miércoles, 21 de diciembre de 2011

ARGENTINA


ENTREVISTA CON EL SOCIÓLOGO ARGENTINO HORACIO GONZÁLEZ


MODELO ECONÓMICO IMPULSADO POR CRISTINA DE KIRCHNER BUSCA CONTRAPONER EROSIÓN QUE PRODUJO EL NEOLIBERALISMO EN ARGENTINA



POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ



Con el claro propósito de profundizar el modelo económico iniciado en 2003 por el entonces presidente Néstor Kirchner, cuyo fundamento es doblar la terrible página de los inmensos costos sociales e institucionales que generó el neoliberalismo en Argentina durante los gobiernos de la dictadura y de los mandatarios Raúl Alfonsín, Carlos Menem, Fernando de la Rúa y Eduardo Duhalde, el pasado 10 de diciembre reasumió para un nuevo cuatrienio en la Casa Rosada, la mandataria Cristina Fernández de Kirchner.


Para ahondar sobre los alcances socioeconómicos y políticos del modelo kirchnerista, el Observatorio Sociopolítico Latinoamericano WWW.CRONICON.NET, entrevistó en Buenos Aires al sociólogo, docente universitario y ensayista, Horacio González.


Considerado como un agudo analista de la realidad argentina y latinoamericana, González es actualmente el director de la Biblioteca Nacional e integra Espacio Carta Abierta que reúne a intelectuales simpatizantes del gobierno de Fernández de Kirchner.


MODELO PARA HACE MÁS PRECISA LA VÍA REFORMISTA



- En esta última etapa política de Argentina ha sido muy común hablar del propósito del nuevo gobierno de Cristina Fernández de Kirchner de “profundizar el modelo”. ¿Qué alcance tiene esta expresión?


- En primer lugar es una frase optimista de este gobierno que ha tenido éxito electoral reiterado y que la utiliza para trazar sus metas futuras. La idea de profundización proviene de las izquierdas, de la socialdemocracia, de los procesos democráticos en general, es una metáfora en relación a hacer más preciso aún la vía reformista. Dicho en términos más específicos, cuando se habla de modelo en Argentina se alude a una fuerte intervención estatal en la vida económica del país, equilibrando lo que en los años pasados fue la erosión que produjo el neoliberalismo en las empresas públicas debido a que prácticamente desmanteló el sistema industrial, afectando muy negativamente la mediana y pequeña empresa. En ese sentido, la idea del modelo supone una política exportadora e industrial, fortalecimiento del mercado interno y, al mismo tiempo, una fuerte apuesta científico-tecnológica para abrir al país a la corriente mundial de la economía. Ese es un poco la ambigüedad que tiene la idea del modelo. Ambigüedad necesaria e interesante también: fuerte apertura internacional en lo científico-tecnológico y restricción desde el punto de vista de custodia de los procesos específicos del mercado interno y eso sin intervención del Estado no se puede hacer. En los últimos tiempos la Nación se ha hecho cargo de empresas que fueron privatizadas como Aerolíneas Argentinas y la petrolera YPF, así como pasaron al control estatal los fondos de pensiones, son todos movimientos de construcción de un espacio público más que estatal que forman parte de lo se llama el modelo. No es que a mí me guste especialmente esa expresión, pero cierra un poco la idea de lo que ambiciona hacer un gobierno reformista que seguirá este trazado de las acciones de construcción de espacio colectivo en lo político.


- ¿En materia cultural que es su área, que aportes hace el modelo político y económico que impulsa el gobierno kirchnerista?


- Dentro de este modelo yo postulo un énfasis en lo científico-tecnológico industrialista acompañado de fuertes políticas culturales que tengan en cuenta la inclusión social, pero al mismo tiempo tiene en cuenta la alta cultura, el lenguaje público, el lenguaje íntimo, que toma la cuestión de la lengua social como aspecto primigenio y relevante.


- ¿Qué destacaría en cuanto al desmonte del “pensamiento único” en Argentina?


- Todo lo que ha hecho este gobierno es desmontar las piezas del pensamiento único tal como aparecía en los años 90: el Consenso de Washington y todo lo que implicó el arrasar con la fuerza pública del Estado. Este gobierno lo que ha hecho es apartarse claramente de ello en consonancia con otros gobiernos de Latinoamérica en el sentido de la creación de Unasur que es un gran logro de Néstor Kirchner, quien fue uno de los primeros en impulsarla; el apoyo decidido a Mercosur que se mantiene como una fuerza constructiva colectiva, al mismo tiempo las reuniones que se hicieron en Argentina que permitieron hacer fuertes acuerdos con Ecuador, Bolivia, Venezuela, y generar también grandes unidades en la diversidad al hacer una apertura con los gobiernos de Chile y Colombia con los cuales no concuerda ideológicamente, lo que revela lucidez y realismo. Este gobierno ha enfatizado una Unasur más ligada a las experiencias renovadoras como la de Lula y la de Chávez pero con visión inclusiva y estratégica, capaz de crear grandes unidades aún en la diversidad.


- ¿En materia de política públicas respecto de cultura popular que destacaría de este gobierno?


- Destacaría algo que puede no tener directamente que ver con cultura popular sino con la economía de la cultura. Durante los dos últimos gobiernos es el periodo en que ha habido mayor inversión en la cultura de Argentina. Está lleno el país de construcciones culturales en la Universidad y también en los centros de todo tipo. Para destacar está el Museo del Libro y de la Lengua así como la puesta en marcha de una serie de museos. Hay que señalar que la inversión no es la única dimensión de una política cultural, por lo que ahora el debate que viene en estos cuatro años de gobierno es la posibilidad de anudar de una manera más imaginativa las corrientes de vanguardia de la cultura con las corrientes populares que deben retroalimentarse mutuamente.


- Usted ha hablado del reto que tiene la Argentina de la unidad nacional. ¿Cómo entiende usted este concepto de unidad nacional?


- Lo tengo como un concepto que tiene sus problemas por eso parto de la política como conflicto, del reconocimiento de las fisuras que tiene la sociedad y el modo de hacer creativa la construcción de consensos. No consenso en abstracto sino uno que surja de la lógica creativa del conflicto. Por eso la noción de unidad nacional debe acompañarse con el hecho de no considerar lo abstracto, es decir, una imposición del Estado, un proceso por encima de las clases sociales, un intento de sabotear el conflicto, en ese sentido creo que la proposición de unidad nacional que hace el gobierno está ligada a una sociedad dinámica que está en conflicto y en antagonismo permanente.


- ¿Desde esa óptica usted también ve el panorama de Américas Latina en un conflicto permanente?


- Sí, la sociedad democrática se funda en el conflicto y no a la inversa, es decir, la forma democrática no es una proposición consensual inerte que expulsa el conflicto, por el contrario bebe del conflicto permanente para ver sus metas creativas y para crear horizontes de conjunción y de trabajo en común de muchas fuerzas sociales. Pero este horizonte en común no significa sino versiones más imaginativas del conflicto.

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