ENTREVISTA CON PEDRO PÁEZ PÉREZ, ASESOR PRESIDENCIAL DEL ECUADOR PARA LA NUEVA ARQUITECTURA FINANCIERA
“HAY QUE CONSOLIDAR EN AMÉRICA LATINA NUEVAS LÓGICAS ECONÓMICAS PARA LOGRAR UN MODELO ALTERNATIVO DE DESARROLLO”
“HAY QUE CONSOLIDAR EN AMÉRICA LATINA NUEVAS LÓGICAS ECONÓMICAS PARA LOGRAR UN MODELO ALTERNATIVO DE DESARROLLO”
POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ
Buenos Aires
“La del sistema del capitalismo es una crisis de un modo de vida que está colapsando y lo que está en juego es el sujeto histórico, la capacidad de reaccionar, por ello es necesario poner en marcha otras lógicas económicas para darle sustento a un nuevo tipo de relaciones humanas, así como a otro tipo de modos de producción”. La reflexión la hizo durante su intervención en el IV Encuentro Internacional de Economía Política y Derechos Humanos, organizado por la Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo de Buenos Aires, el economista Pedro Páez Pérez, director de la Comisión Técnica Presidencial del Ecuador para la Nueva Arquitectura Financiera y embajador plenipotenciario del primer mandatario Rafael Correa en esta temática.
Páez Pérez lidera dicha comisión que viene formulando una serie de recomendaciones y reformas en el plano socioeconómico en su país, así como impulsa mecanismos de integración regional financiera que permita construir un modelo de desarrollo alternativo y sustentable.
Considera que en América Latina están dadas las circunstancias para enfrentar la crisis capitalista mediante una nueva arquitectura financiera internacional, porque lo que se observa hoy en día es que “hay un desmadre generalizado de los mecanismos de la economía del mercado, así como un problema de coherencia de producción y de consumo”.
“La institucionalidad internacional –señala- ha evidenciado que aún vivimos un mundo unipolar con el fracaso de la Cumbre sobre cambio climático en Copenhague, razón por la cual las naciones latinoamericanas deben concretar una agenda regional para avanzar hacia un mundo multipolar”.
Advierte desde su experiencia internacional que la “salida” (entre comillas) a la actual crisis económica “la están trabajando desde las esferas especulativas vinculadas en relación de socio-rival con el complejo industrial militar, quienes han impulsado el proceso de reformas del fundamentalismo del mercado y la respuesta a los problemas de rentabilidad del capital durante las últimas décadas, en una red de complicidades y lealtades con fuerte presencia en todo el mundo, lo que ha ocasionado que esté amenazada no sólo la vida, sino también la dignidad de la humanidad”.
Por eso su conclusión es perentoria: “hoy, no se puede salir de la crisis del capitalismo sino salimos al mismo tiempo del capitalismo en crisis”.
NUEVA ARQUITECTURA FINANCIERA REGIONAL
Desde el Gobierno del Ecuador, Páez Pérez viene trabajando por lograr una integración entre los países latinoamericanos que posibilite en el corto y mediano plazo generar una nueva arquitectura financiera regional.
Los pilares básicos de esta propuesta, explica, incluyen:
* Una banca de desarrollo de nuevo tipo, como la iniciativa del Banco del Sur, con un conjunto de nuevas prioridades en materia de alimentación, energía, cuidado de la salud, ciencia y tecnología, conectividad física, financiamiento de la economía popular y nuevas prácticas bancarias.
* Una banca central alternativa, comenzando por la conexión directa, en red regional, de los bancos centrales, enlazados a sistemas de compensación de pagos, mercados virtuales de liquidez, sistemas multilaterales de créditos recíprocos, facilidades de emergencia de balanza de pagos, caja fiscal, y un fondo común de reservas regional.
* El desarrollo de un espacio monetario común, incluyendo la emisión de Derechos Especiales de Giro (DEG) regionales en el marco de convenios de compensación de pagos como la experiencia del SUCRE dentro de la Alianza Bolivariana para los Pueblos (ALBA).
* Bloquear la restauración del poder de chantaje de la vieja arquitectura financiera, pues el FMI ha dado más créditos desde la explosión de la crisis que en toda la década previa, y espera aún mayores aportes.
* Crear espacios para la política fiscal. La Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), por ejemplo, ha sugerido una moratoria inmediata de la deuda externa que debe ser combinada con la generalización de procesos de auditoría que podrían aprender críticamente de la experiencia ecuatoriana articulándose a la formación de un Tribunal Internacional de Arbitraje.
* Bloquear con medidas efectivas la ofensiva de los especuladores a nivel mundial.
* Para evitar retaliaciones políticas y sabotajes económicos a los procesos democráticos, es necesario impulsar una definición pronta y universal de controles de capitales y un impuesto a través de la denominada Tasa Tobin.
POR UN MODELO ECONÓMICO ALTERNATIVO
En esta entrevista con el Observatorio Sociopolítico Latinoamericano WWW.CRONICON.NET, Pérez Páez ahonda sus conceptos en torno del modelo económico alternativo por el que viene trabajando, y explica en qué estado se encuentra el proceso de concreción del Banco del Sur.
Este asesor presidencial con rango de embajador, es Ph.D y M.Sc. en Economía por la Universidad de Texas, Máster en Desarrollo y Políticas Públicas por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) y economista de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador. Fue profesor visitante de la Universidad de Utah, y del Instituto de Altos Estudios de América Latina IHEAL- Université Paris III, Sorbonne Nouvelle, Francia en la Cátedra Simón Bolívar, así como también de la Facultad de Economía de la Escuela Superior Politécnica del Litoral de Guayaquil.
Durante la actual administración del presidente Rafael Correa también se ha desempeñado como Viceministro de Economía y como Ministro Coordinador de Política Económica.
- ¿En qué va el proceso de la puesta en marcha del Banco del Sur?
- Ya está firmado el acuerdo por los siete presidentes de los países miembros y estamos esperando la ratificación de los congresos, pero hay una propuesta que estamos impulsando desde el Ecuador y consiste en que el Banco del Sur pueda comenzar a través de un mecanismo de fideicomiso, lo cual permite una serie de flexibilidades, como por ejemplo, la participación de naciones que no están involucradas en la negociación de este proyecto como la propia Colombia, o inclusive países extra UNASUR que podrían participar con una cláusula de compromiso. Es decir, que una vez se protocolice la institucionalidad del Banco del Sur y comience a operar, pasaría a funcionar teniendo en cuenta los compromisos adquiridos mediante ese fideicomiso. Temas como la construcción de una red de ferrocarriles en toda América Latina, la producción de medicamentos genéricos en todo el continente, el proyecto de soberanía de alimentaria, infraestructura energética, el desarrollo de las artes y de las ciencias, el proyecto de apoyo a la economía popular, a la producción de conocimiento a nivel continental, son elementos particularmente importantes para posibilitar e integrar otras fuerzas de países hermanos.
- ¿Es decir se abre la posibilidad de ampliar la participación accionaria?
- Así es. El convenio constitutivo define un capital autorizado de 20 mil millones de dólares, pero el capital suscrito es solamente de siete mil millones. Primero porque se espera que de los siete países actualmente participantes: Venezuela, Argentina, Bolivia, Ecuador, Brasil, Paraguay y Uruguay, se pase, al menos, a los 12 países de UNASUR. Pero además se intenta que haya distintos tipos de socios. Los países miembros de UNASUR son socios de tipo A, pero hay categorías tipo B y C, que incluyen la posibilidad de que organismos financieros internacionales, como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Corporación Andina de Fomento (CAF), y otras instituciones de desarrollo en la región puedan participar a título individual.
- El presidente del Comité para la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo (CADTM), Eric Toussaint, sostiene que un obstáculo para la concreción del Banco del Sur es Brasil. ¿Usted qué opina?
- Creo que hay un proceso de negociación muy difícil, las fuerzas del pasado son muy fuertes, hay una inercia que es necesario vencer, pero con la movilización, la discusión, el debate, porque aquí nadie tiene el monopolio de la verdad, es posible generar otro tipo de condiciones para que todos estos proyectos se hagan realidad.
- ¿Cuál es el espíritu alternativo del proyectado Banco del Sur?
- El Banco del Sur es una propuesta centrada en la transformación de la banca de desarrollo. La idea es contar con una institución que permita convocar al resto de los bancos de desarrollo ya existentes en el continente. Hay más de 100 instituciones, entre bancos regionales, subregionales, nacionales y subnacionales. El problema es que muchos de ellos perdieron el norte, y entonces hay que darles el sur. Hay que instituir un Banco del Sur que se replantee prioridades con otras formas de funcionamiento, que revalorice el papel y las funciones de las monedas nacionales y regionales. Y con otro tipo de prácticas bancarias que, desde el ejemplo, vaya sentando las pautas de lo que debe ser la banca de desarrollo de nuevo tipo necesaria para construir un modelo alternativo.
- En el proceso de integración financiera regional se ha logrado concretar por algunos países el Sistema Único de Compensación Regional (Sucre). ¿En qué consiste?
- El Sucre es básicamente una tarjeta de crédito que los bancos centrales se abren unos a otros. Básicamente empieza con eso. Es una herramienta que podría funcionar a la perfección en torno de la cuestión de los multiplicadores cruzados. Un sistema de crédito recíproco de los bancos centrales para financiar y promover exportaciones en circunstancias en que, además, existen problemas en el comercio internacional y su financiamiento. El diseño del Sucre es gradual. Puede empezar con lo mínimo e ir creciendo, como una tarjeta de crédito. Su crecimiento en el tiempo puede ir generando más y más funciones de defensa de las monedas nacionales. A diferencia del euro, el Sucre posibilita las condiciones, el paraguas que ampara una recuperación de las funciones y las propiedades de las monedas regionales y medios de pago alternativos, inclusive en el nivel territorial.
- Tras el periodo neoliberal que proclamó la “independencia” de los bancos centrales y cuya experiencia ha sido negativa, ¿cuál es su visión respecto del rol que deben cumplir estas instituciones?
- La banca central tiene que superar el dogmatismo neoliberal de los últimos años y reconocer que puede ser incluso autónoma pero no extraterritorial. La banca central forma parte de nuestros países, tiene una responsabilidad con nuestras naciones. En ese sentido, debe ser muy proactiva en términos de dar respuestas a los retos gigantescos que plantea la crisis. Esta es una crisis de nuevo tipo, nueva en su ferocidad, en su profundidad, en las dimensiones cuestionadoras de aquello que se asumía desde el pensamiento único en las últimas décadas. Los bancos centrales están muy imbuidos de ese asunto. Creo que hay que partir del análisis concreto de la situación concreta. ¿Cómo va a lograrse un funcionamiento más eficiente, más transparente, más ágil, más oportuno, que permita a nuestros países defenderse frente a la crisis? Por ejemplo, las posibilidades de ataques especulativos contra las monedas nacionales, contra las reservas monetarias, con corridas bancarias, con la construcción artificial de escasez y carestías, de acaparamiento. La cuestión del lavado, de la volatilidad en el manejo de capitales. Todo esto requiere respuestas concretas y no desde el dogmatismo ideológico. ¿Por qué tienen que ser tabú los controles de capitales? Hoy los bancos centrales tienen plataformas informáticas absolutamente homologadas. No hay ninguna dificultad para que estén conectados directamente unos con otros, sin necesidad de pasar por el SWIFT (Sociedad para las Telecomunicaciones Financieras Interbancarias Mundiales).
- Usted ha advertido que la financiarización especulativa no sólo es parásita sino que va a ser autodestructiva del sistema capitalista, ¿por qué?
- No en el futuro, ya lo es, porque hoy por hoy está socavando las bases fundamentales del funcionamiento del mercado, por ejemplo, al destruir los fundamentos de la propiedad privada con el tema del short-selling, mecanismo que permite a ciertos especuladores vender cosas que no tienen, o con el hecho de que se venden en papel riquezas que no existen, o porque a través de los títulos sintéticos estructurados se está separando el proceso de generación de una deuda y su proceso de cobro, produciendo una incertidumbre y una maraña en los derechos de propiedad y en los reclamos sobre una riqueza que es muy inferior al monto de títulos valores que están circulando en el sistema. Si a eso sumamos la distorsión de los mecanismos de formación de precios relativos, la cada vez más patente insolvencia estructural del sistema financiero, y por tanto la destrucción, la desintegración de los sistemas de crédito, los sistemas de confianza en la relación proveedor-cliente, en la relación de abastecimiento de los circuitos de valorización que ya tienen una dimensión planetaria, pues estamos viendo que el peligro latente es enorme y por tanto hace falta que haya iniciativas muy serias y rigurosas de parte de los pueblos para recuperar y garantizar la coherencia en la producción y el consumo.
- Uno de los grandes retos que usted ha planteado para consolidar el proceso de cambios que se viene dando en buena parte de América Latina es la movilización social y la irrupción de nuevas fuerzas políticas. ¿Hay una reconfiguración del sujeto político en la región?
- Sí, pero yo creo que no hay que esperar con los brazos cruzados que eso pase, porque es responsabilidad de todos, aquí todo el mundo cuenta, es necesario replantearnos el tema del sujeto histórico, todos podemos hacer la diferencia. Esta es un bifurcación civilizatoria e histórica que puede dar lugar a una degradación de la civilización que es el proyecto que están llevando a cabo las fuerzas del poder oligopólico, especulativo, guerrerista que están controlando los acontecimientos, o puede darse la posibilidad de una salida más democrática, humanista que se fundamente en otro tipo de relaciones sociales y humanas, y de eso tenemos que encargarnos cada uno de nosotros, no es posible que nadie nos dé haciendo las cosas, la historia la tenemos que hacer nosotros mismos: individuo por individuo, colectivo por colectivo, país por país.
- ¿En qué va el proceso de la puesta en marcha del Banco del Sur?
- Ya está firmado el acuerdo por los siete presidentes de los países miembros y estamos esperando la ratificación de los congresos, pero hay una propuesta que estamos impulsando desde el Ecuador y consiste en que el Banco del Sur pueda comenzar a través de un mecanismo de fideicomiso, lo cual permite una serie de flexibilidades, como por ejemplo, la participación de naciones que no están involucradas en la negociación de este proyecto como la propia Colombia, o inclusive países extra UNASUR que podrían participar con una cláusula de compromiso. Es decir, que una vez se protocolice la institucionalidad del Banco del Sur y comience a operar, pasaría a funcionar teniendo en cuenta los compromisos adquiridos mediante ese fideicomiso. Temas como la construcción de una red de ferrocarriles en toda América Latina, la producción de medicamentos genéricos en todo el continente, el proyecto de soberanía de alimentaria, infraestructura energética, el desarrollo de las artes y de las ciencias, el proyecto de apoyo a la economía popular, a la producción de conocimiento a nivel continental, son elementos particularmente importantes para posibilitar e integrar otras fuerzas de países hermanos.
- ¿Es decir se abre la posibilidad de ampliar la participación accionaria?
- Así es. El convenio constitutivo define un capital autorizado de 20 mil millones de dólares, pero el capital suscrito es solamente de siete mil millones. Primero porque se espera que de los siete países actualmente participantes: Venezuela, Argentina, Bolivia, Ecuador, Brasil, Paraguay y Uruguay, se pase, al menos, a los 12 países de UNASUR. Pero además se intenta que haya distintos tipos de socios. Los países miembros de UNASUR son socios de tipo A, pero hay categorías tipo B y C, que incluyen la posibilidad de que organismos financieros internacionales, como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Corporación Andina de Fomento (CAF), y otras instituciones de desarrollo en la región puedan participar a título individual.
- El presidente del Comité para la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo (CADTM), Eric Toussaint, sostiene que un obstáculo para la concreción del Banco del Sur es Brasil. ¿Usted qué opina?
- Creo que hay un proceso de negociación muy difícil, las fuerzas del pasado son muy fuertes, hay una inercia que es necesario vencer, pero con la movilización, la discusión, el debate, porque aquí nadie tiene el monopolio de la verdad, es posible generar otro tipo de condiciones para que todos estos proyectos se hagan realidad.
- ¿Cuál es el espíritu alternativo del proyectado Banco del Sur?
- El Banco del Sur es una propuesta centrada en la transformación de la banca de desarrollo. La idea es contar con una institución que permita convocar al resto de los bancos de desarrollo ya existentes en el continente. Hay más de 100 instituciones, entre bancos regionales, subregionales, nacionales y subnacionales. El problema es que muchos de ellos perdieron el norte, y entonces hay que darles el sur. Hay que instituir un Banco del Sur que se replantee prioridades con otras formas de funcionamiento, que revalorice el papel y las funciones de las monedas nacionales y regionales. Y con otro tipo de prácticas bancarias que, desde el ejemplo, vaya sentando las pautas de lo que debe ser la banca de desarrollo de nuevo tipo necesaria para construir un modelo alternativo.
- En el proceso de integración financiera regional se ha logrado concretar por algunos países el Sistema Único de Compensación Regional (Sucre). ¿En qué consiste?
- El Sucre es básicamente una tarjeta de crédito que los bancos centrales se abren unos a otros. Básicamente empieza con eso. Es una herramienta que podría funcionar a la perfección en torno de la cuestión de los multiplicadores cruzados. Un sistema de crédito recíproco de los bancos centrales para financiar y promover exportaciones en circunstancias en que, además, existen problemas en el comercio internacional y su financiamiento. El diseño del Sucre es gradual. Puede empezar con lo mínimo e ir creciendo, como una tarjeta de crédito. Su crecimiento en el tiempo puede ir generando más y más funciones de defensa de las monedas nacionales. A diferencia del euro, el Sucre posibilita las condiciones, el paraguas que ampara una recuperación de las funciones y las propiedades de las monedas regionales y medios de pago alternativos, inclusive en el nivel territorial.
- Tras el periodo neoliberal que proclamó la “independencia” de los bancos centrales y cuya experiencia ha sido negativa, ¿cuál es su visión respecto del rol que deben cumplir estas instituciones?
- La banca central tiene que superar el dogmatismo neoliberal de los últimos años y reconocer que puede ser incluso autónoma pero no extraterritorial. La banca central forma parte de nuestros países, tiene una responsabilidad con nuestras naciones. En ese sentido, debe ser muy proactiva en términos de dar respuestas a los retos gigantescos que plantea la crisis. Esta es una crisis de nuevo tipo, nueva en su ferocidad, en su profundidad, en las dimensiones cuestionadoras de aquello que se asumía desde el pensamiento único en las últimas décadas. Los bancos centrales están muy imbuidos de ese asunto. Creo que hay que partir del análisis concreto de la situación concreta. ¿Cómo va a lograrse un funcionamiento más eficiente, más transparente, más ágil, más oportuno, que permita a nuestros países defenderse frente a la crisis? Por ejemplo, las posibilidades de ataques especulativos contra las monedas nacionales, contra las reservas monetarias, con corridas bancarias, con la construcción artificial de escasez y carestías, de acaparamiento. La cuestión del lavado, de la volatilidad en el manejo de capitales. Todo esto requiere respuestas concretas y no desde el dogmatismo ideológico. ¿Por qué tienen que ser tabú los controles de capitales? Hoy los bancos centrales tienen plataformas informáticas absolutamente homologadas. No hay ninguna dificultad para que estén conectados directamente unos con otros, sin necesidad de pasar por el SWIFT (Sociedad para las Telecomunicaciones Financieras Interbancarias Mundiales).
- Usted ha advertido que la financiarización especulativa no sólo es parásita sino que va a ser autodestructiva del sistema capitalista, ¿por qué?
- No en el futuro, ya lo es, porque hoy por hoy está socavando las bases fundamentales del funcionamiento del mercado, por ejemplo, al destruir los fundamentos de la propiedad privada con el tema del short-selling, mecanismo que permite a ciertos especuladores vender cosas que no tienen, o con el hecho de que se venden en papel riquezas que no existen, o porque a través de los títulos sintéticos estructurados se está separando el proceso de generación de una deuda y su proceso de cobro, produciendo una incertidumbre y una maraña en los derechos de propiedad y en los reclamos sobre una riqueza que es muy inferior al monto de títulos valores que están circulando en el sistema. Si a eso sumamos la distorsión de los mecanismos de formación de precios relativos, la cada vez más patente insolvencia estructural del sistema financiero, y por tanto la destrucción, la desintegración de los sistemas de crédito, los sistemas de confianza en la relación proveedor-cliente, en la relación de abastecimiento de los circuitos de valorización que ya tienen una dimensión planetaria, pues estamos viendo que el peligro latente es enorme y por tanto hace falta que haya iniciativas muy serias y rigurosas de parte de los pueblos para recuperar y garantizar la coherencia en la producción y el consumo.
- Uno de los grandes retos que usted ha planteado para consolidar el proceso de cambios que se viene dando en buena parte de América Latina es la movilización social y la irrupción de nuevas fuerzas políticas. ¿Hay una reconfiguración del sujeto político en la región?
- Sí, pero yo creo que no hay que esperar con los brazos cruzados que eso pase, porque es responsabilidad de todos, aquí todo el mundo cuenta, es necesario replantearnos el tema del sujeto histórico, todos podemos hacer la diferencia. Esta es un bifurcación civilizatoria e histórica que puede dar lugar a una degradación de la civilización que es el proyecto que están llevando a cabo las fuerzas del poder oligopólico, especulativo, guerrerista que están controlando los acontecimientos, o puede darse la posibilidad de una salida más democrática, humanista que se fundamente en otro tipo de relaciones sociales y humanas, y de eso tenemos que encargarnos cada uno de nosotros, no es posible que nadie nos dé haciendo las cosas, la historia la tenemos que hacer nosotros mismos: individuo por individuo, colectivo por colectivo, país por país.
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