viernes, 22 de mayo de 2015

EL IMPERIO

“NO SORPRENDE QUE EN COLOMBIA HAYA MÁS BASES MILITARES INSTALADAS EN CAMPOS DE EXPLOTACIÓN MINERA”: ATILIO BORON



POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ

Para el politólogo argentino Atilio Boron no sorprende que en campos de explotación minera en Colombia operados por transnacionales se encuentren instaladas bases militares, en la que prestan “asesoría” mercenarios norteamericanos.

Boron que es un estudioso sobre la presencia estadounidense en América Latina y cuyas reflexiones e investigaciones sobre el tema están consignadas en su imprescindible libro América Latina en la geopolítica del imperio que obtuvo el Premio Libertador al Pensamiento Crítico 2014, que ya va por su cuarta edición, afirmó al conocer la información suministrada al respecto por el representante de PAX Holanda en Colombia, Rodrigo Rojas Orozco, que cada vez hay más indicios y mayor respaldo empírico sobre la existencia de un mayor número de bases militares en este país, de las que “oficialmente” se conocen, en las que hay presencia de personal norteamericano que depende del Comando Sur.

No me sorprende porque tenemos sospechas, cada vez se va encontrando más respaldo empírico, de que en Colombia hay mucha más presencia militar norteamericana de la que formalmente sabíamos. Y yo diría que no solamente en Colombia, creo que en otros países como en Perú, donde también hay sospechas muy fundadas de que puede haber un número de bases superior al que se indica”, expresó el analista político durante la entrevista que sostuvo con Rojas Orozco en su oficina del Programa Latinoamericano de Educación a Distancia (PLED) del Centro Cultural de la Cooperación en Buenos Aires.

Señaló también que Perú, hoy reconocidamente, tiene más bases militares que Colombia con presencia norteamericana, “pero aun así creo que en ambos casos hay una subestimación de la presencia real, que puede haber bases no reconocidas o bases disimuladas, camufladas, inclusive en el mismo México, donde la presencia militar norteamericana por ser país de frontera es muy, pero muy fuerte y esta presencia está amparada, en el caso de México por el famoso ASPAN el acuerdo de seguridad y prosperidad de América del Norte que realmente legitima y legaliza la presencia de tropas americanas o de personal de la DEA, de la CIA, de la NSA, de otras agencias del gobierno federal en territorio mexicano y lo mismo podemos decir de Paraguay. En Paraguay se habla con mucha insistencia de que además de las dos bases, la Pedro Juan Caballero y la Mariscal Estigarribia, habría también una tercera base en la zona del noreste en la frontera con Brasil, sin embargo, esa base no está oficialmente reconocida”. 

Retornando a Colombia, el científico social señaló que el hecho de que haya bases militares con mercenarios estadounidenses en las áreas minero-energéticas explotadas por las transnacionales, demuestra la particularísima relación que  tiene este país andino con Estados Unidos, “sobre todo la intensa cooperación militar”. Además “porque Colombia es el único país de América Latina que cuenta con una ayuda militar anual permanente solo comparable a la guerra civil en algunos países estratégicamente situados en el mapa geopolítico como Israel, como Irak, como Corea del Sur. En determinados casos Colombia recibió más dinero de ayuda militar que alguno de estos tres países. Todo lo cual nos lleva a pensar que evidentemente en Colombia tiene que haber muchas más y esa debe haber sido la razón por la cual Álvaro Uribe en la conferencia de Unasur en Bariloche de agosto de 2009 cuando le dijeron, Hugo Chávez le dijo, bueno vamos a inspeccionar las bases, su respuesta fue terminante señalando que de ninguna manera su gobierno permitiría esa obra de inspección, incluso hizo una alusión a la soberanía nacional pero sospechosamente la soberanía nacional como argumento no lo es a la hora de permitir la presencia de bases militares”. 

Boron recalcó que el tema de la soberanía nacional “sí es importante cuando se trata de inspeccionar qué es lo que hay en esas bases y yo creo que es de la mayor trascendencia plantear este asunto ante la opinión pública, porque si en esas bases llegara a haber armas de destrucción masiva o armas nucleares, Colombia en primer lugar coloca a su población en una situación de mucho riesgo. Yo no quisiera estar ahí en una zona donde de repente hay armas de destrucción masiva, por muchas razones, porque sabemos lo que es el tráfico ilegal de armas, conocemos lo que es el contrabando de armas, y sabemos también lo que puede pasar en caso de que haya una confrontación militar y un país como Colombia se convierta en un blanco  predilecto de quien tenga intención de agredir a los Estados Unidos”.

Recordó que “los argentinos tenemos una experiencia de lo que nos costó a nosotros el involucramiento de la Argentina en la guerra del Golfo y el involucramiento con la OTAN que lo pagamos con los atentados a la Embajada de Israel en marzo de 1992 y  el atentado a las instalaciones de la AMIA, la Asociación Mutual Israelita Argentina en junio de 1994, y estas cosas no son gratuitas, no, por lo que tenemos mucha preocupación por lo que pueda llegar a revertir en contra de la propia población colombiana”.

Buenos Aires, mayo de 2015.



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