sábado, 28 de marzo de 2009

NEOLIBERALISMO



AFIRMA EL EX MINISTRO ECUATORIANO ALBERTO ACOSTA

“EL BID HA SIDO FACTOR DE SUBDESARROLLO EN AMÉRICA LATINA”

POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ Y HERNÁN ONATRA

En desarrollo de sus 50 años de gestión, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), “no ha hecho más que fortalecer la vinculación sumisa de nuestras economías al mercado mundial y a la lógica de acumulación del capital y a los intereses de Washington”, sostuvo en Medellín el ex ministro y ex presidente de la Asamblea Constituyente del Ecuador, Alberto Acosta, quien participó de la Jornada de la Asamblea de los Pueblos.

Acosta es un reputado analista económico, comprometido con las causas sociales de su país. En el primer tramo del gobierno del presidente Rafael Correa se desempeñó como ministro de Energía y Minas, cargo del cual se retiró para hacerse elegir en como miembro de la Asamblea Constituyente, de la cual fue su presidente.

Actualmente está dedicado a su labor de catedrático universitario y es un referente en el análisis de los procesos alternativos que se vienen abriendo paso en América Latina. Con él dialogamos para el portal www.cronicon.net.


- ¿Cuál ha sido la reacción que ha originado tanto nacional como internacionalmente el informe de monitoreo que considera ilegítima la deuda externa del Ecuador, ordenado por el gobierno de Rafael Correa?

- El hecho de que el presidente Correa haya recogido los clamores de amplios sectores de la sociedad para realizar una auditoria de la deuda externa, fue un paso histórico que tiene que ser resaltado en su verdadera magnitud. Desde mucho tiempo atrás diversos segmentos de la sociedad venían pidiendo una investigación transparente, ética e independiente sobre el manejo de los recursos vinculados a la deuda externa. Y este reclamo social fue asumido por el presidente Correa, quien a partir de los resultados de este informe, abrió la puerta a varios procesos: uno, el proceso judicial en manos de la Fiscalía General del Estado ecuatoriano, instancia en la cual se están llevando adelante todas las investigaciones para establecer responsabilidades penales si es el caso y comenzar los juicios respectivos. El otro proceso, el que está asumiendo el gobierno al suspender el pago de los bonos Global a doce y treinta años. Lamentablemente no fue continuado con una suspensión de pagos de los bonos Global a quince años, los cuales sirvieron a su vez para pagar los bonos a doce años. De todas formas la decisión del gobierno ecuatoriano ha sido respaldada por amplios segmentos de la población del país, y no ha sido, como era de esperar, bien vista por quienes defendieron las negociaciones de la deuda externa que fueron los autores de la misma y tampoco por parte de los acreedores.

- ¿Qué impacto político cree que tenga la actitud asumida por el gobierno ecuatoriano de suspender una parte de su deuda externa en los sectores progresistas de América Latina?

- Hay que anotar que en distintos países en donde se va difundiendo la idea del resultado de la auditoria de la deuda externa ecuatoriana, la sociedad comienza a respaldar esta iniciativa y ojalá pronto en nuestra América y en los diversos países del mal llamado tercer mundo, le puedan dar paso a este tipo de procesos de auditoria de la deuda externa que ayudaría, como un primer ejercicio, a ir transformando este manejo pernicioso del endeudamiento publico.

- Usted ha señalado que la maldición de la abundancia de recursos naturales es un riesgo para la democracia, concretamente para América Latina. ¿Por qué?

- Nuestros países fueron especializados desde sus orígenes en la producción, en la extracción y en la exportación de recursos primarios. Hemos sido economías caracterizadas por algún tipo de producto: países de cafetaleros, petroleros, bananeros, camaroneros, floricultores, mineros, y no hemos sido países de inteligencia. El hecho real y cierto es que estas economías, excesivamente dependientes, que prioritariamente esperan resolver sus problemas con la exportación de recursos primarios, no han avanzado por la senda del desarrollo. Por el contrario, son economías que se caracterizan por sus prácticas rentistas, por las prácticas clientelares en lo social y que tienen, en su mayoría, regímenes o gobiernos autoritarios. Y en ese sentido los gobiernos que se nutren de este tipo de recursos, sobre todo petroleros y mineros, están buscando cada vez mayores ingresos, que da un efecto de voracidad, con lo cual provocan también en el resto de la sociedad enormes demandas que solo pueden ser satisfechas con mecanismos de clientelismo que son los que están limitando el funcionamiento de la democracia. En el caso de los países petroleros esto es muy notable desde hace muchas décadas, y lamentablemente esta vigencia de las economías rentísticas y de sociedades clientelares fortalecen las prácticas autoritarias que son las que van minimizando las bases de la democracia misma.

- ¿Usted considera que la crisis del modelo neoliberal es una crisis cíclica del capitalismo o es una crisis sistémica?

- Yo creo que estamos frente a una crisis sistémica. Es una crisis propia del sistema capitalista que está dentro de los ciclos de auge y evolución del propio capitalismo. Pero en la actualidad es una crisis que, además, avanza con múltiples facetas. No se puede creer que estamos solo frente a un problema de fluctuación financiera que empezó en el ámbito del mercado inmobiliario. No. Eso es una parte, es apenas una visión superficial del tema. Es una crisis también de superproducción y simultáneamente, una crisis energética, una crisis ambiental, una crisis alimentaria y una crisis ideológica. Sin embargo, no me atrevo a decir que estamos ya en la etapa terminal, en la fase de putrefacción, como se decía hace cien años, del sistema capitalista. El capitalismo ha demostrado ser muy vital y muy dinámico, pero a la vez muy inestable. Lo que si es real y cierto es que la visión neoliberal del mercado céntrico, se está derrumbando y creo que es preciso estar atentos para dar un paso, no solo en la incorporación de nuevos parches al sistema, sino de hacer profundas transformaciones al mismo que ojala nos den una salida civilizada.

- ¿Qué ha representado en estos cincuenta años el BID para América Latina?

- Es una pregunta muy interesante por lo urgente e indispensable de plantearnos ahora, cuando después de medio siglo el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) pretende celebrar su existencia. Yo me pregunto si puede el BID celebrar con tranquilidad su existencia en América Latina cuando existen todavía 184 millones de pobres, de los cuales 68 millones se encuentran en extrema pobreza. Un banco que se planteó como objetivo el desarrollo debería estar, por el contrario, muy preocupado lamentándose por no haber podido contribuir a resolver los problemas de la pobreza, de la salud, de educación. Por otro lado, este banco debería preguntarse si no fue un actor fundamental para que contribuyera a una mayor concentración de la riqueza en muy pocas manos. El 10% de los más ricos de la población supera en más de 20 veces, en términos de ingresos, al 40% de los más pobres de nuestra región. Eso sucede. Y en mi país ha llegado en algunos casos a diferencias mucho más abismales. La pregunta que debemos hacernos, y que debía haberse hecho la gente del BID es si fueron actores del desarrollo o actores del subdesarrollo. Y yo creo, por lo contrario, que definitivamente han sido más actores del subdesarrollo que actores del desarrollo.

- ¿Y los proyectos de desarrollo de infraestructura que ha financiado el BID nos han dado el resultado esperado?

- Podríamos revisar muchísimos proyectos, miles de proyectos financiados por el BID, y observar cuántos de esos proyectos se cumplieron realmente a cabalidad, cuántos de esos proyectos dieron pasos a una serie de proceso de corrupción, cuántos de esos proyectos ahondaron la deuda social y la deuda ecológica, cuántos de esos proyectos estuvieron en contra de los intereses de las mayorías. Y los ejemplos son múltiples, no creo que tengamos el tiempo para mencionarlos. Pero adicionalmente no solo analicemos el tema del BID, en tanto financista de proyectos aislados, sino en tanto gestor de pensamiento, conceptos y políticas. Cuál ha sido el papel del BID con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), sus hermanos mayores, para poder afirmar e impulsar las políticas del Consenso de Washington, que es uno de los causantes principales de la actual crisis del sistema capitalista. Buscando la crisis más allá de lo sistémico y estructural, las propuestas de desregulación, de privatización, de aperturismo, son responsables de los problemas dolorosos que viven la sociedad en América Latina y en el mundo. Yo añadiría otro elemento de reflexión ¿En cuántas ocasiones el BID estuvo atento para atender las demandas de crédito de los gobiernos autoritarios y democráticos? Y ¿Cuántas veces frenó los créditos a proyectos políticos democráticos? Entonces, en ese contexto debemos anotar un punto que es clave, y es el tema de si la misión real que cumple un banco de esta naturaleza es el de promover el desarrollo de los pueblos de las Américas, o simplemente está es para entregarlo, de manera sumisa, al capital transnacional. Yo creo que ha sido lo segundo. El ejemplo más claro es el hecho de que el BID ha impulsado los proyectos en el marco de la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Sudamericana (IIRSA), que es aquella vinculación regional de nuestros recursos naturales, de nuestra biodiversidad, de nuestras fuentes principales de agua y en función de las demandas de acumulación del capital transnacional, en función de los intereses de Washington. El saldo, como podemos ver entonces, es definitivamente negativo para el BID y en lugar de realizar un proceso de festejo, debería de organizar un proceso de mea culpa, para de una manera clara y precisa buscar una respuesta, sea a su cierre definitivo o su reconvención integral para tener una nueva estructura financiera al servicio de los pueblos y no de las transnacionales. El BID, lo mínimo que debió hacer hace rato, es someterse a una auditoria de la sociedad de nuestros países. Recodemos que el BID, el FMI y el BM, no están sujetos a ningún control democrático. En esas condiciones terminan transformándose en simples sirvientes del capital transnacional.

- Desde el Polo Democrático Alternativo (PDA) vemos con mucho entusiasmo el proceso que se vive en Ecuador, su país, del cual usted ha sido protagonista como presidente de la Asamblea Constituyente y como Ministro de Energía y Minas en la primera etapa del gobierno del presidente Correa ¿Se podría decir que la izquierda en America Latina esta generando un nuevo sujeto político e histórico para presionar, a través de los gobiernos progresistas, un verdadero modelo económico de desarrollo?

- Lo que creo es que estos procesos no se explican por un nuevo sujeto político, sino por el trabajo realizado por una serie de sujetos políticos a lo largo de la historia, sobre todo reciente, en países como Ecuador. Yo diría que es un sujeto político en plural, son sujetos políticos. No hay un actor preponderante y en Ecuador, por ejemplo, todo lo que se viene haciendo se ha dado gracias no solo al liderazgo del presidente Correa, que es indudable, pero había ya de mucho tiempo atrás un proceso en marcha de los pueblos y nacionalidades indígenas; de los grupos afroecuatorianos; de campesinos y habitantes de las ciudades; personas que estaban vinculadas a la academia o el sindicalismo; ecologistas; estudiantes; y amplios segmentos de la población ecuatoriana que se habían puesto en marcha para crear las condiciones que luego facilitaron este proceso de revolución ciudadana en mi país. Y en otras partes ha sido algo similar. Para ponerlo en términos más sencillos, las nubes ya estaban cargadas, el presidente Correa no asoma como relámpago en le cielo despejado. Y es un tema medular para comprender la validez de estos procesos y lamentablemente hace rato el propio presidente Correa no entiende, no capta, que esa realidad es la que le permitió llegar al frente del gobierno en el momento actual. Él cree que él y su movimiento en forma aislada son los que consiguieron los triunfos. Yo no minimizo el esfuerzo, ni de Correa, ni de Acuerdo País, pero no es cierto que eso se dio de la noche a la mañana. A futuro la gran tarea es, para este gobierno de Ecuador y para el resto de gobiernos de América Latina, llevar adelante estos procesos con mucha coherencia y volviendo, una que otra vez, a sus bases. Mandar obedeciendo a las bases que son las que permitieron el surgimiento de estos procesos. Este es el gran reto que tenemos en América Latina. Solo así podemos ir desmontando de manera sistemática y coherente, la larga noche neoliberal. Solo así podemos ser nosotros sujetos de credibilidad y sujetos de cambio.




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