viernes, 21 de agosto de 2009

COLOMBIA


A TRAVÉS DE LAS SIETE BASES MILITARES

WASHINGTON REALIZARÁ ESPIONAJE ELECTRÓNICO A AMÉRICA DEL SUR DESDE COLOMBIA

POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ


Estados Unidos a través de las bases en Colombia va a contar con una plataforma tecnológica para realizar espionaje electrónico a los países de América del Sur, al tiempo que establecerá un puente entre Latinoamérica y África para desplegar control sobre ese continente.

La base de Palanquero en el centro de la geografía colombiana ya se identificaba en los documentos del Pentágono como un sitio ideal de su estrategia de movilidad aérea mundial para regiones de interés geopolítico, dentro del nuevo concepto de Ubicaciones de Cooperación de Seguridad que posibilita el reabastecimiento de combustible, así como sirve de punto de enlace para realizar operaciones en otras regiones del mundo.

El documento “Estrategia global en ruta” del Comando de Movilidad Aérea de la Fuerza Aérea de Estados Unido revela la verdadera intención estratégica de Washington frente a la base militar de Palanquero en Colombia: "Incluir a Suramérica en una estrategia global de rutas logra dos resultados: ayuda a la estrategia de presencia regional y asiste con el enrutamiento de la movilidad hacia África”. Infortunadamente, hoy no están disponibles recursos de puente aéreo para una táctica de presencia en Suramérica (…) Recientemente, el Comando Sur de Estados Unidos se ha interesado en establecer una localización en el continente suramericano que pudiera ser usado no sólo para operaciones contra narcóticos, sino como un sitio desde el cual se puedan ejecutar operaciones de movilidad. En consecuencia, (...) el Comando Sur ha identificado a Palanquero, Colombia, como una Localización de Seguridad Cooperativa (LSC). Desde allí, es posible cubrir cerca de la mitad del continente con una aeronave C-17 sin necesidad de reabastecimiento de combustible”. ¡Y ahora habrá seis bases más distribuidas en puntos claves de la geografía colombiana!

DEBILIDAD DE URIBE FRENTE A E.U.

Si bien el presidente Álvaro Uribe Vélez cuenta con fortalezas y suficiente capacidad de manipulación frente a los factores de poder en el plano interno, respecto a Estados Unidos es débil dado la información y el “expediente” que tienes de él las diversas agencias gubernamentales de Washington.

El gobierno demócrata no ha facilitado la aprobación del Tratado de Libre Comercio que es fundamental para los intereses de ciertos sectores comerciales y económicos que representa el gobierno de Uribe Vélez y con la anuencia de éste para que el Pentágono a través del Comando Sur haga presencia en bases militares colombianos, la Casa de Nariño aspira a que en reciprocidad, en el corto plazo, pueda ser viabilizado ese convenio en el Congreso norteamericano.

Pero, al mismo tiempo, lo que demuestra la presencia de soldados norteamericanos en dichas plataformas militares de Colombia es el fracaso de la “Seguridad Democrática”, estrategia bandera de Uribe, que a lo largo de siete años no ha sido capaz de derrotar en forma definitiva a la guerrilla, no obstante que se le mintió al país cuando en 2002 la entonces ministra de Defensa, Martha Lucía Ramírez, manifestó a los cuatro vientos que en un lapso de 16 meses las Farc estarían completamente derrotadas.

El anuncio del embajador norteamericano en Bogotá, William Brownfield, en el sentido de que en desarrollo del acuerdo bilateral de utilización de bases colombianas por parte del Comando Sur la guerrilla de las Farc serán blanco de las operaciones militares conjuntas para aniquilarlas, dan cuenta de dos cosas graves para la soberanía colombiana: una, es que Estados Unidos interviene de forma abierta en el conflicto interno colombiano; y dos, que el gobierno de Uribe requiere del contingente militar norteamericano para enfrentar a la insurgencia.

De esta manera, la administración Uribe Vélez le da argumentos a las Farc para sostener que su lucha armada además es por una causa de liberación nacional, por cuanto que la directa intervención norteamericana en el conflicto colombiano atenta contra el principio de autodeterminación de los pueblos.

AMENAZA REGIONAL

Adicionalmente, el acuerdo denominado eufemísticamente de “cooperación militar” entre Bogotá y Washington y que hace parte del programa denominado “Salto Estratégico” que no es más que una prolongación del Plan Colombia, constituye una seria amenaza para Venezuela y Ecuador, porque de entrada se sabe, así lo nieguen en forma enfática, que las bases servirán para realizar operaciones de rastreo y de espionaje satelital en la región.

Con la operación de estas bases en Colombia, el gobierno de Caracas queda completamente cercado. En efecto, la supervisión y vigilancia por parte de Washington ahora será total, pues las bases norteamericanas en Aruba, Curazao y Guantánamo; la de Palmerola, en Honduras; y la Cuarta Flota que dispone de suficientes recursos para patrullar efectivamente todo el litoral venezolano, constituyen serias amenazas para la seguridad política y económica de Venezuela.

Pero no sólo Hugo Chávez está amenazado, también lo están los mandatarios de Ecuador, Rafael Correa y de Bolivia, Evo Morales, quienes quedan en la mira del Washington a través de sus plataformas de alta tecnología que se instalan en Colombia por un lapso de diez años.

Esta circunstancia puede generar un conflicto de incalculables proporciones entre Bogotá y Caracas, lo cual terminará desestabilizando a la región por la desconfianza que crea la presencia norteamericana. Por eso en forma oportunista Uribe vuelve a presentar “disculpas” al gobierno de Rafael Correa con el fin de tratar de ablandar la situación diplomática con Ecuador y, de esta manera, enfrentar solo la tirante situación con Venezuela.

De todas maneras, el entreguismo de Uribe contrasta con la actitud del ultraderechista presidente de México, Felipe Calderón, quien en una postura digna señaló en forma contundente que no admitirá la presencia de militares norteamericanos en su país, porque éste es la frontera de Estados Unidos con América Latina y no puede desestabilizar la seguridad del hemisferio.

Lo cierto, como lo señaló en entrevista exclusiva a CRONICÓN.NET el escritor uruguayo Eduardo Galeano, “los Estados Unidos que tanto usan la droga como coartada para justificar sus invasiones militares, no pueden seguir asumiendo una actitud tan hipócrita” y presentar su presencia en Colombia bajo el cínico pretexto de la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo que, como se sabe, ha sido un completo fracaso.

BOLIVIA HA PADECIDO EN CARNE PROPIA

El canciller boliviano David Choquehuanca se pronunció en forma enfática contra la presencia norteamericana en bases militares colombianas. En declaraciones a este Observatorio Latinoamericano dijo: “Nosotros hemos vivido en carne propia la presencia de los militares norteamericanos. En Bolivia esa presencia ha significado violación de derechos humanos, desconocimiento de la normativa interna, persecuciones, espionaje, intromisión, sin la autorización del gobierno se han llevado nuestros misiles para desactivarlos. Nos preocupa esta situación de sobremanera, por eso presentamos un proyecto de declaración en Unasur que no permite la presencia de bases militares en la región”.

UNA BOFETADA AL BICENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA

Entre tanto, el canciller venezolano Nicolás Maduro hizo una contundente exposición sobre el polémico tema y señaló: “Hace 200 años nuestros pueblos conquistaron un primer paso, un paso gigantesco, la independencia política, el derecho a existir, el derecho a la dignidad y comenzó un largo camino, ha sido y va a ser un largo camino. La construcción de la independencia política, de la independencia económica, de la independencia militar, científica, cultural, de la independencia global e integral, es el gran reto de nuestra generación. Por eso es una bofetada al bicentenario de la independencia lo que pretende hacer el gobierno colombiano contra el pueblo de Colombia, en primer lugar y en segundo lugar, contra toda América Latina. Es una falta de respeto al pueblo colombiano y a la memoria de los libertadores. A un suramericano que se le ocurra meter militares extranjeros de un ejército imperial a ocupar territorio, dándoles inmunidad a esos soldados para que vengan a destruir la paz, la estabilidad, para que vengan a amenazar a los países vecinos y hermanos, en este caso a los pueblos de Venezuela y Ecuador, cómo lo podemos catalogar”.

“Las siete bases militares norteamericana que se instalarán en Colombia son parte de un plan para dinamitar la unión de Suramérica, para dividir nuestra región y convertirla en un territorio de desestabilización”.

“Los pueblos tienen el derecho a defenderse y en el caso de Venezuela tenemos la obligación y el deber constitucional de garantizar la paz y la estabilidad de que gozamos, así como resguardar nuestra soberanía territorial. Que nunca un soldado estadounidense pueda pisar nuestro territorio para mancillar lo que conquistaron nuestros libertadores con las armas hace 200 años”.

Agosto de 2009.

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