domingo, 17 de noviembre de 2013

GLOBALIZACIÓN

ENTREVISTA CON EL PERIODISTA CATALÁN RAFAEL POCH-DE-FELIU

AMÉRICA LATINA ES LA REGIÓN QUE GEOPOLÍTICAMENTE MÁS PUEDE SINTONIZARSE CON CHINA




POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ

Invitado por la Contraloría General de la República de Colombia a participar como expositor en el Seminario Internacional Política rural: riesgos, retos y perspectivas que recientemente se llevó a cabo en Bogotá, el periodista catalán, especializado en temas europeos y asiáticos, Rafael Poch-de-Feliu consideró el proceso económico de China como un paradigma en la actual crisis global.

Según su análisis, “no hay en el mundo un país que reúna de una forma tan aguda y tan concentrada todas las contradicciones de la mundialización, los problemas de recursos de sostenibilidad como se presentan en China”, por lo que si logra salir adelante será un paradigma de verdadero desarrollo.

Aprovechando su presencia en Bogotá, el Observatorio Sociopolítico Latinoamericano WWW.CRONICON.NET dialogó con él sobre el liderazgo cada vez más creciente del gigante asiático en la geopolítica internacional, la crisis económica de Europa y la catástrofe social en que ha caído España, hoy gobernada por una mafia política de ultraderecha que ha profundizado el criminal modelo neoliberal.

Poch-de-Feliu nació en Barcelona y tiene una amplia experiencia periodística. Fue corresponsal en Europa del Este, en la Urss/Rusia y en China. Actualmente es corresponsal en Berlín del diario La Vanguardia de Barcelona. Antes fue corresponsal en España del diario alemán “Die Tageszeitung”, colaborador de la edición española de “Le Monde Diplomatique”, redactor de la agencia alemana de prensa DPA en Hamburgo. Ha escrito tres libros sobre Rusia, uno sobre China que lleva por título: “La actualidad de China. Un mundo en crisis, una sociedad en gestación”. Su último trabajo bibliográfico se llama “La quinta Alemania. Un modelo hacia el fracaso europeo. (2013).

EL AMOLDAMIENTO DE CHINA A LA GLOBALIZACIÓN




-          ¿Considera que con la emergencia geopolítica de China, en el caso de América Latina surge un proceso de bipolaridad frente a la potencia Norteamericana?

-          Bipolaridad quizá es una palabra muy grande, muy pretenciosa. En el caso de Latinoamérica yo no tengo una opinión formada, en lo que respecta a África la bipolaridad es modesta, pero existe en el sentido de que ahora hay otro polo al cual venderle las cosas y ya no hay un monopolio. Además, China no pone condiciones políticas en sus relaciones comerciales y económicas lo cual es interesante, se atreve a hacer obras en países desahuciados como es el caso de Sierra Leona o República Democrática del Congo. Ahora, yo quizá no iría tan lejos como para afirmar que hay elementos de alternatividad en la presencia comercial de China en estos países. De bipolaridad si la hay porque la hegemonía norteamericana tiene que hacer sitio a este país grande que emerge en una posición bastante débil todavía en la globalidad, una globalidad que no inventó China sino que la inventaron y controlan los países occidentales más importantes, China se ha amoldado a esta globalidad con cierta habilidad y ese es su éxito. Precisamente administrar con habilidad una posición débil dentro de la globalidad.

-          Su conferencia en este foro convocado por la Contraloría General de Colombia lleva por título: Mucha gente, poca tierra. El paradigma chino en la crisis global. ¿Por qué es un paradigma el proceso chino?

-          Porque probablemente no hay en el mundo un país que reúna de una forma tan aguda y tan concentrada todas las contradicciones de la mundialización, los problemas de recursos de sostenibilidad como se presentan en China, entonces es un paradigma en el sentido de que si logra resolver su vía de desarrollo basada en la crematística, en la combustión de combustibles fósiles para la producción de riqueza, si esta gran nación con todas las dificultades objetivas que tiene logra afirmar una vía de desarrollo sostenible, quiere decir que todo el mundo podrá hacerlo realmente porque nadie lo tiene más difícil que China.

-          ¿Cómo se podría definir el proceso político económico de China? ¿Una combinación de capitalismo salvaje y de régimen comunista en lo político?

-          Los ismos nunca han casado muy bien con China. Yo hablaría más que  de comunismo de capitalismo, capitalismo rojo o comunismo “capitalistoide”, formulas estrambóticas que se dicen. Yo hablaría de un modelo chino, de una vía china, y esa vía china tiene una lógica profunda que es la de salir del hoyo, de un país en desarrollo que quiere salir del agujero. Eso en los años treinta pasó por el comunismo, cuando el comunismo era percibido en el mercado de las ideas mundiales de aquella época y China compró entonces aquello. En los años setenta, después de la muerte de Mao, parecía que cierta economía de mercado era más exitosa, lo veíamos en los tigres asiáticos, todos los países que rodean a China y por la misma razón por la que en los años treinta y  cuarenta se compró el comunismo, en los años ochenta y noventa China compra la economía del mercado. Pero ambas operaciones de compra están unidas por la misma lógica, que es la idea de afirmar una China fuerte y próspera. Ese es un poco el impulso de los agentes chinos, por muy contradictorio que sea, desde el punto de vista del modelo chino es menos contradictorio de lo que parece.

-          ¿Europa y América Latina se están  familiarizadas con el proceso de emergencia de China? ¿Aún existe desconocimiento de este fenómeno por parte de  los dos continentes frente al gigante asiático?

-          América Latina y Europa son diferentes. Europa forma parte del centro mientras que América Latina está en una posición que históricamente puede sintonizar más con la posición china anticolonialista, con lo que es la tradición china. Yo creo que en general se conoce poco a China, pero las exportaciones, el papel creciente que China tiene en la vida europea, por ejemplo, en Alemania con la tremenda dependencia que empieza a tener con respecto a las exportaciones chinas hace que comprendiéndola o no tengan que tomarla en serio. La época en que China era un país allá al fondo a la derecha ha pasado a la historia realmente. No se puede ignorar a China. Pero sí que se la puede rodear, cercar y hacer todo tipo de perradas posibles para evitar lo que es la obsesión histórica de Occidente: que surja otro polo que domine el mundo. La obsesión occidental en este mundo de hoy es la del dominio, la del poder. Sí no mandamos nosotros mandaran otros y esos otros obligatoriamente harán lo mismo que hemos hecho nosotros. La idea que pueda haber de un nuevo poder emergente no tan obsesionado con el dominio mundial o con la hegemonía mundial es bastante extraña.

EUROPA VA CAMINO AL FRACASO

-          Cambiemos de tercio y hablemos un poco de Europa que atraviesa por una difícil situación económica, en gran medida por sus políticas neoliberales que dieron al traste la política de estado de bienestar. En su último libro La quinta Alemania, un modelo hacia el fracaso europeo, sugiere que el modelo  impuesto por este país a Europa va camino al fracaso, ¿por qué?

-          Sí, va camino al fracaso y esto no es una discusión ideológica sino que es empírica, o sea la receta que Alemania propone a Europa se basa en la posteridad, es una receta de planteamiento neoliberal, intenta solucionar el problema con las mismas recetas, los mismos medios que produjeron el problema y esa receta de austeridad encaminada a reducir las deudas de los países no está reduciéndolas sino que las está incrementando y a partir de esta realidad hay poca discusión. Pero lo que es muy desintegrador para lo que se llama el proyecto europeo, para la Unión Europea, es el hecho de que un país imponga a los 27 restantes o a gran parte de ellos su voluntad, eso no tiene nada que ver con el contrato social que algún día nos vendieron a los europeos para comprar la Unión Europea y lógicamente esto en la historia de Europa acaba conduciendo a un tipo de rebelión, las naciones contra aquella nación que intenta imponerse. Además, Alemania no tiene la fuerza suficiente, representa alrededor de un treinta por ciento de la economía de la eurozona como para afirmar una hegemonía comparable a la que Estados Unidos ejercía a todo un continente después de la Segunda Guerra mundial, cuando su economía era más fuerte que la de todos sus socios sumados.

-          ¿Podemos colegir con ello que la concepción filosófica eurocentrista y el proceso de Unión Europea están mandados a recoger?

-          Si mira las estadísticas ahora, el prestigio de la Unión Europea sobre todo en los países más preeuropeos que había que eran los del sur ha caído radicalmente. Hay un nivel de descontento enorme, entonces nadie quiere pertenecer a un club en el que tu soberanía nacional es arrasada,  donde tu Constitución es modificada en 24 horas por unas órdenes que se han elaborado en Berlín o en Bruselas sin ningún tipo de procedimiento democrático, esto es una especie de dictadura y sobre esto es muy difícil creer en un club basado en esos términos.

-          ¿Pero eso es consecuencia del neoliberalismo a ultranza?

-          Por su puesto, claro.

ESPAÑA Y LA IMPOSIBILIDAD DE PENSARSE A SÍ MISMA




-          Ahora hablemos un poco de España. ¿Usted es catalán o español?

-          Bueno, yo pertenezco a esa parte de catalanes que tienen una identidad doble o triple.

-          La pregunta es porque la España de ese partido conservador y neoliberal que es el Socialista Obrero Español al que sucede en el gobierno una mafia política llamada Partido Popular implosionaron ese reinado de Juan Carlos I de Borbón y lo que se observa es la reacción de los catalanes que buscan la separación de España…

-          Es un fuerte impulso independentista nuevo.

-          ¿Por qué?

-          Yo creo que contiene realidades diferentes, incluso contradictorias, por ejemplo diría que es el deseo de las élites catalanas que han tenido que acometer políticas neoliberales en Cataluña muy impopulares, de  recorte de sanidad y educación que han planteado este tipo de independentismo. Otro es el ansia popular, perfectamente legítima de amplios sectores de la sociedad catalana desencantados un poco con lo que ha sido la transición española y que a partir de la lectura independentista quieren reformular el pacto con Madrid. Reformularlo en muchas direcciones, en lo social firmando el derecho a decidir. Esta fórmula del derecho a decidir es muy interesante porque abre campos para la izquierda en cuanto al derecho a decidir el modelo de sociedad que queremos, el derecho a decidir no solo en nuestra relación con España sino también qué sanidad, qué educación queremos, etc. Entonces ese independentismo puede tirar para un lado o para otro. Puede tirar hacia el lado en que la élite catalana o parte de ella no ha querido conducir, un poco cómo ir hacia adelante ante problemas de recorte social, o puede conducir hacia la refundación ciudadana del consenso social. Si este segundo escenario  fuera el caso pues estaríamos ante un movimiento interesante que si se repitiera a nivel de España y a nivel de Europa nos daría la clave a la salida de esta crisis.

-          ¿La Constitución española del 78 se quedó corta respecto de las autonomías?

-          Sí, se ha convertido en una especie de fetiche, de vaca sagrada y realmente cuando se confeccionó en el año 1978 teníamos un ejército golpista que amenazaba con dar un golpe si se pasaban determinadas líneas rojas, hoy ese impedimento ya no existe entonces es el momento de replantear el pacto. ¿Por qué no? Si la mayoría de los catalanes quieren más autonomía, aunque tienen mucha, si quieren más todavía, ¡por qué no! Los vascos también. Si España es incapaz de pensarse a sí misma como una nación de naciones, que es lo que ha sido siempre, en realidad aunque políticamente nunca lo haya admitido y haya sido un Estado centralista por la fuerza, bueno pues es el momento de cambiar este estado de cosas.

-          Con un bipartidismo dominante representado por un lado por el PSOE con representantes neoliberales de la talla de Felipe González y Rodríguez Zapatero, y por el otro con una mafia política ultraconservadora y ultramontana como el PP, ¿cuál es la alternativa para España?

-          La única alternativa seria crear nuevas cosas políticas desde abajo que es lo que se está haciendo, nada más que se está haciendo muy despacio. Por ejemplo, en Cataluña están cambiando algunas cosas, pero en otras partes de España las cosas están mucho más verdes.

-          ¿EL 15M no es una esperanza?

-          Lo fue, pero parece que se ha desinflado como una burbuja de jabón que explotó. Ha sido a todas luces insuficiente, es decir, yo siempre afirmo que si hubiéramos tenido dos o tres Grecias en Europa, la cosa habría cambiado. Grecia celebró 17 huelgas generales en dos años, nosotros en España hicimos apenas una. Grecia no solo hizo esa protesta sino que además fue capaz de consolidar una fuerza política de izquierda que pasó de un 8% a una de 30%. Eso no ha pasado en España, no ha pasado en Portugal.

-          ¿Qué falta?

-          No sé, yo creo que falta trabajo, compromiso, faltan los ingredientes, concientización de un movimiento ciudadano, no basta con reunirse en las plazas y agitar las manos y decir esto no es democracia, hay que ir mucho más allá, es mucho más serio. De momento lo que hemos constatado es que les ha bastado y sobrado con la guardia municipal, con la policía de barrio.

AMÉRICA LATINA, UNA REGIÓN ENVIDIABLE

-          ¿Cómo ve desde Berlín y desde Europa la irrupción de resistencias en América Latina? ¿Cuál es la percepción que tiene?


-          La percepción que tengo es la de un continente vivo, que se mueve, probablemente el único continente del mundo donde lo social está ahí, y están pasando cosas y están planteando cosas, con todas las insuficiencias que queramos, pero todo el eje bolivariano, el Mercosur, las nuevas televisiones, los nuevos movimientos sociales, el debate que se está viviendo ahora mismo en Colombia, el movimiento campesino, son cosas que nos hablan de un continente vivo. Realmente es envidiable.


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