lunes, 24 de junio de 2013

NEOLIBERALISMO



ENTREVISTA CON EL RECTOR DE IAEN DE ECUADOR, CARLOS PRIETO DEL CAMPO

“EL CAPITALISMO POR DEFINICIÓN ES GUERRA Y CRISIS SISTÉMICA DE LOS GRANDES EQUILIBRIOS SOCIALES”

 
POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ

Con un estilo provocador y directo, en medio eso sí del rigor académico e investigativo, el filósofo, abogado y catedrático universitario español Carlos Prieto del Campo, sostuvo sin ambages durante una conferencia en un congreso de ciencia política en Madrid en 2005, que el proceso de producción “en el capitalismo histórico es por definición guerra civil articulada en todas las dimensiones de la estructura social, del modelo de acumulación y de las formas de gestión geopolítica y neoeconómica del conflicto mundial”.

Acotó enseguida que “todo ciclo sistémico de acumulación de capital, por consiguiente, genera un conjunto de relaciones sociales cuya tendencia apunta al estallido de la guerra civil en cada una de las estructuras sociales”. Su conferencia que lleva por título “Capitalismo, guerra y movimientos antisistémicos” constituye a no dudarlo una reflexión muy concienzuda sobre lo anticivilizatorio y, por ende, antidemocrático, de este sistema económico que como bien lo sintetizó Karl Marx, “vino al mundo chorreando sangre y barro por todos sus poros”.

Prieto del Campo es un investigador social que hace parte de un laboratorio interactivo denominado Universidad Nómada (http://www.universidadnomada.net) que tiene como uno de sus propósitos pensar la producción y difusión de las herramientas intelectuales, teóricas y culturales necesarias para comprender cuáles son las formas de dominación, explotación y la promoción de nuevos sujetos políticos que contribuyan a la transformación social desde una óptica poscapitalista.

Doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación por la Universidad Complutense de Madrid, politólogo, licenciado en Derecho y docente universitario, Prieto del Campo es un acucioso autor de libros, ensayos y artículos sobre economía política y globalización. Desde hace algunos años se encuentra radicado en Ecuador, país en el que viene prestando sus servicios de asesor primero en la Secretaria Nacional de Planificación y Desarrollo (SENPLADES) y desde el pasado mes de  marzo como rector del Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN) con sede en Quito, por designación del presidente Rafael Correa, previo un proceso de selección meritocrático.

En su oficina de rector de esa institución de posgrados en administración pública, atiende al Observatorio Sociopolítico Latinoamericano WWW.CRONICON.NET, para dialogar sobre el sustento bélico y pernicioso del capitalismo a través de la historia.

 LA GUERRA COMO MECANISMO DE REGULACIÓN SOCIAL Y DE OPCIONES GEOPOLÍTICAS






-          En una de sus conferencias usted afirma en forma tajante que la producción en el capitalismo histórico es, por definición, guerra civil. ¿Por qué?

-          Porque realmente el capitalismo histórico como formación social estructuralmente dinámica a escala global ha producido recurrentemente tasas altísimas de violencia tanto en el interior de las distintas unidades nacionales como en el conjunto del sistema mundo. Si realmente se analiza el capitalismo histórico desde el siglo XVI, y se  observan sus regularidades, tanto en los grandes cambios sistémicos como en la reorganización que el funcionamiento del sistema a escala global producen las unidades nacionales, se comprueba fehacientemente que la violencia que genera el sistema es muy alta. Las grandes reestructuraciones sistémicas del capitalismo histórico están puntuadas por episodios de violencia y de guerra que estallan a escala global. Si se analiza la transición de la primera hegemonía ibérica genovesa a la holandesa, o de la holandesa a la inglesa, o de la inglesa a la estadounidense, se ve que esos modelos de cambio  sistémico están jalonados por  grandes conflictos bélicos. Es el caso de la transición ibérico-genovesa a la hegemonía holandesa a principios del siglo XVII, es todo el conflicto de la guerra de los treinta años que asoló a Europa y que destruyó buena parte de la infraestructura y de la civilización o fundamentos materiales de la civilización europea en esos momentos. Si lo analizamos a escala más global se percibe una tasa de violencia enorme en América Latina, por ejemplo, y una tasa de violencia muy fuerte ya en la penetración de  Europa en toda el área asiática por no hablar del conflicto permanente en el Mediterráneo. Si hablamos por otra parte de la transición del ciclo de acumulación holandesa al británico es exactamente igual a finales del siglo XVIII y principios del XIX, tenemos ahí otro periodo de guerra que se inicia a mitad del XVIII y arranca ya de manera muy fuerte con todo el ciclo revolucionario del 89 que lleva prácticamente al concierto de Viena en 1815. Exactamente igual pasa con la transición británica a la estadounidense, esto en el gran ciclo de la gran guerra civil europea de 1914 a 1939. En este periodo de guerra se está codificando la transición de estos grandes momentos estructurales del capitalismo histórico. Ahí tenemos por ejemplo un soporte muy fuerte de guerra civil, que de alguna manera está expresando en términos militares esa violencia estructural del capitalismo. Si luego ese tipo de tesis del capitalismo como guerra civil lo metemos a las distintas unidades nacionales encontramos también una tasa de violencia enorme. Es decir, el capitalismo opera con la guerra como mecanismo de estructuración y de reestructuración en grandes cortes sistémicos y luego produce la guerra de forma micro o meso en las unidades nacionales o en las unidades regionales. Si se toma la situación en cualquiera de las naciones o Estados europeos o latinoamericanos, vemos que la guerra civil y el enfrentamiento de clase en virtud de la utilización de medios militares es una constante de la guerra civil estadounidense hasta el “Bogotazo” colombiano, pasando por las guerras liberales de Eloy Alfaro en Ecuador. Podemos ver una secuencia de violencia muy fuerte como mecanismo de resolución del conflicto social que está engendrado por el comportamiento sistémico del capitalismo histórico. Lo que es interesante ver es cómo la guerra se convierte en un mecanismo tanto de regulación social como de las grandes opciones  geopolíticas en el devenir diacrónico del  capitalismo histórico.

-          Tras ese amplio contexto histórico que nos acaba de hacer, ¿podríamos  colegir que el capitalismo es un  sistema económico anticivilizatorio?

-          El concepto de civilización es bastante escurridizo, en todo caso el capitalismo es un sistema histórico que ha producido múltiples realidades en su devenir diacrónico, es anticivilizatorio en la medida  que introduce altas cuotas de violencia, altas cuotas de desigualdad y altas cuotas de desarticulación social como un rasgo inevitable, ineludible, implacable de su reproducción estructural históricamente entendida. En ese sentido si que se puede decir que tiene un componente profundamente anticivilizatorio si por civilización se entiende una organización social, cultural económica anticipatoria que intenta producir cuotas fuertes de democracia radical a la hora del reparto de recursos y ordenar la relación de la sociedad entre sus miembros y la naturaleza, en ese sentido si que tiene un impacto profundamente destructivo sobre todo si se analizan los grandes ciclos. En el último tramo estructuralmente estable del capitalismo histórico, prácticamente el ciclo que arranca de finales del XIX hasta la actualidad en 2013, vemos el impacto que tiene el capitalismo en cuanto a su destructividad social. Si analizamos únicamente la situación de Europa entre 1948 y 1979 vemos una situación de relativa calma y relativa estabilidad, la cual depende mucho de la unidad temporal y de la unidad espacial que nosotros apliquemos al funcionamiento del capitalismo. Si realmente acotamos espacialmente y temporalmente nuestra unidad de análisis obviamente encontramos periodos de estabilidad y de florecimiento, si ampliamos espacialmente y temporalmente nuestro dispositivo analítico encontramos realmente esas tasas de violencia y esas tasas de destrucción de la civilización o de las sociedades humanas. En ese sentido sí que podríamos afirmar sin ningún tipo de dudas que el capitalismo tiene un grado de barbarie muy profundamente inserto en su código genético, o sea, es una forma de organizar las relaciones humanas que francamente produce mas violencia que una participación ordenada común democrática igualitaria, equitativa, en el reparto de los recursos.

-          ¿El capitalismo para poder reproducirse requiere de la guerra y de las crisis?

-          Obviamente, es que el capitalismo por definición es guerra y crisis sistémica de los grandes equilibrios sociales, o sea, no hay capitalismo sin violencia y sin guerra, y como decíamos antes, eso desde un punto de vista histórico es algo que es absolutamente obvio que, desde luego, contradice la descripción liberal del funcionamiento del capitalismo como un modelo social que opera por consenso en torno a una especie de situación ideal en la que se produce el ajuste de las disputas, de los conflictos y de las luchas a través de un permanente diálogo entre los actores sociales. Si la estructura social reproduce un modelo de organización desigual, no participativo, no democrático y tremendamente inequitativo quiere decir que la violencia y la crisis tienen que estar insertos como mecanismos de regulación del sistema, no hay otra forma de hacerlo. Si una estructura social por definición produce esos resultados únicamente mediante la crisis y la guerra pueden dirimirse las permanentes demandas de las clases subalternas y de las clases dominadas por otro pacto social, si ese pacto social ideológicamente tiene una normatividad que la estructura de la relación capital desmiente permanentemente, no queda más remedio que recurrir a la violencia para que las palabras se adecuen a las cosas y viceversa. Entonces en ese sentido la crisis y la guerra son el correlato de una estructura que produce por definición exclusión para una parte muy importante de la población global. No es que la guerra sea la política continuada por otros medios, si no que la política es la guerra continuada por otros medios.

-          ¿Dentro de ese contexto, se puede decir que para que exista democracia debe haber mucho menos capitalismo?

-          La democracia es un  conflicto bastante espurio también, la democracia al fin de cuentas es una negociación dentro de la estructura del poder capitalista, de la emergencia de las clases subalternas y dominadas como sujetos antagonistas que reivindican la política para enfrentarse a una estructura violenta que realmente no juridifica sus  mecanismos de explotación. El derecho en ese sentido no es solo el derecho de las clases dominantes sino también puede ser el derecho de las clases subalternas a tener derechos. Anteriormente el capitalismo históricamente ha funcionado mejor en entornos alegales que en entornos juridificados, no quiere decir que el derecho no se inserte o no sea un elemento esencial en toda la construcción de la denominación  capitalista, pero no hay que olvidar que el capitalismo, si lo analizamos en una alternativa temporal suficientemente amplio y en un espacialidad que abarque el globo, ha funcionado de manera legal y se ha reproducido de un modo que se ha sentido tremendamente incomodo con la juridificación y la legalización de sus pautas de funcionamiento. No tenemos que hablar de todo el circuito de la acumulación originaria, ni de todas las formas de explotación de trabajo al margen del contrato salarial sino que históricamente desde el comercio, del gran trafico de esclavos hasta las relaciones no salariales en la zonas rurales de prácticamente el conjunto de la economía mundial capitalista, todo el debate en torno de los delitos fiscales, la debilitación de los derechos y del wall fair state en los países de la economía mundo, todo el debilitamiento de los derechos sociales, responde a esa  hostilidad del capitalismo al derecho como codificación del catálogo de reivindicaciones básicas de las poblaciones y de las clases dominadas y de los grupos subalternos. La democracia tal como se ha entendido en el último ciclo histórico fuerte del capitalismo desde finales del XIX hasta ahora supone esa negociación muy dura y muy disputada entre la democracia y constitucionalización de los derechos y del intento de la relación capital, del capitalismo de destruir esa codificación de los derechos vía constitucional o vía marco legal estable. Toda la revolución neo como la neoliberal de finales de los años 70 pretende entre otras cosas destruir el derecho como mecanismo de regulación social, lo que significa destruir la democracia, de acuerdo con este modelo ideológico liberal. Destruir la democracia como mecanismo de autorregulación de las sociedades porque el capitalismo no se siente cómodo en entornos democráticos porque estos provocan una jurisdificación de relaciones sociales económicas y políticas que operan mucho mejor en términos de guerra civil y violencia desnuda y de reproducción sistémica de un modelo de dominación.

NECESIDAD DE PODERES CONSTITUYENTES FUERTES

-          Frente a este fenómeno de debilitamiento de la democracia y ante la reafirmación de partidos políticos mafiosos como el Partido Popular de España y de los de la derecha latinoamericana, ¿cuál debería ser el rol de los movimientos antisistémicos?

-          Los movimientos antisistémicos lo que tienen que provocar a coto plazo son poderes constituyentes fuertes, que acaben con los viejos sistemas de representación, el sistema de partidos latinoamericano o buena parte de los sistemas de partidos europeos han cumplido ya su ciclo histórico. Obviamente, excluyendo los nuevos ciclos constituyentes que se han producido en América Latina, pero en el caso de Europeo, el sistema de partidos casi sin excepción conforman un modelo de representación y unos  actores políticos que gobiernan en contra de sus sociedades; gobiernan en contra de las necesidades de la mayoría; y gobiernan  generalmente para anteponer los intereses del modelo social y del modelo de reproducción en una carrera completamente suicida que lleva al conjunto de las sociedades al desastre y a una situación que  sencillamente es insostenible. En América Latina se vio esto entre las décadas 70, 80 y 90, y evidentemente la reacción que se ha producido  viene justamente a reivindicar esa función de los movimientos antisistémicos para generar  nuevos procesos de poder constituyente que cambien el pacto social en el interior de una estructura que intenta destruir esos nuevos acuerdos de convivencia. En aquellos países de América Latina en los que se ha producido ese cambio profundo, ese cambio constitucional fuerte, todo el mundo ve las dificultades, a pesar de los grandes logros para estabilizar la vectorialidad y la flecha de futuro de esos procesos de transformación. Lo que está claro es que estos movimientos antisistémicos en Europa y en América Latina, sobre todo en los países en que se han producido cambios constituyentes, solo pueden apuntar a destruir el actual sistema de partidos y a crear otros sujetos políticos que puedan representar los intereses mayoritarios de la sociedad. En Europa es absolutamente claro, son sistemas de partidos que producen actores que gobiernan en contra  de sus propios ciudadanos.

LA UNIVERSIDAD DEBE SER LA GRAN MATRIZ PARA DEMOCRATIZAR EL CONOCIMIENTO

-          Finalmente, habida cuenta  de que usted está cumpliendo un nuevo rol aquí en Ecuador como académico, ¿cual cree que es la función de la universidad en el proceso de emancipación?

-          La universidad históricamente es una institución compleja que ha pasado por múltiples fases y ha experimentado cambios que la han hecho irreconocible de un momento histórico a otro, pero en esta coyuntura la universidad tiene que ser la gran matriz para democratizar el acceso al conocimiento, en un contexto histórico en el cual éste se convierte o debe convertirse en un bien de acceso común para la inmensa mayoría de la población. Si estamos en una sociedad denominada por el conocimiento no es porque éste haya crecido de una manera completamente espontánea, sino porque realmente la propia fuerza de trabajo, la propia composición de clase ha logrado de alguna forma introyectar ese conocimiento socialmente producido, universalmente distribuido a la hora de incorporarlo a la percepción media de lo que ocurre en las sociedades. La sociedad del conocimiento no es la difusión de un conocimiento neutro, la sociedad del conocimiento es la traducción de una gran riqueza en el sujeto productivo, en términos de un conocimiento absorbido por la gran riqueza de las luchas de los procesos de cambio que han permitido que ese conocimiento a pesar de estar inserto en una estructura de apropiación privada capitalista se haya convertido en una mercancía que ya el capital no puede controlar. En ese sentido, la nueva composición de clases, la nueva composición de la fuerza de trabajo, lo que nos dice que es ese conocimiento, está ya tendencialmente en el cerebro colectivo, puede estar en el cerebro del sujeto proletario, por decirlo más claramente, y de alguna manera ahí la universidad tiene que jugar ese rol de multiplicar el acceso al conocimiento y de dotar a los procesos de cambio social de una mayor autoreflexividad. La universidad concebida de acuerdo con el paradigma liberal clásico como el centro o el núcleo a partir del cual una pequeña élite se forma para dirigir la sociedad pues simplemente es una antigualla de la historia. La universidad en este momento tiene que entender, como lo demuestran las experiencias más inteligentes, que el conocimiento es un bien común que los sujetos se han apropiado. Y la universidad a partir de todos los procesos de  masificación de la misma se convierte en esa gran maquina, en ese gran dispositivo para hacer que ese conocimiento común llegue de una manera democrática, igualitaria, horizontal a todos los estratos de la sociedad. Sí el conocimiento es un bien común, parece que existen las condiciones para afirmar que la democracia adquiere un nuevo grado de consistencia y un nuevo grado de intensidad. Si el conocimiento es un bien común quiere decir también que ya cualquier tipo de apropiación del excedente privado o del excedente común es una contradicción. Si el conocimiento es un elemento que no se somete fácilmente a procesos de explotación y de apropiación privada quiere decir que lo común de la reproducción social se convierte en el horizonte hacia el cual tienen que apuntar las sociedades. Si el conocimiento es común quiere decir            que la distribución de ese producto social tiene que operar en un contexto poscapitalista. Si el conocimiento es la principal mercancía y el principal elemento a la hora de producir riqueza, no se entiende bien como esa riqueza producida a través de esta fuerza productiva que es el conocimiento podría ser apropiado privadamente. Si el conocimiento es común quiere decir que la sociedad es sostenible ecológicamente porque esa descripción del circuito global de reproducción nos está dando unos inputs absolutamente valiosos para pensar un horizonte sostenible que por definición tiene que ser poscapitalista. 

       

EL IMPERIO



PRESENCIA DE LA OTAN EN AMÉRICA LATINA CONSOLIDA CERCO MILITAR DE WASHINGTON EN EL HEMISFERIO

 
POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ

Territorios Vigilados (Debate, Buenos Aires, 2012), el muy bien documentado libro de la periodista argentina Telma Luzzani, da cuenta en forma pormenorizada no solamente de la localización de la bases militares de Estados Unidos en América Latina sino también de las que posee la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en esta región.

Aunque sobra señalar que la OTAN y Estados Unidos constituyen un solo bloque de poder militar en el planeta, el tema cobra actualidad tras la firma del acuerdo de cooperación entre el gobierno colombiano de Juan Manuel Santos y esta alianza de ofensiva bélica a nivel global que se suscribió en Bruselas el 25 de junio.

Con este acuerdo que eufemísticamente se denomina de “cooperación”, Colombia se consolida como la principal plataforma funcional de operaciones militares de Estados Unidos y la OTAN, y de esta manera se profundiza el cerco y la amenaza imperialista a todo el hemisferio.

De acuerdo con la investigación bibliográfica de Luzzani, las bases militares de la OTAN o de los gobiernos europeos que pertenecen a esta organización son las siguientes:

-          Guayana Francesa: Korou, base aeroespacial

-          Antigua y Barbuda: base militar de la Comunidad Británica de Naciones (Commonwealth), ubicada a 8 kilómetros de la capital Saint John´s.

-          Aruba: base militar Reina Beatrix, territorio ultramar de Holanda

-          Bahamas: base militar Andros de la Comunidad Británica de Naciones (Commonwealth).

-          Belice: cuenta con un espacio para entrenamiento de efectivos de Gran Bretaña y de la OTAN.

-          Granada: pertenece a la Comunidad Británica de Naciones y cuenta con una base militar con una estación de radar de la OTAN.

-          Guadalupe: territorio de ultramar de Francia, posee por lo menos dos bases de la OTAN

-          Jamaica: pertenece a la Comunidad Británica de Naciones, tiene una estación de radar y una base aérea de la OTAN.

-          Martinica: territorio de ultramar de Francia, cuenta con dos instalaciones militares de la OTAN.

-          Fortaleza Malvinas: localizada en Monte Agradable, se montó en 1985, tres años después de la guerra con Argentina. Funciona en red con las bases de control y espionaje de la OTAN y cuenta con armamento nuclear.

GLOBALIZACIÓN



CONFERENCIA DE LA SOCIÓLOGA HOLANDESA EN IAEN DE ECUADOR

EXTRANJERIZACIÓN DE LA TIERRA Y GLOBALIZACIÓN DEL CAPITAL, ELEMENTOS DESESTABILIZADORES DEL ESPACIO DE LA CIUDAD: SASKIA SASSEN



 
POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ
  
Al despuntar el siglo XXI cuando se habla de urbanización necesariamente se está aludiendo al espacio no urbano donde se presentan fenómenos como la extranjerización de la tierra y la globalización del capital que en forma directa desestabilizan en alto grado la vida y el espacio de las ciudades, sostuvo la socióloga holandesa Saskia Sassen, experta en globalización y migración humana, y quien acaba de ser galardonada con el premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales, durante una conferencia que ofreció en la sede del Instituto de Altos Estudios Nacionales de Ecuador (IAEN) en Quito, en los primeros días de junio.

Sassen explicó que el fenómeno de extranjerización de tierras que se viene dando tanto en algunos países de América Latina como en África en donde gobiernos y transnacionales han adquirido 220 millones de hectáreas entre 206 y 2011 significa la expulsión masiva de gente, de fauna y de flora, así como de pequeños agricultores y de manufactura rural. Toda esta población, dijo, se ve obligada a desplazarse a la ciudad lo que genera una serie de repercusiones sociales en la vida urbana.

Al mismo tiempo, la socióloga holandesa señaló que las empresas mineras o agroindustriales que están dedicadas a la explotación de recursos naturales en estos continentes también impactan el ámbito económico de las ciudades por cuanto cada vez requieren servicios especializados que se concentran en las zonas urbanas. Por ello, sostuvo que el capital globalizado juega un rol territorializado y estratégico en la ciudad.

LAS TECNOLOGÍAS DESURBANIZAN LA CIUDAD

En el afán de consolidar los grandes negocios de las constructoras y del sector inmobiliario, las tecnologías de punta lo que están haciendo, dijo Sassen, es contribuir a “desurbanizar la ciudad”, en el sentido de deshumanizar la convivencia en detrimento del concepto de construcción de ciudadanía.

Varias de las ciudades que hoy se construyen en el mundo son planificadas por las empresas privadas con criterio rentístico y tecnológico. Frente a esta realidad, la científica social dijo que el desafío es el de “urbanizar la tecnología” para que el espacio de la ciudad no sea privatizado, siga teniendo voz y sea parte vital del desarrollo social y político. De lo que se trata, enfatizó, es de conservar el espacio urbano como un actor.

Esas tecnologías de punta tienen un alto grado de obsolescencia que pueden generar múltiples perjuicios y ocasionar al mismo tiempo la construcción de “ciudades muertas”. Si bien, señaló Sassen, los grandes rascacielos y las portentosas urbanizaciones son muy agradables a la vista, la realidad es que deshumanizan la ciudad.

Advirtió que las grandes empresas inmobiliarias son una amenaza para el espacio urbano y que los grandes rascacielos de vivienda y oficinas no contribuyen a hacer ciudad.

Fue reiterativa al señalar que los sistemas tecnológicos complejos cierran a la ciudad y mata la voz del espacio urbano. Sin embargo dijo que lo importante es apropiarse de los medios que ofrece la tecnología para construir ciudadanía y fomentar la participación.

No obstante las incomodidades que en las ciudades generan las denominadas horas pico por las aglomeraciones de gente y de vehículos, Sassen sostuvo que en esos lapsos de gran flujo humano se refleja la voz de la ciudad y enseña a las personas a tener un espíritu más colectivo. Incluso, agregó, las acciones egoístas de los ciudadanos pueden generar en determinadas oportunidades un bien público, como por ejemplo, el hecho de que cada vecino se encargue del buen cuidado de su respectiva vivienda redunda en el ornato de su barrio.

FINANCIARIZACIÓN GENERA INESTABILIDAD EXTREMA

También hizo alusión al fenómeno de la financiarización como un gran negocio del gran capital que ha generado gran desestabilidad económica y social en varios países.

“La financiarización de una parte creciente de nuestras economías ha generado la inestabilidad extrema que estamos viendo”, precisó la socióloga, al tiempo que hizo énfasis en otro factor a tener en cuenta que es la reorientación de la política de Estado en varios países especialmente de Europa hacia la concesión de privilegios a la lógica financiera.

“Hay que diferenciar la lógica financiera de la bancaria: todos necesitamos préstamos: el estudiante que quiere avanzar en su educación, la familia que compra una vivienda, la pequeña empresa que quiere aumentar la eficiencia de su proceso de producción, etc. Pero las finanzas son algo diferente: necesitan financiarizar otros sectores para obtener rentas y se está vendiendo algo que no se tiene. En eso reside su gran creatividad y su necesidad de invadir otros sectores. En la actualidad se han financiarizado las hipotecas, los préstamos para comprar coches, las tarjetas de crédito y también las deudas de gobiernos nacionales y municipales”, puntualizó.

CONFERENCIA

La conferencia de Saskia Sassen en el IAEN de Ecuador en el siguiente video:



 




   

viernes, 31 de mayo de 2013

NEOLIBERALISMO

COLOMBIA INVITADA A INGRESAR AL CENTRO DE PROPAGANDA DE PENSAMIENTO NEOLIBERAL Y DE LA ULTRADERECHA DEL MUNDO



POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ

El presidente Juan Manuel Santos celebró la invitación que se le extendió a Colombia para ingresar a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), lo cual se había puesto como meta desde su llegada a la Casa de Nariño hace dos años”, informa el periódico conservador del principal banquero de este país, Luis Carlos Sarmiento Angulo, en su edición del 30 de mayo.

Más adelante el diario El Tiempo de Bogotá cita una frase del propio presidente Santos para destacar dicha invitación: “Nos aceptaron en la mejor universidad porque hemos aprobado todos los cursos. Ahora nos falta la hoja de ruta para graduarnos. Este es un hecho del que los colombianos debemos sentirnos muy orgullosos. No a cualquier país lo invitan a formar parte de esta organización. Solamente los mejores son invitados y Colombia está dentro de ellos".

Lo que no cuentan ni el periódico del banquero Sarmiento Angulo, ni el propio Santos, ni menos su batería mediática, la “gran prensa” nacional, es que la OCDE no es más que el máximo centro ideológico y publicitario del neoliberalismo y de la ultraderecha económica en el mundo.

Para los neoliberales la OCDE es “el club de las buenas prácticas económicas”, cuyas recetas son ampliamente conocidas en América Latina porque terminaron por hundir socioeconómicamente a prácticamente todas las naciones de la región: disciplina presupuestaria, cambios en las prioridades del gasto público, reforma fiscal con bases imponibles  amplias y tipos marginales moderados, liberalización financiera y comercial, privatizaciones, desregulación, derechos de propiedad firmemente establecidos y garantizados, Estado reducido, control de la inflación, banca central “independiente” de los gobiernos pero obsecuente a los dictados de los organismos internacionales de crédito como el Banco Mundial, el FMI y la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Se trata para los neoliberales de una especie de “buen sentido económico que es aceptado de forma global”, cuya institución que propaga esa receta es la OCDE, que tiene su sede en París, y a la que pertenecen los 29 países más ricos del mundo. Es la oficina de propaganda de los poderes económicos mundiales. Siempre receta las mismas cosas, sea cual sea la coyuntura por la que atraviese cualquier región del planeta. Sus recomendaciones son talla única.

No hay un solo elemento impredecible en sus informes y documentos. Entre sus misiones está la de aportar un análisis anual sobre cada país.

Mientras el Fondo Monetario Internacional se especializa en finanzas, el Banco Mundial en desarrollo y la Organización Mundial del Comercio en las regulaciones del ramo, la OCDE, fundado en 1961, genera el pensamiento neoliberal y busca crear poder intelectual.

Por eso su secretario ejecutivo, el exministro de Finanzas de México, José Ángel Gurría señaló que la función de la OCDE “es pensar”. Sin embargo, sus mensajes no se distinguen de los que exportan los foros de reflexiones empresariales particulares. En la mayoría de los casos da la sensación de ser un espacio analítico del gobierno estadounidense.

Por querer posar en el club refinado del pensamiento neoliberal, el presidente Juan Manuel Santos, un aplicado epígono de este funesto modelo económico que aplica al pie de la letra en su gobierno, ha solicitado en forma insistente el ingreso de Colombia a la OCDE.


lunes, 27 de mayo de 2013

SOCIALISMO SIGLO XXI

SE PRESENTÓ ÚLTIMO LIBRO DEL FILÓSOFO Y CATEDRÁTICO COLOMBIANO

DE LA FUNCIÓN EMANCIPATORIA Y CRÍTICA DE LA UNIVERSIDAD DEPENDE FUTURO DE AMÉRICA LATINA: SERGIO DE ZUBIRÍA



POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ

Un detenido y concluyente análisis sobre la función de la universidad en la transformación de la sociedad, así como su rol de generar pensamiento crítico para posibilitar mejores condiciones democráticas y con ellas lograr la necesaria emancipación, constituye el nuevo libro del filósofo y catedrático universitario colombiano, Sergio de Zubiría Samper.

“Universidad, cultura y emancipación en América Latina”, (Ediciones Izquierda Viva – Fundación Walter Benjamin, abril 2013) es el título de este trabajo bibliográfico que fue presentado en la reciente Feria Internacional del Libro de Bogotá.

La reflexión del profesor de Zubiría apunta a contribuir en el proceso de concreción de una teoría crítica para las actuales circunstancias sociopolíticas y culturales de América Latina.

Para este filósofo colombiano, “la ‘misión social’ de la universidad contemporánea en América Latina y el Caribe, ha quedado desdibujada invisibilizada o reprimida por dos vías. La primera, el otorgamiento, consciente o inconsciente, de una mayor prioridad a otras misiones. Por ejemplo, destacar la función ‘profesionalizante’, ‘academicista’, laboral o de ascenso social de las instituciones universitarias, desvalorizando su sentido social. La segunda, la tendencia neoliberal de poner la educación al servicio de otros poderes u otros campos de políticas públicas. Por ejemplo, supeditar la educación a criterios de la política comercial, fiscal, monetaria o financiera”.

En su análisis, de Zubiría se detiene a examinar las limitaciones en la visión tanto de nación como de país. En el caso colombiano cita los trabajos de Martha C. Herrera y Carlos J. Díaz, para advertir la fuerte presencia del aparato político de la iglesia católica “en la construcción del Estado nacional, el predominio de un proyecto de Nación completamente hegemonizante y temeroso frente a las diversidades, las permanentes pugnas partidistas (liberal/conservadoras) por el control del Estado”, todo lo cual ha creado “una especie de subcultura política de la exclusión y la generación de adhesiones dogmáticas, no en torno al estado-Nación, sino a uno de esos partidos. Las representaciones que las élites cultivan sobre el pueblo y lo popular, están cargadas de pesimismo  sobre su papel modernizador; además están atravesadas por connotaciones  y rasgos clasistas”.

En esta “hora americana”, agrega el autor, el futuro de Latinoamérica “depende  de una reflexión aguda y crítica sobre las relaciones Universidad-Sociedad. Recuperando el sentido profundo de la función emancipatoria y crítica  de la universidad latinoamericana”.

MÁS DEMOCRACIA IMPLICA MENOS CAPITALISMO


De Zubiría trata también en este libro las diversas aristas del debate sobre lo que denomina “la democracia en las izquierdas latinoamericanas”.

Prefiere hablar de “izquierdas” en  plural “para evitar aquella polémica poco fértil, sobre si se trata de una completamente ‘nueva o vieja’ o si existen solo dos o tres izquierdas”.

Frente al actual contexto latinoamericano, el filósofo y catedrático expresa que “el agotamiento contradictorio del neoliberalismo y el fracaso de los capitalismos democráticos, han conllevado perspectivas bastante diferentes tanto en el análisis como en la búsqueda de alternativas. Algunos analistas –agrega- hablan de la instauración de un ‘posibilismo conservador’ (A. Boron), que implica mantenerse practicando políticas públicas con visiones neoliberales, bajo el sofisma de que es inevitable someterse a los imperativos económicos de los organismos financieros internacionales. Otros investigadores consideran, que en la izquierda es posible construir y aportar en América Latina por ‘reformas no reformistas’ (A. Gorz) que logren desatarse del peso neoliberal de dos décadas hacia posiciones anti-capitalistas. También, algunos sostienen que un asunto es movilizar el descontento contra el neoliberalismo y algo muy distinto consolidar, en el corto plazo, alternativas concretas que promuevan desarrollo, equidad y sean sostenibles a mediano plazo (C. Rodríguez). Tanto en la búsqueda de alternativas al neoliberalismo como en la caracterización del capitalismo existen en las izquierdas latinoamericanas intensas polémicas”.

En este debate, de Zubiría Samper deja claro eso sí que capitalismo y democracia no son sistemas complementarios como algunos lugares comunes suponen. Frente a los horrores del capitalismo y su modelo criminal, el neoliberalismo, el autor se pregunta: “¿cómo es posible implantar y consolidar democracias bajo las inhóspitas condiciones de pobreza, desigualdad, polarización, desempleo masivo, precarización y segmentación social?” En consecuencia, y citando al politólogo argentino Atilio Boron, sostiene que “la lucha por la democracia en América Latina es insostenible, al margen de la lucha contra el despotismo del capital”. En ello, recalca de Zubiría, Borón es categórico: “más democracia implica, necesariamente, menos capitalismo”.

En contraste, el autor sostiene que para el socialismo e igualmente para el comunismo, “la democracia sin transformaciones reales en las condiciones materiales de vida, es pura virtualidad, que no llega a consolidarse en democracia real”.

Infortunadamente, colige el filósofo colombiano, la democracia latinoamericana en el actual contexto socioeconómico “está profundamente limitada por fenómenos bastante hostiles, como dispositivos de reforzamiento de una sociedad de clases; existencia de sociedades de clases radicalmente injustas y excluyentes; manipulación ideológica de los medios de comunicación; tercerización y predominio del trabajo informal; precarización de la vida material y espiritual, entre algunas de las múltiples limitaciones. Por esto, las condiciones de posibilidad hacia una democracia participativa son, en cierto sentido, cada vez más exigentes. ¿En América Latina, cuanta equidad social es necesaria y obligatoria para construir una ciudadanía democrática?”, se pregunta de Zubiría.


El trabajo bibliográfico del cientista social colombiano se explaya igualmente sobre aspectos íntimamente relacionados con la cultura como las identidades tanto modernas como posmodernas, los procesos democráticos, la ciudadanía, el poder y la democracia participativa. Un texto, en definitiva, imprescindible para el análisis de la realidad latinoamericana y su proceso de definitiva independencia.

jueves, 2 de mayo de 2013

SOCIALISMO DEL SIGLO XXI


HIJA DEL CHE EN DIÁLOGO CON CRONICÓN DURANTE SU VISITA A BOGOTÁ

“CHÁVEZ NOS DEMOSTRÓ QUE SÍ PODEMOS SER DUEÑOS DE NUESTRO DESTINO COMO PUEBLO”: ALEIDA GUEVARA


POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ

Una de las múltiples enseñanzas que dejó el presidente Hugo Chávez es que “podemos ser dueños de lo que producimos para invertirlo en bienestar social”, sostuvo Aleida Guevara March, hija del emblemático dirigente de la Revolución Cubana, Ernesto Che Guevara, durante la entrevista que concedió en Bogotá al Observatorio Sociopolítico Latinoamericano www.cronicon.net.

Consideró además que Chávez con su fuerte liderazgo y sus políticas de soberanía impulsadas en Venezuela demostró que los pueblos de América Latina pueden ser dueños de su propio destino y tienen derecho a vivir bien.

La mayor de cuatro hermanos del matrimonio entre el Che Guevara y Aleida March presentó en Bogotá varios títulos del proyecto editorial de Ocean Sur que lleva el nombre de su padre, durante la Feria Internacional del Libro, así como ofreció charlas sobre su legado político en cuatro universidades de la capital colombiana.

En la Universidad Nacional de Bogotá, Aleida Guevara intervino ante más de mil jóvenes y, de forma especial, visitó la plaza central de esta institución educativa, que desde hace muchos años lleva el nombre de su padre. Igualmente esta médica pediatra cubana fue escuchada en las universidades Javeriana, Libre y Pedagógica, donde autografió libros y afiches del Che. 

Durante sus intervenciones relato múltiples anécdotas de la vida familiar y del talante humanista, político y guerrillero de su progenitor. Los que lo asesinaron, dijo, no se dieron cuenta que lo estaban convirtiendo en un héroe internacional.

Se mostró optimista por el futuro de América Latina, porque por primera vez en su historia hay gobiernos que se atreven a decirle no al imperio estadounidense.

Sobre Colombia destacó la figura de Camilo Torres Restrepo, el cura guerrillero, y se mostró sorprendida porque un pueblo tan guerrero y rebelde como el de este país ha dejado que la oligarquía haya tenido y siga teniendo tanto poder.

La entrevista con Cronicón.net en el siguiente video:


SOCIALISMO DEL SIGLO XXI


GIANNI VATTIMO EN DIÁLOGO CON CRONICÓN

“AMÉRICA LATINA ES LA ÚNICA REGIÓN DEL MUNDO QUE ESTÁ CONDICIONANDO LOS PODERES IMPERIALES”


POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ

Se considera como “una gran latinoamericanista” y se autodefine como “un gran chavista europeo”. No duda en señalar que su continente, Europa, se encuentra en “estado de fenecimiento” y en contraste, sostiene, que los avances sociales y políticos que presenta América Latina, sobre todo en aquellos países donde han irrumpido gobiernos progresistas, constituyen una gran novedad y ejemplo para el los pueblos del mundo.

En diálogo con el Observatorio Sociopolítico Latinoamericano www.cronicon.net, el filósofo italiano y actualmente eurodiputado, Gianni Vattimo afirmó que América Latina es la única región del planeta que está condicionando los grandes poderes imperiales. En ese sentido es claro en precisar que ve a este hemisferio con peso global y signo antinorteamericano.

Eurodiputado de izquierda, comunista, cristiano, militante por los derechos homosexuales, referente filosófico de la posmodernidad y teórico reivindicativo del “pensamiento débil”, profesor en la Universidad de Turín, autor de decenas de libros, Vattimo estuvo en Bogotá invitado por la Universidad Nacional de Colombia y el Instituto Italiano de Cultura para participar en la Cátedra Jorge Eliécer Gaitán.

Este filósofo turinés nacido en 1936 con una vasta cultura así como con un amplio recorrido académico ve en América Latina una región geográfica que está equilibrando un poco la influencia negativa de Estados Unidos, aunque sostiene que hay signos de neocolonialismo a través de la explotación minera por parte de las codiciosas transnacionales que se han asentado en varios países de la región.

La entrevista con Vattimo en el siguiente video: