martes, 12 de octubre de 2010

ECONOMÍA


ENTREVISTA CON EL ECONOMISTA E INVESTIGADOR FABIÁN AMICO

GRACIAS A UN MODELO ANTINEOLIBERAL, LAS PRIORIDADES DE ARGENTINA SON LA DISTRIBUCIÓN DEL INGRESO Y LAS POLÍTICAS DE DESARROLLO SOCIAL


POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ

Buenos Aires

Los gobiernos de Néstor Kirchner (2003 - 2007) y Cristina Fernández en Argentina han venido impulsado un modelo económico alternativo que está revirtiendo en forma exitosa al neoliberal que llevó a una situación de ruina y desesperanza a ese país y cuyos responsables: la dictadura militar (1976-1983) y los presidentes Raúl Alfonsín, Carlos Menem, Fernando de la Rúa y Eduardo Duhalde, no sólo empeoraron las circunstancias sociales de su pueblo sino que quedaron con una gigantesca deuda histórica.

El modelo de los Kirchner, explica el economista e investigador Fabián Amico en diálogo con el Observatorio Sociopolítico Latinoamericano WWW.CRONICON.NET, "ha supuesto como punto de partida, la instauración de controles a los capitales financieros, la minimización del endeudamiento en divisas y el impulso a la inversión pública en infraestructura productiva y social como factores determinantes en la propulsión del desarrollo, así como un nuevo enfoque del rol del Banco Central en el financiamiento de las políticas sociales".


Mediante la reconstrucción del esquema macroeconómico se logró aumentar la rentabilidad del sector manufacturero y el impulso del proceso de reindustrialización de la economía argentina, obteniendo su expansión, y logrando simultáneamente, la reducción del desempleo y el aumento en inclusión social.


HACIA UNA POLÍTICA PRODUCTIVA

No obstante la fuerte oposición, las vehementes críticas de la derecha neoliberal argentina y el cinismo de la dirigencia política y económica que llevó a esta nación a una de sus peores crisis sociales, Amico señala que el gobierno de Cristina Fernández, "avanza en un sendero de mayor diversificación productiva".


Por ejemplo, se viene dando una consolidación de las industrias de mano de obra intensivas como la automotriz y el sector agroindustrial, al tiempo que se impulsa un ambicioso programa agroalimentario, que incluye la participación activa de las provincias, sectores académicos, pequeños y medianos empresarios. En total, participan 43 universidades, 150 cámaras empresariales y 600 productores para convertir a Argentina en una potencia agroalimentaria, siguiendo los pasos de Australia.


La competitividad de las empresas y la multiplicación de la oferta productiva se han transformado en las principales estrategias para combatir la inflación y ampliar el superávit comercial, dos aspectos muy sensibles de la política económica del modelo productivo.

Durante la crisis financiera internacional de 2009, el gobierno de Fernández subsidió más del 2% del total del empleo privado del país, al pagar parte del salario de unos 124 mil trabajadores de empresas privadas. Este subsidio no sólo evitó los despidos masivos, sino que posibilitó a muchas unidades productivas seguir en su respectiva actividad porque de lo contrario, se hubieran visto en la necesidad de cerrar.


INCLUSIÓN SOCIAL

A la par que se implementan políticas para incentivar la industria, la agroindustria y el empleo, el gobierno argentino le ha apostado también a la inclusión social a través de estrategias como el aumento de las jubilaciones y el subsidio denominado Asignación Universal por Hijo que está beneficiando en forma directa a más de tres millones setecientos mil niños que hoy asisten a la escuela y pueden asegurar su alimentación y atención médica.


Los estudios coinciden en señalar que gracias a la política social puesta en marcha por los dos gobiernos de la pareja Kirchner, en Argentina se ha reducido en 70% la indigencia y en 30% la pobreza, lo cual implica que 1.8 millones de argentinos han dejado de ser pobres y 1.5 millones, indigentes. La brecha de inequidad ha caído hasta 14 veces.


RUPTURA CON LA ORTODOXIA NEOLIBERAL

Fortalecer el mercado interno, poner el empleo como prioridad, mejorar los salarios reales y tender a una distribución progresiva del ingreso para impulsar la actividad económica, que es la fórmula que aconseja el Informe de este año que presentó la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD por sus siglas en inglés), es lo que se ha implementado en Argentina desde 2003.


Ello ha ido aparejado con una gran dosis de intervención del Estado, pues la presidenta Cristina Fernández volvió a nacionalizar sectores estratégicos para la economía de la nación como los fondos de pensiones y la empresa Aerolíneas Argentinas, así como recuperó los derechos de transmisión del gran negocio del fútbol para la televisión pública, los cuales estaban monopolizados.


Cambió, también, el enfoque de la política monetaria que ya no solamente se preocupa por la inflación, sino del empleo, el crecimiento y el desarrollo social, elementos que tiene en cuenta ahora en su función el Banco Central, no obstante que su estructura institucional aún sigue siendo la de la infame época neoliberal.


Lo que se ha dado entonces en Argentina, es una categórica ruptura con la ortodoxia neoliberal que le está permitiendo a este país del cono sur crecer a una tasa del 9% en 2010 y reducir sus niveles de inequidad, mediante empleo decente, productividad, fortalecimiento de su mercado interno, políticas de inclusión social y un rol protagónico por parte del Estado.


CAMBIO EN LA POLÍTICA MACROECONÓMICA

Para indagar sobre las características del modelo económico implementado por los Kirchner desde 2003 en la Argentina, dialogamos con Fabián Amico, economista e investigador, profesor de la Universidad Nacional de Luján en Buenos Aires, director de la revista de economía "Circus", e integrante del Grupo de Estudio de Economía Nacional y Popular (GEENap).


- ¿Qué elementos destaca del modelo económico puesto en marcha en Argentina por los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández?


- Una de las cuestiones centrales ha sido el rechazo de cierto consenso dominante (por caso el Consenso de Washington) que todavía hay en América Latina respecto de cómo se debe hacer política macroeconómica. Por ejemplo, en países como Brasil y Colombia la política macroeconómica está consagrada exclusivamente a contener la inflación y no tiene como objetivo prioritario ni el crecimiento del producto, ni del empleo, ni la distribución del ingreso. En contraste, en Argentina ha habido un cambio importante a partir de la crisis del 2001 que ha permitido a la política macroeconómica desarrollar políticas más expansivas aprovechando mucho mejor que el resto de países de la región el ciclo próspero que venía del exterior y eso ha generado tasas de crecimiento que son comparables con China. Este año, Argentina va a crecer por encima del 9%, que es una marca inédita. Una nota predominante en esto ha sido la intervención del Estado en la regulación de los precios básicos de la economía como el tipo de cambio. Este país tiene un tipo de cambio más competitivo que el resto de naciones de América Latina y ha logrado, de alguna manera, amortiguar un poco el impacto que tiene sobre los precios internos los commodities mediante la aplicación de impuestos a las exportaciones, lo que ha generado un ciclo inédito en la demanda agregada argentina, en el proceso de inversión y en el proceso de crecimiento del empleo. Ahora estamos en una coyuntura en que la discusión es la distribución del ingreso y las políticas de desarrollo social.


- ¿El gobierno argentino desechó el modelo de reprimerización del aparato productivo y le está apostando a una política de desarrollo industrial?


- Argentina ha diversificado un poco sus exportaciones a favor de productos con mayor contenido tecnológico pero no ha modificado su estructura si uno lo mira a lo largo de 20 años, pero está en mejores condiciones que otros países de la región porque ha evitado primarizarse más. Brasil, por ejemplo, que era el país de desarrollo industrial más importante de América Latina en los últimos 15 años se ha primerizado en sus exportaciones, cada día más está exportando recursos naturales que industriales, y Argentina en medio de un proceso internacional que llevaba hacia ese camino, ha logrado por lo menos congelar la situación y ahora se esta discutiendo cómo avanzar en un sendero de mayor diversificación productiva.


- ¿La primerización de la economía estanca el sector productivo?


- La primerización de la economía lo que hace es: primero, producir desindustrialización; segundo, produce desempleo en el largo plazo; tercero, ocasiona baja en la productividad en la economía. Además, transforma la economía en una menos competitiva, mucho más frágil y dependiente de los ciclos externos. Argentina vivió eso en los años 30 y en los años 90 del siglo pasado, cuando lo único que exportaba era materias primas y en el momento en que el ciclo se cortaba entraba en una crisis fenomenal. En 2009 a pesar de que sufrió el impacto de la crisis económica internacional, el país pudo manejarla porque el desempleo no subió, los salarios reales siguieron creciendo, y eso es un cambio bastante importante dentro del contexto regional.


- Otro de los enfoques importantes del gobierno de Cristina Fernández es la redefinición del rol del Banco Central de Argentina. ¿Hacia dónde apunta ese cambio?


- Este tema está en proceso de discusión y reformulación en la Argentina. Evidentemente el Banco Central hoy implícitamente está teniendo como objetivo principal el mantenimiento del nivel de tipo de cambio competitivo a través de intervención fuerte en el mercado cambiario y con eso está apuntando a la diversificación industrial de las exportaciones y a la promoción del empleo en el largo plazo. Se están discutiendo detalles más finos como trasladar eso al mandato institucional del Banco que todavía legalmente responde a los criterios típicos del neoliberalismo de los años 90.


- ¿Lo que se busca entonces es institucionalizar ese nuevo enfoque a través de una ley?


- Exactamente, hay un proyecto que cursa en el Congreso que plantea esa reformulación y aunque va ser larga la discusión, estamos en ese proceso.


- Hay sectores de la derecha argentina que critican la política social de asignación universal por hijo, señalando que es simplemente una medida asistencialista. ¿Cuál es su opinión?


- Yo creo que inevitablemente en un proceso de desarrollo en países como los nuestros, las políticas de expansión de demanda agregada no son suficientes para resolver los problemas sociales. En el medio, el Estado tiene que tener políticas sociales para asistir a los sectores que quedan por fuera del mercado, porque, sino, la otra es decirles que se arreglen como puedan hasta tanto los frutos de desarrollo aparezcan dentro de 15 años, como si pudieran esperar todo ese tiempo.


- ¿Precisemos en qué consiste la asignación universal por hijo?


- La asignación universal por hijo consiste en que como hay una porción de la población de chicos que por las características de informalidad del mercado laboral quedaban por fuera de toda cobertura social, el gobierno decidió una política estructural en medio de una política anticíclica para otorgarles una asignación mínima. Como hay contrapartidas, los chicos beneficiados tienen por ejemplo que acreditar que van a la escuela, que son atendido médicamente, lo cual tiene una serie de efectos colaterales muy beneficiosos.


- ¿En el ámbito comercial, Argentina desecha toda posibilidad de suscribir tratados de libre comercio con Estados Unidos o con Europa?


- Hasta el momento sí porque nos parece que son tratados muy asimétricos donde básicamente Estados Unidos impone una condición que es la de apertura de nuestras economías, donde nuestros países no le pueden vender nada y ellos nos pueden vender todo. Son tratados que no son recíprocos, así de sencillo, están basados simplemente en una diferencia de fuerzas fenomenal, entonces en ese marco lo mejor que podemos hacer los países sudamericanos es unirnos y negociar en conjunto, defendiendo nuestras economías, una cosa de pura lógica.

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