miércoles, 20 de abril de 2011

EL IMPERIO


SOSTIENE STANLEY MALINOWITZ, PROFESOR NORTEAMERICANO DE ECONOMÍA


ESTADOS UNIDOS REQUIERE HACER CAMBIOS MÁS RADICALES DE LO QUE FUERON LAS POLÍTICAS KEYNESIANAS


POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ


El neoliberalismo ha sido un proyecto de restauración y consolidación del poder de la clase capitalista, liderada por las finanzas, y la clase dominante que en Estados Unidos está ejerciendo su enorme presión para preservar su poder y sus intereses. El gobierno de Obama no ha generado medidas audaces para superar la crisis, porque el obstáculo principal a este tipo de restructuración no es técnico sino político. Este análisis es del profesor norteamericano de economía Stanley Malinowitz, radicado en Colombia.


Al darle una mirada a la situación económica de su país, Malinowitz explica que “los sobrevivientes entre los grandes bancos han podido, con la ayuda del gobierno, comprar otras instituciones o sus activos a precios muy bajos, e incluso han podido comprar muchos bancos pequeños que no hacían malos préstamos y no estaban en problemas. A su enorme poder económico se agrega un gran poder político, no solamente por la participación directa de sus miembros en el gobierno sino por sus tremendas donaciones a los candidatos de ambos partidos principales. Sin estas donaciones es virtualmente imposible llegar a las cimas de la política; se llamaría corrupción si no fuera completamente legal, aceptada y arraigada en el sistema político. Con tal poder, pueden por ahora seguir exigiendo que los hogares deudores continúen pagando sus deudas mientras se rescate a los grandes acreedores, y que sean los trabajadores y la clase media que aprietan los cinturones y pagan la mayor parte de los costos de la crisis con mayor desempleo, menor remuneración y aún mayor “flexibilidad laboral”.


REVERTIR LA DISTRIBUCIÓN


Lo que requiere Estados Unidos, dice, es “revertir la redistribución hacia arriba de las últimas tres décadas y redistribuir hacia abajo. El gobierno podría seguir políticas de altos salarios e inversión y empleo públicos en una escala masiva. Lo más fundamental para que esto funcione es dejar de rescatar a los bancos y eliminar las deudas absurdas e impagables, para preservar las viviendas y permitir que la población pueda gastar sus ingresos reales. El sector financiero debe absorber la deflación de los activos, el estado debe dejar que las empresas financieras se quiebran cuando son insolventes (consistente con las leyes del mercado que celebran tanto en el discurso neoliberal, si no en la práctica) y las políticas deben poner las finanzas al servicio de la producción de riqueza real, algo que solamente hace cuando son fuertemente reguladas.Mejor aún sería nacionalizar los bancos para eliminar a los rentistas y canalizar el financiamiento según criterios sociales, pero eso por ahora es políticamente impensable en un país donde la nacionalización es asociada erróneamente con el socialismo, y el socialismo con el diablo. Ha habido algunas nacionalizaciones, principalmente de forma parcial y de propiedad en los bancos mientras el poder sobre las decisiones se queda en manos privadas, y cuando se habla de más nacionalizaciones siempre se asegura que serían temporales, para sanear las instituciones y después devolverlas al sector privado. Pero nacionalización en el sentido más profundo, como algo permanente y contraria a la lógica de las finanzas privadas, sigue siendo impensable por ahora”.


SE ESTÁN RECREANDO LAS BURBUJAS ESPECULATIVAS


Malinowitz es profesor de economía en la Universidad Nacional de Colombia, Ph.D. y con Maestrías en Economía de la Universidad de Massachusetts y en Psicología Educacional de la Universidad de Arizona. Participó en el VII Seminario Internacional Marx Vive, América Latina en disputa y dialogó sobre la realidad económica norteamericana con el Observatorio Sociopolítico Latinoamericano www.cronicxon.net.


- ¿La economía norteamericana está yendo en picada?


- La economía de Estados Unidos está en muy mal estado y ha habido una leve recuperación basada en un enorme estímulo fiscal y una enorme emisión monetaria que no es sostenible. Se están recreando las condiciones de la crisis y cuando digo que la economía va mal no quiere decir que no se vaya a recuperar. Por ahora no se están adoptando medidas para una recuperación real, se están recreando las burbujas especulativas, las redes de crédito. No sabemos hasta dónde un cambio de modelo puede funcionar, un nuevo modelo como se implementó en la posguerra, pero las de ahora son condiciones muy diferentes a la de aquella época.


- Pero Obama no es Roosevelt…


- Sí, Obama no es Roosevelt, pero Roosevelt no era Roosevelt hasta que llegó el momento histórico, porque fue muy ortodoxo en un principio. Sin embargo cuando los tiempos lo exigen se pueden dar modelos como el New Deal que se dio luego de varios intentos de resolver la crisis a través de medidas ortodoxas, aunque Roosevelt lo ensayó de manera temporal y luego cuando comenzó la recuperación se retractó.


- Bueno, pero Roosevelt tenía un Keynes y Obama no cuenta con un asesor como el economista británico…


- Yo no veo el Keynes de hoy, es decir, un miembro de las clases dominantes y de las altas élites que pueda regañar a los suyos. La idea de Keynes fue preservar privilegios de clase pero moderando la lógica del capitalismo. No hay que olvidar que Keynes en su libro defendió la desigualdad. Lo que se requiere ahora es hacer cambios radicales dentro del sistema capitalista, más radicales que lo que fueron las denominadas políticas keynesianas, pero no veo esto ahora. Me imagino que dentro de algunos años cuando se recrudezca la crisis va a llegar el momento de un cambio estructural, o puede venir un autoritarismo o un fascismo.


- ¿Un autoritarismo o un fascismo que se empieza a ver en Estados Unidos con la mayoría en la Cámara lograda en las últimas elecciones para Congreso?


- Sí, las elecciones al Congreso no ofrecieron una alternativa porque Obama es un continuismo de las políticas de Bush, las diferencias son muy mínimas, y lo que ha hecho hasta ahora es muy poco.


- ¿Usted coincide con el sociólogo neoyorkino Immanuel Wallestein en el sentido de que la hegemonía estadounidense está en declive?


- Está en declive en algunos sentidos porque el concepto de hegemonía equivale a dominación y en este sentido Estados Unidos aún domina mucho por la supremacía militar que es abrumadora, y ahí radica la dificultad para hacer una transición. Un país como China preferiría no tener al dólar como la moneda principal pero creo que tiene miedo de una transición del dólar. A nadie le conviene un colapso del dólar. Volviendo al tema de la hegemonía, creo que en lo económico el dominio estadounidense es menos que antes, tiene preponderancia pero ya no es líder.


- ¿Y frente a América Latina en donde Estados Unidos ha ido perdiendo influencia frente a la incursión de China y Europa también ve un declive?


- Un declive relativo, no se puede exagerar porque no se ha retirado de la región, mucho menos en Colombia donde ejerce una gran presencia. Estados Unidos tiene una gran influencia militar, política y económica, aunque ciertamente no tiene el dominio unilateral que antes. Incluso Brasil busca una mayor aproximación con China, pero este país asiático depende mucho de los mercados estadounidenses.


- La crisis del año 29 terminó con la Segunda Guerra Mundial y los Estados Unidos resuelve este tipo de situaciones con militarización y terrorismo global, dado su poderío bélico. ¿Como no se ve una solución a la crisis económica norteamericana, usted contempla esa probabilidad?


- No quiero creer eso… No veo que en este momento los conflictos bélicos puedan arreglar la economía de Estados Unidos, al contrario son una carga, porque en este momento está enfrentando dos guerras (Irak y Afganistán) que no van bien, y no creo que esté en capacidad de entrar en más confrontaciones sin salir de aquellas. La guerra en las actuales condiciones de Estados Unidos no es un estímulo para la economía.


- ¿Los gobiernos progresistas en América Latina encabezados por los de Brasil y Venezuela constituyen una piedra en el zapato para la hegemonía de Washington en la región?


- Podrían ser si se extiende el modelo. Venezuela es una piedra en el zapato hasta cierto punto, aunque le sigue vendiendo petróleo a Estados Unidos y en consecuencia se mantiene una relación comercial importante para ambos. Lo que sí es claro es que el gobierno de Hugo Chávez es un proyecto antiimperialista que si se extiende a la región puede llegar a ser de impacto importante para Estados Unidos.


- Noam Chomsky ha señalado que Estados Unidos no es un Estado democrático como se lo pinta dado que no tienen ninguna opción de poder los sectores populares y progresistas ante esa maquinaria política dominante y aplastante que son los dos partidos tradicionales: el republicano y el demócrata, que además son los representantes de las grandes transnacionales y el gran capital especulativo. ¿Usted coincide con esa apreciación?


- Primero tendríamos que tener una larga discusión sobre lo que quiere decir democracia, porque se define de muchas formas. Podría decir que desde el punto de vista liberal lo es, en términos de protagonismo y de participación de los sectores populares no lo es. Las grandes decisiones políticas, económicas, de relaciones internacionales, son adoptadas entre dos partidos, a veces hay diferencias reales y en la mayoría de los casos la divergencia es simplemente de detalles, pero el sistema político norteamericano no ofrece un cambio profundo, no es una democracia en ese sentido, y claro que estoy de acuerdo en ello con Chomsky.

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