lunes, 13 de noviembre de 2017

EL IMPERIO

“LA POLÍTICA ECONÓMICA DE TRUMP ADEMÁS DE EXTEMPORÁNEA ES DESESPERADA”

 

POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ 
Ciudad de Panamá

Para varios analistas, la política económica del primer mandatario de los Estados Unidos, Donald Trump, es incompatible, pues su estrategia que apunta a acelerar el crecimiento y la generación de empleo mediante un comercio internacional menos deficitario, recorte de impuestos y estímulos a la inversión, parece, por las evidencias, que no está siendo efectiva.

Para el economista cubano Faustino Cobarrubia Gómez, lo que demuestra la política económica de Trump es que es “extemporánea” en un mundo en que el capitalismo impuso su modelo globalizador. Y lo es, además, porque no se trata del comercio de antes, ahora las relaciones mundiales de producción se llevan a cabo a través de cadenas globales de valor, donde participan muchos países y muchas empresas, explica.

Egresado de la Universidad de La Habana e integrante del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial con sede en Cuba, donde se desempeña como director del Departamento de Comercio, Integración y Desarrollo, Cobarrubia Gómez participó como panelista en el marco del XI Congreso de Economistas de América Latina y el Caribe, que tuvo lugar en Ciudad de Panamá, entre el 18 y el 20 del pasado mes de octubre.

Con el propósito de abordar el controvertido tema de la estrategia económica del excéntrico presidente estadounidense y los efectos de mantener el criminal bloqueo contra la nación cubana, invitamos a dialogar a este investigador social.

El intento de rescatar la hegemonía del Tío Sam

En tu intervención señalaste que la política económica que está implementando Donald Trump en los Estados Unidos, es extemporánea, ¿por qué?

La política que lleva a acabo Donald Trump intenta rescatar la hegemonía de los Estados Unidos. Es decir, hay una perdida relativa de la hegemonía de Estados Unidos y es en ese contexto que llega Trump. De alguna manera él es víctima de este contexto.

Ahora, para rescatar esa hegemonía, Trump piensa que la manera de hacerlo es justamente el proteccionismo, o sea, un poco de nacionalismo en las relaciones económicas internacionales, y eso significa proteger los intereses y las empresas norteamericanas, promocionar las exportaciones, las ventas de Estados Unidos. Piensa que, con esa política, realmente va a poder de alguna manera rescatar la hegemonía. ¿Por qué esa política es extemporánea? Porque promover el neomercantilismo en las condiciones actuales de proteccionismo o nacionalismo es extemporáneo. Primeramente, porque no se corresponde con una realidad que es la de la globalización. En este momento la economía mundial es una economía globalizada, en la que fundamentalmente participan las corporaciones norteamericanas que son las protagonistas de ese proceso de globalización.  Qué quiere decir esto, que esas corporaciones están en todas partes y muchas veces las exportaciones que se hacen a Estados Unidos son de empresas norteamericanas que están radicadas en China, México, o en otros países. Si Trump persiste en ponerle un arancel a las exportaciones que vienen de China o de otros países, sencillamente les está poniendo trabas y barreras a las mismas empresas norteamericanas que son protagónicas de ese proceso de globalización.

A eso habría que añadirle el hecho de que en este momento el comercio se lleva a cabo a través de lo que se llaman cadenas de valor, no es como antes que un país exportaba el automóvil completo, ahora no es así, el vehículo se parte en cadenas.  Entonces un país, por ejemplo, México, puede que lleve a cabo la fabricación de neumáticos; en China a lo mejor se ensambla ese automóvil; y después en otro se le agrega la parte de lo que es la automática, puede ser en uno de los países asiáticos que son los más avanzados en esa gama. Lo cierto es que ese proceso está hegemonizado por una empresa norteamericana. 

Es decir, hay una empresa norteamericana que fabrica el automóvil que está a su vez en tres o cuatro países, con lo cual Estados Unidos tiene un déficit comercial. Y Trump piensa entonces que, poniéndole un gran arancel, trabando el comercio con esos países, va a poder enfrentar ese déficit comercial que tiene Estados Unidos. Sencillamente es extemporáneo por eso, porque, ¿a quién le vas a poner el arancel? A una empresa norteamericana.  ¿Dónde lo va a poner?, ¿en qué momento de la cadena lo va a poner? ¿Lo va a poner en la parte cuando fabrican los neumáticos?, ¿o cuando fabrican quizás, el chasis?, no se sabe.

Es extemporáneo además porque no se trata del comercio de antes, como decía, es globalizado y se lleva a través de cadenas globales de valor, donde participan muchos países y muchas empresas.

No es como antes que se ponía un arancel, por ejemplo, a China y sí, porque el automóvil se exportaba totalmente desde ese país. Pero ahora usted no sabe a quién va poner el arancel, ni dónde va a ponerlo. Ese un primer elemento.

Un segundo aspecto que hace extemporánea a esa política es el hecho de que hay una economía multipolar. Ya no es el caso de cuando Estados Unidos tenía la hegemonía absoluta, podía imponer las condiciones y todo el mundo obedecía, automáticamente. Me estoy refiriendo, por ejemplo, a los años 50, 60, cuando lo que dijera Estados Unidos, por ahí iba la economía mundial. Hoy no, hoy no se puede desconocer que existe China y un grupo de países como los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). Si un país quiere hace cualquier cosa, sencillamente tiene que contar con ellos, y además hoy la economía de Estados Unidos es interdependiente, está conectada, depende mucho de los otros países, no como antes. 

Adicionalmente, los vínculos de Estados Unidos son tan estrechos, sobre todo con China, que una acción contra este país asiático se revierte inclusive en contra de los propios Estados Unidos. Por ejemplo, China es la principal compradora de bonos del Tesoro, esto es que financia a Estados Unidos. Le compra los papeles al Tesoro de Estados Unidos, al gobierno de Washington, y Estados Unidos a su vez es el principal mercado de China. Esa relación simbiótica, esa relación estrecha, afecta a los dos. Si por un momento China deja de comprarles los papeles, los bonos del Tesoro a Estados Unidos, ¿cómo se financia la guerra?, ¿cómo se financia el gobierno? Y si por el contrario Estados Unidos corta el mercado a China, a dónde vende China. Ante la interdependencia de la economía de Estados Unidos, que ya no ejerce hegemonía absoluta, sino que ya hay pares, tienes que conversar, y como ya no es el rey, viene el problema. Entonces Trump quiere imponer una política de fuerza cuando la fuerza ya no la tiene.

Dentro de ese esquema de Trump su gobierno también busca concretar acuerdos bilaterales, cuando Estados Unidos venia proyectando hacer tratados de libre comercio multilaterales…

Efectivamente, qué pasa con eso.  Estados Unidos venía haciendo, como bien dices, mega acuerdos, no solamente regionales, sino que son con grandes potencias. Por ejemplo, estaba intentando firmar un mega acuerdo con la Unión Europea, y otro con los países del Pacífico, el Tratado Transpacífico.

El Transpacífico incluía a Japón, Australia, incluso estaba Colombia, Chile, algunos países de la Alianza del Pacífico estaban metidos ahí, también Vietnam, pero lo cierto es que el objetivo de ese mega acuerdo era acabar a China. Obama lo dijo claro: el fin de ese mega acuerdo era que China no tuviera injerencia en poner las reglas de la economía mundial. O sea, intentaba aislar a China y si acaso China quisiera entrar, que entre después, porque si entra posteriormente, tiene que acatar lo que está hecho. Obama lo diseñó muy bien. Pero qué le dijo Trump: el problema está en que ese mega acuerdo no me sirve porque deja puertas abiertas para que China entre porque tiene vínculos con todos los países que hacían parte de ese acuerdo de libre comercio. ¿Y qué iba a pasar? Que China se iba a beneficiar indirectamente de todo eso, entonces Trump dijo no, no, esto no me conviene, porque ahí estaba la trampa, China termina entrando por la puerta trasera. Por eso es que Trump renuncia a ese mega acuerdo ya que en últimas China terminaría beneficiándose y adopta una vía más efectiva que es bilateral, una relación tú a tú con China que fue la que funcionó con Japón.

Recuerda aquel diferendo con Japón en los años 90. Que se decía que Japón iba a ser la economía del siglo XXI y que iba a ser el rival fundamental de Estados Unidos. Todos los productos venían de Japón, todos los productos electrónicos, incluso los automóviles se diseñaban en ese país. Japón le hizo la guerra a Estados Unidos y qué hizo Estados Unidos, bueno lo enfrentó bilateralmente. Era otro contexto porque era Japón, no era China, Japón es una islita, pero China es casi un continente.

Qué pasa ahora, simplemente que Trump va a negociar con China, sobre todo la compra del acero, porque la siderurgia está siendo apagada justamente  por el acero chino que entra a muy bajos costos a Estados Unidos y tiene a esa industria prácticamente en bancarrota. Por eso va a enfrentar bilateralmente a China, exigiéndole que le ofrezca ventajas y adopte medidas contra Corea del Norte. Qué hizo China con Corea del Norte, inmediatamente le aplicó medidas porque le dijo Trump: te voy a dejar tranquilo. A China se lo dijo siempre, si me ayudes con el caso de Corea del Norte, si le pones sanciones a Corea del Norte yo no voy a hacer nada en la parte comercial y te voy a tratar suave. Eso fue lo que pasó.

¿O sea, es un chantaje?

Es un chantaje, pero al final los chinos qué hicieron, tuvieron que ponerle sanciones a Corea del Norte porque o si no iban a perder el mercado norteamericano sobre todo el acero. Estados Unidos podrá presionar a China por un tiempo, pero ya China tiene un desarrollo siderúrgico que no se lo impide nadie, o sea que ya desplazó a las empresas norteamericanas del mercado.

Además, China ahora es la primera potencia económica mundial…

Es como decir ya tu perdiste en el juego, me quieres abandonar, pero no quieres abandonarme, porque por eso yo decía, es importante entender en qué momento estamos. Estamos en un momento de transición hegemónica, como las que ha habido a través de la historia. Recordemos la transición del impero británico. Se resisten a perder. Los imperios se resisten a caer pero tienen que caer. Mientras están dando coletazos, no quieren caer, es el pulseo. Cuando no van por la parte económica van por la parte militar porque quieren imponerse por la fuerza y se manifiestan en diferentes formas. En el comercio, por ejemplo, cómo se evidencia, Estados Unidos no lo hace por la vía multilateral sino por la vía bilateral. En las inversiones cómo lo va a hacer, mediante un acuerdo multilateral de inversiones donde imponga las reglas del juego. Por eso Estados Unidos va a la arena contra Corea del Norte y está fajado con Siria, busca hegemonía en lo político y en lo militar. ¿Cómo entender esas acciones?, ah porque está desesperado. Cuando un agente o un país están desesperados son capaces de cualquier cosa.

Hablemos un poco de la geopolítica de América Latina, región en la que China ha penetrado de manera contundente. Estados Unidos viene buscando borrar a China y para ello se inventó la Alianza del Pacifico. ¿En el esquema de Trump, la Alianza del Pacífico qué papel juega?

Es paradójico porque en el esquema de Trump, China tiene las de ganar en América Latina. Como Estados Unidos abandonó el TPP o Transpacífico dejó abandonados a países como Colombia y Chile, y por extensión a los países de la Alianza del Pacífico. ¿Ahora qué van a hacer, para dónde van a mirar? Entonces viene China y dice no se preocupen yo los voy a acoger y vamos a hacer una interacción con ustedes. Por eso es paradójico lo que está haciendo Trump. Él está apostándole a una cosa que puede salirle mal porque ese es un pulseo, a lo mejor fructifica lo bilateral, o no, porque son dos carriles: por un lado estás manejando a China, pero por el otro, China está extendiendo sus tentáculos.

Hay muchos países que antes no querían ver a China, por ejemplo, Japón, y ahora están pensando en hacer una integración. Hay países que antes estaban mirando al Transpacífico y ahora al sentirse desorientados, sin brújula, al sentirse abandonados, qué hacen, buscan quién los acoja. En medio de una crisis global, el barco se está hundiendo y de momento el bote que me va a salvar se fue, pero viene otro que me dice voy a salvarte, qué vas a hacer, porque el problema es el contexto.

Y en ese contexto, lo que se puede colegir de tu análisis es que la política económica de Trump está dando tumbos, no tiene horizonte…

Claro, no tiene horizonte, no tiene brújula, no tiene nada, es una política que está desesperada porque si se analiza la política económica completa de Trump, el rompecabezas no está fácil armarlo. Es una política que por un lado quiere aplicar una política proteccionista, nacionalista…

Que sería bueno, pero si fuera global…

Exactamente, y si tu tuviera la capacidad de hacerlo mundialmente. Y por otro lado, cree que todavía es el rey de la selva y ya no lo es. Trump cree que puede hacer esas cosas, como por ejemplo, retirarse de la OTAN. Si se va a salir pierde, por eso es que después recogió el cordel y dijo no, esperemos, yo no me voy de aquí, voy a apoyar a los países europeos. Se está dando una fuerte lucha por la hegemonía.

Eso es evidente, pues desde hace muchos años Immanuel Wallerstein pronosticó la declinación de Estados Unidos…

Efectivamente, eso no dura una época, eso a veces, dura siglos. Pero si hay un proceso de decadencia hegemónica. ¿Cuándo va a caer? Depende de muchos factores. Y es que además ser el hegemón del mundo tiene costos. Habría que preguntarse hasta qué punto China estaría en condiciones de asumir un papel de liderazgo hoy, si está en condiciones de hacerlo porque ser el hegemón del mundo significa muchas cosas. Tiene que ser el policía del mundo, el ejército del mundo y eso tiene costos.


Hablemos de tu país.  El discurso de Trump respecto de Cuba es que va a echar para atrás las medidas tímidas que adoptó Obama. ¿Ese anuncio ha quedado en bravuconada o ha tenido algún impacto para Cuba?

No, impacto aún no se puede medir. Si ha tenido impacto para Cuba en el sentido de que ha habido muchas inversiones, muchas empresas extranjeras que estaban invirtiendo en Cuba y una vez que Trump hace su discurso crea una especie de confusión y de incertidumbre. En esto de las inversiones extranjeras influye mucho la percepción. Muchas empresas españolas han dicho que Cuba es un buen negocio, pero en este momento han decidido parar sus planes de inversión, van a intentar mantenerse ahí pero no ampliar sus capacidades.

Es decir el anuncio de Trump respecto de Cuba, ¿ha tenido más un efecto sicológico?

Definitivamente, de expectativa, de confusión. El efecto ha sido sicológico en el sentido que ha generado confusión e incertidumbre tanto en Cuba como en Estados Unidos. El discurso de Trump es prácticamente a la retórica de la guerra fría y eso lógicamente caló en la percepción de todos los norteamericanos. El anuncio de Trump marca un retroceso en el proceso de normalización que había con Obama.  Trump va para atrás.

Pero Obama fue muy tímido, porque el bloqueo sigue…

Sí, el bloqueo siguió. Lo que Obama hizo fue aliviar el bloqueo, fue muy tímido, porque en definitiva siguió el obstáculo de comercio con Cuba, continuó el problema de que Cuba no puede utilizar el dólar norteamericano en sus transacciones financieras. Es decir, a pesar de que Obama dijo que había autorizado tato a las empresas norteamericanas como cubanas a utilizar el dólar, sencillamente se mantuvo esa prohibición.

¿Cómo evolucionan las relaciones de potencias emergentes como China y Rusia con Cuba?

Cuba ante un escenario tan hostil como el que enfrenta con Estados Unidos tiene que diversificar sus relaciones, la experiencia que descansábamos en un solo país ya la tuvimos con la desaparecida Unión Soviética. Aprendimos la lección en el sentido de que no se puede depender de un solo socio comercial. El 85% del comercio de Cuba estaba concentrado en la Unión Soviética, cuando se derrumbó. 

Ahora tenemos que ir a una diversificación de nuestros vínculos comerciales con potencias como China, Rusia, Brasil y con algunos países europeos también, además de Canadá, Venezuela y América Latina. Tenemos que buscar no solamente una perspectiva económica sino también geopolítica y de esta manera contrarrestar el poder de Estados Unidos en América Latina.

¿Tiene futuro una política económica socialista como la de Cuba en un mundo donde impera la globalización capitalista?

Ahí habría que distinguir dos cosas: ¿cuál es la política socialista que deseamos? Nosotros deseamos un socialismo o una política socialista donde no exista inversión extranjera, no existan ciertos nichos de desigualdad en Cuba, que a partir de todos estos cambios que se han venido dando en la economía mundial nuestro país ha tenido que aceptar determinadas cosas. Cuba ha tenido que introducir elementos de mercado a su economía que anteriormente creíamos incompatibles con el socialismo porque generaba lógicamente desigualdad, terminaba con la equidad social, y de alguna manera iba en contra del socialismo que nosotros soñamos o pensamos. Ese ideal a lo mejor no existe. Yo creo que se trata de hacer o diseñar el socialismo posible. En eso estamos cuando hablamos del proceso de actualización del modelo económico cubano. Lo que vamos actualizar es el socialismo.  ¿Qué significa eso?, ponerlo a tono con los tiempos.




  

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