lunes, 4 de mayo de 2009

COLOMBIA


AFIRMA EL INVESTIGADOR CATALÁN VICENÇ FISAS

“EN COLOMBIA NO SE PUEDE HABLAR DE SEGURIDAD DEMOCRÁTICA CUANDO HAY CRÍMENES DE ESTADO”

POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ

En un país como Colombia, “donde se presentan cosas como los falsos positivos, en los que está implicada la propia fuerza pública, donde hay desapariciones, existe paramilitarismo y se dan fenómenos como la parapolítica, de ninguna manera puede afirmarse que existe Seguridad Democrática”, sostuvo en diálogo con CRONICÓN.NET, el director de la Escuela Cultura de Paz de la Universidad Autónoma de Barcelona, Vicenç Fisas.

Según el destacado experto catalán en temas de resolución de conflictos y titular de la cátedra de la Unesco sobre Paz y Derechos Humanos, la única salida que tiene Colombia para enfrentar su conflicto interno es la negociada, porque las experiencias en el mundo indican que “el péndulo de la guerra se está moviendo hacia la paz”.

Según su análisis, en el conflicto interno colombiano, “hay señales de humo por parte de la guerrilla ante el cambio de lenguaje, y porque además, los inamovibles se han ido flexibilizando”.

Al señalar que en el acontecer mundial “los conflictos ya no se resuelven por la vía militar” y que actualmente el 75% de los mismos se encuentra en proceso de negociación, el investigador catalán señaló que Colombia debe allanar una salida política. “En buena hora –agregó-, la sociedad civil a través de organizaciones como Colombianas y Colombianos por la Paz está impulsando una solución negociada al conflicto”.

Pero para concretar un proceso de diálogo se requiere, dijo, de “una agenda de transformación para el futuro porque los diagnósticos ya están hechos. Y esa transformación debe partir de la sociedad y no del establecimiento”. Para ello, recomendó, buscar apoyo internacional.

“El protagonista para apoyar un proceso de paz en Colombia va a ser América Latina”, sentenció.

Estimó, igualmente, que la solución a la confrontación interna de este país “no puede ser a lo africano, es decir, el reparto del botín político”. Por el contrario, dijo, buena parte de la salida está en que “Colombia debe transformarse para lograr ser una democracia real”.

Fisas desestimó “las listas de grupos terroristas que manejan tanto Estados Unidos como la Unión Europea porque son un obstáculo para iniciar negociaciones” con grupos guerrilleros como las Farc y el ELN en el caso colombiano.

INVERSIÓN MILITAR FRENTE A DESARROLLO HUMANO

El analista internacional, estuvo recientemente en Bogotá en el lanzamiento de su libro Anuario procesos de paz 2009, una publicación que analiza los conflictos armados en el mundo en los que hay procesos exploratorios, incipientes o estancados de negociación que buscan poner fin a la violencia y a la lucha armada. Aprovechamos esta oportunidad para dialogar con él.

- El Estado colombiano está destinando algo más del 6% de su producto interno bruto al componente militar. ¿Esto no terminará agravando aún más la confrontación interna en el país?

-Es como una consecuencia inevitable del estado de la situación. Evidentemente lo más preocupante es que esto quita recursos para inversiones que el país necesita en un momento de crisis que va a afectar de manera dolorosa también a Colombia. Esta alta inversión militar debe servir de reflexión sobre lo absurdo de la situación y de acicate para encontrar una solución negociada que ponga fin a tener un pie de fuerza tan enorme.

-Entre seguridad pública y privada en Colombia se está dedicando el 1% de su población. ¿Esta circunstancia puede colapsar la situación social del país?

-El fenómeno de seguridad de empresas privadas está ocurriendo en muchos países de América Latina, lo cual es una desgracia porque es un síntoma de un porcentaje alto de personas dedicadas a la delincuencia, la cual está relacionada con la pobreza, falta de oportunidades y falta de equidad. En la medida en que haya un desarrollo humano y justo, un país con transparencia, control público, y buena gobernabilidad, disminuye el porcentaje dedicado a seguridad, por lo tanto hay una relación directa entre lo uno y lo otro.

-En Bogotá se vienen enfrentando los fenómenos de inseguridad con una estrategia denominada Seguridad Ciudadana que asume el problema desde un todo, es decir, al lado de la represión del delito está el componente de la inversión social para procurar desarrollo social. ¿Qué opinión le merece esta política pública?

-He estado analizando todos los programas que en Bogotá están en marcha en materia de seguridad y considero que es una alternativa a lo que en Colombia llaman Seguridad Democrática. Creo que la Seguridad Ciudadana es un concepto más próximo a la gente porque está vinculado a sus problemas reales y busca darles solución, lo cual es ejemplar.

-¿Y qué concepto tiene de la Seguridad Democrática?

-Primero debo decir que yo no creo en el concepto de Seguridad Democrática que se aplica en Colombia. Hasta hace un tiempo había un tratado de Seguridad Democrática que se desarrollaba en Centroamérica y que se aplicó por espacio de 20 años. Hablar de este tipo de seguridad en un país donde se presentan cosas como los falsos positivos, en los que está implicada la propia fuerza pública, donde hay desapariciones, existe paramilitarismo y se dan fenómenos como la parapolítica, de ninguna manera puede ser democrática. Y tampoco podemos hablar de democracia en Colombia, por eso esta nación necesita de un revolcón muy profundo en el ámbito político. Los partidos tienen que sacarse de encima la corrupción y la vinculación con los paramilitares y los narcotraficantes. Por eso hablar de Seguridad Democrática no tiene sentido.

- ¿La situación colombiana respecto del conflicto interno está empantanada?

- Por el momento hay señales de humo y esto debe servir para tomar medidas audaces no dentro de año y medio, sino ya, dentro de un mes o mes y medio. En este periodo pueden darse acciones audaces tanto del gobierno como de la guerrilla para ambientar un proceso de conversaciones.

-¿Qué tipo de medidas audaces, por ejemplo?

-La guerrilla debe escuchar el mensaje muy claro de la población: liberen a todos los secuestrados, pero no a cuenta gotas sino todos de una vez. Y el gobierno debe tener mayor flexibilidad para entender que no puede imponer actos unilaterales sino que deben ser bilaterales.

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