miércoles, 20 de abril de 2011

EL SOCIALISMO EN CUBA


EXPLICA EL FILÓSOFO PABLO GUADARRAMA


EN CUBA HAY UN PROCESO DEMOCRÁTICO CON UNA FORMA DIFERENTE DE ELECCIÓN Y PARTICIPACIÓN



POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ


La manipulación de la prensa anticubana y de los latifundios mediáticos internacionales que adversan a la Revolución en la isla han generado una matriz de opinión según la cual lo que reina ahí es una “dictadura” por lo que no hay derecho al sufragio popular ni a participación ciudadana en proceso político añguno, además porque ahí impera solamente el Partido Comunista que es el que impone todos los cargos de responsabilidad política.


Pablo Guadarrama González, filósofo, profesor de la Universidad de Las Villas, en Santa Clara Cuba, quien participó como conferencista en el VII Seminario Internacional Marx Vive, América Latina en disputa y dialogó con el Observatorio Sociopolítico Latinoamericano www.cronicon.net, desmintió en forma tajante ese infundio.


Si bien en Cuba hay un solo partido, el comunista, éste no cumple una función electoral sino que su rol es de ser un motor de pensamiento ideológico. No propone candidatos ni desarrolla campañas electorales.


El de Cuba, “es un proceso democrático con una forma diferente de elección”, explica Guadarrama. “Como no hay presentación de candidatos por partido, los mismos que aspiran a diputados o a las Asambleas municipales, provinciales y nacional se seleccionan directamente de la población. No se hace esa selección por militancia política en un partido sino por ser la persona que tiene las condiciones más adecuadas para representar a esa circunscripción”.


En efecto, según la circunscripción cubana, ningún partido tiene derecho a postular candidatos, lo hacen directamente los propios electores en asambleas públicas. El Partido Comunista no es una organización electoral, y en consecuencia, ni se presenta a las elecciones ni puede proponer candidatos.


No obstante, la propaganda anticubana hace creer que los integrantes de la Asamblea Nacional y las asambleas municipales, provinciales pertenecen en su totalidad al Partido Comunista. Más de la mitad de los electos no son militantes del Partido Comunista cubano.


En Cuba cualquier persona puede proponerse a sí misma o proponer candidatos, esto se hace en reuniones de electores en cada barrio o circunscripción electoral. De ahí que no es exagerada la afirmación del presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Ricardo Alarcón de Quesada al señalar que, electoralmente, en Cuba hay tantos partidos políticos como ciudadanos.


Los miembros de las Fuerzas Armadas de la Revolución y de los demás institutos armados del país tienen derecho a votar, a elegir y a ser elegidos.


El voto es libre, igual y secreto. Es un derecho constitucional y un deber cívico que se ejerce de manera voluntaria.


El periodo de los diputados a la Asamblea Nacional y de los delegados a las Asambleas Provinciales es de cinco años. El periodo de los delegados a las asambleas municipales es de dos años y medio.


Los candidatos no pueden realizar ninguna actividad a favor de su aspiración, pues esta función es exclusiva de las comisiones electorales.


La campaña electoral posee un profundo contenido ético, cívico y educativo, sin preferencia de ningún tipo, durante su desarrollo se informa sobre la capacidad, los méritos y los valores éticos y morales de los ciudadanos de los candidatos.


PROTECCIÓN A LOS TRABAJADORES


Sobre otra mentira propalada por la propaganda anticubana en el sentido de que por culpa del ajuste económico que realiza en la actualidad el gobierno de Raúl Castro, alrededor de 500 mil trabajadores terminarán en la calle, Guadarrama sostiene en forma enfática que eso es también “totalmente falso”.


“En Cuba –dice- se van a implementar una serie de medidas para ir racionalizando la economía, pero en todo momento va a haber una protección a los trabajadores, a nadie se va a dejar en la calle, se van hacer ofertas para que tengan posibilidades laborales y se les garantiza un seguro de desempleo”.


Afirma que e él no le gusta hablar del modelo económico cubano. “Yo no pienso en modelos, creo que cada país edifica sus formas específicas de construcción socialista, en el caso de Cuba con una agresión norteamericana muy dura y con características que no pueden servir de modelo para nadie. Lo que estamos es reconstruyendo nuestra opción por el socialismo”.


Sobre el bloqueo criminal que ejerce Washington sobre Cuba sostiene: “El bloqueo de Estados Unidos nos afecta directamente en que no podemos acceder a medicinas, a tecnologías, a que buques que comercian con Cuba no puedan ingresar después a puertos norteamericanos, nos bloquean las cuentas bancarias, los accesos al comercio internacional, prácticamente a todo. 187 países del mundo se han opuesto a este bloqueo en la Asamblea General de la ONU”.


No obstante la agresión norteamericana, “la revolución cubana se solidifica en el siglo XXI y no da marcha atrás, es un ejemplo de lucha y dignidad”, sotiene,


CULTURA LATINOAMERICANA


También se refirió a la identidad cultural de América Latina y estas fueron sus reflexiones:


“La autenticidad de la cultura latinoamericana no es un anhelo, es un hecho, fácilmente comprobable desde distintas perspectivas investigativas. Pero tal condición no la inmuniza contra los peligros que una forzada manipulación ideológica tras las inevitables fórmulas de desigual intercambio cultural que se opera de manera creciente entre los distintos países y regiones del orbe.


En un mundo en que se derrumban muros y se levantan otros; en el que todo se observa y se comunica a través de omnipotentes satélites y no siempre con las mejores intenciones ; en el que seres humanos son desechados del mercado de trabajo por invasiones de robots, en tanto otros ven peligrar su propia identidad por las amenazas de la clonización cultural , –que no se limita a la condición biológica sino que trata de invadir el pensamiento y la espiritualidad–, en que algunos postulan tener las patentes exclusivas de verdadera cultura, educación, democracia, libertad, etc. así como las fórmulas superiores de la convivencia , la reflexión sobre el humanismo y la autenticidad cultural en Nuestra América parece hacerse más necesaria que nunca antes”.

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