lunes, 9 de mayo de 2016

SOCIALISMO DEL SIGLO XXI

ENTREVISTA CON PAOLA CABEZAS, DIRIGENTE DE ALIANZA PAÍS Y  GOBERNADORA DE LA PROVINCIA ESMERALDAS EN ECUADOR

“LA IZQUIERDA LATINOAMERICANA TIENE EL RETO DE GENERAR CONCIENCIA SOCIAL E IDEOLOGIZACIÓN EN LOS CIUDADANOS”



POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ

Frente a la manipulación de la derecha que a través de sus monopolios mediáticos y sus cuantiosos recursos económicos no solo ejerce manipulación neurolingüística en las sociedades sino guerra económica para desestabilizar a los gobiernos progresistas de la región, en lo que en la actual coyuntura se conoce como el proceso de restauración conservadora en Latinoamérica, la dirigente del movimiento Alianza País que lidera el presidente de Ecuador, Rafael Correa Delgado, y gobernadora de la provincia de Esmeraldas, Paola Cabezas Castillo, afirma que  el reto de la izquierda es el “de generar un proceso de casi evangelización” política y de conciencia social porque el ciudadano está desideologizado.

La gobernadora Cabezas Castillo participó como expositora en el seminario internacional organizado por el Foro de Sao Paulo para analizar los avances del proceso de paz en Colombia que se realizó recientemente en Bogotá y el Observatorio Sociopolítico Latinoamericano www.cronicon.net la abordó para auscultar su opinión respecto de los avances del gobierno del presidente Correa en Ecuador; la feroz ofensiva de la derecha ecuatoriana aliada con sectores de ultraizquierda; y los efectos del conflicto armado colombiano en su provincia, Esmeraldas, localizada en la costa noroccidental ecuatoriana.

ALIANZA PAÍS FRENTE A LOS INTENTOS DE RESTAURACIÓN NEOLIBERAL

-       Se cumplen diez años de la Revolución Ciudadana del presidente Rafael Correa con unos éxitos cuantitativos y cualitativos evidentes, sin embargo arrecia la oposición desestabilizadora de la derecha con la complicidad de la ultraizquierda. Teniendo en cuenta esos dos factores: uno, el avance sustancial en Ecuador en el ámbito socioeconómico y político; y dos, el proceso de desestabilización; ¿cuál podría ser el punto medio que podrías hacer de estos 10 años del gobierno del presidente Correa?

-       Creo que los logros están a la vista y sobre todo en estos diez años se entendió que gobernar era beneficiar a las mayorías, pero gobernar para las mayorías es tocar intereses de las minorías que son los que manejan los capitales, la banca, los medios de comunicación, y eso es lo que hoy configura el proceso de desestabilización que no solamente vive Ecuador, que están viviendo gobiernos progresistas que han entendido que la equidad y justicia social pasa también por tomar decisiones que a veces son dolorosas, pero no dolorosas para el pueblo, cuando el pueblo puede tener salud, educación, cuando puede contar con un proceso político en el que se siente identificado, pues obviamente esto marca la cancha. En este momento que vive el Ecuador frente a la restauración conservadora, estamos hablando de toda la derecha identificada con los gobiernos neoliberales que sepultaron al país. Estamos hablando del banquero Guillermo Lasso, de Jaime Nebot, el eterno alcalde de Guayaquil, de Lucio Gutiérrez, que fue presidente y que configuró un golpe de Estado para tomarse el poder, en fin. Son figuras políticas reconocidas y que quieren darnos recetas de no sé qué. Es bueno lo que está pasando en Ecuador, primero porque nos pone tareas como movimiento político y como gobierno. Porque en esta década un niño que tenía 8 años en el momento en que Rafael Correa llegó al poder, hoy tiene 18 y por lo tanto no conoce lo que fue el país 30 años atrás. Ese niño se acostumbró a este modelo de bienestar en donde su Estado le garantiza educación; donde su Estado también si quiere estudiar en el exterior, le garantiza una beca; y le da salud gratuita. Creo que hay cierto divorcio con la juventud que no milita y por eso yo hablo de la necesidad que tiene la izquierda latinoamericana de generar un proceso de casi evangelización porque el ciudadano está desideologizado, puesto que cuando se llega al poder, llegas a ser el Presidente en el caso del Ecuador, mucha gente dice a mi Correa me cae bien y yo lo voté porque es un gran líder y dirigente político, pero no se ha entendido que aquí hay un gran proyecto que tiene que ver con una ideología de izquierda progresista, de redistribuir la riqueza, de quitarles las prebendas a las multinacionales, de renegociar los contratos petroleros para poder hacer carreteras, hidroeléctricas, para prepararnos como país dando un salto para que nuestra materia prima sea tecnificada. Eso ha costado estos diez años. Y esta parte sí es importante que el ciudadano la entienda y es allí que la derecha nos está  disputando el espacio. Dice una consigna que en la lucha del pueblo nadie se cansa. Y nosotros lo menos que estamos es cansados, primero porque la derecha configura muy bien sus espacios de poder. Al fin y al cabo maneja la prensa, los medios de comunicación, domina la banca y por lo tanto cuenta con dinero y recursos para pagar lo que tenga que pagar con el propósito de desestabilizar nuestro gobierno, y en eso nos estamos preparando. Hay una transición que está viviendo nuestro país, porque si bien Rafael Correa termina su periodo en el 2017 a las bases nos convoca primero que todo sostener el proyecto con unos cuadros políticos que tenemos en el país. Creo que es una de las cosas por las cuales se han preocupado la Revolución Ciudadana y el presidente Correa como un estratega visionario de este proceso. Personas como yo, Paola Cabezas, sin apellido, que viene de una región donde ser pobre, mujer y ser negra, está completamente condenada a ser pobre, sin embargo el Ecuador de la Revolución Ciudadana me garantizó una beca para estudiar, tengo una maestría que cursé en Argentina y he vuelto no solo a devolverle a mi país desde el servicio público sino también desde la militancia. Entonces son cosas que hacen esperanzador el proceso ecuatoriano y que sobre todo las nuevas generaciones, los jóvenes, estamos dispuestos a defenderlo como dice la consigna: patria o muerte por el proceso ecuatoriano.

-       Si bien hay una campaña feroz desde la derecha ecuatoriana, de todas maneras es muy difícil que con sus líderes caracterizados por sus estrechos vínculos y su directa responsabilidad con “la triste y larga noche neoliberal”, tengan la posibilidad u opción de volver a obtener el gobierno. Todos los estudios de opinión demuestran que hay una solidez de Alianza País. ¿Ello se deberá a que en estos diez años del gobierno del presidente Correa se ha podido generar sentido común o como diría Gramsci, hegemonía política, o ha sido muy difícil?

-       Nosotros desde el movimiento estamos conscientes de muchas cosas que tenemos que replantear, como por ejemplo, profundizar sobre todo la formación política ideológica. Te voy a hablar de mí, de mi historia. Yo milito en la izquierda desde hace diez años, desde los inicios del proyecto de la Revolución Ciudadana. Soy comunicadora de profesión. He trabajado en medios desde los 15 años y llegó un momento de mi vida en el que coincide con la llegada de un presidente que me habla a mí, que me dice que no me puedo quedar sentada, que mi educación es parte también de un modelo que se ha implementado a partir de la decisión política de él.  Yo que hago.  ¿Sigo siendo periodista, servil a los medios que son los que nos condenan a estar en este proceso de repetición absurda donde nos disparamos a nosotros mismos, o salgo de mi espacio de confort a defender lo logrado? Entonces esa es la conciencia social que hoy se debe generar en Ecuador. Quizás mi preocupación y lo digo desde lo personal es que hay una masa móvil no ideologizada que no entiendo que al volver la derecha se pierde todo lo ganado en lo que se refiere a bienestar y avance social en el país. Por ahí una legisladora de la derecha dijo que la papa no tiene ideología.  Entonces, si es importante que la gente entienda que hay modelos a seguir, que hay dos caminos, el que venimos labrando hace diez años y el de la derecha que está apoyado directamente por el imperio, por Estados Unidos, eso es una cosa completamente clara, que pretende abrir nuestras fronteras para hacer y deshacer, debilitando la industria local, sobre todo en Ecuador donde jugamos de alguna manera un partido en contra porque no tenemos política monetaria por culpa de los gobiernos neoliberales que nos dolarizaron. Por lo tanto hoy nos toca trabajar para fortalecer la dolarización porque cuando tenemos a Colombia y a Perú con una política monetaria autónoma que les permite tomar algunas decisiones en esa materia, nosotros tenemos que hacer muchos artilugios si el término cabe, pero gracias a la política económica de nuestro Presidente esta circunstancia nos ha afectado lo menos posible. Por el contrario, qué hacía la derecha, que hacían los gobiernos neoliberales que ahora pretender volver: imponían un paquetazo, subían el costo al agua, las tarifas de la electricidad, los transportes, la gasolina, los combustibles. En cambio en el gobierno de la Revolución Ciudadana a pesar de todos los vaivenes económicos se ha diseñado una política que está encaminada a afectar lo menos posible a los sectores más vulnerables a lo que se debe nuestro movimiento, al pueblo, a la gente.




-       A nivel regional, ¿cómo está configurada la correlación de fuerzas políticas si se tiene en cuenta que Quito y Guayaquil, las principales ciudades del Ecuador, están gobernadas por la derecha?

-       La derecha ha logrado reconfigurar cosas muy interesantes y eso nos hace a nosotros hacer una lectura cuidadosa de por qué ha vuelto a tomar un respiro. Ha ganado las capitales de provincia, además de Quito y Guayaquil cuenta con Machala, capital de Portoviejo. Sin embargo esta provincia tiene una dinámica de alianza con el gobierno nacional. Parte de las provincias de la Amazonía como Orellana y Sucumbíos, cuentan con prefecturas de partidos no alineados al proyecto y lo doloroso es que algunas de ellas son de partidos de esa extrema izquierda que está completamente aliada a la derecha por simple ambición de poder.

-       Sí, pero esos sectores de ultraizquierda liderados por traidores como los Alberto Acosta, los Enrique Ayala Mora, no llegan al 2% en las encuestas…

-       Entre ellos dos no logran uno, aunque a esta gente que odia no hay que perderle la pista, no hay enemigo pequeño, no hay que desestimarlos. Nosotros como movimiento Alianza País estamos convencidos que tenemos que trabajar muy fuertemente en nuestras conferencias ideológicas, ahora estamos planteando construir nuestro plan de gobierno para el candidato que se elija en la convención que todavía está por diseñarse si va a ser en junio, julio o agosto. Estamos trabajando en eso, para que la Revolución Ciudadana que le devolvió al ecuatoriano el sentido de pertenencia al Estado se consolide, que muestre con hechos tangible que el Estado si puede hacer cosas buenas, porque siempre lo privado era lo bueno, lo público no, era lo peor. Hemos institucionalizado el país, hay un Estado fuerte, seguro, que le puede brindar bienestar a los ecuatorianos y eso se ha podido hacer desde la política de nuestro gobierno, pero también tenemos que ser conscientes de que en ese proceso de cambio pudieron existir cosas que se nos quedaron pendientes, que no se ha hecho todo, y por lo tanto debemos hacernos reflexiones profundas. Por ejemplo, una de las cosas que está a la luz dentro de las conferencias ideológicas es la deuda que aún tenemos con el sector agrícola, y lo hemos asumido teniendo en cuenta que debemos avanzar en esto que está pendiente desde el poder, y por eso queremos que los ciudadanos ecuatorianos sigan creyendo y pensando que la Revolución Ciudadana es esta alternativa de cambio profunda que requiere no solamente Ecuador sino que también somos una inspiración para países de la región en donde definitivamente Rafael Correa se ha convertido en esa luz que irradia cambios trascendentales en nuestro proyecto de patria grande.

-       Tú eres gobernadora de la provincia de Esmeraldas, limítrofe con Colombia. ¿Cómo afecta a esta provincia ecuatoriana el conflicto colombiano?

-       En forma directa. Somos un país respetuoso de todos los tratados internacionales y eso nos faculta que nuestra frontera esté abierta para que nuestros hermanos de diferentes latitudes lleguen al Ecuador y a nuestra provincia que es fronteriza. Primero hay que señalar que la frontera está viva.  Puede haber selva, puede haber todas estas cosas que aparentemente o imaginariamente para los Estados, en algún momento para el Estado colombiano es como que allá no existe nadie. Ahí hay gente, hay personas que son parte del Estado y para ellos también hay que delinear una política pública porque más allá que están afectadas por el conflicto armado son tres veces más vulnerables porque el Estado todavía no les atiende, pero ahí de alguna manera llegamos nosotros como hermanos a cubrirlos y a apoyarlos. La dinámica de la vida del ciudadano de frontera no está pensando en estas cosas, la gente piensa cómo te ayudo y cómo te apoyo, que tengo yo y que tienes tú para contribuir en este vivir, en este buen vivir. Hubo una iniciativa muy interesante de nuestro gobierno para poder juntar la política de los países de frontera en este caso de Perú y Colombia para poder trabajar en ello. Y ha surtido efecto porque se ha avanzado en muchos acuerdos muy importantes que permitan los pasos ilegales legalizarlos, se hizo una intervención económica de parte de los gobiernos de Colombia y Ecuador para poder garantizar el paso de Rumichaca en algunos aspectos interesantes. Está por concluirse el paso sobre el río Mataje para que podamos unirnos pero debemos avanzar también en infraestructura educativa, de salud, interconexión vía internet que son  herramientas necesarias para construir ciudadanía. A nosotros el conflicto de Colombia nos ha aislado. La paz de Colombia es el sueño de Suramérica. Es decir, lo que le pase a Colombia le afecta a toda América Latina y nosotros como un solo puño vamos a trabajar y a influir en lo que sea necesario, en este aspecto nuestro presidente Rafael Correa ha sido claro, estamos de frente apoyando el proceso de paz. Sabemos que a la derecha no le conviene la paz y por eso arman todo este ruido pero nosotros como ciudadanos progresistas de izquierda vamos a plantear una agenda de trabajo en territorio.

-       ¿Para el caso concreto de Esmeraldas, cuántos colombianos atiende esta provincia a través de sus servicios de salud, educación? ¿Ustedes tienen cuantificado eso?

-       Nosotros tenemos cuantificado que solamente en la provincia de Esmeraldas legalizados como refugiados tenemos aproximadamente 8000 pero hay otra población móvil que no está identificada y estamos hablando que supera los 30000 colombianos. Es que el tema económico del país genera mayor movilidad y sí nuestra frontera es vulnerable es porque tenemos tráfico de combustible, tráfico de gas licuado de petróleo, el tema del narcotráfico, el tema de la trata de personas, que eso afecta también a la población móvil de Colombia y en eso hay que trabajar mucho y eso quizás es una de las cosas que como gobierno estamos tratando de sostener pero lo que va lograr definitivamente que esto cambie es la firma de la paz y eso sin lugar a dudas no beneficia solamente a Colombia sino a nosotros como país vecino que vivimos muy de cerca todas las consecuencias que ha generado el conflicto armado.



No hay comentarios: