción de gobiernos de izquierda en varios países latinoamericanos?

- Depende de cada país, no se puede generalizar. Espero mucho del nuevo presidente del Paraguay, Fernando Lugo; así como de Rafael Correa en el Ecuador, ojalá puedan cumplir con el programa prometido.

- ¿Cuál es la percepción que tiene de la coyuntura sociopolítica en su país, México?

- México vive una atmósfera sombría que tiene a su sociedad bajo una sensación de fragilidad síquica que no se merece, a causa de los secuestros y el narcotráfico. Hay un ánimo convulso y hay una sensación de fragilidad síquica, que no es admisible. Lo que me queda claro es que no se puede seguir así.

sábado, 16 de agosto de 2008

Conflicto colombiano


ENGAÑO A LA OPINIÓN PÚBLICA


OPERACIÓN JAQUE O EXITOSA MANIPULACIÓN DE LA INFORMACIÓN

POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ


Definitivamente el gobierno de Uribe actúa bajo la peligrosa y antiética consigna de que el fin justifica los medios con tal de derrotar a cualquier precio a la insurgencia. Secuestró primero en territorio venezolano al dirigente guerrillero Rodrigo Granda; violó soberanía ecuatoriana para bombardear el campamento de Raúl Reyes; y ahora utilizó el emblema de la Cruz Roja Internacional y suplantó una ONG internacional y el canal internacional Telesur para hacer aparecer la famosa Operación Jaque como una hazaña militar. Y para completar, en el nivel interno emplea el cohecho para lograr sus propósitos reeleccionistas. Sabe que después que ha cometido semejantes errores sale a pedir perdón y asunto concluido. Porque el mandatario colombiano tiene muy claro que para sus propósitos políticos, “es mejor pedir perdón que pedir permiso”.
Si el gobierno pagó por la liberación de los secuestrados o sobornó a guerrilleros para tal efecto, está en todo su derecho, pero no es ético mostrar un arreglo como una hazaña militar, mediante todo un espectáculo mediático que no ha sido más que la manipulación tanto de la información como de la opinión pública, en lo cual son expertos el propio Uribe, el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, y el nuevo canciller Jaime Bermúdez.

Si bien el arte de la guerra al decir del milenario estratega militar chino Sun Tzu se basa en el engaño al enemigo y el derecho internacional en materia de conflictos autoriza el empleo de ciertas maniobras dirigidas a engatusar al contrario como el camuflaje, las añagazas y las falsas informaciones, prohíbe terminantemente el de la perfidia, que no es más que el quebrantamiento de la buena fe.

Y aunque los defensores del gobierno aducen que lo único que importa es que Íngrid Betancourt y 14 secuestrados más recuperaron la libertad y eso es lo que en últimas cuenta, en la guerra no todo se vale, porque ésta es una actividad humana y por lo tanto está sujeto a la ética. Por eso es que están proscritas las armas químicas y biológicas, la tortura y los malos tratos a prisioneros, al igual que lo está el uso de emblemas humanitarios para engañar al enemigo. No por simple respeto a un organismo como la Cruz Roja sino por consideración a la humanidad, habida cuenta que para atender un herido o enfrentar una calamidad social, es imperativo que el símbolo de esta institución no solamente sea creíble sino que garantice la imparcialidad entre los bandos enfrentados.

TRIUNFALISMO PELIGROSO

Aunque nadie ha puesto en discusión el logro de la liberación de los secuestrados, sí es muy criticable los métodos utilizados y el aprovechamiento politiquero y mediático que se ha hecho de esta operación. En primer término, el triunfalismo desmedido por parte del gobierno y los altos mandos militares que ya hablan del “fin del fin” de las FARC. Como consecuencia de ello, se desecha la posibilidad de contar en lo sucesivo con mediadores internacionales. Pero, además, mecanismos políticos como el intercambio humanitario, la mediación internacional, el uso de emblemas privativos de ONG humanitarias, todos ellos encaminados a obtener una salida política negociada del conflicto, terminaron siendo pisoteados a un costo ético que aún no se ha calculado y que tarde o temprano la comunidad internacional pasará cuenta de cobro.

SUPLANTADOS TELESUR, ECUAVISA Y GLOBAL HUMANITARIA

No era casual ni gratuito que los militares encargados de la operación llevaran chalecos con emblemas de la Cruz Roja. Estaba previsto utilizarlos como también lo hicieron con los nombres del canal internacional Telesur y el canal ecuatoriano de televisión Ecuavisa, a través de falsos periodistas que se hicieron pasar como corresponsales de ese medio de comunicación, así como suplantaron el nombre de Global Humanitaria, una organización no gubernamentel real con sede en Barcelona. Por eso es que el vocero de esta organización, Andrés Torres, solicitó explicaciones al gobierno de Uribe para aclarar la indebida utilización de los datos de su registro en la Generalitat de Cataluña.

EL PAPEL DEL COMANDO SUR Y EL MOSSAD

Aunque el ministro de Defensa Juan Manuel Santos y los altos mandos militares en un claro engaño a la opinión pública fueron reiterativos en que esta misión fue “de total factura nacional”, lo que ha salido a la luz es que la Operación Jaque fue planificada por el Comando Sur de los Estados Unidos y el Instituto de inteligencia y operaciones especiales de Israel, conocido como el Mossad.

En efecto, satélites espías norteamericanos ImageSat ayudaron a ubicar a los rehenes y los militares colombianos instalaron varios equipos de vigilancia de video proporcionados por Estados Unidos, que pueden hacer acercamientos y tomas panorámicas operadas a control remoto a lo largo de ríos, única ruta de transporte a través de densas zonas selváticas. Aviones de reconocimiento piloteados por norteamericanos interceptaron conversaciones por radio y teléfono satelital de los guerrilleros y emplearon instrumentos electrónicos que pueden penetrar el follaje de la selva, admitieron el embajador William Brownfield; el portavoz del Consejo de Seguridad estadunidense, Gordon Johndroe; el jefe del Comando Sur, almirante James Stavridis; quienes reconocieron al unísono que el gobierno de Bush proporcionó “ayuda específica” (información en tiempo real) para la operación.

La participación de los servicios secretos israelíes como el Mossad y el Shin Beht también fueron claves. En particular, la confirmación de la presencia en Colombia del general retirado Israel Ziv; del ex jefe de la Brigada Givati; del ex oficial Gal Hirsh; del ex director del servicio de investigación de la inteligencia militar, Yossi Kuperwasser; y de la firma de seguridad israelí Global.

También resulta curioso que la operación militar se haya producido horas después de que el candidato republicano John McCain, haya arribado a Cartagena donde fue recibido por el presidente Uribe. Al decir de analistas como Noam Chomsky, sin duda se trataba de una estratagema política para sacar provecho en la contienda presidencial norteamericana que aventaja el aspirante demócrata Barack Obama.

“Parece probable que el gobierno norteamericano, que según todos los informes sabía los pasos con anticipación, haya notificado a McCain de manera que éste pudiera sacar algún provecho electoral y que su visita a Colombia estuviera planeada para ganar capital político”, sostuvo Chomsky.


LA PERFIDIA

Dice el DIH en el Protocolo I Adicional a los Convenios de Ginebra:Artículo 37: Prohibición de la perfidia1. Queda prohibido matar, herir o capturar a un adversario valiéndose de medios pérfidos. Constituirán perfidia los actos que, apelando a la buena fe de un adversario con intención de traicionarla, den a entender a éste que tiene derecho a protección, o que está obligado a concederla, de conformidad con las normas de derecho internacional aplicables en los conflictos armados. Son ejemplos de perfidia los actos siguientes: a) simular la intención de negociar bajo bandera de parlamento o de rendición; b) simular una incapacitación por heridas o enfermedad; c) simular el estatuto de personal civil, no combatiente; y d) simular que se posee un estatuto de protección, mediante el uso de signos, emblemas o uniformes de las Naciones Unidas o de Estados neutrales o de otros Estados que no sean Partes en el conflicto.

El Código Penal colombiano en su artículo 43 define así la perfidia:

“El que con ocasión y en desarrollo de un conflicto armado y con el propósito de dañar o atacar al adversario, simule la condición de persona protegida o utilice indebidamente signos de protección como la Cruz Roja o la Media Luna Roja… u otros símbolos de protección contemplados en tratados internacionales ratificados por Colombia, incurrirá, por esa solo conducta, en prisión de tres años y multa de cincuenta a cien salarios mínimos legales mensuales vigentes”.