sábado, 11 de diciembre de 2010

SOCIALISMO SIGLO XXI


EL FORO DE SAO PAULO ES UNA INICIATIVA DE IZQUIERDA VICTORIOSA EN AMÉRICA LATINA, AFIRMA SU SECRETARIO EJECUTIVO VALTER POMAR


POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ


Estamos convencidos de que el Foro de Sao Paulo es una iniciativa victoriosa. Porque cuando empezamos 20 años atrás, el mundo tenía tres características: la hegemonía imperial unilateral de los Estados Unidos; la caída del campo socialista; y La ofensiva neoliberal. Hoy, veinte años después, tenemos la crisis del capitalismo neoliberal, el quiebre de la hegemonía norteamericana y el resurgimiento de la perspectiva socialista como alternativa real, por lo menos en nuestra región”, sostiene Valter Pomar, secretario ejecutivo de esta organización que agrupa a los partidos y movimientos progresistas y de izquierda de América Latina.


Pomar, un historiador brasileño que además ocupa la Secretaría de Relaciones Internacionales del gobernante Partido de los Trabajadores (PT), hace un paralelo entre lo que está ocurriendo con la izquierda europea y la latinoamericana. “Mientras en el viejo continente la izquierda está en descenso, acá está en ascenso. Esto significa que el rol de los movimientos sociales, los partidos de izquierda, los parlamentarios, ha sido tan importante que permitió que acumulásemos fuerza y llegáramos a tener hacia fines de los 90 y principios de esta década un grupo de gobiernos progresistas como nunca tuvimos en nuestra historia en América Latina”.


Si bien la experiencia del Foro de Sao Paulo es exitosa desde que el Partido de los Trabajadores de Brasil impulsó su fundación en el año de 1990, “no podemos estar tranquilos, porque por un lado, la derecha está desplegando un contraataque. Y por otro, porque no alcanza con llegar al gobierno. Los gobiernos deben ser instrumentos de transformación profunda de nuestras sociedades y hay mucho que hacer en términos nacionales y de integración”.


Pomar estuvo en Bogotá entre el 25 y el 27 de noviembre participando de la celebración del 5º Aniversario del Polo Democrático Alternativo (PDA) y con tal motivo presidió la mesa de trabajo del Foro de Sao Paulo en esta ciudad.


EL POLO, UN ALIADO FUNDAMENTAL PARA LA IZQUIERDA LATINOAMERICANA


Al expresar su felicitación al PDA por sus cinco años de lucha política en Colombia, el vocero del Foro de Sao Paulo señaló que el trabajo que viene dando este partido es importante y fundamental para América Latina, porque contribuye a solidificar el accionar de la izquierda en la región.


Sostuvo que no hay que amilanarse con las amenazas de la derecha que se ciernen sobre los sectores democráticos y progresistas como el Polo, pues esa estrategia sistemática se utiliza por parte del adversario para tratar de debilitar y aniquilar.


En el caso de Brasil con el Partido de los Trabajadores, dijo, con mucha frecuencia la derecha dice que está acabado, aniquilado, pero lo cierto es que en las elecciones presidenciales de octubre volvió a ganar la Presidencia con Dilma Rousseff.


Como cualquier partido político que se respete “en el PT también tenemos escisiones y a pesar de ello seguimos creciendo en gran medida porque nuestro imperativo es la unidad y porque además existe una gran presión de las bases hacia adentro”.


Pomar afirmó que la izquierda latinoamericana tiene un aliado fundamental en el Polo para contrarrestar las intenciones oscuras del bloque de la derecha que opera en contra de la integración latinoamericana y los derechos de los pueblos, más aún cuando Estados Unidos tiene a Colombia como su punta de lanza para solidificar su posición hegemónica.


En cuanto a los adversarios de los sectores progresistas en la región encabezados por los “latifundios mediáticos” sostuvo que lo paradójico es que a la izquierda latinoamericana la critican por sus aciertos que por sus errores”.


ESTADOS UNIDOS Y SU DECADENCIA DE LARGA DURACIÓN


Sobre el debilitamiento de la hegemonía de Estados Unidos sostuvo que “es un proceso de decadencia de larga duración que aún va a causar mucho daño. Porque no quiere decaer sino mantener su presencia, su fuerza, y van a hacer de todo para revertir ese proceso. Esto significa, en concreto, que necesitan recuperar el control sobre su patio trasero. Por eso es que no hubo ninguna alteración real de la política de Obama en relación a la de Bush para América Latina. Sin embargo, tiene mucha dificultad, porque se está enfrentando con una correlación regional de fuerzas muy distinta de la que había hace treinta años, con una capacidad económica más debilitada, y con el liderazgo de Brasil como fuerza económica y política”.


“Estados Unidos en el fondo lo que aspira es que Brasil sea un socio menor para mantener el control de la región. Pero Brasil no acepta esa subordinación, porque lo que quiere es la integración de América Latina”.


Para el secretario ejecutivo del Foro de Sao Paulo el objetivo de la izquierda en la región debe apuntar “a derrotar en el terreno de la política” la hegemonía norteamericana.


LOS RETOS DEL GOBIERNO DE DILMA ROUSSEFF


El Observatorio Sociopolítico Latinoamericano www.cronicon.net dialogó con Pomar sobre los desafíos tanto del PT como del nuevo gobierno del Brasil que a partir del 1 de enero de 2011 presidirá la economista Dilma Rousseff.


- ¿Qué significa para el Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil después de ocho años de mandato de Lula da Silva, un nuevo gobierno bajo el liderazgo de Dilma Rousseff?


- Significa un reconocimiento de la mayoría de los brasileños en el sentido de que el PT realizó un gobierno exitoso en términos de democratización, de cambio para mejoría en la vida del pueblo. De otra parte, la victoria de Dilma Rousseff significa un desafío porque cuando tome posesión del gobierno el próximo 1 de enero de 2011enfrentará una realidad tanto internacional como nacional distinta a la que le correspondió a Lula en sus ocho años. No será un gobierno de continuidad, por lo que para ser mejor tendrá que ser diferente.


- ¿El desafío del PT ahora es el de institucionalizarse más y dejar de ser “lulista”? ¿El fenómeno de Lula da Silva no es caudillista?


- Esto tiene algo de verdad y algo de mentira. Lula es producto del PT y logra ser Presidente gracias a este partido. El lulismo surge cuando él desde el gobierno logra que amplias capas populares que antes no veían con simpatía al PT lo apoyen y lo voten. El fenómeno entonces no es como en otros países que aparece un caudillo que crea un partido. En el caso de Lula, existe un partido que proyecta un personaje, y que luego de 22 años de lucha llega al gobierno y gana autoridad propia porque consigue amplio apoyo a su gestión. El desafío que tenemos es que esos sectores que apoyan a Lula pasen a respaldar al PT, que cuenta con el 25% del electorado del país, el que le sigue apenas alcanza el 8%. La derecha decía en Brasil que el PT sólo tenía opción de elegir a Lula y ahora ganamos la elección presidencial con otra persona, lo que indica que nuestro partido tiene identidad y fuerza propias.


- Un sociólogo brasileño como Ricardo Antunes dijo hace poco en Bogotá que el gobierno de Dilma Rousseff tendría continuidad con el de Lula da Silva, entre otras cosas, en el mantenimiento de algunas políticas neoliberales, que el PT en estos ocho años no modificó y prefirió seguir con esa herencia del ex presidente Fernando Henrique Cardoso. ¿Cuál es su opinión?


- No estoy de acuerdo con esa percepción de Antunes. Hace algunos meses participé de un debate con la gente del grupo de Antunes y les hice una pregunta muy sencilla: ¿díganme una cosa: la vida del pueblo brasileño mejoró o empeoró? ¿Hoy tenemos más o menos neoliberalismo en Brasil? Y ello se callaron porque saben que la vida del pueblo ha mejorado y hoy tenemos menos neoliberalismo. Ellos pueden acusar al gobierno de Lula o al PT de adoptar una estrategia lenta y gradual, que hace muchas concesiones, pero señalarnos de neoliberales es una tontería, porque si fuera así, Brasil fuera más neoliberal de lo que era hace ocho años y pasa exactamente lo contrario. Tanto es así que cuando ocurrió la crisis internacional de 2009 nosotros sufrimos menos. Si fuera un gobierno neoliberal estaríamos quebrados. Entonces, no es que no existan políticas neoliberales porque toda América Latina aún está sobre la hegemonía neoliberal o que no haya continuidad en algunos aspectos, pero hacer una exageración como lo hace Antunes y otros intelectuales del Partido Social Liberal es desligarse de la realidad concreta.


- El gobierno de Lula de Silva ha dicho que apuesta por la integración latinoamericana, sin embargo algunos países de la región acusan a Brasil de estar poniendo palos en la rueda para la concreción del Banco del Sur…


- El proyecto del Banco del Sur va a ser concretado, lo que existe es una diferencia entre los gobiernos progresistas que hacen parte de UNASUR sobre la naturaleza de los mecanismos de integración. Nosotros consideramos que una institución como el Banco del Sur debe tener sustentabilidad y por eso no puede ser construida de manera ligera, y ello no es tan fácil como parece. En concreto, ¿cómo será el aporte de capital? ¿Cómo será la votación? ¿Será por el aporte de cada país? Se trata de construir un mecanismo que evite lo que pasa con el Banco Mundial cuyas decisiones no se adoptan a través del mecanismo de un país, un voto. Por todo esto hay una discusión que tiene que darse para crear una institución que funcione y que en el corto plazo no colapse.


martes, 7 de diciembre de 2010

AMÉRICA LATINA


¿UN CABALLO DE TROYA EN UNASUR?


POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ


La Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) que se constituyó en 2008 como un organismo de integración política que posibilite por fin la interacción de los países del subcontinente sin la injerencia hegemónica e históricamente funesta de Washington, corre el serio peligro de ser infestada por la derecha latinoamericana que, como se sabe de sobra, su principal objetivo en política exterior sigue siendo el fortalecimiento de su relación con Estados Unidos.


UNASUR se crea precisamente para generar espacios autónomos en lo político y en lo económico, luego de que en la ciudad de Mar del Plata en 2005, el entonces presidente de Argentina, Néstor Kirchner, secundado por sus colegas de Brasil, Luiz Inácio Lula de Silva y de Venezuela, Hugo Chávez, le dijera en su cara al tristemente-célebre George Bush, No al Acuerdo de Libre Comercio para las Américas (ALCA), un leonino y criminal tratado de inversiones y de capital especulativo que sólo beneficiaba a las empresas norteamericanas en detrimento de las economías de nuestros países.


Con este antecedente se puede afirmar que UNASUR tiene el sello indeleble del respeto por la soberanía y la autodeterminación de los pueblos. Por eso no ha sido gratuito que sus dos secretarios ejecutivos hayan sido el ex presidente ecuatoriano Rodrigo Borja Cevallos, conocido por sus posturas progresistas y democráticas, quien permaneció un año, y Kirchner, quien por su fallecimiento alcanzó a estar apenas cinco meses.


La derecha y su caballo de Troya


En el sutil pero no menos hipócrita juego diplomático que viene utilizando el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos para hacer creer que su gobierno en materia internacional se diferencia de su antecesor, el tenebroso Álvaro Uribe Vélez, no sólo ha logrado normalizar las relaciones diplomáticas con sus vecinos y hasta se ha hecho “amigo” de los mandatarios Hugo Chávez de Venezuela y Rafael Correa de Ecuador, a quienes no bajaba del calificativo de “populistas” y de ser un “peligro” para los intereses colombianos, sino que ahora busca jugar papel predominante en UNASUR, postulando una candidata para la Secretaría Ejecutiva.


Santos, un hábil tahúr de póker, ladino, sinuoso y traicionero consuetudinario, busca avanzar en materia internacional para frenar los vientos progresistas y de emancipación que se están dando en varios países del hemisferio. Por ello, en la última Cumbre Iberoamericana de Mar del Plata impulsó la conformación de un bloque con los mandatarios de México, Felipe Calderón; Perú, Alan García; y Chile, Sebastián Piñera; para consolidar el impulso de políticas neoliberales ya no sólo en sus respectivos países sino en forma subregional.


Una de sus primeras acciones es hacerse sentir en UNASUR, para lo cual Santos con el apoyo de estos mandatarios de derecha, candidatizó a una ficha suya, como es la camaleónica política y ex canciller colombiana María Emma Mejía Vélez, para reemplazo de Kirchner en el organismo multilateral que reúne a los países del sur del hemisferio.


Mejía Vélez que ha sido funcional a todos los gobiernos de los últimos 25 años en Colombia y, como buena parte de la corrupta clase dirigente del establecimiento de este país, sabe disfrazar sus intereses personales como enfrentamiento de principios, es la ficha perfecta para servir de caballo de Troya contra la integración política suramericana.


Igualmente, Santos, García y Piñera tienen entre sus planes, tomarse la Comunidad Andina de Naciones (CAN) mediante el ingreso pleno de Chile a este organismo subregional, dejando en minoría a Ecuador y Bolivia.


De esta manera, los gobiernos de derecha buscan hacer presencia en bloque en el ámbito latinoamericano para aminorar su desprestigio continental por sus políticas antipopulares, mantener su apego irrestricto a las directrices de la Casa Blanca y continuar favoreciendo al capital especulativo transnacional.


Oportunismo en pasta


Santos con sus buenas maneras, y la capacidad del encanto femenino de Mejía Vélez, pretende hacerse a la Secretaría de UNASUR, con lo cual la derecha con Estados Unidos a la cabeza, logrará horadar este proyecto de integración política.


Sería funesto para el proceso emancipatorio de Suramérica que una persona como Mejía Vélez que está años luz del liderazgo político, la solvencia intelectual y la coherencia ideológica de un Rodrigo Borja o de un Néstor Kirchner, terminará elegida para esa importante posición.


No es más que dar una rápida mirada a su oportunista carrera pública en Colombia: fue directora de Focine en el gobierno conservador de Belisario Betancur (192-1986); consejera presidencial y embajadora en España durante el gobierno neoliberal de César Gaviria (1990-94); ministra de Educación y canciller en el gobierno liberal socialdemócrata de Ernesto Samper (1994-98); negociadora de paz en el gobierno conservador de Andrés Pastrana (1998-2002). Luego de dejar de ser alta empleada del Estado gracias a su padrinazgo, porque no cuenta con mayor preparación académica, se aventuró a participar en política electoral sin ningún éxito.


En 1998 fue designada como candidata a la Vicepresidencia de la República en el tiquete presidencial del Partido Liberal que encabezaba Horacio Serpa Uribe. Luego en el año 2000 apareció con el sello de “independiente” y se lanzó a la Alcaldía de Bogotá, y en 2006 dio el salto al Polo Democrático Alternativo (PDA), el único partido de izquierda en Colombia, con el propósito de pescar en río revuelto, pues su aspiración era encabezar la lista al Senado de la República por esta colectividad, cosa que no logró.


Sin embargo persistió en sus intentos electorales y en 2007 a nombre de este partido se lanzó como precandidata a la Alcaldía de Bogotá, siendo derrotada abrumadoramente en las primarias por el hoy burgomaestre de la capital colombiana, Samuel Moreno Rojas.

Tras ese consecutivo proceso de descalabros electorales y de desfiguración política, Mejía Vélez se refugio en la farándula y en el periodismo.


Con un buen simulado rol de altruismo, asumió la presidencia de la Fundación Pies Descalzos de la prestigiosa cantante Shakira, que le ha servido de punta de lanza para hacer excelentes relaciones públicas con las firmas transnacionales, con el propósito de promover falsas campañas de “responsabilidad social empresarial”, como denominan los neoliberales las causas de solidaridad pero con plata ajena.


Igualmente, y dada su cercanía con el magnate colombiano Julio Mario Santodomingo, accionista mayoritario de Caracol televisión, se hizo otorgar la conducción de un programa de entrevistas que se llama “Entérate con María Emma”, en el cual la mayoría de sus invitados son representantes de la derecha y del statu quo.


Ese es, a grandes rasgos, el perfil de la candidata de Santos para la Secretaría Ejecutiva de UNASUR. Sobra decir que la “gran prensa” y los representantes más conspicuos del establecimiento colombiano han salido a resaltar su aspiración y no hay adjetivos para calificar su “excelsa” trayectoria pública. No importa sus continuas metamorfosis políticas, pues el argumento que utilizan es que la política internacional de Colombia es de Estado y, en consecuencia, es multipartidista. Por eso utilizan la manida y oportunista frase de un dirigente liberal de principios del siglo XX: “la patria por encima de los partidos”.


Los gobiernos y los sectores progresistas y democráticos de América Latina no deben ni pueden permitir la elección en ese importante organismo subregional de una persona de la catadura política de Mejía Vélez, por cuanto sería, por un lado, un estropicio y una grave amenaza al proceso de autodeterminación de los pueblos del hemisferio. Y de otro, un triunfo para la derecha retardataria, apátrida y lacaya auspiciada por Washington, que representan Santos y sus oscuros aliados en la región.


viernes, 3 de diciembre de 2010

ECONOMÍA


ENTREVISTA CON EL ANALISTA ECONÓMICO COLOMBIANO, EDUARDO SARMIENTO PALACIO

“LA INVERSIÓN EXTRANJERA EN AMÉRICA LATINA HA RESULTADO UNA GRAN MENTIRA”


POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ
Buenos Aires

Caracterizado por ser el más persistente y agudo crítico del infame modelo neoliberal y por haber predicho lo que le iba a pasar a Colombia al abrir sin ninguna prudencia su economía, el analista e investigador Eduardo Sarmiento Palacio viene pregonando desde hace más de dos décadas el cambio del esquema económico predominante por otro consistente, según su planteamiento, en una apertura selectiva combinada con mecanismos proteccionistas para recuperar el sector productivo y generar empleo.

Invitado especial al IV Encuentro Internacional de Economía Política y Derechos Humanos organizado por la Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo de Buenos Aires, de la cual hace parte como integrante del Consejo Asesor Internacional, Sarmiento Palacio en su intervención hizo un pormenorizado análisis sobre la crisis financiera mundial y los efectos en América Latina.

Planteó que la solución de fondo que se requiere “es una acción coordinada de la comunidad internacional para devaluar el dólar, reducir el déficit en cuenta corriente, erradicar la especulación financiera y bajar los consumos en Estados Unidos, al igual que propiciar en los países emergentes la aplicación de políticas industriales, comerciales y salariales para ampliar sus mercados internos y elevar los consumos”.

Sobre Latinoamérica sostuvo que varios países aún no han logrado reducir la pobreza por lo que planteó algunas alternativas para avanzar en la redistribución equitativa del ingreso y mejorar las condiciones sociales de los pueblos. Reconoció que los ensayos que se vienen haciendo en algunos países latinoamericanos de reformar los bancos centrales, de mejorar el salario mínimo, de formalizar la economía, están en la dirección correcta, pero siguen siendo insuficientes para obtener equidad social.

RESULTADO APOCALÍPTICO

En lo que respecta a Colombia, en forma categórica señala que lo peor que le pudo pasar a esta nación en su historia reciente fue el “revolcón” aperturista del gobierno de César Gaviria (1990-94), que posteriormente fue acentuado por las administraciones de Andrés Pastrana Arango y Álvaro Uribe Vélez, signadas por claros tintes neoliberales, y ahora por el mandato de Juan Manuel Santos, otro de sus aplicados epígonos.

Las glosas que desde comienzos de los 90 ha venido haciendo Sarmiento Palacio al neoliberalismo y que en Colombia generaron incomodidad en el gobierno de César Gaviria (1990-94), ocasionaron su salida de la decanatura de la Facultad de Economía de la Universidad de Los Andes por presión directa del entonces mandatario y su ministro de Hacienda, Rudolf Hommes.

El tiempo terminó por darle la razón. Sus diagnósticos analíticos y certeros recogidos en ensayos, libros y columnas periodísticas no solamente han generado opinión, sino que demuestran acierto en su visión macroeconómica.

Este ingeniero civil de la Universidad Nacional de Colombia y economista, con un Ph. D, en la Universidad de Minnesota, miembro del board de la Sociedad Econométrica para América Latina, se ha desempeñado como subdirector del Departamento Nacional de Planeación, presidente de la Academia Colombiana de Ciencias Económicas, consultor de organismos internacionales y docente universitario. Sus actividades de investigador y catedrático las alterna con sus labores de asesor privado y de escritor. Mantiene una columna de opinión dominical en el periódico El Espectador de Bogotá, en la que hace análisis y predicciones económicas. Actualmente es director del Centro de Estudios Económicos de la Escuela Colombiana de Ingeniería y es un reputado conferencista nacional e internacional, así como autor de varios libros.

En su último libro “La recesión mundial. Colapso del modelo único” (ediciones Aurora y Escuela Colombiana de Ingeniería, 2009), Sarmiento Palacio señala que en las dos últimas décadas ha demostrado “cómo los hechos han controvertido los dogmas y los paradigmas dominantes, y cómo la evidencia se ha ignorado o deformado. La teoría de la neutralidad del dinero, la teoría de la ventaja comparativa, la teoría de las exportaciones como motor de crecimiento y la teoría del vínculo directo entre el crecimiento y la distribución del ingreso no corresponden a la realidad y cómo su aplicación ha resultado contraria al interés público”.

El balance de la aplicación del esquema neoliberal en Colombia desde los años 90 es totalmente desafortunado y si se quiere, apocalíptico, pues según Sarmiento, “la apertura, las privatizaciones, la especulación financiera y la represión monetaria configuraron en este país una de las sociedades más desiguales del mundo”. Y no es para menos, con cifras en la mano se demuestra en forma tajante que en este periodo Colombia decreció por primera vez en 70 años; las 700 mil toneladas de importaciones de los años 80 son ahora alredor de 8 millones; el desempleo está en dos dígitos, los pobres del campo y los trabajadores informales aumentaron ostensiblemente; las privatizaciones no mejoraron los servicios públicos pero aumentaron en más del cien por cien las tarifas; las exportaciones no crecieron lo que se esperaba; y las deserciones escolares y universitarias alcanzaron niveles sin precedentes en la historia.

MANTENER EL MODELO ASÍ SE HUNDA EL PAÍS

Pese a que la aplicación del modelo aperturista resultó un monumental fiasco para sus diseñadores e impulsores ( los conspicuos neoliberales César Gaviria, Rudolf Hommes, Armando y Santiago Montenegro Trujillo, Roberto Junguito, Juan Camilo Restrepo Juan Manuel Santos, Alberto Carrasquilla, Juan Carlos Echeverry, Enrique Peñalosa Londoño, encabezan la lista), Sarmiento Palacio se lamenta ante el hecho de que una clase dirigente, un grupo de seudointelectuales y de economistas formados en el exterior que se las vinieron a dar de tecnócratas en Colombia, y que jamás han representado los intereses nacionales, no sólo se equivocaron en materia grave sino que no han querido ni quieren reconocer sus errores, pues su planteamiento es mantener el modelo, sostenerlo hasta donde sea posible, así se hunda el país.

Pero así como en lo económico Sarmiento ha sido el analista más acertado en sus predicciones sobre los efectos del modelo neoliberal en este país, también lo ha sido en el ámbito político al citar una frase de Galbraith según la cual una gran enseñanza quedó de la crisis de los años treinta: "Uno puede ser tolerante, comprensivo con quienes se equivocan y hasta compasivo ante la dificultad que implica dar con las medidas acertadas para salir de una situación de crisis, pero lo que no se puede es seguir delegando en ellos la dirección del país". Por lo visto, el pueblo colombiano aún no ha prendido la lección.

EJEMPLO DE CINISMO

Como Colombia es el país del realismo mágico, resulta que el Presidente que impulsó la apertura económica a comienzos de la década de los 90, ahora, sin ningún asomo de sonrojo, se muestra sorprendido por sus consecuencias.

Por eso Sarmiento en su momento señalo: “Se necesita ser muy cínico para declararse perplejo, como lo hizo el ex presidente César Gaviria a comienzos de 2001 por el pésimo desempeño de la economía, cuando él es el principal responsable de la crisis colombiana. Durante su gobierno se adoptó la gran parte de las reformas neoliberales del llamado Consenso de Washington, lo que produjo al año y medio de iniciada su administración la destrucción de 500 mil hectáreas, la pérdida de la cuarta parte del empleo industrial y la eliminación de toda posibilidad de ocupación para la mano de obra de menos de 14 años de educación”.

"Infortunadamente para este país, la apertura económica se mantiene pese a sus desastrosos resultados porque favorece únicamente al sector financiero y a la plutocracia".

CAMBIAR EL MODELO PARA CRECER Y MEJORAR LA DISTRIBUCIÓN DEL INGRESO

En la sede de la Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo de la capital argentina, al término de su charla, el Observatorio sociopolítico Latinoamericano WWW.CRONICON.NET, lo abordó para realizar la siguiente entrevista.

- Usted en su conferencia en Buenos Aires ha señalado que buena parte de la crisis financiera mundial se debió a un exceso de ahorro en los países desarrollados. Si el ahorro es un factor positivo para el desarrollo de los pueblos, la pregunta es: ¿se manejó mal ese excedente por parte de los gobiernos de estas naciones?

- La crisis en el orden internacional ha tenido los siguientes elementos: de un lado los países emergentes generaban superávit en la balanza de pagos y grandes excedentes de ahorros para poder llenar de productos a los países desarrollados. Y de otro, Estados Unidos por el ahorro que le venía de los países emergentes acabó con un exceso que superaba por definición la inversión y en consecuencia terminó llevándolo a la especulación, y ahí está la crisis mundial. Es decir, un gran exceso de ahorro mundial con epicentro en los Estados Unidos, financiado con la valorización de activos de la bolsa y de la construcción. Como las valorizaciones suben y luego bajan, la crisis es un exceso de ahorro que en un momento deja de ser apoyado por la valorización de activos y provoca una caída prácticamente libre de la actividad mundial.

- ¿La economía mundial va a seguir manteniéndose mediante burbujas financieras y prácticas especulativas?

- Claro, porque el exceso de ahorro le genera una tasa de interés cero y si usted tiene esa tasa en el sector financiero, va a invertir en activos físicos como construcción o en la bolsa que tienden a tener rendimientos mayores. De manera que el mundo se montó en un esquema tremendamente inequitativo y especulativo. Los países emergentes deprimen salarios para exportar, eso genera un exceso de ahorro que induce a la valorización de activos provocando un sistema en el que los salarios bajan y las ganancias del capital aumentan, por esa razón en todas partes del mundo se encuentra que la participación del trabajo en el producto nacional se redujo considerablemente.

- ¿La crisis de Estados Unidos en 2009 tuvo un impacto fuerte en América Latina?

- Sí, claro, lo que pasa es que los medios de comunicación pretenden decir que no. En el caso de Colombia se puede observar que la crisis estadounidense prácticamente coincidió con la de ese país. Este país suramericano venía creciendo al 6%; en el año 2008 baja a 2.5; y en 2009 se reduce a cero. Este año de 2010 vamos a tener una mejoría pero no va a ser más de 4%, pero tenemos un aditamento y es que la caída de los Estados Unidos en este segundo semestre ya está afectando a la economía colombiana. Eso que decían que vamos a terminar con una tasa de crecimiento muy alta no es cierto, porque la crisis norteamericana se está sintiendo en la bolsa, en las exportaciones industriales y en muchos otros frentes.

- Usted también habló en su disertación del modelo económico de América Latina. Cada país tiene su propia concepción para formular sus esquemas de desarrollo, sin embargo, ¿se puede sostener que no hay un modelo en la región?

- No, no hay, pero hubo uno como el modelo neoliberal en los últimos 20 años que fue catastrófico. Como consecuencia de ello, en todos los países de América Latina en ese lapso el crecimiento fue menor que en las tres décadas anteriores; en todas partes la distribución del ingreso se deterioró en forma considerable. Algunos países avanzaron en la reducción de la pobreza: Brasil, y en alguna medida Argentina, pero fue algo relativamente artificial obtenido a través del asistencialismo, porque si bien los ingresos de los pobres subieron, ese ascenso fue menor que la del promedio, con lo cual se alivió las condiciones de la pobreza pero no se resolvió el problema estructural. En consecuencia, hay que cambiar el modelo neoliberal para que las economías crezcan con mejoría en la distribución del ingreso.

- Algunos países latinoamericanos vienen haciendo reformas para enterrar el modelo neoliberal…

- Allá voy yo, países como Brasil y Argentina han logrado reducir la pobreza pero la equidad no ha avanzado, sin embargo hay que reconocer que los ensayos de reformar los bancos centrales, de mejorar el salario mínimo, de formalizar la economía, están en la dirección correcta, aunque son insuficientes.

- En el actual contexto de la economía latinoamericana, ¿cuál cree que debe ser el rol de la banca central?

- Debe ser el primer actor de reforma. Los bancos centrales pararon el crecimiento y el empleo por la obsesión a la inflación, pues le dieron un total privilegio a las ganancias financieras. Los países latinoamericanos necesitan un banco central totalmente distinto que le dé prioridad a la producción, al empleo, y que tenga por lo menos en cuenta los aspectos sociales.

- ¿En ese sentido, el Banco de la República de Colombia se quedó totalmente rezagado?

- Sí, totalmente atrás. En esta discusión en Buenos Aires todos han coincidido en que hay que dejar la obsesión por la inflación y poner a los bancos centrales a estimular los sectores productivos y a resolver el problema más grave que tiene la región que es el desempleo y la informalidad.

- En este foro internacional de Buenos Aires también se ha señalado que hay que superar la concepción de las ventajas comparativas. Colombia sigue reprimerizando su aparato productivo, es decir, ¿se ahonda el modelo neoliberal en este país?

- Ah sí, Colombia es uno de los países que más ahonda el modelo neoliberal que fracasó. Lo que se plantea en este momento en el sector externo es dejar de lado esa liberación comercial y sobre todo el predominio de la inversión extranjera que es la gran responsable de la informalidad.

- Usted ha señalado que la inversión extranjera es una gran mentira. ¿Por qué?

- Claro, porque la inversión extranjera se justificó sobre la base de que aumentaba el ahorro y que fortalecía el sector externo y lo que vemos es que los países muy dependientes de ésta debilitan el ahorro interno, y lo más grave de todo, debilitan los sectores externos a través de la revaluación. Todos estos argumentos que llevaron a justificar la inversión extranjera resultaron una gran mentira. Necesitamos, por el contrario, un modelo que le dé clara prioridad al ahorro interno y que de ninguna manera permita revaluaciones que destruyen a los sectores industrial y agrícola, y que llevan a la primerización de petróleo y minería.

- ¿En ese sentido el gobierno de Juan Manuel Santos es igual al de Álvaro Uribe y Andrés Pastrana?

- Es completamente igual, por lo cual yo he venido proponiendo un modelo que tiene tres elementos: primero, cambio del banco central no autónomo que le dé prioridad a la producción y al empleo, que regule severamente al sector financiero para extirpar la especulación. Segundo, sustituir el motor del libre comercio por el motor de la industrialización y la agrarización, eso daría mucho más impulso a la economía, sacándola de las ventajas comparativas. Y tercero, una política laboral conectada a la macroeconomía, orientada a reducir el desempleo y formalizar rápidamente la economía, para lo cual planteo un gran subsidio con recursos provenientes del sector financiero dirigido a sustentar la contratación de trabajadores informales en por lo menos medio salario mínimo.


domingo, 28 de noviembre de 2010

ECONOMÍA


ENTREVISTA CON JOSÉ LUIS CORAGGIO, EXPONENTE DE LA ECONOMÍA SOCIAL

REDISTRIBUCIÓN FISCAL Y REGULACIÓN DEL MERCADO NO SON SUFICIENTES PARA SUPERAR NEOLIBERALISMO, ES NECESARIO HACERSE CARGO DE LA PRODUCCIÓN

POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ

L
a corriente favorable a que el Estado juegue un papel destacado en la economía solidaria tiene en el economista e investigador social argentino José Luis Coragggio a uno de sus más destacados exponentes, por eso fue invitado como conferencista del IV Encuentro Internacional de Economía Política y Derechos Humanos, organizado por la Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo de Buenos Aires.

En su concepto, “la economía no solo es mercado, comprar y vender, sino que también es ver qué hacer con toda la riqueza que se produce. El sentido final es la satisfacción de las necesidades, por consiguiente su propósito no puede ser el de ganar y ganar, y además que ganen unos pocos, sino lograr que estén satisfechas las necesidades de todos”.

Al formular su teoría de la economía social a partir del tránsito del sector informal hacia la economía popular, asentada en las economías familiares, este investigador y catedrático universitario con amplia experiencia, distingue tres subsistemas: la economía del capital, la economía pública y la economía social o del trabajo. Esta economía llegaría a ser hegemónica, plantea, si se supera la fragmentación que caracteriza a la economía popular, a través de programas que permitan extender y consolidar redes de cooperación e intercambio, lo que con apoyo del Estado le puede posibilitar ejercer poder en el mercado y en la administración pública.

Es categórico en señalar que la economía social no puede crecer sin el apoyo del Estado, puesto que éste debe ser un elemento para la emancipación, y en particular, de los gobiernos locales, para poder obtener “recursos productivos externos” (o sea los medios de producción) mediante cinco vías: un sistema fiscal progresivo, regulación del intercambio mercantil, donaciones de las agencias de cooperación, transferencia de recursos a través de subsidios, y compras del Estado de la producción de ese sector.

La economía social, agrega, es una alternativa viable al neoliberalismo, porque "lo solidario es lo opuesto a competitivo, es lo opuesto a individualista, es lo opuesto a egoísta, es lo opuesto a egocéntrico, es lo opuesto a la irresponsabilidad, porque en el mercado cada uno busca lo que más le conviene sin tener en cuenta qué efectos tiene sobre los demás", explica.

ACTIVISMO SOCIAL PARA OTRO TIPO DE ECONOMÍA

Defiende el crecimiento de la economía social sin necesidad de expropiar a las clases dominantes, sino fundamentalmente a través de “activar las capacidades de todos los ciudadanos excluidos del trabajo. De este modo, con base en la coexistencia de tres economías, el apoyo del Estado a la economía del trabajo y la potencialización de ésta promoviendo el activismo social, se logrará que en un mediano-largo plazo pueda construirse otro tipo de economía. En sus propias palabras:

“Construir una economía alternativa requiere una conjunción entre la economía pública y la economía social y solidaria que se encuentran y concertan en espacios democráticos, un camino para la soberanía del pueblo, ejercida en el encuentro de las organizaciones sociales, los representantes políticos y los funcionarios públicos. La construcción de otra economía es una tarea para múltiples actores que deben compartir los rasgos estratégicos de una propuesta de transformación y aportar y contar con recursos suficientes para conformar una verdadera plataforma de apoyo a los agentes de esa nueva economía. Es, a la vez, una base firme para la construcción de ciudadanía, dado que los derechos individuales sólo pueden ejercerse a plenitud con autonomía, con las necesidades básicas resueltas y en relación solidaria con otros”.

Para lograrlo será necesario profundizar la redistribución progresiva del ingreso, combinando las prestaciones individuales con la constitución de fondos de desarrollo para comunidades y asociaciones, que podrán “decidir de manera autónoma el mejor uso de esos recursos”.

Afirma que no hay que llegarse a engaño con la política neoliberal que en algunos casos ha incorporado variantes de la economía social, “pero entendida como microempresarialismo de los pobres. La monetarización de una parte del gasto social bajo la forma de subsidios o bonos (principalmente focalizados en indigentes) ha ido acompañada de la proliferación del microcrédito, en mucho casos perdiendo su vocación redistribucionista inicial y tomando formas abiertamente comerciales. Es imprescindible resignificar esos recursos desde una perspectiva no asistencialista”.

LA ECONOMÍA SOCIAL COMO ALTERNATIVA

Aprovechando su presencia en la Universidad Popular de Madres de Plaza de Mayo, el Observatorio Sociopolítico Latinoamericano www.cronicon.net, lo abordó para dialogar periodísticamente.

Coraggio es economista de la Universidad de Buenos Aires y magister artium en Ciencia Regional por el Wharton Business School de la Universidad de Pennsylvania. Investigador, docente universitario en algunos países de Latinoamérica y en Estados Unidos. Es autor de varios libros y ensayos publicados en revistas especializadas. Actualmente se desempeña como Director Académico de la Maestría en Economía Social de la Universidad Nacional de General Sarmiento, de la cual también fue su rector, entre 1998 y 2002.


- ¿Usted cómo concibe el Estado en una economía de mercado en la que pueda cumplir sus objetivos democráticos y garantice los derechos sociales?

- Lo que yo he dicho es que la economía de mercado no es sin Estado, porque a veces se plantea como oposición entre mercado y Estado. Los neoliberales quieren el Estado, lo que ocurre es que ellos lo quieren para otra cosa que es muy distinta a los que estamos por una democracia o por una sociedad igualitaria. Ya hay una experiencia en la historia reciente del siglo pasado de lo que es un Estado que interviene para democratizar la economía, para desarrollar la cultura de derechos sociales, y que fue el llamado Estado de bienestar en el norte, y el Estado desarrollista que tuvimos acá, o sea que no tenemos que empezar de cero. Sabemos que eso no termina de resolver la cuestión social, y es que en la medida en que hay un proyecto de poder reaccionario como el que se estableció a partir del año 1976 en la Argentina o en 1973 en Chile, o con Regan y con Thatcher en el norte, con el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial atrás, el mercado se convirtió en una aplanadora y el Estado se puso al servicio de ese proyecto. Entonces, había un proceso de democratización pero vino un proyecto político que lo paró y lo rompió, ahí faltó capacidad de defensa y fuerza política, pero claro estaba en ese momento además jugándose o eso o el socialismo planificador, talvez era una opción que nos deberíamos haber ahorrado, talvez era inevitable. Pero hoy nadie está planteando volver a ese tipo de Estado de bienestar ni tampoco ir al socialismo de planificación, por lo que la economía social, solidaria, aparece como una manera, no la manera, de comenzar a pensar las cosas de manera distinta, combinando de entrada la fuerza de la sociedad con la de la política y la del Estado, pensando en alianzas más amplias y en resignificar las políticas sociales. En aquella época política social universal de salud, educación, de viviendaza, etc., era una política de asistir que ahora no puede servir porque es estructural el desempleo y la exclusión que hay, entonces hay que cambiar la economía.

- ¿Y para ello que se requiere?

- No se trata de regular el mercado para que no haya monopolio y además redistribuir a través del sistema fiscal porque no alcanza, hay que hacerse cargo de la producción, y por eso que los proyectos de economía social significa trabajadores autónomos, cooperando, auto organizándose entre ellos, incorporando a las universidades, a las escuelas, a los aparatos técnicos del Estado, eso para mí es la línea para avanzar. No pensar en un Estado que sólo regule el mercado.

- ¿Si se quiere avanzar en el ámbito político, los sectores sociales y los movimientos populares que han tenido auge en los últimos años en América Latina podrían estar convirtiéndose en sujetos políticos de cambio?

- Bueno, esa es la expectativa que tenemos todos porque en general seguimos hablando de los nuevos movimientos sociales, pero se ha llegado a un cierto consenso de que no se puede pensar en el sujeto histórico como se llegó a concebir en algún momento en que los sujetos son construcciones, que son autoconstrucciones sociales, políticos culturales, y que no es una clase por ser clase, porque la clase obrera ha demostrado que puede estar fragmentada entre una revolucionaria y otra reaccionaria. ¿Cómo se va a construir un sujeto? Primero es un sujeto político cultural que tiene un interés económico con bases económicas, pero que no representa un interés económico particular y ese es un proceso que nadie tiene muy claro cómo se va a dar. Se va a dar en cada país de una manera distinta, puede ser que se dé una determinada coyuntura en la que converjan los movimientos y se consoliden como organizaciones. En la Argentina se piensa en organizar y organizar, pero la organización es muy castradora también, debe haber la posibilidad de que ser armen distintas alianzas dependiendo de cuál es el problema. Sobre todo eso estamos para aprender.

- Las políticas sociales que están llevándose a cabo en varios países gobernados por sectores progresistas en América Latina no son suficientes para lograr una equitativa redistribución de la riqueza. ¿Qué hace falta para avanzar más?

- No se le puede poner una tarjetita al instrumento y decir esto es tal cosa, depende de la coyuntura y del momento. Un país puede estar en un momento de gran crecimiento, que es un crecimiento económico que excluye masivamente, que no genera empleo, que aumenta la riqueza concentrada por pocos, y ser conveniente para la minoría repartir algo bajo la forma de asistencia. Si bien está ayudando a la gente pero es funcional a un proyecto de dominación. En otros casos, uno pude decir que es un instrumento que está orientado a empezar a cambiar las posibilidades de los trabajadores, de los sectores más marginados a tener un mínimo de seguridad para poder pensar cómo construyen su propia economía. También hay que asistir en lo necesario como derecho, que ese es otro problema. Se puede hacer asistencialmente para cooptar a la gente, el punto es qué se subsidia y eso implica una política clara, aunque hace falta proyecto también, el cual tiene que tener una amplia participación de la sociedad. Es un debate que hay que seguir dando.

- ¿Con la reprimerización de las economías en algunos países de América Latina se avanza hacia una nueva etapa del modelo neoliberal?

- El neoliberalismo no murió, lo que sí es que su hegemonía está siendo dificultada por la evidencia de su fracaso, pero siempre va a haber algún oportunista que apunte a lograr algún mercado en Estados Unidos para vender algo sin importarle las consecuencias que va a tener a largo plazo sobre la economía, como ocurre con los países que firman tratados de libre comercio que destruyen toda la agricultura local. Lo que pasa es que quienes hacen eso no son estadistas, son políticos oportunistas que están pensando como reproducen el modelo o tienen un proyecto totalmente reaccionario. En el caso de Colombia cuyo gobierno le apuesta a un tratado de libre comercio con Estados Unidos, hay movimiento social, están pasando otras cosas, aunque es imposible entender esa economía sin tener en cuenta la economía criminal que tiene un peso enorme y que nunca la incluimos en el análisis económico.


viernes, 19 de noviembre de 2010

ECONOMÍA


ENTREVISTA CON PEDRO PÁEZ PÉREZ, ASESOR PRESIDENCIAL DEL ECUADOR PARA LA NUEVA ARQUITECTURA FINANCIERA

“HAY QUE CONSOLIDAR EN AMÉRICA LATINA NUEVAS LÓGICAS ECONÓMICAS PARA LOGRAR UN MODELO ALTERNATIVO DE DESARROLLO”

POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ
Buenos Aires


La del sistema del capitalismo es una crisis de un modo de vida que está colapsando y lo que está en juego es el sujeto histórico, la capacidad de reaccionar, por ello es necesario poner en marcha otras lógicas económicas para darle sustento a un nuevo tipo de relaciones humanas, así como a otro tipo de modos de producción”. La reflexión la hizo durante su intervención en el IV Encuentro Internacional de Economía Política y Derechos Humanos, organizado por la Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo de Buenos Aires, el economista Pedro Páez Pérez, director de la Comisión Técnica Presidencial del Ecuador para la Nueva Arquitectura Financiera y embajador plenipotenciario del primer mandatario Rafael Correa en esta temática.

Páez Pérez lidera dicha comisión que viene formulando una serie de recomendaciones y reformas en el plano socioeconómico en su país, así como impulsa mecanismos de integración regional financiera que permita construir un modelo de desarrollo alternativo y sustentable.

Considera que en América Latina están dadas las circunstancias para enfrentar la crisis capitalista mediante una nueva arquitectura financiera internacional, porque lo que se observa hoy en día es que “hay un desmadre generalizado de los mecanismos de la economía del mercado, así como un problema de coherencia de producción y de consumo”.

“La institucionalidad internacional –señala- ha evidenciado que aún vivimos un mundo unipolar con el fracaso de la Cumbre sobre cambio climático en Copenhague, razón por la cual las naciones latinoamericanas deben concretar una agenda regional para avanzar hacia un mundo multipolar”.

Advierte desde su experiencia internacional que la “salida” (entre comillas) a la actual crisis económica “la están trabajando desde las esferas especulativas vinculadas en relación de socio-rival con el complejo industrial militar, quienes han impulsado el proceso de reformas del fundamentalismo del mercado y la respuesta a los problemas de rentabilidad del capital durante las últimas décadas, en una red de complicidades y lealtades con fuerte presencia en todo el mundo, lo que ha ocasionado que esté amenazada no sólo la vida, sino también la dignidad de la humanidad”.

Por eso su conclusión es perentoria: “hoy, no se puede salir de la crisis del capitalismo sino salimos al mismo tiempo del capitalismo en crisis”.

NUEVA ARQUITECTURA FINANCIERA REGIONAL

Desde el Gobierno del Ecuador, Páez Pérez viene trabajando por lograr una integración entre los países latinoamericanos que posibilite en el corto y mediano plazo generar una nueva arquitectura financiera regional.

Los pilares básicos de esta propuesta, explica, incluyen:

* Una banca de desarrollo de nuevo tipo, como la iniciativa del Banco del Sur, con un conjunto de nuevas prioridades en materia de alimentación, energía, cuidado de la salud, ciencia y tecnología, conectividad física, financiamiento de la economía popular y nuevas prácticas bancarias.

* Una banca central alternativa, comenzando por la conexión directa, en red regional, de los bancos centrales, enlazados a sistemas de compensación de pagos, mercados virtuales de liquidez, sistemas multilaterales de créditos recíprocos, facilidades de emergencia de balanza de pagos, caja fiscal, y un fondo común de reservas regional.

* El desarrollo de un espacio monetario común, incluyendo la emisión de Derechos Especiales de Giro (DEG) regionales en el marco de convenios de compensación de pagos como la experiencia del SUCRE dentro de la Alianza Bolivariana para los Pueblos (ALBA).

* Bloquear la restauración del poder de chantaje de la vieja arquitectura financiera, pues el FMI ha dado más créditos desde la explosión de la crisis que en toda la década previa, y espera aún mayores aportes.

* Crear espacios para la política fiscal. La Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), por ejemplo, ha sugerido una moratoria inmediata de la deuda externa que debe ser combinada con la generalización de procesos de auditoría que podrían aprender críticamente de la experiencia ecuatoriana articulándose a la formación de un Tribunal Internacional de Arbitraje.

* Bloquear con medidas efectivas la ofensiva de los especuladores a nivel mundial.

* Para evitar retaliaciones políticas y sabotajes económicos a los procesos democráticos, es necesario impulsar una definición pronta y universal de controles de capitales y un impuesto a través de la denominada Tasa Tobin.

POR UN MODELO ECONÓMICO ALTERNATIVO

En esta entrevista con el Observatorio Sociopolítico Latinoamericano WWW.CRONICON.NET, Pérez Páez ahonda sus conceptos en torno del modelo económico alternativo por el que viene trabajando, y explica en qué estado se encuentra el proceso de concreción del Banco del Sur.

Este asesor presidencial con rango de embajador, es Ph.D y M.Sc. en Economía por la Universidad de Texas, Máster en Desarrollo y Políticas Públicas por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) y economista de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador. Fue profesor visitante de la Universidad de Utah, y del Instituto de Altos Estudios de América Latina IHEAL- Université Paris III, Sorbonne Nouvelle, Francia en la Cátedra Simón Bolívar, así como también de la Facultad de Economía de la Escuela Superior Politécnica del Litoral de Guayaquil.

Durante la actual administración del presidente Rafael Correa también se ha desempeñado como Viceministro de Economía y como Ministro Coordinador de Política Económica.

- ¿En qué va el proceso de la puesta en marcha del Banco del Sur?

- Ya está firmado el acuerdo por los siete presidentes de los países miembros y estamos esperando la ratificación de los congresos, pero hay una propuesta que estamos impulsando desde el Ecuador y consiste en que el Banco del Sur pueda comenzar a través de un mecanismo de fideicomiso, lo cual permite una serie de flexibilidades, como por ejemplo, la participación de naciones que no están involucradas en la negociación de este proyecto como la propia Colombia, o inclusive países extra UNASUR que podrían participar con una cláusula de compromiso. Es decir, que una vez se protocolice la institucionalidad del Banco del Sur y comience a operar, pasaría a funcionar teniendo en cuenta los compromisos adquiridos mediante ese fideicomiso. Temas como la construcción de una red de ferrocarriles en toda América Latina, la producción de medicamentos genéricos en todo el continente, el proyecto de soberanía de alimentaria, infraestructura energética, el desarrollo de las artes y de las ciencias, el proyecto de apoyo a la economía popular, a la producción de conocimiento a nivel continental, son elementos particularmente importantes para posibilitar e integrar otras fuerzas de países hermanos.

- ¿Es decir se abre la posibilidad de ampliar la participación accionaria?

- Así es. El convenio constitutivo define un capital autorizado de 20 mil millones de dólares, pero el capital suscrito es solamente de siete mil millones. Primero porque se espera que de los siete países actualmente participantes: Venezuela, Argentina, Bolivia, Ecuador, Brasil, Paraguay y Uruguay, se pase, al menos, a los 12 países de UNASUR. Pero además se intenta que haya distintos tipos de socios. Los países miembros de UNASUR son socios de tipo A, pero hay categorías tipo B y C, que incluyen la posibilidad de que organismos financieros internacionales, como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Corporación Andina de Fomento (CAF), y otras instituciones de desarrollo en la región puedan participar a título individual.

- El presidente del Comité para la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo (CADTM), Eric Toussaint, sostiene que un obstáculo para la concreción del Banco del Sur es Brasil. ¿Usted qué opina?

- Creo que hay un proceso de negociación muy difícil, las fuerzas del pasado son muy fuertes, hay una inercia que es necesario vencer, pero con la movilización, la discusión, el debate, porque aquí nadie tiene el monopolio de la verdad, es posible generar otro tipo de condiciones para que todos estos proyectos se hagan realidad.

- ¿Cuál es el espíritu alternativo del proyectado Banco del Sur?

- El Banco del Sur es una propuesta centrada en la transformación de la banca de desarrollo. La idea es contar con una institución que permita convocar al resto de los bancos de desarrollo ya existentes en el continente. Hay más de 100 instituciones, entre bancos regionales, subregionales, nacionales y subnacionales. El problema es que muchos de ellos perdieron el norte, y entonces hay que darles el sur. Hay que instituir un Banco del Sur que se replantee prioridades con otras formas de funcionamiento, que revalorice el papel y las funciones de las monedas nacionales y regionales. Y con otro tipo de prácticas bancarias que, desde el ejemplo, vaya sentando las pautas de lo que debe ser la banca de desarrollo de nuevo tipo necesaria para construir un modelo alternativo.

- En el proceso de integración financiera regional se ha logrado concretar por algunos países el Sistema Único de Compensación Regional (Sucre). ¿En qué consiste?

- El Sucre es básicamente una tarjeta de crédito que los bancos centrales se abren unos a otros. Básicamente empieza con eso. Es una herramienta que podría funcionar a la perfección en torno de la cuestión de los multiplicadores cruzados. Un sistema de crédito recíproco de los bancos centrales para financiar y promover exportaciones en circunstancias en que, además, existen problemas en el comercio internacional y su financiamiento. El diseño del Sucre es gradual. Puede empezar con lo mínimo e ir creciendo, como una tarjeta de crédito. Su crecimiento en el tiempo puede ir generando más y más funciones de defensa de las monedas nacionales. A diferencia del euro, el Sucre posibilita las condiciones, el paraguas que ampara una recuperación de las funciones y las propiedades de las monedas regionales y medios de pago alternativos, inclusive en el nivel territorial.

- Tras el periodo neoliberal que proclamó la “independencia” de los bancos centrales y cuya experiencia ha sido negativa, ¿cuál es su visión respecto del rol que deben cumplir estas instituciones?

- La banca central tiene que superar el dogmatismo neoliberal de los últimos años y reconocer que puede ser incluso autónoma pero no extraterritorial. La banca central forma parte de nuestros países, tiene una responsabilidad con nuestras naciones. En ese sentido, debe ser muy proactiva en términos de dar respuestas a los retos gigantescos que plantea la crisis. Esta es una crisis de nuevo tipo, nueva en su ferocidad, en su profundidad, en las dimensiones cuestionadoras de aquello que se asumía desde el pensamiento único en las últimas décadas. Los bancos centrales están muy imbuidos de ese asunto. Creo que hay que partir del análisis concreto de la situación concreta. ¿Cómo va a lograrse un funcionamiento más eficiente, más transparente, más ágil, más oportuno, que permita a nuestros países defenderse frente a la crisis? Por ejemplo, las posibilidades de ataques especulativos contra las monedas nacionales, contra las reservas monetarias, con corridas bancarias, con la construcción artificial de escasez y carestías, de acaparamiento. La cuestión del lavado, de la volatilidad en el manejo de capitales. Todo esto requiere respuestas concretas y no desde el dogmatismo ideológico. ¿Por qué tienen que ser tabú los controles de capitales? Hoy los bancos centrales tienen plataformas informáticas absolutamente homologadas. No hay ninguna dificultad para que estén conectados directamente unos con otros, sin necesidad de pasar por el SWIFT (Sociedad para las Telecomunicaciones Financieras Interbancarias Mundiales).

- Usted ha advertido que la financiarización especulativa no sólo es parásita sino que va a ser autodestructiva del sistema capitalista, ¿por qué?

- No en el futuro, ya lo es, porque hoy por hoy está socavando las bases fundamentales del funcionamiento del mercado, por ejemplo, al destruir los fundamentos de la propiedad privada con el tema del short-selling, mecanismo que permite a ciertos especuladores vender cosas que no tienen, o con el hecho de que se venden en papel riquezas que no existen, o porque a través de los títulos sintéticos estructurados se está separando el proceso de generación de una deuda y su proceso de cobro, produciendo una incertidumbre y una maraña en los derechos de propiedad y en los reclamos sobre una riqueza que es muy inferior al monto de títulos valores que están circulando en el sistema. Si a eso sumamos la distorsión de los mecanismos de formación de precios relativos, la cada vez más patente insolvencia estructural del sistema financiero, y por tanto la destrucción, la desintegración de los sistemas de crédito, los sistemas de confianza en la relación proveedor-cliente, en la relación de abastecimiento de los circuitos de valorización que ya tienen una dimensión planetaria, pues estamos viendo que el peligro latente es enorme y por tanto hace falta que haya iniciativas muy serias y rigurosas de parte de los pueblos para recuperar y garantizar la coherencia en la producción y el consumo.

- Uno de los grandes retos que usted ha planteado para consolidar el proceso de cambios que se viene dando en buena parte de América Latina es la movilización social y la irrupción de nuevas fuerzas políticas. ¿Hay una reconfiguración del sujeto político en la región?

- Sí, pero yo creo que no hay que esperar con los brazos cruzados que eso pase, porque es responsabilidad de todos, aquí todo el mundo cuenta, es necesario replantearnos el tema del sujeto histórico, todos podemos hacer la diferencia. Esta es un bifurcación civilizatoria e histórica que puede dar lugar a una degradación de la civilización que es el proyecto que están llevando a cabo las fuerzas del poder oligopólico, especulativo, guerrerista que están controlando los acontecimientos, o puede darse la posibilidad de una salida más democrática, humanista que se fundamente en otro tipo de relaciones sociales y humanas, y de eso tenemos que encargarnos cada uno de nosotros, no es posible que nadie nos dé haciendo las cosas, la historia la tenemos que hacer nosotros mismos: individuo por individuo, colectivo por colectivo, país por país.

sábado, 13 de noviembre de 2010

CAPITALISMO


AFIRMA ÉRIC TOUSSAINT DEL COMITÉ PARA LA ANULACIÓN DE LA DEUDA DEL TERCER MUNDO

PAÍSES DEL SUR DEBEN APROVECHAR DISPONIBILIDAD DE RESERVAS PARA IMPONERSE EN NEGOCIACIÓN DE SU DEUDA

POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ

BUENOS AIRES


Entre 2007 y 2009 estalló la crisis financiera internacional más importante desde la de 1929. El colosal montaje de deudas, pura creación del capital ficticio, terminó derrumbándose en los países más industrializados, comenzando por Estados Unidos, que es la economía más endeudada del planeta. Desde entonces la palabra “crisis” está en primera plana, pero su uso se reduce muchas veces sólo a su componente financiero. Sin embargo, esta crítica situación mundial tiene varias facetas que, en forma pormenorizada, analiza en sus conferencias y en su último libro “La crisis global”, el presidente del Comité para la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo (CADTM) con sede en Bruselas, Éric Toussaint.


Este historiador y politólogo belga, muy vinculado con la investigación socioeconómica de América Latina, miembro del Consejo Internacional del Foro Social Mundial e integrante de la Comisión de Auditoría Integral del Crédito Público de Ecuador que conformó el presidente Rafael Correa, fue uno de los expositores principales del IV Encuentro Internacional de Economía Política y Derechos Humanos, realizado por la Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo de Buenos Aires.

En la actual coyuntura socioeconómica de América Latina, este activista e investigador social recomienda a los países de la región aprovechar la presente disponibilidad de reservas para imponer fuertes medidas en la negociación de sus deudas con los acreedores.
“Es un error esperar a que las reservas se reduzcan para comenzar a negociar. Hay que organizar un frente de resistencia común antes de estar contra la pared”, explica, pues “en estos momentos, -agrega- los acreedores del Norte están sumidos en sus contradicciones internas relacionadas con el rescate de los respectivos sistemas financieros nacionales y el sistema financiero internacional. Una postura radical de los países del Sur podría desembocar en soluciones favorables a sus intereses”.

Tanto en el foro académico internacional como en la presentación de su libro sobre la crisis capitalista en la capital argentina, Toussaint hizo un completo análisis del proceso económico mundial.

El Observatorio Sociopolítico Latinoamericano WWW.CRONICON.NET sintetiza a continuación los principales planteamientos del presidente del CADTM.

VIRAJE DEL PROCESO NEOLIBERAL

Se está viviendo un viraje histórico dentro del proceso de políticas neoliberales. Es decir, se está produciendo una aceleración de la ofensiva del capital contra el trabajo debido a la crisis del capitalismo, y a su vez a una profundización al no topar el capital con una movilización social suficientemente fuerte. En todos los países del Norte se producirá una reducción del gasto social y en varios una aceleración de las privatizaciones. Asistiremos a una degradación de la situación de la enseñanza y la salud pública, a despidos masivos o al no reemplazo de los funcionarios públicos que se jubilen, a una reducción de gastos en obras públicas, a un aumento de los impuestos que pagan los asalariados y todos los sectores populares, al aumento del IVA, y a un aumento del porcentaje del presupuesto del Estado dedicado al pago de la deuda pública. Y este dinero irá a su vez a los tenedores de los bonos de esa deuda, o sea, a los grandes bancos internacionales, fondos de pensiones privados y grandes compañías de seguros. La población se verá entonces afectada de manera muy directa.

Hay nuevas burbujas especulativas con los bonos de deuda, con alimentos (a través de las Bolsas de Chicago, Kansas City y Minneapolis, que son los principales mercados mundiales donde se comercia con granos) y con movimientos bursátiles.

Actualmente no se invierte en proyectos productivos sino en especulación financiera, lo cual es un síntoma del agravamiento de la crisis capitalista.

CAMPAÑA IDEOLÓGICA MENTIROSA

Lo que los mass media presentan como la única salida favorable posible a la crisis no es precisamente evidente, sino que se inscribe en una campaña ideológica tendenciosa, que tiene a justificar una solución capitalista como la única salida posible.

Los gobiernos dominantes están organizando una salida capitalista a la crisis, pero no será un neokeynesianismo, es decir algo semejante a un nuevo pacto social como se dio con Roosevelt en los Estados Unidos durante los años 30 del siglo XX.

De entrada, el costo de la operación corre íntegramente a cargo de los poderes públicos, lo que ocasiona un aumento considerable de la deuda pública.

Una nueva crisis de la deuda está en gestación. En buena parte de los países en vías de desarrollo, asisten a un aumento muy importante de la deuda pública, principalmente en forma de deuda interna. Además, la aplicación del modelo neoliberal ha llevado a los gobiernos a renunciar al control de cambios y de movimientos de capitales.

En el conjunto de los países perjudicados serán determinantes las luchas populares. Por ello es necesario poner por delante una solución anticapitalista a esta crisis, sin esperar la salida que los capitalistas y los gobiernos a su servicio quieren imponer, y luchar sin demora para conseguirlo.

En el caso europeo, no hay voluntad de hacer concesiones por parte de los gobiernos, en buena medida, porque no hay grandes movilizaciones sociales.

EL CLIMA, PECADO MORTAL DEL CAPITALISMO

Las políticas de ajuste estructural debilitaron la capacidad de los países en desarrollo de hacer frente a las catástrofes naturales. El Banco Mundial y el FMI impusieron políticas que favorecen la deforestación y el desarrollo de megaproyectos de energía destructores del medio ambiente. El Banco Mundial apoyó proyectos que destruyen la protección natural de las costas, como los manglares, que disminuyen los efectos de las grandes mareas. También rechazó abandonar el préstamo a las industrias extractivas, como demandaba un informe de evaluación que el propio Banco Mundial había pedido en el 2003. La responsabilidad del FMI y del Banco Mundial en cuanto a la degradación del ambiente es demoledora.

Europa puso en marcha una “solución” corta a medida para la economía capitalista de mercado: la idea era la creación de un mercado de derechos de contaminación, que podrían, por lo tanto, comprarse y venderse. La contaminación se convirtió en una mercadería como cualquier otra: el que puede pagar, puede contaminar. Por eso es que el “capitalismo verde” nunca existió ni jamás existirá.

E.U. ESTÁ PERDIENDO PRIMACÍA ECONÓMICA, POR ESO SU AGRESIVIDAD

Es evidente que la dominación económica estadounidense no es la misma que la de hace 20 años. Estados Unidos está perdiendo la primacía económica, pero es el único país que combina un predominio industrial —aunque en este campo está menguando— con una moneda que aunque debilitada continúa siendo la moneda internacional, con una presencia militar permanente en más de cien países, además de una aceitada maquinaria para invadir territorios. En diciembre de 2009 publiqué un artículo en el que interpretaba el golpe en Honduras y las siete bases en Colombia como una demostración evidente de la agresividad norteamericana frente a Latinoamérica.

Algunos periodistas reaccionaron opinando que esto era una exageración, que Estados Unidos no podía lanzar una intervención militar en Latinoamérica, dado que no tiene la disponibilidad de fuerzas necesaria por estar atrapado en Afganistán, Pakistán e Irak. Sin embargo, en dos días fueron capaces de enviar 15.000 soldados a Haití. Por consiguiente, se puede reafirmar: Estados Unidos continúa siendo una potencia capaz de agredir, de enviar equipamientos y materiales militares a cualquier lugar del planeta. El caso de Haití es muy emblemático, ya que demuestra que mantiene una gran capacidad y velocidad de reacción. La potencia estadounidense continúa siendo la principal del mundo en términos estratégicos. Está claro que están surgiendo otras nuevas, como China, y por detrás, Rusia, India y Brasil, por ahora potencias regionales. La posición internacional de Brasil puede definirse como la de un «imperialismo periférico». ¿Por qué imperialismo? Porque Brasil actúa con los países vecinos como si fuera una potencia imperialista tradicional. Los considera como países destinatarios de inversiones de sus empresas transnacionales, y la política externa del gobierno brasileño tiende a apoyar la estrategia de expansión de esas corporaciones: Petrobras, Vale do Rio Doce, Odebrecht, etc., que están presentes en Bolivia, Ecuador, Perú, Venezuela, Chile, Argentina e inclusive África, donde han hecho inversiones importantes. Por lo tanto se puede decir que existe un carácter multipolar ya que no existe un superimperialismo, sino potencias imperialistas antiguas (Estados Unidos, la Unión Europea, Japón) y otras nuevas, las llamadas Bric (acrónimo de Brasil, Rusia, India y China). Estos países no constituyen una alternativa progresista a los viejos imperialismos. Lo que buscan es negociar con las grandes potencias para obtener un lugar en la división internacional del poder, del trabajo, de la economía global y del acceso a los recursos naturales. En consecuencia, no existe ninguna potencia progresista a la que podríamos apoyar. En cambio existe una iniciativa como el ALBA (Alianza Bolivariana para las Américas, propuesta por el presidente venezolano Hugo Chávez), cuyos integrantes, felizmente, no son países imperialistas. Alternativas regionales como ésta, son muy importantes. Mi preocupación al respecto es que se debería ir más allá de los discursos, aumentando mucho más la integración entre los países miembros. Aunque es preciso destacar cosas positivas: en la reunión del ALBA del 25 de enero de 2010 se decidió anular la deuda de Haití con sus países miembros, dando una lección a las potencias que se reunieron en Montreal el mismo día para discutir el alivio de la deuda de Haití, condicionándola a la aceptación de medidas de ajuste estructural.

GOBIERNOS LATINOAMERICANOS APLICAN POLÍTICAS HETERODOXAS

Hubo un aspecto positivo respecto del manejo de la crisis económica, no solo por parte de los gobiernos de Hugo Chávez en Venezuela, Rafael Correa en Ecuador, y Evo Morales en Bolivia, sino también, de alguna manera, en las gestiones de Lula, Cristina Fernández de Kirchner (presidente de Argentina) y Michelle Bachelet (presidente de Chile hasta 2009). O sea, a pesar de las recomendaciones del FMI de reducir el gasto público, estos gobiernos aplicaron políticas heterodoxas. Incluso el gobierno de Alan García, del Perú, que es un gobierno de derecha. Eso les permitió mantener cierto nivel de crecimiento económico. La reacción de Bolivia, Ecuador y Venezuela fue realizada por gobiernos que no tienen las mismas características. De los tres, el que actuó más radicalmente sobre la política económica fue el de Hugo Chávez, con más nacionalizaciones. Pero, francamente, las políticas de Correa, Chávez y Evo Morales no son tan diferentes de las de otros gobiernos en la región. No hay una diferencia radical en el aspecto económico. Existen grandes diferencias en términos de antiimperialismo, de reformas constitucionales, de recuperación de control de los recursos naturales. Pero sería una simplificación decir que hay diferencias astronómicas entre las experiencias económicas de la región. Personalmente, preferiría poder decir que los gobiernos de Ecuador, Venezuela y Bolivia están implementando un modelo realmente alternativo. Sin embargo todavía no es el caso. Hay anuncios y perspectivas que pueden ser muy interesantes, pero no deben confundirse discursos e intenciones con hechos reales.

LA DEUDA PÚBLICA

El tema de la deuda tiene sus altos y bajos. El tema era muy candente en los años ochenta, y volvió a tener mucha fuerza con el default (cesación de pagos) de Argentina a finales de 2001. Ahora estamos de nuevo en una situación de tensión, pero es sólo el comienzo. Entre 2007 y 2008, Ecuador creó una comisión para la auditoria de la deuda, de la que formé parte. Sobre la base de nuestras conclusiones, el gobierno de Rafael Correa decidió suspender el pago de 3.200 millones de dólares de deuda en títulos comerciales vendidos en Wall Street y que vencían entre 2012 y 2030. Correa suspendió el pago a partir de noviembre de 2008 y enfrentó a los acreedores, los tenedores de títulos. Consiguió, el 10 de junio de 2009, que el 91 % de los títulos fuesen vendidos por sus dueños al gobierno de Ecuador con un descuento del 65 %. O sea, Ecuador compró títulos por un valor total de 3.200 millones de dólares pagando sólo 1.000 millones. Por lo tanto, economizó 2.200 millones de dólares y todos los intereses que el país tenía que pagar hasta el año 2030. Esto demuestra que incluso un pequeño país puede enfrentarse a los tenedores de títulos e imponerles un «sacrificio». Esos acreedores, que siempre obtuvieron beneficios, tuvieron que abandonar la perspectiva de continuar ganando mucho dinero con sus títulos. La lección es que, si Ecuador consiguió hacerlo, países como Brasil, Argentina y otros también lo podrían hacer.

Argentina había suspendido el pago en 2001, pero en 2005, cometió el error fundamental de canjear los títulos en vez de comprarlos o anularlos totalmente. Canjearon con descuentos, pero debieron seguir pagando los intereses, con un alto tipo de interés. Actualmente, la deuda argentina tiene el mismo volumen que en 2001. La cuestión del pago de la deuda volverá a la escena internacional debido a dos factores fundamentales. Primero, la crisis económico-financiera, que hizo disminuir las exportaciones del Sur y los ingresos fiscales correspondientes, lo que vuelve más difícil el pago de la deuda pública interna y externa. El segundo factor es el aumento del coste de refinanciación de la deuda. Como los banqueros del Norte entraron en crisis, su tendencia es exigir más a los países del Sur que desean endeudarse a nivel internacional.


Realmente, es preocupante la incapacidad de los países del Sur de unirse, bajo criterios comunes y coherentes, para adoptar una estrategia unificada frente a los acreedores. Mientras que, en general, éstos sí trabajan de forma conjunta a través de varios organismos que los apoyan (Banco Mundial, FMI, Club de París, asociación de banqueros privados...).

Por lo tanto, en primer lugar, es fundamental que los países que por el momento no tienen problemas de solvencia o de liquidez, como, por ejemplo, el grupo de países exportadores de petróleo o de otros bienes primarios, se den cuenta de que sus intereses en el mediano plazo se corresponden con los intereses de los países mas frágiles de la cadena de la deuda. En este sentido, es importante reforzar la situación de los más débiles, acercando su posición a la postura de países como Ecuador. Si Venezuela o Brasil hubieran actuado de este modo frente a los acreedores habrían podido imponer a éstos últimos condiciones todavía más provechosas para los pueblos de la región.

NO ES FACTIBLE SOLUCIÓN CONCERTADA ENTRE DEUDORES Y ACREEDORES

La correlación de fuerzas es favorable a los países del Sur, porque tienen cómo resistir a un bloqueo financiero de los acreedores del Norte gracias a sus reservas. Los países del Sur deben aprovechar la presente disponibilidad de reservas para imponer fuertes medidas en la negociación. Es un error esperar a que las reservas se reduzcan para comenzar a negociar. Hay que organizar un frente de resistencia común antes de estar contra la pared.

En estos momentos, los acreedores del Norte están sumidos en sus contradicciones internas relacionadas con el rescate de los respectivos sistemas financieros nacionales y el sistema financiero internacional. Una postura radical de los países del Sur podría desembocar en soluciones favorables a sus intereses. Por consiguiente, los gobiernos de los países del Sur, al no existir una sensación de urgencia con respecto a la crisis, piensan que pueden seguir refinanciando su deuda y volver a endeudarse sin mayores problemas. Desde el punto de vista estratégico, es un error adoptar una política de este tipo.

Para romper el círculo vicioso son necesarios actos unilaterales soberanos basados en argumentos del Derecho Internacional para lograr una reducción radical de la deuda. En este sentido, sería mejor imponer un repudio unilateral a todas las deudas que sean identificadas como ilegítimas, odiosas y fraudulentas: ésta es la salida.

No es factible una solución concertada entre países acreedores y países deudores. De manera voluntaria, ninguno de los países acreedores, ni mediante sus instituciones, tales como el FMI o el Banco Mundial, renunciará al cobro del total de la deuda. Eso no va a ocurrir.

BANCO DEL SUR

A la pregunta formulada por WWW.CRONICON.NET, en el sentido de por qué la demora en la concreción del proyecto del Banco del Sur, Eric Toussaint respondió:

La demora en la creación del Banco del Sur se debe a la divergencia entre los países miembros de este proyecto, sobre todo la voluntad de Brasil de tener un instrumento sobre el cual pueda influir de manera óptima, lo que implica que esta nación no está de acuerdo con el principio inscrito en el acto fundacional de un país, un voto. Es decir, Brasil firmó el 7 de diciembre de 2007 en Buenos Aires el acto fundacional pero cuando se trata de implementar el Banco asumió una posición según la cual cuando se trata de otorgar préstamos tiene que ser proporcional a los aportes. Además, el convenio que no es público, aún no ha sido aprobado por los parlamentos, así que el Banco del Sur para que sea efectivo va a tener que esperar un par de años más.

En realidad, Brasil no tiene una verdadera necesidad de un nuevo banco multilateral para América Latina, puesto que dispone de un banco público de desarrollo muy importante, el BNDES, que controla totalmente y que tiene una cartera de préstamos muy superior a la del Banco Mundial, del Banco Interamericano de Desarrollo y del futuro Banco del Sur. Este gran banco financia una gran cantidad de proyectos en toda Latinoamérica y en otros lados, con la condición de que los países receptores compren «brasileño». Esto ha permitido a las empresas brasileñas exportar sus mercaderías y sus servicios y también realizar grandes obras de infraestructura. En consecuencia, el gobierno brasileño se adhirió con desgana a este proyecto de Banco del Sur,

Me parece que el Banco del Sur es útil pero con un capital de solamente siete mil millones de dólares es un instrumento muy modesto si se trata de asegurar la independencia financiera de un continente como América Latina, o de los siete países miembros.

POR UNA NUEVA ARQUITECTURA REGIONAL EN AMÉRICA LATINA

Los gobiernos progresistas y de izquierda de América Latina deberían retirarse del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y promover una nueva arquitectura regional, potenciando entre otras, iniciativas como la del Banco del Sur y un Centro Internacional de Arreglo de Diferencias del Sur (CIADI) como alternativa al del Banco Mundial.

Es una manera viable de enfrentar esta crisis sistémica que va a durar, al menos, una década. Es una crisis que tiene varios aspectos: crisis financiera, económica, productiva, pero también alimentaria y de gobernabilidad para el sistema capitalista y las instituciones a su servicio, como el G8, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, el BID. Todas estas instituciones ya han perdido buena parte de su credibilidad. No quiere decir sin embargo que es la muerte del capitalismo, por que el capitalismo ha atravesado en su historia varias crisis sistémicas. Si no hay profundas luchas sociales, y no solamente en el sur del planeta, sino también en los Estados Unidos, para darle una salida anticapitalista a esta crisis sistémica, el capitalismo logrará, tras años y años de crisis, de destrucción del empleo, de cierre de empresas, volver a consolidarse. Entonces tendremos una salida capitalista a la crisis o una salida anticapitalista.

Para tener una salida anticapitalista, para ir hacia otro tipo de sistema, que podríamos llamar el Socialismo del siglo XXI, se van a necesitar muchas luchas sociales, fortalecimiento del movimiento sindical, que ha sido debilitado a través de las últimas décadas de neoliberalismo, más unidad a nivel mundial, más capacidad en la actuación de los movimientos, y no hay ninguna certeza de tener éxito. Tenemos que luchar para encontrar esa salida.